Kidah y Diogo, ¿Nakamas?

Estaba sobre mi barco, descansando tras agotadores viajes a través del grand line. Había vivido muchas aventuras en las distintas islas a las que había visitado, pero creía que ya era hora de pasar al nuevo mundo.
Me dirigía hacia el archipiélago Shabaondy, donde se juntan todos los piratas que quieren pasar al nuevo mundo, en busca de nuevas aventuras e incluso nuevos nakamas. Dejé mi bote en la zona 7 y me adentré caminando hasta encontrar un lugar en donde comer.

Mi estómago sonaba bastante y no tenía suficiente dinero como para llenarlo completamente, estaba un poco desesperado por un rico pedazo de carne.
Llegué a un lugar que parecía bastante bueno, me senté en la barra y medí un pedazo de carne con un vaso de agua (ya que no me alcanzaba para comprar un ron de calidad, nisiquiera uno barato). Mientras comía pensaba en lo peligroso que sería pasar al nuevo mundo sólo, sin dudas esta sería mi última oportunidad de encontrar un nakama antes de partir. El clima del otro lado es terrible y yo no tengo idea de navegación, simplemente dejo que las corrientes me lleven donde ellas quieran.

Terminé de comer mi carne, me tomé el agua y abandoné la taberna. Caminé durante largos minutos hasta llegar a un hermoso árbol que tenía una sombra envidiable, por lo que llegué, me saqué mi bata para utilizarla como almohada y me recosté a dormir un rato.

Después de haber viajado otra vez de polizón en un barco, llegue a una isla con árboles enormes y burbujas que subían y al pasar las copas de los árboles reventaban, sin lugar a dudas esto era el Archipiélago Shabaody. Leí que esta isla se reparte por distritos, no sabia en cual me encontraba así que empecé a caminar hasta que encuentre algún lugar donde pueda beber y comer algo, viajar de polizón pasa factura.

Camine media hora hasta que halle un lugar donde había muchas personas. Entre en el primer antro que vi y entre a tomar una cerveza y algo de carne. El camarero fue muy amable conmigo, salí muy contenta de aquel antro. Al salir me dispuse a mirar las tiendas y luego entre a la biblioteca,  quería saver la historia de este sitio. Cogí varios libros y empecé a leerlos.

Pasaron como dos horas hasta terminar de leer todos los libros. Salí de la biblioteca y caminé sin rumbo. No sabia donde me encontraba pero me di cuenta que había un árbol enorme, era precioso. Mientras contemplaba aquel árbol, hable en voz alta.

Kidah: Aiiish! Estoy harta de colarme en barcos, necesito unirme a una tripulación ya!

Ante mi comentario, alguien me cogió del cuello por detrás -Cobarde-. Me solte de su agarre, saque a Nagiri y Nagari, mis dos espadas, me gire y vi a un bandido, me llene de ira al verlo... No lo pensé dos veces y le corte la cabeza. Tenia que habérselo pensado dos veces antes de atacarme, y encima por la espalda. Malditos bandidos, cada vez me dan más asco al igual que los marines y el gobierno mundial.

Estuve durmiendo hasta que un comentario me despertó, escuché a una mujer diciendo que ya no quería seguir andando de polizón y que se quería unir a una tripulación. Justo en ese minuto abrí los ojos y ví como le cortaba la cabeza son 2 espadas a una persona que parecía ser un bandido. Quedé atónito ante la rudeza de esa mujer y de inmediato me decidí a que ella sería mi nakama cueste lo que cueste.
Levanté mi espada del piso para ponerla en mi cinturón y me dirigí hasta donde se encontraba la mujer. El hambre volvía a caer sobre mí, por lo que al ver pasar una especie de ardilla, lanzé mi espada y le atravesé por el estómago para dejarla enterrada en un árbol. Retiré mi espada del árbol y despellejé a la ardilla, junté algo de leña e hice fuego para cocinarla.
Me senté cerca de la fogata y le pregunté a la mujer...

-Tienes algo de ron?

Tras hacerle la pregunta comenzé a cortar a la ardilla mientras cantaba una canción:



Comenzé a cocinar a mi ardilla esperando que la mujer se aproximara para sentarse a mi lado.

-Quieres un poco de ardilla?

