Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En una pequeña isla del East Blue, había un dojo bastante bueno en el cual se entrenaba el arte de la esgrima. Habían dos maestros y los aprendices, eran de todas las edades, desde niños a hombres trabajadores, los cuales querían simplemente, aprender algo nuevo. Era un dojo no muy grande, aunque frecuentado por retadores que querían demostrar su grandeza y ganar a los maestros de aquel sitio, pero todos, caían de rodillas ante la grandeza de aquel arte.
Era un día soleado, las nubes estaban escampadas alrededor de la isla y el sol yacía en el punto más alto, golpeando con fuerza los hogares de cuya isla. Una suave brisa recorría entre las calles, bajando la temperatura que el sol creaba. En un local, que era un restaurante, un niño pequeño de unos seis años con disfraz de vaca y cuernos dorados, estaba en una de las mesas, comiendo sin parar un montón de platos. El niño parecía feliz mientras comía, tenía un enorme estómago en el cual guardar cantidades ilimitadas de comida y no paraba de zampar todo tipo de comida grasienta.
- ¡¡Ñom ñom ñom~!! *Suspiro* ¡¡Que rico estaba todo!! Me encuentro muy lleno... *Arcada* - Decía el niño con la panza llena.
Aquel chiquitín no era nada más ni nada menos, que Ushi, un "bebé" que recorría el mundo solo, en busca de conquistarlo y conseguir los dulces más ricos del mundo. Una vez acabada la comida, empezó a intentar salir de aquel local a hurtadillas, sin que el camarero le viese, pero justo cuando iba a salir por la puerta, alguien la abrió de golpe y lanzó al niño rodando contra la pared, que se puso a llorar nada más chocar.
- ¡¡Buah!! ¡Que daño! *Sollozo* - Gritaba el pobre niño.
El que había abierto la puerta, era un hombre realmente aterrador, alto y de unos dos metros, con un espadón de metro y medio o más a la espalda, con una hoja de por lo menos quince centímetros de anchura. El hombre vestía con ropas negras y un sombrero de copa del mismo color, con una corbata del cuello, de un color granate. Su aspecto era aterrador, sin cejas y unos ojos marrones, nariz grande y chata y una boca que alrededor, yacía pelos que empezaban a crecer.
Ushi al ver al hombre, dejó de sollozar y sus piernas empezaron a temblar. La verdad era que estaba asustado, el aspecto de aquel hombre y la potente aura que desprendía era aterradora. El hombre se acercó a la barra y pidió un vaso de saque, mientras se quedaba de pie observando el local.
Era un día soleado, las nubes estaban escampadas alrededor de la isla y el sol yacía en el punto más alto, golpeando con fuerza los hogares de cuya isla. Una suave brisa recorría entre las calles, bajando la temperatura que el sol creaba. En un local, que era un restaurante, un niño pequeño de unos seis años con disfraz de vaca y cuernos dorados, estaba en una de las mesas, comiendo sin parar un montón de platos. El niño parecía feliz mientras comía, tenía un enorme estómago en el cual guardar cantidades ilimitadas de comida y no paraba de zampar todo tipo de comida grasienta.
- ¡¡Ñom ñom ñom~!! *Suspiro* ¡¡Que rico estaba todo!! Me encuentro muy lleno... *Arcada* - Decía el niño con la panza llena.
Aquel chiquitín no era nada más ni nada menos, que Ushi, un "bebé" que recorría el mundo solo, en busca de conquistarlo y conseguir los dulces más ricos del mundo. Una vez acabada la comida, empezó a intentar salir de aquel local a hurtadillas, sin que el camarero le viese, pero justo cuando iba a salir por la puerta, alguien la abrió de golpe y lanzó al niño rodando contra la pared, que se puso a llorar nada más chocar.
- ¡¡Buah!! ¡Que daño! *Sollozo* - Gritaba el pobre niño.
El que había abierto la puerta, era un hombre realmente aterrador, alto y de unos dos metros, con un espadón de metro y medio o más a la espalda, con una hoja de por lo menos quince centímetros de anchura. El hombre vestía con ropas negras y un sombrero de copa del mismo color, con una corbata del cuello, de un color granate. Su aspecto era aterrador, sin cejas y unos ojos marrones, nariz grande y chata y una boca que alrededor, yacía pelos que empezaban a crecer.
