Yo Soy Dios [Thanatos/Sawaki]

La isla de Jaya estaba llena de criminales, un lugar perfecto para un pirata, pero las dos siluetas que caminaban por aquella calle, no eran corsarios. La primera era un tipo con el pelo naranja y largo, recogido en una cola que le llegaba hasta la parte baja de la espalda, uno de los mechones de su flequillo le tapaba incluso un ojo. En su nariz, una barra surgía de lado a lado atravesándola, en sus mejillas había tres pircing, sus ojos eran lilas y divididos a franjas. Sus uñas estaban pintadas en un rojo intenso, vestía una túnica negra de nubes rojas, portaba unas sandalias de madera y unos calcetines blancos. La otra figura que caminaba a su lado, era un tipo encapuchado de la misma estatura. Los dos iban observando todo a su alrededor.

- Este parece un buen lugar para investigar un poco. Shirodoku, vamos allá.

Dijo de repente el encapuchado mientras el otro tipo de pelo largo asentía despacio. Ambos entraron a una taberna del lugar, de modo que podrían investigar un poco si había algún pirata con recompensa por su cabeza o algo así. Nada más llegar observaron el lugar de forma calmada y tranquila, el tipo encapuchado se dirigió a una mesa alejada y se sentó observando a los demás. El tipo de pelo largo por su parte, se sentó en la barra de forma tranquila. Levantó la mano levantando al camarero para llamarlo, este no tardó mucho en llegar y le preguntó lo que deseaba tomar. La boca del hombre de la larga cola, habló despacio mientras mantenía una posición fría y seria.

- Póngame un refresco de limón, también me gustaría tomar un pequeño plato de carne. Tómese su tiento señor, no tengo ninguna prisa.

Thanatos controlaba a su marioneta con facilidad, pudiendo mover la boca y que las cuerdas vocales emitieran la voz que había tenido aquel tipo de la coleta antes de convertirse en la herramienta del cazador. Era una estrategia muy buena, mientras uno se hacía pasar por un ser vivo (Al fin y al cabo estaba hecho a partir del cadáver de una persona humana) el otro se mantenía en las sombras observando con habilidad. El sitio estaba repleto de piratas y demás, seguramente sería peligroso atacar en ese momento, tan solo esperaría paciente a que alguno con recompensa se alejara del lugar o se quedara solo en el bar, en ese momento los dos peli naranjas actuarían. El camarero ahora se acercó al encapuchado de forma amable y le habló en un tono educado y calmado.

- Buenas señor… me gustaría saber que le apetecería tomar.

- Póngame un refresco de naranja señor, con una pequeña ensalada si es posible.


Thanatos pidió lo contrario que pidió para Shirodoku, de ese modo no sospechaba nada de nada, lo tenía todo muy bien calculado. El tipo asintió y se retiró, no tardó en ponerle a cada uno lo suyo, ahora solo faltaba ver lo que pasaba, tal vez iba a tener mucha suerte.

El hombre de la barra se mantenía callado con la cabeza agachada, sin embargo el encapuchado empezó a comer tranquilamente y a beber de su vaso. La cosa parecía tranquila y no había problema por el momento, de repente una persona entró al lugar, pero al cabo de unos momentos se supo que se trataba de un Gyojin. El peli naranja se mantuvo callado mientras observaba desde su capucha los acontecimientos, el camarero pareció pasarse un poco con el rubio debido a la raza a la que este pertenecía o algo así. Sin embargo aquel pescado lo tomó del cuello elevándolo con suma facilidad mientras ahora le golpeaba y atravesaba la pared con su cuerpo, como si fuera un vulgar objeto. El encapuchado frunció el ceño levantándose en ese momento con fuerza de su sitio, las cosas cayeron al suelo provocando bastante ruido y la gente se quedó mirándolo. Se acercó despacio hacia el agujero con la cabeza agachada, pasando antes por el lado izquierdo del atacante, una vez pasó por el enorme hueco de la pared, observó al tipo. Se agachó despacio colocando sus dedos índice y corazón sobre el cuello de aquel tipo, sus constantes se podían escuchar, aún estaba vivo, pero el golpe le había dejado inconsciente.

