¿Saito qué está pasando? Capitulo 3: Miradas que matan..o dan miedo al menos...Grrr...

La morena continuaba en la ducha de forma tranquila cuando se dio cuenta de que abrían la puerta de par en par, preparó el puño frunciendo el ceño pero de repente se oyó una voz de chica y por lo que decía era Saito. Los ojos de la marine se abrieron como platos mientras el agua caía sobre ella y de repente se llevaba una mano a la cabeza y abría la puerta mirando a la chica que ahora tenía ante sus ojos.


- ¡No me jodas!


Dijo con los senos y la parte inferior llenos de espuma, por lo que no se le vio nada de nada, aquello no era posible, debía de ser contagioso o algo por el estilo, se sentí algo mal por el cazador, era su culpa o al menos eso pensaba ahora la vice-almirante. Apretó los puños y de repente salió de la bañera tomandola por los hombros y mirandola fijamente a los ojos.


- Esto debe de ser culpa mía, espero que puedas perdonarme Saito, no pretendía pegarte nada. Vamos amigo, tenemos que ser fuertes.


Dijo de repente dándole un abrazo y pegándola contra ella mientras miraba al techo con un brillo en los ojos especial, como si estuviera motivada y estuviera lista para resolver el misterio.

La marine salió de la ducha llena de espuma, se sentía culpable, de hecho creía que era contagioso y ella me lo pegó. Intento animarme diciendo que tenemos que ser fuertes, en ese momento me dio un abrazo y sus senos desnudos se juntaron con los míos.

-Tenemos que buscar una solución ya Katherin antes de que esto empeore.

Dejé de abrazar a la Vice-almirante y miré a mis senos… -Aunque por otra parte…-. Dije mientras tocaba mis senos y me salía una sonrisa de viciosillo.

-¡NO¡, tenemos que buscar una solución.¿ Partimos ya o por la mañana?, puede que sea algún virus que cuanto más tiempo está dentro más nos cambia… Creo que ninguno queremos ser mujeres para siempre, quien sabe, puede que hasta nuestra mentalidad cambie

Aquello de cambiar la mentalidad sin duda alguna era cierto y bastante peligroso pues podía ser verdad, la morena empezaba a escuchar una extraña voz en su cabeza, ya había oído el problema de Drake con Slayer y temía que le pasara lo mismo y sacara una personalidad extraña, de hecho ahora algo le decía que violara a Saito ahí mismo, a lo que se dio una colleja así mismo negando con la cabeza y levantándose de forma tranquila. Tras aquello se secó con la toalla y se puso su camiseta negra y su pantalón, colocando por encima la chaqueta de Vice-Almirante y cogiendo su espada.


- Pues aunque sea de noche yo voto por partir ahora mismo.



Dijo mientras la observaba de forma tranquila, se cruzó de brazos en plan sargento y asintió varias veces colocándose las vendas y con un tono serio.


- Soy el Demonio de la niebla y esto no parara a alguien como yo aunque tenga que sodomizarte aquí mismo y hacerte…


Abrió bastante los ojos negando de nuevo ante aquello mientras ahora se preguntaba que le pasaba, sin duda aquello le estaba afectando y para mal, por lo que se quedó mirando a la castaña de forma tranquila.


- Será mejor que nos vayamos pronto o aquí pasara algo raro y sucio.

La morena entendió mi preocupación y decidió que nos marcháramos esa misma noche en busca de respuestas al castillo. Mientras ella se bestia me miré de nuevo en el espejo, mi pelo había crecido hasta la cintura, mi cara era tan hermosa que hasta me cautivaba, mis senos tan grandes como los de  Katherin y mis curvas tan bien marcadas que hasta yo mismo me “violaría” si me viera por la calle.

.Soy el Demonio de la niebla y esto no parara a alguien como yo aunque tenga que sodomizarte aquí mismo y hacerte…- Dijo la marine, que al parecer ya estaba cambiando.

-No katherin no...-.  Me eché hacia atrás hasta acabar apoyada en el lavabo totalmente sonrojada en una postura sexy. - ¡Que está pasando!, ¡mi personalidad esta cambiando!

Al parecer la morena ya tenía todo y yo ya lo llevaba, por lo que le hice un gesto para marcharnos de aquel lugar, eché a correr en dirección a la puerta de la habitación para salir de una vez a buscar respuestas

Era todo demasiado raro, ahora la chica había hecho algo típico de las películas eróticas antes de comenzar la sumisión. La asesina negó varias veces mientras ahora miraba el gesto que le hacía de salir de allí, a lo que asintió despacio dando un paso hacia ella mientras sonreía de lado fijando sus ojos en ella y poco a poco acercando su mano derecha rumbo al abdomen de la chica.


