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- Spoiler:
Ambos lv 100
Técnicas, hakis, objetos y akumas las que tengamos ahora.
Solo hay que divertirse.
Zona de lucha. Una isla totalmente plana de 1.000 km. Totalmente redonda y desértica.
En mitad del océano, en alguno de los siete mares, yacía una extraña isla desértica, totalmente poblada por arena fina que se elevaba al cielo por culpa de el suave viento que corría por aquellos lares. La isla era totalmente circular, donde el mar amenazaba alrededor con varios torbellinos rodeando ésta, protegidos por reyes marinos, algo que no dejaba entrar a ningún barco a aquella zona.
La isla, parecía totalmente desértica, no había ni un solo alma, o al menos era así, hasta que un extraño ser mitad humano y mitad pegaso apareció surcando los cielos con unas grandes alas de plumaje blanco. Aquel ser, tenía cuerpo de humano, pero cabeza de caballo con un cuerno dorado en la frente, una melena que surfeaba el viento mientras el ser volaba, que parecía un arcoiris vivo. El ser era totalmente blanco, peludo y con piernas de caballo y una larga cola. Llegaba a la isla y aterrizó, mientras que una extraña aura aparecía alrededor de su cuerpo, haciendo que la suave arena surcara feliz por alrededor de aquel ser, pero sin llegar a tocarlo.
Parecía ser que era un pirata famoso, con nada más ni nada menos que 2.000.000 de berrys por su cabeza. Muchos dirían que eso no era nada de recompensa, pero a él poco le importaba, no le gustaba hacer maldades, pero dos millones no significaba que aquella persona era flojo, todo lo contrario, era realmente fuerte y se podía notar con solo mirarlo. Sus ojos rojos como los de una bestia buscaban algo, pero aún no se sabía el que. Su nariz se movía de lado a lado, como si estuviese buscando el olor de algo... o alguien.
Llevaba unos ropajes extraños, que en forma humana le hacía verse como un león, ya que una gabardina color naranja era lo que vestía, enseñando su torso y un tatuaje en su pecho izquierdo, que parecía ser la cabeza de un león.
De repente, la mirada de aquel hombre cambió, empezó a enseñar sus dientes afilados, como si fuese una bestia, y emitió un gran grito que parecía ser el rugido de un león adulto, cabreado y en busca de una presa para comer. Empezó a apretar sus puños y a crujir su cuello, mientras los recuerdos inundaban su mente.
Se veía a él, años atrás, cuando era joven, en un extraño coliseo junto a tres personas más. Una era una belleza mujer pelirroja, con grandes pechos y que se transformaba en una especie de tigre blanco. Otro, era una gran bestia de grandes músculos, con una mirada que recordaba a la de un lobo y, el último, no era nada más ni nada menos que un peliverde. En su recuerdo, el peliverde se lanzaba contra él a gran velocidad, mientras de su boca salía una palabra... "Insecto."
Los recuerdos hacía que su cuerpo empezase a rodearse de llamas que bailaban a su alrededor, mientras que apuntaban al cielo y esperaban por asar a su presa. Las llamas parecían estar vivas, ya que contra más enfurecido estaba Asderdeker, más aumentaban las llamas de su cuerpo. La arena empezaba a tornarse de color negra, los ojos de aquella bestia se afilaban y parecía que la grava del suelo corría de aquel lugar hacia el mar, como si tuviese miedo de aquel extraño Hombre/Pegaso.
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Vaya, Midorima había al fin logrado todo. Su fuerza era genial, su pelo verde jugaba con el viento y sus ojos miraban con diversión al idiota que estaba en el centro de la isla, había llegado hace poco a la isla y estaba escondido en una roca, su habilidad era legendaria. Tanto que su mera existencia era un mito, era indetectable. Si no mal recuerdo, ese es el chico del Coliseo…genial. Creo que me divertiré un rato con él. pensaba calmadamente mientras lo veía, unas extrañas llamas recorrían su cuerpo, no recordaba haberlo visto con aquella técnica antes, una sonrisa algo sádica se había dibujado en su rostro, sin más salió de aquella roca con paso calmado, recordaba con nostalgia su viaje, no tenía dudas que su vida de pirata había sido genial. Ahora que al fin había recorrido todo el mundo ya era hora de retirarse, recordaba a todos sus amigos, conocidos e incluso rivales que derrotó en su momento.
Midorima ahora estaba en frente de su futuro rival, no tenía idea de cómo es que iba a reaccionar, lo que sí sabía era que iba a ser divertido. El poder que irradiaba era enorme, su fuerza no podía ser comparada con la de antes, definitivamente había mejorado y seguramente ahora ya no podría llamarle insecto, o quizás sí, todo iba a depender mucho de lo que pasara a continuación. Shintaro estaba tranquilo, veía la determinación en la mirada de ese chico, le gustaba destruir a aquellos que poseían ese tipo de miradas, sobre todo porque le gustaba ver como es que quedaban tirados a sus pies. A pesar de haber perdido a seres queridos en su pasado, su nuevo poder le había incrementado su arrogancia, sus nuevas habilidades eran geniales y muy útiles, sin dudas el viejo Midorima había quedado en el futuro. Ahora podía hacerle frente a cualquier cosa.
Bien, mocoso. Ven y trata de divertirme. Si es que puedes.
