Minato Kazuo vs Xamoke Kattô

Escenario:  Os encontráis en Banaro Island. Habrá que rolear cómo logras encontrar a tu objetivo, pues es una acción de asalto por tu parte.
Reglas y Condiciones 
-Si gano me llevo la recompensa: 100.000.000 de berries (es la mitad que le corresponde, por ser marine) + 1500 de Experiencia.
-Si muere, me quedaré con su akuma no mi (en una fruta, no se consumirá).
-Si no muere, será encerrado en Impel Down.
-En cualquier caso (muerte o no muerte), me quedo con su espada (está en pertenencias, un simple trofeo sin mucho uso).


-Los daños serán on-rol.
-Si pierdo, el NPC se lleva 1500 de exp. Además, Minato deberá describir como escapa satisfactoriamente o de lo contrario tendrá que hacer un diario para evitar su muerte, donde ha caído preso por el pirata y debe escapar (a lo Impel Down).
-La isla puede beneficiar al pirata si eso le da lógica a la trama. Sino, isla aleatoria o que no beneficie a ninguno. A su elección.


Si hay algo mal o el moderador decide añadir una condición más será revisada y probablemente aceptadas. Ah, me gustaría que el NPC usara su técnica especial con el propósito de que Minato la vea, le guste, y la desarrolle en un futuro diario/tema, aunque eso ya se verá en el combate.
Orden: Minato->Xamoke->Minato...

El Elegido escuchó con atención el desafío que le lanzaban mientras sonreía divertido. Algún pobre idiota se creía lo bastante fuerte como para enfrentarle en combate directo, como si se tratase de un pirata normal y corriente. Aquel infeliz no sabía nada sobre él, ni mucho menos podía competir con el poder que Dios le había dado, el cuerpo perfecto que se le había concedido para acabar con sus enemigos. Lo más interesante era que quien reclamaba su presencia era un marine, un comodoro llamado Kazuo. Se preguntó si la Marina enviaba a un loco  a por su cabeza o si es que querían librarse del comodoro chalado y se lo habían mandado para que lo matase. En cualquier caso, el resultad sería el mismo.

Xamoke salió de la taberna medio derruida en la que se encontraba, reposando la cena y pensando en cual sería el próximo lugar que deberían saquear. La incursión a la isla Banaro había sido sin duda productiva pero no podían quedarse allí por siempre. Al menos había permanecido allí el tiempo suficiente como para que los marines le enviaran un entretenimiento en forma de suicida, lo que lejos alegraba le disgustaba sobremanera. El hecho de que le subestimaran tanto le enfurecía tanto que pensaba destrozar a aquel tipo con sus propias manos.

Nada más salir, vio a un tipo delgado y pelirrojo, vestido de una forma cuanto menos peculiar. A su alrededor se reunían sus hombres, un grupo de piratas estúpidos e ineptos pero que hacían lo que les decía. Uno de ellos ya parecía dispuesto a enfrentarse al marine, pero el Elegido no se lo permitió. Era su combate, y no toleraría intervenciones externas. Esperaba que al estrellar la cabeza de aquel desgraciado contra el suelo hubiese dejado claro su mensaje.

-Vienes a por mi cabeza, ¿eh? La Marina debe estar falta de hombres si solo envían a uno a por mi. Ahora te demostraré que la fuerza que me ha sido concedida desde el cielo es superior a cualquiera que puedas desatar en mi contra. Adelante marine, te dejaré el primer golpe.

Aquel infeliz se atrevía a llamarlo por su nombre. Lejos de ofenderse por los trucos de feria que el marine comenzaba a mostrar, como por ejemplo el de dividirse en varias copias de él mismo, lo que más le enfurecía era el hecho de que un simple humano se envalentonase lo suficiente como para atreverse a pronunciar el nombre de alguien como él, un ser divino superior a cualquier marine acróbata que le enviasen. Aquel enano pelirrojo saltó hacia él junto con sus nuevos amigos idénticos a él, usando un par de cuchillas cortas como armas, con las que intentó cortarle en varios puntos. Xamoke vio como se acercaba a gran velocidad, lanzando un puñetazo hacia delante que no llegó a golpear a su rival, pues este giró a tiempo para atacarle con sus cuchillas.

