Combate de cazadores

ESCENARIO:
ISLA DE SATÁN
Es una isla llana con una única cadena montañosa con forma de tridente, de donde proviene su nombre. También es en esa montaña donde se encuentra un antiguo templo al cual los habitantes no se acercan.

CONDICIONES:
Sawn:
- Obtengo cualquier cifra de experiencia según vea el mod (1500 Victoria, 750 derrota, 1000 empate)
- Los daños perduran no para siempre, pero hasta que se consigan recuperar.
- Salto de turno a la semana (si el otro no comenta).
- Combate a K.O.
- La isla la que quiera él o la que quiera el moderador (a mi me da igual)
Byakuro:
- Dado que no nos conocemos aún, dependiendo del combate puedo invitar a Sawn a mi futura asociación si quiere
- Si se superan los 7 posts, pedimos experiencia de rol normal :3
- Hay probabilidad de muerte, cicatrices, etc. PERO no vamos a matar... (es decir, se puede morir (como en todo), pero no ejecutar)

EXTRAS:
Nublado, y además con niebla espesa. Hace fresco.

¿QUIEN EMPIEZA?:
Pues empieza... Sawn

Aquella isla me daba mala espina, no se si era por la forma que tenía la montaña o por el ambiente siniestro y frío. Seguía sin ver al pirata que escuché en la isla de verano, de isla en isla escuchaba cosas diferentes y eso es lo que ha hecho que en este momento esté en esa isla tan siniestra. Llegué allí gracias a un marinero mercante que se ganaba la vida vendiendo marisco y diferentes pescados por las islas cercanas y esa era una de ellas. Me pidió un pago por el transporte, pero al no tener dinero, decidí ayudarle en la captura del Campanu, un tipo de pescado un poco raro.

El mercader me dejó, mientras él se iba a la zona este de la isla, yo me iba en dirección norte al pueblo que había allí, tenía que conseguir información antes de que terminase el día, no quería demorarme mucho con ese pirata. Pensaba que iba a ser fácil, pero una niebla espesa empezó a cubrir el espacio cercano a mi, era tan densa que posiblemente cubría toda la isla. Mientras caminaba hacia el interior me empezó a dar escalofríos que iban desde la cabeza hacia los pies. A partir de ese momento estuve tiritando.

Cada vez estaba más cerca del pueblo, el camino era tranquilo y solo se escuchaba el sonido de alguno animales como pájaros y derivados. De repente frente a mi apareció una figura extraña, por culpa de la niebla no podía verle bien, aunque gracias al mantra sabía perfectamente que ahí había un ser humano. No paré el ritmo en ningún momento, cuando estaba justamente al lado de ese tipo me llamó. Me quedé sorprendido, no estaba acostumbrado a que gente que no conocía me llamase por mi nombre. Me giré y por fin pude ver su rostro, me quedé sorprendido, no me esperaba que esa persona fuese mi mejor amigo Dan.

Hablamos allí un rato y después desplazamos la conversación a la taberna del pueblo. Allí en poco más de 15 minutos nos contamos nuestras aventuras de 3 años mientras tomábamos una taza de caldo de ave caliente, el frío que hacía se podía comparar con el frío de mi isla natal. Tras contarnos todo me dijo que estaba aquí por una misión, algo de capturar un pirata. Me enseñó su wanted, era el mismo que estaba buscando yo, era una casualidad que persiguiésemos los dos al mismo tipo. Yo también le dije que le perseguía desde hace unos días. Nos contamos varias cosas más y nos despedimos, él se fue al norte de la isla rodeando la montaña y yo cogí el mismo camino pero atravesando la montaña, quería ir a las ruinas.

El camino era arduo por el desnivel que había y la niebla que abundaba y no tenía mucha pinta de querer disiparse. Tras 20 minutos caminando llegué al templo ese que decía Dan que había, donde existía un tesoro muy raro. Cerca de la puerta del templo había una roca agrietada, la miré fijamente y noté un brillo extraño dentro de esa grieta, me acerqué, metí la mano y saqué una piedra muy extraña.

