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![Una tarde de lluvia [Privado Lash & Kirisame] Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
Una gota caía al tiempo que de pronto miles de ellas le seguían en una danza descendente que colmaba los cristales de un valor antinatural.
El viento mecía una bandera del Gobierno Mundial, mientras la de la Marina ondeaba al son del mismo ritmo con una sintonía tan parecida como la de estas dos grandes corporaciones. ¿Qué era el bien y el mal?. A menudo tendía a hacerme esta pregunta.
¿Acaso el bien se medía por la fuerza o más bien con la relación de la Justicia con la situación?
El Bien, definitivamente no era algo que podías vender al pueblo como tal. No era algo absoluto ni lógico, pues no existía una formula que nos dictara como "Bien es igual a Mal menos Bondad siendo el resultado negativo, la cantidad de buena que es una persona" , sino más claramente como algo subjetivo.
En cambio la Justicia Absoluta si era un ideal que podías vender al pueblo, y con lo cual ciertamente provocar un sentimiento enardecedor en sus corazones.
A menudo mis ideas y mis pesquisas me llevaban al mismo fin. Conquista al pueblo, y conquistarás al resto.
De pronto, desdeñé mis pensamientos y me centré en lo que podía ver ante mis ojos, es decir, el desembarco de un barco negro con la efigie del Gobierno Mundial. No esperábamos tan pronto la visita de esos enigmáticos miembros pertenecientes a los cuerpos secretos del Cipher Pol, pero por contra eso significa que debíamos redoblar los esfuerzos, y yo en mi posición y por tanto, en defensa de la de mi familia, de forma lógica y totalmente necesaria, debería al menos superar esta inquina cercana al nerviosismo y actuar como un auténtico Vrask lo haría.
Me miré por lo tanto en el espejo que se encontraba en una de las paredes cercanas a la ventana que estaba mirando desde hacía un rato, y alejándome del marco de dicho cristal, me terminé de acercar al reflectante, y tras pasar durante unos segundos la mano por la textura de su encuadrante de madera, tallado en una forma ostentosa, opté por finalmente mirarme en este, mientras reafirmaba mis ropajes elegantes, y me aderezaba el bombín de una manera protocolaria.
Ahora era el momento de hacer mi trabajo, así que dejando la habitación de colores blanquecinos y con un cierto aire de misticismo en sus pinturas y en la ropa de cama, así como en el armario de fina caoba, cerré con cuidado la puerta que pronto dejé tras de mi, fabricada en un metal casi negruzco.
Caminaba por los pasillos poblados del cuartel del G-5 de manera vehemente, buscando el encuentro con los miembros del Gobierno Mundial, pero al mismo tiempo intentando que no se me notara. Era hora de un acto público, y aunque no era un miembro muy importante del cuartel, tenía que hacer acto de presencia por mi linaje. Un ejemplo de lo que ser miembro de la nobleza requería hacer a veces. Pero si eso servía para comenzar a limpiar el manchado espectro de mi familia gracias al engreído ser que era mi difunto hermano, sin duda me acercaba mucho a uno de mis objetivos más importantes.
Aunque claro está, jamás sería tan sencillo.
El viento mecía una bandera del Gobierno Mundial, mientras la de la Marina ondeaba al son del mismo ritmo con una sintonía tan parecida como la de estas dos grandes corporaciones. ¿Qué era el bien y el mal?. A menudo tendía a hacerme esta pregunta.
¿Acaso el bien se medía por la fuerza o más bien con la relación de la Justicia con la situación?
El Bien, definitivamente no era algo que podías vender al pueblo como tal. No era algo absoluto ni lógico, pues no existía una formula que nos dictara como "Bien es igual a Mal menos Bondad siendo el resultado negativo, la cantidad de buena que es una persona" , sino más claramente como algo subjetivo.
En cambio la Justicia Absoluta si era un ideal que podías vender al pueblo, y con lo cual ciertamente provocar un sentimiento enardecedor en sus corazones.
A menudo mis ideas y mis pesquisas me llevaban al mismo fin. Conquista al pueblo, y conquistarás al resto.
De pronto, desdeñé mis pensamientos y me centré en lo que podía ver ante mis ojos, es decir, el desembarco de un barco negro con la efigie del Gobierno Mundial. No esperábamos tan pronto la visita de esos enigmáticos miembros pertenecientes a los cuerpos secretos del Cipher Pol, pero por contra eso significa que debíamos redoblar los esfuerzos, y yo en mi posición y por tanto, en defensa de la de mi familia, de forma lógica y totalmente necesaria, debería al menos superar esta inquina cercana al nerviosismo y actuar como un auténtico Vrask lo haría.
Me miré por lo tanto en el espejo que se encontraba en una de las paredes cercanas a la ventana que estaba mirando desde hacía un rato, y alejándome del marco de dicho cristal, me terminé de acercar al reflectante, y tras pasar durante unos segundos la mano por la textura de su encuadrante de madera, tallado en una forma ostentosa, opté por finalmente mirarme en este, mientras reafirmaba mis ropajes elegantes, y me aderezaba el bombín de una manera protocolaria.
