Legacy of Tamriel [Normal]

Seguimos en la Cuarta Era, algunos años después de la caída de Alduin a manos del Sangre de Dragón. Sin embargo, nadie sabe qué ha sido de él o dónde se encuentra. Ulfric Capa de la Tormenta no consiguió sobrevivir a su propia guerra, ya que la Legión Imperial aguantó el asedio a Solitude, pero sus ideas permanecen. En los años sucesivos a este conflicto la mayoría de los jarls, tanto de un bando como de otro, fueron depuestos de sus cargos, aunque se les permitió volver como thanes de las ciudades que un día fueron suyas.
La Hermandad Oscura asesinó a Tito Mede II, el último emperador de la dinastía Mede, así que ahora el Imperio es gobernado por el Consejo de Ancianos, también llamado Senado, que dirigen y administran las provincias desde Ciudad Imperial, en Cyrodiil.
La cosa no pinta bien en el norte, ya que los dragones que quedaron han comenzado a reproducirse, y los habitantes de Tamriel tienen que aprender a repelerlos por sus propios medios, sin Dovahkiin que les ayude. Ahora la mayoría de los jarls apoyan la causa de los Capas de la Tormenta, cuyo líder actual, Wolfgang Von Reich, apodado El Oso de Hielo, pretende independizar Skyrim e iniciar una política expansionista, empezando por recuperar el territorio de Solstheim, que a día de hoy pertenece a Morrowind.

Desde el sur, los altos elfos de Estivalia han aprovechado la debilidad del imperio para hacerse con el control hegemónico de Bosque de Valen (Valenwood) y Elsweyr, creando el Segundo Dominio Aldmeri, comandado por el líder thalmor, Evandar Ayleid, también conocido por sus súbditos como Su Ilustrísima.
Pero nada de esto es comparable al acontecimiento más crucial que vive a día de hoy Tamriel: en solsticio de verano del año 214 de la Cuarta Era (4E 214), aparecieron por todo Tamriel multitud de portales daédricos trayendo personas extrañas a este mundo y devolviendo a él a aquellos que se fueron a buscar una solución a esta guerra de hermanos, además de traer a Nirn una extraña magia que permite a cualquier raza parecer humana con solo desearlo, como el mejor de los hechizos de ilusión. Nadie sabe qué daedras están detrás de todo esto, o si han sido los aedras los que intentan así frenar la destrucción de las naciones civilizadas. Todos se atribuyen el mérito, pero nadie parece saber explicar cómo ni por qué ha surgido esta situación.

Guerra en el norte, guerra en el sur, una revolución de razas e ideologías, y los Príncipes Daédricos amenazando de nuevo. Dragones en el cielo y ejércitos en la tierra. Cada facción y hermandad ocultando siniestros secretos, y los Pergaminos Antiguos no parecen dispuestos a dejarse encontrar tan fácilmente. Esta ya no es una tierra segura ni pacífica. Pero es nuestra tierra, y pelearemos por ella hasta el final. Somos los nuevos héroes de Nirn. Somos el Legado de Tamriel.