Foto piedra:

Miraba la piedra fijamente, era raro, notaba una sensación que nunca había experimentado, una sensación oscura. Me guardé la piedra en el bolsillo y me quedé sentado en la misma piedra pensando en cosas mías.

Byakuro caminaba lentamente por los caminos pedregosos de la Isla de Satán. El leve viento traía extraños sonidos, similares a lamentos inhumanos. La niebla espesa se cernía sobre él, impidiéndole ver más allá de unos cuantos metros alrededor. Las sombras de los árboles a ambos lados de la ruta se proyectaban como criaturas de pesadilla que quisieran devorar el alma del cazador. Era, en pocas palabras, un perfecto día de camping. Byakuro había decidido ir a explorar la isla a la que acababa de llegar, por lo que había preparado un pequeño bento para cuando sintiera hambre y se había dedicado a caminar y perderse por los caminos de la isla.

Sus pasos acabaron conduciéndolo a una zona más o menos montañosa, envuelta en la niebla. El chico no habría pasado desapercibido, con su enorme anorak de color morado intenso, y sus pantalones naranjas. Pero no había nadie en los alrededores, así que tampoco habría pasado nada. Las montañas se alzaban a su alrededor, cuando el chico llegó a una pequeña explanada donde una gran figura de aspecto artificial se alzaba. Cuando se acercó lo suficiente, vio que la silueta entre la niebla era en realidad una gran edificación. Un templo.

- Vaya, mira esta cosa, Klaus -Byakuro murmuró en voz baja a su mascota-. Vamos a investigar un poco.

Según la figura del cazador se acercaba al tempo, éste se hacía más visible para él, mostrando la arquitectura antigua con gran cantidad de detalles góticos y siniestros. Encontró una enorme puerta cerrada, de doble hoja, hecha de madera negra. Tardó un rato en darse cuenta de que cerca de allí había una persona sobre una roca.

- Oh... una persona. -el cazador se llevó la mano al mentón, pensativo.

Me quedé sentado en una piedra donde en su interior pude encontrar una extraña piedra de color oscuro, por cuestiones muy raras me hacía sentir un poco mal, como si no hubiese dormido durante varios días. Esperaba a que se me pasase o a que alguien pasase por allí y preguntar sobre este templo. Desde mi posición miré la puerta principal, la miré muy bien, pero no encontraba nada raro para abrirla. Era una puerta totalmente lisa y que parecía que estaba totalmente pegado a la estructura del templo.

Escuché unos pasos y noté la presencia de dos formas de vida, ni idea si eran animales, humanos o una tropa de hormigas, aún así no me estremecí para nada ni me moví de donde estaba sentado. - Vaya, mira esta cosa, Klaus; vamos a investigar un poco.- Llegó a acercarse a la puerta del templo, pero no se daba cuenta de mi presencia, hasta que finalmente lo hizo, se giró en mi dirección. No tenía pinta de ser un pirata o algún aldeano, lo podía suponer por sus ropas, no eran las "apropiadas" de aquellos tipos. No podía describirle bien por la niebla que cubría la zona, aunque me daba un poco igual.

Dave: A ver si adivinas tu como abrir esa puerta, yo no he podido adivinarlo.... bueno, mejor dicho no lo he intentado.

Al sentirme cansado no podía ni sonreír ni de hacer nada, solo quedarme ahí sentado. Me quedé esperando unos minutos, hacía tiempo que no peleaba contra nadie ni tampoco había entrenado mis habilidades desde que dejé la isla de inviernos hace unos meses. Siendo honesto veía uqe ese tipo era fuerte, no sabía cuanto, pero sabía que sí que lo era. La verdad no era mala idea la de pelear contra ese tipo si le apetecía.

Dave: ¿Te parece bien pelear contra mi? Llevo tiempo sin luchar y la verdad veo que eres fuerte.

En ese momento me levanté de la piedra, desenvainé mi espada y me quedé preparado para el combate, esperaba con todas mis ganas que aceptase la petición, si no, entraría al templo rompiendo la puerta con mi hierro, a ver si había algún tesoro, arma o cualquier cosa interesante.

