Recuperando el poder del gobierno - Pasado

Me habían encomendado el entrenamiento de dos de los más novatos en ambas ramas de la justicia, por un lado la marina ponía el lugar y a uno de sus reclutas, alguien que según me dijeron no era demasiado humano. Por otro, junto a mí vendría un nuevo miembro del Cipher Pol, uno de tantos agentes novatos que debían entrenar duramente si querían llegar lejos en aquel cuerpo de élite.

Al enorme barco del gobierno llegó a la isla y bajé de un salto, poniendo dirección al campo de entrenamiento, aunque antes fui a por un tentempié para mi pequeño amigo, que ya medía varios metros de largo. Una pequeña oveja sería suficiente, de modo que la cogí y me acerqué al buque, al lado del cual había viajado mi mascota, arrojándole aquella oveja para que se entretuviera comiendo hasta mi regreso.

-Bien, vamos a ello... -Dije sin demasiado entusiasmo, caminando despacio hacia el campo de entrenamiento, donde me deberían estar esperando mis dos "aprendices".

Para cuando llegué ya estaban ambos allí como imaginé. Llevé mi mano derecha a la parte trasera de mi cabeza y ladeé ligeramente el cuello hacia el lado derecho mientras me disculpaba por la tardanza.

-Siento el retraso.. jeje.. -Mi rostro estaba totalmente tapado, tan solo podrían ver mis ojos, y en ese momento eran los "ojos del demonio", de un color dorado intenso y de un aspecto tétrico. En ese momento miré a ambos novatos, uno parecía ser espadachín, el marine, que estaba apoyado con actitud chulesca en la pared. -*Otro gallito...* -Pensé para mis adentros lamentándome, aunque con algo de suerte su fuerza estaría a la altura de su ego. Por otro lado mi compañero del CP parecía ser un poco más normal, mirada seria y me recodaba un poco a mí cuando era más joven, era agradable.

-En fin, antes de empezar sería conveniente que nos presentáramos y esa serie de cosas... Qué pereza... Bueno, da igual. Mi nombre es Kagami, Kyoji Kagami, y soy miembro del Cipher Pol, como ya sabréis. Es un placer. Me han enviado para medir vuestras habilidades y entrenaros un poco en el arte del combate, así que... -Nada más decir eso retiré la capa de color blanca que cubría todo mi cuerpo y saqué mi lanza, la cual hice girar y clavé en el suelo.

Ante sus atentas miradas caminé hasta el centro de aquel lugar donde entrenaríamos, un pequeño descampado, y comencé a hacer algunos estiramientos, esperando a que ambos terminaran de presentarse para comenzar el "combate".

-Empecemos cuanto antes. -Dije sonriendo, aunque ellos no lo verían, y poniéndome en posición de ataque, listo para empezar en cuanto ellos lo estuvieran

Genos. Ese era el nombre del miembro de la marina, el que parecía ser el más impulsivo de ambos, algo típico en los marines, se dejaban llevar demasiado por sus emociones. Este se lanzó corriendo a por mí, a una velocidad que se me hacía eternamente lenta. La mayoría de gente no lo sabía, pero mis ojos no eran simplemente "diferentes", eran un tipo de mutación genética poco habitual, por no decir único, que me permitía seguir con facilidad los movimientos que a ojos de cualquiera resultarían fugaces.

-Muy lento... -Musité agarrándolo del antebrazo antes de que su puño golpeara mi cuerpo y venciéndome hacia un costado, para acto seguido zancadillear al joven, que con su propia fuerza de inercia seguiría de largo hasta caer al suelo.

Sin embargo esto instó al miembro del CP, que al ver a su compañero lanzarse a crearme una abertura, se lanzó para darme un espadazo. Era también bastante lento, aunque parecía ser ligeramente más hábil que su compañero.

-Ya veo, así que mientras el marinerito me distrae tú aprovechas para atacarme, ¿eh? -Dije con tono de burla, sacando una pequeña daga de acero forjado que llevaba en mi cinto con la mano derecha, con la cual detuve fácilmente su ataque, interponiendo la hoja de este entre su espada y mi cuerpo. -Aún os queda mucho por aprender, muchachos... -Añadí con tono serio, mientras repetía la acción de antes, apartándome mientras golpeaba su nuca con mi mano izquierda, usando la fuerza del propio agente para que se venciera hacia delante, al costado de su ahora compañero marine.

