entonces... ¿Aquí fue donde comenzó todo? (privado con el primero que se apunte)

Después de haber navegado durante un largo tiempo en un barco mercante vi a lo lejos una isla muy particular... a lo lejos podía percibir el olor de la sangre y el calor de la guerra cuando a mi mente vino la imagen de un campo de batalla entre dos bandos, aun así ese lugar se me hacía de mucha curiosidad no podía evitar poner un pie en él. Después de unos segundos de meditación y pensando si valdría la pena el llegar a ese lugar no tuve más opción que dirigirme al capitán del navío de que cual era el nombre de esa isla.


-Capitán… esa isla se me hace de mucha curiosidad por algo ¿podría decirme cual es el nombre de ese lugar?


El hombre mantuvo un momento una expresión de seriedad al momento de plantear mi pregunta, tal vez pensó que estaba de coña o tal vez le estaba jugando una broma, pero obviamente de percato de mi falta de conocimiento de ese lugar, sonrió por unos momentos mirándome a los ojos con riendo para luego responder la siguientes palabras.


-Eso mi pequeño amigo es Loguetown.


Mis ojos se abrieron en par en par, mi cuerpo se erizo por un momento al pesar que ese lugar siempre fue, ha sido, y será la cumbre de todo gran acontecimiento en el mundo. No hace mucho escuche por las “malas lenguas” por así decirlo de la guerra que ocurrida entre marines y los piratas por la ejecución de la pirata Katrina. No solo eso, tengo pequeños recuerdos de libros que relatan la historia que le llaman la isla del “alfa y del omega” donde nació, creció y murió el primer rey de los piratas y conquistador del océano más fuerte del mundo, Gold Roger.


-ME TENES QUE ESTAS JODIENDO!!!!! CAPITÁN ME TOMO ESTO PRESTADO!!!!


No poda evitar no poder ir por la emoción, di un gran salto hacia un bote que colgaba al lado del barco y con mi espada di un corte rápido dejándolo caer, sin mirar atrás comencé a remar  con gran fuerza y velocidad pero, poco a poco mientras más me acerco el olor a guerra hace llegar a mi mente imágenes de piratas y marines luchando arduamente, no podía dejar de sonreír no podía evitar estar emocionado, era mi primera parada después de largo tiempo desde mi salida de mi hogar natal y, además, es una oportunidad de ver algo a la perspectiva de un psicópata como yo.


Al llegar me doy cuenta que el lugar está destrozado y echo cenias, escombros y muchas cosas echas pedazos, eso no logro retractarme en ningún momento, no dude de dar un primer paso hacia delante en mi camino a la búsqueda de saciar mi curiosidad, donde, podría decirse que podría aprender de los intentos de “las conquistas del pasado”.

Era ese lugar. El histórico Loguetown. Me dirigía hacia ese lugar para conocer el auténtico escenario de la guerra entre marines y piratas. Mi boca estaba un poco seca, ya que no había bebido nada en todo el día, ya no me quedaban provisiones, por lo que rogé para encontrarme con alguna persona en esa isla que pudiera ayudarme con algo de comida; nisiquiera me quedaban berries para comprar algo de ron. Me encontraba enojado por el hecho de estar sobrio, no había bebido de un buen ron desde mi última visita a una isla. Mi bote atracó en el puerto de Loguetown, me bajé, inhalé fuertemente y me decidí a buscar a alguien. Todo el lugar estaba destrozado, eran solo vestigios de lo que alguna vez fue un hermoso lugar. Escombros por aquí, escombros por allá y ningun alma que me pudiera ayudar.

En un momento mi corazón se emocionó al ver la figura de una persona.

Diogo: Ojalá tenga algo de ron.

Era una especie de guerrero que llevaba una llamativa espada, quizás en esta isla encuentre a mi primer nakama.

Diogo: Disculpa, tienes agua, comida o algo de ron que puedas convidarme?

Poco a poco al explorar e ir adentrándome entre la ciudad mis ojos me mostraban imágenes de batallas que mi “locura” no dejaba de mostrarme, ya sabía yo que era solo mi imaginación jugándome bromas pero aun así quise cambiarle de nombre y ponerle algo más “bonito” , casas destruidas, escombros y un olor a sangre que no importaría cuanto tiempo pasara, si nadie reconstruía este lugar, sería un cementerio para siempre.


Pero algo pasaba en mi interior, un sentimiento que no era algo que podía explicar con palabras, este lugar estaba lleno de tanto poder tantas esperanzas y tanto potencial, que verlo destruido que rompía el corazón, pero aun así el poder estar en este lugar me alegraba mucho más la moral de poder estar en lo que yo llamaría “mi comienzo” en mi camino a conquistar lo inconquistable, no paso mucho tiempo hasta que me di cuenta que ya era un poco tarde para entrar en cordura, mis ojos se tornaron de un tono naranja y mi sonrisa era la de un niño con un juguete nuevo, no podía evitarlo estaba muy emocionado explorando todo.


