La Gran boda, El Lobo Y La Pantera. [Rol Libre]

Normas:

La isla elegida había sido una muy pequeña, se hallaba en el Norte. Era un día bastante especial, se casaban Drake y Minathy. Era muy extraño que un ex criminal que posiblemente volvería a serlo, se uniera a una cazadora, sin embargo el lobo estaba enamorado de aquella chica. El día estaba bastante bien, hacía brisa y el Sol estaba ocultado por nubes blancas. Había un enorme prado con muchas sillas colocadas y en medio una especie de altar. Al lado de esto, una mesa llena de comida de toda clase, Drake había asaltado las tiendas del Norte y se había llevado de todo en un saco, lo raro era que no se lo hubiera comido él. Junto a esta mesa, al lado izquierdo, había un enorme edificio más bien parecido a un castillo. Todo aquello estaba pagado legalmente, el chico había gastado todo el dinero en aquello, pero no iba a decirle eso a la chica, dijo simplemente que Derian había pagado los gastos.

En una de las salas se encontraba Drake, faltaba poco para el momento, una media hora, estaba como de costumbre bastante despreocupado, sonriendo feliz y sin camiseta. Ahora se hallaba sentado en una cama, la sala era enorme, en verdad le daba igual que no fuera nadie, así no muchos conocerían el secreto, pero había invitado a pocas personas. Lo peor de todo es que había perdido el traje, si se presentaba sin camiseta en el altar, Minathy lo mataba, estaba ahora algo nervioso por eso. Por suerte en las invitaciones había dejado una súplica a uno de los invitados. Le había mandado a Altair traerle un traje de la talla más grande que hubiese, confiaba en el caníbal, pero temía que se lo trajera rosa o algo por el estilo. También había invitado a Midorima, Rose como madrina, Iku como madrina también, Alex, Cánabar, Kaiser, Flea, a los Sons Anarchy, a Derian y a bastantes más.

Nat llevaba mucho sin aparecer y como la cosa siguiera así, sería el lobo el que iría a buscarle, asaltaría Marineford si era necesario. Ahora se preguntaba como estaría la chica, en aquel castillo estaban los mayordomos y sirvientas que había pedido, aunque si viera un mayordomo cerca de su chica, le arrancaría la cabeza seguramente. Temía que se comieran la comida que había fuera sin esperarle, pero al menos si eso pasaba, se comería al hámster de Rose, ese animal debía estar delicioso. Puchi estaba junto a Drake (Su Husky) pero el animal ahora salió por la puerta y empezó a caminar al cuarto de la cazadora, no veía justo eso de no ver a la novia y le molestaba, pero era lo que pasaba. Había oído rumores de una luna de miel, esa cosa debía estar deliciosa, le gustaba lo dulce y se comería la miel entera, pero no sabía cómo llegar a la luna, era el problema.

Lo que si iba a pasar después de todo, sería un largo entrenamiento que el lobo iba a hacer, el último seguramente, se reuniría con su maestro Toshi y aprendería todo lo necesario para poder cuidar de la cazadora. Ahora era su prioridad, debía cuidar de ella fuese como fuese y no le importaría matar a todo aquel que la atacara a ella. Su cabeza pasó a marearse un poco y su estomago pegó un pequeño rugido a causa del hambre, eran las siete de la tarde y ni siquiera había desayunado. Una gotita de sudor le cayó por la frente al estilo anime mientras olisqueaba la comida de fuera, temía por las deliciosas gambas, conociendo a Akai, se las comía enteras. Además Alex se cargaría las empanadillas, hinchó los mofletes como un crio cruzándose de brazos mirando un reloj de la sala tranquilamente esperando a que fuese la hora. Esa comida le estaba llamando.

Sato se encontraba (como siempre) perdido en una pequeña isla que parecía encontrarse en el culo del mundo; ¿Cómo demonios el samurai acabó en esa lejana isla? La respuesta es una de las peores armas en contra de cualquier hombre: el alcohol.

Feliz de haber sido aceptado en la nueva banda del capitán Minato Kazou, Sato decidió romper su pacto de abstinencia al alcohol hecho desde el accidente del bar de Wano hace ya mucho tiempo; pero ese día había sucedido algo que marcaría la historia de Sato, por fin había conseguido ingresar en una banda digna y honorable, muy escasas hoy en día.

Las horas pasaron en aquel pequeño y animado bar localizado en el puerto de Marineford, y las jarras de cerveza se iban acumulando poco a poco rodeando a Sato. Ya sobre las 6 de la mañana,obligado por el gerente del local para prevenir cualquier daño en la estructura por su embriagez, Sato salió del bar rumbo a su nuevo hogar: el barco de Hero´s Force.

En su confusa mente Sato pensaba que el cambio de barco quizás se hubiese realizado mientras él estaba ausente, así que decidió dormir en una pequeña barca pesquera cerca de donde se encontraba. El sueño se apoderó del joven con rapidez, los párpados se le cerraban y las voces de las ovejas gritaban que quería ser contadas.