- Cinco minutos de jadeos antes…



Dio un paso hacia atrás dándose de nuevo un golpe mientras ahora miraba por la ventana del baño mientras se quejaba. De repente vio la nieve en la salida y saltó por la ventana cayendo contra un montón de nieve y sintiendo la sensación de estar empapada sumada al frío de la noche y la nieve, aquello la despejó totalmente de una manera increíble, haciendo que soltara un gritito incluso.


- ¡Kyaaaaaah!

Cuando estaba echando a correr vi la mano de la morena acercándose a mi cintura, dijo algo sobre unos minutos de jadeos, en ese momento me caí al suelo. –No por favor para, no debemos ahora no al menos aquí Vice-almirante…- Dí un gemidito mientras estaba ruborizada.

Pude ver como la morena dio un paso hacia atrás y saltó por la ventana del cuarto de baño.

-¡Maldita sea otra vez!-. Me levante con agilidad y también salté por la ventana sin saber que me esperaba. Al estar en el aire vi mucha nieve, al caer en la nieve me despejo gracias al frio. La marine era una chica lista, decidió saltar para poder despejarse de aquella situación de locos.

-Tú guías Katherin, no sé dónde se encuentra el castillo-. Dije con mi dulce tono afeminado

El gemido de Sai-chan me la había acojonado bastante, ahora cuando ella saltó también y dijo lo de ir al castillo, se quedó mirando a su alrededor. De repente asintió de forma tranquila y calmada pero de repente se quedó mirándola de nuevo acercándose a ella. Puso su mano en su hombro derecho.


- Si quieres entrar en calor… jijiji… solo tienes que…


Poco a poco se fue acercando a ella tomándola por los hombros cuando de repente volvió de nuevo en sí. Se apartó de repente gruñendo y dándole puñetazos al suelo lleno de nieve mientras maldecía al destino. A continuación miró al Norte mientras ahora empezaba a trotar a un ritmo muy tranquilo y normalito.


- Vamos Sai-chan es por aquí, recuerdo su ubicación la última vez que estuve en esta isla por negocios placenteros… ¡Digo de trabajo!


Dijo de nuevo suspirando mientras corría a toda prisa como si los guardabosques la siguieran o algo por el estilo, de repente se oyó una voz corriendo tras ellas.


- ¡Chatunas venid!

La morena se me acercó insinuándose, me decía que si tenía calor solo tenía que hacer… de repente dejo la frase a medias y empezó a golpear el suelo, estábamos convirtiéndonos cada vez más en mujeres, aunque la marine tenía repentes de bollera seme.

Esta consiguió tranquilizarse y me dijo de ir en dirección al norte ya que hace tiempo estuvo allí por trabajo. Comencemos a correr a un ritmo constante pero tranquilo cuando de repente escuchemos una voz familiar.-¡Chatunas venid!-. Miré hacia atrás sin dejar de correr y pude ver aquel friki gordo que rematé con la garra de leche.

-¡Katherín por favor sálvame!-. Grité de forma sexy mientras me abrazaba a ella mientras corríamos.

Aquel Friki estaba acompañado con el friki del dial de grabación, estos montaban en una moto de nieve-. –¡Chicas no corráis y comprad mosteam, si no el rey de los frikis alvariko os dará sexo cónico¡

Por todos los violadores del planeta, eran los dos tíos de antes. Katherin notó como la chica se le abrazaba, a lo que empezó a correr más de prisa con ella en la espalda mientras se quejaba. De repente tuvo un plan y se frenó en seco, puso la mano en el suelo y una enorme cantidad de niebla comenzó a salir a cincuenta metros a la redonda y treinta de altura, tapándolo todo. Los gritos de los dos malditos se oían buscándolas por la nieve.


- ¡Chatunas venid con papi!


De repente la morena bajó a la chica y la puso contra la nieve de nuevo, sonriendo de lado mientras usaba su habilidad para que la niebla paralizara un poco a los que había dentro, después se relamió despacio mientras quedaba sobre la chica.


- Ahora estamos solas tu y yo… abre las piernas pequeña… vas a ser toda mia… te prometo que te gustara…


De repente el sonido de la moto se acercaba y la moreno frunció el ceño despejando de repente la niebla y levantándose mirando a los dos.


- ¡Dejad de joderme el polvo! ¿No veis que la quiero violar?

Una niebla apareció de la nada, en ese momento la marine se paró y me tiró al suelo, me dijo que abriera las piernas y que me preparara para divertirme.- Yo di un fuerte gemido al ser colocada encima de la nieve – ¡No para ya por fabor, no ves que estoy incómoda para!-. Me movía para intentar huir.

En ese momento los Frikis llegaron con las motos y la morena se cabreó, aprovechando ese momento de distracción me escabullí. Aquel friki gordo que estaba montado como paquete en la moto de nieve tenía una cuerda en sus manos. En ese momento se me ocurrió un plan, desenvaine mis dos katanas y corrí hacia la moto a toda velocidad. Mis pechos no paraban de botar y eso me molestaba, aquel friki gordo lanzó la cuerda acabada en un lazo como si fuera un Cowboy dispuesto a atraparme. Con un movimiento ágil hacia un lado esquive la cuerda.

