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Byakuro Kyoya
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Byakuro caminaba por la isla de Shoko. Otra vez. ¿Por qué siempre acababa en islas con pantanos? Los insectos revoloteaban a su alrededor, haciendo el tonto.
- Putos mosquitos -Klaus se comió uno de golpe-. Gracias, amigo. -le dijo el cazador sonriendo.
¿Qué le había llevado a hacer aquello? Sencillo. Había oído rumores sobre un pequeño grupo de piratas de poca monta que se hacía llamar piratas de Tutankamón. No sabía si tenían recompensa o no, pero se decía que estaban por aquella zona, y la última pista que tenía lo había llevado allí, pese a los malditos mosquitos, que el chico odiaba.
Se decía que el chico quería ser el nuevo rey de los piratas, y que lo clamaba a los cuatro vientos. Y Byakuro odiaba a los escandalosos. Le daría una buena lección a aquel tipo, para que dejara de hacer el tonto. Los piratas no le caían bien desde el incidente de Krabbo. Y los escandalosos, menos. Así que la combinación, simplemente le resultaba odiosa.
Estaba en las afueras de una de las aldeas de la isla. Había oído sobre un grupo de jóvenes piratas que se acercaban a aquel lugar. Con un poco de suerte, serían los que estaba buscando. Decían que el líder llevaba una máscara. Aquello desagradaba más aún a Byakuro. Ocultar la cara era algo que el cazador repudiaba. Cualquiera que ocultase sus rasgos era porque se sentía avergonzado por ellos. Y aquel acto de vergüenza le hacía hervir la sangre al chico.
Observaba el camino que entraba en la aldea, mientras acariciaba a su camaleón. Su ropa era bastante estrambótica: una camiseta negra y unos pantalones del mismo color. Sus botas de siempre y un par de cadenas colgadas de la cintura. En el cuello llevaba su collar de pinchos y su anillo en la mano derecha. A su lado, tenía una bolsa con sus cosas, y a la espalda, el bastón tridente con el que peleaba. Por último, en uno de los bolsillos de su pantalón llevaba su caja de dardos. Estaba listo.
- Bueno, a ver si llegan pronto... Estoy aburrido de esperar. -suspiró.
- Putos mosquitos -Klaus se comió uno de golpe-. Gracias, amigo. -le dijo el cazador sonriendo.
¿Qué le había llevado a hacer aquello? Sencillo. Había oído rumores sobre un pequeño grupo de piratas de poca monta que se hacía llamar piratas de Tutankamón. No sabía si tenían recompensa o no, pero se decía que estaban por aquella zona, y la última pista que tenía lo había llevado allí, pese a los malditos mosquitos, que el chico odiaba.
Se decía que el chico quería ser el nuevo rey de los piratas, y que lo clamaba a los cuatro vientos. Y Byakuro odiaba a los escandalosos. Le daría una buena lección a aquel tipo, para que dejara de hacer el tonto. Los piratas no le caían bien desde el incidente de Krabbo. Y los escandalosos, menos. Así que la combinación, simplemente le resultaba odiosa.
Estaba en las afueras de una de las aldeas de la isla. Había oído sobre un grupo de jóvenes piratas que se acercaban a aquel lugar. Con un poco de suerte, serían los que estaba buscando. Decían que el líder llevaba una máscara. Aquello desagradaba más aún a Byakuro. Ocultar la cara era algo que el cazador repudiaba. Cualquiera que ocultase sus rasgos era porque se sentía avergonzado por ellos. Y aquel acto de vergüenza le hacía hervir la sangre al chico.
Observaba el camino que entraba en la aldea, mientras acariciaba a su camaleón. Su ropa era bastante estrambótica: una camiseta negra y unos pantalones del mismo color. Sus botas de siempre y un par de cadenas colgadas de la cintura. En el cuello llevaba su collar de pinchos y su anillo en la mano derecha. A su lado, tenía una bolsa con sus cosas, y a la espalda, el bastón tridente con el que peleaba. Por último, en uno de los bolsillos de su pantalón llevaba su caja de dardos. Estaba listo.
- Bueno, a ver si llegan pronto... Estoy aburrido de esperar. -suspiró.
- Off:
- Dado que no sé el número exacto de personas en la tripulación, cuando haya posteado el último miembro, por favor, que haga un spoiler donde me avise.
Si en cualquier momento se pasa el plazo de las 72 horas, volveré a postear.
Diogo
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- OFF-ROL:
- 2 cosas:
1.- Somos 3 en la tripulación
2.- Dejé explícito que aceptaría si esque no existe la posibilidad de muerte. Las reglas se ven en conjunto no?
Nos encontrabamos acampando cerca de los pantanos con mi tripulación, ya no daba más con tanto insecto y reptil vagando por la zona. Me había tragado por lo menos unos 10 molestosos mosquitos que andaban por el aire. Tenía un extraño presentimiento sobre este día, no andaba con buena espina. Nuestra tripulación porfin se empezaba a consolidar y a hacerse fuerte. Había escuchado de un hombre que hablaba sobre una pequeña tripulación de 3 personas y un cazador que los estaba buscando; no sé para que quiere un cazador encontrarse con una banda que aún no tiene recompensa, no gana nada enfrentándose a nosotros. Decidí salir a caminar por los pantanos, asique le dije a mi tripulación:
-Nakamas, iré a cazar algo para comer, aunque sea un cocodrilo. Compré 2 den den mushi en la última isla, asique quedense con uno y me llevaré el otro. Si pasa algo llamenme de inmediato, cuidado con el cazador.
Salí en busca de mi almuerzo. Estaba hambriento y sediento, por suerte tenía una botella de ron en mi bolso.
Caminando por los pantanos iba pensando:
Creo que debo ponerme a entrenar, mi tripulación necesita que su capitán pueda derrotar a cualquier rival que se interponga en nuestro camino; incluso necesito a un médico que pueda reconstruir mi pierna. Quizás podría hacerme una pierna cyborg con armas jojojo sería genial.
Entre pensamiento y pensamiento me encontré caminando encima de unas arenas movedizas, enterrándome cada vez un poco más. Cogí la rama de un árbol que caía y tiré lo más fuerte posible, pero me seguía hundiendo. Creí que era mi fin. De un momento a otro perdí el conocimiento, pasaron unos minutos antes de abrir los ojos, pero cuando lo hice me di cuenta de que ya no estaba en las arenas movedizas, sino que estaba en el piso y con mi billetera sin berries.
-Maldición, es el típico estilo de Don Ramón. Me salvó pero se llevó mis berries.
Aoi Sasaki
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Estábamos en una isla la cual no me acuerdo de su nombre, en ella habían un montón de pantanos con niebla que te impedían ver apenas unos metros hacia adelante, estábamos en una tienda de campaña al lado de un pequeño lago, ese día llevaba mis ropas de siempre una camiseta roja, una chaqueta de cuero negra y unos pantalones del mismo color, llevaba el pelo despeinado y con mis armas en la espaldas.
No nos quedaban provisiones asi que nuestro capitán, Diogo, salió en busca de comida y nos dejo el caracol con el que se puede hablar con otra persona, me dejo junto con mi compañera pelirroja, nos había dicho que tengamos cuidado con el cazador, ese hombre nos estaba buscando desde hace un tiempo, pero no entendíamos porque ya que no pedían nada por nuestras cabezas y apenas habíamos empezado nuestra aventuras como piratas.
Al rato de que Diogo se haya ido decidi hacer guardia por los alrededores por si aparecía aquel hombre, deje a mi Nakama en la tienda y con el caracol, casi no se podía ver nada pero yo llevaba mi bate en la mano preparado para atacar en cualquier momento, de pronto apareció un perro abandonado por mi lado, no le hice mucho caso ya que su dueño lo debería de estar vigilando, al rato de ver que nadie se hacercaba volví al punto de reunión que teníamos a por una botella de Ron.
No nos quedaban provisiones asi que nuestro capitán, Diogo, salió en busca de comida y nos dejo el caracol con el que se puede hablar con otra persona, me dejo junto con mi compañera pelirroja, nos había dicho que tengamos cuidado con el cazador, ese hombre nos estaba buscando desde hace un tiempo, pero no entendíamos porque ya que no pedían nada por nuestras cabezas y apenas habíamos empezado nuestra aventuras como piratas.
Al rato de que Diogo se haya ido decidi hacer guardia por los alrededores por si aparecía aquel hombre, deje a mi Nakama en la tienda y con el caracol, casi no se podía ver nada pero yo llevaba mi bate en la mano preparado para atacar en cualquier momento, de pronto apareció un perro abandonado por mi lado, no le hice mucho caso ya que su dueño lo debería de estar vigilando, al rato de ver que nadie se hacercaba volví al punto de reunión que teníamos a por una botella de Ron.
Kidah95
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Habíamos viajado a la isla de Shoko, una isla... llena de pantanos y como siempre, los mosquitos empezaron a molestar. Acampamos cerca de un lago, el capitan Diogo se fue a buscar algo de comida y nos dejó un den den mushi para comunicarnos por si pasaba algo. También nos dijo que tengamos cuidado con el cazador que nos buscaba ¿Por qué nos busca un cazador si ni siquiera tenemos recompensa por nuestras cabezas? No podía entenderlo.
Mi compañero se fue, seguramente a hacer guardia por los alrededores y yo me quede totalmente sola, defendiéndome de los malditos mosquitos. Salí de la tienda para tomar un poco de aire aunque el aire de aquí no es que sea muy puro, olía a agua estancada. Al rato, vi que volvía Roy. Dirigí mi mirada hacia él y le dije:
-Oye, si no te importa voy a relevarte el puesto, quiero estirar las piernas, no aguanto estar más tiempo aquí sentada sin hacer nada.
