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Akuma no mi
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La canción seguía sonando cada vez con mas fuerza pues empezaba a dejarme llevar por mi alma artista y no recordaba que estaba a la espera de que se iniciase una boda. La canción finalmente llegó a su fin y en ese mismo momento escuché como un hombre humillaba a dos personas y cuando me giré para ver quiénes eran pude ver que hablaba con un joven desconocido de pelo blanco y con Iku, una joven que conocí en Sabaody y que me caía bien. Esas palabras hicieron que vritara una gran ira en ni interior y que mis ojos se volvieran negros al convertirse en llamas negras pero al parecer no era el único que quería matarlo. Afortunadamente un hombre vestido de traje llegó poco después para tratar de aliviar la tensión, momento en el que recordé que había prometido no armar peleas así que simplemente me levanté y me dirigí al cuarto donde estaría el novio y tras abrirla vi al hombre de antes, al que parecía ser el causante de ni ira, a un completo desconocido y al novio. Me acerqué a y tras sacar una botella del lado izquierdo de mi chaleco y lo entregué diciendo Disfruta de este ron que es típico de mi isla natal y uno de los mejores. Es de las pocas botellas que quedan. Ahora voy a volver a mi sitio a ver si me calmo un poco con ka guitarra.[\color] Tras decir esto me di la vuelta y caminé hacia mi sitio donde cogí la guitarra y empecé a tocar lo primero que salía improvisando la melodía.
- off:
- Lo he escrito desde el móvil así que pido un poco de comprensión ante lo corto que es y las posibles faltas.
Minathy Witherose
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Minathy sonrió a la pelirroja y se dejó hacer. Permaneció quieta mientras la otra escogía y aplicaba el maquillaje.
-menos mal que llegaste, estaba a punto de volverme loca, no entiendo cómo puedo estar tan nerviosa pero lo estoy.
En su regazo, Puchi dormitaba, ajeno al ajetreo, como envidiaba al perro, ella no habría podido pegar ojo aunque lo hubiera intentado.
Se relajó sintiendo como Rose trabajaba sobre su rostro, odiaba el maquillaje, nunca lo usaba, pero debía reconocer que la sensación de los pincelillos sobre sus parpados era relajante.
Tardaron menos de lo que esperaban en terminar y se miró al espejo mientras la pirata le colocaba la gargantilla.
Había escogido un maquillaje suave y nada exagerado, apenas se notaba, excepto por las suaves sombras en sus parpados y el labial que hacia brillar sus labios. En definitiva, un efecto natural pero coqueto, rose tenía buena mano para la estética.
Paso los dedos colocando bien la gargantilla, una sencilla, de suaves líneas plateadas, con una pequeña piedra esmeralda en el centro, a juego con sus ojos.
Le sonrió a la pelirroja a través del espejo y se puso en pie, dejando al perro suavemente en el suelo.
El huskie protesto, estaba bien cómodo en sus piernas y por muy mullida que fuera la alfombra, no se comparaba al regazo de su amiga.
Minathy rió ante las protestas del cachorro y suspiró felizmente, ya no estaba tan nerviosa, tener a alguien con quien esperar la calmaba. Escucho a Rose decirle que todo estaba listo excepto el vestido y soltó una risita, la palabra vestido de novia, en boca de Rose, le traía recuerdos de su despedida de soltera, una noche épica junto a su amiga que habían jurado guardar en el más estricto de los secretos.
-enseguida me cambio, supongo que es hora de bajar y saludar a los invitados antes de la ceremonia, los pobres deben de estar cansados de esperar.
Sin pudor alguno se quitó la bata y descolgó el vestido de su sitio, no era nada aparatoso por lo que no tardó mucho en ponérselo.
Con un gesto se acomodo el generoso escote, adornado con brillos y pedrería plateadas y se colocó la tela que caía hasta el suelo formando una pequeña cola circular. Al menos en eso había acertado, no le gustaban las cosas aparatosas por gustar ni siquiera le gustaban los vestidos, pero ese había llamado su atención y sacado ese lado malicioso que llevaba muy dentro.
Se calzó unos zapatos de tacón de aguja altos y sonrió a su amiga.
-bien, la novia está lista, ahora, haz el favor de escoltarme hasta abajo, o seguro que me descalabro por los escalones
Cogió a la pelirroja del brazo sin dejar de sonreír feliz.
Definitivamente ese sería el mejor día de su vida.
-menos mal que llegaste, estaba a punto de volverme loca, no entiendo cómo puedo estar tan nerviosa pero lo estoy.
En su regazo, Puchi dormitaba, ajeno al ajetreo, como envidiaba al perro, ella no habría podido pegar ojo aunque lo hubiera intentado.
Se relajó sintiendo como Rose trabajaba sobre su rostro, odiaba el maquillaje, nunca lo usaba, pero debía reconocer que la sensación de los pincelillos sobre sus parpados era relajante.
Tardaron menos de lo que esperaban en terminar y se miró al espejo mientras la pirata le colocaba la gargantilla.
Había escogido un maquillaje suave y nada exagerado, apenas se notaba, excepto por las suaves sombras en sus parpados y el labial que hacia brillar sus labios. En definitiva, un efecto natural pero coqueto, rose tenía buena mano para la estética.
Paso los dedos colocando bien la gargantilla, una sencilla, de suaves líneas plateadas, con una pequeña piedra esmeralda en el centro, a juego con sus ojos.
Le sonrió a la pelirroja a través del espejo y se puso en pie, dejando al perro suavemente en el suelo.
El huskie protesto, estaba bien cómodo en sus piernas y por muy mullida que fuera la alfombra, no se comparaba al regazo de su amiga.