Ahora era el momento de hacer mi trabajo, así que dejando la habitación de colores blanquecinos y con un cierto aire de misticismo en sus pinturas y en la ropa de cama, así como en el armario de fina caoba, cerré con cuidado la puerta que pronto dejé tras de mi, fabricada en un metal casi negruzco.
Caminaba por los pasillos poblados del cuartel del G-5 de manera vehemente, buscando el encuentro con los miembros del Gobierno Mundial, pero al mismo tiempo intentando que no se me notara. Era hora de un acto público, y aunque no era un miembro muy importante del cuartel, tenía que hacer acto de presencia por mi linaje. Un ejemplo de lo que ser miembro de la nobleza requería hacer a veces. Pero si eso servía para comenzar a limpiar el manchado espectro de mi familia gracias al engreído ser que era mi difunto hermano, sin duda me acercaba mucho a uno de mis objetivos más importantes.
Aunque claro está, jamás sería tan sencillo.
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La marea golpeaba el navío como si de un juguete de papel se tratase, los fuertes vientos del norte habían azotado las grandes e inmensas velas de aquella exquisita estructura de madera, tela, cuerdas y metal. Entre la oscuridad de la noche y del mar una pequeña luz comenzó a asomar en el horizonte, desde el este asomaba el astro rey dando comienzo su reinado en un mar sombrío, los rayos solares difuminaron la negrura nocturna dando inicio al alba y al día. En la popa una gran cantidad de marineros se esforzaban por mantener el rumbo fijo, el gobierno mundial y la marina se encontrarían en el nuevo mundo, un lugar lleno de peligros y enigmas aun por descubrir,una base situada en la vanguardia del combate contra la injusticia y la tirana de los hombres... el G-5.
-Hmm, Verdaderamente este lugar parece un infierno...-
Musito Kirisame mientras sus manos se apoyaban en unos de los muchos guardabrazos del barco, frente a el la Fortaleza del G-5 se mantenía imponente y aterradora, un autentico bastión edificado en los confines del mundo conocido. Sus ojos recorrían el puerto y las inmensas construcciones del gobierno con curiosidad e impaciencia, las ordenes recibidas eran simples y su ejecución se le había asignado a los nuevos miembros de la cipher pol, los extraños mercenarios al servicio del gobierno mundial debían medirse y dar la talla en el nuevo mundo y sobre todo ante los peligros que les aguardan.
Con un seco y sonoro golpe el barco se detuvo en el muelle, el recubrimiento del barco choco levemente debido a las olas contra la estructura del muelle generando una turbulencia en el navío, con gracia y elegancia una figura trajeada emergió de la proa y se situó en el puente levadizo recién desvelado que conectaba la nave con la tierra. Un hombre con un traje blanco y rostro afable camino sin prisas por la pasarela de madera hasta pisar el suelo del puerto, su mirada era fría e inexpresiva, sus atuendos eran de los mas exquisitos y refinados.
-Hmm, Verdaderamente este lugar parece un infierno...-
Musito Kirisame mientras sus manos se apoyaban en unos de los muchos guardabrazos del barco, frente a el la Fortaleza del G-5 se mantenía imponente y aterradora, un autentico bastión edificado en los confines del mundo conocido. Sus ojos recorrían el puerto y las inmensas construcciones del gobierno con curiosidad e impaciencia, las ordenes recibidas eran simples y su ejecución se le había asignado a los nuevos miembros de la cipher pol, los extraños mercenarios al servicio del gobierno mundial debían medirse y dar la talla en el nuevo mundo y sobre todo ante los peligros que les aguardan.
Con un seco y sonoro golpe el barco se detuvo en el muelle, el recubrimiento del barco choco levemente debido a las olas contra la estructura del muelle generando una turbulencia en el navío, con gracia y elegancia una figura trajeada emergió de la proa y se situó en el puente levadizo recién desvelado que conectaba la nave con la tierra. Un hombre con un traje blanco y rostro afable camino sin prisas por la pasarela de madera hasta pisar el suelo del puerto, su mirada era fría e inexpresiva, sus atuendos eran de los mas exquisitos y refinados.
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Resultó que efectivamente, los miembros de tan sombrío equipo no habían procrastinado la visita, y con cierta presteza se encontraban ya en las dependencias. Una falla nefasta por parte de los recios y duros miembros del G-5 que no les parecían haber dedicado ni unos momentos a un tratamiento mínimamente corporativo.
Lleno de confianza, con una elegancia propia de miembros de la nobleza, en la cual cada gesto parecía medido y cuidado, me acerqué ante uno de sus miembros, en un gesto pacífico y poniéndome los guantes en el trayecto de una manera más o menos rápida. Estos eran de seda, y eran de una tonalidad oscura, similar al bombín o a mis zuecos, lo que terminaba de decorar el equilibrio de color en mi estructura.
Entonces me paré a cierta distancia prudencia del hombre mas próximo a mi, uno con el cabello oscuro y tez casi tan pálida como la mía, y echando mano del bombín, lo quité para ponérmelo en el pecho con la mano izquierda en modo de saludo al tiempo que tras ello, volvía a colocarlo en su posición y le tendía la mano derecha.
