[Pasado/Privado] Fusiones de animales [Sora, Ashlyn y Asder]

Me encontraba en mi barco con mi querido Raion, mi fiel y buen compañero. Habíamos planeado ir a la Isla de los animales raros, para visitar el lugar de nacimiento de Raion y rezar a su padre, mi querido Bartilo. Estábamos en la cubierta hasta que avistemos la isla. Raion empezó a mover la cola con gran felicidad, podía volver a ver a sus queridos amigos y yo, quería asegurarme de que no se cociese nada raro, ya que la última vez habían un montón de cazadores de animales. Cuando estaba cerca de la playa, amarré mi barco junto a un acantilado, donde se podía ver el barco que quemé sin querer. Saqué uno de los botes al mar y nos subimos yo y Raion, remando hasta la playa.
Cuando llegué a la playa me fijé que nada había cambiado, parece que no habían venido a atacar la isla nadie mas. Bajé del bote y mi compañero empezó a seguirme hacia el bosque. Mientras caminábamos por el bosque, un espécimen raro de pájaro/cabra abordó a Raion y empezó a jugar con él. Parecía que se conocían desde hace bastante y ser fieles amigos. Raion estaba contento de verlo, era un pájaro grande de color blanco con manchas negras, pero cabeza de cabra, con dos grandes cuernos. El pájaro en seguida se encariñó conmigo y se subió a mi hombro, así que era hora de ponerle un nombre.

- Te llamarás.. Manchitas.

Al escuchar ese nombre, empezó a Beer con gran felicidad, parecía que le gustaba el nombre así que se quedó con ese hombre. Volvía a la playa para pescar algunos peces y así comer los tres tranquilamente, por el camino iba recogiendo troncos secos. Fui caminando a cuatro patas, mientras Raion y Manchitas estaban en mi espalda y lleguemos a la orilla. Me zambullí al agua mientras los dos esperaban y me puse a pescar un montón de peces. Cuando salí, los dos me recibieron con felicidad, con ganas de comer, así que preparé una pequeña hoguera para asar los peces.

Ashlyn se encontraba en un barco en dirección a la Isla de los animales raros, en un bar le habían dicho que Graig se dirigió allí, la primera pista en años que había obtenido de él, por pocas posibilidades que hubiese, era su deber ir a aquel lugar y buscar pistas. Un viejo amigo de sus padres aceptó llevarla hasta aquella isla de manera gratuita, conociendo la actual situación de Ashlyn. El viento impulsaba el movimiento del barco con su fuerza, haciendo sentir a Ashlyn en su casa. Al fin se podía observar la isla a lo lejos, a simple vista parecía una normal, pero seguramente en su interior se encontrarían muchas cosas extrañas, a no ser que el nombre fuese para atraer turismo. El barco cesó de moverse cuando estuvieron lo suficientemente cerca como para ir en un bote de remos, evitando que pudiesen encallar o cualquier peligro de la costa. Así, Ashlyn remó en el bote hasta la playa, donde observó pisadas en la arena, captando su atención, entonces se fijó en que había otro bote.

Siguió las huellas por el bosque con espada en mano, agarrándola con fuerza, entonces, escuchó un ruido, escondiéndose detrás de uno de los árboles y se agachó, se acercó lentamente, oculta tras árboles y algunos arbustos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, observó a un humano y dos extraños animales. Decidió no salir de su escondite y seguir observando. No parecía alguien malo, y cuando iba a salir de su escondite, comenzó a correr a cuatro patas en dirección a la playa. Aquella manera de correr sorprendió a Ashlyn, quien comenzó a seguir sus pasos sigilosamente y escondida, desconcertada pro el comportamiento de aquel chico.

Una vez en la playa, el chico se metió en el agua. Ella se quedó en la entrada del bosque, tratando de observarle en la distancia. ¿Quien es? Esa pregunta rondaba la cabeza de Ashlyn. Tras no haber observar ningún comportamiento extraño, o, al menos, peligroso, decidió salir de allí y caminar lentamente hacia el humano y los animales, con cuidado de tampoco hacer mucho ruido y no asustar a aquellos seres. Una vez cerca de ellos, clavó sus ojos rojos en el humano, con una mirada fría. No hizo falta que dijese nada para que se pudiese entender que quería saber quien era, aún así, era algo siniestro y quizá para algunos más difícil de comprender.

