Hyuuga Z. Kurotabo
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Una isla fría, un lugar lleno de apuntes científicos, maquinarias revolucionarias, una mente privilegiada que habitaba en aquel lugar que ahora se encuentra vacío, custodiado por el gobierno, gente sin capacidad de comprender todo lo que hay en aquellos papeles, personas que solo ansían poder, un poder que seguramente los llevaría a un estatus en el que nadie podría cuestionar su autoridad, en el cual podrían controlar a todo el que se saliera del molde de comportamiento que ellos consideran correctos, todo el que perjudicara el beneficio propio a costa del pueblo que no sabe lo que hace la marina, una organización que vela por la justicia, aunque ella misma esté podrida hasta los cimientos y corrompida y no tenga justicia más que de adorno en su lema. Un hombre de apariencia triste, una barba de tres días, un pelo azul oscuro, al igual que sus orbes que expresan una profunda tristeza, un pesar que aniquila la alegría de su alma, de su rostro, de su mirada....Su cuerpo enfundado en una bata blanca en cuyos bolsillos reposan sus manos, su torso cubierto por una camiseta de color de idéntica tonalidad a sus ojos y pantalones de un pardo claro y zapatos negros. Bajo la bata, en la parte derecha de la cintura del científico se encuentra una katana en su funda, toda ella es negra, salvo el detalle de un punteado blanco en el filo, emulando un cielo estrellado.
Sus pasos son lentos, pesados y casi que no se levantan los pies del suelo, como si no tuviera fuerzas para ello. Su katana apenas se nota, pero balancea lentamente, el hombre camina con un sutil y suave balanceo, como si no tuviera ni un mínimo de equilibrio. En un punto se detiene quedando de pie en mitad de la nieve, al parecer el frío no le afecta, el espadachín levanta la mirada al cielo, un cielo encubierto por un mar de nubes de las cuales caen pequeñas partículas blancas, la nieve que cubre todo lo que se ve alrededor.
Sus pasos son lentos, pesados y casi que no se levantan los pies del suelo, como si no tuviera fuerzas para ello. Su katana apenas se nota, pero balancea lentamente, el hombre camina con un sutil y suave balanceo, como si no tuviera ni un mínimo de equilibrio. En un punto se detiene quedando de pie en mitad de la nieve, al parecer el frío no le afecta, el espadachín levanta la mirada al cielo, un cielo encubierto por un mar de nubes de las cuales caen pequeñas partículas blancas, la nieve que cubre todo lo que se ve alrededor.
Vrask
Fama
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nieve.
Eso es lo que podía resumir el día de hoy y no por ello tenía que tener una connotación negativa, más bien al contrario. Yo adoraba los climas relacionados con la lluvia y eso, naturalmente comprendía la neblina, las borrascas o incluso el acto de nevar, el cual parecía muy alegre y familiar.
Recordaba la época en la que yo jugaba con las armas de caza de la familia a cazar piratas con el que poco tiempo más tarde habría sido casi un enemigo. Mi hermano Räadi había demostrado una ausencia total de escrúpulos al convertirse en el mismo enemigo de la Justicia Absoluta y de los Tenryuubito, en un vil servidor de los Bajos Fondos.
Ciertamente acordarme de esos eventos no le hacía ningún bien a mi corazón, pero nada más lejos de la verdad, era alguien que sabía guardar bien las apariencias, por lo cual ajusté mi bombín firmemente al tiempo que podía divisar las casas de metal en forma de trianguladas y extrañas construcciones que se veían ocultas por los pequeños copos de nieve que caían de forma singular.
No tardaría en ver a un hombre frente a mi que demostraba una actitud casi precaria de toda esperanza y razón humana. Quizá alguien oprimido en si mismo, o quizá alguien fracasado en su cometido, pero lo cierto es que yo no iba a esperar a averiguarlo. Me limité a sortearlo en mi camino recto y equilibrado, mientras observaba por el rabillo del ojo izquierdo su complexión y apariencia. Estaba claro que al menos anteriormente había sido un guerrero.
Eso es lo que podía resumir el día de hoy y no por ello tenía que tener una connotación negativa, más bien al contrario. Yo adoraba los climas relacionados con la lluvia y eso, naturalmente comprendía la neblina, las borrascas o incluso el acto de nevar, el cual parecía muy alegre y familiar.
Recordaba la época en la que yo jugaba con las armas de caza de la familia a cazar piratas con el que poco tiempo más tarde habría sido casi un enemigo. Mi hermano Räadi había demostrado una ausencia total de escrúpulos al convertirse en el mismo enemigo de la Justicia Absoluta y de los Tenryuubito, en un vil servidor de los Bajos Fondos.
Ciertamente acordarme de esos eventos no le hacía ningún bien a mi corazón, pero nada más lejos de la verdad, era alguien que sabía guardar bien las apariencias, por lo cual ajusté mi bombín firmemente al tiempo que podía divisar las casas de metal en forma de trianguladas y extrañas construcciones que se veían ocultas por los pequeños copos de nieve que caían de forma singular.
No tardaría en ver a un hombre frente a mi que demostraba una actitud casi precaria de toda esperanza y razón humana. Quizá alguien oprimido en si mismo, o quizá alguien fracasado en su cometido, pero lo cierto es que yo no iba a esperar a averiguarlo. Me limité a sortearlo en mi camino recto y equilibrado, mientras observaba por el rabillo del ojo izquierdo su complexión y apariencia. Estaba claro que al menos anteriormente había sido un guerrero.
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