El primer Encuentro, la fuerza de los cazadores [Privado Pasado (Nemonic, Byakuro Kyoya)]

Era una mañana algo fría, para el tiempo en la que nos encontrabamos, salí de mi camarote para comprobar si ya estabamos cerca de la isla , Fighter Island. Hace un par de semanas recibí una carta de un pajaro volador para una reunión de cazadores, era algo extraño, pero me encantaba la aventura, asi que accedí a ir. La carta decía lo siguiente:

Nemonic:

Hemos estado observando tus progesos y creemos que eres apto para una instrucción particular. El mundo se esta sumiendo en el caos y el gobierno lo esta teniendo dificil para seguir el ritmo. Por lo que los cazadores necesitamos ser mas fuertes para poder combatir toda esa amenaza y cobrar sus recompensas. Te citamos dentro de 2 semanas en la isla Fighter Island en el east Blue, allí te estara esperando tu instructor Byakuro Kyoya en el embarcadero 35, uno de nuestros instructores con mas talento. Espero que aceptes esta oportunidad, ya que si rechazas, no nos pondremos en contacto contigo nunca mas y perderas esta oportunidad.

Firmado El Cazador

Y alí me encontraba, de camino a la isla en una pequeña embarcación. Hacía tiempo que no navegaba, ya que me gustaba volar en mi forma hibrida, pero no quería llamar la atención, por lo que opte por llegar en barco. LLevaba mi ropa de siempre, una camiseta sin mangas y un pantalón azul. En el brazo izquierdo llevaba unos tatuajes en forma de espiral y la cara la llevaba tapada hasta la nariz con una tela. El pelo blanco de punta y hacía atras ondeaba con el viento y el romper del barco contra las olas.

Por fín veía a lo lejos la isla, creía que iba a ser mas grande y con mas montañas, en vez de eso, era una isla mas bien pequeña y sin irregularidades del terreno. Era una isla circular o al menos la parte que se veía, me incorpore un poco en la barra del barco y observe que mas barcos se unian al mio en la llegada a la isla. Poco a poco llegando al puerto, pude observar un centenar de embarcaciones, a cual mas pintoresca. Y por fin mi barco se detuvo en el embarcadero asignado en la carta, allí había un hombre con el pelo purpura. Parecía una persona bastante sería, tenia unas marcas rojas en la cara y los ojos de diferente color , -un hombre misterioso, sera interesante conocerlo - me dije.

Baje del barco y me presente a aquel hombre. - Hola soy Guldrik y tu debes de ser mi instructor Byakuro, un placer - le dije con una mueca amable.

Byakuro había llegado a Fighter Island. Había recibido una carta de un tal "El Cazador". Un nombre muy pintoresco, sin duda. ¿Qué clase de persona se ponía un mote como aquel? El caso era que la carta que lo citaba le pedía encarecidamente que entrenase a un hombre. Byakuro tuvo un recuerdo de su infancia, cuando entrenaba con su tío. Podría ser interesante entrenar a alguien en el arte del Ryū Yōshiki. Así continuaría con el legado de su tío muerto. Además, conocer gente nueva siempre resultaba divertido. Le habían dicho que la persona a la que iba a entrenar era un cazarrecompensas, como él. No le importaba, la verdad. Fuera pirata, marine o cazador, cualquiera que quisiera aprender, y salir de fiesta después, era bienvenido.

Así pues, se había dirigido volando a la isla de Fighter Island. Allí esperaba a su "alumno". Un chico se le acercó. Parecía fuerte. Y aunque el Ryū Yōshiki se basaba más en la agilidad que en la fuerza, no dejaba de ser interesante entrenar a alguien así. Se presentó como Gudrik.

- Vaya... así que tu eres el chico al que tengo que entrenar... -miró a Klaus, su camaleón, que se encontraba en su hombro, con una expresión apática-. ¿Qué opinas, colega? -el camaleón gruñó con indiferencia total-. Perfecto. -el cazador se volvió hacia su interlocutor, y lo observó detenidamente. Parecía un buen sujeto.

Sin más palabras, se giró y empezó a caminar por las calles del puerto. Debían ir a algún sitio algo alejado para entrenar sin romper nada frágil... o a nadie frágil.

Byakuro le pregunto su opinion sobre mi a su camaleon Klaus, bueno cosas mas raras había visto en alguno de mis viajes. Me vino a la mente, cuando me encontré con Kaito, que tenía una serpiente y una tortuga con sake. Con un intercambio escaso de palabras, Byakuro se volvío y empezo a andar hacía el interior de la isla atravesando el pueblo, el cual estaba muy animado, había gente por todos lados. Había mucha vida en las calles, desde las casas y tabernas emanaba el sonido de musica y risas, como si estuvieran de fiesta. Había gente con piezas de armaduras, extrañas vestimentas y kimonos de karate, parecía que ya habían llegado la mayoría de los cazadores a la isla.

Comenzamos a salir del poblado, parecía que mi entrenamiento iba a empezar ya y yo tenía un poco de hambre, incluso el estomago me sono en un par de ocasiones, pero no quería decir nada a mi instructor por si acaso se molestara. No había dicho nada desde que salimos, no me gustaba la gente charlatana, pero tanto silencio tambien hacia que me sintiera incomodo.

