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![[Privado] Nemonic y Lash - ¡Neutralizando un criminal! Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
Y nuevamente llevaba rumbo mi camino a servir a la gloria del Gobierno Mundial y neutralizar a un criminal. Algo que aunque realmente no era nueva experiencia, siempre dotaba de un enérgico punto de vista y la capacidad de realizar trampas y estratagemas.
En esta ocasión la única información que tenía, es que tenía que actuar solo, sin llamar la atención de mucha gente y que había que neutralizar a lo que parecía ser un "Cazarrecompensas Frustrado" o eso al menos decían los informes de la Marina que tenía plegados en uno de los bolsillos de la chaqueta teñida en tonalidades blancas y rojas.
Me encontraba por lo tanto, buscándole o siguiendo algún posible indicio de su ubicación o de que residiera en alguno de los poco ostentosos hoteles que podían encontrarse en aquél lugar.
Ni siquiera tenía más que una vaga descripción por parte de uno de los capitanes que me la había encomendado, un tipo enjuto y bastante gordo que a duras penas parecía sostenerse en pie. Este me comentó que el criminal a buscar y neutralizar tenía el cabello de tonalidad blanquecina, similar al mío por lo tanto.
Quizá era una ironía de la vida, pero lo cierto es que era hora de irse a ganar el sustento.
En esta ocasión la única información que tenía, es que tenía que actuar solo, sin llamar la atención de mucha gente y que había que neutralizar a lo que parecía ser un "Cazarrecompensas Frustrado" o eso al menos decían los informes de la Marina que tenía plegados en uno de los bolsillos de la chaqueta teñida en tonalidades blancas y rojas.
Me encontraba por lo tanto, buscándole o siguiendo algún posible indicio de su ubicación o de que residiera en alguno de los poco ostentosos hoteles que podían encontrarse en aquél lugar.
Ni siquiera tenía más que una vaga descripción por parte de uno de los capitanes que me la había encomendado, un tipo enjuto y bastante gordo que a duras penas parecía sostenerse en pie. Este me comentó que el criminal a buscar y neutralizar tenía el cabello de tonalidad blanquecina, similar al mío por lo tanto.
Quizá era una ironía de la vida, pero lo cierto es que era hora de irse a ganar el sustento.
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Vaya mala suerte la mia, me encontraba escapando de la marina por un error, pero me estaban echando la culpa a mi, todo había salido mal desde el principio.
Mi protegido y yo estabamos esperando en una habitación con dos puertas a cada lado, en la cual había un silencio que no me gustaba nada. Estabamos allí para hacer un negocio con un contacto de la isla, al cual tenía que entregar algo muy importante. De repente un oficial de la marina aparecio, - vaya que extraño - pensé, era un hombre gordo y algo sucio, no sabía como había podido ganar aquellos galones que tenia colgados.
Mi protegido me comento que saliera de la habitación para que pudieran hablar tranquilo, pero al cabo de un rato escuche una acalorada conversación entre ellos a traves de la puerta. Ent´re a toda velocidad antes de que pudiera ocurrir algo raro, pero en cuanto entre aquel capitan disparo contra mi protegido, dejandolo en el suelo sin vida. El capitan me miro y sabiendo que lo había visto todo, se disparo en el hombro.
- Pero que haces, lo vas a pagar put* marine corrupto - le grite, mientras avanzaba hacia él.
- socorro a mi la marina - grito aquel cabronazo, haciendo q dos marines entraran en la sala, - capturadlo, ha matado a este hombre y ahora quiere acabar conmigo - dijo mientras mostraba una mueca macabra. En ese momento comenzaron a dispararme, asi que lo unico que podia hacer es huir. Sali de aquel edificio perseguido por ellosm pero logre darles esquinazo, ahora lo que tenía que hacer es buscar al capitan y coger el papel que tenia mi protegido, lo que me exculparía el crimen.