A la mañana siguiente Sato se encontraba perdido, en medio del mar con la única compañía de una resaca que parecía que le iba explotar la cabeza.

Por suerte no tardó mucho en encontrar la pequeña isla en donde se encontraba, justo a tiempo porque el hambre empezó a hacer efecto.

Ahora mismo Sato se encontraba en una pequeña "expedición" ne busca de comida, cansado, con dolor de cabeza y famélico, la imagen que vislumbró el samurai fue como un pequeño orgasmo para él.

Una enorme mesa cargada de exquisitos manjares y bebida se encontraba ante sus ojos, Sato tardó bastante en dejar de mirar fijamente la comida para ver también lo que parecía los preparativos para una boda.

Un hombre normal hubiera cogido mitad de la comida y se hubiera marchado antes de que lo pillase, pero Sato era un guerrero honorable, seguidor del Bushido y  eso sería una mancha de honor para él.

Con educación dio unos suaves golpecitos en la edificación con semejanza a un castillo, no tardó en contestar un anciano mayordomo.

-Siento las molestias anciano, pero podría indicarme donde se encuentra el dueño de todo esto?- preguntó Sato lo más amable que pudo.
-El señor Drake se encuentra en su habitación, sígueme por favor- dijo el anciano después de echarle una mirada de arriba abajo. Justo después inició un recorrido con sus cortos y lentos pasos hasta una gran habitación.

Después de despedirse, Sato entró en la habitación, ahí pudo ver a un musculado hombre sin camisa tumbado en una cama, parecía estar tan ensimismado  que ni se dio cuenta de su presencia.

Sato dio dos largas zancadas hasta posicionarse a los pies de la cama, y se arrodilló ante el hombre.

-Encantado sr. Drake, mi nombre es Sato y soy un honorable guerrero del famoso País de Wano. Siento interrumpir tus meditaciones pero necesito que me des alimento, a cambio mi honor exige que esté en deuda contigo, hasta que la pueda limpiar cuenta conmigo para ayudarte en todo lo que pueda- dijo Sato sin levantar la mirada, en ese mismo instante un gruñido procedente de su vacío estómago sonó de forma brusca.

Sato ahora mismo se sentía avergonzado, un guerrero como él no debería de mendigar cual pobre por la calle, y menos por comida. Un guerrero de verdad tendría que aguantar días enteros sin comer, o conseguir alimentos por sus propios méritos. Sin duda alguna esto era un escarmiento por romper su voto de abstinencia, pensaba el joven mientras que su cara debajo de la máscara se ruborizaba debido a la humillación que estaba pasando.

Esta vez sí sabía hacia dónde iba. Estaba dirigiéndome, con mi chalupa, hacia una desconocida isla del North Blue. ¿Razón? Una persona que conocí en el Archipiélago Shabaody, y con el que había matado a unos nobles, llamado Drake, me había invitado a su casamiento. Bueno, quizás la palabra adecuada para caracterizarlo no sería "persona". Este tipo, al igual que yo, comió una Akuma no Mi, precisamente la Zoan de un lobo blanco de los polos. Sin embargo, él se creía más lobo que humano, cosa que me causaba mucha gracia. En verdad me agradó bastante cuando recibí la invitación, puesto que hacía mucho que no veía a Drake, y nos habíamos echo buenos amigos en Shabaody.

Como posiblemente iba a estar solo, y no iba a conocer a nadie, invité a mi jefe, Leonel, para pasar el rato. Lo consulté antes con el lobo, y me dio el visto bueno, autorizándome a invitar gente. También llamé al Gyojin que conocí en Shimotsuki, Cánabar, pero me comentó que él también había recibido una invitación por parte de Drake. De todas formas, además de estas tres personas conocidas por mí, podría socializar con los demás amigos del lobo, o con los de su futura esposa.

Hablando de su prometida, yo no la conocía de nada. Me habían comentado que era cazadora de recompensas, por lo que tendría que tener cuidado con sus amigos, que posiblemente se ganen el dinero de la misma manera. Dejé eso de lado, puesto que Drake también tiene recompensa por su cabeza, y no sería problema alguno estar cerca de cazadores, ya que después de todo es una fiesta, y no hay motivo para luchar.

Mi chalupa tocó tierra. La isla era muy pequeña, desconocida por la mayoría diría yo. Miré hacia todas direcciones, hasta que encontré un pequeño lago. Dejé el botecito amarrado a una roca, para que no se vaya, y, virando la cabeza de nuevo, me fijé que nadie mirase, para quitarme la ropa y darme un buen baño. Antes, había comprobado con una rama tirada en el piso, que mis pies llegaban a tierra sin ahogarme, así que, por más que tuviese Akuma no Mi, no sería un problema. Debía bañarme si no quería llegar todo sucio a la boda. Como no podía meter la cabeza debajo del agua, lo que hice fue cogerme del borde, y mover la cabeza hacia atrás para mojarme el pelo. Luego, me giré y junté agua en mis manos, para tirármela a la cara, así azotaría mi cara. Me di cuenta que era agua dulce, luego de tragar unas gotas, así que habría menos problema.