Seguimos andando y nos paramos cerca de un claro cerca del bosque, eche la mirada hacía atras y vi que el pueblo estaba a unos 3 o 4 km. - ¿Para que me habra llevado tan lejos? y ¿que tipo de entrenamiento aprenderé?- me dije. Observe al muchacho esperando una respuesta.

Bien. Habían llegado a un lugar alejado. Eso estaba muy bien. Se giró hacia su compañero.

- Bien... te voy a decir las normas a seguir, ¿vale? -se sentó en un taburete que hizo aparecer por arte de magia tras él. Obviamente era una ilusión-. Primero: Soy Byakuro, puedes llamarme como quieras, como te resulte más cómodo. Segundo: Te enseñaré un estilo de combate que ha estado en mi familia durante generaciones. El mismo combate que me enseñó mi tío. Tercero: Si tienes cualquier duda, sugerencia o planteamiento, me preguntas. Cuarto: No soy mejor que tú. Si me hablas, que sea de igual a igual. Quinto: Lo más importante es pasarlo bien. Un entrenamiento disciplinado es útil, pero lo más importante es vivir el momento. Si te aburres, o crees que lo que estas aprendiendo es inútil, me lo dices. Sexto: Puedo cambiar las normas cuando quiera si lo considero apropiado. Y por último -el cazador arqueó la ceja-. bajo ningún concepto, aunque sea cuestión de vida o muerte, insultes a mi mascota -el rostro del cazador se puso tenso, y sus ojos tuvieron un brillo asesino por un instante-. ¿Entendido? -su expresión se relajó, mostrando una afable sonrisa infantil.

Dicho esto, y mientras esperaba las posibles preguntas de su acompañante, hizo aparecer dos cajas de bento en su regazo, y le dio una a Gudrik. También creó un taburete tras él, para que se pudiera sentar a comer. La comida le vendría bien, durante el camino le había oído las tripas rugir un par de veces.

- Bueno... -dijo Byakuro mientras se preparaba para dar buena cuenta de la comida-. ¡Itadakimasu!

Había creado una silla de la nada - mmm, interesante - pensé, aquel tipo era un usuario. Menos mal que no me tendría qu enfrentae a muerte con el, por que seguro seía muy poderoso. Mi mueca seria, cambiío de repente en una alegre, casi jovial.

- JAJAJAJAJA - rei con energía mientras le daba una palmada en la espalda a Byakuro, - bien, bien, me gustas Byakuro, ya pensaba que ibas a ser el típico intructor serío y callado. Byakuro esta bién y me parecen correctas tus normas y peticiones, por cierto gracias por la comida- dije mientras me sentaba y me ponia a comer. Cuando terminé de comer seguí hablando - me honra que quieras enseñarme lo que aprendiste de tu tio, me aplicare al maximo- le dije con un tono algo mas serio.

No me extraño para nada que creara aquella silla de la nada, ya había tratado con bastantes usuarios, asi que Byakuro era otro mas con otra habilidad. Me levante de la silla y empece a calentar un poco, haciendo un par de carreras y estiramientos. Me di cuenta que en el claro había una gran piedra, del tamaño de una vaca - bueno esto esta estorbando aqui - la agarre con fuerza y la lance a unos 10 metros de distancia.

Deje mis pertenencias a un lado del claro y me dirigí al centro domde Byakuro se encontraba - ya podemos empezar- le dije con una mueca amistosa.

Byakuro observó al chico lanzar una roca por el aire. Algo que él, sin su fruta, no sería capaz de lograr. Sin duda, una demostración de fuerza impresionante. Cuando el chico se acercó a él, el cazador sonrió. Llevaba su bastón tridente en la mano izquierda. Su ojo derecho brillaba con un color rojo intenso. Eso indicaba que su fruta estaba activa. En aquel modo, sus capacidades físicas eran verdaderamente sobrehumanas.

- Bien, lo primero que debes saber es que tu cuerpo es un arma. Pero siempre es más útil potenciar ese arma con algunos accesorios -señaló su bastón-. Sin embargo, entiende que cualquier arma tiene un punto débil, por muy fuerte que sea. El Ryu Yoshiki se basa en explotar esos puntos débiles. -dicho esto, en apenas una décima de segundo, estaba golpeando con la base del bastón en la garganta su alumno. Era un ataque rápido, aunque débil. La idea era golpearlo con una fuerza mínima para que entendiera que un golpe algo más fuerte lo habría dejado noqueado o incluso muerto en el sitio.

Golpe en la garganta [AM]

Tras ese movimiento, su bastón volvió a la posición original. Apenas había transcurrido un segundo en toda la maniobra. Byakuro sonrió:

- Sin embargo, también te enseñaré a protegerte de estos ataques... llegado el momento podrás decidir si prefieres un estilo más directo o más pasivo -observó al chico, y acarició a Klaus-. ¿Tienes alguna pregunta, Guldrik-kun?

