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Con la entrada del nuevo capitán en la banda, mi nuevo deber como contramaestre era reclutar gente prometedora y con talento, que nos fortaleciera para ir a por objetivos más grandes para la banda y estar más cerca de recuperar Zábalam. Por eso me separe del resto y me embarque en este viaje. Conocí a bastantes personajes interesantes, pero ninguna me llamaba la atención lo suficiente, aspiraban a cosas muy tribales o algo en ellos me disgustaban. Viajaba con el barco que me prestó Set hace ya bastante tiempo, aun que bueno, en cierto modo era mi barco, y la tripulación ya lo veía de este modo.
Cinco meses estuve lejos navegando por East Blue, ya me estaba cansando de viajar y pretendía volver con la banda pronto, pero antes de volver decidí parar en una isla llamada Villa Orange, no por nada en particular, necesitaba reponer los suministros y estirar las piernas un poco fuera del barco.
La isla en sí se resumía en un pueblo, bastante grande y sin nada en especial. Cuando baje del barco la gente se quedo asombrada por el barco y mi reluciente armadura, no estarían acostumbrados a visitas reales o de alta categoría. Mande al encargado del barco que hiciera los preparativos necesarios para estar listos a comenzar nuestro viaje de vuelta y me fui a dar un paseo por los alrededores junto a dos "escoltas", no sabia sus nombres ni pretendía saberlos, pero me gustaba llevármelos conmigo por si ocurría algo, no tener que mancharme las manos.
Uno era de tez morena, musculoso y bastante alto, con la cabeza rapada y un tatuaje debajo del ojo, la verdad es que imponía bastante, en el barco se solía encargar de guardar las velas y levantar el ancla, trabajos de gran esfuerzo físico. Mientras que el otro era caucásico y llevaba una pequeña melena rubia, era un poco más bajo que yo pero estaba casi igual de musculado que su compañero.
Me seguían siempre a dos pasos de distancia y con hacerles un gesto ya sabían lo que tenían, eran bastante eficientes para haber sido de Set...
Llegue al centro del pueblo, donde había una pequeña plaza y la gente abundaba en ese sitio, yo me abría paso con solo mirar a la gente, los cuales me observaban extrañados y sorprendidos.
En un lado de la plaza había un grupo de gente reunida rodeando una mesa, donde había un timador haciendo el típico truco de los vasos y las bolas, me detuve un momento para observar y ver como la gente era tan necia de seguir apostando en tal juego. El timador se percató de mi presencia y me invito a jugar.
- Usted caballero, el de la armadura dorada, seguro que usted no pierde la bola de vista, vamos invita la casa.
Le miré con asco y me acerqué a él, no tenia intención de jugar, pero quería quitarle esa sucia sonrisa de su cara.
- Adelante, tengo la intención de perder más tiempo con alguien que vive en la calle.
Estas palabras parece que mellaron en él, pues dejo de sonreír y movió los vasos mucho más rápido de cuando estaba observando. Estuvo cinco segundos moviendo los vasos, con la bola inicialmente en el lado izquierdo, cuando paro alejo las manos y con un toque burlón procedió a dejarme elegir.
Me quede observando los vasos con los brazos cruzados y con una sonrisa en la cara hice una bola exacta en mi puño cerrado ocultándolo del resto, la mostré, la dejé en la mesa y con aire superior le dije:
- Aquí la tienes, bufón
Todos alrededor se sorprendieron y comenzaron a aplaudir mientras que el estafador se puso nervioso y comprobó en su manga si estaba la bola. Para cuando la sacó yo ya me estaba alejando de ese sitio, continuando mi tour por el pueblo.
A los cinco minutos de la plaza en una calle un poco amplia había una pajarería, con una pequeña cantidad de animales, no muchos, pero con una selecta diversidad. Había un par de niños mirando en el escaparate los perros o los gatos, cuando de pronto apareció una mujer muy energética por lo que pude apreciar, con unas vestimentas un tanto extravagantes, con el pelo morado y una muy buena figura, haciendo mucho ruido y gritando como una loca corriendo emocionada hacia los conejos, a los cuales se acercó y comenzó a hacerles pucheritos y a moverse de un lado a otro para verlos a todos. Me quedé un poco anonadado por tal escena, incluso los niños que estaban tranquilamente viendo los animales se fueron asustados por la reacción explosiva de la susodicha.
Cinco meses estuve lejos navegando por East Blue, ya me estaba cansando de viajar y pretendía volver con la banda pronto, pero antes de volver decidí parar en una isla llamada Villa Orange, no por nada en particular, necesitaba reponer los suministros y estirar las piernas un poco fuera del barco.
La isla en sí se resumía en un pueblo, bastante grande y sin nada en especial. Cuando baje del barco la gente se quedo asombrada por el barco y mi reluciente armadura, no estarían acostumbrados a visitas reales o de alta categoría. Mande al encargado del barco que hiciera los preparativos necesarios para estar listos a comenzar nuestro viaje de vuelta y me fui a dar un paseo por los alrededores junto a dos "escoltas", no sabia sus nombres ni pretendía saberlos, pero me gustaba llevármelos conmigo por si ocurría algo, no tener que mancharme las manos.
Uno era de tez morena, musculoso y bastante alto, con la cabeza rapada y un tatuaje debajo del ojo, la verdad es que imponía bastante, en el barco se solía encargar de guardar las velas y levantar el ancla, trabajos de gran esfuerzo físico. Mientras que el otro era caucásico y llevaba una pequeña melena rubia, era un poco más bajo que yo pero estaba casi igual de musculado que su compañero.
Me seguían siempre a dos pasos de distancia y con hacerles un gesto ya sabían lo que tenían, eran bastante eficientes para haber sido de Set...
Llegue al centro del pueblo, donde había una pequeña plaza y la gente abundaba en ese sitio, yo me abría paso con solo mirar a la gente, los cuales me observaban extrañados y sorprendidos.