Me fui sin dejarle que diga una sola palabra. Estuve dando vueltas pero no veía nada ni a nadie, esto estaba desértico. Di media vuelta y me dirigí hacia la tienda pero un sonido hizo que me parara, unos arbustos se estaban moviendo. Saqué mis dos espadas por si acaso era el cazador ese pero lo que salió del arbustos eran unas iguanas del tamaño de mi brazo, podría matarlas para comer algo pero no puedo matar a animales. Guardé las espadas y seguí caminado hacia el punto de reunión, haber si había llegado ya el capitán, que estaba tardando mucho y me estaba empezando a preocupar.
Mi compañero se fue, seguramente a hacer guardia por los alrededores y yo me quede totalmente sola, defendiéndome de los malditos mosquitos. Salí de la tienda para tomar un poco de aire aunque el aire de aquí no es que sea muy puro, olía a agua estancada. Al rato, vi que volvía Roy. Dirigí mi mirada hacia él y le dije:
-Oye, si no te importa voy a relevarte el puesto, quiero estirar las piernas, no aguanto estar más tiempo aquí sentada sin hacer nada.
Me fui sin dejarle que diga una sola palabra. Estuve dando vueltas pero no veía nada ni a nadie, esto estaba desértico. Di media vuelta y me dirigí hacia la tienda pero un sonido hizo que me parara, unos arbustos se estaban moviendo. Saqué mis dos espadas por si acaso era el cazador ese pero lo que salió del arbustos eran unas iguanas del tamaño de mi brazo, podría matarlas para comer algo pero no puedo matar a animales. Guardé las espadas y seguí caminado hacia el punto de reunión, haber si había llegado ya el capitán, que estaba tardando mucho y me estaba empezando a preocupar.
Byakuro Kyoya
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Byakuro llevaba bastante tiempo esperando, y empezaba a estar bastante aburrido. Agarró sus cosas y se puso a caminar hacia el pantano. No le gustaba aquel lugar, pero tampoco iba a hacer nada quedándose esperando durante todo el día en aquella roca. Creó una bandada de pequeños jilgueros que empezaron a volar por los alrededores. Cuando encontrasen a los piratas, le avisarían. El cazador empezó a caminar hacia el interior de la ciénaga.
Tras un rato caminando, uno de los pájaros regresó, dando animados gorgoritos. Había encontrado a los objetivos. Con cierta pereza, el cazador empezó a alzarse en el aire, extendiendo unas alas de color negro. En aquel lugar tan oscuro por la densa vegetación, el color oscuro le ayudaría a ocultarse. Empezó a avanzar en silencio, siguiendo la dirección de la que había venido el jilguero. En apenas unos minutos, vio un movimiento bajo él. Dos personas reunidas en una especie de campamento improvisado: un chico joven, de pelo castaño, y una mujer también joven. Aquella chica le sonaba de algo al cazador. "Oh... Kidah" pensó el chico mientras se posaba en una de las ramas más altas y protegidas de un árbol cercano. La chica dijo algo de ir a dar una vuelta, y se alejó caminando. Byakuro deshizo sus alas y a su lado apareció una sombra, del mismo tamaño que él, que pronto adquirió sus rasgos. La copia le sonrió y descendió, de rama en rama, hasta quedar justo sobre el chico, que se había quedado solo. De pronto, saltó hacia el campamento, y observó con una sonrisa radiante al joven:
- ¿Eres tú uno de los miembros de la tripulación del gran capitán Diogo? -su sonrisa era afable. Inmediatamente, se lanzó hacia el chico, con el bastón por delante, tratando de golpearle en el hombro. Era un ataque simple, pero lo había realizado a una velocidad endiablada, en apenas un segundo había recorrido los cinco metros que lo separaban de él. Trataba de hacerle una herida profunda, pero no letal. Tan sólo quería inutilizarle el brazo para que no pudiera combatir. Una vez hubo realizado aquel ataque, el joven retrocedió un par de pasos para defenderse del posible contraataque. Si el chico era un logia, tampoco se libraría por su intangibilidad, el haki se encargaría de ello. Por último, un montón de llamas naranjas y violetas recubrían el arma. El efecto de aquellas llamas era más que interesante. Si lograba impactar en su objetivo, las llamas prenderían, y tras un breve tiempo de exposición, entumecerían y paralizarían la parte del cuerpo donde impactaran.
Ataque frontal: Golpe de dragón [Haki armadura lvl 1][Flamas de Alba y Ocaso][AID]
Tras un rato caminando, uno de los pájaros regresó, dando animados gorgoritos. Había encontrado a los objetivos. Con cierta pereza, el cazador empezó a alzarse en el aire, extendiendo unas alas de color negro. En aquel lugar tan oscuro por la densa vegetación, el color oscuro le ayudaría a ocultarse. Empezó a avanzar en silencio, siguiendo la dirección de la que había venido el jilguero. En apenas unos minutos, vio un movimiento bajo él. Dos personas reunidas en una especie de campamento improvisado: un chico joven, de pelo castaño, y una mujer también joven. Aquella chica le sonaba de algo al cazador. "Oh... Kidah" pensó el chico mientras se posaba en una de las ramas más altas y protegidas de un árbol cercano. La chica dijo algo de ir a dar una vuelta, y se alejó caminando. Byakuro deshizo sus alas y a su lado apareció una sombra, del mismo tamaño que él, que pronto adquirió sus rasgos. La copia le sonrió y descendió, de rama en rama, hasta quedar justo sobre el chico, que se había quedado solo. De pronto, saltó hacia el campamento, y observó con una sonrisa radiante al joven:
- ¿Eres tú uno de los miembros de la tripulación del gran capitán Diogo? -su sonrisa era afable. Inmediatamente, se lanzó hacia el chico, con el bastón por delante, tratando de golpearle en el hombro. Era un ataque simple, pero lo había realizado a una velocidad endiablada, en apenas un segundo había recorrido los cinco metros que lo separaban de él. Trataba de hacerle una herida profunda, pero no letal. Tan sólo quería inutilizarle el brazo para que no pudiera combatir. Una vez hubo realizado aquel ataque, el joven retrocedió un par de pasos para defenderse del posible contraataque. Si el chico era un logia, tampoco se libraría por su intangibilidad, el haki se encargaría de ello. Por último, un montón de llamas naranjas y violetas recubrían el arma. El efecto de aquellas llamas era más que interesante. Si lograba impactar en su objetivo, las llamas prenderían, y tras un breve tiempo de exposición, entumecerían y paralizarían la parte del cuerpo donde impactaran.
Ataque frontal: Golpe de dragón [Haki armadura lvl 1][Flamas de Alba y Ocaso][AID]
- OFF:
- Por si no quedó claro, estoy atacando a Roy
Byakuro Kyoya
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Akuma no mi
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El ataque fue todo un éxito. A saber si por el factor sorpresa, por el ron o simplemente porque aquel chico era un principiante, el cazador le clavó el tridente en el hombro, hundiendo dos de las tres puntas en la carne, justo en el deltoides. Aquel chico no iba poder usar su brazo en bastante tiempo, y le quedaría una bonita cicatriz en el lugar donde le había dado.
La sangre manaba con fuerza, deslizándose por el arma, y goteando lentamente en el suelo. El chico frente a él gritó, llevándose la mano al hombro.
- Vaya... lo siento -dijo Byakuro con fingido tono de disculpa-. No pensé que este pirata tuviera gente tan débil con él -dicho esto, hizo un movimiento seco y rápido con el bastón para limpiarlo de sangre-. Aunque es normal. ¿Qué podemos esperar de un pirata sin recompensa, que deja solos a sus hombres y que ni siquiera se digna a mostrar la cara? -el cazador sonrió de forma siniestra-. Tranquilo, no voy a mataros. Eso sería demasiado aburrido. Pero considera esto una advertencia. Ahora iré a por tu capitán. -dicho esto, la copia se deshizo en una voluta de aire.
Entre los árboles, Byakuro extendió las alas y empezó a rastrear los alrededores. Envió pájaros de nuevo a los alrededores. Según lo que sabía, la tripulación era pequeña: tres miembros. Había vencido a uno con tanta facilidad, esperaba que los demás le dieran algún desafío. Uno de los gorriones volvió tras un par de minutos. Byakuro echó a volar hacia la dirección de la que venía el pájaro. Tras un rato corto, vio una figura bajo él. Una silueta entre los árboles del pantano. Le sonaba de algo. Empezó a descender lentamente, como una sombra acechante.
- Tú... ¿eres un miembro de la tripulación del gran Diogo? -le preguntó a la persona. Entonces la reconoció. Kidah. ¿Qué demonios hacía ella con aquel hombre? Sintió cómo la sangre se le agriaba al pensarlo. Pensaba realizar el mismo ataque que con el otro chico, pero al ver que era ella, había cambiado de opinión.
El chico llevó la mano a su bolsillo y sacó un malvavisco, que lanzó a la chica. En medio del aire, el malvavisco explotó, extendiendo una serie de tentáculos blancos y pegajosos hacia el cuerpo de ella. Los tentáculos intentaron enrollarse en brazos y piernas de la pirata, además de en su torso. Le dejaría la cabeza libre, para que pudiera hablar y respirar.
Sticky Marshmellow Tentacles [AI]
- No quiero hacerte daño, así que quédate quieta y no molestes... -le dijo el cazador, con una mirada fría. Inmediatamente sonrió, como un niño-. Volveré enseguida a buscarte. Klaus te vigilará. -posó al camaleón en una roca frente a él y salió volando de nuevo. Su último objetivo era Diogo, y confiaba en que Kidah le haría caso y no se movería.