¿Abrir aquella puerta? Mmmm... podía ser divertido ver lo que había dentro. Apuntó con su bastón a la puerta y lo lanzó con fuerza. El bastón rebotó contra el umbral, sin dejar ningún daño aparente, ni tan siquiera una diminuta muesca.

- Mmmm... vaya -el chico hizo un mohín y recogió el bastón del suelo. Entonces el otro hombre le propuso una pelea, tras lo que sacó su espada. El cazador sonrió, no esperaba encontrarse un rival allí, pero podría ser divertido-. Bueno... la verdad es que con este tiempo no hay mucho que hacer, la niebla no me deja ver el paisaje.

Apuntó con su bastón al hombre que tenía frente a él, y su ojo derecho empezó a brillar con fuerza con un tono rojizo. También activó el haki, sin dejar de mirar al tipo que tenía enfrente. Dejaría que el otro hiciera su primer movimiento, para medir su poder, y luego decidiría que hacer. Klaus descendió por la espalda del cazador y empezó a caminar con lentitud, dirigiéndose a una roca cercana.

- Cuando quieras, espadachín-kun.

Era verdad que llevaba un tiempo sin combatir y era hora de volver a la aventura y la mejor manera de hacerlo era pedirle a aquel chico que combatiese contra mi, no tenía nada en contra, pero al verle directamente pude ver perfectamente que era bueno peleando, o eso era lo que me esperaba. El ambiente seguía igual, frío y niebla alrededor de nosotros, donde no tenía pinta de irse. Me levanté de la piedra y me puse en posición de atacar, tras aceptar el combate, saqué la espada.

No quería empezar fuerte, necesitaba calentar y la mejor manera era empezando suave el combate. Miré que el tipo ese no estaba muy lejos de mi posición, así que lo que usaría eran las botas de impulso junto a una estocada en el hombro izquierdo de mi rival. Me puse en una posición como si fuese a correr, metí un golpe fuerte con mi pie izquierdo al suelo y salí disparado a una velocidad no muy grande pero lo suficiente para acercarme más a mi rival en 2 segundos. En el camino, estiré el brazo con el cual tenía cogida la espada. Si no escapaba de allí empezaría mal el combate.

Estoque Veloz [AI]

Necesitaba permanecer cerca de aquel tipo si no quería perderle de vista entre la niebla, si pasaba podría complicarse las cosas para mi, aunque a las malas podía utilizar el haki mantra para detectarlo.

Byakuro vio al hombre echarse sobre él en dos segundos. Tiempo breve, pero suficiente para bloquear el ataque. Recogió el bastón con las dos manos hacia él, esperando un arco, pero el espadachín lanzó una estocada recta. Era un estilo poco común.

- Mierda... -murmuró el cazador, mientras trataba de estirar los brazos para elevar el bastón y desviar la trayectoria de la estocada. Si el ataque hubiera sido un arco, le habría sido más fácil el bloquearlo.

Metal contra metal, y el filo del arma fue desviado hacia arriba, aunque no lo suficiente como para que le hiciera un corte en el hombro. Escocía como el demonio. Cuando el espadachín se detuvo, el cazador movió el bastón con fuerza hacia arriba y sonrió. Dio un par de pasos hacia atrás y examinó al espadachín.

- No ha estado mal. Déjame mostrarte lo que puedo hacer yo. -su ojo derecho brilló con intensidad. El rojo como la sangre se mostró en todo su esplendor. Una sonrisa de emoción contenida apareció en el rostro del chico.

Se movió hacia delante, en aproximadamente el mismo tiempo que lo había hecho el espadachín. Pero un instante antes de impactar, sus pies se separaron del suelo en un salto. Realizó un golpe descendente con el bastón, potenciado por la inercia. Por ahora no quería usar su fruta. Quería medir cuánto podría competir sin ella. El bastón descendió sobre la cabeza del espadachín con fuerza. Si le daba podía llegar a hacerle bastante daño.