Salí de ese lago a los quince minutos, puesto que me estaba empezando a dar frío, y luego de secarme al sol, me coloqué mis ropas, y volví hacia la chalupa. Por encima de la camisa, me coloqué mi traje de bodas, el cual era un smoking color negro, y una corbata del mismo color, y un pantalón rayado de dos tonos de negro distintos, uno más grisáceo y el otro más oscuro. Dejé mis espadas en la chalupa, puesto que no creía que algo extraño pasase. Decidí ir a caminar, a explorar la ciudad, y de paso a buscar a mi amigo.

No era muy grande la isla. La recorrí de arriba a abajo en media hora más o menos. Miré un reloj en una tienda de ropa, y se hacía la hora de la boda, así que emprendí viaje hacia la edificación más grande del territorio: un enorme castillo, con varios pisos, muy bonito, ideal para un casamiento.

Luego de llegar hasta allí, vi toda la comida de las mesas, pero no me dejé llevar, puesto que no tenía hambre todavía, y aparte quería dejar espacio para más adelante, y disfrutar del casamiento. Toqué la puerta, y un tipo del otro lado, con voz de viejo, me dijo: "¿Qué se le ofrece, señor?"

- Busco al esposo. - le contesté desde afuera, sonriendo. - ¿Dónde se encuentra Drake? - A lo que el anciano me respondió: "Dígame su nombre, para saber si está en la lista". - Soy Flea. - le contesté, eufórico. El viejo abrió la puerta, y cerrando los ojos y con una sonrisa cerrada, accedió. "Pase usted, lo acompañaré a la habitación de Drake." fue lo que me dijo.

En el camino hacia la habitación de Drake, estuve mirando todas las paredes, pintadas y decoradas con un toque que sólo se encuentra en las bodas. Finalmente llegamos hasta una gran puerta de madera. El anciano tocó la puerta, y le dijo a Drake: "Señor, ha llegado otro invitado." Abrió la puerta, y ahí estaba, descamisado y recostado en su cama, con un tipo con una máscara de oso rogándole quién sabe qué.

- ¡Drake, viejo amigo, cuanto tiempo! - me acerqué hacia él, y le ofrecí la mano para saludarnos. - Que suerte que te casas, espero que todo salga bien. Ah, espera - escabullí en el bolsillo de mi traje, y saqué un paquetito rojo con un moño azul. - ¡Feliz casamiento, amigo mío! - le dije, con una gran sonrisa en la cara. Luego, me aproximé hacia el tipo con la máscara de oso. Al parecer era espadachín, puesto que en su cintura tenía dos fundas. - Un gusto, mi nombre es Flea. ¿Cómo te llamas?

off:

Al conde no le solían gustar eventos como aquel. Se le antojaban superficiales, aburridos, y carentes de significado. Sin embargo estaba acostumbrado a ellos. La política se lo había exigido en el pasado, y además aunque desde que había salido a navegar los evitaba, había hecho una excepción por Drake. Al fin y al cabo era su hombre de confianza y casi un amigo. No diría tanto como eso, porque el conde no tenía amigos. La amistad era algo que nunca le había llamado la atención. Compañerismo, cooperación o lealtad eran palabras que entendía, sin embargo. Por eso había acudido como padrino de boda de su guardaespaldas. Consideraba que le estaba haciendo un gran honor al aceptar aquel papel en la boda de alguien de origen plebeyo (algo que hubiese escandalizado a muchos nobles), y realmente consideraba apropiado hacérselo dado el fiel servicio del lobo.

Estaba sentado en una esquina, bebiendo de su botella de sangre. En aquel momento estaba en forma humana. Su melena era color negro y sus ojos azules. Era pálido de todos modos. Iba vestido con sus ropas de gala: un smoking negro con pajarita y una capa del mismo color pero con el forro interior rojo. Sin embargo, llevaba consigo la Kokuto Yoru por si algo iba mal, y como un gesto hacia Drake para que viese que empleaba su regalo. Estaba atento a ver quién entraba a la sala. Además de la propia boda, otro motivo para estar allí era conocer a guerreros poderosos de todo el mundo. Como una persona famosa y miembro de su tripulación, el lobo había conocido a mucha gente así. Sin embargo, de momento sólo había visto a un extraño espadachín con cabeza de oso de peluche y un espadachín joven, un revolucionario de baja recompensa.

- Qué aburrimiento... Y estos camareros no tienen sangre para servir, por supuesto. Y dudo que a Drake le hiciese gracia que me los bebiese - era irónico que fuese él quien tenía que refrenarse y no Drake. Era como ver invertidos sus papeles.