-"Un placer que los ilustres miembros del Gobierno Mundial dejen verse por aquí. Soy Lash y a falta de nadie más con modales por estos lados, puedo mostrarles todo", musité en un cuidado tono con paciencia, calma y una cara que solo mostraba disciplina y protocolo.
Sin duda, no supe bien interpretar su mirada, pues quizá no estaban acostumbrados a esta muestra de gestos y acciones, y menos dentro de un grupo tan misceláneo como podía ser la Marina, pero lo cierto es que alguien tenía que hacer mi trabajo, y aunque no era de mis acciones favoritas, lo cierto es que toda muestra de armonía y templanza era correcta, y muchísimo más con los curiosos y extraños miembros de la división de "Trabajos Sucios" del Gobierno Mundial. No aprobaba mucho sus métodos, quizá porque mi hermano Räadi había formado parte de ellos antes de corromperse, pero lo cierto es que eran más que efectivos.
Lleno de confianza, con una elegancia propia de miembros de la nobleza, en la cual cada gesto parecía medido y cuidado, me acerqué ante uno de sus miembros, en un gesto pacífico y poniéndome los guantes en el trayecto de una manera más o menos rápida. Estos eran de seda, y eran de una tonalidad oscura, similar al bombín o a mis zuecos, lo que terminaba de decorar el equilibrio de color en mi estructura.
Entonces me paré a cierta distancia prudencia del hombre mas próximo a mi, uno con el cabello oscuro y tez casi tan pálida como la mía, y echando mano del bombín, lo quité para ponérmelo en el pecho con la mano izquierda en modo de saludo al tiempo que tras ello, volvía a colocarlo en su posición y le tendía la mano derecha.
-"Un placer que los ilustres miembros del Gobierno Mundial dejen verse por aquí. Soy Lash y a falta de nadie más con modales por estos lados, puedo mostrarles todo", musité en un cuidado tono con paciencia, calma y una cara que solo mostraba disciplina y protocolo.
Sin duda, no supe bien interpretar su mirada, pues quizá no estaban acostumbrados a esta muestra de gestos y acciones, y menos dentro de un grupo tan misceláneo como podía ser la Marina, pero lo cierto es que alguien tenía que hacer mi trabajo, y aunque no era de mis acciones favoritas, lo cierto es que toda muestra de armonía y templanza era correcta, y muchísimo más con los curiosos y extraños miembros de la división de "Trabajos Sucios" del Gobierno Mundial. No aprobaba mucho sus métodos, quizá porque mi hermano Räadi había formado parte de ellos antes de corromperse, pero lo cierto es que eran más que efectivos.
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Una vez pisado puerto una extraña sensación embargo a Kirisame, un aura de confianza y seguridad se comenzó a apoderar de el, tal vez la sumisa y tranquila atmósfera comenzaba a cambiarle adquiriendo la mentalidad de los marines en la base. A diferencia de lo que en un primer lugar el tenia en mente aquel destino parecía pacifico a primera vista, un lugar donde el orden y la calma reinaban por encima de las cosas. Esbozando una ligera sonrisa comenzó a sacudir de polvo su blanquecino traje y a colocarse correctamente su corbata "No es un buen lugar para pasar desapercibido.
Tranquilamente visualizo su alrededor mientras el navío se amarraba y se colocaba en mejor posición, lineas de marines llegaban y se ponían manos a la obra con el posicionamiento y el desembarco, comenzaron a desfilar como hormigas llevando cajas desde el barco hacia el puerto. En ese momento las orejas de Kirisame resonaron, una voz paciente y calmada se dirijo hacia el de una forma clara y concisa.
-"Un placer que los ilustres miembros del Gobierno Mundial dejen verse por aquí. Soy Lash y a falta de nadie más con modales por estos lados, puedo mostrarles todo",
Girándose hasta estar a la altura del emisor Kirisame hizo un gesto facial de sorpresa, no esperaba ser recibido por alguien de tan exquisita presencia, su imagen eres la de un hombre alto, algo escuálido con una fantástica etiqueta en lo que a moda se refiere, su cabellera estaba perfectamente recogida y por su imagen se podría deducir que era de alta cuna. Entrecerrando sus ojos un poco Kirisame lanzo una leve sonrisa, acto seguido se inclino realizando una reverencia perfecta que emulaba a las vistas comunmente en la corte, con una voz suave y firme sus palabras escaparon de sus labios y se abalanzaron al libre aire que les rodeaba.
El placer es mio, si le soy sincero esperaba al común marine fornido, con ropas anchas y mirada pendenciera. Soy Kirisame Fujiwara, agente de la Cipher pol y asignado a esta base como enlace.-
Tras finalizar sus palabras Kirisame se ergio de nuevo mientras su rostro esbozaba aun una sonrisa mas de protocolo que de amistad, sus ojos recorrían a aquel hombre de arriba a abajo intento "diseccionarle" socialmente hablando.