Ahora estaban ambos delante de mí, tirados en el suelo, uno después de haber sido zancadilleado y el otro golpeado en la nuca, los dos acabarían besando el suelo de igual manera. Guardé mi daga de nuevo y crují mi cuello hacia un lado y al otro, era hora de pasar a cosas más serias.

-Bien... Veo que sois ambos espadachines, así que el entrenamiento irá dedicado a haceros mejorar vuestra maestría con dicha arma. -Mientras hablaba me acercaba de nuevo a mi lanza, la sacaba del suelo y la hacía girar con mis manos, formando incluso viento al hacerlo. -Esta es mi arma, una lanza cuyo filo está hecho de kairoseki, espero que sepáis lo que es. A propósito, ¿alguno de vosotros es un usuario de akuma no mi? Si es así, que no se confíe, esta lanza anulará sus poderes si le golpea, así que ambos lucharéis por vuestras vidas en este momento. -Di un fuerte golpe con la lanza en el suelo y les insté a atacarme con la mano izquierda, haciéndoles gestos para que se levantaran y me atacaran. -Adelante, venid con todo, pero esta vez no voy a contenerme tanto... -Dije con un tono amenazante, instándolos a que vinieran.

-Off:(La zancadilla no es un ataque, simplemente caes por tu propia fuerza al esquivar yo tu golpe. En cuanto al golpe en la nuca sería un [AD], por la diferencia de niveles te causará un dolor ligero, pero no mucho más.)

El primero de ellos, el más impetuoso, volvió a tomar la iniciativa. Era harto meritorio su valor, eso era innegable.

Genos se levantó, después de haber amortiguado bien la caída, y se lanzó a correr contra mí. Sin duda era alguien osado, pero eso no bastaba para ser alguien fuerte. En sus manos llevaba ahora dos katanas, además de las cuchillas de sus codos, de modo que habría que tener cuidado con sus brazos, y a juzgar por su peculiar anatomía, con todo su cuerpo.

Por mi cabeza pasaba una idea: Cyborg. Parecía que aquellas cuchillas salieran de sus brazos, era la explicación más lógica. Mientras corría hacia mí me demostró que, aunque no lo fuera, realmente era algo diferente a un humano. Al echar hacia atrás sus puños logró tomar impulso y lanzarme un ataque con una considerable velocidad.

-*Nada mal...* -Pensé al ver como empleaba de forma imaginativa sus armas. Ni siquiera trataría de esquivarlo, mi cuerpo estaba preparado para luchar en todo momento, y como ahora comprendería aquel marine, yo tampoco era un "humano normal".

No hice nada, no esquivé su ataque, ¿para qué? A fin de cuentas, ¿qué ganaría con ello? Nada. Estaba allí para medir sus capacidades, así que quise poner a prueba su fuerza. En el momento en que el filo de sus espadas impactó contra mi cuerpo sonó como si esta golpeara una piedra, una piedra tan dura como el acero.

-No está mal, chico. -Dije, jactándome de su fuerza en cierta medida. Era fuerte, pero estaba lejos de ser capaz de siquiera rallar el acero, y mucho menos mi "Sabaku no Buki: Yoroi" (Armas del desierto: Armadura).

Un momento después, apenas un instante, el muchacho del Cipher Pol me atacó por la espalda. Su espada esta vez apuntaba a mi cuello, algo propio de los agentes del gobierno, sigiloso y letal, me gustaba. En cuanto ambos golpes llegaron a mi cuerpo comencé a reír con fuerza.

-Menuda pareja más divertida, os coordináis bastante bien, ¿sabéis? jajaja -Supuse que no debían comprender lo que acababa de pasar, no es normal cortar a alguien y no hacerle nada al fin y a cabo, y seguramente Etsu pensara que se trataba del Tekkai, si es que lo conocía, pero no, no era así.