Thanatos ahora tomó el cuerpo con cuidado y con fuerza lo echó sobre su hombro derecho, mientras ahora entraba a la taberna de nuevo con la mirada fija en una mesa que estaba libre. Dejó al hombre sobre ella y empezó a mirarlo despacio, estaba en pleno aprendizaje sobre medicina y tal vez podía hacer algo. La sangre caían sobre las manos del encapuchado debido a que esta goteaba del rostro de aquel tipo, uno de los camareros se acercó a ayudar. En ese momento el cazador se quedó mirándole de forma seria y con una expresión que no mostraba absolutamente nada de nada.

- Tráiganle vendajes a este hombre, además de agua oxigenada y un poco de agua normal, llevadlo a una cama y dejadle descansar un par de horas, que uno de vosotros se ocupe de la taberna.

El hombre enseguida asintió y se llevó al hombre del local de allí, en ese momento el tipo de la capucha se giró y caminó hacia dónde estaba el Gyojin, colocándose frente a este pero sin quitarse la capucha. No le sonaba ese chico de nada, no lo había visto en los carteles, pero había golpeado a ese hombre con fuerza, tal vez el camarero no lo había hecho bien, pero de ahí a golpearle había un buen trecho. Shirodoku se mantenía ahora tras el rubio, sentado en la barra y a su bola, como si no estuviera pendiente de lo que pasaba, era una de las bazas del luchador, el cual usaría si era necesario. A ojos de los demás, era un simple cliente más, aunque fuera un cuerpo del encapuchado, ahora miró de forma fría al Gyojin mientras comenzaba a hablarle de forma seria.

- Ese hombre no te ha tratado como debía, pero esto es Jaya. Si no caes bien en un lugar, buscas otro, ten en cuenta que este local le pertenece y tiene licencia, es libre de poner los precios que le dé la gana. Otra cosa es que los clientes los acepten. Pero eso no te da derecho a golpear a una persona a la que podría haber matado chico, no soy ningún héroe, ni marine, ni agente del gobierno, pero como te vea golpear a un civil, tu y yo vamos a acabar bastante mal amigo.

Aquel Gyojin ahora se puso frente al cazador, la mirada de este era inexpresiva y fría, como si le diera igual todo el mundo pese a haber ayudado a un hombre herido. Las palabras del pescado por un lado tenían razón debido al trato distinto, pero aún así aquel tipo estaba en su derecho, por my racista que fuera, era su local. Por eso le había dicho que si no caía bien en un sitio que fuera a otro. De repente el chico se bebió su bebida y se fue sin pagar, eso hizo que el peli naranja frunciera el ceño pero lo dejó pasar. Observó a los demás clientes y en ese momento tocó el hombro de su compañero que continuaba sentado en la barra, no sin antes coger el refresco de limón y empezar a beber mientras salía de aquel sitio con la cabeza bien alta.

Nada más salir de allí, pudo ver que tenía visita, frente a sus ojos había cuatro hombres armados con tuberías que le miraban de mala forma. Los bandidos de aquella isla eran peligrosos, pero esta vez no habían dado con un cualquiera, una tenue sonrisa salió de los labios de aquel tipo el cual ahora se quitó la capucha. Su pelo naranja y corto salió a la luz, en la nariz tenía tres barritas que le atravesaban, dos pircing bajo el labio inferior en forma de colmillos y siete más en cada oreja. Era igual al tipo de la larga coleta, como si fueran hermanos o algo así. De repente uno de ellos trató de golpearle, en ese momento Shirodoku se movió a una buena velocidad, realizando un corte sobre el cuello de aquel hombre y acabando con su vida, el arma había salido de su antebrazo mediante un mecanismo.