Me disfrace con un ropaje que me cubria el cuerpo entero y un sombrero, pero mientras iba andando, choqué con un recluta con el pelo blanco como yo.
- per..perdon - me disculpe y seguí andando saliendo de la ciudad, tenía que pensar un plan.
Mi protegido y yo estabamos esperando en una habitación con dos puertas a cada lado, en la cual había un silencio que no me gustaba nada. Estabamos allí para hacer un negocio con un contacto de la isla, al cual tenía que entregar algo muy importante. De repente un oficial de la marina aparecio, - vaya que extraño - pensé, era un hombre gordo y algo sucio, no sabía como había podido ganar aquellos galones que tenia colgados.
Mi protegido me comento que saliera de la habitación para que pudieran hablar tranquilo, pero al cabo de un rato escuche una acalorada conversación entre ellos a traves de la puerta. Ent´re a toda velocidad antes de que pudiera ocurrir algo raro, pero en cuanto entre aquel capitan disparo contra mi protegido, dejandolo en el suelo sin vida. El capitan me miro y sabiendo que lo había visto todo, se disparo en el hombro.
- Pero que haces, lo vas a pagar put* marine corrupto - le grite, mientras avanzaba hacia él.
- socorro a mi la marina - grito aquel cabronazo, haciendo q dos marines entraran en la sala, - capturadlo, ha matado a este hombre y ahora quiere acabar conmigo - dijo mientras mostraba una mueca macabra. En ese momento comenzaron a dispararme, asi que lo unico que podia hacer es huir. Sali de aquel edificio perseguido por ellosm pero logre darles esquinazo, ahora lo que tenía que hacer es buscar al capitan y coger el papel que tenia mi protegido, lo que me exculparía el crimen.
Me disfrace con un ropaje que me cubria el cuerpo entero y un sombrero, pero mientras iba andando, choqué con un recluta con el pelo blanco como yo.
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Un hombre se chocó contra mi, algo que sería bastante usual de no ser porque llevaba un manto extraño cubriéndole el cuerpo, y un sombrero que resultaba bastante sospechoso porque andaba con cierta prisa.
Realmente, no es como si me hubiera fijado de no ser por una casualidad, pero básicamente el ajetreo y la muestra ligera de pelo blanco bajo ese sombrero que trataba de ocultarlo malamente fue más que suficiente.
Así pues, agarré a ese hombre rápidamente de la capa y de un rápido movimiento lo tiré al suelo al tiempo que ponía mi pie sobre su pecho con afán de producir que este no se levantara.
Con una dureza poco inusitada, pero suficiente voluntad, entonces procedí a hablarle con una cara algo sonriente.
-"Bien, queda claro que usted es el criminal al cual hemos venido a atrapar. Así que diga su nombre, y espósese y con algo de suerte no llegará a Impel Down" le dije al tiempo que le tiraba unas esposas sobre el cuello, mostrándole que debía utilizarlas para maniatarse o de lo contrario tendría problemas.
A la par, con mi mano derecha, colocaba la mano sobre la guardia de esta, espectante de ver qué haría susodicho hombre, el cual con el movimiento anterior mío, había perdido el sombrero, dejando al descubierto un pelo despeinado de color similar al mío.
Realmente, no es como si me hubiera fijado de no ser por una casualidad, pero básicamente el ajetreo y la muestra ligera de pelo blanco bajo ese sombrero que trataba de ocultarlo malamente fue más que suficiente.
Así pues, agarré a ese hombre rápidamente de la capa y de un rápido movimiento lo tiré al suelo al tiempo que ponía mi pie sobre su pecho con afán de producir que este no se levantara.
Con una dureza poco inusitada, pero suficiente voluntad, entonces procedí a hablarle con una cara algo sonriente.
-"Bien, queda claro que usted es el criminal al cual hemos venido a atrapar. Así que diga su nombre, y espósese y con algo de suerte no llegará a Impel Down" le dije al tiempo que le tiraba unas esposas sobre el cuello, mostrándole que debía utilizarlas para maniatarse o de lo contrario tendría problemas.