Byakuro empezó a explicarme que el cuerpo era un arma, pero que también se podía apoyar en armas literalmente dichas. Mientras decía esto me puse mis guantes americanos en las dos mano y me prepare para empezar la instrucción. Byakuro saco un baston con punta de tridente y comentando que aunque el arma fuera un buen apoyo también tenia sus puntos debiles. Me explico algo de la técnica Ryu Yhosiki, que consistia en eliminar esos puntos debiles.

Tras decir la última frase ví como si levantara el bastón, pero fue tan rapido que me parecio haberlo imaginado. En ese momento comence a ahogarme y a notar un dolor en la garganta, por lo que empecé a toser y a intentar recuperar el aliento. -Vaya ya hemos empezado- dije con la voz un poco apagada, recuperandome de aquel golpe tan rapido.

Byakuro sonrío y acaricío a Klaus su mascota, me explico que me enseñaría a protegerme de ataques como ese, algo que agradecería muchisimo. - Bien Byakuro ya estoy listo de nuevo - , dije con dificultad, pero ya con el aliento recobrado. Me pusé en posición defensiva observando con detalle cada apice de movimiento de su cuerpo.

El cazador asintió lentamente. Al menos aquel chico se recuperaba rápido. Parecía preparado. Byakuro tensó los músculos, poniéndose en posición de ataque. Sin embargo, no se movió.

- ¿Conoces el haki? ¿Sabes lo que és? -le preguntó a su compañero, volviendo a colocarse en una posición relajada-. Se trata de una energía que nos recorre a todos y... mira, esto es un rollo... -suspiró-. Mejor te lo enseño. Pégame. -el chico pelimorado se inclinó hacia delante, con las manos en la espalda, y cerró los ojos.

Klaus se movió hacia la espalda del cazador y descendió lentamente por la pierna hasta el suelo. Byakuro sonrió al notarlo. Era divertido eso de enseñar. Tal vez, hasta se le diera bien y todo.

- Estoy esperando... -la sonrisa del chico se ensanchó.

Haki, aquella palabra la escuche por primera vez de mi maestro Fan Dan. Me comento que era el arma mas poderosa que podía tener cualquier persona y que provenía del interior de cada uno. Mi maestro no pudo enseñarmela ya que desconocía como se aprrendía, conocía a algunas personas que le habían dicho que había que "despertarlo" antes de poder usarlo. Estaba un poco emocionado, aunque no quería que se me notara, iba a conocer lo que mi maestro deseaba que aprendiera.

Byakuro me dijo que me iba a mostrar lo que significaba aquel tipo de haki, sabía que no había solo uno, pero no sabía cual era la función de cada uno. Me comento que le golpeara, mientras su camaleon caminaba hacia su espalda. No iba a titubear con el ataque, ya que esto era un entrenamiento y atacar y defenderse eran parte del mismo.

Ví como cerraba los ojos, quería ver que tipo de haki y en que consistia el mismo. Di un pequeño salto hacía atras para crear una pequeña distancia entre nosotros y ví que Byakuro estaba esperando soriente mi ataque. Salta un par de metros en el aire dando volteretas en vertical sobre mi mismo, para impactar con el pie con un impracto de 2 toneladas. Si no impactaba dejaria un pequeño crater con el golpe.

Espiral Areea Hercules [AI]

Lo vio venir. Patada desde arriba, con una fuerza considerable. Sencilla de esquivar, pese a todas las florituras previas. Esperó completamente quieto a que el ataque llegase, y en el último momento, cuando su contrincante efectuaba la última voltereta, el cazador dio un paso atrás, sin ni siquiera abrir los ojos.

- No está mal -dijo, saltando hacia atrás y agarrando su bastón en posición de guardia-. Tal vez con una combo de golpes logres algo -abrió los ojos. Su iris izquierdo permanecía en su color violeta normal, pero el derecho brillaba con una luz roja. Era una imagen siniestra, y la sonrisa infantil de Byakuro solo enturbiaba más la escena-. Trata de golpearme en la cara, con un golpe me llega. Puedes tratar de engañarme con fintas si quieres.

Creó un par de enredaderas alrededor de sus piernas, para anclarse al suelo, y se preparó para el ataque.

El muchacho esquivo el ataque sin ninguna dificultad, segun lo que me comento mi maestro, esto podria ser el haki para evadir los ataques, aun que no sabía su nombre en concreto. QUería ver que tipo de haki tenía Byakuro antes de empezar a pelear algo mas serio.

Me prepare para lanzarme al ataque, pero en ese momento una enredaderas atraparon mis pies y Byakuro se puso en posición para atacarme. - Bueno ya va siendo hora - pensé.  Empecé a transformarme a mi forma hibrida, comenzando con crecer hasta los 2,5 m de altura, me salieron dos cuernos, uno termineando en punta en la cabeza y otro terminado en Y en el pecho. Mi cuerpo se cubrio de un exoesqueleto mas fuerte y en la parte de la espalda un caparazon mas duro que albergaba las alas. Me salieron dos brazos mas del torso y se crearon una especie de escudos en los antebrazos.