La sangre manaba con fuerza, deslizándose por el arma, y goteando lentamente en el suelo. El chico frente a él gritó, llevándose la mano al hombro.
- Vaya... lo siento -dijo Byakuro con fingido tono de disculpa-. No pensé que este pirata tuviera gente tan débil con él -dicho esto, hizo un movimiento seco y rápido con el bastón para limpiarlo de sangre-. Aunque es normal. ¿Qué podemos esperar de un pirata sin recompensa, que deja solos a sus hombres y que ni siquiera se digna a mostrar la cara? -el cazador sonrió de forma siniestra-. Tranquilo, no voy a mataros. Eso sería demasiado aburrido. Pero considera esto una advertencia. Ahora iré a por tu capitán. -dicho esto, la copia se deshizo en una voluta de aire.
Entre los árboles, Byakuro extendió las alas y empezó a rastrear los alrededores. Envió pájaros de nuevo a los alrededores. Según lo que sabía, la tripulación era pequeña: tres miembros. Había vencido a uno con tanta facilidad, esperaba que los demás le dieran algún desafío. Uno de los gorriones volvió tras un par de minutos. Byakuro echó a volar hacia la dirección de la que venía el pájaro. Tras un rato corto, vio una figura bajo él. Una silueta entre los árboles del pantano. Le sonaba de algo. Empezó a descender lentamente, como una sombra acechante.
- Tú... ¿eres un miembro de la tripulación del gran Diogo? -le preguntó a la persona. Entonces la reconoció. Kidah. ¿Qué demonios hacía ella con aquel hombre? Sintió cómo la sangre se le agriaba al pensarlo. Pensaba realizar el mismo ataque que con el otro chico, pero al ver que era ella, había cambiado de opinión.
El chico llevó la mano a su bolsillo y sacó un malvavisco, que lanzó a la chica. En medio del aire, el malvavisco explotó, extendiendo una serie de tentáculos blancos y pegajosos hacia el cuerpo de ella. Los tentáculos intentaron enrollarse en brazos y piernas de la pirata, además de en su torso. Le dejaría la cabeza libre, para que pudiera hablar y respirar.
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- No quiero hacerte daño, así que quédate quieta y no molestes... -le dijo el cazador, con una mirada fría. Inmediatamente sonrió, como un niño-. Volveré enseguida a buscarte. Klaus te vigilará. -posó al camaleón en una roca frente a él y salió volando de nuevo. Su último objetivo era Diogo, y confiaba en que Kidah le haría caso y no se movería.
Aoi Sasaki
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Había llegado a nuestro punto de encuentro, para reemplazar a mi nakama, estaba esperando al cazador mientras bebia un poco de ron y con mi bate en la mano, no estaba nada nervioso, sabia que debería de ser fuerte, pero nosotros éramos tres. De pronto escuche el ruido de los pájaros que se acercaban, me puse de pie y empecé a darle vueltas a nuestra tienda de campaña, los pájaros se escuchaban cada vez mas cerca, cuando de pronto el ruido paro, note que nos vigilaban pero seria imposible ya que no había escuchado nada aparte de los pájaros, asi que me volví a sentar cuando una persona se lanzo a mi dándome un buen ataque, y directamente se fue ,¿Ese seria el cazador?
La herida me ardía un montón, casi no podía moverme pero cogí fuerzas de donde sea y me puse de pie en nuca de mi capitán, me hija apoyando en todos los arboles que encontraba para regenerar fuerzas. Escuche el grito de una mujer, debería de ser la señorita de nuestra tripulación, al llegar esta estaba atrapado por una planta gigante, saque mi espada y corte el tallo dejando asi a mi compañera libre:
-¿A ti también te a atacado el cazador?, debemos de buscar a Diogo y avisarle antes de que lo maten.
Dicho esto seguí recto en busca de Diogo, como encontrase a ese hombre el cual me hizo la herida, le haría lo mismo que el me hizo a mí, el lugar estaba lleno de pantanos, tenía que rodearlos ya que no quería morir ahogado en uno de ellos, los mosquitos también no paraban de dar vueltas alrededor de mí, sería que habían venido a chupar mi sangre que derramaba, ya no podía caminar más así que me senté en el suelo para descansar y guardar mi espada y sacar mi bate ya que era mi arma favorita.
La herida me ardía un montón, casi no podía moverme pero cogí fuerzas de donde sea y me puse de pie en nuca de mi capitán, me hija apoyando en todos los arboles que encontraba para regenerar fuerzas. Escuche el grito de una mujer, debería de ser la señorita de nuestra tripulación, al llegar esta estaba atrapado por una planta gigante, saque mi espada y corte el tallo dejando asi a mi compañera libre:
-¿A ti también te a atacado el cazador?, debemos de buscar a Diogo y avisarle antes de que lo maten.
Dicho esto seguí recto en busca de Diogo, como encontrase a ese hombre el cual me hizo la herida, le haría lo mismo que el me hizo a mí, el lugar estaba lleno de pantanos, tenía que rodearlos ya que no quería morir ahogado en uno de ellos, los mosquitos también no paraban de dar vueltas alrededor de mí, sería que habían venido a chupar mi sangre que derramaba, ya no podía caminar más así que me senté en el suelo para descansar y guardar mi espada y sacar mi bate ya que era mi arma favorita.
Kidah95
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Iba de regreso al campamento improvisado, el camino se me hacia largo... Seguramente me habria perdido, seria raro que no lo hiciera en este tipo de paisaje. Oía ruidos de los pájaros y en eso, una persona se posó delante de mi. No podía verlo muy bien, me preguntó si era de la tripulación de Diogo pero esa voz me sonaba mucho. Entonces me di cuenta de que era Byakuro ¿Por qué entre tantos cazadores tenia que ser él? Me quedé estupefacta al verle. Me tiró una especie de semilla y de ella, salieron unos tentaculos blancos y pegajosos, me dió hasta asco. Aquellos tentaculos se me enrollaron en piernas, torso y brazos. Grité como nunca lo hice y no paraba de moverme. Me dijo que no quería hacerme daño y que no me moviera, y que volveria mas tarde a por mí. Me hirvió la sangre cuando dijo eso.
-¡A mi no me quieres hacer daño pero si a mis nakamas! ¡No me des un trato especial solo porque nos conozcamos! -Seguía moviedome entre los tentáculos pero me agarraban muy fuerte de las extremidades y eran viscosos, me dió asco. Asi que dejé de moverme-.
Miré a una roca y vi a Klaus, mirándome fijamente. Yo le miraba también, intercambiamos miradas, a ver quien aguantaba más... En eso, vi a Roy venir hacia a mi y me liberó de aquellos tentáculos asquerosos. Estaba mal herido del hombro, seguro habria sido Byakuro. Dijo si a mi tambien me habia atacado el cazador, a lo que asentí con cabeza y tambien dijo de ir a buscar al capitán. Él empezó a caminar y le iba a seguir, pero antes me giré y cogí a Klaus, no quería dejarlo solo. Estuvimos caminado pero Roy se sentó en el suelo, se sentía cansado de tanto perder sangre. Me acerqué a él.
-No hagas esfuerzos, estas perdiendo mucha sangre... -miré su herida, tenia muy mala pinta-. Qué bestia es Byakuro... -dije en un susurro-.
Me senté a su lado, no podía dejarlo solo en su estado -Espero que el capitán nos encuentre...-. Pensé preocupada, si Byakuro le ha hecho esto a Roy no quiero imaginarme lo que le pueda hacer a nuestro capitán.
-¡A mi no me quieres hacer daño pero si a mis nakamas! ¡No me des un trato especial solo porque nos conozcamos! -Seguía moviedome entre los tentáculos pero me agarraban muy fuerte de las extremidades y eran viscosos, me dió asco. Asi que dejé de moverme-.
Miré a una roca y vi a Klaus, mirándome fijamente. Yo le miraba también, intercambiamos miradas, a ver quien aguantaba más... En eso, vi a Roy venir hacia a mi y me liberó de aquellos tentáculos asquerosos. Estaba mal herido del hombro, seguro habria sido Byakuro. Dijo si a mi tambien me habia atacado el cazador, a lo que asentí con cabeza y tambien dijo de ir a buscar al capitán. Él empezó a caminar y le iba a seguir, pero antes me giré y cogí a Klaus, no quería dejarlo solo. Estuvimos caminado pero Roy se sentó en el suelo, se sentía cansado de tanto perder sangre. Me acerqué a él.
-No hagas esfuerzos, estas perdiendo mucha sangre... -miré su herida, tenia muy mala pinta-. Qué bestia es Byakuro... -dije en un susurro-.
Me senté a su lado, no podía dejarlo solo en su estado -Espero que el capitán nos encuentre...-. Pensé preocupada, si Byakuro le ha hecho esto a Roy no quiero imaginarme lo que le pueda hacer a nuestro capitán.
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Byakuro empezó a volar, buscando a Diogo. Sus pájaros no habían encontrado al capitán de aquella banda. Suspiró, con desidia. Descendió a tierra, justo para ver como uno de los pájaros volvía del lugar en el que acababa de ver a Kidah.
- Vaya... ¿qué ocurre? -le preguntó al pájaro, que soltó un pequeño gorgorito. El cazador se encogió de hombros y el pájaro se deshizo en una explosión de plumas marrones.
Empezó a caminar en aquella dirección, para tras un par de minutos ver a Kidah con el chico herido. Parecía que se había liberado de la prisión improvisada. Y llevaba a Klaus con ella. Al menos no lo había abandonado en medio del pantano. Agradeció en silencio aquel gesto, y saludó con una media sonrisa.
