Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene — {Lun 10 Nov 2014 - 0:03}

05/01/2014

Shelltown, una isla bastante tranquila a decir verdad gracias al mandato inevitable de la Marina sobre la isla, teniendo en cuenta la enorme cárcel y cuartel que había al centro del islote. A los pies de aquella enorme edificación se encontraba la ciudad, donde los campesinos y residentes de Shelltown vivían tranquilamente, teniendo sus usuales problemas de pueblo común y corriente, donde los borrachos o pendencieros se peleaban incesantes por una mujer, dinero que se debían al apostar o solamente porque habían bebido demasiado alcohol en cantidades insalubres. ¿Yo? Había llegado a la isla solamente para buscar un poco de paz, había venido solo esta vez... había dejado a Katarina allá en Karate Island, la pequeña que había salvado en Loguetown. ¿Pero porqué tranquilidad? No sé, tal vez estaba aburrido de cazar piratas, cobrar sus recompensas y seguir la vida como si nada, o solamente porque tenía demasiado dinero en los bolsillos que ya ni me entraba, debía aunque fuera gastar un poco, tal vez regalándole dinero a un necesitado, o apoyando a la Marina donando enormes cantidades de dinero, en intercambio por información valiosa de los piratas que necesitaban ser cazados cuanto antes, entregándome informes recién salidos del "horno", casi que era el primero en enterarme de estos casos de nuevos piratas prácticamente después que el Almirante de Flota, y eso ya era decir mucho. Pero bueno, no se podía esperar menos de alguien como yo a decir verdad, un ser tan inmaculado, la clara representación en carne y hueso de la definición de Perfección.

Caminaba tranquilamente por las calles de Shelltown, hasta que de pronto, alguien me paró de golpe, empujándome por el pecho con ambas manos. Me agarró desprevenido por lo que tuve que recular un poco para no perder el equilibrio. Bajé la mirada y parecía tratarse de un maleante de poca monta, el cual me miraba con una expresión de odio total.
— ¿Qué se te ofrece, enano? — le miraba, subestimándole en demasía. Este gruñó y desenfundó del lado derecho de su cintura un sable de filo curvo, apuntándome con la punta de esta arma blanca directo al pecho. Enarqué una ceja y solté una sonora carcajada ronca desde el fondo de mi pecho. — ¡Haah! ¿Qué piensas hacer con eso, mocoso? — preguntaba yo, poniéndole una mano en la cabeza y apretando esta con cierta firmeza. Lanzó sablazos que esquivé con suma parsimonia, inclusive me ponía una mano en la cintura, despreocupado totalmente de aquel tipejo.
— ¡Tú mataste a mi capitán, te haré pagar por ello! — gritaba el muchacho, parecía joven... no más de unos diecinueve años. — ¡Darksider era el mejor, y ahora ya no está por tu culpa, debes morir! — agregaba vociferando a todo pulmón. Oh... ahora entendía, seguro era un subordinado que dejaron atrás en los Blues, ya que se le notaba lo inútil que era. Bufé un poco y estaba pronto para darle la paliza de su vida, pero seguro estaba planeando justo eso, que lo golpeara para luego culparme a mi de abuso a los menos capacitados. ¿Sería que algún Marine llegaría a la escena? A fin de cuentas estaba levantando bastante la atención de los residentes circundantes al problema, los cuales miraban curiosos lo que pasaba.

*Al puerto de aquella isla llegaba un navío de la marina, de casco azul, velas blancas, pequeño calado, apenas unos 20 cañones por banda con varios integrantes asomándose por la proa. Una vez atracado los marines del puerto comienzan a desplegar rampas y cabos para la amarradura mientras que el regimiento de marines que acababan de dar servicio el el Norte bajaba. De entre ellos bajó una mujer alta, de cabellos rubios hasta la cinturas, ojos azules, delgada como una aguja, grandes senos que portaba un kimono violeta abierto por la parte baja y un abrigo de la marina en sus hombros; la ayudaron a bajar y esta se dispuso a recibir a los ciudadanos*

*Campesino*-¡Señorita Selene un placer volver a verla!
*Ama de casa* - ¡ Hola señorita Selene, es toda una heroína !.