Oí que alguien se levantaba y vi a un hombre ¿o una momia?, no estaba segura de lo que era pero seguro que vio como le corte la cabeza a ese trozo de basura. Me sorprendió la puntería que tiene, lanzo su espada a una ardilla y le atravesó -pobre ardilla-. Me lo quede mirando mientras hacía una fogata, estaba tan embobada que cuando hablo di un respingon.

Hombre/Momia: tienes algo de ron?

Esa pregunta me confundió un poco, luego empezó a cantar una canción de piratas, eso quería decir que el era uno. Mi suerte estaba cambiando. Al rato me sorprendió con otra pregunta.  

Hombre/Momia: Quieres un poco de ardilla?

Me fui acercando a aquel ser, seguía pensando que puñetas es. No se porque pero me transmitia confianza. Me senté al lado suyo, me lo quede mirando unos segundos.

Kidah: No tengo ron y no tengo hambre -dije seria- ¿Eres un pirata?, ¿Eres un hombre o una momia? Y ¿Cómo te llamas?

Era tal mi curiosidad que parecía una niña. Mira que he visto gente rara pero este se lleva el premio gordo. Seguía mirándolo, esperando una respuesta.

La mujer me contestó que no tenía ron y que no tenía hambre, lo que me frustró un poco porque tendría que ir a comprar algo de ron; el problema era que no tenía berries.

Kidah: ¿Eres un pirata?, ¿Eres un hombre o una momia? y ¿Cómo te llamas?
Diogo: Mi nombre es Diogo, me dicen "El Faraón", si soy un pirata pero no una momia.- Dije entre risas. Voy a suponer que tu también eres pirata, ya que dijiste que buscabas una tripulación. Tienes suerte de que yo tengo una.

Mientras le hablaba a la mujer hubo una explosión a lo lejos, la cual me sacudió un poco.

-Que habrá sido eso?

Apague el fuego sin haber podido cocinar a la ardilla aún y me levanté del suelo.

-Quieres ir a ver que fue eso?

Salí corriendo rápidamente hacia el lugar de la explosión, esperando que la mujer me siguiera.

-A todo esto, ¿Cuál es tu nombre?

Puso cara de fastidio cuando le dije que no tenía ron, me hizo gracia. Dijo que se llamaba Diogo y que le llamaban "El Faraón",  que era un pirata y que tenia suerte de que tuviera una tripulación. -y tanto que tenia suerte-

Cuando iba a contestarle, se oyó una explosión a lo lejos. Me agite bastante, algo no iba bien. Tenia un mal presentimiento.

Diogo: Qué habrá sido eso?

Vi que apagó el fuego y la ardilla aun sin cocinar -que desperdicio-.

Diogo: Quieres ir a ver que fue eso?

Ante esa pregunta, asenti con la cabeza pero se fue corriendo antes de verme... Salí detrás de él y pregunto por mi nombre.

Kidah: Me llamo Kidaihla Donquixote, pero dime Kidah. Por cierto, me gustaría unirme a tu tripulación.

Seguíamos corriendo hasta dar con el lugar de la explosión.

Miré hacia atrás y vi a la mujer corriendo detrás mio, se notaba que tenía convicción.

-Me llamo Kidaihia Donquixote, pero dime Kidah. Por cierto, me gustaría unirme a tu tripulación.

En ese momento me dí cuenta de que no estaba solo, por fin tendría un compañero para transformarme en el rey de los piratas, voy a crear la mejor tripulación que los mares haya visto.

-A partir de hoy puedes llamarme Capitán.

Nos dirigíamos hacia la explosión y la gente se encontraba muy desesperada, todos corrían de un lado a otro gritando que era el fin de Shabaody. No sabíamos a que ibamos a enfrentarnos, podría ser un pirata, un cazador o hasta la misma marina.
Llegamos al lugar de la explosión, era la taberna en la que me había sentado a comer cuando llegué al archipiélago.
Había mucho humo y la visibilidad era muy poca, no creo que se tratara de Guldo denuevo, asique entré a la taberna para ver que era lo que sucedía. Dentro del humo divisé 3 siluetas, eran 3 hombres grandes que hacían notar su presencia... ¿Serán personas capaces de utilizar Haki?, mi valentía comenzó a aumentar y sabía que con Kidah acabaríamos con esos 3.
A partir de hoy, los piratas de Tutankamón se harán conocidos.

-Estas lista Kidah?