-Os veo sorprendidos... Dejadme que os lo explique. Mi cuerpo en todo momento está rodeado por arena, una capa de tres o cuatro centímetros de grosor de arena compactada. Mi arena compactada es tan dura como el acero, rivalizando con cualquier espada de acero forjado, así que es como llevar en todo momento una armadura de acero encima, es mi Sabaku no Yoroi (Armadura del desierto). -Parecía que les quedó claro, así que, una vez bloqueados sus ataques, restaba lo más divertido: Devolverles el golpe.

Sus espadas fueron agarradas por la arena, así que ahora, los espadachines, debían tomar una decisión difícil. Probablemente notarían que estaban atascadas en seguida, así que... ¿soltarían sus espadas o las mantendrían agarradas a pesar de que eso los hiciera quedar en una mala posición? Sería interesante ver como reaccionaban.

A pesar de aquello, no pensaba dejar que fueran a ningún lado aunque soltaran las espadas, así que después de ver quién las soltó o no, unos ganchos de arena agarraron sus pies desde el suelo. Aquella era otro simple técnica de mi akuma, y en el momento en que estuvieron fijos al suelo, solté sus espadas y eché a caminar despacio.

-Eso que os ha cogido los pies es mi técnica "Kamu" (agarre). Por si aún no os lo habían dicho, soy capaz de controlar la arena a mi antojo, usándola para lo que desee. Esos "grilletes" os limitarán bastante, pero para asegurarme... -Levanté entonces la mano y la arena comenzó a salir del suelo para tragarse a aquellos dos reclutas, solo quedarían fuera de la arena sus cabezas. -Sabaku Kyu (Sarcófago del desierto). Así está mejor. No os preocupéis, os soltaré después de un minuto, solo quiero que atendáis a lo que quiero deciros. -Entonces una bola de arena salió del suelo y me senté sobre ella, dejando mi lanza en el suelo, para charlar más cómodo. -La marina y el gobierno han ido perdiendo poder día tras día desde que se produjera la guerra contra aquella Yonko, así que ahora los más novatos ya no sois el "futuro", ya no sois el "mañana"... sois el "ahora". Las personas confían en la marina, confían en el gobierno, no podemos permitir que los piratas tomen el control del mundo, que hagan lo que quieran. Es por eso que decidí entrenaros, y es por eso que he decidido convertiros en poderosos miembros del orden y la ley. -Me levanté de aquella roca y esta se desvaneció, mientras las rocas de arena que los sujetaban comenzaron a deshacerse despacio. -¿Os ha quedado claro? -Pregunté con convicción, y acto seguido salieron dos lanzas enormes de arena, tomando yo cada una en una mano, y arrojándolas cual jabalinas contra aquellos muchachos, que deberían reaccionar rápido si no querían ser ensartados.

Después levanté mi lanza de kairoseki de nuevo y observé qué hacían aquellos dos para librarse de esta.

-Veamos qué tal lo hacéis contra un "Sabaku no buki: Supiazu" (armas del desierto: lanza) -Mientras volaban hacia ellos, cada lanza se convirtió en cinco jabalinas de menor tamaño, dos dirigidas a las piernas, otras dos a los hombros, y una última al estómago.

Nota: El ataque es un [AI], y la velocidad de las jabalinas es considerable, pues no solo las lanzo con fuerza, si no que mi control de la arena hace que aceleren aún más.

De nuevo se demostraba quien era el más basto de ambos novatos, y el marine arrasaba en esa especie de competición por averiguarlo. Trató de eludir mi ataque simplemente saltando, aunque fue bastante impresionante que lograra desviar una de las jabalinas usando aquel impulso, que además le sirvió para moverse hacia un costado.

En cambio, el miembro del CP me mostraba ahora otra de nuestras famosas técnias, el "Kami-e" (hoja de papel) con el cual era capaz de volverse más ligero y de esquivar ataques sencillos. Gracias a ello esquivó las jabalinas que apuntaban a sus extremidades, y aunque evitó un daño mayor en su estómago, no pudo evitar ser cortado por una de ellas.

Sin embargo, parecía que no habían comprendido del todo mi habilidad. Ya les dije que mi poder era la capacidad de controlar la arena a mi antojo... ¿de verdad pensaban que aquel ataque era tan sencillo de evitar? Se equivocaban.