- Ya solo quedan tres, parece que no sabéis a quién os estáis enfrentando. Somos Thanatos, somos Dios.

Tras aquellas palabras, dos más de aquellos payasos procedieron a atacar, uno fue empalado por la zona del pecho con la cuchilla del camino del cazador mientras que el otro recibió un puñetazo violento en la cara por parte del original. Ambos quedaron tirados por el suelo humillados, el último trató de salir corriendo, pero en ese momento el luchador se acercó al tipo de la coleta, el cual lo cogió y lo lanzó con fuerza hacia el que corría. Thanatos en pleno aire realizó una poderosa patada descendente la cual golpeó el cuello de aquel tipo tirándole al suelo y clavándole la cara en este. Tras la pequeña exhibición, unas personas se acercaron para hacer el cotilla un rato. El cazador se acercó a Shirodoku con total tranquilidad y le puso la mano en el hombro.

- No eran tan duros como parecían hermanito.

- Si, ha sido una lástima, podríamos habernos divertido un poco más con estos payasos.

Respondió ahora la marioneta del veneno mientras sonreía de lado, el cazador se montaba aquellas escenas de forma perfecta con su buena coordinación y el poder de su fruta, de modo que parecieran dos humanos reales. Ahora miró a los derrotados y se acercó a uno de ellos, colocando su mano sobre su cabeza y reconociéndole al instante, un criminal que costaba unos ocho millones, sin pensárselo lo cogió echando el cuerpo sobre su hombro. Era el que tenía el cuello rajado, ahora comenzó a caminar junto a su compañero rumbo al puerto mientras analizaban el sitio por donde pasaban y la gente les observaba aterrada.

Thanatos continuaba caminando de forma tranquila junto a su camino del dolor como les gustaba llamarlos, sus pasos eran calmados y todo parecía haberse tranquilizado un poco. Eso no iba a tardar mucho en cambiar, pues los gritos de las personas llegaron de nuevo, esta vez no era al cazador, lo que le hizo suponer que había más problemas. Empezó a acelerar el ritmo junto al del pelo largo mientras fruncía el ceño despacio. De repente pudo ver al rubio de antes, justo contempló cómo le partía el cuello a un tipo, la gente estaba aterrada con esa escena. Al peli naranja no le provocó ninguna sensación en especial ni nada por el estilo, tan solo unas ganas de luchar con él increíbles, no había podido hacerlo en la taberna, pero quizás ahora era su oportunidad. No tardó mucho en entrecerrar los ojos y mirar a su alrededor, pudo ver una barra de hierro de unos dos metros casi de largo. De grosor también parecía buena pues disponía de unos veinte centímetros, algo devastador en manos de alguien como él, dejó el cadáver por un momento en el suelo y ahora observó al pez que se alejaba como si con él no fuera la cosa.

- Shirodoku, prepárate para el combate. Vamos a divertirnos un poco con un desafío de verdad, ese chico ha matado al humano y no he visto ningún motivo para ello. Tampoco creo que tenga licencia de caza, vamos a ello.

El cuerpo de la coleta asintió despacio mientras ocultaba sus brazos en las largas mangas de la túnica negra de nubes rojas. La gente al ver a los dos peli naranjas en plan mafiosos, se empezó a alejar un poco de la escena, observaban a su presa desde su espalda sin pudor ninguno, su objetivo era mostrarle el dolor al pez, que lo sintiera en sus carnes. Que lo conociera y experimentara en su propio cuerpo, que sus gritos inundaran aquellas calles tan sucias y llenas de vandalismo. La mirada fría de Thanatos planeó ahora bien su ataque, pretendía mostrar una parte de su poder a aquel maldito y osado Gyojin. Lo del camarero había sido sucio pero partir el cuello de una persona iba demasiado lejos, si no le mostraba ser cazador, marine o agente no se iba a librar de aquel ataque. Tampoco le iba a dar tiempo a reaccionar a decir verdad, observó a su compañero y sonrió de lado de forma siniestra y algo fría al mismo tiempo.