Diogo: A partir de hoy puedes llamarme Capitán.

Por fin estaba en una tripulación y haré todo lo posible para convertir a mi capitán en el Rey de los piratas.

Llegamos a donde se originó la explosión, fue en una taberna, la gente corría de un lado a otro desesperada y asustada. Había mucho humo y la visión era casi nula -¿Quién habrá hecho semejante cosa?- Mi capitán entro y le seguí, entonces vimos 3 hombres bastante grandes, su presencia era intimidante pero a mi no me asustaban, seguro que por fuera son unos machitos y por dentro son un trozo de pan.

Diogo: estas lista Kidah?

Ante esa pregunta, sonrei de medio lado. Saqué a mis dos espadas y mire a mi capitán muy segura.

Kidah: Por supuesto mi Capitán, vamos a patearles el culo.

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Piratas de Tutankamón.

Kidah porfin me llamó capitán, sacó sus 2 espadas y se dispuso a pelear sin saber a que nos enfrentaríamos. Yo decidí ponerme serio y guiar a mi pequeña tripulación a su primer triunfo.

-Muy bien, vamos Kidah!

Salí corriendo dentro del humo tomando fuertemente mi katana, salté y fui directamente a cortar la cabeza de uno de los hombres.

DORAGON SAIBANSHO!!

La cabeza de uno de los hombres rodó, ahora sólo quedaban 2; teníamos que mostrarles la fuerza de los piratas de Tutankamón.

Diogo: Que es lo que quieren es Shabaody?
Hombre extraño: Kidah...

Su respuesta me dejó perplejo, buscaban a mi nakama Kidah; en que se habrá metido para que la busquen estos hombres...

Diogo: Quienes son ustedes!!?
Hombre extraño: Kidah...

El hombre repetía una y otra vez el nombre de Kidah, sin duda tenían alguna deuda pendiente.

Diogo: Te digo que me digas que es lo que quieres idiota!!
Brilliant Leg!!

Le lanzé una patada al estómago, pero éste se puso negro como si fuera Haki armadura; mi fuerte patada no le hizo ningún daño.
Derrepente sentí una fuerte presencia y caí al suelo casi desmayado.

Diogo: Kidah... ten cuidado, usan Haki.

Vi al Capitán adentrarse en el humo y cortarle la cabeza a uno de esos hombres. Quedaban dos. En eso que mi capitá les pregunto que querían en Shabaody, la respuesta de uno de ellos me dejo impactada.

Hombre extraño: Kidah...

Me buscaban a mi... No me sonaban de nada, a lo mejor les robe en el pasado pero robe a tantas personas que no los recuerdo. Mi capitán le preguntaba quienes eran y que querian pero este hombre no paraba de repetir mi nombre.

Kidah: ¡¿Quién coño eres y de qué me conoces?!

Mi capitán le lanzó una patada en el estómago pero justo donde le dio, apareció una especia de mancha negra, como una especia de armadura... En eso se me vino a la cabeza una cosa -Haki-. Al rato, mi capitán cayó al suelo... Eso tuvo que ser Haki del conquistador.

Diogo: Kidah... ten cuidado, usan Haki.

Esto iba a ser difícil. Corrí hasta el otro hombre, hice una pirueta y le di una patada en el cara tirandole al suelo. Me senté sobre su pecho, poniéndole una espada en el cuello y la otra apuntando a su cabeza.

Kidah: ¡¿Qué queréis de mi?! -dije muy enfadada-

Hombre extraño2: ¡Tu cabeza! -solté una carcajada-

Cuando terminé de reir, le enseñe una sonrisa sádica, le clave la espada en la frente y con la otra le corté la cabeza. Me salpicó un poco de sangre a la cara pero no me importo. Sólo falta uno... Me acerque hasta mi capitán y le ayude a levantarse.

Kidah: Capitán, este último no será fácil de matar. Tenemos que idear un plan rápido...

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Piratas de Tutankamón.

Mientras yo me encontraba en el suelo, Kidah se encargó del 2do de los 3 hombres misteriosos. Kidah tenía una prominente técnica con sus 2 espadas, con las que era 100% letal.
Me levanté del suelo y tomé mi katana.

No hay tiempo para idear un plan Kidah, hay que atacar con todo lo que tenemos para acabar de inmediato con él.