El cambio aumentaba mis atributos físicos, por lo que ahora era mas rapido, fuerte y mas resistente. Las enredaderas las rompi con un simple movimiento de pierna, ya que ahora podria levantar hasta 10 toneladas de peso.

Tras la tranformación y tras haberme zafado de las enredaderas empecé el ataque. Me lance a toda velocidad hacia el volando, golpeando con mi brazo superior derecho y mientras de defendia de este puñetazo golpearia con el inferior derecho, casi  seguido. Para a coninuación siguiendo la inercia del golpe diera una patada con el talon de la pierna izquierda aprovechando la vuelta. Esta vez como mucha mas fuerza y velocidad.

Puñetazo de distracción + puñetazo real + patada de talon [AID]

Byakuro sonrió al ver cómo el chico frente a él tomaba un aspecto bestial. Así que era el usuario de una zoan. Aquello haría más interesante el asunto. El ataque era algo menos espectacular que el anterior, pero no dejaba de ser sencillo. Byakuro supo lo que iba a tratar de hacer el cazador antes de que lo realizara. Tres golpes, uno como mera distracción, y los dos siguientes con la intención de golpearle. Haciendo caso omiso del primero, saltó hacia el aire para evitar el puñetazo que venía desde abajo y la posterior patada. Se quedó en pie sobre los hombros del chico.

- Tu fuerza es impresionante, sin duda. Si alguno de esos golpes me hubiera golpeado, posiblemente me hubieras dejado hecho consomé -rió-. Bien... por hoy es suficiente. Creo que ahora que he visto lo que sabes puedo planear como enseñarte lo que sé.

Dicho esto, saltó de los hombros del chico y rebuscó en su bolsa de cosas, hasta encontrar lo que buscaba. Con una sonrisa, le tendió a Guldrik una vibre card, y le dijo:

- Esto es una vibre card, y está ligada a mi. Te indicará en qué dirección encontrarme. Mañana búscame. Piensa en lo que crees que puedes aprender, y mañana me lo dices... -sonrió con afabilidad-. Yo me voy a dar una vuelta. -dicho esto, el pelimorado extendió un par de alas en su espalda, agarró a Klaus del suelo y salió volando hacia el cielo.

Byakuro ya se había marchado y yo, me encontraba ensimismado en mis pensamientos de lo que había ocurrido en el día. Estaba tumbado sobre una roca, muy cerca del claro donde había entrenado, acababa de comer algo que encontre en los alrededores y casí me disponía a dormir. Nunca hubiera imaginado que fuera a aprender una de las técnicas que mi maestro anelaba que supiera. Mire al cielo y hice una oración por él, nunca rezaba a nadie salvo a mí maestro, quien le dio la oportunidad de vivir y de enfrentarse a este mundo caotico. Observaba las estrellas que estaban apareciendo poco, mientras el sol del atarceder apagaba sus últmas luces. Aunque el sol se hubiera ido ya, la luna iluminaba con gran fuerza esa noche, casi se podia ver todo lo de alrededor.

Me incorporé un momento y cogí aquel extraño papel que me había dado Byakuro, nunca había tenido algo asi en mis manos o si lo había tenido no sabia que era eso. Lo colocaba en la palma de la mano y se movía, segun Byakuro, en su dirección , por lo que siempre podría localizarlo. - Que cosa mas interesantes hay por el mundo, siempre se aprende algo nuevo todos los dias - tras pensar esto, guarde el trozo de papel y me quedé dormido en aquella roca a la interperie.

Los primeros rayos de sol empezarón a salir, pero yo ya estaba levantado, siempre me gustaba levantarme antes de que saliera el sol. Recogi algunas frutas y cacé algunos animales para el camino, no quería que me pasase como ayer que me sonaba la barriga, hoy el desayuno lo pondría yo. Me puse la vivre card en la mano y empecé a seguir en la dirección en la que marcaba , poco a poco empecé a aumentar la velocidad corriendo - una carrera de mañana me vendra bien para abrir el apetito - tras esto simplemente seguí la vivre, aunque no sabía donde me llevaría.

Byakuro había elegido una zona rocosa para el entrenamiento de los siguientes días. Pensaba enseñar al hombre escarabajo el haki de visión, combinado con las técnicas del Ryu Yoshiki, para convertirlo en un combatiente con técnicas algo más elaboradas. Por lo que había comprobado, sus ataques se basaban en fuerza bruta mayormente, por lo que eran directos. Eso le vendría bien, sin embargo, debía aprender a realizar ataques rápidos y precisos. El cazador había cogido un libro sobre insectos en una de las bibliotecas del pueblo, y se había sorprendido al ver lo extremadamente fuertes que eran los escarabajos. Creyó saber identificar la fruta de su compañero. Si con una fuerza tan aberrante lograba realizar un ataque del Ryu Yoshiki, los efectos serían devastadores.

- Mmmm... sin embargo, para un principiante como él, las katas del estilo pueden ser complejas... y dejarle en mala situación. -suspiró mientras cerraba el libro y lo apoyaba en una roca.