La moto estaba a pocos metros delante de mí por lo que tenía que actuar ya. Di la vuelta a mi hojas para darles con el filo roma de mis katanas, di un salto y me coloque en el manillar, con mi mano derecha le impacte con todo el borde de la katana al friki del dial, y con la otra en la cara del gordo. El impacto hizo que cayeran de la moto por lo que me senté en ella y di media vuelta con ella hacia donde había caído el gordo.

Una vez a su lado y sin parar la moto cogí la cuerda del suelo, al conseguirla cambie nuevamente el rumbo y me dirigí hacia la marine. Comencé a dar vueltas al lazo en el aire, mi intención era tirárselo a la morena y reducirla con el, ya que se estaba comportando de una forma tan extraña que no podríamos seguir nuestro viaje. Cuando estuve cerca suya le tiré el lazo y recé para que no fallara y la capturase.

La chica pudo noquear a ambos con el reverso de sus espadas, sin duda alguna era una gran espadachín, ahora la morena sonrió de lado mientras caminaba hacia ella, pero de repente un lazo llegó hasta ella atándola y dejándola tirada en el suelo, cosa que hizo que esta abriera mucho los ojos y gruñera un poco moviéndose de un lado otro, la niebla se dispersaba y la marine estaba totalmente atrapada con aquella soga.


- ¿Qué haces¿ Así no puedo moverme, vamos suéltame que seré buena si lo haces y te recompensare.


Dijo ahora guiñándole un ojo de forma simple aún con aquellos vendajes puestos, la nieve estaba tras su espalda y desde ahí podía ver lo que había pasado con los otros dos acosadores, algo que sin duda alguna se merecían desde el principio. Ahora la chica suspiró mientras se notaba atada y miraba a la cazadora de forma tranquila aunque algo nerviosa o al menos fingiéndola para hacerse la victima


- Sai-chan ¿Qué me quieres hacer? Mmm… seré buena..esto es un delito muy serio… jajajajaja


Decía riendo a modo de broma mientras la observaba ahora.

Mi lazó la capturó, di un fuerte tirón para que este se ciñera fuertemente a su cuerpo y no le dejara movilidad. Le di mas gas a la moto de nieve para que pillara más velocidad, pasé al lado de la marine a toda velocidad levantando por su lado la nieve, en ese momento aprovechando la inercia que hacia la moto di un fuerte tirón de la cuerda para levantarla por el aire y atraerla a mí.

Gracias al tirón que di y la velocidad de la moto la marine salió disparada, me levanté de la moto y me di la vuelta para recibirla en mis brazos.

-¡Tengo que hacerlo Katherin, si no lo hago nunca solucionaremos nuestro problema en el modo bollo en el que estas!-. Recibí a Katherin en mis brazos y la dejé atada detrás mía mientras la moto seguía todo recto. Volví a colocarme bien en la moto y le di más gas, podía ver una colina a lo lejos y en ella un castillo.

-¡Ya estamos llegando!

La chica había atado a la marine que iba quejándose en aquella moto, sus quejidos eran extraños y a veces ridículos, estaban ya llegando a una colina donde el castillo se veía perfectamente. Ya era hora de averiguar que estaba pasando allí, las respuestas a todo estaba allí arriba seguramente, los médicos curaban de todo y tal vez encontraran un remedio en algún libro o algo así. Por un momento dejó de pensar en aquello y suspiró allí atada con los mofletes hinchados en todo momento, el frío empezaba a notarse y encima no podía moverse de aquella postura.


- Bueno creo que por fin estamos llegando, ya iba siendo hora. Por fin recuperare mi cuerpo y partiré en dos a algunos revolucionarios.


Dijo ahora soltando una carcajada sádica y enfermiza, realmente aquella maldita forma le estaba afectando bastante. Su pelo era ondeado por el viento pero parecía no importarle mucho, su objetivo estaba a punto de cumplirse. Todo había sido muy extraño ese día y nunca más volvería a vivir algo así, aunque no había sido su culpa. La solución la tenía en el mismo bolsillo, lastima que no se diera cuenta.


- Bien, ahí tenemos el castillo. Por cierto ya que voy detrás procura no peerte, no me ponen esas cosas.

La morena se quejaba de modo estúpido mientras conducía la moto, en cuestión de minutos habíamos llegado a la puerta del castillo. Aquella puerta era enorme, mediría como unos 20 metros de alto y 10 de ancho, pero habia algo raro en ella, tenía dibujada una gran zanahoria

- Bueno, creo que esa zanahoria no pinta mucho en aquella puerta-. Dije mientras reducía la velocidad hasta quedar la moto parada enfrente de la puerta.

- Creo que necesitaremos mucha fuerza para abrirla-. Me bajé de la moto y comencé a desatar a Katherin.