Golpe descendente de bastón [AM]

Muchas personas han muerto simplemente porque la frutas logias son muy poderosas, si que lo son, pero el poder de una akuma no mi no solo existe dentro de un combate. En un combate entra todo, la forma de ser de cada uno, sus habilidades, su poder,.... se podía decir que era un ritual donde entraba en juego todo lo aprendido.

Eso era lo que pensaba en todo momento, en ningún momento he pensado que por tener una akuma no mi tipo logia era el mejor del mundo combatiendo, si no que pensaba lo contrario, que era muy débil, puede que el peor de todos. Ese pensamiento ha hecho que cada vez me volviese fuerte junto a las diferentes personas que he conocido por todo este mundo. Tras todo este tiempo, las ganas de combatir contra gente ha aumentado, y es por eso que había retado de forma amistosa a ese tipo que se había acercado a la entrada de ese templo.

Empecé el combate, no sabía porque, ya que no me gustaba hacerlo porque nunca se me ocurría ningún modo de atacar y menos con el poder que me otorgó la fruta. Menos mal que tenía mi espada ropera. Para empezar me impulsé para darle una estocada recta a aquel tipo, éste sacó su arma, una simple vara con la cual desvió mi estocada hacia su hombro, cual recibió un corte. Parecía que el chico tenía reflejos, eso estaba bien.

Lo que me dejó de piedra fue su habilidad de reacción, cuando quise darme cuenta aquel tipo estaba en el aire cogiendo su arma para atacarme, si no hacía nada podía dolerme el golpe. Activé mi habilidad de akuma para que mi cabeza fuese de hierro que además lo fusioné con el hakki armadura, era la defensa perfecta, la resistencia de las dos cosas hacían de esa habilidad una delicia para defenderse de cualquier cosa. Me dejé dar, noté toda la fuerza que había hecho el contrario, pero no noté nada de daño ni me moví del sitio, como sabía ,esa defensa era legendaria.

Aproveché que el enemigo estaba cerca para crear como un tipo de cuerdas de hierro que rápidamente lo rodearon por la altura de la cintura. Cuando lo rodearon hice que esas cuerdas fuesen con rapidez contra la puerta del templo.

Choque Gravitatorio [color=green][AF]/color]

El hombre transformó su cabeza en una especie de metal. ¿Un usuario? Qué demonios? Parecía que el ataque no le había hecho ni un solo rasguño. Interesante, sin duda. Debería tenerlo en cuenta. Se apoyó en el suelo, y en ese momento sintió algo alrededor de su cintura: una especie de correas de metal que le rodearon y lo mandaron despedido contra el templo. Quedó atrapado contra la puerta, rodeado por esa especie de cinchas. Si no activaba su fruta, estaría en clara desventaja. Su ojo brilló con fuerza, y trató de arrancar las cuerdas metálicas. Nada, apenas se doblaron un poco.

- He de reconocer... -dijo mientras miraba a su oponente-. Que es un buen ataque. ¿Acero, aluminio, hierro...? -preguntó, mientras creaba una ilusión real en las cadenas que lo aprisionaban. El metal empezó a adquirir un tono oscuro y a deshacerse entre sus dedos. El óxido corroía las cuerdas de hierro a una velocidad pasmosa, liberando así al chico-. Es una akuma interesante, y seguro que te da una buena defensa contra golpes. -dijo mientras sonreía afablemente al hombre de hierro.

Dicho esto, el cazador soltó su bastón, que quedó quieto en el aire. El arma empezó a danzar sola, dirigiéndose al espadachín. Esta vez, el tridente no iba solo imbuido en haki, sino también imbuido en unas llamas de color naranja y violeta. Estas llamas tenían la propiedad de entumecer y paralizar lo que tocaban, aumentando el efecto cuanto mayor era la exposición. Además, por si fuera poco, la zona del tridente brillaba al rojo blanco y humeaba, indicando que estaba a una temperatura extrema en ese momento.