Alex estaba sentado en una esquina, cerca del lugar donde se celebraría la boda. Llevaba un esmoquin negro con una camisa morada. También llevaba una corbata oscura. Se alegraba por Drake, y todo aquel asunto de la boda sin duda le hacía ilusión al chico lobo. Pero Alex no era el típico chico al que le gustasen las convenciones sociales. Si podía mantenerse en un discreto segundo plano, podía hacer toda aquella situación más llevadera. Por suerte para él, Drake había elegido a Derian de padrino. Aquello era sin duda un alivio. El hecho de tener que hacer una escena frente a un montón de invitados expectantes era algo que no atraía lo más mínimo al médico. Él era más de pasar desapercibido entre la multitud. Soltó un leve bostezo, debido en parte al calor y en parte al tiempo que llevaba sin dormir. La última noche la había pasado en vela ultimando detalles para la boda.



Había estado ayudando en la colocación de los adornos y las mesas. También había ayudado en la colocación de las bandejas de comida. Pese a sus ganas de comer, sabía que había que tener ciertas normas de etiqueta y comportamiento, y había decidido no tomar bocado hasta que el lobo y su novia estuvieran presentes.  Por simple educación. Derian estaba a cierta distancia de él, en una mesa, bebiendo de una copa que contenía un líquido rojo. El médico se había acabado acostumbrando a ver al vampiro beber tanto vino como sangre, por lo que aquella escena no le era extraña. Había avisado a los mayordomos contratados para que si Drake le requería, lo avisaran de inmediato. Mientras tanto, observaba a la gente llegando. Desde aquella esquina, refugiado de miradas ajenas.

Echó un vistazo a su maletín, a su lado, en el suelo. En él llevaba preparado su regalo. No pensaba mostrarlo a la gente. Nadie debía verlo. Drake el que menos. El médico estaba bastante orgulloso de aquel objeto. Sin duda era una obra de arte. Quería saber la reacción de Drake cuando lo viera.

Un hombre con una máscara de oso apareció caminando por entre los árboles. Vestía con unas ropas ligeras, y la máscara le cubría por completo la cabeza. Alex no sabía quien era aquel tipo, pero seguramente fuera un amigo de Drake o de su novia. Minathy, eso era. Así se llamaba. El médico chasqueó la lengua, hacía un rato que intentaba recordar su nombre. El lobo le había hablado de ella en alguna ocasión. Parecía muy feliz cuando lo hacía. Otro hombre se acercó de la misma dirección que el cabeza oso. Invitados para la boda. No sabía dónde se había metido el primero, pero vio como este hablaba con uno de los mayordomos y entraba en el edificio donde el novio y la novia esperaban impacientes su boda. El médico soltó un quejido suave. No iba a saber de quién eran amigos, y aquello lo molestaba un poco. Por simple curiosidad.

Se cruzó de brazos y esperó a que llegara más gente. Tal vez conociera a alguno.

Agh, ¿qué hora era? O mejor ¿qué día era? Había perdido la noción del tiempo y estaba tirado en la cama del barco, semidesnudo mientras intentaba recordar algo, hasta que un grito me interrumpió mi pequeño intento de viaje por mi memoria, era Rose gritando que me diese prisa, pues nos estaban esperando… ¡Oh mierda! Me tenía que vestir adecuadamente, pues ese día era uno bastante importante en la vida de Drake, pues se iba a casar, no conocía a la novia pero estaba seguro de que había elegido bien, hecho eso me levante corriendo de la cama, haciendo que las mantas volasen por el cuarto mientras buscaba uno de los dos esmoquin que había comprado para la ocasión, los dos de un color negro como la noche, pues había recibido el aviso de que le comprara uno.

Me quedaba bien, o eso diría cualquiera, pero yo lo sentía molesto, me incomodaba al moverme pero era porque no estaba acostumbrado a ese tipo de ropas y no me gustaba llevarlas, pero por suerte sabía hacerme el nudo de la corbata que acompañaba al traje, a parte del esmoquin negro para Drake había comprado un pijama de color celeste con un estampado de patitos de color amarillo y que sería lo primero que le daría pues quería gastarle una pequeña broma, pensaba mientras cogía una pequeña bolsa para guardar el esmoquin y el pijama y mi espada Dimmet Legionnaire guardada en su funda para aguantar la bolsa mientras me la cargaba al hombro y salía de mi cuarto en el nuevo barco rosa de Sons, para entregarle el traje a Drake.

Busque a el novio por todas partes, pero no lo encontré hasta que deje de buscar y me puse a deambular por el lugar, buscando algo para comer, pues esta mañana no había desayunado y las tripas le empezaban a rugir, entonces vi a Drake, sonriendo y sin camiseta, lo que era común en el, por tanto me acerque a el hombre y le puse el pijama de patitos en la cara mientras le decía.

-Toma, tu esmoquin.-Le decía al ponérselo en la cara antes de soltar una carcajada y sacar el verdadero traje de la bolsa.