Mientras uno estaba en el aire y el otro acababa de ladear su cuerpo para dejar pasar la jabalina que le rajó el estómago, sonreí. Ambos se habían vencido hacia algún lado y no eran capaces de reaccionar, eran presas fáciles para el "Perro de caza dorado".

-No está mal, pero... -Tras decir aquello chasqueé mis dedos y las jabalinas de arena estallaron, formando cientos de agujas que saldrían disparadas hacia ellos por la espalda y mientras caían o recuperaban la posición, además, la velocidad de aquellas agujas era cercana a la de las balas disparadas por una pistola, sería un milagro que esquivaran alguna.

OFF- Continuación del anterior ataque: [AID] -OFF

No parecía que fueran a rendirse solo por aquello, tampoco me molestaba que fueran osados, aunque no quería pasarme y mandarlos un mes a la enfermería, y cada vez me estaban exigiendo más. El marine de peculiar cuerpo fue el primero en ponerse en pie y prepararse para atacar. Colocando las espadas al revés echó a correr contra mí. En cualquier otra ocasión le habría esquivado y cortado la cabeza, pero esta vez quería comprobar cómo de fuerte era realmente un "cyborg". Las cuchillas de sus codos junto a las de sus espadas venían a toda velocidad a por mí, y cuando se plantó delante mía, lanzó un corte ascendente a toda velocidad.

Para defenderme esta vez necesitaría más que una armadura de acero, no era solo el corte, sino la fuerza del propio individuo lo que me preocupaba. La armadura de arena no iba a ser suficiente, así que activé aquella habilidad típica de los miembros del Cipher Pol.

-Tekkai. -Dije con tono serio, me había obligado a usar el tekkai, aunque era cierto que no luchaba seriamente. Sus espadas fueron nuevamente detenidas por mi arena una vez me golpeó, e incluso me hizo recular un par de metros. -Nada mal, incluso lo he sentido, muchacho... -Dije con tono alegre, era interesante ver como reaccionaban cada vez mejor, superándose a si mismos a cada momento.

Mientras, el compañero del Cipher Pol había echado a correr, podía seguirlo con la mirada, pero estaba ocupado frenando al marine. -*Estos imbéciles... Ni siquiera se están esforzando en colaborar y aún así trabajan bastante bien en equipo, el cabeza hueca este me distrae mientras el otro lanza los ataques más peligrosos... Debo andarme con ojo, no quiero que ese tipo...* -No pude terminar de pensar aquello, unas agujas que salieron de mi propia armadura de arena se clavaron en mi cuerpo. En el momento en que sentí esto creé bajo mis pies un gancho de arena que cogió a Genos y tiró de él con fuerza hacia la posición de su compañero, para dejarlos juntos de nuevo.

Ambos quedaban uno al costado del otro, y después de sacudirme la ropa, suspiré. La verdad era que me estaban obligando a ponerme más serio de lo que pensé, de no haber sido por el Tekkai, esas agujas me habrían ensartado.

-Etsu... has conseguido hacerme un rasguño, siéntete orgulloso... Sin embargo... has dejado en evidencia varias cosas. En primer lugar, me acabas de demostrar que eres un usuario de akuma no mi, y tu habilidad parece ser el control de la materia, o algo similar. Sin embargo no es eso lo único que he deducido... ¿cuál es la razón de que te hayas acercado tanto a mí si eras capaz de crear esas agujas sin tocarme? Es simple: Tienes un rango de acción, y este no supera los cinco metros. Al margen de eso, una vez has llegado a tu margen no has lanzado simplemente tu ataque, sino que has esperado. Habría sido mejor alcanzarme antes que tu compañero para que su golpe hubiera sido efectivo, así que me haces creer que hay otro límite en esa habilidad: El tiempo. He contado unos cuatro o cinco segundos para que seas capaz de lanzar ese ataque, ¿no es así? -Mientras hablaba mi arena iba saliendo lentamente por la manga de mi ropa, sabiendo aquello, llevar la armadura de arena sería contraproducente.