Estaba tranquilo asando los peces para comer, cuando de repente una chica extraña con armadura y una gran espada, me miro con sus ojos rojos. Su mirada era fría, mas fría que el propio hielo y parecía que me estaba desafiando. No se que hacía ahí, pero armada con una gran espada y armadura, no me daba buena espina.

- Espero que no vengas a hacer daño a los animales de esta isla, por que yo soy el guardián. Si vienes en son de paz, puedes sentarte a comer rico pez asado. - Le decía a aquella chica, despreocupado y con una gran sonrisa.

No sabía que haría ella ahora, pero si venía a atacarme yo iba a estar preparado para darle una paliza. Ni si quiera me había saludado, simplemente me miraba como si nada, no se a que esperaba aquella mujer así que le dije mi nombre.

- Soy Lion D. Asderdeker, pero puedes llamarme Asder y ellos son Raion, el perro sapo y Manchitas, la cabrajaro. Ven a comer algo, que te veo con hambre. - Le dije ofreciéndole un pez asado.

Empecé a comer y mis compañeros también, miraba de reojo a aquella chica para ver que hacía, si le hacía algo a Raion o Manchitas, esta comida sería el banquete para su funeral. Me metí un gran pez en la boca y lo engullí de golpe y acto seguido puse cara de gran satisfacción.

Al escuchar si venía a hacer daño a los animales negó con la cabeza de manera casi instantánea. A ella le encantaban los animales, y nunca haría daño a alguno de ellos. Se quedó bastante rato mirando a aquellas extrañas criaturas con mucha curiosidad por ellas. Alzó la cabeza un poco, volviendo a mirar a Asder.- Mi nombre es Ashlyn...- Dice en bajito, pero suficientemente alto para que le escuchase quien estaba cerca suya. Luego, con su mano derecha, señaló a los dos animales de ellos sin dejar de mirar a Asd. No buscaba saber sus nombres, pues ya se los había dicho, si no saber qué eran.

Mientras esperaba respuesta, miró hacia el agua. Le pareció haber visto algo sumergirse en ella. Entrecerró los ojos, tratando de ver mejor, pero nada. Fuese lo que fuese, se había sumergido dejando a Ashlyn intrigada. Tras un rato pensando, llegó a la conclusión de que simplemente sería un pez o animal, quizá tan extraño como los dos que se encontraban junto al chico.

No tengo hambre...- Dijo con un hilo de voz. Comenzó a mirar el cielo con el rostro inexpresivo, comenzando a pensar en sus cosas. Pronto volvió a ella misma y se sentó en la arena, delante de Asder. Permaneció en silencio, esperando a que dijese algo o simplemente comiese. Ashlyn era una chica algo siniestra, pero tampoco daba la impresión de ser mala persona.

Su fría mirada se perdió entre las cálidas llamas.

Parecía una chica fría y vergonzosa, no entendía porque era tan callada. Su nombre era Ashlyn, o al menos eso creí escuchar, ya que su voz era tan baja que era difícil de enterarse de lo que decía. Señaló a los animales, como preguntando que eran o al menos eso intuí.

- Raion es un sapoperro y Manchitas una Cabrapájaro. La verdad que son muy raros, es como si fuesen varios animales en uno. - Le dije mientras seguía comiendo mi pez.

Decía que no tenía hambre, pero parecía vergonzosa y no querer decirlo, así que al sentarse a mi lado, le miré con una gran sonrisa. Acto seguido cogí uno de los pescados que había ya asados y se lo puse en su regazo. Seguramente si tenía hambre, o no, para mi ese acto de dar comida, es el acto para entablar una amistad. Esperaba que aceptase o al menos que se abriese mas a mi.

- No tienes porqué estar tan callada, no muerdo a los que me caen bien. Pareces una buena chica, pero debes abrirte mas. Cuenta algo sobre ti. ¿Que haces en esta isla? - Le decía mientras le miraba feliz. Esperaba que esa chica dijese algo, y no estuviese tan callada.

Tenía una mirada fría y desconsolada, algo le pasaba y eso me preocupaba. Tal vez había perdido la memoria, o tenía un pasado oscuro y deprimente, pero todos tenemos algo que nos persigue. Chasqueé los dedos y Manchitas vino a mi hombro volando, mientras Raion venía a sentarse a mi regazo. Miré a los dos y les dije seriamente.

- ¿Que? ¿No os presentáis a esta chica? Id a saludarla.

Raion se acercó a ella y le lamió la mano, mientras Manchitas volaba a su hombro. Raion parecía curioso así que se puso a olfatear alrededor de Ashlyn.