- Vaya... no esperaba que le liberases tan pronto -hizo un mohín-. Bueno, no encuentro a tu capitán, pero creo que no hace falta que lo busque. Si quiere venir que venga. Mientras tanto, lo esperaré con vosotros -miró a Klaus-. Gracias por traerlo. -le dijo a Kidah-. Y tu... -observó al chico con la herida en el hombro-. Tal vez me haya pasado un poco antes... -hizo aparecer unas vendas en la mano y se las lanzó al chico-. Toma, tápate esa herida.
Dicho esto, el chico se sentó en un tocón y se cruzó de brazos mientras observaba a los dos piratas. No esperaba encontrarse a Kidah allí.
- Si queréis vengaros de este ataque por sorpresa, adelante. Pero no os lo pondré fácil. Me apetece entrenar un poco, y un combate contra dos oponentes me parece bastante estimulante.
- Vaya... ¿qué ocurre? -le preguntó al pájaro, que soltó un pequeño gorgorito. El cazador se encogió de hombros y el pájaro se deshizo en una explosión de plumas marrones.
Empezó a caminar en aquella dirección, para tras un par de minutos ver a Kidah con el chico herido. Parecía que se había liberado de la prisión improvisada. Y llevaba a Klaus con ella. Al menos no lo había abandonado en medio del pantano. Agradeció en silencio aquel gesto, y saludó con una media sonrisa.
- Vaya... no esperaba que le liberases tan pronto -hizo un mohín-. Bueno, no encuentro a tu capitán, pero creo que no hace falta que lo busque. Si quiere venir que venga. Mientras tanto, lo esperaré con vosotros -miró a Klaus-. Gracias por traerlo. -le dijo a Kidah-. Y tu... -observó al chico con la herida en el hombro-. Tal vez me haya pasado un poco antes... -hizo aparecer unas vendas en la mano y se las lanzó al chico-. Toma, tápate esa herida.
Dicho esto, el chico se sentó en un tocón y se cruzó de brazos mientras observaba a los dos piratas. No esperaba encontrarse a Kidah allí.
- Si queréis vengaros de este ataque por sorpresa, adelante. Pero no os lo pondré fácil. Me apetece entrenar un poco, y un combate contra dos oponentes me parece bastante estimulante.
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Me había sentado al lado de un árbol frondoso, ya que no podía caminar por la hería que me había echo el supuesto cazador, mi compañero se sentó al lado mía con un camaleón que parecía ser su amigo.
Seria mejor volver al punto de reunión, a lo mejor estaba nuestro capitán ya que se había perdido desde que llegamos a la isla, me dolía un montón, me estaba desangrando, cada vez era mayor mi herida y escupía sangre. De nuevo escuche el cantar de los pájaros, la ultima vez que los escuche fue antes de que el hombre me atacara, me quise poner de pie, pero no podía ni levantarme, cada vez estaba peor, me quería dormir del cansancio, no podía mas.
De pronto el cazador apareció, ni me inmute, ya que no podía hacer nada, ¿Seria mi fin?, llego diciendo que no había encontrado a Diogo, después de decir eso se puso a hablar con Kidah, al terminar esa conversación, se dirigió a mi y me lanzo unas vendas, a lo mejor quería disculparse, a lo que le dije:
-Gracias- con una voz fría y sin mirarle a la cara.
Directamente me quite la camiseta y la chaqueta dejándola en mis rodillas, estaba dejando al aire mi cuerpo, me puse las vendas en todo el cuerpo pero en especial en el hombro, al rato empezó a hablar de nuevo haciéndonos una oferta para que el entrenarse con nosotros y asi devolverle lo que nos hizo:
-¿Tu que opinas?- dije mirando a mi compañera mientras me volvía a poner la ropa y me intentaba levantar.
Seria mejor volver al punto de reunión, a lo mejor estaba nuestro capitán ya que se había perdido desde que llegamos a la isla, me dolía un montón, me estaba desangrando, cada vez era mayor mi herida y escupía sangre. De nuevo escuche el cantar de los pájaros, la ultima vez que los escuche fue antes de que el hombre me atacara, me quise poner de pie, pero no podía ni levantarme, cada vez estaba peor, me quería dormir del cansancio, no podía mas.
De pronto el cazador apareció, ni me inmute, ya que no podía hacer nada, ¿Seria mi fin?, llego diciendo que no había encontrado a Diogo, después de decir eso se puso a hablar con Kidah, al terminar esa conversación, se dirigió a mi y me lanzo unas vendas, a lo mejor quería disculparse, a lo que le dije:
-Gracias- con una voz fría y sin mirarle a la cara.
Directamente me quite la camiseta y la chaqueta dejándola en mis rodillas, estaba dejando al aire mi cuerpo, me puse las vendas en todo el cuerpo pero en especial en el hombro, al rato empezó a hablar de nuevo haciéndonos una oferta para que el entrenarse con nosotros y asi devolverle lo que nos hizo:
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No sabía qué hacer con la herida de Roy, no paraba de sangrar. Si tuvieramos unas vendas podríamos hacer que la hemorragia parase. Pensaba una y otra vez que podía hacer. Oímos como unos pájaros, giré la cabeza a un lado y ahí estaba él, Byakuro. Le miraba con mala cara, estaba bastante enfada. Le giré la cara cuando dijo que no esperaba que me liberase tan pronto. No quería mirarle aun menos hablarle. Se sentó a nuestro lado y le pidió perdon a Roy, y le pasó unas vendas. Mientras se ponía las vendas, cojí a Klaus y se lo puse en sus piernas.
-No podía dejarlo solo... Imaginaba que lo echarías de menos -sonreí mirando al camaleón-.
Al rato nos hizo una propuesta interesante y mi compañero pidió mi opinión mientras se ponía la camiseta. Me puse de pie, dándoles la espalda, pensando. No quería luchar contra él ya que no me habia hecho nada exagerado pero sí a Roy, y eso es algo que no permitía... Suspiré girándome hacia ellos.
-Bueno, no veo ningún problema -dije mirando a mi compañero y luego a Byakuro-.
-No podía dejarlo solo... Imaginaba que lo echarías de menos -sonreí mirando al camaleón-.
Al rato nos hizo una propuesta interesante y mi compañero pidió mi opinión mientras se ponía la camiseta. Me puse de pie, dándoles la espalda, pensando. No quería luchar contra él ya que no me habia hecho nada exagerado pero sí a Roy, y eso es algo que no permitía... Suspiré girándome hacia ellos.
-Bueno, no veo ningún problema -dije mirando a mi compañero y luego a Byakuro-.
Byakuro Kyoya
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El cazador sonrió, un combate de dos contra uno sería más entretenido. Se incorporó sobre el tocón, apoyando su bastón en el centro de éste. La pareja frente a él había aceptado a combatir. Aquello lo ponía de buen humor.
- Está bien... -Klaus alzó la mirada para ver a su dueño-. Pues empecemos.
La punta del bastón de Byakuro empezó a brillar con fuerza, con un tono blanco iridiscente. Al mismo tiempo, un sonido empezó a elevarse sobre todos los demás. Era como una especie de vibración, que comenzó con un tono casi imperceptible, muy grave, y que fue aumentando de tono rápidamente, hasta alcanzar una frecuencia que casi dañaba los oídos.
- Flash... -murmuró Byakuro. Su voz quedó tapada por el sonido. Su bastón desprendió un fuerte haz de luz en todas direcciones, cegando a todos los que se encontraran mirándolo. Entonces, aprovechando esto, el cazador corrió hacia Kidah, y le trató de golpear en el hombro con el tridente. Si la lograba incapacitar, sería más fácil vencer a ambos. El ataque como tal era sencillo, pero si la chica estaba cegada le sería mucho más difícil esquivarlo. Además, había que sumar a la ecuación la velocidad de Byakuro, que pese a no tener su fruta activa, no era poca.
Ryu Attack [AM]
Independientemente de darle a ella o no, el chico cruzaría los brazos sobre su cabeza, y se arrodillaría. Quería ver cuánta fuerza podían tener aquellos dos, y con aquella postura era bastante fácil recibir un ataque sin sufrir excesivos daños. Eso le serviría para medir su poder.
- Está bien... -Klaus alzó la mirada para ver a su dueño-. Pues empecemos.
La punta del bastón de Byakuro empezó a brillar con fuerza, con un tono blanco iridiscente. Al mismo tiempo, un sonido empezó a elevarse sobre todos los demás. Era como una especie de vibración, que comenzó con un tono casi imperceptible, muy grave, y que fue aumentando de tono rápidamente, hasta alcanzar una frecuencia que casi dañaba los oídos.
- Flash... -murmuró Byakuro. Su voz quedó tapada por el sonido. Su bastón desprendió un fuerte haz de luz en todas direcciones, cegando a todos los que se encontraran mirándolo. Entonces, aprovechando esto, el cazador corrió hacia Kidah, y le trató de golpear en el hombro con el tridente. Si la lograba incapacitar, sería más fácil vencer a ambos. El ataque como tal era sencillo, pero si la chica estaba cegada le sería mucho más difícil esquivarlo. Además, había que sumar a la ecuación la velocidad de Byakuro, que pese a no tener su fruta activa, no era poca.
Ryu Attack [AM]
Independientemente de darle a ella o no, el chico cruzaría los brazos sobre su cabeza, y se arrodillaría. Quería ver cuánta fuerza podían tener aquellos dos, y con aquella postura era bastante fácil recibir un ataque sin sufrir excesivos daños. Eso le serviría para medir su poder.