- Como puedes ver, la mía también lo es. -sonrió el cazador, mientras el arma trataba de golpear al espadachín en una serie de golpes consecutivos.

Combo de cuatro golpes ardientes (Haki armadura lvl 1)(Flamas de Alba y Ocaso) [AIF]

Aquel tipo intentó golpearme con su arma, que era simplemente una vara de algún metal. Me defendí perfectamente de ese ataque, no tuve que hacer nada, solo activar mi hakki armadura y utilicé mi poder como logia para convertir mi cabeza totalmente en hierro. Esa combinación era la defensa absoluta por el momento.

Aproveché que mi enemigo estaba cerca mía y en el aire para crear unos anillos que lo cogieron por la cintura y lo estamparon contra la puerta del templo, eso debería haber bastado para dejarlo un poco dañado. Me llamaba la atención uno de sus ojos, no paraba de brillar, ¿sería una habilidad?

- He de reconocer que es un buen ataque. ¿Acero, aluminio, hierro...?-

En ese momento pude ver como mis anillos de hierro se deshacían al instante. Me daba igual, ya que no tenía pensado volver a utilizar ese hierro para un próximo movimiento.

-Es una akuma interesante, y seguro que te da una buena defensa contra golpes.- Dijo sonriendo

En ese momento sin saber como lo hacía, cogió su arma que cogió un color oscuro, el mismo color que conseguía yo cuando activaba el hakki armadura. Sabía que no había hecho falta contestarle a su pregunta si era tipo logia o que, eso me hizo esbozar una leve sonrisa. Me preparé poniéndome en posición de defensa, con espada en mano y con el brazo totalmente estirado esperé a que me atacase.

- Como puedes ver, la mía también lo es.- Dijo volviendo a sonreír

Esa frase me dejó descolocado además de cómo iba a atacar. Su arma estaba levitando o algo parecido, pero eso no me hizo dudar en ningún momento. Tenía la mentalidad de que nada me impresionase, o por lo menos la mayoría de las cosas, pensaba que en este mundo podía pasar cualquier cosa (éste es un ejemplo palpable). Con la misma sonrisa de antes, el arma del mi rival vino a por mi.

Activé el hakki armadura imbuyendo mi espada ropera en aquella habilidad, cogiendo una dureza mucho mayor al acero. Pude desviar la mayoría de intentos de atacarme y hacerme una herida, lo malo era que no paraba de hacerlo, llegaría un momento que me cansaría. Ese momento llegó, empecé a notar mi brazo cansado de no parar de realizar movimientos bruscos con la espada. El arma paró de atacarme mientras yo notaba dolor en la parte del pecho, me había roto la camisa y hacerme una herida nada grave, aunque escocía.

Dave: No se que te traes entre manos chaval, pero esto no es nada. Aunque no entienda el poder que tienes, no pienso indagar en ello, solo quiero divertirme. Ahora verás.

Miré a mi alrededor, medí el espacio que teníamos para combatir, sin duda era un poco estrecho, pero a la vez teníamos más o menos libertad de movimiento, pero no para esquivar este ataque. De mis manos empecé a crear hierro en polvo, que poco a poco cubría casi toda la zona del combate, oculta entre la niebla. Ya creado la cantidad que quería, hice que esas partículas girasen en sí mismas, creando un tornado. Si el chico era habilidoso podía saber como salir de allí o simplemente escapar, si no estaría liado dentro del tornado, claro está imbuido en haki armadura.

Tornado de niebla [AF]

Byakuro sonrió. El hombre había recibido un pequeño corte en el pecho debido al ataque del bastón. No esperaba lograr mucho más de aquella forma. Retiró el bastón y saltó hacia atrás para mantenerse a cierta distancia del espadachín. Si podía evitar su espada, seguramente estaría a salvo. Se colocó en postura de guardia y observó al espadachín, que empezó a lanzar una especie de polvo al aire, que se posó en un área a su alrededor. De pronto, aquellas diminutas partículas de polvo empezaron a moverse a una velocidad cada vez mayor. El cazador sintió como un fuerte viento se levantaba. Una especie de tornado de polvo de hierro se formó en el lugar. Las partículas de polvo de hierro empezaron a desgarrarle la ropa y a rascarle la piel. Pequeñas heridas superficiales, pero que en grandes cantidades podían suponer un problema debido a la sangre que podía llegar a perder.