*Si, era Selene "Belleza Tenebrosa" que había llegado al puerto tras su servicio en el Norte para la marina. Ella se sentía ruborizada y se llevaba las manos a la cara sonrojada haciendo que algunos hombres de allí sangraran por la nariz y cayeran al suelo. Eso no e impidió seguir caminando hasta el centro de la ciudad donde un tabernero le ofreció un zumo de frutas y un asiento en la terraza*

Tabernero- Siéntese señorita, a la marina siempre invita la casa *dijo mientras colocaba el zumo sobre la mesa mientras Selene respondía*

-Muy amable, de veras, puedo pagarle si así lo desea.

*El tabernero se negó a aceptar su dinero y Selene aprovechando el sol y que su servicio estaba a punto de acabar disfrutó de su zumo en tranquilidad, pero la paz se estaba acabando cuando varios hombres, aparentemente matones de poca monta (unos 3 ) se acercaban a ella*

Matón- ¿Ahora dejamos que estos perros también beban gratis?

*Selene le ignoró mientras daba un pequeño sorbo a su zumo, pero al acabar de dárselo, habló*

-No me molestes por favor, vete.

*El matón comenzó a mofarse de la muchacha como si fuera una débil y torpe ameba cosa que a Selene nadie se le ocurría hace... pero ella le respondió a sus insultos*

-Es cierto, soy una mujer débil....necesito protección *dijo acariciando la barbilla del matón que la estaba insultando. Pero en el mismo momento que tenía camelado al Matón con sus palabras Selene dijo unas palabras*

-Te daré yo a ti protección...mujer... *En un rápido movimiento levantó su pierna derecha para asestar un golpe en toda la cara que lanzó contra la taberna al matón, Los otros dos quedaron absolutamente sorprendidos y Selene saltó hacia ellos para apoyarse en sus manos contra el suelo y usando sus dos piernas golpeo de la misma forma a los otros dos, lanzándolos contra el mismo edificio, tras eso, Selene e levantó quitándose el polvo de su chaqueta y les señaló con su dedo*

-Les he avisado....*mira los destrozos de la taberna y se dirige al tabernero* - Perdone le pagaré los destrozos *saca 500 berries de su cartera y se los da al tabernero, para luego, sentarse y acabar su zumo entre vitoreos*

05/01/2014

Parecía ser que las cosas se pondrían más interesantes de lo que parecía. Al enano que decía ser subordinado de Darksider lo agarre del cuello y lo mandé a volar utilizando un Scale Impact de 10 golpes, haciendo que su cuerpo saliera expedido quien sabe a donde, ya que se me perdió de vista cuando desapareció entre los edificios de Shelltown. Pero no fue aquello lo que hizo que la tarde pareciera ser más emocionante que un principio, sino más bien ver a una chica que portaba una gabardina Marine sobre sus hombros apalear a unos hombres sin esfuerzo alguno.
Mi corazón dio un vuelto de 360º cuando para peor noté que su atractivo físico parecía fuera de este mundo. Tragué saliva y miré hacia los lados por las dudas de que no hubiese nadie más que quisiera joderme a mi, y me fui acercando a la que parecía ser miembro de la Marina. Aclaré mi garganta para llamarle la atención, o al menos esperando que virara su rostro hacia mi. La gente aplaudía por sus acciones justicieras, hacerse respetar parecía ser algo que se le daba muy bien, no quería parecer rudo ni nada por el estilo, aunque mis pintas no ayudaban demasiado a la hora de comunicar que no era un ser hostil.