A la par, con mi mano derecha, colocaba la mano sobre la guardia de esta, espectante de ver qué haría susodicho hombre, el cual con el movimiento anterior mío, había perdido el sombrero, dejando al descubierto un pelo despeinado de color similar al mío.
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Iba de mal en peor mi suerte, acababa de chocarme contra un marine, el cual se quedo dubitativo durante un momento observandome. Era un hombre con el pelo blanco como yo, no se si me había mirado por eso, ya que se veia a mucha gente con el pelo blanco, asi que no era tan raro. Al cabo de un momento ya estaba a mi espalda, incluso habiendo andando mas rapido. Ya estaba en las puertas de la ciudad y estando ya encima mía, me cogío del ropaje que llevaba puesto y me tiro al suelo. No quería crear otro altercado, ya que era inocente del asesinato y quería probarlo sin causar mas daños.
Aquel recluta me echo unas esposas encima para que me las pusiera, algo que no iba a hacer. - Mi nombre es Lupin y creo que se ha confudido con otra persona, por el contrario no voy a permitir que me pisooten de esta manera - le dije mientras empujaba el pie a un lado y me levataba con rapidez - asi que, hasta la vista - le dije mientras recogia el sombrero del suelo y me alejaba ya a las afueras. En mi pensamiento tuve una idea, si podia convencer a ese recluta de que su capitan era un corrupto y asesino, tendría una minima oportunidad de conseguirlo. Era una locura, pero si queria hacerlo, tendría que ir a un lugar apartado, a lo lejos ví una granja algo derruida, asi que empecé a correr hacia ella, con el recluta a mi espalda.
Aquel recluta me echo unas esposas encima para que me las pusiera, algo que no iba a hacer. - Mi nombre es Lupin y creo que se ha confudido con otra persona, por el contrario no voy a permitir que me pisooten de esta manera - le dije mientras empujaba el pie a un lado y me levataba con rapidez - asi que, hasta la vista - le dije mientras recogia el sombrero del suelo y me alejaba ya a las afueras. En mi pensamiento tuve una idea, si podia convencer a ese recluta de que su capitan era un corrupto y asesino, tendría una minima oportunidad de conseguirlo. Era una locura, pero si queria hacerlo, tendría que ir a un lugar apartado, a lo lejos ví una granja algo derruida, asi que empecé a correr hacia ella, con el recluta a mi espalda.
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El hombre, utilizó una farsa excesivamente simple que objetivamente no le iba a hacer valer el efecto, así que cuando se alejó en dirección a las afueras de la ciudad, yo comencé a perseguirle, esquivando gente por los lados en el barrio que se encontraba antes de la salida, y dejando tiendas y herrerías por doquier, pues parecía el barrio de los gremios constructores.
El ambiente victoriano pese a todo era patente, utilizando unas forjas de vapores y con un encanto en los ropajes de las personas que parecía contrastar poco en esencia con el mío propio, lo que ciertamente era un acierto.
En el transcurso de la persecución, un fulgor morado inundó en forma de aura sobre mis manos, y estas fueron llevadas a mi cara, pues gracias a mi habilidad personal, podía modelar el tejido corporal de los seres humanos. Esto era extremadamente útil en persecuciones y subterfugio, pues significaba que podía cambiar mi aspecto físico. Así pues, y sin la facilidad de poderlo hacer de forma estacionaria, varié un poco mi mentón, el ancho de mi cabeza y el cuello, haciendo que mi apariencia cambiara totalmente. Ahora parecía un hombre de larga cabeza, más similar casi a la de rasgos de un arquetipo distinto de raza, como venía siendo la de la lejana Arabasta, al mismo tiempo que mi pelo se había acortado y ahora mismo parecía un simple pelo corto casi rapado y algo despuntado.