Tranquilamente visualizo su alrededor mientras el navío se amarraba y se colocaba en mejor posición, lineas de marines llegaban y se ponían manos a la obra con el posicionamiento y el desembarco, comenzaron a desfilar como hormigas llevando cajas desde el barco hacia el puerto. En ese momento las orejas de Kirisame resonaron, una voz paciente y calmada se dirijo hacia el de una forma clara y concisa.
-"Un placer que los ilustres miembros del Gobierno Mundial dejen verse por aquí. Soy Lash y a falta de nadie más con modales por estos lados, puedo mostrarles todo",
Girándose hasta estar a la altura del emisor Kirisame hizo un gesto facial de sorpresa, no esperaba ser recibido por alguien de tan exquisita presencia, su imagen eres la de un hombre alto, algo escuálido con una fantástica etiqueta en lo que a moda se refiere, su cabellera estaba perfectamente recogida y por su imagen se podría deducir que era de alta cuna. Entrecerrando sus ojos un poco Kirisame lanzo una leve sonrisa, acto seguido se inclino realizando una reverencia perfecta que emulaba a las vistas comunmente en la corte, con una voz suave y firme sus palabras escaparon de sus labios y se abalanzaron al libre aire que les rodeaba.
El placer es mio, si le soy sincero esperaba al común marine fornido, con ropas anchas y mirada pendenciera. Soy Kirisame Fujiwara, agente de la Cipher pol y asignado a esta base como enlace.-
Tras finalizar sus palabras Kirisame se ergio de nuevo mientras su rostro esbozaba aun una sonrisa mas de protocolo que de amistad, sus ojos recorrían a aquel hombre de arriba a abajo intento "diseccionarle" socialmente hablando.
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El hombre parecía bastante correcto en su forma de proceder e incluso parecía haber un debate de tipo analítico entre nuestras miradas, pero no mostré descontento, sino más bien un gesto de aprobación, al tiempo que me giraba y procedía a mostrarle cada retazo de la base, como se presuponía que era mi deber.
Ante nosotros no tardó en abrirse el contingente de marines que, de forma desperdigada, andaban realizando sus quehaceres así como las labores de limpieza de la propia base en forma de los reclutas más novicios. Realmente es una tarea que me correspondería, pero naturalmente mi sangre real me relegaba a otro tipo de tareas mas dignas.
Estos ponían sus armas al frente en señal de saludo militar al tiempo que se erguían al tiempo que tanto mi acompañante, el miembro del Cipher Pol Kirisame Fujiwara, como yo caminábamos rumbo a la armería, uno de los primeros destinos a mostrarle.
-"Como ve, los reclutas aquí entrenados se encuentran en algo no tan cercano a esa idea de un Marine Fornido que reseñabais, mas sin embargo quizá pequen de no tener un comportamiento tan social como parecería, pues al fin y al cabo no dejan de ser hombres de mar" mostraba al tiempo que con la mano izquierda hacía un gesto de demostración en dirección a los hombres que poco a poco íbamos dejando atrás en nuestros andares.
-"Pero sobre todo, no se preocupe, pues ahora va a ver uno de los segmentos más importantes de nuestra humilde guarida. La armería, dónde se muestra lo más interesante de los objetos de índole bélica que guarecemos", dije en un tono algo ensombrecedor pero sin pecar por ello de malicia alguna. Supuse que el hombre entendería lo que quería decir con ello, pero aguardé sus palabras antes de continuar, al tiempo que poco a poco nos íbamos acercando.
Ante nosotros no tardó en abrirse el contingente de marines que, de forma desperdigada, andaban realizando sus quehaceres así como las labores de limpieza de la propia base en forma de los reclutas más novicios. Realmente es una tarea que me correspondería, pero naturalmente mi sangre real me relegaba a otro tipo de tareas mas dignas.
Estos ponían sus armas al frente en señal de saludo militar al tiempo que se erguían al tiempo que tanto mi acompañante, el miembro del Cipher Pol Kirisame Fujiwara, como yo caminábamos rumbo a la armería, uno de los primeros destinos a mostrarle.
-"Como ve, los reclutas aquí entrenados se encuentran en algo no tan cercano a esa idea de un Marine Fornido que reseñabais, mas sin embargo quizá pequen de no tener un comportamiento tan social como parecería, pues al fin y al cabo no dejan de ser hombres de mar" mostraba al tiempo que con la mano izquierda hacía un gesto de demostración en dirección a los hombres que poco a poco íbamos dejando atrás en nuestros andares.
-"Pero sobre todo, no se preocupe, pues ahora va a ver uno de los segmentos más importantes de nuestra humilde guarida. La armería, dónde se muestra lo más interesante de los objetos de índole bélica que guarecemos", dije en un tono algo ensombrecedor pero sin pecar por ello de malicia alguna. Supuse que el hombre entendería lo que quería decir con ello, pero aguardé sus palabras antes de continuar, al tiempo que poco a poco nos íbamos acercando.
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Tras las presentaciones pertinentes y alguna que otra mirada la figura del marine se giro sobre si misma cambiando su sentido y encaminándose hacia el frente, en ese momento una formación de marines avanzo hacia la posición de Kirisame y su enigmático guía, estos "marines" que mas bien parecía un pelotón de nuevas incorporaciones a la marina se ocupaba del mantenimiento y la limpieza de la zona, con una ruda y tosca educación les saludaron al mas puro estilo militar para volver rápidamente a sus oficios.