Mientras esperaba a su pupilo, agarró su bastón tridente y se puso a realizar varios movimientos rápidos de su estilo de combate. Sentía como el bastón fluía entre sus manos, como una corriente de agua entre las rocas de una montaña. Soltó un grito y clavó el tridente en una de las rocas, que estalló en pedazos. Pese a que no podía competir en fuerza con su alumno, un golpe bien dado podía acabar con él. Y el haki de visión se encargaría de evitar eso.

La vivre card me indicaba el camino que tenía que seguir, llevaba ya un rato corriendo y empezaba acercarme a una zona bastante rocosa. - Que buena carrera de mañana- me dije mientras a lo lejos observe que se encontraba Byakuro, estaba haciendo movimientos con su tridente. Iba a saludarlo energicamente desde la distancia, cuando ví que clavaba con gran fuerza el tridente en una piedra y de repente exploto. - Hoy será mas duro que ayer, tendre que esforzarme al máximo - pensaba ensimismado, tano que casí tropiezo con un pedrusco del camino. Tenía ganas de empezar a aprender esa nueva técnica y me daba igual lo dura que fuera la prueba, sin sufrimiento no hay aprendizaje, al menos eso me enseño mi sensei.

- Vaya golpe le has dado a la piedra - dije sorprendido.

Ya había llegado al lugar donde se encontraba Byakuro, deje mis cosas como el dia anterior y me puse los guantes americanos. Esta vez intentaría elaborar algun ataque mas complicado, pero con mi fuerza nunca había tenido que preocuparme en estrategias, pero con Byakuro la cosa era distinta, tendría que mepzar a usar la cabeza para poder hacer algo en este tipo de combates. Calente un poco el cuerpo , haciendo algunos movimientos de brazos y estiramientos.

- Bien, ¿cuando empezamos? - le comenté.

- Ya mismo -respondió Byakuro con una ancha sonrisa. Dejó el bastón en el suelo y se agachó a recoger algunas de las piedras que habían quedado desperdigadas tras la explosión de la roca. Las lanzó al aire, y quedaron flotando a unos pocos centímetros sobre su cabeza. Él mismo se sintió ligero. Había creado una zona de gravedad cero a su alrededor. Luego, le dio un pequeño pañuelo a su compañero-. Bien, vas a taparte los ojos, y yo iré lanzando estas pequeñas piedras una tras otra. Imagina que cada una de estas piedras es un ataque enemigo. Si te golpean, morirás. Si te mueves antes de tiempo, también morirás -sonrió-. Tranquilo, sé que suena desafiante... pero en realidad es sencillo.

Dicho esto, esperó a que el escarabajo se vendara los ojos. Las rocas fueron avanzando lentamente hacia él, tratando de darle en brazos y piernas. Tan solo golpearían en cuatro zonas concretas del cuerpo del escarabajo, pero en intervalos irregulares, para evitar que Guldrik los memorizase. Cada vez que una de las rocas golpeara, soltaría una pequeña descarga eléctrica, apenas un leve calambre, para que el chico notase que le habían dado.

- Bien, probemos algo sencillo... -murmuró Byakuro mientras dirigía las piedras hacia su alumno-. A partir de ahora, estaré en silencio. Tú solo trata de esquivar las rocas. Tienes que adivinar donde están.

Lluvia lenta: Aguanieve pétrea [AD]

La idea de Byakuro era mantenerse así durante todo el día. En principio no contaba con obtener grandes resultados, pero aquello era un primer paso para aprender el haki. Él había hecho algo parecido con los mosquitos en su momento, y le había funcionado.

Ya empezaba el entrenamiento y me puse en posición defensiva para intentar defenderme de sus ataques. Pero en vez de atacarme con el baston, unas piedras que estaban en el suelo, empezaron a levitar a su alrededor. Mientras las piedras estaban en el aire me entrego un pañuelo y me explico que tenía que intentar evitar las piedras con los ojos vendandos. Era algo bastante complicado lo que me pedía, ya que no sabía a que velocidad me golpearian ni cuando las lanzaría.

- Bueno vamos a ello - le dije con determinación.

Me vende los ojos y me concentre con todos los sentidos, tenía que intentar aunque sea para alguna piedra. Mientras estaba concentrado, escuchaba a Byakuro murmurar algo, que no escuche claramente, ya que tenía mi mente puesta en aquellas piedras.

De repente se hizo el silencio, no escuchaba nada salvo el sonido de ambiente de alrededor, hojas mecerse por el viento, un par de chicharras al mas lejos y unos poñuelos en una rama cercana. Pero no sentia ni escuchaba aquellas piedras, me intente concentrar mas, pero la sensación de que las piedras me iban a golpear, me bloqueaban mentalmente.

De repente note un golpe y un calambre en el brazo derecho - joder, eso duele - dije algo molesto conmigo mismo por no poder sentirla. Empezarón a golpearme mas y mas de esas piedras y no podía hacer nada mas que recibir los golpes. O me movía demasiado pronto o demasiado tarde, la cuestión es que mi cuerpo estaba siendo golpeado por todos lados sin remedio. Ya casi iba a hincar la rodilla en el suelo despues de unas horas con esos golpes en mi cuerpo, cuando de repente una imagen vino a mi cabeza. No sabía lo que era, no sabía lo que significaba, pero me decia que algo me iba a golpear y cuando. En ese momento moví mi cuerpo con respecto a lo que había sentido, no sabía si había esquivado algo, ya que justo despues seguí notando los golpes de las piedras contra mi cuerpo. Ya exhausto y de rodillas le pedi a Byakuro una pausa para descansar y comer algo. Quería saber si había ocurrido lo que había sentido.