— Disculpe, señorita... pero veo que se sabe defender, me han agradado sus movimientos... Digo, no son tan refinados como los míos, pero para que me llame la atención alguien hay que tener ciertos aires de grandeza. — le decía con cierto toque de ego. No podía evitarlo, era parte de mi a estas alturas, tal vez podía sonar bastante egocéntrico o creído, pero la naturaleza de uno no se puede cambiar así como así de un segundo al otro, mucho menos adaptaría mi modo de ser por una hermosa mujer. — Y disculpe mi amplia falta de cortesía al interrumpir su trago de este modo pero... bueno, ver a una mujer defenderse de tales maleantes no es algo que se vea todos los días, no con la parsimonia que lo has hecho tú. — agregaba a aquella fugaz conversación.
Tenía las esperanzas de que me ignorara olímpicamente -a fin de cuentas siempre lo hacen- pero si llegara a caber la posibilidad de que me respondiera aunque fuere un poco amablemente, estaría más que contento por la tarde, por más que lo hiciera solamente para que "dejase de molestar", aunque... molestando no me encontraba, o eso creía yo de momento; Me acerqué a la barra en la taberna, pidiendo un trago rápidamente. — ¿Podría darme un whisky con hielo? — cuestioné, a lo que el tabernero asintió. Yo agradecí del mismo modo, moviendo la cabeza en aprobación y cuando me dio el vaso, volví a posarme cerca de la fémina de cabellos rubios, con una leve sonrisa dibujada en mi rostro.

— Lamento ser tan... "curioso", pero esa gabardina que lleva puesta sobre los hombros me resulta familiar. — hice una pausa y le miré de pies a cabeza, aprovechando para además chequear sus facultades físicas. Se notaba que sus piernas estaban bastante bien torneadas muscularmente, no hasta el punto que parecía una físicoculturista, pero sí daba a entender que hacía ejercicios físicos suficientes como para mantener su figura, aparte su habilidad en combate excepcional lo reafirmaba. — ¿Eres una Marine, verdad? O al menos he de suponer eso... por tu vestimenta más que nada, aunque... bonito Kimono. — terminé por optar halagarle de una manera más... bueno, normal. Aunque me esperaba a estas alturas con todo lo que le había dicho, que me tirara su bebida en la cara o que pusiera una recompensa por mi cabeza que se elevaba por el millón más o menos.

Selene una vez estando tranquila tomó su zumo como de costumbre pero su paz finalizó en el momento que un hombre, bastante joven a su parecer la interumpió. Me felicitó por mis golpes a aquellos maleantes que habían osado cruzarse en mi camino, no sabía que decir, pero tuve la suficiente endereza para responderle.

-Es cierto, no he sido una buena chica con esos hombres y mis golpes han sido algo toscos Dijo sonrojándose y llevándose la mano a la cara, acto que provocó que un grupo de hombres gritaran !Oh Selene se está disculpando! ¡Cásese conmigo!. Continuó hablando la mujer.

-Procuro defenderme de malechores , villanos y piratas como la marine que soy señor... Esperó que dijera su nombre.

Acabó de beber su zumo cuando le preguntaron por su abrigo, ella simplemente asintió si era marine. Pidió otro zumo de naranaja el cual bebio poco a poco mientras la multitud estaba alrededor de ellos.

-Estoy llena... Dijo apartando el vaso vacío de zumo.- Gracias por el cumplido, me gusta mucho llevar este Kimono pero también le puedo decir que si soy una marine, nueva eso si y la verdad este mundo me queda algo grande la verdad... Los hombres volvieron a interrumpir "La señorita Selene es tan modesta!".Ella Sonrió pues aquel hombre le pareció osado como todos, pero a diferencia del resto este le cayó en gracia y por tanto se encontraba cómoda.

-¿Usted de que trabaja señor? Dijo mientras cruzaba sus piernas y se acomodaba en la silla y observaba a aquel hombre con atención, esperando que no cometiera el error de mirar por debajo de mis ojos.

05/01/2014

— Pero no seas tan modesta, a fin de cuentas les pateaste lo que se llama retaguardia como se debe. — le decía aún a modo de halago, guiñando un ojo para luego soltar una leve risotada. Hacía mucho tiempo no tenía interacción con lo que vendría siendo una mujer hecha y derecha, o lo que se pudiese considerar como una al menos; Me le quedaba mirando fijamente, luego de recibir mi trago osé sentarme cercano a ella, por no decir que a su lado pero manteniendo una distancia de un cuerpo con el otro de al menos un metro. Parecía ser que me había olvidado de algo vital importancia a la hora de hablar con una persona nueva, más aún con una mujer de tal carácter. Aclaré un poco mi garganta, moviendo los hielos del vaso de Whisky en una moción circular solamente con mi muñeca, mientras la miraba de soslayo. — Disculpa... mi nombre es Mark Kjellberg y es un verdadero placer, Marine de la cual desconozco el nombre actualmente, aunque... he escuchado ciertos murmullos por allí en la taberna, ¿Selene, tal vez? — le cuestionaba sonriendo de medio labio, escuchando después su pregunta a qué me dedicaba, algo que me arrancó una pequeña risotada desde el fondo de mi pecho, dándole un sorbo leve al trago que había pedido, para luego suspirar y asentir un poco con la cabeza.