- Vamos a ello…

Entonces los dos salieron corriendo a por el chico, el del pelo corto iba en primer lugar, desabrochó su capa, al ser más alto y corpulento esta cubría al del pelo largo, que iba justo detrás. De ese modo parecía que solo atacaba uno, el cazador alzó su enorme barra de hierro, pegando pasos sonoros para que el rubio lo notara, cuando ya estaba cerca suya, lanzó un golpe que iba a su rostro. Sin embargo esto resultó ser solo una finta, en el último momento, el tipo de los pircing se apartó al lado derecho y surgió Shirodoku. Este a toda velocidad y tratando de aprovechar un posible despiste, lanzó su puño contra el centro del pecho del rubio, pero en mitad del golpe, una cuchilla surgió de su antebrazo, rajando la manga de la túnica y apareciendo por sorpresa. Trataba de atravesar el pecho de su rival con ella, estaba envenenada, ahora solo faltaba ver que hacía el chico pez. Thanatos observaba listo para la acción también, una vez que el camino del dolor lanzara su ataque, saltaría hacia atrás, le diera o no y quedaría a unos tres metros del chico. El original estaba a unos cinco y en otra dirección.

Shirodoku: Doku Saijo [AMF]

Interesante, el engaño de la finta parecía haber sido efectivo, el corte del tipo de la coleta iba con buen rumbo cuando de repente el Gyojin saltó hacia atrás realizando un elegante mortal hacia atrás por el camino. Eso provocó que el peli naranja original alzara su ceja derecha un poco, al parecer eso iba a estar un poco más interesante. La idea de luchar a su máxima habilidad ya le estaba encantando, sin duda alguna era una sensación increíble, se notaba que disfrutaba mucho de los combates. Aún conservaba aquella enorme barra de hierro que había recogido del suelo, esperaba el momento justo para entrar en acción y ayudar a su marioneta en el combate. Al estar hecha con un cadáver, esta no sentía cansancio, tan solo obedecía el control que el cazador tenía sobre ella. Una fruta peligrosa y letal había ingerido, convertirse en un marionetista era algo que no entraba en sus planes pero que le había facilitado muchísimo las cosas.

Ahora pudo ver como el Gyojin rubio trataba de atacar al de la coleta, este no se iba a estar quieto como era normal. En primer lugar se tragó lo de la finta, echándose incluso para atrás, pero ahora el tiburón estaba girando. Al ver cómo le lanzaba la patada, colocó sus antebrazos en la trayectoria mientras clavaba una rodilla en el suelo, en el momento del impacto activó su cuchilla venenosa, tratando de cortarle la pierna o envenenarle. El golpe impactó en este, el cual frunció el ceño y segundos después salió despedido a unos cuatro metros de distancia. La fuerza de aquella raza marina era impresionante, el camino del dolor tenía los ojos cerrados y se hallaba en el suelo boca arriba. No tardó mucho en levantarse lentamente, mirando ahora al rubio mosqueado, sin embargo algo estaba a punto de pasar. Una pequeña teja de un tejado, cayó de repente de su sitio, se dirigía hacia la cabeza de aquel hombre, era imposible que la esquivara, no estaba viéndola debido a que venía de arriba.