Ushi al ver al hombre, dejó de sollozar y sus piernas empezaron a temblar. La verdad era que estaba asustado, el aspecto de aquel hombre y la potente aura que desprendía era aterradora. El hombre se acercó a la barra y pidió un vaso de saque, mientras se quedaba de pie observando el local.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Una isla tranquila, una playa de finas arenas blancas, un barco parado en la cercanía y un bote estancado en la arena de aquella playa. Junto al bote un hombre, alto, de tez morena y extremadamente alto y musculado. Su apariencia puede parecer aterradora, pero siempre se le ve sonriendo. Su rostro muestra una sonrisa, que contrasta con la cicatriz que lo recorre cruzando sus orbes negros profundos, que emanan un aura de bondad y alegría. El joven se viste con una chaqueta abierta, que deja a la vista su trabajado y musculado torso. Unos pantalones negros y calza sandalias tradicionales de madera. Su larga cabellera contrasta con su tez siendo de un color blanco, no posee ceja sobre sus ojos que se fijan en el horizonte. Junto a él, dos chicas, ambas más pequeñas que él en cuanto a altura, pues una de ellas es su hermana mayor. |~Lia, Anny, vamos caminando a buscar un buen restaurante, tendremos que comer antes de que caigamos desfallecidos.~| Dice el joven mientras se adelanta, emprendiendo camino hacia lo que parece ser un pueblo. El joven es realmente alto, superando con creces los dos metros de altura, su complexión lo hace incluso más imponente que solo la altura. Los tres hermanos se mueven tranquilos hacia un local.
Así pasan los momentos, el sol en su punto más álgido, emanando su luz y calor a toda la isla, una suave brisa recorre las calles de la ciudad atenuando la temperatura impuesta por el astro rey. Sus pasos no son silenciados, son los habituales para un grupo de personas como el suyo, obviamente el del joven Lugh es el más sonoro pues su calzado es el más ruidoso y su tamaño el mayor. Junto a él, su hermana Lia a la izquierda, una chica de estatura media, cabello largo y blanco al igual que su hermano pequeño, pero el suyo le llega a la cintura, es una muchacha muy bella, con un cuerpo esbelto, unos senos envidiables. Viste un vestido negro con un escote bastante amplio, el vestido se ata detrás de su cuello, en el cual hay un collar del mismo color. Calza unas bonitas sandalias de madera con una atadura de tela lila. A su derecha Anny, la más pequeña de los tres hermanos, es ligeramente más bajita que Lia, de cabello corto pero del mismo color que sus hermanos, su figura también es muy esbelta, pero no tanto como la de su hermana, ella viste con una camisa a rayas, un pantalón corto y zapatillas deportivas.
Los tres entran en un local, justo en el momento en el cual un hombre de gran tamaño lanza a un pequeño contra la barra de un portazo y ni se inmuta en preocuparse por el joven. Tras intercambiar miradas rápidas las chicas se van a ver al pequeño mientras Lugh se dirige hacia aquél hombre, que al parecer es espadachín, al menos eso parece con la espada que porta. |~¿Estás bien pequeño?~| Pregunta Lia mientras se agacha, al igual que Anny, para atender al pequeño. |~Tú, maldito cretino, ¿no viste que le hiciste daño al pequeño?~| Dice Lugh con un tono firme y severo mientras cruje su cuello.
Así pasan los momentos, el sol en su punto más álgido, emanando su luz y calor a toda la isla, una suave brisa recorre las calles de la ciudad atenuando la temperatura impuesta por el astro rey. Sus pasos no son silenciados, son los habituales para un grupo de personas como el suyo, obviamente el del joven Lugh es el más sonoro pues su calzado es el más ruidoso y su tamaño el mayor. Junto a él, su hermana Lia a la izquierda, una chica de estatura media, cabello largo y blanco al igual que su hermano pequeño, pero el suyo le llega a la cintura, es una muchacha muy bella, con un cuerpo esbelto, unos senos envidiables. Viste un vestido negro con un escote bastante amplio, el vestido se ata detrás de su cuello, en el cual hay un collar del mismo color. Calza unas bonitas sandalias de madera con una atadura de tela lila. A su derecha Anny, la más pequeña de los tres hermanos, es ligeramente más bajita que Lia, de cabello corto pero del mismo color que sus hermanos, su figura también es muy esbelta, pero no tanto como la de su hermana, ella viste con una camisa a rayas, un pantalón corto y zapatillas deportivas.