La imagen descoloco baste al mercenario del cipher pol, no esperaba ver rostros tan juveniles e inexpertos en los confines del mundo conocido, esta fortaleza era la primera linea de ataque y defensa contra la escoria que se ocultaba en las islas del nuevo mundo de modo que, por lógica se debían encontrar a los mas veteranos o en su lugar a los prodigios dentro de la marina.
"Como ve, los reclutas aquí entrenados se encuentran en algo no tan cercano a esa idea de un Marine Fornido que reseñabais, mas sin embargo quizá pequen de no tener un comportamiento tan social como parecería, pues al fin y al cabo no dejan de ser hombres de mar"- Sentenció "Vrask" mientras con un leve gesto señalo a los soldados que poco a poco abandonaban la escena tras su figura, desde el rabillo del ojo Kirisame vislumbro como estos durante su marche les miraban de forma curiosa, como si nunca hubieran visto un civil por sus instalaciones.
-"Pero sobre todo, no se preocupe, pues ahora va a ver uno de los segmentos más importantes de nuestra humilde guarida. La armería, dónde se muestra lo más interesante de los objetos de índole bélica que guarecemos".- Hablo clara y secamente su guía, mientras las palabras siseaban un tono lóbrego y enigmático que rápidamente captaron la atención del mercenario.
-Oh, eso será digno de ver, prosigamos pues.- Comento Kirisame mostrando una pizca de curiosidad en sus palabras ¿Qué esconderían los marines en la armería? aquella era la pregunta que ronroneaba el cerebro del mercenario en aquel momento, nunca había estado en esta base y ciertamente se moría de curiosidad por saber mas y mas sobre su funcionamiento.
La imagen descoloco baste al mercenario del cipher pol, no esperaba ver rostros tan juveniles e inexpertos en los confines del mundo conocido, esta fortaleza era la primera linea de ataque y defensa contra la escoria que se ocultaba en las islas del nuevo mundo de modo que, por lógica se debían encontrar a los mas veteranos o en su lugar a los prodigios dentro de la marina.
"Como ve, los reclutas aquí entrenados se encuentran en algo no tan cercano a esa idea de un Marine Fornido que reseñabais, mas sin embargo quizá pequen de no tener un comportamiento tan social como parecería, pues al fin y al cabo no dejan de ser hombres de mar"- Sentenció "Vrask" mientras con un leve gesto señalo a los soldados que poco a poco abandonaban la escena tras su figura, desde el rabillo del ojo Kirisame vislumbro como estos durante su marche les miraban de forma curiosa, como si nunca hubieran visto un civil por sus instalaciones.
-"Pero sobre todo, no se preocupe, pues ahora va a ver uno de los segmentos más importantes de nuestra humilde guarida. La armería, dónde se muestra lo más interesante de los objetos de índole bélica que guarecemos".- Hablo clara y secamente su guía, mientras las palabras siseaban un tono lóbrego y enigmático que rápidamente captaron la atención del mercenario.
-Oh, eso será digno de ver, prosigamos pues.- Comento Kirisame mostrando una pizca de curiosidad en sus palabras ¿Qué esconderían los marines en la armería? aquella era la pregunta que ronroneaba el cerebro del mercenario en aquel momento, nunca había estado en esta base y ciertamente se moría de curiosidad por saber mas y mas sobre su funcionamiento.
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En aquél momento, llegamos a una puerta con un semblante áureo y con un marco de fino cobre que aumentaba la perspectiva dorada de la visión. Esta se partía en una especie de hebras entrecruzadas que de la misma manera, se parecían mucho al cierre y se podía decir que la única parte de la puerta que se hallaba ante nosotros y que era la entrada a la galería, era la parte del fondo de esta, pues había varias capas de Kairoseki por dentro, para garantizar su seguridad.
La puerta respondía a una contraseña que pulsé con una presteza casi mecanográfica, lo que garantizaba la protección de la misma. En cierto modo estaba bastante habituado a estar allí.
Tras abrirla, de manera rápida se desconectaron unas medidas de seguridad internas que actuaban como segunda línea ante posibles adversidades, y en esencia era justo. Ahí se encontraban grandes armas requisadas sobre todo a piratas y maleantes. Algunas tan problemáticas que se mantenían encadenadas a Kairoseki.
Tomé ejemplo y le señalé una de ellas. Un arco con un extraño color granate y verde bastante intenso.
-"Esto es un arma con Akuma no Mi... Ya sabes, esas frutas diabólicas que dotan de poderes" le espeté. Lo cierto es que yo las conocía bien, pero en multitud de ocasiones prefería no mostrarlo.
La puerta respondía a una contraseña que pulsé con una presteza casi mecanográfica, lo que garantizaba la protección de la misma. En cierto modo estaba bastante habituado a estar allí.
Tras abrirla, de manera rápida se desconectaron unas medidas de seguridad internas que actuaban como segunda línea ante posibles adversidades, y en esencia era justo. Ahí se encontraban grandes armas requisadas sobre todo a piratas y maleantes. Algunas tan problemáticas que se mantenían encadenadas a Kairoseki.
