Aki D. Arlia
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fuerza
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Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
De alguna manera, terminé en el suelo de la taberna.Supongo que el conde me habría soltado, pero tal y como iba, ni idea. La cabeza me daba vueltas y me venían imagenes aleatorias a la cabeza, pertenecientes a mi infancia. Fruncí el ceño y me llevé una mano a la frente, frotándola. Tratando sin éxito de despejarme. Gemí, frustrada y parpadeé intentando enfocar la vista. No oía nada, solo silencio, y me iba cabreando y frustrando cada vez más, no lo soportaba. Me planteé ponerme a cantar yo misma para alejar la falta de sonido, pero no pude ni intentarlo. De repente, volé.
EL conde me había cogido por la cintura y cargado al hombro. Algo mareada por el brusco movimiento cerré los ojos y me encogí como buenamente pude. Él salió corriendo y saltando, gritando tonterías a voces. Mosqueada empecé a golpearle en el hombro.
-Shueltame!! Te...te exijoo..que mee sueltesh!!!
Mis deseos se vieron cumplidos cuando el Shichibukai tropezó, o cayó, y salí despedida. Aterricé a pocos metros y oí como mi casual acompañante devolvía todo el alcohol. Se me revolvió el estómago al oírle y contuve la náusea mientras miraba alrededor. Por algún motivo me fijé en las estrellas y empecé a señalarlas como idiota, todavía tirada en el suelo.
-¡¡Miraah miraah!! Brillan....shon tan lindash...
Una sonrisa bobalicona se extendió por mi rostro y entonces caí en que estaba sola. Localicé al Shichibukai gritándole a una puerta cerrada, y perezosa de ponerme en pie, me dirigí hacia allí a cuatro patas. Era de madrugada y hacia frío, por lo que para cuando llegué junto a él estaba tiritando. Le tiré de la ropa para hacer palanca y levantarme y sacudí la cabeza por enésima vez esa noche.
-¡¡Nee, neee, tengo friiiio....vamosh a algun shitio neeee...
EL conde me había cogido por la cintura y cargado al hombro. Algo mareada por el brusco movimiento cerré los ojos y me encogí como buenamente pude. Él salió corriendo y saltando, gritando tonterías a voces. Mosqueada empecé a golpearle en el hombro.
-Shueltame!! Te...te exijoo..que mee sueltesh!!!
Mis deseos se vieron cumplidos cuando el Shichibukai tropezó, o cayó, y salí despedida. Aterricé a pocos metros y oí como mi casual acompañante devolvía todo el alcohol. Se me revolvió el estómago al oírle y contuve la náusea mientras miraba alrededor. Por algún motivo me fijé en las estrellas y empecé a señalarlas como idiota, todavía tirada en el suelo.
-¡¡Miraah miraah!! Brillan....shon tan lindash...
Una sonrisa bobalicona se extendió por mi rostro y entonces caí en que estaba sola. Localicé al Shichibukai gritándole a una puerta cerrada, y perezosa de ponerme en pie, me dirigí hacia allí a cuatro patas. Era de madrugada y hacia frío, por lo que para cuando llegué junto a él estaba tiritando. Le tiré de la ropa para hacer palanca y levantarme y sacudí la cabeza por enésima vez esa noche.
-¡¡Nee, neee, tengo friiiio....vamosh a algun shitio neeee...
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