Minathy rió ante las protestas del cachorro y suspiró felizmente, ya no estaba tan nerviosa, tener a alguien con quien esperar la calmaba. Escucho a Rose decirle que todo estaba listo excepto el vestido y soltó una risita, la palabra vestido de novia, en boca de Rose, le traía recuerdos de su despedida de soltera, una noche épica junto a su amiga que habían jurado guardar en el más estricto de los secretos.
-enseguida me cambio, supongo que es hora de bajar y saludar a los invitados antes de la ceremonia, los pobres deben de estar cansados de esperar.
Sin pudor alguno se quitó la bata y descolgó el vestido de su sitio, no era nada aparatoso por lo que no tardó mucho en ponérselo.
Con un gesto se acomodo el generoso escote, adornado con brillos y pedrería plateadas y se colocó la tela que caía hasta el suelo formando una pequeña cola circular. Al menos en eso había acertado, no le gustaban las cosas aparatosas por gustar ni siquiera le gustaban los vestidos, pero ese había llamado su atención y sacado ese lado malicioso que llevaba muy dentro.
Se calzó unos zapatos de tacón de aguja altos y sonrió a su amiga.
-bien, la novia está lista, ahora, haz el favor de escoltarme hasta abajo, o seguro que me descalabro por los escalones
Cogió a la pelirroja del brazo sin dejar de sonreír feliz.
Definitivamente ese sería el mejor día de su vida.
- vestido, zapatos y gargantilla ^^:
Iku Hanna
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Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
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Al parecer el chico sobre el que Crimson y yo bromeábamos escuchó la conversación, y, al parecer, no le gustó nada. La verdad es que lo nuestro no estuvo bien pero… ¿Qué es eso de ir poniendo la oreja en conversaciones ajenas?. Pensé mientras escuchaba lo que él extraño joven decía y lo ignoraba totalmente. Al igual que su compañero Crimson.
Mi compañero seguía con la broma, pero ya era pasarse por lo que le dirigí una mirada que decía “para”, y después iba a pedirle disculpas al ofendido, pero entonces, empezó a decir cosas que comenzaban a sacarme de quicio, y, al parecer a Crimson y Akai, un chico que conocí hace unos meses también. Miré a ambos y Crimson pudo decir unas conmovedoras palabras que acabaron con un: “voy a por él”.
Me levanté de inmediato de mi asiento y a gran velocidad me interpuse entre mi acompañante y el joven que nos amenazó, del que por cierto, no tenía miedo alguno. ¡Hey chocos! Parad ya. Tú no vas a ir a por nadie y vas a venir conmigo fuera a que te dé el aire. No tienes opción alguna. Dije tranquila cogiendo al joven peliblanco de la mano y llevándoselo de aquel lugar ignorando al ofendido pelinego.
Antes de salir me acerque a saludar a Akai. Te dije que nos volveríamos a ver, y que sepas que no me olvido de esas clases de guitarra que me debes. Espero que podamos hablar tranquilamente después. Dije amablemente y salí del establecimiento con el peliblanco de la mano ya que no había empezado la ceremonia todavía.
Una vez fuera miré a mi acompañante y puse mi mano sobre su mejilla. Acariciándola. No puedes ponerte así por cualquier chorrada que pase. Además, él tiene razón. No le conocemos de nada, al menos yo no, y nos pusimos a bromear sobre su sexualidad. Estuvo mal por nuestra parte. Aunque… Podría habérselo tomado con más humor, pero ese no es el caso. El caso es que tiene razón y no puedes ir queriendo matar a cualquiera por la mínima cosa. Sermoneé a Crimson mientas le seguía acariciando la mejilla y le miraba a los ojos. Ahora prométeme que cuando entremos te vas a comportar como una personita civilizada y educada ¿sí?. Proseguí diciendo y después deje de acariciarle. Aun que mantuve la mirada.
Mi compañero seguía con la broma, pero ya era pasarse por lo que le dirigí una mirada que decía “para”, y después iba a pedirle disculpas al ofendido, pero entonces, empezó a decir cosas que comenzaban a sacarme de quicio, y, al parecer a Crimson y Akai, un chico que conocí hace unos meses también. Miré a ambos y Crimson pudo decir unas conmovedoras palabras que acabaron con un: “voy a por él”.
Me levanté de inmediato de mi asiento y a gran velocidad me interpuse entre mi acompañante y el joven que nos amenazó, del que por cierto, no tenía miedo alguno. ¡Hey chocos! Parad ya. Tú no vas a ir a por nadie y vas a venir conmigo fuera a que te dé el aire. No tienes opción alguna. Dije tranquila cogiendo al joven peliblanco de la mano y llevándoselo de aquel lugar ignorando al ofendido pelinego.
Antes de salir me acerque a saludar a Akai. Te dije que nos volveríamos a ver, y que sepas que no me olvido de esas clases de guitarra que me debes. Espero que podamos hablar tranquilamente después. Dije amablemente y salí del establecimiento con el peliblanco de la mano ya que no había empezado la ceremonia todavía.
Una vez fuera miré a mi acompañante y puse mi mano sobre su mejilla. Acariciándola. No puedes ponerte así por cualquier chorrada que pase. Además, él tiene razón. No le conocemos de nada, al menos yo no, y nos pusimos a bromear sobre su sexualidad. Estuvo mal por nuestra parte. Aunque… Podría habérselo tomado con más humor, pero ese no es el caso. El caso es que tiene razón y no puedes ir queriendo matar a cualquiera por la mínima cosa. Sermoneé a Crimson mientas le seguía acariciando la mejilla y le miraba a los ojos. Ahora prométeme que cuando entremos te vas a comportar como una personita civilizada y educada ¿sí?. Proseguí diciendo y después deje de acariciarle. Aun que mantuve la mirada.
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