Era la primera vez que me invitaban a una boda la verdad no sabia bien que hacer pero al menos una cosa era segura no debía hacer ninguna tontería, no sabia bien si tendría que llevar un regalo así que decidí tener preparado algo... La verdad no conocía a aquel chico en persona pero una cosa era segura había oído hablar de el varias veces y si mis contactos eras cierto el chico podía transformarse en un lobo gracias a su akuma no mi, por ese motivo viento también le acompañaba no era algo seguro pero la presencia de un lobo quizás le tranquilizaría en un día tan importante como este. -Casarse... yo no lo haría parece algo muy problemático- dije mientras acariciaba a Viento y esperaba que la barca nos llevara a nuestro destino seguidamente Viento se levanto y miro al frente eso solo podía significar una cosa ya había llegado a los pocos segundos amarre la barca y observe como los Sons y otras personas ya habían llegado sin darle mucha importancia comencemos a caminar y para mi sorpresa vi a una persona que no veía en mucho tiempo se trataba de Iku estaba agarrado a Crimson y para mi sorpresa este estaba arreglado, quien lo iba a decir alguien como el tomándose enserio algo, pero no intento llamar su atención ya habría tiempo para hablar en la fiesta.

A continuación me agache y susurre algo ah Viento -Busca a alguien que huela a lobo y dale nuestro regalo y quédate con el para tranquilizarlo- sin perder un segundo Viento comenzó a buscar al chico y por mi parte me quede esperando junto a otras personas a que comenzara la boda o viniera mas gente.

Más y más invitados aparecían, y el lugar empezaba a llenarse de gente. Cerca de Derian apareció una pareja. Un hombre fuerte y con un traje de cuero, y una chica con un vestido rojo muy atractivo. El médico observó disimuladamente a aquellos dos. No los conocía.

Se encogió de hombros y observó a su capitán. Seguía en un lugar bastante discreto, sin llamar la atención. Buscó en su bolsa. Acabó encontrando una tira de tela y un aparato metálico de forma cilíndrica. Introdujo la cinta de tela dentro del cilindro y volvió a guardarla en el maletín.

Se crujió los nudillos con disimulo. Seguía sin conocer a nadie de por allí excepto a los de la tripulación. Había visto a bastante gente entrando en el edificio donde estaban Drake y la novia. Si el chico lobo no lo había llamado aún, es que no necesitaba nada. El médico se aburría. Pero no pensaba abandonar su posición de "vigilancia". Podía ver todo el tinglado desde allí, nadie escapaba a su vista. Reconoció entonces a alguien entrar en el edificio. Una chica de pelo rosa. Se puso rojo, recordando cómo la había conocido. Sintió como algo le corría por la cara, y sacó un pañuelo para limpiarse. Sangre roja manchó el pañuelo. "Mierda..." pensó el médico al tiempo que se tapaba la nariz con el pañuelo de tela. Aquello era un poco incómodo.

Suspiró. Seguramente Derian había notado la sangre. Tampoco era que le importase. Cruzó las piernas y se acomodó de nuevo en su asiento, observando a la gente a su alrededor. Prefería pasar desapercibido y recopilar datos.

Un hombre había entrado en la habitación, y después de darle un regalo empaquetado al anfitrión (el samurai después de oír a varias personas supuso que eso era una boda) se le presentó, su nombre era Flea.

-Encantado Flea, mi nombre es Sato y soy un honorable guerrero samurai del reino de Wano- dijo Sato mientras hacía una pequeña reverencia al hombre.

Luego de eso se dio cuenta de que otro hombre también se encontraba en la habitación, si no se equivocaba era uno de los 7 temidos Sichibukais, escoria disfrazada de una escoria menor en opinión de Sato. Parecía fuerte, pero lo que más le inquietaba no era su fría mirada si no su bebida...sangre.

Ignorando al excéntrico personaje Sato volvió a dirigirse a Flea, ese hombre le había agradado.

-Bueno Flea, supongo que esto es una boda. ¿No? Me siento deshonrado por tener que inmiscuirme en ella pero estaba en una situación de urgencia- dijo Sato mientras rozaba su tripa que cada vez le dolía más.

Las vistas de la ventana de la habitación tampoco le ayudaban mucho: un patio cada vez más lleno de gente mientras se veía claramente la enorme mesa llena de comida que serviría de banquete. Al samurai se le hacía la boca agua, menos mal que con la máscara nadie podía ver sus expresiones

Drake comenzó a notar los distintos olores, decidió dejar su forma tranquila y comportarse como sabía muy bien. Sus ojos se volvieron dorados mientras sonreía de lado, de repente pudo escuchar como alguien se aproximaba. De repente pudo ver a un tipo con cabeza de oso, se quedó flipado, este hombre le pidió comida a cambio de estar en deuda con él, además le había llamado señor. El chico sonrió tranquilamente soltando una pequeña carcajada amable, no le gustaba que le llamaran así, se sentía extraño y les recordaba a los agentes del gobierno, cosa que odiaba. Ahora le señaló la ventana el hombre que decía ser un samurái del país de wano, sin duda la cuna de los mejores espadachines. Tras señalar le habló tranquilamente de forma amable mientras suspiraba.