Una vez hube hecho esto, y a duras penas persiguiendo al criminal, tiré también mi chaqueta al aire, pues gracias a no conocer los ropajes que llevaba bajo esta, sería muy complicado que me identificara de nuevo.
Este hombre estaba ya en las afueras de la ciudad, y ciertamente yo con él también, pero inocente de la vida, se internó en una granja de factura algo pobre, y yo, con un camuflaje casi perfecto, agarré una de las guadañas de sesgar el trigo que había y la cargué sobre mis brazos. Mi objetivo era parecer un jornalero, pues entre la cara nueva, la guadaña de trabajo y lo arrugado de mis ropajes tras la larga caminata a gran velocidad, bien podía parecerlo.
Al mismo tiempo, tiré el sombrero al aire, haciendo que casi pareciera un disco y planeara antes de caer tas unos setos próximos.
Entonces, con confianza, caminé, con paciencia y parsimonia para no levantar ningún tipo de sospecha, en dirección a la granja, mientras silbaba una cancioncilla improvisada, a causa de intentar parecer más un hombre de campo.
Ciertamente, entré en la granja en busca del peliblanco, algo cansado por la totalidad y complejidad de las acciones, lo cual reforzaba la posible visión de un hombre tras su trabajo de campo.
-"Lalalala...Sesgando el trigo yo trabajo, y ahora me tomo mi descanso", cantaba con una voz algo básica y de forma similar a la de un pueblerino, para que el hombre peliblanco que perseguía pensara que se trataba de cualquier otra persona.
El ambiente victoriano pese a todo era patente, utilizando unas forjas de vapores y con un encanto en los ropajes de las personas que parecía contrastar poco en esencia con el mío propio, lo que ciertamente era un acierto.
En el transcurso de la persecución, un fulgor morado inundó en forma de aura sobre mis manos, y estas fueron llevadas a mi cara, pues gracias a mi habilidad personal, podía modelar el tejido corporal de los seres humanos. Esto era extremadamente útil en persecuciones y subterfugio, pues significaba que podía cambiar mi aspecto físico. Así pues, y sin la facilidad de poderlo hacer de forma estacionaria, varié un poco mi mentón, el ancho de mi cabeza y el cuello, haciendo que mi apariencia cambiara totalmente. Ahora parecía un hombre de larga cabeza, más similar casi a la de rasgos de un arquetipo distinto de raza, como venía siendo la de la lejana Arabasta, al mismo tiempo que mi pelo se había acortado y ahora mismo parecía un simple pelo corto casi rapado y algo despuntado.
Una vez hube hecho esto, y a duras penas persiguiendo al criminal, tiré también mi chaqueta al aire, pues gracias a no conocer los ropajes que llevaba bajo esta, sería muy complicado que me identificara de nuevo.
Este hombre estaba ya en las afueras de la ciudad, y ciertamente yo con él también, pero inocente de la vida, se internó en una granja de factura algo pobre, y yo, con un camuflaje casi perfecto, agarré una de las guadañas de sesgar el trigo que había y la cargué sobre mis brazos. Mi objetivo era parecer un jornalero, pues entre la cara nueva, la guadaña de trabajo y lo arrugado de mis ropajes tras la larga caminata a gran velocidad, bien podía parecerlo.
Al mismo tiempo, tiré el sombrero al aire, haciendo que casi pareciera un disco y planeara antes de caer tas unos setos próximos.
Entonces, con confianza, caminé, con paciencia y parsimonia para no levantar ningún tipo de sospecha, en dirección a la granja, mientras silbaba una cancioncilla improvisada, a causa de intentar parecer más un hombre de campo.
Ciertamente, entré en la granja en busca del peliblanco, algo cansado por la totalidad y complejidad de las acciones, lo cual reforzaba la posible visión de un hombre tras su trabajo de campo.