Aquel tornado de polvo era muy peligroso si le golpeaba en los ojos o zonas sensibles, además de que podía dañar a Klaus, al abarcar una zona tan grande, por lo que tenía que neutralizarlo de inmediato. El cazador se cubrió la cara con los brazos, y generó frente a él un enorme imán de color rojo y negro, de un tamaño bastante grande.



Las limaduras de hierro empezaron a ser atraídas por el imán, por lo que pronto el aire estuvo más libre de las partículas de hierro. Alguna partícula rebelde seguía moviéndose por el aire, pero la mayoría habían sido atraídas y ya no suponían una molestia. Byakuro observó su cuerpo. Tenía la ropa rasgada y teñida de carmesí. Pero no importaba, pronto sus heridas desaparecerían. Mientras tanto, debía encargarse del hombre de pelo claro.

- Bien, ha sido un bonito movimiento... he de admitir que eres bueno, espadachín-san. -en la niebla tras él, fuera del campo de visión de ambos, cuatro enormes búfalos negros aparecieron de la nada. Los animales iniciaron una estampida contra el espadachín, pasando por el lado de Byakuro sin tocarlo. Los animales posiblemente no dañaran al hombre de hierro, pero sí que lo empujarían y con suerte lo alejarían del cazador. El chico aprovechó la distracción de los animales para hacerse invisible de pronto. Aprovecharía ese momento para volar sobre el tejado del templo y ocultarse entre la niebla.

¡Estampida! [AF]
Manual: In

El cazador se puso a rebuscar en su bolsa de cosas útiles y sacó un par de diales de color ambarino. Torció la boca en una sonrisa leve. Podía probar aquello.

Se me ocurrió la idea de crear un tornado de hierro, así conseguiría capturarlo dentro de él. Lo creé y lo mandé en su dirección. Tras crearlo produje que la niebla entrase entro del tornado y se disipase un poco a los alrededores, era un efecto secundario que no pensaba que iba a ocurrir. Tras crear ese efecto pude ver el sol y el cielo azul por uno periodo corto de tiempo.

De repente el tornado desapareció, posicionándose en un punto fijo, era un imán que había creado mi adversario. Me vino una sensación de impotencia tras ver que ese tornado no había servido para nada. Los trozos de hierro cayeron al suelo y la niebla volvió a cubrir todo el espacio. Tenía que pensar en algo para poder derrotarlo y ver que mis ataquen podían hacerle frente.

- Bien, ha sido un bonito movimiento... he de admitir que eres bueno, espadachín-san.

No sabía en que posición estaba en mi enemigo, era un fastidio la existencia de esa niebla por toda la isla. Me intenté tranquilizar, me di cuenta que el ruido era inexistente. De repente noté temblores en el suelo, no sabía que podía ser el ejecutor de esos temblores. En ese momento delante de mi podía ver la silueta de algo raro que rápidamente venían a por mi.

¿Toros?¿Bisontes? No entendía muy bien porque esos animales estaban allí en todo momento y de forma muy frenética venían directamente hacia mi. Activé el haki armadura y mi cuerpo se convirtió totalmente en hierro. Me puse en posición de defensa e intenté pararlos del todo, finalmente me tiraron varios metros hacia atrás, chocando con un árbol robusto. Me levanté, desactivé mis habilidades y volví al mismo sitio donde estaba antes.

Miré a mi alrededor, no podía ver donde estaba, era como si no estuviese allí. Activé mi haki mantra por si acaso, no podía entender muy bien como podía haber desaparecido en tan poco tiempo. Seguía sin ver donde estaba, así que la forma más fácil de hacerle aparecer era un buen ataque que conllevara atacar toda la zona de combate. Junto con las piezas de hierro que había creado antes y con las piezas que había creado ahora del mismo tamaño. Hice que todas esas piezas se dispersasen por toda la zona de combate y que girasen en sí mismas, así haría aparecer al enemigo.