-Ha sido toda una sorpresa, una muy grata debo decir. Genos, posees una fuerza digna de mención, has logrado cortar mi "Sabaku no Yoroi" (armadura del desierto) e incluso que yo sienta el golpe. Etsu, tu habilidad me parece interesante, incluso me has tomado por sorpresa a mí, el "Perro de caza dorado", alguien que lucha usando el cerebro antes que los puños. Estoy impresionado, por ambos. Sin embargo este combate ya se ha acabado... Los dos lleváis ahora arena en el interior de vuestros cuerpos, corriendo por vuestra sangre, metido en cada recoveco de vuestra anatomía. Si chasqueo los dedos ya sabéis lo que ocurrirá... -Al decir esto hacía referencia a las jabalinas de arena, que explotaron convirtiéndose en agujas de arena. La arena de sus cuerpos podría matarlos por dentro si yo lo deseaba, y si eran conscientes de esto, sus caras reflejarían el miedo que la gente normal mostraba al enfrentarme. No obstante, ellos no eran mis enemigos...

-Sin embargo, como es lógico, no haré nada a dos miembros de la marina y el gobierno, pero creo que es un claro mensaje, una clara intención por mi parte, una amenaza: Si se os ocurre traicionar a la justicia... moriréis. -La marina, el gobierno, estos organismos ya no eran lo que en su día fueron, las traiciones estaban a la orden del día, los infiltrados abundaban, y esta era la única forma de remediar eso.

-En fin, dejando esto de lado... -Nada más decir aquello todo mi cuerpo comenzó a emanar una luz dorada, un brillo cegador de pura energía, un aura dorada que brillaba intensamente a flor de piel. -Ahora ya sabéis por qué me llaman "Perro dorado", pero... dejadme que os demuestre por qué soy el "Perro de caza"... -En cuestión de un instante me moví a una grandísima velocidad, empleando el soru para acercarme a ellos en menos de un segundo. Les lanzaría únicamente un puñetazo a cada uno, pero esta vez usaría algo que estos muchachos debían aprender si querían llegar lejos en este mundo: Haki.

-¡Ni kōshō! (Doble mordisco) -El puño izquierdo impactaría en la cara de Etsu, mientras que el de la mano derecha se dirigía al rostro del marine, Genos.

Ataque: Ni kōshō (Doble Mordisco) (Soru + Haki armadura lvl. 1 + Kin no Suna) [AIF]

Nota:

Ambos encajaron bien la primera lluvia de agujas, incluso parecía que no hubieran sentido prácticamente nada al hacerlo. Eran duros, sin duda.

Mi ataque sería lo bastante veloz para golpearlos en apenas dos décimas de segundo, tiempo suficiente para que no les diera opción a responderlo, o eso pensaba yo. El marine, que no sabía cuando rendirse, lanzó nuevamente aquel ataque por sus nudillos. ¿De verdad pensaba que algo así iba a funcionar más veces contra mí? Era demasiado simple.

En apenas una décima de segundo creé un pilar de arena bajo sus pies, que golpeó su brazo desde abajo para hacer que aquel impulso de sus nudillos fuera disparado hacia arriba, errando así su disparo.

-Eres lento, eres torpe y eres predecible. -Musité un instante antes de que mi puño, cargado con mi haki de armadura, golpeara la cabeza de ambos novatos.

Acto seguido volví a la normalidad, deshaciendo aquel color dorado que cubría mi cuerpo, y pude comprobar como se levantaba el marine, tambaleándose. ¿Qué clase de monstruo era ese novato? Incluso el miembro del Cipher Pol estaba ya prácticamente derrotado, y aquel marine en cambio aún podía ponerse en pie.

Mi intuición me decía que el agente del gobierno era más fuerte que el marine, aunque tal vez me equivocara. A la vista estaba que aquel marine no era alguien normal.