- No me debes nada amigo, llámame Drake simplemente. A fuera hay una mesa llena de comida, puedes comer lo que quieras ¡Colega!

Dijo exclamando por último sonriente mientras ahora notaba el olor de otra persona que esta vez sí conocía. De repente pegaron a la puerta y vio entrar a Flea, le sonrió con calma mientras le daba un abrazo y tomaba la cajita. No sabía lo que era y sin duda alguna conociendo a su amigo le gustaría, abrió la caja y pudo ver una deliciosa hamburguesa. Sus ojos se pusieron de estrellas mientras la engullía en tiempo record de un enorme bocado y le daba las gracias soltando una carcajada. Acto seguido entró su hermana. El chico sonrió ampliamente mientras la abrazaba también y la escuchaba. Se sorprendió al ver los anillos, no tenía ni idea de cómo funcionaban, pero la escucharla asintió y después escuchó que se iba a ver a Minathy, a lo que le respondió.

- En ese caso llévate los anillos y ponlos en el altar hermanita jajaja y la próxima boda es la tuya, ya te he buscado marido, se llama Abyss, te caerá bien jajajaja.

Una vez salió rose, hablando del rey de roma, entró por la puerta corriendo. De repente le puso en la cabeza un pijama de patitos. Drake se quedó mirándolo unos segundos para después abrir la boca mostrando una sonrisa increíble, Abyss la había liado, le había encantado su traje. Cogió el pijama y sonriente empezó a ponerse la camiseta que le venía genial, pero de repente pudo ver que el verdadero era un traje negro, eso le fastidió la fiesta, le hacía ilusión llevar el pijama puesto, era muy cómodo.

- Muy gracioso hermano, me había emocionado al poder llevar el de los patos, mola muchísimo jajajaja. Me recuerda al estanque que llenemos de pólvora en la despedida jajajajajajajaja.

Soltó una enorme carcajada recordando la noche brutal y bestial que se habían pegado los dos. Ahora se empezó a colocar el traje, le quedaba más o menos bien pero pegado. Era normal, no debían existir tallas para Drake, su musculatura era sobrehumana.

Spoiler:

Una vez se lo hubo colocado notó un extraño olor, le era familiar, le recordaba a sí mismo. De repente por la puerta entró un lobo negro. Drake sonrió emocionado y se quedó mirándolo, el animal fue directo a él. Este le acaricio la cabeza sonriendo, le tranquilizaba tener a uno de los suyos cerca, pero debía ser la mascota de alguien. No se había merendado a nadie y eso era bueno, de modo que sin duda era una mascota. Ahora el chico se asomó a la ventana observando a varias personas que ya conocía. Derian era uno de los primeros que quería que estuviese allí. También vio al ligón de Crimson, el águila era increíble, ese hombre era un legendario ligón o algo por el estilo, siempre rodeado de chicas, a Drake le caía genial. Era su compañero en Sons Anarchy en la división cero. Faltaba Deadpool y la burra Ramona, tal vez podían hacer dos bodas y todo.

Pudo ver a Iku junto al águila, pasó la mirada rápidamente y pudo ver a Alex tranquilamente. También a Akai, un chico que conoció en Ohara y le cayó bastante bien, además de un músico genial. Había muchas personas allí, pero no había duda, para el lobo la chica más bella, dulce, linda, preciosa y perfecta que estaba en la isla era Minathy. Era su pequeña, cada cual tenía su gusto, pero sin duda el lobo estaba loco por ella. Para él era la panterita perfecta, la chica más genial que pudo llegar a ver en su vida. Además de ser una gran cazadora y por si fuera poco no había tratado de cazarle, el lobo había estado por muchas islas y por casi todos los mares. Pero nunca había visto chica que le hiciera sombra a la pantera blanca, además ella había sido la única en conquistar al lobo con una mirada. Muchos ya dudaban de que el castaño fuera asexual, pero sin duda alguna aquella chica era la única que le volvía loco en todos los sentidos, incluso cuando le violó literalmente. Era increíble que un lobo y una pantera fueran a casarse, pero así era. La iba a proteger siempre y si alguien atacaba a su chica, fuese quién fuese, Drake le arrancaría la cabeza de cuajo. Ahora se giró mirando a Abyss.

- Hermano tu si la conoces jejeje es la chica de la isla de vacaciones. Joder que ganas tengo de verla tío, no he visto chica tan perfecta en mi vida, al menos para mi gusto claro. Por cierto te he buscado mujer, tienes que casarte con la Shichibukai Dark D. Rose ¡jejejejejeje!