Los tres entran en un local, justo en el momento en el cual un hombre de gran tamaño lanza a un pequeño contra la barra de un portazo y ni se inmuta en preocuparse por el joven. Tras intercambiar miradas rápidas las chicas se van a ver al pequeño mientras Lugh se dirige hacia aquél hombre, que al parecer es espadachín, al menos eso parece con la espada que porta. |~¿Estás bien pequeño?~| Pregunta Lia mientras se agacha, al igual que Anny, para atender al pequeño. |~Tú, maldito cretino, ¿no viste que le hiciste daño al pequeño?~| Dice Lugh con un tono firme y severo mientras cruje su cuello.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando el pobre niño estaba en el suelo aterrado, un grandullón de más de dos metros, pelo blanco y una gran musculatura, entró al local junto a dos jóvenes mujeres. Las dos chicas, se acercaron a Ushi preocupadas, al ver que estaba en el suelo herido. Ushi parecía aún más asustado al ver al otro grandullón, así que se abrazó a una de las chicas, a la del pelo corto, mientras temblaba de miedo. El pobre estaba asustado al ver dos grandes moles delante suyo, pensaba que aquellos dos podrían matarlo, así que empezó a llorar.
- ¡B-Buah! *Sollozo* ¡Hay dos grandullones que dan miedo! - Lloraba el niño asustado.
El grandullón del espadón, tras las palabras del otro tipo, miró con asco al hombre de melena blanca y volvió a girar la mirada, mientras bebía del vaso de sake. Todos en aquel local estaban observando la situación, dos hombres enormes que compartían miradas aterradoras.
- Lo siento, pero no me doy cuenta de la escoria que piso. - Decía serio el tipo del espadón.
Ushi empezó a enfadarse un poco y a fruncir el ceño, mientras cabreado se metía las manos dentro de su cabeza, sacando unos cuchillos que lanzó al tipo del espadón. Parece que aquellas palabras hirieron al joven niño, haciendo que este perdiese el miedo y atacase con ganas.
- Que sea la última vez que me llamas escoria. ¡Yo conquistaré el mundo! - Decía el chiquillo confiado.
Los reflejos del tipo del espadón, hicieron que con facilidad, esquivase los cuchillos que fueron lanzados y, con un movimiento de muñeca, lanzó el vaso a gran velocidad hacia el niño, que recibió el golpe en la cara, rompiendo el vaso en pequeños cristales.
Ushi al recibir aquello, empezó a llorar con más fuerza y ganas, haciendo que sus llantos se pudieran escuchar en todos los lugares de aquella isla.
- ¡B-Buah! *Sollozo* ¡Hay dos grandullones que dan miedo! - Lloraba el niño asustado.
El grandullón del espadón, tras las palabras del otro tipo, miró con asco al hombre de melena blanca y volvió a girar la mirada, mientras bebía del vaso de sake. Todos en aquel local estaban observando la situación, dos hombres enormes que compartían miradas aterradoras.
- Lo siento, pero no me doy cuenta de la escoria que piso. - Decía serio el tipo del espadón.
Ushi empezó a enfadarse un poco y a fruncir el ceño, mientras cabreado se metía las manos dentro de su cabeza, sacando unos cuchillos que lanzó al tipo del espadón. Parece que aquellas palabras hirieron al joven niño, haciendo que este perdiese el miedo y atacase con ganas.
- Que sea la última vez que me llamas escoria. ¡Yo conquistaré el mundo! - Decía el chiquillo confiado.
Los reflejos del tipo del espadón, hicieron que con facilidad, esquivase los cuchillos que fueron lanzados y, con un movimiento de muñeca, lanzó el vaso a gran velocidad hacia el niño, que recibió el golpe en la cara, rompiendo el vaso en pequeños cristales.
Ushi al recibir aquello, empezó a llorar con más fuerza y ganas, haciendo que sus llantos se pudieran escuchar en todos los lugares de aquella isla.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.