!Saito! ¿Que está pasando? !¿Diga!? ¿!Diga!? [Pri. Tito Krauser / Saito]

El reino de Sakura estaba frente al barco de la marina, justo donde había quedado el Vice-Almirante con el chico del restaurante del Baratie. Ese cazador le había caído bastante bien y ahora iba a verle de nuevo. Había encontrado en su ultimo viaje unas pastillas de un extraño color azulado oscuro, las recogió junto a una huella que vio en el suelo, a alguien se les habrían caído y ahora no sabía lo que eran. El marine estaba ahora caminando por un paraje helado rumbo a la taberna, los marines tenían orden como de costumbre de quedarse en la cubierta.


De repente cogió una de aquellas píldoras y se la metió en la boca para después tragársela, no sabía que efectos podía tener, pero no le dio importancia. De repente su pelo creció algo más de lo normal tomando un tono oscuro, sus ojos se pusieron dorados, cambió totalmente transformándose en una chica, cosa de la que no se había percatado el marine. Sus senos eran bastante generosos, no tardó mucho en llegar a la taberna. Iba vestido con una camiseta de manga corta, con su capa de Vice-Almirante y su espadón en la espalda, además de su pantalón largo y sandalias.


Al entrar por la puerta los hombres que allí había se quedaron mirando sonriéndole, algo que le impresiono. Suspiró un poco mientras ahora se sentaba en una mesa a esperar a que Saito llegara mientras permanecía de esa forma sin darse cuenta, cosa que parecía cómica, porque su carácter lo iba a conservar, aún no había hablado por lo que no sabía que su voz también había cambiado.

Saito caminaba por  el reino de Sakura, donde había quedado con el Vice-almirante Krauser. Caminaba por aquel paraje helado con nada de ropa de abrigo, haciendo que estornudase a cada instante ya que el frío había calado en mis huesos. Pude ver una taberna a lo lejos, por lo que me dirigí hacia ella con la esperanza de calentarme y esperar a Krauser.

Una vez dentro de la taberna pude ver que había varias personas que me miraron. Seguro que me tratarían de loco, ¿qué hacia un Ronin por aquellos parajes helados sin ropa de abrigo?. Me quedé en la puerta observando a todos lados para buscar a Krauser.

Por fin el cazador había entrado por la puerta, era la hora de hablarle. La marine se levantó sonriente mientras caminaba hacia Saito con aquellos vendajes puestos aún, no tardó mucho en ponerse frente a él, sin embargo le parecía algo más alto. Tal vez había crecido, al contrario, el tamaño de la marine era ahora más bajo, de repente sonrió de lado dejando salir su voz para dirigirse al cazador de forma tranquila como de costumbre.


- Te estaba esperando Saito.


De repente pegó dos pasos atrás abriendo bastante los ojos, su voz había sido bastante femenina, además no sabía porqué había sido pícara y todo. Se quedó impresionada tragando saliva sin saber que demonios le había pasado en la voz. Debía de ser un error, habló de nuevo tosiendo varias veces ahora antes de nada.


- Quería decir…



Se volvió a callar abriendo bastante los ojos sin saber que hacer cuando de repente pegó un puñetazo en la pared con un tono de furia muy alto pero con voz de chica.


- ¿Pero que coño?

Mientas estaba estático en la puerta de la taberna, una mujer bastante despampanante con un aire al del Vice-almirante Krauser se dirigió hacia mí. Al acercarse dijo mi nombre y que me estaba esperando. Posiblemente fuera su hermana ya que tenía un parentesco familiar, la verdad es que la chica estaba bastante buena y tenía una buena delantera.

-¿Supongo que eres la hermana de Krauser no?

Aquella chica dio dos pasos hacia atrás y se quedó mirando con los ojos como platos, la chica intentó hablarme de nuevo pero al hacer el intentó se cabreó y dio un golpe a la pared.

-Te vas hacer daño guapa, ¿porque no nos sentamos y tomamos algo los dos hasta que venga tu hermano?

Intentaba cortejar la hermana de aquel Vice-almirante, algo muy peligroso ya que podía ponerme en aquella lista negra que siempre llevaba, pero yo tenía mis dos grandes motivos… Y tan grandes.

Venga ya, aquello no era posible, estaba intentando tirarle los tejos. La morena se quedó con los ojos más abiertos todavía, la había llamado ¿Hermana? Debía de ser un error, aquello estaba claro. Lo siguiente que hizo, fue coger una bandeja de una de las mesas y se miró en ella, acto seguido lanzó la bandeja contra el suelo mientras pegaba un grito de furia al aire y todos se quedaron mirando acojonados.


- ¡¿Pero que cojones ha pasado!? ¡Saito! ¡¿Qué está pasando!?


Dijo mientras ahora se llevaba ambas manos a la cabeza sin poder créeselo, miró hacia su pecho y encontró algo que no esperaba encontrar, dos nuevas amigas al parecer. Sus ojos parecían a punto de salir de sus cuencas, se dirigió a la mesa de antes y se sentó con la boca abierta y las manos aún en la cabeza mientras miraba al cazador.