Lo único que el pirata pudo hacer para evitarlas fue convertir su piel en la de un hipopótamo, resistiendo así parte del ataque y llevándose poco más que cortes superficiales, aunque molestos. De nuevo, lanzó un puñetazo que volvió a golpear el aire sin darle a nada, lo que no hizo sino enfadarle. -Vaya, eres un tipo muy molesto. Tendré que aplastarte antes de que te hagas ilusiones de capturarme. -Mientras hablaba, el pirata iba adoptando su forma híbrida, convirtiéndose así en un hombre-hipopótamo de unos 3 metros de altura. No es que necesitase esa transformación para vencer al marine, pero era una buena forma de dejarle claro quien iba a ser el ganador esa noche.

-Muy bien, espero que estés preparado. -dijo arrogantemente. En ese momento se lanzó hacia delante a una velocidad impropia de alguien de su tamaño, como si hubiese desaparecido por un instante, reapareciendo después tras uno de los tres marines, dispuesto a acabar con todos sin pararse a pensar quien era el real. Usando la velocidad del Soru y la resistencia que le otorgaba el Tekkai, el Elegido se abalanzó sobre sus adversarios, embistiéndolos repetidas veces desde distintos ángulos, sin intención de discriminar entre verdaderos e ilusiones. Ni siquiera estaba seguro de si golpeaba a alguien, pues la dureza de su piel más la del Tekkai hacia que no notase ese tipo de cosas apenas, pero dudaba que con Dios de su lado pudiese fallar un solo golpe.

-Forma híbrida + Tekkai Soru Kempo: Indestructible Power Ball [AF]

Sin duda aquel pequeño loco ya estaría muerto, era imposible que hubiese sobrevivido a tal ataque y mucho menos que aún pudiese oponérsele... o al menos eso pensaba. Por ese motivo se sorprendió tanto cuando notó que se detenía de repente frente al marine Era como si hubiese chocado contra una especie de muro invisible o algo así, pero aquello no podía ser, era impensable que alguien pudiese frenar sus embestidas con una sola mano y mucho menos ese tipo. Sin duda era ágil pero le costaba imaginar que su fuerza física llegase hasta ese punto, sin duda había usado otro de sus extraños trucos de magia. El hombre-hipopótamo contempló como el pelirrojo se rodeaba de una especie de aura de color rojizo y salía despedido hacia él propulsado por sus propias armas.

Aquel marine empezaba a ser molesto. No solo pensaba que podría vencerle, sino que le hacía perder el tiempo con trucos. El piratas se preparó para defenderse y saltó al encuentro de su adversario, no iba a dejar que llevase de nuevo la iniciativa en el combate. Sin embargo, la velocidad que esas cuchillas le proporcionaban era mayor de la que esperaba y el pirata acabó con varios cortes en el abdomen que habían logrado atravesar incluso su gruesa piel de hipopótamo. Curiosamente las heridas sangraban más de lo que era habitual, pero hacía mucho tiempo que nadie lograba herirle por lo que tal vez eran imaginaciones suyas. Tras cortarle, el pelirrojo le sobrevoló a poca distancia, por lo que decidió aprovechar que estaba en el aire para acabar con él. Xamoke se giró rápidamente y abrió la boca todo lo que pudo mientras su objetivo descendía de nuevo al suelo. Parecía que su mandíbula fuese a desencajarse pero era parte de su ataque. En el mismo momento en que una nube de humo envolvía el lugar, cerró sus mandíbulas con gran fuerza para después volver a abrirlas y repetir el mismo movimiento varias veces más, pues debido y al Haki que utilizaba apenas notaba si mordía o no algo. Justo después se concentró en dispar el humo a base de lanzar ondas de choque con la absurda fuerza de sus puños, buscando al mismo tiempo golpear al marine.

