Ciudad República {Afiliación Normal}

Con el Avatar entrenando en el Polo Sur, se ha desestabilizado el orden dentro de cada una de las naciones incluyendo la pacífica Ciudad República. Una serie de ataques terroristas tuvieron lugar en distintos puntos del planeta sin tener relación alguna entre ellos, según policías e investigadores involucrados en la causa. Poseedores de una tecnología avanzada y muy peligrosa han estado probando tales aparatos en gente inocente aunque no descartan que todo haya sido parte de un plan desconocido y muy bien elaborado. Nadie sabe quiénes son, nadie sabe qué es lo que quieren, nadie sabe cuál es su objetivo, pero está la certeza de que si no se los detiene pronto causarán un caos mundial que será difícil de detener y revertir.

Los Igualitarios siguen actuando desde las sombras pero resulta extraño que no hayan aprovechado estos ataques para emboscar a los maestros control y dar a conocer el temible poder que poseen. Aparentemente no existe conexión alguna entre estos y los terroristas pero no descartan el hecho de que en algún momento unan fuerzas conformando un grupo de temer. ¿Qué estará esperando Amon para mover sus piezas? La policía se encuentra alerta ante cualquier mínima sospecha aunque tampoco está resultando ni de utilidad ni de confíar.

La corrupción ha alcanzado niveles que sobrepasan los de la gente honesta y todo por un alguien o algo que se ha infiltrado desde la policía hasta altos mandos de cada una de las naciones. Quizás sea el deseo de poseer esa peligrosa tecnología que haría de su nación la más poderosa. Quizás sea por el deseo de tomar el poder por la fuerza y mover los hilos de la situación con más peso. Quizás sea por el deseo de causar un caos a nivel mundial.

Nadie está a salvo puesto que tanto maestros como no maestros están sufriendo las consecuencias de estos sucesos. Ya no distinguen entre sus aparentes objetivos y personas que se encontraban en el momento y lugar equivocados. Todos se convirtieron en blancos de su desoconocido y peligroso plan. La paz se ha terminado...

Los meses pasaron, veloces, imperdonables, y la paz se volvía un sueño utópico para los habitantes del mundo. El Avatar continuaba su riguroso entrenamiento, no estaba preparado aun para asumir su misión, y toda la esperanza que nacía en los seres humanos comenzaba a menguar hasta cenizas. Los terroristas se dieron a conocer de entre las sombras, el símbolo de paz que usaba El Loto Blanco fue manchado en la sangre de aquellos que no apoyaron su irreverente pensamiento, y los anarquistas nacieron: El Loto Rojo, su misión era simple: Librar al mundo de la opresión. Una que solo existía en su mente, una que llevaban sembrada en sus corazones, y germinaba en la sombra de aquella sutil paz que alcanzó el Avatar Aang. Continuaron su lucha contra las naciones, asesinando y sometiendo a todo aquel que no tuviera sus mismos ideales, creando más soldados, creando más guerra y destrucción. Aquellos que perseguían la igualdad en una humanidad infestada de Maestros Elementales, se dispersaron tras la caída de su líder, ¿que habrá sido de ellos? Nadie lo sabe, tal como aparecieron, así desaparecieron... ¿o no?

La convergencia armónica se hizo venir, los portales al mundo espiritual se abrieron, los espíritus volvieron a poblar la tierra y con ellos, el mundo se sumió en el peor caos que pudieron vivir después de la guerra de los cien años, ya no había vuelta atrás, el Avatar no estaba listo, los maestros que aún conservaban su entereza y disciplina, y su amor a la justicia luchaban contra el mal en varias partes del globo, defendían los ideales de sus naciones, pero ¿solo ellos podrían sostener el mundo en sus hombros hasta la llegada del Avatar? ¿O lo dejarían caer en manos del Loto Rojo?

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