-En fin, debo reconocer que tenéis madera, muchachos... Como muestra de respeto, os enseñaré todo mi poder real. -Al decir esto llevé mis dos manos al suelo y pronuncié unas palabras, estaba a punto de utilizar una de mis técnicas más poderosas y destructivas. -Kyusui (Deshidratar). -Al decir esto el suelo de aquel terreno comenzó a agrietarse, tornándose lentamente arena. Las plantas cercanas se marchitaban, mientras que la hierba se secaba y, como todo a nuestro alrededor, iba volviéndose lentamente polvo, arena. Pasados unos segundos todo en un radio de cien metros se había vuelto arena, el suelo bajo los pies de aquellos muchachos se transformaba en arena también, incluso las rocas más grandes que había por aquel campo de entrenamiento, lentamente eran convertidas en arena. Cuando se habían formado varias toneladas de arena, pronuncié de nuevo otras palabras.

-Ryusa bakuryu (Avalancha del desierto). -Aquel mar de arena formada bajo nuestros pies comenzó a moverse, formando olas de varios metros de arena, que engullirían todo a su paso. Era un tsunami, un mar embravecido formado por arena, capaz de asolar todo el cuartel en algunos segundos. El siguiente paso en aquella técnica era comprimir aquella enorme cantidad de arena y aplastar con el peso de decenas de toneladas al enemigo, pero aquello habría matado a los reclutas, así que hice algo diferente aquella vez. -Sabaku majū (Bestia demoníaca del desierto) -La arena se compactó tomando la forma de una enorme bestia de más de seis metros de altura bajo mis pies, quedando yo en pie sobre su cabeza, desde donde daría la última instrucción a aquellos dos novatos. -Bien, la última prueba muchachos, espero que aún podáis moveros... Deberéis sobrevivir a esta cosa durante 3 minutos. Suerte. -Nada más decir aquello salté y, usando el Geppo, me coloqué encima del cuartel de la marina, desde donde podría ver con claridad todo lo que ocurría en el campo de entrenamiento. La bestia de arena sería controlada por mí desde ahí arriba, y no pensaba contenerme demasiado con aquellos dos, al fin y al cabo pensaba convertirlos en unos monstruos verdaderamente poderosos, debían hacerse más fuertes a base de golpes.

En un instante la bestia apuntó con la cola a aquellos dos chicos y comenzó a lanzarles agujas de arena, pero aquello solo era una pequeña distracción, ya que su verdadero ataque iría bajo tierra. Clavó sus enormes zarpas en la arena y, bajo el suelo, comenzó a acercarse lentamente a aquellos muchachos para tomarlos por sorpresa sacado pinchos del tamaño de un árbol bajo sus pies. ¿Serían capaces de esquivar aquellos ataques en su estado? Por si acaso, activé mi haki observación para anticiparme a lo que ocurriera, si iban a ser heridos de gravedad, detendría los ataques antes de que les alcanzaran.

Ataque del Sabaku majū (Bestia demoníaca del desierto) [AI]

La bestia es esta:

Su tamaño:

Ambos parecían animados, rápidamente se pusieron en pie, ignorando el dolor como buenos soldados, y se prepararon para luchar. ¿Luchar? ¿Pensaban realmente enfrentar a esa cosa? No habían comprendido la finalidad de la prueba en absoluto...

El primero de ellos fue el marine, tan osado como siempre. Sacrificó su cuerpo para detener las agujas y salvar así a su compañero, demostrándome valor y entereza, digno de elogiar, sin duda. Algo estúpido, ya que se lanzó sin tener en cuenta que aquello podría ser, y fue, una simple distracción.

En cuanto uno de los brazos de mi Sabaku Maju salió del suelo, aquel valeroso marine acabó recibiendo las agujas de lleno. Por suerte, al menos evitó el brazo, y además, ganó tiempo para que su compañero usara su extraña habilidad para inmovilizar a la bestia. ¿Inmovilizar? Era arena... ¿Pensaban que podrían detener a la arena solo con atravesarla?

-Menudo par... -Me decía a mí mismo sonriendo, sentado en la cornisa de aquel enorme edificio.

Mientras tanto, el otro de ellos, el agente del gobierno, parecía estar usando Geppo para elevarse, se lanzaría en picado después de haber "inmovilizado" a aquel bicho. No podían inmovilizar a la arena, no de ese modo, e iban a aprenderlo por las malas...