Derian observaba con cierto aburrimiento a los asistentes. No parecía haber nadie interesante. La persona con más "rango" en las cercanías era la recién nombrada shichibukai Dark D. Rose, una novata que cuando fue nombrada Yonkaikyo Derian ya era del Ouka. Las conversaciones en general eran tediosas e intrascendentales para el vampiro, el cual con su fino oído podía captarlas todas. Detectó con su olfato la sangre de su médico, y comenzó a entrarle sed, lo que le enfadó de sobremanera. ¿Y ahora con qué se había hecho daño? Ya podía tener más cuidado estando él cerca.

- Voy a necesitar mucha sangre para aguantar esto... o en su defecto alcohol. Y en grandes cantidades - dijo, suspirando y estampándose la palma de la mano derecha en la cara.

Fue entonces cuando captó un fragmento de conversación que llamó su atención, por desgracia para el osado (o más bien incauto) que decidió bromear acerca de él. Al parecer, un hombre de pelo blanco. Los ojos de Derian brillaron peligrosamente con un destello dorado, evidenciando el peligro latente. Se levantó, agarrando la espada que reposaba a su lado y apoyándosela al hombro. Por suerte llevaba puestos sus guantes para evitar que el mango en forma de cruz le quemase la mano. No era otra que la Kokuto Yoru, la Saijo O Wazamono que había pertenecido al legendario espadachín Dracule Mihawk "Taka no me". Caminó hacia el hombre lentamente, que hablaba con una mujer que no le sonaba de nada al vampiro. Antes de hablarle, lo acechó estudiándolo con calma, y creyó notar algo extraño en sus gestos, pero no sabría decir el qué. Mientras se acercaba, se dio cuenta de que la chica continuaba la broma, pero decidió ocuparse primero del candidato a cadáver número uno. Se plantó frente a este con cara de pocos amigos y una mirada de desprecio y frialdad.

- Vaya, no me hubiese esperado que Drake tuviera el mal gusto de invitar a alguien así... pero qué se le va a hacer, este chico siempre ha tenido la mala costumbre de relacionarse con inferiores. Presas como tú deberían aprender modales a la hora de dirigirse a un cazador - lo observó con desdén - Ni siquiera eres alguien de renombre. ¿Sons of Anarchy? No sois más que una banda de novatos. Yo ya era Shichibukai cuando la capitana fue aceptada como Yonkaikyo - dijo, en mención a lo que había oído.

Tenía una sospecha con respecto a su brazo derecho. Un detalle en que la mayoría de la gente no repararía, pero una persona tan observadora e inteligente como Derian sí. Si sus suposiciones eran correctas, alguna clase de lesión le impedía usar y mover correctamente el brazo... detalle que sería útil si aquello derivaba en una pelea, o si volvía a encontrárselo en un futuro.

- Tú y yo ni siquiera nos conocemos. Se ve que a los de tu calaña no os enseñan ni lo más mínimo sobre modales.

Se giró hacia la chica con una mirada inhumanamente fría, sin dejar de empuñar la Kokuto Yoru.

- Y de ti ni siquiera he oído hablar nunca. Desaparece, o adornaré la pared con tus tripas. - sin prestarle mucha más atención, considerándola irrelevante, se giró de nuevo hacia el otro - Preferiría no tener que matar a nadie en la boda de mi discípulo, así que más te vale dejarte de... bromas. Retira lo que has dicho y suplica perdón, y haré como que nunca te he visto. De lo contrario, la próxima vez que nos veamos colgaré tus entrañas de mi palo mayor.

Tras soltar sus amenazas, se alejó de los dos con una expresión de fría ira. Estaba realmente enfadado y molesto, y le apetecía matar a alguien. Reprimió sus instintos homicidas y se dirigió hacia el lugar de donde le llegaba el olor de Drake. Se acercó a este, manteniéndose a una distancia prudencial y le dijo:

- Tengo un regalo de bodas especial para ti. Pero antes de pasar a esas trivialidades... que sepas que no estoy conforme con los invitados. Una mujer vestida de manera indecorosa y una presa de pelo blanco que al parecer es de los miembros originales de Sons of Anarchy han tenido la mala idea de provocarme. No los he matado porque es tu boda... pero una vez acabe, por amigos tuyos que sean, quiero sus cabezas. Les faltará mar para huir de mi si no se retractan de sus palabras.

En la trastocada mente del vampiro, donde sólo cabían pensamiento psicópatas y alabanzas para sí mismo, cualquier ofensa por pequeña que fuera hacia su persona era digna del mayor de los castigos. No en vano había asesinado a su padre por el mero hecho de no dejarle practicar la arqueología y mandado asesinar a su hermano. El conde era un peligro público. De no haber nacido en una familia noble, posiblemente hubiera sido un asesino en serie.

Alex observó la escena. Había escuchado algunas de las palabras de la conversación entre la pareja. Y había visto a Derian levantándose y amenazando a la pareja. El conde se había movido de allí, dirigiéndose al castillo. El hombre del traje de cuero se había levantado y caminaba hacia le mismo lugar con actitud bastante hostil. El médico suspiró. No era fan de las bodas, pero un día de tranquilidad se iba a agradecer. Se movió en forma de gas tan rápido como pudo, llevando con él su maletín y la lanza. Se materializó delante de aquel hombre. Ciertamente estaba intimidado ante la poderosa presencia de aquel tipo. No parecía alguien a quien tomarse a broma. Decidió elegir las palabras con cuidado.