En un lado de la plaza había un grupo de gente reunida rodeando una mesa, donde había un timador haciendo el típico truco de los vasos y las bolas, me detuve un momento para observar y ver como la gente era tan necia de seguir apostando en tal juego. El timador se percató de mi presencia y me invito a jugar.
- Usted caballero, el de la armadura dorada, seguro que usted no pierde la bola de vista, vamos invita la casa.
Le miré con asco y me acerqué a él, no tenia intención de jugar, pero quería quitarle esa sucia sonrisa de su cara.
- Adelante, tengo la intención de perder más tiempo con alguien que vive en la calle.
Estas palabras parece que mellaron en él, pues dejo de sonreír y movió los vasos mucho más rápido de cuando estaba observando. Estuvo cinco segundos moviendo los vasos, con la bola inicialmente en el lado izquierdo, cuando paro alejo las manos y con un toque burlón procedió a dejarme elegir.
Me quede observando los vasos con los brazos cruzados y con una sonrisa en la cara hice una bola exacta en mi puño cerrado ocultándolo del resto, la mostré, la dejé en la mesa y con aire superior le dije:
- Aquí la tienes, bufón
Todos alrededor se sorprendieron y comenzaron a aplaudir mientras que el estafador se puso nervioso y comprobó en su manga si estaba la bola. Para cuando la sacó yo ya me estaba alejando de ese sitio, continuando mi tour por el pueblo.
A los cinco minutos de la plaza en una calle un poco amplia había una pajarería, con una pequeña cantidad de animales, no muchos, pero con una selecta diversidad. Había un par de niños mirando en el escaparate los perros o los gatos, cuando de pronto apareció una mujer muy energética por lo que pude apreciar, con unas vestimentas un tanto extravagantes, con el pelo morado y una muy buena figura, haciendo mucho ruido y gritando como una loca corriendo emocionada hacia los conejos, a los cuales se acercó y comenzó a hacerles pucheritos y a moverse de un lado a otro para verlos a todos. Me quedé un poco anonadado por tal escena, incluso los niños que estaban tranquilamente viendo los animales se fueron asustados por la reacción explosiva de la susodicha.
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Ya eran varios días los que llevaba en el bosque sin acercarme al pueblo, después de que me abandonaran en la isla, no quería relacionarme con la gente durante un tiempo, pero, ya estaba cansada de estar cazando para poder comer algo, así que, me acicale y marche hacia el pueblo, en el camino, no había nada interesante, solo agricultores arando la tierra y con unos campos de naranjas, así que me acerque a un naranjo, cogí una naranja y con la espada la pele cuidadosamente. Una vez pelada la probé, y, estaba malísima, al parecer aún no habían madurado así que, guarde la espada, tire la naranja al suelo y proseguí mi camino hacia el pueblo.
Tras mi llegada al pueblo encontré una pequeña plaza sin mucho que hacer, este pueblo era demasiado aburrido, ya me podrían a ver dejado en cualquier otro lugar, al cabo de un rato sentada en mitad de la plaza la gente no paraba de mirarme las mujeres me miraban mi forma de vestir y los hombres quería hacerme cosas que ni en sus mejores sueños con sus mujeres.
Después de un rato pensando que hacer, empecé a escuchar murmullos de la gente que hablaban algo de un barco, y sobre todo, de un hombre con una armadura que brillaba tanto que desde la plaza podía notar parte del brillo, empecé a sentir curiosidad así que me mezcle entre la gente por si se acercaban, y poder pasar desapercibida y así observarle bien, no podía arriesgarme a que me descubriera el gobierno o la marina.
Apareció por la plaza el hombre él cual me desconcertó, se me empezó a caer la baba solo al ver su rostro, pero la armadura era demasiado vistosa para mi gusto, seguro que tenía algún complejo extraño empecé a observarle desde una esquina de la plaza. Al parecer era ludópata, lo primero que hace según llega a la plaza es ponerse a jugar al jueguecito ese que todo el mundo sabe que es un timo, lo cual, me hizo perder el interés por ese hombre.
Me fui de la plaza dejando al hombre atrás, empecé a caminar por los callejones sin ver nada especial y sin encontrar nada, esto era muy aburrido para mi gusto.
Empecé a caminar cabizbaja entre los callejones sin poder hacer nada hasta que llegue a una calle que era algo más grande mientras salía un hombre algo mayor de su casa, me acerque a él y le pregunte algo que mi vida cambiaría por completo.
- Perdone señor ¿me podría ayudar?
El hombre empezó a mirarme fijamente a los ojos y tras esperar unos instantes se lo pregunté.
- Señor, ¡Me puede dar algo de comer! llevo más de seis horas sin comer nada.
Empecé a llorar mientras le hablaba para ver si mis armas de mujer funcionaban en aquel anciano. El anciano me miro y me respondió.
- ¡No¡
Y se fue corriendo asustado, creo que mis tetas le han desorientado, ¿debería de sacarlas un poco más? No lo hice ya que un poco más sería que estuvieran fuera. Después de este duro golpe quise encontrar algo de comida, así que, mire a los lados y al ver que no había gente empecé a transformarme en mi firma híbrida lo cual no se me nota en absoluto, las orejas se meten dentro de las falsas, me sale una colita en la parte trasera la cual la tapa mi faldita y la piel aunque se endurezca prácticamente ni se nota. Una vez transformada, por desgracia, mi oído está mucho más agudizado que el olfato y empecé a escuchar sonidos de animales justo en el callejón de al lado, salí corriendo a toda prisa mientras desaparecía mi forma híbrida y tras atravesar el callejón vi una pajarería a la mitad del callejón, mis ojos se abrieron como platos. Empecé a emocionarme muchísimo porque podía haber conejos. Así que no me podía contener y empecé a gritar sin parar.
- ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos!
Llegue a toda prisa a la pajarería levantando el polvo bajo mis pies y empecé a mirar de un lado para otro, estaba lleno de animalitos muy bonitos y no podía dejar de mirarlos mientras buscaba a los conejos.
Pero desgraciadamente en la pajarería no tenía ningún conejo, lo cual, me desanimo muchísimo.