Hipopótamo traga-bolas: Big Bad Hippo + Ondas de choque + Haki armadura Nivel 2 [AIF]

Ahora estaba enfadado, su cuerpo sangraba por primera vez en mucho tiempo y eso le molestaba en gran medida. Estaba decidido a aplastar a aquel insensato por todos los medios hasta que no quedase un ápice de él. Por eso mismo se decidió a honrar al pelirrojo con sus más poderosas armas. -¡Traedme  los Bestial Punch! -exclamó el hipopótamo, reclamando a los miembros de su tripulación sus guanteletes metálicos. Aquellas armas pesaban bastante por lo que su velocidad se vería mermada, aunque la ya de por sí abrumadora fuerza de sus golpes crecería en gran medida. Si ese tipo seguía vivo lo haría trizas.

-"Maldito enano." -pensó el pirata al ver como el marine pelirrojo continuaba moviéndose a pesar de sus esfuerzos por acabar con él. Era un contrincante de lo más molesto, aunque en cierto modo eso era bueno. Ahora podría enseñarle lo que ocurría con los que se enfrentaban a alguien como él, usando para ello sus gruesos puños metálicos. Estaba seguro de que trituraría a su oponente, no había ni la más mínima duda sobre eso. Lo único que le dificultaba la tarea era la velocidad y agilidad de ese hombre. El marine se lanzó hacia él usando de nuevo sus armas como método de propulsión. El hombre-hipopótamo lo esperó impaciente, usando el Tekkai y su Haki para detener cortes que le lanzó, quedando estos en cortes molestos pero no muy profundos. Aun así parecía que sangraban de lo que deberían, al igual que sus otras heridas.

Ya visualizaba mentalmente como aplastaría al marine cuando este sacó de su bolsillo un extraño aparato similar a una concha. No parecía ser peligroso por lo que simplemente alzó los brazos para golpearle con sus puños de hierro. En ese momento notó como algo iba mal. Un súbito impacto le alcanzó de lleno, como si algo le hubiese disparado con una fuerza demoledora que había traspasado su defensa y le había azotado sin piedad. Las heridas cortantes de su torso comenzaron a sangrar más y notó como empezaba a marearse. Sin darse cuenta había perdido bastante sangre. Y aun así no acabaría con él.

Xamoke retrocedió un paso y se tomó unos segundos para recuperarse. Durante un segundo sintió miedo, algo que jamás le había ocurrido, aunque lo desplazó de su mente enseguida. No iba a darle el honor a aquel enclenque de ser el primero que le derrotaba y desde luego no tenía intención de dejarse vencer delante de los suyos. En ese momento se decidió a poner punto y final a la lucha.

-No está mal. -dijo el pirata entre jadeos. -Pero ahora ya no te librarás. ¿Sabes lo que hacen los hipopótamos cuando se enfurecen? Te lo demostraré antes de aplastarte. Puedo bombear toda la sangre que quiera para aumentar mi fuerza y así acabar con cualquier enemigo. -Mientras hablaba, el pirata concentró su energía en el corazón y en los músculos. Cuando estuvo satisfecho el hipopótamo saltó y se mantuvo en el aire usando el Geppou, colocándose encima del marine. Sus heridas sangraban abundantemente, mucho más que antes y ya notaba como empezaba a marearse. Probablemente no tardaría en desmayarse si no hacía algo, pero eso ya no importaba. Liquidaría a ese insecto y luego se preocuparía por él mismo. Usando el Geppou a gran potencia se lanzó hacia el pelirrojo con los puños de hierro por delante, como una enorme lanza cargada con Haki. Estaba a gran altura y bajaba a una velocidad bastante grande, por lo que sin duda provocaría una onda expansiva que arrasaría con buena parte del pueblo. Por desgracia para su tripulación estaban en el radio de acción del choque, por lo que más de uno saldría mal parado. Pero eso daba igual; valía la pena por desintegrar hasta el último hueso del infeliz que se atrevía a enfrentarlo.

Indestructible Black Lance + Haki armadura Nivel 2 + Técnica especial [AB]

La explosión fue demoledora. En el mismo momento en que el cuerpo del pirata tocó el suelo con su tremenda velocidad y la dureza de sus guantes de hierro, la tierra bajo él se hundió y se hizo añicos, generando una enorme onda expansiva que arrasó con todo. Las casas cercanas se derrumbaron y alguna incluso cayó en el interior del gran cráter que acababa de formarse en el lugar del impacto y buena parte de sus hombres se vieron afectados por este mismo choque. Los que quedaban no pudieron hacer más que mirar anonadados una nueva muestra de la ferocidad de su capitán, quien todavía permanecía cubierto por una densa nube de polvo.