En mi recorrido me encontré con un individuo algo caucásico y blanca vestimenta y extraña cara, eso pude notar a lo lejos, mi expresión no cambiaba yo camine sin temor a nada en dirección hacia aquella persona cuando noto que amablemente se me acerca planteándome una pregunta.


-Disculpa, ¿tienes agua, comida o ron que puedas convidarme?


Claramente el no pudo percatarse de mi estado y expresión actual, con una cara de un “niño loco con juguete nuevo” le mire fijamente a los ojos sonriendo de una manera muy siniestra, emanando desde mi ser un aura de “presencia” que espantaría a algunas aves cercanas a el lugar al sentirla, luego en un tono muy tranquilo de mis boca salieron las siguientes palabras.


-Tristemente no tengo nada a la mano, estoy de paso más que nada y dentro de un momento regresare a alta mar.


Dicho esto proseguí con mi caminata de lo mas tranquilo mirando en toda dirección sin dejar de tener imágenes en mi cabeza “imaginándome” como ocurrió todo.

Tristemente no tengo nada a la mano, estoy de paso más que nada y dentro de un momento regresaré a alta mar.

Sus palabras me dejaron algo intranquilo, ya que era la única persona que me había encontrado en la isla y mi estómago me pedía a gritos un poco de comida. El tipo comenzó a seguir su camino, no tengo idea de lo que andará buscando, pero se quedaba mirando maravillado todos los escombros y escenarios de la gran guerra.

En un momento pensé en comerme a ese tipo, no soportaría un día más en alta mar sin comer un bocado. Al llegar no divisé ningun bote, pero si un barco a lo lejos, quizás este tipo llegó en el y puedan tener comida a bordo. Quizás lo mejor sería ir a atacar ese barco y quedarme con toda la comidad y licor.

Quizás sería un pirata, o un cazador (aunque no lo creo) y seguramente tiene un barco al que volver, por lo que decidí seguirlo. Solamente caminé a su lado y le pregunte:

Ese barco que se divisa a lo lejos, es tuyo?

Regreso en si durante un momento, ya había visto suficiente en su cabeza y realmente no tenía ganas de hacer más cosas en ese momento ya que la guerra no había dejado nada más que escombros y ruina en este lugar, quizás dentro de unos 2 o 3 años este lugar podría volver a ser lo que era antes y quizás, tan solo quizás, valdría la pena conquistar este lugar. Escucho la pregunta de aquel personaje que simplemente no le llamaba mucho la atención, tenía un olor inconfundible a los piratas, y se novato a diestra y siniestra que era como yo, un recién salido a alta mar, solo me propuse a responderle sin voltear a mirarle ni tomarle mucha importancia.


Eso de allá no es mío, es un barco de mercaderes que llevan a las personas que viajan de islas en islas sin rumbo, yo vengo en esa cosa. *Logra señalar un bote amarrado en el puerto destrozado* Tome ese pequeño bote prestado y ya vi lo que tenía que ver.


Regreso caminando hacia el bote caminando de manera muy tranquila, al llegar al puerto doy un pequeño salto y me pongo a pensar por unos momentos lo tedioso que sería viajar durante otra jornada con personas que no eran muy de fiar, ya que incluso para mi “los mercaderes no son lo suficientemente inteligentes ni fuertes al ataque de un pirata* entonces me dije a mi mismo que es momento de tomar riendas en mi propias cosas, quite la soga y di un empujón con mi pie y comencé a remar rumbo al norte en busca de otra isla en soledad, satisfecho por haber podido conocer un lugar tan maravilloso incluso en la ruina, y sin duda alguna lo tenía bien presente en mi mente, este lugar valdría la pena de conquistar. Después de un rato de remar el pequeño pirata loco se propone a echarse un una siesta sin temor a lo que ocurra y con unas sonrisa no solo marcada en sus labios, sino también marcada en su corazón.

El enano me señala que su pequeño bote en el puerto. Me dijo que el barco que se perdía en el fondo del paisaje era de unos mercaderes, que llevaban a la gente que no tenía como ir ni venir.
Realmente no estuvo mucho en la isla, simplemente llegó y se fue.

Se subió a su bote y comenzó a remar hacia el norte, sin duda estaba en soledad. Pensé en preguntarle su quiera que lo acompañara a la otra isla, en busca de alimentos, quizás podriamos hacernos nakamas. Finalmente decidí despedirme amablemente de él:

Suerte en tu próxima isla, quizás volvamos a vernos!

En ese minuto el hambre me estaba consumiendo, por que cree una pequeña caña de pescar y me senté en pedazo de muralla a buscar mi almuerzo. Después de rellenar mi estómago, buscaría mi próximo destino.

Diogo "El Faraón".Adiós Loguetown