Al salir de la pajarería levante la cabeza y vi al hombre de la armadura junto con dos hombre detrás que tenían cara de tener pocos amigos. Me sorprendí bastante al verlo así que le señale a la cara y le grite.
- ¡Eeeeee que haces tú aquí!
El hombre se sorprendió mucho mientras me miraba fijamente.
Tras mi llegada al pueblo encontré una pequeña plaza sin mucho que hacer, este pueblo era demasiado aburrido, ya me podrían a ver dejado en cualquier otro lugar, al cabo de un rato sentada en mitad de la plaza la gente no paraba de mirarme las mujeres me miraban mi forma de vestir y los hombres quería hacerme cosas que ni en sus mejores sueños con sus mujeres.
Después de un rato pensando que hacer, empecé a escuchar murmullos de la gente que hablaban algo de un barco, y sobre todo, de un hombre con una armadura que brillaba tanto que desde la plaza podía notar parte del brillo, empecé a sentir curiosidad así que me mezcle entre la gente por si se acercaban, y poder pasar desapercibida y así observarle bien, no podía arriesgarme a que me descubriera el gobierno o la marina.
Apareció por la plaza el hombre él cual me desconcertó, se me empezó a caer la baba solo al ver su rostro, pero la armadura era demasiado vistosa para mi gusto, seguro que tenía algún complejo extraño empecé a observarle desde una esquina de la plaza. Al parecer era ludópata, lo primero que hace según llega a la plaza es ponerse a jugar al jueguecito ese que todo el mundo sabe que es un timo, lo cual, me hizo perder el interés por ese hombre.
Me fui de la plaza dejando al hombre atrás, empecé a caminar por los callejones sin ver nada especial y sin encontrar nada, esto era muy aburrido para mi gusto.
Empecé a caminar cabizbaja entre los callejones sin poder hacer nada hasta que llegue a una calle que era algo más grande mientras salía un hombre algo mayor de su casa, me acerque a él y le pregunte algo que mi vida cambiaría por completo.
- Perdone señor ¿me podría ayudar?
El hombre empezó a mirarme fijamente a los ojos y tras esperar unos instantes se lo pregunté.
- Señor, ¡Me puede dar algo de comer! llevo más de seis horas sin comer nada.
Empecé a llorar mientras le hablaba para ver si mis armas de mujer funcionaban en aquel anciano. El anciano me miro y me respondió.
- ¡No¡
Y se fue corriendo asustado, creo que mis tetas le han desorientado, ¿debería de sacarlas un poco más? No lo hice ya que un poco más sería que estuvieran fuera. Después de este duro golpe quise encontrar algo de comida, así que, mire a los lados y al ver que no había gente empecé a transformarme en mi firma híbrida lo cual no se me nota en absoluto, las orejas se meten dentro de las falsas, me sale una colita en la parte trasera la cual la tapa mi faldita y la piel aunque se endurezca prácticamente ni se nota. Una vez transformada, por desgracia, mi oído está mucho más agudizado que el olfato y empecé a escuchar sonidos de animales justo en el callejón de al lado, salí corriendo a toda prisa mientras desaparecía mi forma híbrida y tras atravesar el callejón vi una pajarería a la mitad del callejón, mis ojos se abrieron como platos. Empecé a emocionarme muchísimo porque podía haber conejos. Así que no me podía contener y empecé a gritar sin parar.
- ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos! ¡conejos!
Llegue a toda prisa a la pajarería levantando el polvo bajo mis pies y empecé a mirar de un lado para otro, estaba lleno de animalitos muy bonitos y no podía dejar de mirarlos mientras buscaba a los conejos.
- Spoiler:
Pero desgraciadamente en la pajarería no tenía ningún conejo, lo cual, me desanimo muchísimo.
Al salir de la pajarería levante la cabeza y vi al hombre de la armadura junto con dos hombre detrás que tenían cara de tener pocos amigos. Me sorprendí bastante al verlo así que le señale a la cara y le grite.
- ¡Eeeeee que haces tú aquí!
El hombre se sorprendió mucho mientras me miraba fijamente.
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Aquella mujer se giró para señalarme y gritarme... Esto claramente me sorprendió, aparte de armar tanto ruido osaba a hablarme sin propiedad, a mí, un REY.
Me acerque lentamente y me puse delante de ella, con una actitud desagradable y los brazos cruzados, para mirarla fijamente a los ojos tratando de intimidarla. La sacaba poco más de una cabeza y media, y aun que la mirara de ese modo, ella seguía como si nada, no le afectaba para nada, o era muy despreocupada o tonta, la verdad que no sabia que pensar de ella, muy ruidosa, enérgica, y provocativa vistiendo de ese modo. En cierto modo sentía curiosidad por saber como era, pero no tenia tiempo que perder en esa isla, debia reclutar gente cuanto antes.
Me agache un poco, acercando nuestras caras para susurrarla una cosa.
- ¿Acaso es así como se habla a un rey, "conejita"? Te enseñaría cuales son los modales correctos, pero no tengo tiempo que perder con vasallos como tú, pero aquí mis dos sirvientes tal vez se han ganado un descanso, a veces hay que dejar que se diviertan... ¿Y tu no quieres eso verdad?
Mis dos subordinados se acercaron un poco pero guardando las distancias, tal vez por precaución o para mirar a la chica más de cerca, pero se notaba claramente que era por lo segundo, se les caía la baba con solo verla... y con lo que dije les salio una sonrisa a ambos, como esperando su premio ansiosos, cual perros con su comida. Uno se junto las manos y se las empezó a frotar, ya estaba pensando que hacer con ella, mientras que el otro esperaba que dijera algo más para entrar a acción y desfogarse más adelante.
Me acerque lentamente y me puse delante de ella, con una actitud desagradable y los brazos cruzados, para mirarla fijamente a los ojos tratando de intimidarla. La sacaba poco más de una cabeza y media, y aun que la mirara de ese modo, ella seguía como si nada, no le afectaba para nada, o era muy despreocupada o tonta, la verdad que no sabia que pensar de ella, muy ruidosa, enérgica, y provocativa vistiendo de ese modo. En cierto modo sentía curiosidad por saber como era, pero no tenia tiempo que perder en esa isla, debia reclutar gente cuanto antes.