-"Lalalala...Sesgando el trigo yo trabajo, y ahora me tomo mi descanso", cantaba con una voz algo básica y de forma similar a la de un pueblerino, para que el hombre peliblanco que perseguía pensara que se trataba de cualquier otra persona.
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Parecía que había dado esquinazo a aquel marine, así podría tener mas tiempo para pensar en lo que debía hacer, aunque la opción de convencer al recluta ya había desaparecido. LLegue a la granja que se encontraba en un estado lamentable, al granero le faltaban las puerta y parte de una de las paredes, en la casa había crecido mucha vegetación pareciendo mas un jardin que una casa y a la valla de entrada le faltaban muchos trozos.- Bueno, esto es mejor que nada y mejor por que parece que no vive nadie aquí - pensé mientras me dirigia al granero. Me instale en aquel lugar, dejando las tablas derruidas a un lado y amontonando la paja que estaba allí para hacerme una cama.
No podía qutarme de la cabeza lo ocurrido, era algo subrealista y absurdo, yo, un cazarecompensas que siempre he ayudado al gobierno, ahora me encontraba perseguido por él. Sabía que no iba a tener un juicio justo, ya lo había visto varias veces a piratas que había capturado, atribuyendoles cosas que no habían echo, pero en este caso me había ocurrido a mí. Seguía dandole vueltas a mis cosas sentado en aquel grandero, hasta que algo me saco de mis pensamientos, - alguien cantando - pensé mientras me levantaba y salía de aquel granero.
Era el granjero, al final parecia que si vivia allí alguien, aunque no en las mejores condiciones. Aquel hombre se acercaba cantando, casi sin ritmo, una canción del campo y de sus cultivos. Tenía el pelo corto y al ver su cara no parecía que fuera de aquella zona, tenia mas facciones de otras tierras, algo a lo que no le dí importancia. LLevaba encima del hombro una guadaña algo oxidada, la ropa algo arrugada y sucia, por lo que comprendí que aquel hombre era bastante pobre. Me recordo a mi maestro por lo que decidí ayudarlo en todo lo que pudiera. Me acerque a él para hablar.
- Perdone buen hombre, ya sé que no debería estar en sus tierras, pero pensaba que estaba abandonada la granja y pensaba resguardarme en el granero - le dije amablemente y continue - como veo que tiene en mal estado su granero y su casa le propongo algo, arreglarle los desperfecto que me diga a condición de que me pueda quedar unos dias en su granero. No soy demasiado bueno en carpinteria, pero algo podremos hacer. - tras decir eso cogi 10.000 berries de mi bolsillo y se lo ofrecí - tambien quiero que acepte este dinero, le ayudara a comprarse algunas herramientas y algo de comida para pasar el proximo invierno, no aceptare un no como respuesta - le dije con una mueca amable y proseguí- oh, perdon mis malo modos, mi nombre es Guldrik , y ¿el suyo buen hombre? - le dije esperando una respuesta a todo lo que le había dicho.
No podía qutarme de la cabeza lo ocurrido, era algo subrealista y absurdo, yo, un cazarecompensas que siempre he ayudado al gobierno, ahora me encontraba perseguido por él. Sabía que no iba a tener un juicio justo, ya lo había visto varias veces a piratas que había capturado, atribuyendoles cosas que no habían echo, pero en este caso me había ocurrido a mí. Seguía dandole vueltas a mis cosas sentado en aquel grandero, hasta que algo me saco de mis pensamientos, - alguien cantando - pensé mientras me levantaba y salía de aquel granero.
Era el granjero, al final parecia que si vivia allí alguien, aunque no en las mejores condiciones. Aquel hombre se acercaba cantando, casi sin ritmo, una canción del campo y de sus cultivos. Tenía el pelo corto y al ver su cara no parecía que fuera de aquella zona, tenia mas facciones de otras tierras, algo a lo que no le dí importancia. LLevaba encima del hombro una guadaña algo oxidada, la ropa algo arrugada y sucia, por lo que comprendí que aquel hombre era bastante pobre. Me recordo a mi maestro por lo que decidí ayudarlo en todo lo que pudiera. Me acerque a él para hablar.