- Esto no está pasando… porqué diablos mi aspecto y mi voz es de chica…


Se dijo así misma mientras ahora fruncía el ceño y gruñía, aunque sus gruñidos parecían seductores más que de enfado pues con aquella voz no estaba acostumbrada. Ahora miró al cazador a los ojos esperando que él supiera algo.

Aquella mujer se alteró y cogió una bandeja de metal para mirarse en ella, al ver su rostro gritó con todas sus fuerza. La verdad es que fue un grito muy sensual, el gemido me puse algo caliente, aquella chica era un verdadero bombón. La chica se llevó las manos a la cabeza y me preguntó algo, pero la verdad es que no me enteré de nada ya que estaba mirando sus pechos.

Esta se marchó a una mesa y se sentó con las manos en la cabeza, yo la seguí y me sente enfrente de ella sin dejar de mirar sus pechos. La hermana de Krauser volvió a hablar pero no me preste de nuevo atención, esta volvió a soltar un gemidito, y con sus manos en la cabeza me miraba fijamente.

-¿Diga?, perdona es que no me he enterado. Estaba mirando tus hermosa… Hermosos ojos-. Dije con una sonrisa

Al parecer no se estaba enterando de nada, no entendía que aquella chica era el Vice-Almirante, no iba a ser nada suave e iba a decirlo de la forma más fuerte posible. Se levantó mirándole a los ojos y se quitó la chaqueta blanca poniéndola en la mesa donde ponía claramente “Vice-Almirante” tras eso pegó un suspiro con la mano en la cabeza para después comenzar a hablar de forma tranquila.


- Saito colega, soy Krauser. Cuando venía para acá era yo, pero al entrar me sentía raro y me di cuenta de que había cambiado totalmente. Por cierto deja de mirarme los senos que me siento raro.


Dijo ahora la chica aún con las manos en la cabeza mientras se sentaba de nuevo mirándole. No entendía nada y estaba muy confusa y realmente las miraditas del cazador no ayudaban, se sentía acosado literalmente y ahora mismo su mente estaba pasando por una racha de odio y de un estado confuso en el que no sabía que hacer.


- A ver señor diga, digo, Saito. Pongámonos serios… oh… ¿tu no tenias los ojos azules? Oh me habré confundido.

La chica se dio cuenta de que no le estaba haciendo caso, esta se levantó y se quitó la chaqueta para dejar mostrar una larga gabardina blanca de la marina que ponía Vice-Almirante. Al enseñarme que era Vice-Almirante comenzó a hablarme, me dijo que ella era Krauser, según me contó había pasado algo extraño al entrar en el bar, y tras esa sensación se había convertido en chica. Se volvió a sentar algo nerviosa y con las manos en la cabeza.

-¡¿QUEEEEEE!?, ¿¡ERES TÚ KRAUSER?!-. Mi cara era un cuadro, mi mandíbula casi podía llegar a la mesa y mis ojos estaban tan abiertos que parecía que los ojos se salían de las cuencas.

En ese momento me preguntó si yo no tenía los ojos azules.

-Yo tengo los ojos como tú quieras hermosa…-. Intenté ligar de nuevo con la chica, pero rápidamente me acordé de nuevo que ella era Krauser. – ¡Maldita sea!, ¿¡que te ha pasado!?. ¿Acaso has tomado algo raro?

- Deja de intentar ligarme joder


Dijo ahora mientras una lagrimita al estilo anime la caía de uno de sus ojos mientras se quejaba, estaba a punto de responder cuando de repente vio a dos tipos murmurando entre ellos y cada uno con una pistola en la mano. La chica frunció el ceño y se levantó de su asiento mirándoles con una sonrisa sádica en su rostro y con aquellos ojos dorados que tanto ponían los pelos de punta.


- ¡Vosotros!


Uno de ellos miró a su compañero aterrado.


- Mierda la marina… ¡apaga y vamonos!


- Si hombre, para correr estoy yo ahora.


Dijo el otro con mucha pereza mientras ahora la Vice-almirante se quitaba la camiseta como de costumbre antes de pelear mientras sacaba su enorme espada. Sin embargo pudo ver como los tipos sangraban por la nariz gritando. Se había olvidado de que era una chica, pero parecía no darse cuenta.


- ¿Saito que les pasa?

Krauser se cabreó por intentar ligar con ella o él, en ese momento dos tipos de la mesa de al lado murmuraban con unas pistolas en la mano. Krauser se levantó de nuevo y se dirigió hacia ellos, estos se asustaron y uno de ellos dijo de huir, pero entre ellos había un flojo que no tenía ganas de correr. “Krausar” se empezó a quitar la camiseta, al parecer era una costumbre suya cuando iba a pelear… Pero en ese momento no era muy recomendable.