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Saqué mis dos espadas al ver que del bastón de Byakuro salía un haz de luz y un sonido que se iba intensificando. Por reflefo, puse mis brazos en equis para defenderme por si iba a atacarme. El sonido me estaba irritando los oídos, era insoportable. Sentí el impacto de su tridente contra mi espada y esta cedió hacia atrás, provocándome un corte en el hombro. Puse la espada de mi mano derecha en mi boca y con esta, intenté agarrar el tridente para luego atraerlo hacia mi, y propinarle un golpe en el pecho con la espada que tengo en la mano izquierda.
[AMF]
Tras eso, me alejé de él unos metros, volviendome a poner en defensa por si acaso iba a contratacar. No podía ver nada, tenía los ojos casi cerrados. Espero que Roy esté bien, con el hombro hecho polvo aun teniendolo vendado puede tener algún que otro problema para defenderse, a no ser que sepa arreglarselas él mismo. Tenemos mucha desventaja contra Baykuro y su maldita fruta.
Cómo se atrevía a atacar a una dama, con lo bien que nos lo pasamos juntos aquel día que nos conocimos en aquella isla y no entendía el porqué de este ataque por sorpresa. Solo por esto ya le estaba empezando a odiar. Atacar a unos piratas sin recompensa, eramos unos don nadies. ¿Entrenar? ¿Para qué? Hay más piratas y más fuertes que nosotros, esos son un buen entrenamiento, no nosotros, unos novatos de la piratería.
[AMF]
Tras eso, me alejé de él unos metros, volviendome a poner en defensa por si acaso iba a contratacar. No podía ver nada, tenía los ojos casi cerrados. Espero que Roy esté bien, con el hombro hecho polvo aun teniendolo vendado puede tener algún que otro problema para defenderse, a no ser que sepa arreglarselas él mismo. Tenemos mucha desventaja contra Baykuro y su maldita fruta.
Cómo se atrevía a atacar a una dama, con lo bien que nos lo pasamos juntos aquel día que nos conocimos en aquella isla y no entendía el porqué de este ataque por sorpresa. Solo por esto ya le estaba empezando a odiar. Atacar a unos piratas sin recompensa, eramos unos don nadies. ¿Entrenar? ¿Para qué? Hay más piratas y más fuertes que nosotros, esos son un buen entrenamiento, no nosotros, unos novatos de la piratería.
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Me estaba poniendo la camiseta cuando le pregunte a mi compañera si aceptar el reto o no, al parecer acepto y el hombre del camaleón alzó su bastón por encima de su cabeza y de inmediato empezó a crear una luz:
-¡No mires!- le grite a Kidah mientras me daba la vuelta y me acercaba a ella para empujarla, pero el chico de pelo azul marino susurro unas palabras y de inmediato una luz blanca y segadora se propano por casi todo el lugar, mi compañera parecía un poco aturdida, pero el del bastón volvió a atacar, esta vez no fue a mi sino a a mi nakama con un golpe en el hombro, al hacer aquello retrocedió unos pasos atrás, era mi oportunidad para atacar así que saque mi bate y la katana y con un corte horizontal hacia el estómago, pero el brazo con izquierdo el cual era el que sufría la herida no fue con tanta fuerza como el otro el que sujetaba el bate.
[AMF]
Retrocedí y me protegía con una gran roca que estaba allí, hay cambie el bate y la espada por mi escopeta, metí el cartucho de balas, ya estaba listo para disparar
-¡No mires!- le grite a Kidah mientras me daba la vuelta y me acercaba a ella para empujarla, pero el chico de pelo azul marino susurro unas palabras y de inmediato una luz blanca y segadora se propano por casi todo el lugar, mi compañera parecía un poco aturdida, pero el del bastón volvió a atacar, esta vez no fue a mi sino a a mi nakama con un golpe en el hombro, al hacer aquello retrocedió unos pasos atrás, era mi oportunidad para atacar así que saque mi bate y la katana y con un corte horizontal hacia el estómago, pero el brazo con izquierdo el cual era el que sufría la herida no fue con tanta fuerza como el otro el que sujetaba el bate.
[AMF]
Retrocedí y me protegía con una gran roca que estaba allí, hay cambie el bate y la espada por mi escopeta, metí el cartucho de balas, ya estaba listo para disparar
Byakuro Kyoya
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Byakuro no soltó el bastón. Más al contrario, se dejó arrastrar por Kidah hacia ella. Aprovechando el impulso, se lanzó sobre ella, y endureció su pecho con haki armadura. El corte iba a ser interesante, pero aquello iba a valer la pena. El corte fue intenso, y sintió cómo el pecho le ardía al cortarlo el metal. Empezó a sangrar, aunque el corte tan solo le había hecho una herida superficial, debido al haki armadura. Viendo movimiento a su lado, creó un poste de madera que detuviera el golpe de Roy. Siguiendo el movimiento propiciado por la inercia, e ignorando el corte de la katana, se pegó a Kidah y la besó con fuerza en los labios. Mientras lo hacía, le guiñó un ojo a la chica. No le importaban las heridas que tenía. Aquello había valido la pena. Con suerte, la habría dejado descolocada con aquel movimiento. A su lado, el poste de madera reventó, y varias astillas salieron volando. El golpe del bate había sido devastador, y lo había destrozado, abollando el arma en el proceso. La katana del chico sí que lo cortó, aunque con poca fuerza, debido al brazo dolorido de Roy. Un dolor ardiente dibujó una mueca en la cara del cazador, que con el ojo brillando en carmesí, se impulsó hacia atrás de un salto, tratando de liberar su bastón. La herida de Kidah le escocía como una marca al fuego, y la de Roy casi le había llegado al hueso. Ligeramente encorvado, con el costado izquierdo sangrando por el ataque de Roy, alzó la mirada hacia los dos piratas. Había furia en ella. Murmuró una sola palabra:
- Micaiah
La herida de su pecho empezó a cerrarse, mientras que la del costado, se convirtió en un rasguño que había dejado de sangrar. Miró a Kidah, viendo la reacción a su ataque por sorpresa. No quería hacerle daño, pero aquel ataque combinado le había dolido. Extendió un par de majestuosas alas en su espalda, y observó a Roy saltar hacia detrás de una roca. Extendiendo una mano, apuntó a la roca, de la que salieron zarcillos pétreos que trataron de inmovilizar al chico. Aquellos zarcillos iban a intentar estrangularlo y encerrarlo dentro de la propia roca. Y pese a su aspecto fluido, seguían siendo de roca pura.
Tumba pétrea [AF]
Luego fijó su mirada en Kidah. No quería hacerle daño, por lo que apretó un objeto en el puño, y salió volando a toda velocidad hacia ella. Aproximadamente, rozaba los 150 kilómetros por hora, lo que, en aquella distancia, era un parpadeo. En la embestida, apuntó con el puño a la cara de la chica, y lanzó una enorme cantidad de gas rosáceo. Era un dial de feromonas. Si la chica lo respiraba, cosa harto posible, debido a la sorpresa, entraría en un estado de completa indefensión, por lo que Byakuro podría realizar el verdadero ataque. Le trató de tocar el brazo, sin disminuir la velocidad. Si lograba aunque solo fuera rozarla, un montón de esposas de acero se generarían sobre el cuerpo de la chica, atrapándola en una maraña de metal.
Dial de feromonas + Cepo metálico [AMF]
Hecho esto, el cazador se detendría unos diez metros más allá, y con su poder puppetmaster, agarraría su bastón y lo colocaría en su mano diestra, al tiempo que guardaba el dial usado en la bolsa.
- Micaiah
La herida de su pecho empezó a cerrarse, mientras que la del costado, se convirtió en un rasguño que había dejado de sangrar. Miró a Kidah, viendo la reacción a su ataque por sorpresa. No quería hacerle daño, pero aquel ataque combinado le había dolido. Extendió un par de majestuosas alas en su espalda, y observó a Roy saltar hacia detrás de una roca. Extendiendo una mano, apuntó a la roca, de la que salieron zarcillos pétreos que trataron de inmovilizar al chico. Aquellos zarcillos iban a intentar estrangularlo y encerrarlo dentro de la propia roca. Y pese a su aspecto fluido, seguían siendo de roca pura.
Tumba pétrea [AF]
Luego fijó su mirada en Kidah. No quería hacerle daño, por lo que apretó un objeto en el puño, y salió volando a toda velocidad hacia ella. Aproximadamente, rozaba los 150 kilómetros por hora, lo que, en aquella distancia, era un parpadeo. En la embestida, apuntó con el puño a la cara de la chica, y lanzó una enorme cantidad de gas rosáceo. Era un dial de feromonas. Si la chica lo respiraba, cosa harto posible, debido a la sorpresa, entraría en un estado de completa indefensión, por lo que Byakuro podría realizar el verdadero ataque. Le trató de tocar el brazo, sin disminuir la velocidad. Si lograba aunque solo fuera rozarla, un montón de esposas de acero se generarían sobre el cuerpo de la chica, atrapándola en una maraña de metal.
Dial de feromonas + Cepo metálico [AMF]
Hecho esto, el cazador se detendría unos diez metros más allá, y con su poder puppetmaster, agarraría su bastón y lo colocaría en su mano diestra, al tiempo que guardaba el dial usado en la bolsa.
León Zaid
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Desde la lejanía podía divisar toda la batalla, el resultado para la banda de Kidah estaba siendo nefasto, quedando ya solo ella y un chico moreno en pie. No había duda de que el oponente era demasiado fuerte para ellos, prácticamente hacía lo que quería con la banda, los tenía en la palma de la mano mientras jugaba, si desease apretar el puño los aplastaría en un instante.