Mencionaba tranquilo mientras se alejaba un par de metros dando saltos y ponía su guardia en alto, no tenía intenciones de perder, quería probar el poder de ese chico cuanto antes. Su cara le sonaba de algo, de verle en un cartel de Wanted pero no lo recordaba bien, pero sí…era un pirata y estaba siendo buscado, solo que no recordaba su nombre. Sea como sea, eso no importaba, estaba buscando algo que hacer, un rival interesante que enfrentar con todo y sin remordimientos. Sin miramientos, sin tener que contenerse y para de alguna vez por todas, saciar su ansía de combate. Sin más esperó el ataque de su futuro rival.
Midorima ahora estaba en frente de su futuro rival, no tenía idea de cómo es que iba a reaccionar, lo que sí sabía era que iba a ser divertido. El poder que irradiaba era enorme, su fuerza no podía ser comparada con la de antes, definitivamente había mejorado y seguramente ahora ya no podría llamarle insecto, o quizás sí, todo iba a depender mucho de lo que pasara a continuación. Shintaro estaba tranquilo, veía la determinación en la mirada de ese chico, le gustaba destruir a aquellos que poseían ese tipo de miradas, sobre todo porque le gustaba ver como es que quedaban tirados a sus pies. A pesar de haber perdido a seres queridos en su pasado, su nuevo poder le había incrementado su arrogancia, sus nuevas habilidades eran geniales y muy útiles, sin dudas el viejo Midorima había quedado en el futuro. Ahora podía hacerle frente a cualquier cosa.
Bien, mocoso. Ven y trata de divertirme. Si es que puedes.
Mencionaba tranquilo mientras se alejaba un par de metros dando saltos y ponía su guardia en alto, no tenía intenciones de perder, quería probar el poder de ese chico cuanto antes. Su cara le sonaba de algo, de verle en un cartel de Wanted pero no lo recordaba bien, pero sí…era un pirata y estaba siendo buscado, solo que no recordaba su nombre. Sea como sea, eso no importaba, estaba buscando algo que hacer, un rival interesante que enfrentar con todo y sin remordimientos. Sin miramientos, sin tener que contenerse y para de alguna vez por todas, saciar su ansía de combate. Sin más esperó el ataque de su futuro rival.
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La marea seguía rugiendo alrededor de la isla, con enormes olas que batallaban entre sí. Asderdeker seguía en llamas, cuando de pronto, de entre las sombras, apareció un extraño sujeto con pelo verde y lentes, parándose de frente a aquel enorme hombre pegaso, que emanaba fuego intenso de su cuerpo. Era Midorima, un joven pirata de un intenso poder, que parecía conocer a Asder. Le dirigió unas palabras desafiantes, mientras que los ojos del híbrido se volvían blancos, con una fina pupila de un color rojizo, que amenazaba al cuerpo de aquel peliverde.
- Bien... - Decía el pirata pegaso con una voz confiada.
El poder de ambos era increíble, se podía ver como las nubes se apartaban de aquel lugar, alejándose del posible enfrentamiento de dos titanes colosales. Asder levantó su mano derecha, mientras que con su dedo índice apuntaba a los pies del peliverde. De pronto, apuntando como si su mano fuese una pistola, dijo unas suaves palabras... - *Bang* - Decía confiado de su poder. De su dedo, surgió una especie de bala a una velocidad que hacía imposible de seguir su rastro. La bala iba dirigida a los pies del peliverde, que estaba de pie enfrente del hombre pegaso. La bala parecía que iba a chocar a sus pies, pero a apenas un metro, Asder dijo otras palabras... - *¡Kaboom!* - Soltaba el pirata.
La bala, extrañamente, explotó. La explosión era enorme, arrasando metros y metros de arena, creando un agujero en el suelo circular, de un radio de 90 metros. La explosión cubría un area extensa, de unos 100 metros a la redonda, como si la mismísima furia de Asderdeker surgiese de aquella bala, rugiendo con gran intensidad, arrasando con todo lo que había a su paso. Aquella explosión fue sin duda, el primer ataque que lanzó Asderdeker mientras era cubierto por unas llamas realmente intensas.
Bang + Kaboom = [AM]
- Bien... - Decía el pirata pegaso con una voz confiada.
El poder de ambos era increíble, se podía ver como las nubes se apartaban de aquel lugar, alejándose del posible enfrentamiento de dos titanes colosales. Asder levantó su mano derecha, mientras que con su dedo índice apuntaba a los pies del peliverde. De pronto, apuntando como si su mano fuese una pistola, dijo unas suaves palabras... - *Bang* - Decía confiado de su poder. De su dedo, surgió una especie de bala a una velocidad que hacía imposible de seguir su rastro. La bala iba dirigida a los pies del peliverde, que estaba de pie enfrente del hombre pegaso. La bala parecía que iba a chocar a sus pies, pero a apenas un metro, Asder dijo otras palabras... - *¡Kaboom!* - Soltaba el pirata.
La bala, extrañamente, explotó. La explosión era enorme, arrasando metros y metros de arena, creando un agujero en el suelo circular, de un radio de 90 metros. La explosión cubría un area extensa, de unos 100 metros a la redonda, como si la mismísima furia de Asderdeker surgiese de aquella bala, rugiendo con gran intensidad, arrasando con todo lo que había a su paso. Aquella explosión fue sin duda, el primer ataque que lanzó Asderdeker mientras era cubierto por unas llamas realmente intensas.
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