- Disculpe a mi capitán, señor... Siento que haya sucedido algo así, y me gustaría pedirle perdón en su nombre -dijo mientras lo miraba a los ojos-. No suelen gustarle las convenciones sociales, y se encuentra incómodo en un lugar como este... -inmediatamente añadió-. No quiero con esto disculpar su comportamiento, pero dado que estamos en un día de celebración, le pido por favor que intente olvidar esas palabras ofensivas. Yo iré a hablar con él. No me gustaría un derramamiento de sangre en una boda... -dicho esto, observó al tipo con una mirada neutra, sin chulería, pero tampoco mostrándose intimidado. Una mirada que decía que no quería montar una escena, pero que de ser necesario lo haría. Aunque saliera mal parado. Posteriormente, se dirigió a la mesa e hizo una leve reverencia a la dama del vestido rojo-. Siento lo ocurrido señorita, me encargaré de hablar con el señor Markov ahora mismo.

Tras estas apresuradas disculpas, echó a volar a toda velocidad hacia el castillo. Entró por la puerta como una nube de cloro y buscó al conde. Lo acabó encontrando hablando con Drake. Le hizo un gesto para que se acercase y le dijo:

- Por favor, Derian... trata de ignorarlos. Sé que puede ser un poco difícil para ti hacer algo así cuando tu nombre y tu honor son ofendidos, pero estamos en una maldita celebración. ¿Acaso no eres un cazador? ¿No puedes mantener la cabeza fría? Si de verdad eres un cazador, ignora los comentarios de una simple presa. No te rebajes a su nivel, joder... -el médico estaba tenso. Era la primera vez que hablaba así al vampiro, al menos que él recordase. Esperaba que aquellas palabras sirviesen para calmarlo-. No espero que vayas allí a disculparte, pero al menos podrías mantener un poco el temple. Y ahora, si me disculpas, volveré a mi sitio.

Dicho esto, regresó volando a través de una ventana a su silla. No parecía haber ninguna novedad en su breve ausencia, y aquello le agradaba. No quería perderse detalles de la celebración.

Escuche la respuesta del lobo y solté una carcajada, realmente se lo tomaba a broma, lo cual era bueno para que no estuviese nervioso durante la boda, al ponerse el traje vi que le quedaba ajustado, pero es que su masa muscular era algo tan desarrollado que no me extrañaba que su cerebro se hubiese mudado a uno de sus bíceps.

Al rato entro un lobo en la instancia, ¿qué coño hacía un lobo en una boda?, pero Drake le acaricio la cabeza como si nada y se puso a mirar por la ventana y por acto reflejo yo también, había muchos desconocidos, pero me pareció reconocer a Crimson entre la multitud, aunque seguramente fueran imaginaciones mías, pues fue un vistazo rápido, hasta que vi entrar a un hombre al cuarto, este tenía el pelo largo negro y unos ojos azules que harían estremecerse incluso al más gallardo, soltó algo sobre una mujer vestida de manera “indecorosa” y una presa de pelo blanco, miembros originales de Sons of Anarchy y que quería sus cabezas, lo cual me hizo enarcar una ceja ante el comportamiento del hombre y apreté un poco la empuñadura de mi espada, no me hacía mucha gracia la idea de que hubiese una pelea en la boda y por suerte un hombre en traje que entro tras este, de pelo negro corto le intento calmar antes de salir convertido en una ¿nube? Pero de alguna manera me recordaba a alguien, pero no podía recordar a quien, quizás si lo hubiese visto mejor…

Y tras eso, el comentario de Drake, dándome a recordar quién era la novia pues me acordaba de haberla visto una vez, hacía bastante, dijo una cosa que me dejo tan descolocado que no sabía cómo responderle a parte de con una risilla tonta ¿Qué me casara? Eso sería firmar la sentencia de muerte de una persona aparte de que el tiempo que estaría junto a ella, pues no era homosexual, sería más bien escaso. Pero su candidata era incluso una locura, ¿Por qué digo esto? Porque la conocía muy bien y sabía que esa mujer podía no tener sentimientos, además ¿cómo me iba a casar con ella?

-¿Tu estas mal de la cabeza? ¿Quieres casarme con mi capitana?-Le pregunte mientras hacía un gesto con el dedo dándome golpecitos en la sien. Suspire-Me vas a meter en un problema Drake.-Y entonces me fije en su corbata, estaba mal atada, por lo que solté mi espada, donde llevaba la bolsa con la ropa, y le volvía a hacer el nudo-Hecho. Con el traje pareces hasta civilizado.-Dije en tono de broma al lobo y acompañado de una carcajada.