Me agache un poco, acercando nuestras caras para susurrarla una cosa.
- ¿Acaso es así como se habla a un rey, "conejita"? Te enseñaría cuales son los modales correctos, pero no tengo tiempo que perder con vasallos como tú, pero aquí mis dos sirvientes tal vez se han ganado un descanso, a veces hay que dejar que se diviertan... ¿Y tu no quieres eso verdad?
Mis dos subordinados se acercaron un poco pero guardando las distancias, tal vez por precaución o para mirar a la chica más de cerca, pero se notaba claramente que era por lo segundo, se les caía la baba con solo verla... y con lo que dije les salio una sonrisa a ambos, como esperando su premio ansiosos, cual perros con su comida. Uno se junto las manos y se las empezó a frotar, ya estaba pensando que hacer con ella, mientras que el otro esperaba que dijera algo más para entrar a acción y desfogarse más adelante.
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El hombrecito este parecía que no sabia de lo que hablaba, cuando acerco su cara y me empezó a susurrar sospeche lo que pasaría, empece a emocionarme cuando me dijo que me querían violar los dos hombre que iban detrás suya y como bien sabía, esto no iba a acabar bien, empece a cambiar al instante y deje de poder controlarme y me dispuse a actuar. Lamí la cara del supuesto rey una vez que se me acerco y le susurre yo a el.
- Esperame diez segundos y ahora estoy contigo, pero, no te asustes después de ver esto, sigo siendo yo...
una vez dicho esto no me lo pensé ni un instante, quería saber el color de las tripas de aquellos que me querían violar, malditos pervertidos.
Me transforme en mi forma completa de conejo y antes de que les diera tiempo a reaccionar le agarre al hombre de la izquierda el pene con mis garras.
- Tienes una sonrisa muy graciosa pequeño pervertido, a ver que te parece si jugamos un poco.
Le arranque el miembro de cuajo y lo lance volando por encima de la pajarería perdiéndose en el horizonte, el hombre miro a su entrepierna y se desmayo directamente. El otro hombre me golpeo por la espalda en mi duro pelaje pensando que eso sería suficiente para hacerme daño, me di la vuelta y le mire fijamente a los ojos para ver esa expresión de miedo en sus ojos, y sin mas preámbulos le clave las garras en el pecho y mientras sangraba le tire contra el muro de la casa mas próxima quedándose completamente inconsciente en el suelo sangrando.
Una vez saciada mi curiosidad y ver que su sangre era del mismo color que el de todas las anteriores me tranquilice un poco he hice desaparecer mi forma completa, mire al supuesto rey y le hice una reverencia.
- ¿Esto es mas de su agrado, su majestad? he conseguido el descanso que quería para sus sirvientes
Le mire fijamente a los ojos mientras hacía la reverencia, y después de todo esto, seguía estando bastante bueno.
- Esperame diez segundos y ahora estoy contigo, pero, no te asustes después de ver esto, sigo siendo yo...
una vez dicho esto no me lo pensé ni un instante, quería saber el color de las tripas de aquellos que me querían violar, malditos pervertidos.
Me transforme en mi forma completa de conejo y antes de que les diera tiempo a reaccionar le agarre al hombre de la izquierda el pene con mis garras.
- Tienes una sonrisa muy graciosa pequeño pervertido, a ver que te parece si jugamos un poco.
Le arranque el miembro de cuajo y lo lance volando por encima de la pajarería perdiéndose en el horizonte, el hombre miro a su entrepierna y se desmayo directamente. El otro hombre me golpeo por la espalda en mi duro pelaje pensando que eso sería suficiente para hacerme daño, me di la vuelta y le mire fijamente a los ojos para ver esa expresión de miedo en sus ojos, y sin mas preámbulos le clave las garras en el pecho y mientras sangraba le tire contra el muro de la casa mas próxima quedándose completamente inconsciente en el suelo sangrando.
Una vez saciada mi curiosidad y ver que su sangre era del mismo color que el de todas las anteriores me tranquilice un poco he hice desaparecer mi forma completa, mire al supuesto rey y le hice una reverencia.
- ¿Esto es mas de su agrado, su majestad? he conseguido el descanso que quería para sus sirvientes
Le mire fijamente a los ojos mientras hacía la reverencia, y después de todo esto, seguía estando bastante bueno.
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La chica no se asustó por lo que la dije si no que parece que se emociono, su cara comenzó a cambiar y mientras ocurría esto me lamió la cara, su lengua había crecido un poco y me dejo unas pocas babas. Salió corriendo hacia mis dos siervos mientras terminaba de transformarse en un... ¿conejo? No salia de mi asombro y mientras me limpiaba las babas con la mano no me perdía nada de lo que estaba haciendo. Se puso delante del moreno y con sus garras le arrancó sus partes con una gran fiereza, una lastima, seguro que estaba orgulloso de lo que llevaba... Seguidamente las tiro muy lejos, con una gran fuerza, él se quedo perplejo sin saber que acababa de pasar, agacho la mirada y al ver que le faltaban literalmente TODO lo de ahí debajo y tanta sangre empezó a gritar como una niña sin saber que hacer y del dolor se desmayó. El otro de mis secuaces no se quedo parado y intento golpear a esa "cosa" por la espalda pero parece que no le hizo nada de daño, es más, se tomó su tiempo para introducirle sus garras en el abdomen y tirarlo contra la pared, pared que estaba al lado mía y haciendo que el cuerpo pasara al lado mio y se quedara a mis pies.
Me aparté un poco de su cuerpo tendido en el suelo para que no me manchara las botas de la sangre que chorreaba de él mientras pensaba lo inútiles que eran... Cuando volví mi mirada hacia la cambiante ya estaba en forma humana y me estaba haciendo una reverencia.
Comencé a aplaudirla, por fin había encontrado a alguien verdaderamente prometedor, solo tenia que conseguir que se uniera a nuestra banda y mi viaje no habría sido en vano...