Shuriken enano [/green][AMF][/color]

Byakuro sonrió. Los bisontes habían dado de lleno en su enemigo, aunque como se había transformado en hierro, apenas lo había dañado. Escupió al suelo, mientras un montón de esquirlas de hierro volaban desde su oponente en todas direcciones. Pudo verlas llegar gracias a sus reflejos y vista sobrehumanas, al tiempo que giraban sobre sí mismas. Por suerte, pese a que el número total era elevado, para cubrir aquel área tan amplia, el espadachín había tenido que dispersar mucho los proyectiles.

Byakuro alzó creó un muro de tierra para interceptar los proyectiles, pero un par de ellos pasaron de largo y se le clavaron profundamente en la carne: uno en el antebrazo derecho y otro en el izquierdo, a la altura del hombro. El cazador reprimió las ganas de gritar, y aferró los dos diales. Echó a correr hacia el lugar del que habían llegado los fragmentos de hierro y apuntó frente a él, al tiempo que creaba una esfera de goma alrededor suya, dejando libres las manos. Aprovecharía la humedad para enviar un rayo concentrado. Disparó los diales, al tiempo que la electricidad se expandía por el aire lleno de gotitas de agua. El hierro era un metal, así que seguro que atraía al rayo hacia él. Era un ataque sencillo, pero al mismo tiempo potente. La bola de goma que rodeaba a Byakuro tenía una doble función. Además de proteger de la electricidad, serviría como defensa si el otro intentaba un ataque similar al anterior, pues las esquirlas se clavarían en la esfera.

Descarga doble potenciada [AB]

No podía seguir combatiendo con esa niebla en medio y tampoco me podía deshacer de ella tan fácilmente, era muy consistente. Seguía sin entender el poder que tenía aquel tipo, y eso que analizaba muy bien cada movimiento que hacía, pero cada vez me impresionaba con una cosa diferente, estaba empezando a pensar que había sido mala idea pedirle un combate. Siempre decía que la combinación de hierro y el haki armadura era una defensa impenetrable, pero no era así, era verdad que paraba cualquier ataque, incluso lo decía. Con seguía con eso dolor, que se expandía por todo el cuerpo, sería por el choque de los ataques con la habilidad combinada.

No sabía si mi ataque le había dado o no, era una cosa que en ese momento ni en ningún otro podía conocer por culpa de la niebla. Me quedé quieto a ver que me podía ofrecer el contrario. Seguía sin verle, esperaba que el ataque le hubiese hecho algo. Aunque estaba quieto mirando a todos lados, mi cuerpo estaba tenso, se notaba porque tenía la mano derecha agarrando la espada y ésta hacía ruido al temblar yo. De repente olí a algo quemado, no podía adivinar su procedencia ni que era, en ese momento noté como mi cuerpo sufría una descarga.

No entendía como el rival podía crear electricidad, pero ésta impactó de lleno en mi cuerpo, sufriendo este quemaduras que poco a poco se iban agravando. Finalmente se me ocurrió la idea de "plantar" los pies debajo de la tierra, eso serviría para disipar la electricidad. Al hacerlo noté que mi cuerpo descansaba un poco de la gran descarga, aunque aún seguía alguna chispa correteando por mi cuerpo de metal. Quedé paralizado unos minutos, no podía moverme aunque quisiera, por decirlo de alguna forma me había atrapado allí, pudiendo volver a atacarme si quisiera.

El nivel de dolor era tan alto que me impedía moverme o de seguir combatiendo, me sentía muy cansado, como si hubiese corrido todo este tiempo como parte de algún entrenamiento. Intenté sacar los pies de allí, intentándolo poco a poco logré sacarlos los dos, era tal el cansancio que tenía por el combate que caí al suelo. Lo más gracioso era que no estaba ni muerto ni debilitado, si no dormido.

1500 Bya y 1025 para Sawn
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