- Perdone buen hombre, ya sé que no debería estar en sus tierras, pero pensaba que estaba abandonada la granja y pensaba resguardarme en el granero - le dije amablemente y continue - como veo que tiene en mal estado su granero y su casa le propongo algo, arreglarle los desperfecto que me diga a condición de que me pueda quedar unos dias en su granero. No soy demasiado bueno en carpinteria, pero algo podremos hacer. - tras decir eso cogi 10.000 berries de mi bolsillo y se lo ofrecí - tambien quiero que acepte este dinero, le ayudara a comprarse algunas herramientas y algo de comida para pasar el proximo invierno, no aceptare un no como respuesta - le dije con una mueca amable y proseguí- oh, perdon mis malo modos, mi nombre es Guldrik , y ¿el suyo buen hombre? - le dije esperando una respuesta a todo lo que le había dicho.
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Ante las palabras del hombre, dejé caer la pesada guadaña rural y haciendo alarde de una interpretación lógica, hice ademán de dolor de espalda mientras le contestaba.
-"Oh, muchas gracias hijo mío; pero no se preocupe, se que no es mucho la hospitalidad que puedo ofrecerle, pero no es necesario" titubeé con un acento algo pueblerino fingido tras unos segundos, le miré algo de manera más directa.
Entonces tras mover un poco el hombro, pesado y con un ligero crujido, dediqué una sonrisa algo bobalicona en dirección al joven que se había ofrecido para arreglar los desperfectos del granero como cambio al alojamiento, así como ofreció dinero, momento que aproveché para de un rápido movimiento de manos en el que atraía su atención con una mueca muy típica de la argumentación hablada, con la mano izquierda tomaba las otras esposas de mi bolsillo y se las ponía en las manos, pues las había ofrecido gratamente al hacer entrega de los berries, dejando que este dinero cayera en el suelo. Mientras tanto, continué hablando.
-"Esta juventud... siempre tan confiada" musitaba al tiempo que mi cara parecía deformarse y tornar su forma original, así como el pelo recuperaba su longitud natural. También se apreciaba como durante la pausa dejaba de utilizar el tono pueblerino y utilizaba mi registro natural.
Ahora estaba claro que el truhán no escaparía.
-"Oh, muchas gracias hijo mío; pero no se preocupe, se que no es mucho la hospitalidad que puedo ofrecerle, pero no es necesario" titubeé con un acento algo pueblerino fingido tras unos segundos, le miré algo de manera más directa.
Entonces tras mover un poco el hombro, pesado y con un ligero crujido, dediqué una sonrisa algo bobalicona en dirección al joven que se había ofrecido para arreglar los desperfectos del granero como cambio al alojamiento, así como ofreció dinero, momento que aproveché para de un rápido movimiento de manos en el que atraía su atención con una mueca muy típica de la argumentación hablada, con la mano izquierda tomaba las otras esposas de mi bolsillo y se las ponía en las manos, pues las había ofrecido gratamente al hacer entrega de los berries, dejando que este dinero cayera en el suelo. Mientras tanto, continué hablando.
-"Esta juventud... siempre tan confiada" musitaba al tiempo que mi cara parecía deformarse y tornar su forma original, así como el pelo recuperaba su longitud natural. También se apreciaba como durante la pausa dejaba de utilizar el tono pueblerino y utilizaba mi registro natural.
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El momento en que el marine cambío su rostro del anciano amable a su rostro, cambío el mio de una amable mueca a una mueca de odio, como había podido usar un truco tan burdo. Pudo colocarme las esposas, pero eso era lo último que haría ese marine, aunque pensadolo mejor, podría seguir con mi plan de intentar convencerlo. Así que le seguí el juego antes de hacer nada, por lo que hable con el sin moverme.