- Impresionante preciosa... -La dije mientras me acercaba a ella aun aplaudiendo- Tienes una curiosa cualidad, ahora me perteneces, eres de mi agrado. Siéntete afortunada, no todo el mundo es de mi agrado.
Ya al lado deje de aplaudir y la mire de arriba abajo, estaba bastante contento de haberla encontrado, ahora era ver como reaccionaria ante mis palabras y llevarla al barco para volver con el resto y marcharme de esa isla. La extendí la mano y la dije unas ultimas palabras.
- Ven conmigo, eres propiedad de Naram Glod, rey de reyes, no permitiré que nadie te ponga las manos encima y me servirás de mucha ayuda en mis viajes, eres fuerte... Lo reconozco...
Me aparté un poco de su cuerpo tendido en el suelo para que no me manchara las botas de la sangre que chorreaba de él mientras pensaba lo inútiles que eran... Cuando volví mi mirada hacia la cambiante ya estaba en forma humana y me estaba haciendo una reverencia.
Comencé a aplaudirla, por fin había encontrado a alguien verdaderamente prometedor, solo tenia que conseguir que se uniera a nuestra banda y mi viaje no habría sido en vano...
- Impresionante preciosa... -La dije mientras me acercaba a ella aun aplaudiendo- Tienes una curiosa cualidad, ahora me perteneces, eres de mi agrado. Siéntete afortunada, no todo el mundo es de mi agrado.
Ya al lado deje de aplaudir y la mire de arriba abajo, estaba bastante contento de haberla encontrado, ahora era ver como reaccionaria ante mis palabras y llevarla al barco para volver con el resto y marcharme de esa isla. La extendí la mano y la dije unas ultimas palabras.
- Ven conmigo, eres propiedad de Naram Glod, rey de reyes, no permitiré que nadie te ponga las manos encima y me servirás de mucha ayuda en mis viajes, eres fuerte... Lo reconozco...
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Tras hacer la reverencia parece ser que le guste al supuesto rey, y por lo cual, pensaba que iba a ser suya. Extendió su mano hacia mi mientras le miraba fijamente a los ojos y parece ser que iba en serio, no titubeaba lo más mínimo. Sus sirvientes habían sido exterminados y al parece ser a él no le importaba lo más mínimo, parecía que no eran de verdad amigos y alguien le tenía que protegerle ahora.
Lo estuve pensando un instante ya que básicamente quería que fuera suya, aunque, estaba muy bueno yo no soy propiedad de nadie. estuve un rato en silencio sin saber muy bien lo que decir, pero, el seguía con su mano extendida hacia mí sin apartar su mirada
-Parece ser que te he impresionado, acepto el unirme a ti pero, quiero que sepas que yo no soy propiedad de nadie-Le dije mientras me agachaba y le enseñaba mis pechos- Yo soy la que gobierno en mi vida y nadie me lo puede quitar.
-Ahora es cuando empieza la diversión.
Lo estuve pensando un instante ya que básicamente quería que fuera suya, aunque, estaba muy bueno yo no soy propiedad de nadie. estuve un rato en silencio sin saber muy bien lo que decir, pero, el seguía con su mano extendida hacia mí sin apartar su mirada
-Parece ser que te he impresionado, acepto el unirme a ti pero, quiero que sepas que yo no soy propiedad de nadie-Le dije mientras me agachaba y le enseñaba mis pechos- Yo soy la que gobierno en mi vida y nadie me lo puede quitar.
- Spoiler:
-Ahora es cuando empieza la diversión.
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No pude evitar reírme al oír su respuesta, " yo no soy propiedad de nadie", todo en este mundo me pertenece, aun así en cierto modo me agradaba, estaba satisfecho con su unión a la banda por lo que no le di mucha importancia a su respuesta, aun que lo negara me pertenecía.
Antes de que me pudiera dar cuenta ya había gente gritando horrorizada por la escena y pidiendo ayuda mientras alguno que otro señalaba a la conejita para culparla de los hechos. Sin prisas la ofrecí que me acompañara de vuelta al barco y procedimos a ir sin pararnos.
Mientras caminábamos el ruido procedente de la calle donde ocurrió la escabechina iba en aumento y la gente de la isla se estaban impacientando, hasta que unos pueblerinos se interpusieron en nuestro camino incriminando a mi acompañante de lo sucedido.
- ¡Ella fue la que asesinó a esos dos hombres ahí atrás! La vi con mis propios ojos, ¡es un monstruo, se transforma en un conejo gigante!
Di un paso a delante y procedí a responder, no por defenderla, seguramente podría matar a todos aquí en la isla, pero no me interesaba más derramamiento y que esto condujera a más problemas.
- Esos dos esclavos eran de mi propiedad, no me importa si se mueren ahí desangrándose, no daban la talla, son escoria. Si lo que os molesta son los cuerpos pediré a alguien de mi tripulación que lo limpie todo, pero si seguís oponiéndoos a mi camino no seré tan cortés y seréis un cadáver más.
El aldeano al ver que iba en serio se aparto con la cabeza baja y nos dejo proseguir nuestro camino hasta el barco, donde ya estaban esperándome para zarpar.
Muchos de los tripulantes estaban extrañados al no ver a sus compañeros, pero ninguno tenia la valía necesaria para preguntarme, suponían lo que les podía haber pasado y a parte estaban observando a mi nueva acompañante con ojos de envidia.
Me puse en el medio del barco y di dos palmadas para que me hiciera caso todos en el barco, todo el mundo dejo de hacer ruido y se quedaron escuchando.
- A partir de ahora ella pertenecerá a la banda, sus palabras son las mías, sus ordenes son las mías, debéis hacerla caso en todo lo que os diga, os presento a...
Al no saber el nombre por no preguntárselo en todo nuestro encuentro la di dos chasquidos para que se presentara ella misma.