Sin embargo en el último momento, el tipo saltó a un lado esquivándola y sonriendo de lado. ¿Cómo diablos había visto la teja? Sin embargo Thanatos estaba observando justo a su marioneta, era como si le hubiera avisado con la mente o algo así, para las personas que no sabían el truco, era un misterio. Ahora los dos miraron al mismo tiempo al Gyojin, el de la coleta no parecía muy dolorido, como si no sintiera el dolor, la verdad es que aquel combate era una desventaja increíble. No solo por ser dos, uno de ellos era un simple cadáver que no sentía dolor ni nada parecido, los peli naranjas caminaron hasta colocarse ambos al lado, después se quedaron mirando al chico de forma estratégica. Estaban pensando en su próximo movimiento, el que no iba a ser nada bueno, la mirada del tipo de pelo corto parecía más intensa y seria, como si fuera el mismísimo sentimiento de frialdad. Después de unos segundos alzó la voz despacio con su mano derecha sosteniendo la barra y la otra en el bolsillo de su túnica negra de nubes rojas.

- No puedes vencernos, somos Thanatos, somos Dios. Es algo que está muy por encima de tus posibilidades.

Tras aquella afirmación, Shirodoku comenzó a correr hacia el chico, pero dos segundos después se le unió el original. Ya tenía su jugada preparada y necesitaba a su camino delante suya para poder ejecutar perfectamente aquella perfecta combinación que iba a realizar con ganas. Cuando el de la coleta estaba cerca del chico, soltó una carcajada mientras ahora se relamía, en ese momento Thanatos lanzó un poderoso golpe con la enorme barra de hierro. Este iba directo a la espalda de su propia marioneta, la cual le tapaba, sin embargo, de repente el de la coleta se tiró al suelo. Como si hubiese visto el ataque, pero estaba de espaldas, allí había brujería o algo así, de ese modo la barra pasó por encima de la cabeza de Shirodoku y ahora se dirigió con sorpresa y con violencia, rumbo al pecho del Gyojin.

Tha-Shiro: Tetsu inu [AF]

El golpe del cazador impactó de forma perfecta sobre su objetivo, realizando su trabajo de haberle alcanzado, además su pierna estaba herida, la defensa de la cuchilla venenosa había funcionado. El camino venenoso se levantó y se colocó junto al de cabellos cortos, ambos estaban a un metro del otro y observaban al Gyojin de forma siniestra y fría. Una escena realmente macabra, parecían hermanos claramente, aunque casi parecían gemelos de no ser por el estilo de peinado distinto. No era posible que dos personas fueran tan parecidas, estaban listos para su siguiente ataque, el cual se ocuparía de acabar con aquel chico. Justo cuando iban a comenzar con la ofensiva, el chico comenzó a hablarles, sus palabras se acercaban un poco a la verdad, pero se equivocaba en algunos aspectos. No hablaba con dos personas, tan solo con una que usaba un simple juguete.


Una pequeña risa seria surgió ahora del camino principal, el cual dio un paso al frente hasta quedar por delante del de la coleta, después observó al chico de forma calmada y tranquila mientras su mirada lo analizaba. En su pierna había recibido el impacto de la cuchilla venenosa, seguramente en unos minutos caería inconsciente, de modo que el combate ya había finalizado con un ganador. Además parecía haberle causado un buen dolor ya que se notaba que su brazo había sido golpeado con dureza por la barra de acero, que aún se hallaba en la mano derecha de Thanatos. La gente ya se había ido del lugar, algo que iba a ser muy bueno para el rubio con aspecto de pez, pues podría estar a salvo de sus posibles atacantes, el peli naranja ya se había divertido bastante por el momento y no le apetecía matar a ese chico. De modo que ahora su fría voz salió de nuevo.


- Te lo dije, somos uno. Podemos ver, sentir, hacer y pensar todo al mismo tiempo. Has contemplado el poder de un Dios y has sentido el dolor en tu cuerpo. Esta vez te dejaré vivir, la cuchilla que te ha cortado en la pierna, esta bañada en un poderoso veneno. En unos minutos estarás inconsciente, te recomiendo buscar callejón dónde caer. Si lo haces aquí, podrían despedazarte los bandidos del lugar. Vuélvete más fuerte, por el momento no eres rival para mí.