- ¿De que se me acusa? No e hecho nada y no quiero pelear - le dije en tono serio y proseguí - No se como estas a las ordenes de ese gordo, asesino y corrupto marine, que a olvidado hace tiempo los valores que defiende - le dije con determinación.
Yo tenía la conciencia tranquila y mi de conversación en ningun momento se tornó nervioso ni con ningun movimiento extraño. Quería que ese marine comprendiera, que si el hacía las cosas para ayudar a los demas, su oficial no lo hacía, pero esas palabras no tendrían ningun efecto si no le mostaba alguna prueba.
- Tengo pruebas que inculpan a tu oficial, pero las tiene él, esta mañana asesino a mi protegido y ahora quiere echarme la culpa a mí, te pido que me ayudes. Solo 24 horas, si en ese tiempo no encontramos nada, me entregare - le dije con algo de pesar.
Si mis palabras no surtian ningun efecto tendría que pelear, algo que no me apatecía en estas circunstancias, pero si me veia obligado, no contendría mi fuerza.
- ¿De que se me acusa? No e hecho nada y no quiero pelear - le dije en tono serio y proseguí - No se como estas a las ordenes de ese gordo, asesino y corrupto marine, que a olvidado hace tiempo los valores que defiende - le dije con determinación.
Yo tenía la conciencia tranquila y mi de conversación en ningun momento se tornó nervioso ni con ningun movimiento extraño. Quería que ese marine comprendiera, que si el hacía las cosas para ayudar a los demas, su oficial no lo hacía, pero esas palabras no tendrían ningun efecto si no le mostaba alguna prueba.
- Tengo pruebas que inculpan a tu oficial, pero las tiene él, esta mañana asesino a mi protegido y ahora quiere echarme la culpa a mí, te pido que me ayudes. Solo 24 horas, si en ese tiempo no encontramos nada, me entregare - le dije con algo de pesar.
Si mis palabras no surtian ningun efecto tendría que pelear, algo que no me apatecía en estas circunstancias, pero si me veia obligado, no contendría mi fuerza.
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Tras toda la cabriola de sarta de palabras que no tenían ningún sentido para mi; procedí a contestarle con unos casi inquisitoriales aires de autoridad.
-"Ciertamente, puede que eso sea posible, señor, pero conozca el hecho de que si usted es un criminal, y él lo es, ambos estáis como objetivos míos. Así pues, le haré el favor de investigarlo, pero usted vendrá capturado... y nadie quiera que algo más" dije con tono de diplomacia, pero realmente si aquél hombre iba a atacarme, muy probablemente no saldría de allí con vida.
-"Así pues, está esposado. Acompáñeme sin realizar ningún movimiento brusco; o ningún altercado, y todo saldrá perfecto" musité con una mirada totalmente segura y directamente a sus ojos.
Ahora le tocaba a él decidir. ¿Su vida, o hacerme caso?
-"Ciertamente, puede que eso sea posible, señor, pero conozca el hecho de que si usted es un criminal, y él lo es, ambos estáis como objetivos míos. Así pues, le haré el favor de investigarlo, pero usted vendrá capturado... y nadie quiera que algo más" dije con tono de diplomacia, pero realmente si aquél hombre iba a atacarme, muy probablemente no saldría de allí con vida.
-"Así pues, está esposado. Acompáñeme sin realizar ningún movimiento brusco; o ningún altercado, y todo saldrá perfecto" musité con una mirada totalmente segura y directamente a sus ojos.
Ahora le tocaba a él decidir. ¿Su vida, o hacerme caso?
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El ambiente se torno algo tenso,ya que no me gustaba nada estar esposado y menos si no había echo nada malo. Las palabras con tono diplomático del recluta, no eran mas que palabrería y aunque no me agradaba aquel recluta, era mi única opción para probar mi inocencia. El recluta sabía la corrupción de su superior y aun así obedecía ordenes, algo que no me gusto demasiado, eso era perder la dignidad por lo que hacía.