— Tal vez esto suene algo problemático o incómodo para usted, señorita... pero soy un Cazador afiliado con el Gobierno Mundial, y por ende... con la Marina. — hice una pequeña pausa, mirando al frente y encogiéndome un poco de hombros mientras me cruzaba de piernas. — Aunque no me sorprendería que no supiera nada de mi... suelen decirme "Leyenda Andante", pero he de suponer que eso no significa nada por estos lugares... Mucho menos cuando los que te dicen así son de la Marina y los piratas que cazo. — comentaba algo incómodo, bastante quejumbroso ya que pensaba que el ser una leyenda andante como me habían catalogado siendo Cazador significaría que quien me viera sabría quien soy, pero... eso es cosa del pasado ya, hay tantas renovaciones de personal en dichas organizaciones que básicamente ya se habrían olvidado de mi nombre a estas alturas.

Aclaré mi garganta de nuevo y bufé por la nariz, renegando un poco y luego volviendo mi mirar café de soslayo a la rubia Marine. — En realidad, pronto le quedará pequeño este Mar, todos los mares le quedarán pequeños cuando menos se lo espere, señorita Selene... ahí, es cuando se empezará a dar cuenta que es hora de partir a la Grand Line. Y eso... eso es otro mundo, déjame decirte. — le apuntaba con el vaso, dándole otro trago al Whisky y luego solté una pequeña risotada entretenida, recién había entrado al Grand Line y había vuelto a los Mares simplemente porque la cosa se había complicado de más. Mierda, que casi muero allí en Barjimoa si no fuera por los amables pueblerinos que salvaron mi vida; — De todos modos, no quiero aburrirte con chácharas sobre mi... cuéntame, ¿qué te llevó a ser miembro de la Marina, Selene? Claro, si no te molesta mi pregunta, a fin de cuentas estamos aquí para relajarnos... no te veo en posición como si estuvieses en medio de tu turno laboral que digamos. — dije sonriendo socarrón, terminándome el vaso de Whisky, relamiéndome disimuladamente los labios y así, esperé la respuesta de la contraria.

- Si Selene. Dijo la marine mientras finalizaba de beber su zumo para luego apoyar su espalda en el respaldo de la silla y cruzarse de brazos y de piernas. Al escuchar la palabra "cazador" su rostro se volvió un tanto serio debido a que Selene no soportaba los cazadores de piratas. ¿Para que estaba la marina entonces si dependía de cazadores codiciosos?.

-Un cazador....lamento decirle que los de su oficio no me agradan nada de nada señor. *Se levanta de su silla y apoya sus manos en su delgada cadera*- La Marina ya se encarga de los piratas, por ende, para mi los de su oficio sobran señor. No pretendo serle una ofensiva pero creo que debo retirarme, me esperan en la plaza.

Antes de dar la espalda la cazador finaliza sus palabras - Si le sirve de consuelo pongo rumbo al Grand Line en unas horas...Se da media vuelta y camina hacia la plaza, pero la pregunta que había formulado el cazador llega a sus oídos.

¿qué te llevó a ser miembro de la Marina, Selene?

Selene se paró en seco, cerrando su puño muy fuerte agarrando el camafeo de sus padres dentro de su puño, sus ojos se tornaron negros ,sin poder ver sus ojos. Solo respondió.

-Por gente como usted...Dijo mientras caminaba hacia la plaza.

Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene —

Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene — {Lun 10 Nov 2014 - 0:03}

Re: Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene — {Lun 10 Nov 2014 - 11:18}

Re: Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene — {Mar 11 Nov 2014 - 9:57}

Re: Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene — {Mar 11 Nov 2014 - 10:31}

Re: Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene — {Miér 12 Nov 2014 - 0:13}

Re: Hagamos el amor y no la guerra. — Pasado Privado • Selene — {Lun 17 Nov 2014 - 10:44}

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