Tomé ejemplo y le señalé una de ellas. Un arco con un extraño color granate y verde bastante intenso.
-"Esto es un arma con Akuma no Mi... Ya sabes, esas frutas diabólicas que dotan de poderes" le espeté. Lo cierto es que yo las conocía bien, pero en multitud de ocasiones prefería no mostrarlo.
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Poco a poco el camino se fue haciendo mas simples, cuantos mas metros avanzábamos había menos puertas y cada vez menos marines, situado justo detrás del guía Kirisame no perdía detalle de nada en su alrededor, quería copiar las instalaciones en su mente lo mas rápido posible para no depender tanto de la ayuda de la marina. En un momento dado los pasos de Vrask se detuvieron en seco y los ojos del mercenario se clavaron en una magnifica e imponente puerta, su envergadura era notoria y estaba perfectamente detallada con un exquisito marco cobrizo que, aparte de ser un perfecto complemento le daba un toque de enigma y misterio a toda la sala, la puerta estaba "dividida" en una serie de hebras que se cruzaban entre ellas formando una extraña e impactante imagen.
-¡Oh! Nunca había visto una entrada similar, imagino que aquí se esconderán muchos secretos...-
Siseo levemente, como dejándolo caer a propósito Kirisame esperando ver una reacción en su guía. Este, absorto en su trabajo abrió la extraña puerta cuando nuestro protagonista examinaba la puerta y poco a poco la luz comenzó a penetrar en aquel lóbrego lugar. Con un sonoro clac la puerta se abrió completamente y unos extraños susurros recorrieron la estancia, el eco de la seguridad desactivándose recorrió cada recoveco y rincón de la sala para posteriormente rebotar en los oídos de Kirisame. Extrañas cajas y vidrieras comenzaron a emanar luz propia ante la visita del marine y el mercenario pero de entre todas las maravillas ocultas habia una vidriera que llamaba mas que ninguna otra cosa su atencion...
-"Esto es un arma con Akuma no Mi... Ya sabes, esas frutas diabólicas que dotan de poderes"
Akuma no Mi, la fruta del diablo, el poder personificado en una simple y mera fruta, con un solo bocado la maldición del mar condecía poderes inimaginables para la mente humana a cambio del odio absoluto del océano, de la incapacidad de nadar y flotar en las aguas. Con ojos llenos de sorpresa Kirisame examino aquel maligno alimento y una sonrisa se esbozo nuevamente en su rostro... pero esta vez no era una farsa.
-Señor Vrask, ciertamente habéis conseguido asombrarme, nunca imagine que aquí guardarías semejantes maravillas.- Sentenció Kirisame a la par que su diestra acariciaba su mentón mientras sus ojos "devoraban" aquella fruta del demonio.
-¡Oh! Nunca había visto una entrada similar, imagino que aquí se esconderán muchos secretos...-
Siseo levemente, como dejándolo caer a propósito Kirisame esperando ver una reacción en su guía. Este, absorto en su trabajo abrió la extraña puerta cuando nuestro protagonista examinaba la puerta y poco a poco la luz comenzó a penetrar en aquel lóbrego lugar. Con un sonoro clac la puerta se abrió completamente y unos extraños susurros recorrieron la estancia, el eco de la seguridad desactivándose recorrió cada recoveco y rincón de la sala para posteriormente rebotar en los oídos de Kirisame. Extrañas cajas y vidrieras comenzaron a emanar luz propia ante la visita del marine y el mercenario pero de entre todas las maravillas ocultas habia una vidriera que llamaba mas que ninguna otra cosa su atencion...
-"Esto es un arma con Akuma no Mi... Ya sabes, esas frutas diabólicas que dotan de poderes"
Akuma no Mi, la fruta del diablo, el poder personificado en una simple y mera fruta, con un solo bocado la maldición del mar condecía poderes inimaginables para la mente humana a cambio del odio absoluto del océano, de la incapacidad de nadar y flotar en las aguas. Con ojos llenos de sorpresa Kirisame examino aquel maligno alimento y una sonrisa se esbozo nuevamente en su rostro... pero esta vez no era una farsa.
-Señor Vrask, ciertamente habéis conseguido asombrarme, nunca imagine que aquí guardarías semejantes maravillas.- Sentenció Kirisame a la par que su diestra acariciaba su mentón mientras sus ojos "devoraban" aquella fruta del demonio.
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Esbocé una sonrisa de aprobación al tiempo que le enseñaba otro lugar de la misma sala con varias armas en una factura exquisita. Estas compartían en común una serie de heráldica en sus guardias y mangos relacionados con una cruz de tipo latino.
Apresuré a mostrarlo nuevamente con un gesto de mano, a la par que comenzaba a hablar sobre estas extrañas armas.
-"No tenemos mucha información sobre estas, pero lo cierto es que son todo lo que parece actualmente quedar de una orden monástico-bélica que utilizaba estas preciosidades para combatir a lo que ellos llamaban demonios, es decir, a los usuarios de las frutas anteriormente citadas. Irónico ¿No cree?" dije fielmente, reproduciendo la información de una manera detallada, o al menos todo lo que se podía comentar sobre ellas.