Tenía en mis manos las dos pistolas cargadas, dispuesto a hacer acto de presencia si la cosa iba a más, bajo ningún concepto permitiría que ese individuo matase a Kidah, sin embargo hubo un gesto que pude ver claramente, uno que hizo mi sangre alterar, el rival besó a Kidah sin ningún reparo, para luego continuar el combate como si nada, tratando de acabar con sus dos rivales de una vez por todas. Nada más ver eso me encaminé hacia ellos, iba a una gran velocidad, sin embargo aún tardaría unos segundos largos mientras continuaba observando todo lo que hacía el chico de pelo morado.
Una vez estado a una distancia próxima a él me detuve en seco lanzando un disparo con una bala rápida dirigida hacia su hombro izquierdo, quería que se sintiese en peligro, además de bloquear la movilidad de ese brazo. La bala rápida era sin duda prácticamente imposible de esquivar a no ser que tuviese unas características extraordinarias, y en el camino había tratado de pasar desapercibido usando mis dotes de espía, ocultando todo lo que pudiese mi presencia e incluso cualquier sonido que emitiese. [A.F-Haki Armadura Nivel 3.]
Una vez disparado aproveché el momento para correr hacia el lugar de la batalla, colocándome entre la banda de Kidah y el desconocido oponente.
- Ya has ganado ¿No crees?. - Pregunté al tiempo que sacaba de mi bolsillo un cigarro para comenzar a fumarlo.
Una mirada de pocos amigos era todo lo que merecía aquella persona para mi, y con la pistola cargada con una de mis balas especiales apuntando hacia él le sonreí de lado exhalando humo.
- Márchate ahora y no te quitaré la vida, maldita escoria. No permitiré que abuses más de tu poder, te has divertido peleando de forma cobarde contra piratas más débiles que tu y ahora llegó alguien de tu verdadero poder, ¿Estás dispuesto a irte dejándolo estar o prefieres arriesgar la vida ahora mismo frente a mi?.
Realmente deseaba destriparlo a base de balazos, hacer que sintiese un dolor del que jamás se recuperase en su vida, sin embargo eso sería demasiado estúpido, no era un tipo cualquiera el que tenía frente a mi, evitar el duelo sería lo más inteligente. Sin embargo, de darse el combate, no dudaría en acabar con él.
Tenía en mis manos las dos pistolas cargadas, dispuesto a hacer acto de presencia si la cosa iba a más, bajo ningún concepto permitiría que ese individuo matase a Kidah, sin embargo hubo un gesto que pude ver claramente, uno que hizo mi sangre alterar, el rival besó a Kidah sin ningún reparo, para luego continuar el combate como si nada, tratando de acabar con sus dos rivales de una vez por todas. Nada más ver eso me encaminé hacia ellos, iba a una gran velocidad, sin embargo aún tardaría unos segundos largos mientras continuaba observando todo lo que hacía el chico de pelo morado.
Una vez estado a una distancia próxima a él me detuve en seco lanzando un disparo con una bala rápida dirigida hacia su hombro izquierdo, quería que se sintiese en peligro, además de bloquear la movilidad de ese brazo. La bala rápida era sin duda prácticamente imposible de esquivar a no ser que tuviese unas características extraordinarias, y en el camino había tratado de pasar desapercibido usando mis dotes de espía, ocultando todo lo que pudiese mi presencia e incluso cualquier sonido que emitiese. [A.F-Haki Armadura Nivel 3.]
Una vez disparado aproveché el momento para correr hacia el lugar de la batalla, colocándome entre la banda de Kidah y el desconocido oponente.
- Ya has ganado ¿No crees?. - Pregunté al tiempo que sacaba de mi bolsillo un cigarro para comenzar a fumarlo.
Una mirada de pocos amigos era todo lo que merecía aquella persona para mi, y con la pistola cargada con una de mis balas especiales apuntando hacia él le sonreí de lado exhalando humo.
- Márchate ahora y no te quitaré la vida, maldita escoria. No permitiré que abuses más de tu poder, te has divertido peleando de forma cobarde contra piratas más débiles que tu y ahora llegó alguien de tu verdadero poder, ¿Estás dispuesto a irte dejándolo estar o prefieres arriesgar la vida ahora mismo frente a mi?.
Realmente deseaba destriparlo a base de balazos, hacer que sintiese un dolor del que jamás se recuperase en su vida, sin embargo eso sería demasiado estúpido, no era un tipo cualquiera el que tenía frente a mi, evitar el duelo sería lo más inteligente. Sin embargo, de darse el combate, no dudaría en acabar con él.
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Me había escondido detrás de una gran roca, allí saque mi pistola y puso los cartuchos, cargue el arma y ya estaba todo listo para disparar en cualquier momento, estaba cansado me quería dormir por el gran esfuerzo que estaba haciendo, de repente un hombre extraño que nunca había visto salió al campo de batalla donde estábamos luchando, el de pelo azulado cogió descuidada a Kidah que la cogió del cuerpo y le beso en un momento, ¿La habría conocido de antes o solo fue en este momento que vio su belleza? En ese momento de la roca salieron unas especies de cuerdas que me estaban amarrado e introduciéndose en ella misma, mi Espada del Caos cayeron al suelo y con rapidez las cogí, dentro de ellas se encontraba lava que iluminaba ante tanta oscuridad, cuando las tuve en mi mano hice un corte en mi pecho ya que por hay se encontraba ese tipo de cuerdas y las pude romper y se metieron de nuevo en la roca [AMF]. El muchacho que iba vestido con un traje negro disparo al cazador, parecía que nos quería defender, tuvo una intensa charla con el cazador una vez terminado salte a por el chico de pelo azulado y con mis espadas del caos le lance una ataque hacia las costillas, pero antes de que le cortase solté la lava que se encontraba en el interior de mis armas, eso aria que se quemase pero después venia el dolor de el filo de la espada [AB], retrocedí unos metros atrás en musca de mi compañera Kidah para ayudarla en la trampa que se encontraba.
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Me quedé desconcertada cuando Byakuro me besó y mientras lo hacía me guiñó un ojo, lo que me dejó aun más descolocada. Roy le hizo un corte en el costado de Byakuro haciendolo sangrar, parecía que le escocia las dos heridas. Alzó su vista hacia nosotros murmurando algo y al rato, la herida que le hice en el pecho se le iba cerrando y la que le hizo Roy parecía un rasguño. Me quedé perpleja.
Me puse en guardia cuando vi que Byakuro fijó su mirada sobre mi pero en un parpadeo ya lo tenía delante mio, apuntando su puño en mi cara y de esta, salió una especie de gas rosaceo del cual inhalé un poco antes de ponerme la mano en mi nariz. Me sentía indefensa, caí de rodillas al suelo, tirando las espadas al suelo y al segundo, un montón de cadenas de acero se generaron alrededor de mi cuerpo. Estaba completamente inmovilizada...
Tenía la mirada borrosa pero ví como una figura negra se puso entre Byakuro y nosotros, me sonaba de algo pero no lo veía con claridad. Le dijo varias cosas que no alcancé a escuchar bien, tenía los sentidos un poco dañados por ese gas que me echo Byakuro. En ese momento me daba igual quién era pero esperaba que nos ayudara un poco en esta pelea perdida.
Me puse en guardia cuando vi que Byakuro fijó su mirada sobre mi pero en un parpadeo ya lo tenía delante mio, apuntando su puño en mi cara y de esta, salió una especie de gas rosaceo del cual inhalé un poco antes de ponerme la mano en mi nariz. Me sentía indefensa, caí de rodillas al suelo, tirando las espadas al suelo y al segundo, un montón de cadenas de acero se generaron alrededor de mi cuerpo. Estaba completamente inmovilizada...
Tenía la mirada borrosa pero ví como una figura negra se puso entre Byakuro y nosotros, me sonaba de algo pero no lo veía con claridad. Le dijo varias cosas que no alcancé a escuchar bien, tenía los sentidos un poco dañados por ese gas que me echo Byakuro. En ese momento me daba igual quién era pero esperaba que nos ayudara un poco en esta pelea perdida.
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Byakuro observó con el rostro serio a Kidah caer indefensa, y sintió como su trampa de roca no había surtido efecto. Aquello era impresionante, sin duda. Entonces, un disparo, y de pronto sintió un dolor intenso en su hombro. Con un grito de dolor, se llevó la mano al lugar donde la bala le había perforado el hombro. Sangraba en abundancia. Miró con odio al hombre que acababa de aparecer. No estaba seguro de que fuera un miembro de la tripulación, tenía un aspecto diferente a los demás. Y parecía fuerte. El cazador torció su boca en una sonrisa. Sacó dos alas de su espalda y se empezó a elevar. En ese momento, Roy saltó de detrás de la roca donde se había intentado esconder, con un par de armas en las manos, pero el cazador ya estaba en el aire, por lo que el intento de ataque del pirata erró por completo. Ahora que estaba sobre la cabeza del chico, dio una rápida voltereta con la pierna imbuida en haki, con la idea de golpearle desde arriba con el talón. Trataría de desnucar al chico. Era un ataque letal, a una velocidad endiablada y con una fuerza sobrehumana, por lo que si lograba impactar, aunque no lo matase, seguramente lo dejaría inconsciente durante varias horas.
Giro y golpe en la nuca (haki armadura lvl 1) [AB]
Tras el ataque, se dirigió volando al recién llegado, hasta dejar su cara a unos centímetros de la de él. Aquello no parecía impresionar al hombre que le había disparado.