Salí corriendo en busca de la cabeza del 3er hombre misterioso, pero éste esquivaba absolutamente todos los cortes y patadas que le lanzaba. Su haki de observación estaba en un buen nivel al parecer. De un momento a otro el hombre desapareció y el humo dentro de la taberna disipó. Nos encontramos con que los 2 hombres que matamos eran marines, lo que me alegró al pensar que podía recibir una recompensa por mi cabeza.

Eso fue bastante extraño Kidah, no me explico quien era ese hombre, pero no hay dudas de que podría habernos eliminado. Tenemos que tener más cuidado la próxima vez.

Revisé los cuerpos de los marines y encontré algo de berries, por lo que lo único que quería era ir a beber un poco de ron a otra taberna, o mejor, buscar la bodega en donde guardaban el ron en esta taberna.

Diogo tenia razón, no había tiempo para idear un plan pero la simple idea de pensar que aquel hombre podría matar a mi capitán, me aterrorizada.. . -No quiero volver a pasar por lo mismo otra vez...- Se levantó para intentar matar a ese hombre pero fue inútil, su haki de predicción estaba a otro nivel.

En algún momento, aquel hombre desaparició, el humo se disipó y vi que los hombres muertos eran marines. Aquella imagen me hizo pensar -Si estos eran marines, el otro tiene que ser un alto cargo de la marina. Y si me conocían... No, no podía ser aquel hombre... Aquel que mató a mi maestro, mi salvador...- mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de mi Capitán.

Diogo: Eso fue bastante extraño Kidah, no me explico quien era ese hombre, pero no hay dudas de que podría habernos eliminado. Tenemos que tener más cuidado la próxima vez.
Me lo quede mirando y vi que fue directo a los cuerpos de aquellos hombres, los revisó y cogio los berries que llevaban encima.

Kidah: Sí te soy sincera, tengo una pequeña idea de quien era aquel hombre pero no lo se con certeza. Es como si un fantasma del pasado volviera para arruinarme otra vez...

Mi mente no paraba de dar vueltas al asunto, en algún momento me iba a explotar. Ahora, lo único que quiero es ir a tomar algo y descansar.

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Piratas de Tutankamón.

Cuando me dirigía a revisar la bodega de la taberna, Kidah dijo algo muy interesante.

Kidah: Si te soy sincera, tengo una pequeña idea de quien era aquel hombre pero no lo sé con certeza. Es como si un fantasma del pasado volviera para arruinarme otra vez.

Me detuve, la miré y le dije.

Diogo: Si ese hombre te hizo sufrir en tu pasado, no tiene mi perdón. Mis nakamas son lo más importante para mí, son mi familia.

Tras decir eso me dirigí hacia la bodega y al abrir la puerta me encontré con toneladas de ron y comida. Era raro que la taberna estuviese vacía en el momento de la explosión, debido a que horas antes yo mismo había estado ahí y el lugar se encontraba lleno. La única opción que se me ocurre es que al ser los 3 hombre marines, hayan sacado a la gente del lugar, pero... qué querían esos marines en esta taberna?.

Esa pregunta estaba carcomiendo mi mente, por lo que tras beber todo el ron que encontré en la bodega, me pondría a investigar ese misterio.

Diogo: Ya que ha pasado el problema, bebamos Kidah!!

Las palabras de mi capitán, me llenaron de alegría. Hacia 1 año que no tenía a nadie que considere mi familia... Ahora tengo una y no dejaré que me la arrebaten.      
                                                           
Seguí a Diogo hasta la bodega y estaba a reventar de bebidas y comida. Y ahora que lo pienso, después de aquella pelea, me ha entrado tanta hambre que me comería un Rey marino, acompañado de una buena bebida.

Fijé mi mirada en Diogo y lo vi un poco pensativo -¿Qué se le estará pasando por la cabeza?-. Cogi dos manzanas que había por ahí y una botella de sake para acompañar.

Diogo: Ya que ha pasado el problema, bebamos Kidah!!

Levanté la botella y con una voz firme.

Kidah: Tengamos muchas aventuras y cumplamos nuestros sueños! Salud!

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Piratas de Tutankamón.

Nos pusimos a beber hasta quedar bien borrachos, ya me había tomado casi 3 botellas de ron y mi cuerpo no respondía a mi cerebro.

Bien Kidah, creo que es hora de dejar el alcohol y partir en nuestro viaje.