- Oye Byakuro, he notado algo raro hace un rato, pero no sabría explicar que es- le dije algo pensativo y proseguí- no se si he podido esquivar alguna, espero no hacerte perder el tiempo - dijo con tono de excusa. - En cuanto recupere el aliento un momento seguimos - le dije con una mueca amable.

En efecto, en todo el día, el chico había logrado esquivar una de las piedras. Sin duda, podía haber sido un golpe de suerte, pero el hecho estaba ahí. Asintió en silencio. Sabía que aprender haki llevaba tiempo y esfuerzo, pero aquello había sido prometedor.

- Está bien... no hace falta que sigamos por hoy -el cazador señaló el cielo, anaranjado ya por el sol poniéndose. Sonrió a su compañero y dejó caer las piedras al suelo-. Mañana seguiremos el entrenamiento.

Durante los siguientes días, Byakuro estuvo realizando el mismo ejercicio con su alumno, lanzándole piedras. El avance era lento y tortuoso. Unos cuantos días más tarde, fueron a un río cercano, y Byakuro dijo:

- Bien, desnúdate y entra en el río. Quiero que te sientes en la orilla, con el agua por el pecho. -le señaló una zona donde el agua se detenía en un remanso-. Yo te lanzaré piedrecitas pequeñas -agarró un puñado de gravilla y cogió uno de los granos que la componían- pero no siempre te apuntaré a ti. Tienes que tratar de pararlas.

El entrenamiento era más duro que el anterior, porque pese a que no empleaba descargas, el cuerpo del escarabajo estaría debilitado por el agua. Por otro lado, la precisión que requería aquel entrenamiento era muy útil para el posterior dominio del Ryu Yoshiki. Byakuro esperó a que el cazador se metiera en el agua, por si acaso tenía alguna pregunta que hacerle antes.

Byakuro me dijo que en el día de hoy, ya no ibamos a entrenar mas. En ese momento me tire al suelo tumbado boca arriba, miraba como el día se hacía noche, dandole vueltas en la cabeza a aquella extraña sensación.

En los días venideros sentí en algun ocasión mas es sensación, no podía controlar cuando ocurría, pero ahora las notaba con mas frecuencía. Cuando ya habían pasado algunos días y teniendo el cuerpo ya algo dolorido por las descargas, Byakuro decidio cambiar de entrenamiento. Andamos durante un rato, hasta que llegamos a la ladera de un rio, en el que me requirio que me desnudara y me metiera en el. Sabía que el agua era el enemigo natural de los usuarios, pero lo que dice el instructor es lo que hay que hacer. Me quite toda la ropa, excepto una tela que llevaba en mis zonas bajas y la tela que tapaba la mitad de la cara, esa no me gustaba quitarmela.

Mientras me introducía en el río, Byakuro me empezo a explicar en que consistiría el entrenamiento, que era parar las piedras que el me lanzara. Mi cuerpo, se empezó a sentir bastante cansado a causa de tener parte de él metido en el agua, pero podía soportarlo. Me sente como me había dicho y esperé a que me lanzara las piedras.

Me concentré de nuevo intentando conseguir que aquella sensación se repitiera a voluntad. Comenzó a lanzarme aquellos piedrecitas, pero iban muy rapido y casi no me daba tiempo a seguirlas y mucho menos pararlas. Aparte mi cuerpo no reaccionaba como a mi me gustaría, por lo que se intensificaba el esfuerzo que tenía que hacer para conseguirlo. Y ahí estaba otra vez, comenzarón a aparecer esta vez, diferentes imagenes no solo una, como si esta vez pudiera notar varias piedras a la vez. Comence a moverme como lo había sentido, pero, en la condiciones en la que estaba se me estaban escapando todas, rozando algunas. La sensación era un poco mas frecuente y mas intensa, como sí de un momento a otro se quedara fija una luz que estaba parpadeando. Notaba como mi cuerpo se comenzaba a mover con un movimiento algo mas suave y concreto, como con mas precisión. Sentía las piedrecitas como si fueran mas lentas o que las pudiera sentir con mas antelación que antes.

La luz del día estaba decayendo y todavía no había podido atrapar ninguna de esas pequeñas piedras. Estaba bastante enojado, tenía que atraparlas, notaba la sensación creciendo dentro de mí y sin darme cuenta, como si de algo insconsciente se tratara me paré. Me miré las manos algo agarrotadas por el frío y el cansancío y ví que tenia varias de las piedrecitas que me había lanzado Byakuro en la mano. No sabía bien como había podido coger tantas, ya que no lo recoraba bién, pero sentí una sensación que me reconforto mucho por dentro. Aunque todavía no dominaba lo que me estaba enseñando, notaba que hacía progresos, algo que me agradaba mucho.