Mientras tanto Xamoke permanecía en el centro del cráter al mismo tiempo que el marine se acercaba y comenzaba a humillarle con sus palabras. Aquel maldito todavía seguía en pie tras todos sus esfuerzos y, lo que era peor, osaba a apiadarse de él ofreciéndole curar sus heridas a cambio de rendirse. Debía de estar loco si de verdad pensaba que iba a aceptar su caridad, y mucho menos delante de sus subordinados. El hombre-hipopótamo se levantó dolorido, ignorando el abundante y continuo sangrado de sus heridas. Notaba como el mundo daba vueltas a su alrededor, nada se estaba quieto y la realidad iba perdiendo su forma para convertirse en un mar abstracto y oscuro. Su adversario era lo único que veía claramente, como una diana que debía destrozar. Una diana que ahora se abalanzaba de nuevo sobre él.

El pirata lanzó una potente exclamación al cielo y, con los ojos en blanco, interpuso sus puños de hierro frente a las cuchillas del pelirrojo, evitando así los dos primeros cortes de una serie de cuatro. Los dos siguientes acertaron en sus rodillas, haciéndole caer al suelo aunque sin llegar a postrarse todavía, se negaba a caer. No podía perder así. Alguien como él solo podía morir por decisión divina y no por la mano de un hombrecillo escurridizo. El hipopótamo, incapaz de levantarse intentó agarrar al pelirrojo usando aprovechando el gran tamaño de sus guantes. Tenía pensado apretarlo contra su cuerpo y usar sus últimas fuerzas para triturar sus huesos hasta hacerlos puré.

Last Breath [AIF]

OFF:

PD:

El mundo a su alrededor se volvió oscuro. Durante unos segundos, se sorprendió a sí mismo haciendo uso de fuerzas que no sabía que aún tuviera. Aun así lo único que llegó a atrapar fue el aire. No sabía que había sido del marine, ni si estaba vivo o no. Su sangre aún manaba por sus heridas y, aunque ya no lo hacía tan abundantemente como antes, ya no había vuelta atrás para solucionar su pérdida de sangre. Era evidente que el cielo le había dado la espalda, tal vez incluso le dejase morir allí. Sin embargo todo eso ya no tenía la menor importancia. Había sido derrotado y una humillación de tal calibre bien le había merecedor de la muerte. Poco sentido tenía ya lo que ocurriese con su enemigo, tanto como si era asesinado por su tripulación o si lograba salir de la isla con vida, nada podía reparar su orgullo.

El hombre-hipopótamo yacía semi-desmayado en el cráter, con un mínimo de conciencia que lo único que le permitía era mantenerse incorporado y no caer todavía. Cuando el puño del marine impactó en su rostro, la consciencia abandonó del todo su cuerpo y cayó inerte sobre los ruinosos restos de la batalla. Mientras tanto, el resto de piratas abandonaban lo que quedaba de la aldea al ver a su capitán derrotado. Si aquel tipo sobrevivía a la lucha, sin duda, estaría furioso y nadie quería correr el riesgo de estar cerca cuando eso pasara.

Increíblemente, el marine pelirrojo pedía voluntarios para hacerle una transfusión a su capitán, como si se hubiera olvidado de que era su enemigo y había intentado matarle. Sin embargo, los miembros de su tripulación no profesaban gran cariño hacia su líder, por lo que nadie estaba dispuesto a quedarse allí para salvar la vida de aquel tipo y luego ser arrestado. Si aquel marine quería su sangre tendría que cogerla él mismo.

OFF: El combate lo has ganado y te llevas lo pedido (1.500 de exp, la espada y los 100.000.000 de la recompensa) En principio yo doy el tema por terminado con resultado de muerte pero si quieres hacerle una transfusión, simplemente coge a un pirata y ofrécelo "voluntario".

Hoja actualizada. Pobre hipopótamo u.u