Antes de hacer nada le dejaría muy claras las cosas al recluta, le pase la esposa por encima de la cabeza con un movimiento suave, mientras me transformaba en mi forma hibrida, sin apretar ni hacer ningun movimientos de presión en el. Mi tranformación me hacía crecer hasta los dos metros y medio, para a continuación crecerme dos cuernos, uno en la cabeza en punta y otra en el pecho en forma de "Y". El cuerpo se volvio mas resistente, gracias al exoesqueleto de mi zoan y con cuatro brazos, dos mas que salían del torso. Tambíen aparecierón cuatro caparazones del tamaño de rodelas que me salieron de los antebrazos, en forma de escudo. Otra parte de la tranformación, era la espalda, que se recubrio casi en su totalidad de un caparazon bastante duro, escondiendo en su interior las alas.
Mirando hacía abajo con una tez sería le empecé a hablar - acepto a ir contigo pero con una sería de condiciones:
1º No me trataras como un criminal hasta que no pasen las 24 horas.
2º No intentes jugarmela o seras el primero en el que pensare si salgo de prision.
3º Si percato de que saboteas mi busqueda o me guias por un camino que sabes que es erroneo, tomare cartas en el asunto
4º No me gustan llevar esposas - tras decir esto, levante los brazos que llevaban las esposas y con toda mi fuerza golpee la parte central contra una piedra en punta, haciendo que se separan por el fuerte golpe.
- Si aceptas las condiciones y en 24 horas no encontramos nada, me entregaré, si no, me ire solo en busca de mi inocencia y no me volveras a ver - le dije en tono serio y con determinacion, mientras volvía a mi forma humana. Esperaba que aquellas palabras pudieran inclinar la balanza a mi favor, aunque nunca se sabía. - Por cierto mi nombre es Guldrik y si todo va bien, seremos buenos amigos - le dije con una mueca amable.
Antes de hacer nada le dejaría muy claras las cosas al recluta, le pase la esposa por encima de la cabeza con un movimiento suave, mientras me transformaba en mi forma hibrida, sin apretar ni hacer ningun movimientos de presión en el. Mi tranformación me hacía crecer hasta los dos metros y medio, para a continuación crecerme dos cuernos, uno en la cabeza en punta y otra en el pecho en forma de "Y". El cuerpo se volvio mas resistente, gracias al exoesqueleto de mi zoan y con cuatro brazos, dos mas que salían del torso. Tambíen aparecierón cuatro caparazones del tamaño de rodelas que me salieron de los antebrazos, en forma de escudo. Otra parte de la tranformación, era la espalda, que se recubrio casi en su totalidad de un caparazon bastante duro, escondiendo en su interior las alas.
Mirando hacía abajo con una tez sería le empecé a hablar - acepto a ir contigo pero con una sería de condiciones:
1º No me trataras como un criminal hasta que no pasen las 24 horas.
2º No intentes jugarmela o seras el primero en el que pensare si salgo de prision.
3º Si percato de que saboteas mi busqueda o me guias por un camino que sabes que es erroneo, tomare cartas en el asunto
4º No me gustan llevar esposas - tras decir esto, levante los brazos que llevaban las esposas y con toda mi fuerza golpee la parte central contra una piedra en punta, haciendo que se separan por el fuerte golpe.
- Si aceptas las condiciones y en 24 horas no encontramos nada, me entregaré, si no, me ire solo en busca de mi inocencia y no me volveras a ver - le dije en tono serio y con determinacion, mientras volvía a mi forma humana. Esperaba que aquellas palabras pudieran inclinar la balanza a mi favor, aunque nunca se sabía. - Por cierto mi nombre es Guldrik y si todo va bien, seremos buenos amigos - le dije con una mueca amable.
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