Tras aquellas palabras el cazador se acercó hasta el cadáver del criminal que había dejado en el suelo, el tipo de la coleta se agachó cargándolo sobre sus hombros y ahora empezó a caminar hasta avanzar unos nueve metros. Una vez allí se quedó quieto, como si estuviera esperando a Thanatos, el cual se acercó al chico un poco. Sus ojos lilas a franjas se clavaron en los azulados del rubio de forma seria y muy fría. Acto seguido dejó salir su voz en un tono algo autoritario y muy serio, como si estuviera muy seguro de lo que estaba diciendo.


- Si hay justicia en la venganza, entonces, la justicia solamente traerá más venganza y eso desencadenará un ciclo de odio.


Acto seguido, el cazador se giró comenzando a caminar mientras le daba la espalda al chico, sabía que no le iba a atacar, pero por si acaso no bajaba la guardia. En su mano derecha portaba aquella barra, su mirada parecía el mismísimo hielo, frío e inexpresivo. Por el momento había finalizado las cosas en aquella isla, tenía más objetivos pendientes en otros lugares del Grand Line.

Los dos cazadores continuaban caminando de forma tranquila por aquel lugar, al parecer ya estaba anocheciendo y eso era algo que no entraba en los planes del peli naranja. Ahora miró a su compañero de manera tranquila para después soltar un pequeño suspiro, sabía que su velocidad sería reducida debido al peso que cargaba, de modo que no podía exigirle nada, de modo que ahora entrecerró los ojos. Hizo que Shirodoku cogiera la barra de hierro y él cargó con el cadáver, segundos después ambos comenzaron a correr de forma veloz, sus miradas no cambiaban ni un solo instante. Se había dado cuenta de que el chico se había ido ya, seguramente buscando un lugar dónde refugiarse de sus posibles atacantes, el veneno de ese cuerpo era increíble, le encantaba usarlo como ataque. De repente sintió como algunas gotas caían contra su cabello, alzó la mirada observando cómo comenzaba una pequeña lluvia. Eso iba a ser un verdadero problema si viajaba en su bote, pues podía cogerle una tormenta y tirarle al agua con facilidad.


- Tss… lo mejor será que me dé prisa, estúpido tiempo meteorológico.


Tras aquellas palabras aumentaron el ritmo de forma constante, observando como un pequeño navío estaba a punto de partir del muelle, era muy pequeño, de un color marrón y con velas blancas. De repente usaron toda su velocidad hasta conseguir llegar al muelle, un hombre estaba retirando la tabla. Era un tipo bajito, de pelo plateado largo y gafas de Sol, vestía con una camiseta roja y un pantalón negro, además de unas botas blancas y un chaleco de color canela. Al ver a los dos peli naranjas corriendo, se frenó y se quedó mirándolos algo nervioso, el agua empeoraba y debía poner el barco en marcha como fuera, sin embargo tuvo que parar. Los dos cazadores llegaron a su lado, lo que hizo que este sonriera de forma amistosa y les dirigiera la palabra, sabía que aquel lugar dónde estaba, era una isla peligrosa y quizás eran dos bandidos, pero debía asegurarse de eso antes de nada. De modo que esperó a escuchar lo que tenían que decir, esta vez el que habló, fue el mismo Shirodoku que usó un tono tranquilo y normal.


- Debemos viajar a cualquier asentamiento de la marina y cobrar el cuerpo de este hombre, somos cazadores, estaríamos muy agradecidos si no llevara.


- Oh, claro chicos. Podéis pasar, bienvenidos a bordo.


Ambos cazadores le hicieron una pequeña reverencia como señal de agradecimiento y entraron al navío, aquello había sido genial. Ahora podía viajar en aquel vehículo más seguro y no en el pequeño bote que le había traído, dejó el cuerpo en la cubierta y lo amarró con unos cabos, después caminó junto a su marioneta hasta una pequeña mesa dónde había varias sillas y se sentaron de forma tranquila, ahora debían irse cuanto antes de aquel remoto lugar conocido como Jaya.