- ¿Que ya he ganado? Creo que ese chico ha intentado matarme con ese último ataque. No creo que él pensase lo mismo -mientras hacía eso, creó una ilusión para que el cigarrillo del hombre se consumiese instantáneamente. Tal vez le quemase los labios, lo cual sería gracioso-. De todos modos, dado que dices que he ganado, cogeré mi trofeo y me iré. -observó las espadas de lava de Roy. Aquellas armas eran bonitas. Tal vez cogiera una como premio.
Tras eso, se elevó de nuevo en el aire, y suspiró. Si aquel hombre quería guerra, se la iba a dar. Creó una ilusión en su propio cuerpo. Una ilusión real de salud plena. Sintió cómo sus heridas se cerraban una tras otra, sin excepción. La bala fue expulsada por el orificio de entrada y cayó al suelo al tiempo que el cazador dejaba de sangrar.
- No sé... creo que el combate ha mejorado bastante con tu aparición. -sonrió con actitud infantil.
Giro y golpe en la nuca (haki armadura lvl 1) [AB]
Tras el ataque, se dirigió volando al recién llegado, hasta dejar su cara a unos centímetros de la de él. Aquello no parecía impresionar al hombre que le había disparado.
- ¿Que ya he ganado? Creo que ese chico ha intentado matarme con ese último ataque. No creo que él pensase lo mismo -mientras hacía eso, creó una ilusión para que el cigarrillo del hombre se consumiese instantáneamente. Tal vez le quemase los labios, lo cual sería gracioso-. De todos modos, dado que dices que he ganado, cogeré mi trofeo y me iré. -observó las espadas de lava de Roy. Aquellas armas eran bonitas. Tal vez cogiera una como premio.
Tras eso, se elevó de nuevo en el aire, y suspiró. Si aquel hombre quería guerra, se la iba a dar. Creó una ilusión en su propio cuerpo. Una ilusión real de salud plena. Sintió cómo sus heridas se cerraban una tras otra, sin excepción. La bala fue expulsada por el orificio de entrada y cayó al suelo al tiempo que el cazador dejaba de sangrar.
- No sé... creo que el combate ha mejorado bastante con tu aparición. -sonrió con actitud infantil.
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El tipo moreno se había lanzado en un ataque suicida hacia el oponente común, un error clásico de novatos que seguramente yo también habría cometido en mis tiempos más juveniles. Como consecuencia, el oponente reaccionó rápido dándole un golpe que con gran probabilidad lo dejaría inconsciente en un instante, demasiado había aguantado ya antes de eso como para seguir en pie tras el golpe.
Mi sorpresa llegó cuando el enemigo se puso a escasos centímetros de mi para hablarme, algo que me causó más sorpresa que intimidación si es que ese era su objetivo, pero sin esperarmelo siquiera pude ver una llama demasiado fuerte y en mis labios tuve una sensación demasiado cálida, con lo que escupí el cigarro rápido para evitar recibir semejante quemadura. Lejos de responder a sus palabras guardé silencio, quería ver que hacía, seguro que volvería a sorprenderme.
Y efectivamente lo logró, sus heridas se recuperaron de inmediato, algo que era fácil de asimilar habiendo visto como se movía en el combate antes de mi aparición, esa akuma que tenía sin lugar a dudas era muy potente y versátil, pero no tanto como para desearla yo para mi.
Le contemplé sobrevolando encima de mi, a unos dos metros de distancia y cinco de altura, con lo que volví a apuntarle con mi arma mientras miraba fijamente a sus ojos. Al mismo tiempo encendí con la otra mano un cigarro en mis labios a una velocidad hasta sorprendente, para de inmediato colocar la mano izquierda tras mi espalda y apuntando su cabeza con la mano derecha portando la pistola.
- Me alegro de ver que recuperas tu salud así... no quería arrebatar la vida a un chico herido.
Acto seguido me moví a toda la velocidad que podía alcanzar hacia delante para girar una vez que estuviese colocado a espaldas del rival, de inmediato pegué un salto que a pesar de no alcanzarle me dejaría más cerca de él, y disparé la bala que tenía preparada, la bala anti tanques. Había apuntado a su estomago, con lo que de impactarle crearía un gran agujero en este de tamaño considerable, lo que quizás provocaría su muerte, pero si se movía causaría daño en alguna otra zona de su cuerpo de seguro, un daño bastante grave. [A.M.F-Haki Armadura 3]
Nada más caer metí una nueva bala en la pistola, la siguiente que le dispararía, para acabar con él si aún no lo había logrado.
- Puedes abusar de tu poder todo lo que quieras, pero ese abuso acabará pasándote factura ¿O me equivoco? - Le pregunté sonriendo de lado dispuesto a ver el contra ataque que me lanzaría ahora.
Mi sorpresa llegó cuando el enemigo se puso a escasos centímetros de mi para hablarme, algo que me causó más sorpresa que intimidación si es que ese era su objetivo, pero sin esperarmelo siquiera pude ver una llama demasiado fuerte y en mis labios tuve una sensación demasiado cálida, con lo que escupí el cigarro rápido para evitar recibir semejante quemadura. Lejos de responder a sus palabras guardé silencio, quería ver que hacía, seguro que volvería a sorprenderme.
Y efectivamente lo logró, sus heridas se recuperaron de inmediato, algo que era fácil de asimilar habiendo visto como se movía en el combate antes de mi aparición, esa akuma que tenía sin lugar a dudas era muy potente y versátil, pero no tanto como para desearla yo para mi.
Le contemplé sobrevolando encima de mi, a unos dos metros de distancia y cinco de altura, con lo que volví a apuntarle con mi arma mientras miraba fijamente a sus ojos. Al mismo tiempo encendí con la otra mano un cigarro en mis labios a una velocidad hasta sorprendente, para de inmediato colocar la mano izquierda tras mi espalda y apuntando su cabeza con la mano derecha portando la pistola.
- Me alegro de ver que recuperas tu salud así... no quería arrebatar la vida a un chico herido.
Acto seguido me moví a toda la velocidad que podía alcanzar hacia delante para girar una vez que estuviese colocado a espaldas del rival, de inmediato pegué un salto que a pesar de no alcanzarle me dejaría más cerca de él, y disparé la bala que tenía preparada, la bala anti tanques. Había apuntado a su estomago, con lo que de impactarle crearía un gran agujero en este de tamaño considerable, lo que quizás provocaría su muerte, pero si se movía causaría daño en alguna otra zona de su cuerpo de seguro, un daño bastante grave. [A.M.F-Haki Armadura 3]
Nada más caer metí una nueva bala en la pistola, la siguiente que le dispararía, para acabar con él si aún no lo había logrado.
- Puedes abusar de tu poder todo lo que quieras, pero ese abuso acabará pasándote factura ¿O me equivoco? - Le pregunté sonriendo de lado dispuesto a ver el contra ataque que me lanzaría ahora.
Byakuro Kyoya
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Byakuro sonrió al ver cómo el hombre escupía el cigarrillo. no había llegado a quemarle, pero aquella pequeña travesura lo había puesto de buen humor. El hombre inmediatamente se llevó otro cigarrillo a la boca.
- Bueno, si quieres pelear, aquí me tienes. -el chico sonrió y extendió los brazos, invitándole a probar suerte. Se elevó un poco más sin perder de vista al hombre que lo apuntaba con la pistola.
De repente, el hombre de la pistola echó a correr a toda velocidad bajo él. El chico, con sus reflejos mejorados pudo moverse a tiempo para ver como el tío del cigarrillo se ponía a donde antes daba su espalda. Entonces saltó hacia él y disparó. El chico trató de hacerse a un lado rápidamente para evitar el proyectil, cubriéndose parcialmente con las alas, pero sintió cómo algo explotaba en su costado derecho, justo debajo de las costillas flotantes. Soltó un grito desgarrador, y salió volando hacia un árbol cercano, dejando tras de sí una copia idéntica a él, pero sin la enorme herida sangrante que ahora él tenía en el costado derecho. El chico creó cuatro osos alrededor del hombre, mientras la copia salía disparada hacia él, con el bastón hacia delante, tratando de hundírselo en la cabeza.
Cuatro osos + Empalar desde el aire (Flamas de Alba y Ocaso) [AMF]
Mientras tanto, el chico se apoyó en una de las ramas más altas del árbol, y con un chasquido, desapareció.
[Manual: In
Pelear después de haber combatido con aquellos dos no era una buena idea. Maldita sea, si hubiera sabido que había otro tío más en la tripulación no habría sido tan temerario. Pero lo había pillado por sorpresa. El cazador sonrió para sí. Parecía que había encontrado un enemigo interesante para el futuro. Sus alas se deshicieron, mientras él esperaba en la parte alta del árbol a que su copia terminase con el tipo de la pistola. Dejó caer un dial de color rosáceo al suelo. Cuando tocara el suelo, se activaría, liberando su contenido. Una nube de feromonas que evitaría que el hombre de negro siguiera peleando. Lo que necesitaba para hablar con él. Admiró la espada que había cogido. Era bonita, y brillaba con un tono anaranjado. La cadena colgaba y los eslabones tintineaban levemente.
Dial de feromonas
- Bueno, si quieres pelear, aquí me tienes. -el chico sonrió y extendió los brazos, invitándole a probar suerte. Se elevó un poco más sin perder de vista al hombre que lo apuntaba con la pistola.
De repente, el hombre de la pistola echó a correr a toda velocidad bajo él. El chico, con sus reflejos mejorados pudo moverse a tiempo para ver como el tío del cigarrillo se ponía a donde antes daba su espalda. Entonces saltó hacia él y disparó. El chico trató de hacerse a un lado rápidamente para evitar el proyectil, cubriéndose parcialmente con las alas, pero sintió cómo algo explotaba en su costado derecho, justo debajo de las costillas flotantes. Soltó un grito desgarrador, y salió volando hacia un árbol cercano, dejando tras de sí una copia idéntica a él, pero sin la enorme herida sangrante que ahora él tenía en el costado derecho. El chico creó cuatro osos alrededor del hombre, mientras la copia salía disparada hacia él, con el bastón hacia delante, tratando de hundírselo en la cabeza.