Me levanté del piso y volví a pensar en quien habrá sido ese marine, era muy hábil utilizando Haki y sin dudas no quizo golpearnos. Kidah se veía algo enojada después de ese encuentro , quizás sería hora de preguntarle cuál era su trauma con ese marine. Quizás era un trauma de infancia, yo por ejemplo, tengo rencor hacia mi padre por abandonarme, rencor hacia Guldo por ser un idiota que se cree poderoso, por tanto entendería a Kidah si me dice algo como eso.

Que problema tuviste con aquel marina Kidah? Tus ojos estaban llenos de odio.

Esperaría a que Kidah me contara su historia para después partir nuestro viaje, los piratas de Tutankamón porfin conquistarían el mar.

El sake y el ron ya me habían subido a la cabeza, me iba a explotar -Nota mental: nunca más mezclar sake con ron-. Ya era de irnos y seguir con nuestro viaje.

Estuvimos caminando en silencio por un rato, a Diogo se veía pensativo pero yo estaba igual. Seguía dándole vueltas a aquellos marines, ¿Cómo han dado conmigo? Y ¿Por qué han montado ese jaleo? Mi cabeza no tiene precio, de momento... No entendía nada.

Seguíamos en silencio hasta que Diogo lo rompió.

Diogo:  Que problema tuviste con aquel marina Kidah? Tus ojos estaban llenos de odio.

Aquella pregunta me dejó estupefacta. Me lo quedé mirando sin saber por dónde empezar...

Kidah: Bueno, empezaré desde el principio... A los 7 años mis padres y mi hermano fueron brutalmente asesinados por unos bandidos... Sobreviví gracias a él, Aiden, un ex-pirata, me salvó de la muerte. Me cuidó durante 11 años y me enseñó un poco el arte de la espada. Fui como una hija para él. Un día, unos marines y un vice-almirante nos perseguian. Yo pude esconderme pero Aiden no tuvo la misma suerte... Aquel hombre, le disparó varias veces en el pecho, me lo arrebató de mi vida y lo vi todo, incapaz de salvarle... No me   queda nada de él, solo recuerdos. Me siento culpable de su muerte, no se lo merecía.

Finalizando mi historia, intentaba retener las lágrimas pero algunas se escaparon. Odio llorar, me siento débil en este estado.

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Piratas de Tutankamón.

Kidah me contó su conmovedora historia y tras terminar soltó un par de lágrimas. Yo no soporto que hagan llorar a mis nakamas, por lo que voy a tomar acciones sobre ese estúpido marine.

-Yo voy a matar a ese marine Kidah, te doy mi palabra.

Dejamos que el sol fermentara un poco el alcohol que habíamos ingerido, una vez que nos ensobriamos un poco decidimos partir.
Nos dirigimos hasta donde estaba mi bote, ya que Kidah llegó en un barco mercante, y comenzé a hacer los preparativos para abandonar la isla. Nos trajimos mucha comida y mucho alcohol de la taberna, estaba algo pesado el bote con tanta provisión que le echamos arriba, por lo que dejamos un poco en la orilla y empujamos mar adentro.

Estás lista para la aventura Kidah? LOS PIRATAS DE TUTANKAMÓN VAN CAMINO A CONVERTIRSE EN LOS REYES DEL MAR!!.- grité exaltado

Porfin nuestro sueño se haría realidad.

Este hombre, no se cómo lo hace, pero sus palabras siempre me emocionan. Al fin podre obtener venganza y el perdón que tanto buscaba.

Llegamos al barco con la comida y las bebidas que cogimos de la taberna. Ya no tendría que colarme en más barcos comerciales, era un milagro. El barco no podía estar muy aflote con tanta mercancía, así que dejamos la mitad en la orilla y empujamos el barco hacia mar abierto.

Diogo: Estás lista para la aventura Kidah? LOS PIRATAS DE TUTANKAMÓN VAN CAMINO A CONVERTIRSE EN LOS REYES DEL MAR!!.

Pegué un salto ante aquella exclamación, me reí en voz baja, me había tocado un capitán muy, por no decir demasiado, eufórico.

Kidah: Jaja...Nunca he estado más lista.

Por fin, todo aquello que anhelaba y creía que no volvería a tener, se hizo realidad. Por fin tenia una familia y espero que vaya creciendo.

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Piratas de Tutankamón.