Antes de que me pudiera dar cuenta ya había gente gritando horrorizada por la escena y pidiendo ayuda mientras alguno que otro señalaba a la conejita para culparla de los hechos. Sin prisas la ofrecí que me acompañara de vuelta al barco y procedimos a ir sin pararnos.
Mientras caminábamos el ruido procedente de la calle donde ocurrió la escabechina iba en aumento y la gente de la isla se estaban impacientando, hasta que unos pueblerinos se interpusieron en nuestro camino incriminando a mi acompañante de lo sucedido.
- ¡Ella fue la que asesinó a esos dos hombres ahí atrás! La vi con mis propios ojos, ¡es un monstruo, se transforma en un conejo gigante!
Di un paso a delante y procedí a responder, no por defenderla, seguramente podría matar a todos aquí en la isla, pero no me interesaba más derramamiento y que esto condujera a más problemas.
- Esos dos esclavos eran de mi propiedad, no me importa si se mueren ahí desangrándose, no daban la talla, son escoria. Si lo que os molesta son los cuerpos pediré a alguien de mi tripulación que lo limpie todo, pero si seguís oponiéndoos a mi camino no seré tan cortés y seréis un cadáver más.
El aldeano al ver que iba en serio se aparto con la cabeza baja y nos dejo proseguir nuestro camino hasta el barco, donde ya estaban esperándome para zarpar.
Muchos de los tripulantes estaban extrañados al no ver a sus compañeros, pero ninguno tenia la valía necesaria para preguntarme, suponían lo que les podía haber pasado y a parte estaban observando a mi nueva acompañante con ojos de envidia.
Me puse en el medio del barco y di dos palmadas para que me hiciera caso todos en el barco, todo el mundo dejo de hacer ruido y se quedaron escuchando.
- A partir de ahora ella pertenecerá a la banda, sus palabras son las mías, sus ordenes son las mías, debéis hacerla caso en todo lo que os diga, os presento a...
Al no saber el nombre por no preguntárselo en todo nuestro encuentro la di dos chasquidos para que se presentara ella misma.
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No apartaba su mirada de mi mientras soltaba una pequeña carcajada, no estaba muy segura de porque se reía, pero, tampoco me importaba. La gente empezó a chillar sin parar y mientras me agarraba de la mano empezó a tirar de mi y tras un rato corriendo y sin altercados mayores, llegamos a su barco.
Subimos a bordo y el hombre me presento a la tripulación y me dio a entender que mi poder era supremo sobre los demás. Hubo algo de razón en sus palabras, me uní a su banda y ni siquiera me había presentado. Estaba claro que el era mi reycito, pero no podía dejar de pensar en como presentarme de una manera coherente con la tripulación, por lo tanto, como no era mi estilo presentarme de forma coherente lo hice a mi manera.
Di un salto hacía el frente mientras unos pequeños nervios me recorrían todo el cuerpo, y no podía dejar de mover las piernas como si estuviera corriendo, me puse las manos en las orejas y comencé a hablar muy rápidamente y de seguido.
- Bueno chicos pues me llamo Rito Tsukimi aunque si queréis me podéis llamar conejita sexy o simplemente Bing Bong
Una vez acabe la presentación mire a mi alrededor y estaban todos mirándome perplejos, ¿Pero que se creían?. ¿Por que no aplauden?. Me cabree muchísimo al ver que no aplaudían y levantando la cabeza grite.
-¡APLAUDIR!
La tripulación se miraron los unos a los otros y debieron de recordar las palabras de Naram, y acto seguido empezaron ha aplaudir sin parar lo cual me hizo ruborizarme un poco, pero, esto era el trato que se merecía desde un principio esta conejita. Al mirar a mi alrededor no ví a nadie en si que me interesara lo más mínimo a excepción un poco de el reycito.
Tras un rato en el barco sin zarpar ni nada no estaba muy segura de lo que pasaba y tampoco conocía a nadie, y al parecer me marginaron un poco dentro del barco, pero eso tampoco me importaba, mientras me dieran diversión yo estaba feliz.
Subimos a bordo y el hombre me presento a la tripulación y me dio a entender que mi poder era supremo sobre los demás. Hubo algo de razón en sus palabras, me uní a su banda y ni siquiera me había presentado. Estaba claro que el era mi reycito, pero no podía dejar de pensar en como presentarme de una manera coherente con la tripulación, por lo tanto, como no era mi estilo presentarme de forma coherente lo hice a mi manera.
Di un salto hacía el frente mientras unos pequeños nervios me recorrían todo el cuerpo, y no podía dejar de mover las piernas como si estuviera corriendo, me puse las manos en las orejas y comencé a hablar muy rápidamente y de seguido.
- Bueno chicos pues me llamo Rito Tsukimi aunque si queréis me podéis llamar conejita sexy o simplemente Bing Bong
- Spoiler:
Una vez acabe la presentación mire a mi alrededor y estaban todos mirándome perplejos, ¿Pero que se creían?. ¿Por que no aplauden?. Me cabree muchísimo al ver que no aplaudían y levantando la cabeza grite.
-¡APLAUDIR!
La tripulación se miraron los unos a los otros y debieron de recordar las palabras de Naram, y acto seguido empezaron ha aplaudir sin parar lo cual me hizo ruborizarme un poco, pero, esto era el trato que se merecía desde un principio esta conejita. Al mirar a mi alrededor no ví a nadie en si que me interesara lo más mínimo a excepción un poco de el reycito.
Tras un rato en el barco sin zarpar ni nada no estaba muy segura de lo que pasaba y tampoco conocía a nadie, y al parecer me marginaron un poco dentro del barco, pero eso tampoco me importaba, mientras me dieran diversión yo estaba feliz.
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La miré de reojo con cara de "creo que me equivoqué al reclutarla" he hice como si esa escena no hubiera ocurrido, di dos palmadas y les mande que zarparan de inmediato.
- ¡Zarpar de inmediato! No tengo todo el día para estar en este puerto, marchamos hacia Reino de Sakura, tenemos un largo viaje.