- Sigamos, no quiero parar hasta que coja la mayoría - le dije a Byakuro, sabiendo que mi cuerpo estaba al borde de la extenuación, pero quería aprender aquel increible poder lo antes posible.

Byakuro observó al hombre, en el agua. Tenía los labios morados por el frío, y temblaba un poco.

- Si sigues ahí, tal vez te resfríes. Por ahora estás entendiendo bien el haki de visión. Pero si no sales del agua y te calientas un poco, posiblemente pilles una pulmonía -miró a Klaus, el animal llevaba un rato observando un grupo de mariposas revolotear por el aire-. Podemos seguir, pero no me apetece. -dijo el cazador mientras se tumbaba en la hierba, observando el tono naranja del cielo.

Por ahora había logrado que su compañero atrapara unas pocas piedras. No estaba mal para llevar apenas unas semanas. Sin embargo, sus reacciones aún eran demasiado primarias. Tenía que encargarse de que aquel chico atrapara todas las piedras. Por eso lo había llevado allí. Tenía un plan para el día siguiente. Con una de sus ilusiones, creó un par de perritos calientes con ketchup y mostaza, y en un par de mordiscos apresurados, devoró uno. Le ofreció el otro a Guldrik.

- Están bastante ricos... ¿quieres uno?

Tras eso, con otra de sus ilusiones creó una pequeña hoguera en el suelo, que ardería toda la noche. También hizo un par de sacos de dormir. La verdad es que eran bastante cómodos.

- Bien... sé que estás impaciente por aprender, pero las prisas no son buenas compañeras -dijo mientras se metía en uno de los sacos-. De todos modos, si quieres seguir practicando por tu cuenta, te aconsejo que te sientes bajo ese árbol de ahí al lado -señaló un árbol a una veintena de pasos de donde estaban-. Y trata de predecir la caída de sus hojas. -dicho esto, el cazador se giró y empezó a dormir.

Las palabras de Byakuro me hicierón entender que el entrenamiento que él me proporcionaba, lo tendría que mejorar por mi cuenta. Salí del agua con bastante frio y me seque antes de que pudiera pillar una pulmonía. Ya vestido, Byakuro me ofrecio algo de comer que había creado y acepte sin pensarmelo. - Pues si, si que estan buenos estos perritos - dije con la boca medio llena.

Tras la comida, creó una hoguera y unos sacos de dormir, luego me comentó que las prisas no eran buenas compañeras del entrenamiento. Pero que si quería seguir entrenando, podía hacerlo bajo aquel arbol, prediciendo la caida de las hojas.

No me sentía que fuera demasiado rapido, aunque si es verdad que tenía demasidas ganas de aprender aquello. - Ire a meditar un poco al arbol si no te importa - le dije a Byaturo. Tras decirle y caminando hacía el arbol, comencé a despejar la cabeza, ya que estaba dejando descansar al cuerpo, pero no a la mente.

Me senté bajo el arbol, quitando antes las hojas que había alrededor y dejandolas apartadas de la zona en la que iba a colocarme. Byakuro ya estaba con los ojos cerrados, cerca de la hoguera y dentro del saco, pensaba que cuando me fuera, no tendría manera de pagarle tal ayuda. Despejé todos los pensamientos de mi cabeza y me concentré, quería que mi mente fluyera con mi entorno que fuera solo uno con él. La noche era bastante agradable, ya que no había ningun apice viento y hacía un frio que se podía sobrellevar. Cerré los ojos para que nada visual me distrajera de aquella meditación, dejando los demas sentidos a merced de la noche. Escuchaba el crujir de los troncos de la hoguera y el de una hoja que cayo a mi lado. Sentía el rocio de la noche posandose en mi piel y las patas de un insecto sobre mi brazo izquierdo. Estaba en calma, tan en calma que me dormí con las piernas cruzadas y las manos apoyadas en las piernas, con las palmas hacía arriba.

- Atchis - Me desperté con un estornudo, - tenía que haberme puesto el saco - pensaba medio dormido. Observe que ya mismo saldría el sol y que ya era hora de levantarme, pero note algo raro en mis manos y al mirara me quede entre sorprendio y extrañado. Eran un monton de hojas apiladas perfectamente en mis manos y ví que solo había una hoja en mi zona, la que había escuchado. - ¿Seré sonambulo?, bah, deje caer las hojas, hoy me espearaba otro duro día de entrenamiento.

Byakuro bostezó. Tenía mucho sueño, y no es que le apeteciese extremadamente entrenar a Guldrik. Así que decidió dejar un poco de lado el haki y entrenar un poco de Ryu Yoshiki. Durante toda la mañana, estuvo practicando las katas básicas del estilo sin armas con el escarabajo. Se centró especialmente en que el chico entendiera que la fuerza no lo era todo. Por muy fuerte que fuera, si no lograba golpear en el punto exacto, de poco le serviría. Estuvo un rato explicándole los diferentes puntos vitales a los que debía apuntar: sien, nuca, garganta, axilas, plexo solar, entrepierna, ingles, rodillas y tobillos. Si lograba luxar o dañar alguna de esas partes, su contrincante tendría muchas dificultades. Le dejó claro que el Ryu Yoshiki, pese a poder usarse de forma letal, era un estilo que trataba de minimizar el daño sobre el cuerpo tanto propio como del rival. Un rival incapaz de pelear, aun con un rendimiento y sin gasto energético, era un rival derrotado.