Mientras el humano le respondía sobre las extrañas especies, ella los analizaba detalladamente. Le dio los nombres de los animales, "Raion" y "Manchitas", el primero era más original. Se quedó observando los animales durante bastante rato, sabía que tenía buena mano, ¿pero con híbridos? Aquello era algo nuevo para ella.

Algo hizo que dejase de mirar hacia los animales, Asder le dejó un pez en el regazo. Miró bastante extrañada y confusa el pescado antes de soltar una risa. Parecía que era más animal que humano. Ashlyn cogió el pescado y comenzó a comerlo, saboreándolo. Le había hecho gracia aquel ofrecimiento, más típico de perros que de humanos. A pesar de no tener hambre, lo comió pensando que si lo rechazaba sería una ofensa o algo por el estilo.

No me gusta mucho hablar...- Dijo, mirando a los ojos de Asder, luego observando su cara y ropa. Era típico en ella analizar a las personas con quien entablaba algún tipo de relación. Al terminar miró hacia el cielo. No le gustaba mirar mucho a una persona, creía que se lo tomaría a mal pues a ella tampoco le gusta que le miren demasiado.- Me dieron una pista sobre el asesino de mis padres, un pirata...- Dijo permaneciendo tranquila. Tenía bastante control sobre sus emociones, o eso aparentaba.

Entonces, ambos animales se acercaron a ella cuando Asder dijo que se presentasen. Soltó una risa al notar como Raion le lamía la mano haciéndole cosquillas. El otro animal, manchitas, voló a su hombro. Ella lo miró con una pequeña sonrisa, algo desapercibida. Le gustaban mucho los animales, y a pesar de lo raros que eran, le resultaban agradables. Alargó un poco su mano, acariciando la cabeza de Raion. No sabía si le gustaría, por eso de ser un híbrido entre dos animales, pero sin probar no lo sabría.

Cogí los dos montones, los metí a una gran bolsa y me dirigí hacia la playa. Comer allí solo con el animalillo sin tener nada que ver era muy aburrido. Quería comer con el mientras veía la inmensidad del océano. Puse rumbo a la playa y el animal me siguió, mientras sacaba la lengua y babeaba. Se le notaba que tenía ganas de darse un buen festín.

- Tienes hambre eh, tranquilo que ya llegamos y podrás comer todo lo que quieras.

Una vez llegamos a la playa, me senté allí abrí la bolsa y el animal se puso a comer, mientras yo le miraba sonriente y le acariciaba la cabeza.

- Ala come todo lo que quieras. Yo me echaré una siestecita un rato.

Me tumbé en la arena, puse las manos detrás de mi cabeza con los brazos hacia un lado y cerré los ojos, para empezar a dormir.

Parecía que no le gustaba hablar mucho y que estaba allí en busca de venganza, por un pirata que mató a sus padres. Eso me recordó a mi, a mi pasado y la entendía perfectamente. Los animales parecían gustarle y ella a ellos, así que parecía buena persona. Le miré serio a la vez que triste, sabía perfectamente lo que le pasaba pero..

- Vaya, es curioso que con una voz tan bonita, no te guste hablar, alegras a los animales de la isla. ¿Sabes que? Yo también buscaba venganza sobre quien mató a mi familia. Mi familia era algo especial, ya que fui criado por animales parlantes. Una persona muy sabia me dijo unas palabras. "Asder, la venganza solo consume a las personas, nunca debes aspirar a eso. Todos tenemos que tener sueños, algo que siempre hemos querido, y la venganza solo hace que no podamos disfrutar de lo que de verdad queremos hacer." Fueron unas palabras muy sabias, y desde entonces, tomé una decisión. Decidí disfrutar de mis sueños, ser libre y hacer lo que me plazca. Tu deberías hacer lo mismo, la venganza solo te consumirá, ya llegará la hora de aquel mal nacido. - Decía mirando al cielo.

Me levanté y me fije en un extraño tipo que caminaba por allí con un animal. El animal era un cangrejo dorado, pero que en vez de pinzas tenía alas marrones, con una cabeza de mono de color marrón. Se sentó en la arena y empezó a dar de comer al animal. Parecía que hoy era el día de la reunión o algo por el estilo, ya que otra persona acababa de llegar. De repente se tumbó y empezó a dormir.

- Vaya, parece que hay mas individuos en esta isla, aunque no parece mala persona. - Decía señalando al tipo.