Cuatro osos + Empalar desde el aire (Flamas de Alba y Ocaso) [AMF]
Mientras tanto, el chico se apoyó en una de las ramas más altas del árbol, y con un chasquido, desapareció.
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Pelear después de haber combatido con aquellos dos no era una buena idea. Maldita sea, si hubiera sabido que había otro tío más en la tripulación no habría sido tan temerario. Pero lo había pillado por sorpresa. El cazador sonrió para sí. Parecía que había encontrado un enemigo interesante para el futuro. Sus alas se deshicieron, mientras él esperaba en la parte alta del árbol a que su copia terminase con el tipo de la pistola. Dejó caer un dial de color rosáceo al suelo. Cuando tocara el suelo, se activaría, liberando su contenido. Una nube de feromonas que evitaría que el hombre de negro siguiera peleando. Lo que necesitaba para hablar con él. Admiró la espada que había cogido. Era bonita, y brillaba con un tono anaranjado. La cadena colgaba y los eslabones tintineaban levemente.
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El grito desgarrador de mi oponente casi me hacía sentir un sentimiento placentero que recorría todo mi cuerpo, definitivamente no le había dado de lleno, pero si le había causado una seria herida. Pude observar perfectamente que tenía una gran agilidad y reflejos previamente, con lo que sabía que una bala cualquiera quizás la hubiese esquivado, o como mínimo minimizado su daño, además, ese poder regenerativo de antes fue rápido, por lo que quería comprobar como sería si lo golpeaba provocando una herida mayor a la anterior, usar la bala anti-tanque fue una sabia elección.
Había huido hasta un árbol, no sin dejar atrás una copia de si mismo para sustituirlo, algo que no me asustaba, tan solo debía de gastar una bala más. Pero para mi sorpresa, acto seguido aparecieron a su alrededor 4 osos con pinta de que me iban a atacar de inmediato.
Dicha suposición fue cierta, ya que se lanzaron rápido a por mi con el clon del oponente en el medio tratando de atacarme con un bastón, quería atravesarme la cabeza con él.
- Demasiado directo estúpido...- Dije sonriente al mismo instante que disparaba dos balas para acabar con los cuatro osos.
Estas eran balas triples reforzadas con mi propio haki, y que al dividirse apuntaban a la frente de los animales y al cuello, seis balas para cuatro osos. Inmediatamente me lancé al suelo prediciendo el movimiento del clon directo hacia mi cabeza y antes de caer ya había disparado una bala triple hacia su cabeza, con los proyectiles dirigidos a esta y a unos centímetros debajo de su cabeza pero algo adelantado por si daba un paso más y la otra hacia unos centímetros más atrás de su cabeza, con idea de acabar impactándole en caso de que intentase un esquive improvisado hacia adelante o hacia detrás. [A.F-Haki armadura Nivel 3]
Miré hacia la copa del árbol notándome extrañamente más calmado y emití un leve suspiro tras dar una larga calada al cigarro.
- Bueno, ¿Seguimos jugando al gato y al ratón o te largas de aquí? Tu simple presencia me molesta mocoso, como te dije antes ya has ganado, vete. - Mis palabras eran directas, prefería no tener que seguir este combate tan extraño plagado de ilusiones, solo deseaba no tener que arrepentirme el día de mañana por no haberlo matado aquí y ahora.
Había huido hasta un árbol, no sin dejar atrás una copia de si mismo para sustituirlo, algo que no me asustaba, tan solo debía de gastar una bala más. Pero para mi sorpresa, acto seguido aparecieron a su alrededor 4 osos con pinta de que me iban a atacar de inmediato.
Dicha suposición fue cierta, ya que se lanzaron rápido a por mi con el clon del oponente en el medio tratando de atacarme con un bastón, quería atravesarme la cabeza con él.
- Demasiado directo estúpido...- Dije sonriente al mismo instante que disparaba dos balas para acabar con los cuatro osos.
Estas eran balas triples reforzadas con mi propio haki, y que al dividirse apuntaban a la frente de los animales y al cuello, seis balas para cuatro osos. Inmediatamente me lancé al suelo prediciendo el movimiento del clon directo hacia mi cabeza y antes de caer ya había disparado una bala triple hacia su cabeza, con los proyectiles dirigidos a esta y a unos centímetros debajo de su cabeza pero algo adelantado por si daba un paso más y la otra hacia unos centímetros más atrás de su cabeza, con idea de acabar impactándole en caso de que intentase un esquive improvisado hacia adelante o hacia detrás. [A.F-Haki armadura Nivel 3]
Miré hacia la copa del árbol notándome extrañamente más calmado y emití un leve suspiro tras dar una larga calada al cigarro.
- Bueno, ¿Seguimos jugando al gato y al ratón o te largas de aquí? Tu simple presencia me molesta mocoso, como te dije antes ya has ganado, vete. - Mis palabras eran directas, prefería no tener que seguir este combate tan extraño plagado de ilusiones, solo deseaba no tener que arrepentirme el día de mañana por no haberlo matado aquí y ahora.
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Byakuro suspiró. Qué cansino era aquel tipo, por dios. Se hizo visible y miró con cierto fastidio al tipo que acababa de disparar a sus osos. La copia estaba en ciertos problemas. El cazador la deshizo de golpe y observó el lugar.
- Bueno, dado que eres un amargado, supongo que la fiesta se ha acabado. -el cazador descendió lentamente hacia el suelo y recogió a Klaus-. Vámonos, colega, este tío me cae mal. -observó la espada brillante que había cogido de Roy. Sería una perfecta lámpara de magma.
Echó una última mirada hacia atrás y frunció el ceño. Extendió sus alas y empezó a volar hacia el pueblo más cercano. La herida que tenía en el costado le dolía horrores, pero ya tendría tiempo a arreglarla con alguna ilusión. Como última jugarreta, hizo que la boca del cañón de la pistola del hombre se taponara por el interior. No lo notaría antes de disparar, y en cuanto lo hiciera, posiblemente el tiro le saliera por la culata.
- Bye, bye, Kidah-chan... un placer volver a verte. -se le oyó gritar antes de desaparecer entre los árboles del pantano.
- Bueno, dado que eres un amargado, supongo que la fiesta se ha acabado. -el cazador descendió lentamente hacia el suelo y recogió a Klaus-. Vámonos, colega, este tío me cae mal. -observó la espada brillante que había cogido de Roy. Sería una perfecta lámpara de magma.
Echó una última mirada hacia atrás y frunció el ceño. Extendió sus alas y empezó a volar hacia el pueblo más cercano. La herida que tenía en el costado le dolía horrores, pero ya tendría tiempo a arreglarla con alguna ilusión. Como última jugarreta, hizo que la boca del cañón de la pistola del hombre se taponara por el interior. No lo notaría antes de disparar, y en cuanto lo hiciera, posiblemente el tiro le saliera por la culata.
- Bye, bye, Kidah-chan... un placer volver a verte. -se le oyó gritar antes de desaparecer entre los árboles del pantano.
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El condenado oponente al fin se marchaba dejando en paz a los tripulantes de esta banda, comprendió que comenzando una pelea contra mi podía acabar perdiendo la vida tras todo ese combate y con una herida tan fea como la que tenía encima. Guardé las pistolas y suspiré aliviado de no tener que ir a más, estaba a punto de realizar técnicas del Rokushiki contra él, con lo que tendría que matarlo una vez las viese, no puedo permitir que ni una sola persona que me viese usarlas con otra identidad que no fuese del chiper pol saliese con vida de nuestro encuentro.
Tomé una larga calada al cigarro antes de tirarlo al suelo ya terminado, en esta calada filtraba en mis pulmones el humo del tabaco sintiendo como me liberaba del estrés que acababa de acumular con semejante combate, era la primera persona a la que combatía y dejaba con vida, y el más incordioso, en cierto modo hasta me recordaba a Deadpool, ese bastardo desaparecido de la faz de la tierra que me empujó hasta donde estoy ahora con sus esfuerzos.
Recogí con cuidado a Kidah en mis brazos comprobando rápidamente su estado de salud hasta donde alcanzaban mis pobres conocimientos médicos, hasta que con alivio pude comprobar que estaba bien.
- Cargar con todos ustedes sería agotador e imprudente, por lo que esperaré a que despertéis de tan profundo sueño y podáis moveros por vuestro propio pie. - Dije encendiendo un nuevo cigarro mientras miraba al cielo con un largo suspiro. El combate había acabado.
Tomé una larga calada al cigarro antes de tirarlo al suelo ya terminado, en esta calada filtraba en mis pulmones el humo del tabaco sintiendo como me liberaba del estrés que acababa de acumular con semejante combate, era la primera persona a la que combatía y dejaba con vida, y el más incordioso, en cierto modo hasta me recordaba a Deadpool, ese bastardo desaparecido de la faz de la tierra que me empujó hasta donde estoy ahora con sus esfuerzos.
Recogí con cuidado a Kidah en mis brazos comprobando rápidamente su estado de salud hasta donde alcanzaban mis pobres conocimientos médicos, hasta que con alivio pude comprobar que estaba bien.
- Cargar con todos ustedes sería agotador e imprudente, por lo que esperaré a que despertéis de tan profundo sueño y podáis moveros por vuestro propio pie. - Dije encendiendo un nuevo cigarro mientras miraba al cielo con un largo suspiro. El combate había acabado.
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