.¡Krauser no!…-. Krauser se quitó la camiseta y esos vándalos comenzaron a “desangrarse” por la nariz al ver los pechos. El vice-almirante se giró para preguntarme que les pasaba, pe al ver sus enorme y sensuales pechos un fuerte chorro de sangre salió disparado de mi nariz con tal fuerza que me tiró de la butaca.

-¡Krauser tapate, tus tetas están al aire y madre mía que tetas!…

En ese momento entraron por la puerta del bar dos hombres que vestían de blanco y llevaban gorras rojas-. ¿Qué está pasando aquí?-. dijo uno de ellos, con lo que inmediatamente respondió su compañero . -No tengo ni idea pero el ambiente esta tan caldeado con aquella chica sin camisa que parece que han hecho aquí una hoguera.

De repente la marine miró hacia abajo escuchando las palabras del cazador, sus ojos se abrieron de forma exagerada y pegó un berrido mientras tomaba su camiseta de nuevo y se la ponía rápidamente. Empezó a dar quejidos mientras señalaba al pobre Saito el cual no tenía culpa de nada.


- ¡Saito deja de decir eso! ¡Me siento raro! ¡¿vale?!



Dijo ahora quejándose cuando de repente entraron aquellos tipos, esta les enseñó la capa y ellos se dieron la vuelta entendiendo que todo estaba bien, al parecer la noche estaba a punto de caer. La morena volvió a la mesa sentándose al lado de Saito y se fijó en que ya había algunas estrellas, miró una de ellas y suspiró despacio mientras se fijaba bien en ella, la ventana estaba abierta.


- ¿Ves aquella estrella colega? Es mi amigo Takeshi mirándonos…



Dijo ahora mientras pensaba en su gran amigo cazador y en la muerte trágica que tuvo por culpa de aquel maldito rey marino.

Krauser se dio cuenta y rápidamente se tapó, estaba tan sonrojada que era incluso mona. “Madre mía que día más extraño” Me dije mientras veía como mostraba su capa de la marina a los hombres con gorras rojas para que se tranquilizaran. El marine volvió a la mesa y se sentó, mientras me levantaba de suelo y me sentaba pude ver a “Krausar” mirar por la ventana las estrellas, en ese momento suspiro y me dijo señalando a una estrella que aquella era su amigo Takeshi y que nos estaba mirando.

Una gota de sudor surcó mí frente al ver aquella actuación tan rara y fuera de lugar-. –Krausar… digo Krauser, ¿estás bien?-. Dije preocupado mientras la miraba. –Tenemos que buscar una solución para hacerte volver a tu forma normal… Esto es muy raro guapa… ¡Digo Krauser!

Otra gota de sudor se pudo ver caer de su cabeza mientras ahora suspiraba y asentía a las palabras del cazador, tan solo echaba de menos a su amigo. Ahora escuchó las últimas palabras del cazador, tenía razón, debían encontrar la forma de volver al marine a su estado original. De repente la morena pudo ver a un hombre con un extraño objeto, parecía un dial de grabación, el tipo iba hablando en voz alta por todo el lugar mientras sonreía. Era moreno con lentes y algo bajito, pero parecía simpático.


- Buenas, soy Laúl Muros y estoy patrocinando un programa que quiero montar.



La marine pasó del chico moreno y suspiró mientras ahora observaba al chico que tenía frente a sus ojos, no sabía que decir ahora, pero de repente se le ocurrió una idea bastante buena, además le serviría debido a que estaban en el reino de Sakura, la suerte por fin parecía estar de su lado.


- Tengo un plan, comamos algo, pidamos una habitación y mañana iremos al castillo de la cima, allí hace años vivía un famoso doctor, tal vez quede algo sobre sus investigaciones. Ahora si, uno de los dos duerme en el suelo ¿eh?

Krauser miró a un hombre que estaba con un dial de grabación hablando a las personas del bar, al parecer estaba promocionando un programa o un comic. El marine dejó de mirar al joven con el dial y me miró ilusionada. Me explicó que había un castillo en una cima de este reino, al parecer ese castillo perteneció a un famoso doctor. La verdad es que podríamos encontrar algo interesante allí que nos podría ayudar.

El vice-almirante me dijo de dormir en el piso de arriba de la taberna ya que también alquilaban habitaciones, pero me dijo que yo iba a dormir en el suelo, ya que dudaba que le pudiera hacer mimitos en aquella cama mientras estaba dormido.

-Yo también lo veo, llevo tiempo sin estar con una mujer, creo que si estamos en la cama juntos me pondría tonto y bueno… no quiero que pasen cosas raras-. Dije mientras una gotita de sangre salía de mi nariz mientras pensaba cosas sucias. Mientras sangraba se hacercó aquel joven con el dial de grabación y me pidió que si podía gritar fuertemente en el dial “¡Compren Mosteam!”.

El nivel de fikismo de aquel personaje era demasiado para mí, pero el día ya era bastante extraño por lo que no me suponía nada hacer otra cosa extraña para finalizar el dial.

-¡Compren Mosteam!.