-"Y como puede observar, esto es todo lo que se puede mostrar por ahora, hay otras mucho más importantes en cámaras protegidas como tras esas puertas, pero ni yo mismo tengo la autorización para poder verlas" mostré de forma complaciente al ritmo que iba señalando estas y caminaba, esta vez hacia la salida del lugar, con un gesto de cabeza que indicaba al recién llegado la acción de seguirme.
Ahora era hora de ver el pequeño puerto que teníamos, y ciertamente, esto también iba a complacerle bastante. Ahí guardábamos buques de guerra, y estos behemoths de madera eran archiconocidos en el mundo entero, pero pocas ocasiones se podían vislumbrar con los propios ojos.
Apresuré a mostrarlo nuevamente con un gesto de mano, a la par que comenzaba a hablar sobre estas extrañas armas.
-"No tenemos mucha información sobre estas, pero lo cierto es que son todo lo que parece actualmente quedar de una orden monástico-bélica que utilizaba estas preciosidades para combatir a lo que ellos llamaban demonios, es decir, a los usuarios de las frutas anteriormente citadas. Irónico ¿No cree?" dije fielmente, reproduciendo la información de una manera detallada, o al menos todo lo que se podía comentar sobre ellas.
-"Y como puede observar, esto es todo lo que se puede mostrar por ahora, hay otras mucho más importantes en cámaras protegidas como tras esas puertas, pero ni yo mismo tengo la autorización para poder verlas" mostré de forma complaciente al ritmo que iba señalando estas y caminaba, esta vez hacia la salida del lugar, con un gesto de cabeza que indicaba al recién llegado la acción de seguirme.
Ahora era hora de ver el pequeño puerto que teníamos, y ciertamente, esto también iba a complacerle bastante. Ahí guardábamos buques de guerra, y estos behemoths de madera eran archiconocidos en el mundo entero, pero pocas ocasiones se podían vislumbrar con los propios ojos.
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Aquella sala producía en efecto en Kirisame símil al de un niño en una tienda de golosinas, sus ojos golosos observaban y clasificaban en su mente cada objeto, cada vitrina y cada arma expuesta. Ciertamente la marina sabía cómo proteger su vanguardia en el nuevo mundo contra piratas y la escoria infinita que surcaba los mares, lentamente la exposición fue avanzando poco a poco, metro a metro, extrañas y antiguas armas se encerraban en cubículos de cristal iluminados por una leve y tenue luz que emanaba desde la base de la estructura. En un momento dado Vrask se detuvo frente a una antiquísima colección de armamento y giro su rostro para dirigirse al joven mercenario.
-La fuerza ha resuelto más problemas a lo largo de la historia que cualquier otro factor, aquellos que rechazan la violencia están condenados a repetir sus errores.- Respondió rápidamente Kirisame ante las palabras de su acompañante, estas armas eran la prueba de la auténtica naturaleza del hombre, del uso de la fuerza para combatir y resolver todas las situaciones.
-¿Veremos algo más?, tengo curiosidad por saber que se esconde tras estos muros.- Dijo Kirisame mientras la curiosidad inundaba sus ojos, las posibilidades eran casi infinitas en su imaginación
"Y como puede observar, esto es todo lo que se puede mostrar por ahora, hay otras mucho más importantes en cámaras protegidas como tras esas puertas, pero ni yo mismo tengo la autorización para poder verlas"
Satisfecho pero un poco desilusionado Kirisame se encamino siguiendo a su guía hacia el exterior de la sala, tras del aquellas maravillas seguirían a la espera del momento en el cual serian requeridas en combate…. Y era una lástima que ninguna de ella estuviera destinada a ser empuñada por el mercenario pálido.
-La fuerza ha resuelto más problemas a lo largo de la historia que cualquier otro factor, aquellos que rechazan la violencia están condenados a repetir sus errores.- Respondió rápidamente Kirisame ante las palabras de su acompañante, estas armas eran la prueba de la auténtica naturaleza del hombre, del uso de la fuerza para combatir y resolver todas las situaciones.
-¿Veremos algo más?, tengo curiosidad por saber que se esconde tras estos muros.- Dijo Kirisame mientras la curiosidad inundaba sus ojos, las posibilidades eran casi infinitas en su imaginación
"Y como puede observar, esto es todo lo que se puede mostrar por ahora, hay otras mucho más importantes en cámaras protegidas como tras esas puertas, pero ni yo mismo tengo la autorización para poder verlas"
Satisfecho pero un poco desilusionado Kirisame se encamino siguiendo a su guía hacia el exterior de la sala, tras del aquellas maravillas seguirían a la espera del momento en el cual serian requeridas en combate…. Y era una lástima que ninguna de ella estuviera destinada a ser empuñada por el mercenario pálido.
Vrask
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Akuma no mi
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Viendo la reacción ligeramente en las facciones de la cara, algo que yo estaba acostumbrado a reconocer por la propia esencia de mis estudios en medicina y mis propias facultades, elucubré que quizá el joven se veía algo cohibido por el hecho de hacer un muestrario tan básico, o quizá simplemente ansiaba completar una información que ciertamente le hubieran pedido sus superiores.