Todos comenzaron a moverse y gritar para poner el barco en movimiento cuanto antes mientras yo me dirigía a mi camarote para quitarme la armadura y ponerme más cómodo. Mientras me cambiaba pensaba en lo ocurrido en Villa Orange, Rito podía transformarse en un conejo gigante, algo que me impresionó al principio, pero pensándolo más detenidamente era una gran aliada ahora, quería saber cuales eran las limitaciones de su transformación y que ventajas la proporcionaban, a parte de las que pude ver...
Abrí la puerta y al primero que paso le detuve y le ordené que avisara a Rito que se presentara aquí, que quería hablar con ella.
Mientras esperaba me acerque a una mesita que había en mi camarote de roble que portaba encima una botella de vino y una copa de cristal, me serví un poco y me senté en el sillón de cuero rojizo que se hallaba al lado de la mesa, meneé un poco el vino y procedí a beber cuando por fin llegaba mi invitada tocando la puerta muy enérgicamente.
- Adelante, esta abierta.
Abrió la puerta y entró, la ofrecí sentarse en el otro sillón de la habitación de iguales características y con mi mano vacía creé otra copa idéntica a la mía, dejándola sin levantarme en la mesilla, por si quería beber un poco.
- Bueno Rito, te preguntarás porque he requerido de tu presencia tan pronto, me gustaría preguntarte un par de cosas, para saber más cosas de ti, ya que decidiste unirte a mí bueno, no solo a mí, a la banda pirata a la que pertenezco, Red Demons... - Hice una pausa para beber un trago del vino y proseguí - Esa transformación tuya... ¿Que cualidades te otorga, y debilidades? Por supuesto puedes optar a no responder, pero lo tomare como una ofensa a mi persona, ahora estamos en el mismo bando, ¿verdad?.
Tome otro trago y esperé su respuesta mirándola fijamente, mientras apoyaba el brazo en la pierna con la copa colgando entre mis dos dedos centrales de la mano.
- ¡Zarpar de inmediato! No tengo todo el día para estar en este puerto, marchamos hacia Reino de Sakura, tenemos un largo viaje.
Todos comenzaron a moverse y gritar para poner el barco en movimiento cuanto antes mientras yo me dirigía a mi camarote para quitarme la armadura y ponerme más cómodo. Mientras me cambiaba pensaba en lo ocurrido en Villa Orange, Rito podía transformarse en un conejo gigante, algo que me impresionó al principio, pero pensándolo más detenidamente era una gran aliada ahora, quería saber cuales eran las limitaciones de su transformación y que ventajas la proporcionaban, a parte de las que pude ver...
Abrí la puerta y al primero que paso le detuve y le ordené que avisara a Rito que se presentara aquí, que quería hablar con ella.
Mientras esperaba me acerque a una mesita que había en mi camarote de roble que portaba encima una botella de vino y una copa de cristal, me serví un poco y me senté en el sillón de cuero rojizo que se hallaba al lado de la mesa, meneé un poco el vino y procedí a beber cuando por fin llegaba mi invitada tocando la puerta muy enérgicamente.
- Adelante, esta abierta.
Abrió la puerta y entró, la ofrecí sentarse en el otro sillón de la habitación de iguales características y con mi mano vacía creé otra copa idéntica a la mía, dejándola sin levantarme en la mesilla, por si quería beber un poco.
- Bueno Rito, te preguntarás porque he requerido de tu presencia tan pronto, me gustaría preguntarte un par de cosas, para saber más cosas de ti, ya que decidiste unirte a mí bueno, no solo a mí, a la banda pirata a la que pertenezco, Red Demons... - Hice una pausa para beber un trago del vino y proseguí - Esa transformación tuya... ¿Que cualidades te otorga, y debilidades? Por supuesto puedes optar a no responder, pero lo tomare como una ofensa a mi persona, ahora estamos en el mismo bando, ¿verdad?.
Tome otro trago y esperé su respuesta mirándola fijamente, mientras apoyaba el brazo en la pierna con la copa colgando entre mis dos dedos centrales de la mano.
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Mientras miraba el horizonte el reycito dio la orden de zarpar y todo el mundo se puso mano a la obra, yo contemplaba el mar mientras estaba apoyada en el barco, contemplando las olas chocando contra el barco.
Al cabo de un pequeño rato un hombre apareció detrás de mí diciéndome que Naram quería verme. Empece a caminar con el hombre delante mía que me guió hacia el camarote de Naram. Tras llegar empece a golpear la puerta hasta que me dejo pasar.
Al pasar me hizo un gesto para que me sentase en un sillón un tanto feo que no me gusto en absoluto, a la vez que apareció de la nada otra copa igual que la suya. Estuve algo perpleja al verlo pero imagine que sería para beber. Me acerque poco a poco a la mesilla que Naram tenía justo delante mientras me hablaba y tras servirme el vino, me dí cuenta que lo que me pedía era lógico pero esto no funcionaba en un solo sentido. Me senté en la mesa justo delante de Naram con las piernas cruzadas para que no me viera mi hermosa lencería, entrelace mis manos y empece a hablar mientras me miraba fijamente lo que hizo que me sonrojara un poco.
-Veo lógico lo que me pides, pero después me tendrás que explicar como has creado la copa, basicamente, tu poder en general. Mi poder en sí es simplemente una zoan de un conejo algo extraño de una isla del grand line. Me mejora mis cualidades en general y gracias al pelaje tengo una resistencia al frío bastante impresionante, como pudiste observar, también aparecen unas garras las cuales son bastante útiles, en mi caso, las suelo intentar manejar como si fueran unas espadas ya que como pudiste comprobar por la espada, soy una espadachín. Aparte de esto tampoco hay mucho más que añadir salvo que lo más probable es que nunca veas mi forma híbrida ya que se me disimula muy bien con mi vestimenta.
- y bueno después de esto yo creo que ya he probado mi lealtad contándote mi poder y si de verdad somos "aliados" me contaras tu poder.
Después de esto tuve la garganta bastante seca y mientras me miraba me bebí toda la copa de vino de un trago y, dejando la copa en la mesa, le mire con una gran sonrisa esperando a que me contestara.