-¡Parece que no habéis comprendido vuestra misión, chicos! ¡Os dije que debíais sobrevivir durante 3 minutos, no que tuvierais que vencer al Maju! ¿De verdad creéis que podéis derrotar a algo que no tiene vida ni forma como la arena? ¡Es como tratar de vencer al agua, no sirve de nada atacarle! -Por si mis palabras no fueron claras, lo que pasaría a continuación sí lo sería. La parte inferior del Sabaku Maju se volvió arena de nuevo, así que pudo moverse sin problemas, los pinchos de Etsu no dificultaron para nada su movimiento en forma de arena. Para colmo, el corte de Genos acertó, le cortó la cabeza, pero siendo tan solo arena, esta volvió rápidamente a su sitio. Era como enfrentar a un usuario logia, no se le podía vencer a base de golpes simples, y ahora ambos se encontraban en su rango de acción.

El Maju abrió la boca y lanzó decenas de senbons, unas agujas de gran tamaño, hechas de arena compacta y endurecida, hacia el marine. Al miembro del CP que caía en el aire le arrolló con su enorme cola, que pesaba varias toneladas, sacando previamente unos pinchos de arena en esta, como si fuera una enorme y pesada maza de combate golpeando su cuerpo en el aire. Su misión no era vencer, no podían vencer a esa cosa, no era un ser al que se pudiera derrotar. Su misión era aguantar 3 minutos, y lanzándose a lo loco, no iban a aguantar demasiado, sería un milagro que no hubieran sido derrotados por esos dos golpes...



Los senbons y el golpe son ambos [AIF]

La imagen era verdaderamente interesante, ambos estaban sobre sus espadas, apoyados, luchando con todas sus fuerzas por no caer al suelo. ¿Hasta dónde llegaba su ambición? Estos chicos podrían llegar lejos, sin duda.

Bajé usando el Geppo rápidamente, y deshice aquella monstruosidad de arena con un simple chasquido de dedos. Fue entonces cuando vi el estado de aquellos dos muchachos.

Al marine le habían atravesado muchas de aquellas agujas, estaba totalmente herido, pero no vencido. Me dijo unas últimas palabras, explicándome que jamás correría ante el mal. Era valiente, valiente pero estúpido.

-No seas idiota... Debes conocer tus límites, muerto no serás útil para nadie. Si tu enemigo es muy superior a ti, es simple: Corre. Corre y vive, vive para luchar otro día. -No esperaba cambiar su forma de entender el mundo con una simple frase, y menos después de comprobar lo loco que estaba al lanzarse de frente contra mi Sabaku Maju, así que me tocaría vigilarlo para que no lo mataran en combate. Qué pereza...

En cuanto al miembro del CP, parecía ser algo más inteligente, aunque en el fondo era también impulsivo. Aunque al menos era osado y valiente, como su compañero. Eran una pareja peculiar, cada uno venido de un mundo, marina y cipher pol, pero ambos compartían una fuerza de voluntad asombrosa. Aunque no me vieran el rostro, ahora sonreía, había sido una grata sorpresa encontrar a aquellos dos novatos tan capaces y dispuestos, y sobretodo, prometedores.

-Por hoy es suficiente. Habéis pasado la prueba, chicos. Debéis estar orgullosos, no todos logran sobrevivir a un entrenamiento con "Kin no Ryoken" (Perro de caza dorado). -Dicho esto me di la vuelta y comencé a alejarme. En cuanto me volteé pude ver cientos de marines que observaron aquel combate, y que ahora me miraban con miedo, o respeto. Miré a un grupo de estos y me dirigí a ellos.

-Oye, esos chicos van a necesitar atención médica. Vuestro compañero tiene una seria herida en su brazo izquierdo y en su pierna, y mi novato un brazo desencajado y cientos de heridas. Aseguraros de tratarlos bien, quiero que estén a punto para entrenar en cualquier momento... -Dicho esto comencé a alejarme, pero antes de haber avanzado un par de metros siquiera, chasqueé los dedos, haciendo que la arena de sus organismos abandonara sus cuerpos a través de sus heridas abiertas, sin que ellos lo notaran. Me habían parecido buenos novatos, no era algo necesario, aunque no les diría que les había "liberado", sería más divertido que creyeran lo contrario.