Realmente ahora venía una de las mejores cuestiones, así que me limité a no decir nada más, y señalar con un gesto que me acompañara, tras lo cual al dejar la habitación totalmente, dos guardias de la propia Marina cerraron el portón asegurándolo.
No decía mucho más, me limitaba a caminar con gracilidad y de manera equilibrada, mientras varios miembros del cuartel se paraban al vernos y saludaban con aires marciales. En el fondo yo no sabía si era por el miembro del Cipher Pol que se encontraba conmigo, o por mi linaje, pero decidí quitarle mérito al asunto y obviarlo.
Tras caminar durante varios minutos, casi totalmente en silencio salvo por algún comentario privado que tuve que hacer a varios miembros del sector para pasar por ciertos formalismos para llegar al destino, finalmente logramos acabar en él.
Ahí se veía, estaba claro. Habíamos llegado al muelle y desde luego que los enormes navíos demostraban la gran superioridad naval de esta corporación.
-"¿Le parece suficientemente poderoso, señor?" le comenté con aires nobiliarios.
Realmente ahora venía una de las mejores cuestiones, así que me limité a no decir nada más, y señalar con un gesto que me acompañara, tras lo cual al dejar la habitación totalmente, dos guardias de la propia Marina cerraron el portón asegurándolo.
No decía mucho más, me limitaba a caminar con gracilidad y de manera equilibrada, mientras varios miembros del cuartel se paraban al vernos y saludaban con aires marciales. En el fondo yo no sabía si era por el miembro del Cipher Pol que se encontraba conmigo, o por mi linaje, pero decidí quitarle mérito al asunto y obviarlo.
Tras caminar durante varios minutos, casi totalmente en silencio salvo por algún comentario privado que tuve que hacer a varios miembros del sector para pasar por ciertos formalismos para llegar al destino, finalmente logramos acabar en él.
Ahí se veía, estaba claro. Habíamos llegado al muelle y desde luego que los enormes navíos demostraban la gran superioridad naval de esta corporación.
-"¿Le parece suficientemente poderoso, señor?" le comenté con aires nobiliarios.
Kirisame
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Fortaleza
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Akuma no mi
Varios
Los pasos se sucedían uno tras otro mientras el eco de los mismos resonaban en aquella solitaria sala, las motas de polvo volaban con cada pisada dispersándose lentamente en el ambiente cargado de tensión, en el confín del mundo aquellos dos hombres habían sido encomendados por mentes superiores a las suyas en un conflicto que se remonta más allá del tiempo, desde que el hombre es hombre y puso su vista en el mar. Vrask, que así se llamaba su guía, era un marine con aires de grandeza, en su forma de andar y de hablar se intuía una pizca de alta alcurnia, de superioridad genética en los demás seres que habitaban aquella base. Con la mirada firma este soldado, este guerrero de la justicia indicaba cada al mercenario del pueblo el camino a seguir para alcanzar el puerto.
Una pequeña cantidad de curiosos esparcidos entre los pasillos que estos dos hombres recorrían susurraban y saludaban desde la distancia, sus ojos llenos de esperanza y deber contemplaban el caminar de las dos tétricas figuras trajeadas mientras estas pasaban frente a sus ojos como si dos estrellas fugaces se tratasen, impasibles, imperturbables. Poco a poco la luz comenzó a penetrar el oscuro y mal alumbrado lugar hasta que pudo identificarse el característico sonido de la marea golpeando la robusta madera.
Una hilera de navíos se divisaban ante los ojos de Kirisame, férreas estructuras de madera y metal construidas para soportar hasta las más infernales olas enviadas por el mismísimo dios marino, en aquel momento una gélida brisa marina inundo el recinto llenando los pasillos con una gélida caricia que consiguió erizar los pelos del pálido mercenario. Esbozando una sonrisa temblorosa y una mirada retorcida.
-Simplemente sublime, es verdaderamente un alivio contar con semejante fuerza marina.-
Una pequeña cantidad de curiosos esparcidos entre los pasillos que estos dos hombres recorrían susurraban y saludaban desde la distancia, sus ojos llenos de esperanza y deber contemplaban el caminar de las dos tétricas figuras trajeadas mientras estas pasaban frente a sus ojos como si dos estrellas fugaces se tratasen, impasibles, imperturbables. Poco a poco la luz comenzó a penetrar el oscuro y mal alumbrado lugar hasta que pudo identificarse el característico sonido de la marea golpeando la robusta madera.
Una hilera de navíos se divisaban ante los ojos de Kirisame, férreas estructuras de madera y metal construidas para soportar hasta las más infernales olas enviadas por el mismísimo dios marino, en aquel momento una gélida brisa marina inundo el recinto llenando los pasillos con una gélida caricia que consiguió erizar los pelos del pálido mercenario. Esbozando una sonrisa temblorosa y una mirada retorcida.
-Simplemente sublime, es verdaderamente un alivio contar con semejante fuerza marina.-
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