Durante el mediodía realizaron ejercicios de precisión, y por la tarde, Byakuro creó un par de bastones bo, y se los tendió a Guldrik. En su forma híbrida sería capaz de utilizarlos a la vez. Le explicó las katas básicas con armas, y le dejó practicas los movimientos durante la tarde, ayudándole si pedía ayuda o se confundía. Al caer la noche, el cazador estaba satisfecho. Se dio un baño rápido y relajante en las aguas heladas del río y se acostó temprano.

La rutina siguió durante bastantes días, y el cazador veía una mejoría en la fluidez de los movimientos. Esperaba que el escarabajo dejara de atacar con tanto ímpetu y calculase mejor sus movimientos después de aquello.

- Bien, hemos tenido poco tiempo, pero ahora conoces lo más básico del Ryu Yoshiki. Puedes considerarte del mismo nivel que un aprendiz. Enhorabuena. -le dijo a su alumno un día mientras se bañaban en el río, antes de acostarse-. Mañana reanudaremos el entrenamiento del haki. Espero que estés listo.

A la mañana siguiente Byakuro cambío el tipo de entrenamiento, suponía que también necesitaba eso para aprender el haki. Me enseño que la fuerza sin control ni precisión no valían para nada, por lo que durante un tiempo se dedico a entrenarme en su arte de pelea, el Ryu Yoshiki. Era un arte de lucha que consistía en aprovechar y exprimir los puntos vitales de mi adversario, para eliminarlo o para dejarlo incapacitado.

Me esforcé mucho en entender ese tipo de lucha, ya que no había tenido que golpear en un sitio en concreto para poder avatir a mi enemigo, pero saberlo podría darme cierta ventaja. Estuvimos entrenando su estilo de lucha durante algun tiempo, en ese lapso de tiempo aprendí mucho y gracias a mis conocimientos de medicina en un futuro me convertiría mi cuerpo en un arma letal. Byakuro me comentó que ya había aprendido lo básico sobre su arte y que al día siguiente cmenzariamos con el haki de nuevo.

Yo había estado algunos dias haciendo el entrenamiento del haki de las hojas, con algunos dia con mas exito que otros, pero ya estaba cogiendo el concepto, incluso en alguna ocasión crei controlarlo. Estaba preparado para la siguiente etapa.

La mañana estaba despejada. Byakuro se levantó de buen humor. Echó mano de su bastón y se acercó a Guldrik, con él en mano. Le dio una pequeña patadita para despertarlo y en cuanto el escarabajo abrió los ojos, Byakuro le dijo:

- Bien, vamos a probar una cosa. -dicho esto, empezó a caminar por el descampado hacia la orilla del río, a unos cincuenta metros. Una vez allí, arrancó unas briznas de hierba que adquirieron la dureza del acero. Eran como pequeñas navajas verdes en su mano. Observó como el cazador se levantaba, y en cuanto estuvo erguido, le lanzó una serie de briznas. Eran pequeñas, por lo que si le daban no le harían graves heridas, aunque sí le escocerían. Las hojas de hierba iban directas al pecho.

Briznas cortantes: Hoja afilada [AD]

Cuando terminó el ataque, dejó caer las demás briznas, y sonrió a su alumno:

- Hoy será un día duro. Tengo pensado un entrenamiento especial.

Ya estaba listo para empezar un nuevo día de entrenamiento, acababa de desayunar y me sentía lleno de energía. Hice un poco de calentamiento como todas la mañanas y nos desplazamos cerca del rio, allí estaba la ubicación del nuevo entrenamiento. El pelimorado(ya pensandolo con algo de confianza) arranco unas brizcas de hierba del suelo, - bueno al menos no me doleran - pensé, pero en ese momento, ví que las briznas se endurecierón, cosa que sabía que si me iba a doler, si no las esquivaba.

- Venga Guldrik, concentrate - me decía, mientras las briznas empezarón a lanzarse contra mí. Empecé a visualizar en mi mente aquellas briznas que iban hacía mi, pero no con suficiente antelación, por lo que impactaron varias en mi cuerpo y alguna las esquive, pero rozandome. Golpeé el suelo algo mosqueado - ya casi, casí lo siento, pero tengo que intentar que sea con mas antelación - decía en un susurro.

Otra cantidad de cantidad de briznas continuarón llegando - Venga, vamos, tu puedes Guldrik, vamoos - me decía concentrandome al máximo. Comence a visualizar las briznas con mucha mas claridad, como si ya supiera cuando iban a golpear y donde, antes de que empezaran a moverse. Casí como una danza insconciente, fui esquivando cada brizna que llegaba de la segunda oleada que me había lanzado. Todavía no sabía realmente como activar aquel poder por completo, pero aquello me parecío un gran avance.

Byakuro sonrío y me dijo que el entrenamiento sería ahora mas duro que antes y estaba preparado.