Al cabo de un pequeño rato un hombre apareció detrás de mí diciéndome que Naram quería verme. Empece a caminar con el hombre delante mía que me guió hacia el camarote de Naram. Tras llegar empece a golpear la puerta hasta que me dejo pasar.
Al pasar me hizo un gesto para que me sentase en un sillón un tanto feo que no me gusto en absoluto, a la vez que apareció de la nada otra copa igual que la suya. Estuve algo perpleja al verlo pero imagine que sería para beber. Me acerque poco a poco a la mesilla que Naram tenía justo delante mientras me hablaba y tras servirme el vino, me dí cuenta que lo que me pedía era lógico pero esto no funcionaba en un solo sentido. Me senté en la mesa justo delante de Naram con las piernas cruzadas para que no me viera mi hermosa lencería, entrelace mis manos y empece a hablar mientras me miraba fijamente lo que hizo que me sonrojara un poco.
- Spoiler:
-Veo lógico lo que me pides, pero después me tendrás que explicar como has creado la copa, basicamente, tu poder en general. Mi poder en sí es simplemente una zoan de un conejo algo extraño de una isla del grand line. Me mejora mis cualidades en general y gracias al pelaje tengo una resistencia al frío bastante impresionante, como pudiste observar, también aparecen unas garras las cuales son bastante útiles, en mi caso, las suelo intentar manejar como si fueran unas espadas ya que como pudiste comprobar por la espada, soy una espadachín. Aparte de esto tampoco hay mucho más que añadir salvo que lo más probable es que nunca veas mi forma híbrida ya que se me disimula muy bien con mi vestimenta.
- y bueno después de esto yo creo que ya he probado mi lealtad contándote mi poder y si de verdad somos "aliados" me contaras tu poder.
Después de esto tuve la garganta bastante seca y mientras me miraba me bebí toda la copa de vino de un trago y, dejando la copa en la mesa, le mire con una gran sonrisa esperando a que me contestara.
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Escuche atentamente sus explicaciones respecto a sus poderes y me intrigó bastante, no conocía de la existencia de esos conejos, parecían bastante agresivos al parecer.
Fue entonces cuando me acomodé más aún en el sillón y tome otro trago disponiéndome a responder su pregunta.
- No muchos saben de mi poder, pero es cierto, has demostrado tu lealtad a tu rey, te lo contaré obsequio a tu lealtad.
Hice desaparecer la copa de la que había bebido Rito haciendo que las ultimas gotas de vino cayeran sobre la mesa.
-Como pudiste comprobar, puedo materializar materia... Pero en esto no acaba mi poder, todo lo que creo puedo controlarlo a voluntad, pudiendo moverlos sin necesidad de contacto físico
Creé una pelota en la mano y se la tiré a Rito, parándola delante de esta antes de que pudiera cogerla.
- Me da muchas posibilidades, pero por ahora solo puedo materializar por un corto tiempo y objetos no muy grandes...
Hago desaparecer la bola creada anteriormente y me levanto del sillón dirigiéndome a la puerta mientras la hablo.
- Bueno Rito, ha sido un placer conversar contigo, si me disculpas me gustaría estar a solas de nuevo, te llamaré si necesito algo más de ti, por ahora descansa hasta que lleguemos a Reino de Sakura, ahí te presentaré al resto de la banda, unos compañeros... Curiosos...
Una vez dicho esto abrí la puerta y me eché a un lado con la mano aún en el pomo, invitándola a salir, estaba un poco cansado y quedaba mucho para llegar a nuestro destino, tal vez jugaría al ajedrez un poco, hacia mucho que no lo jugaba.
Fue entonces cuando me acomodé más aún en el sillón y tome otro trago disponiéndome a responder su pregunta.
- No muchos saben de mi poder, pero es cierto, has demostrado tu lealtad a tu rey, te lo contaré obsequio a tu lealtad.
Hice desaparecer la copa de la que había bebido Rito haciendo que las ultimas gotas de vino cayeran sobre la mesa.
-Como pudiste comprobar, puedo materializar materia... Pero en esto no acaba mi poder, todo lo que creo puedo controlarlo a voluntad, pudiendo moverlos sin necesidad de contacto físico
Creé una pelota en la mano y se la tiré a Rito, parándola delante de esta antes de que pudiera cogerla.
- Me da muchas posibilidades, pero por ahora solo puedo materializar por un corto tiempo y objetos no muy grandes...
Hago desaparecer la bola creada anteriormente y me levanto del sillón dirigiéndome a la puerta mientras la hablo.
- Bueno Rito, ha sido un placer conversar contigo, si me disculpas me gustaría estar a solas de nuevo, te llamaré si necesito algo más de ti, por ahora descansa hasta que lleguemos a Reino de Sakura, ahí te presentaré al resto de la banda, unos compañeros... Curiosos...
Una vez dicho esto abrí la puerta y me eché a un lado con la mano aún en el pomo, invitándola a salir, estaba un poco cansado y quedaba mucho para llegar a nuestro destino, tal vez jugaría al ajedrez un poco, hacia mucho que no lo jugaba.
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Estuve atenta a todas y cada una de sus palabras sobre su poder ya que me interesaba bastante, y aunque la explicación fue breve, lo comprendí a la perfección, era bastante peculiar ese poder y aunque ahora no parecía suponer ningún problema, después podía ser un digno adversario.
-Tu poder es bastante interesante, te voy a observar. ¿Eso es lo que te gusta? ¿No?
Le mire mientras se empezaba a levantar y no hizo ningún gesto extraño y mientras me abría la puerta me dijo que me marchara, me levante de la mesa con mucho cuidado dejando verse un poquito mi ropa interior y según me acercaba a la puerta con Naram sosteniéndola me fije en que este hombre podía conseguir que me divirtiera con él.
-Naram !Espero que me diviertas¡-Dije mientras le daba un azote a la par que salía por la puerta.
Una vez fuera escuche la puerta cerrarse tras de mí, no estaba muy segura de lo que hacer así que me acerque a la proa para descansar un poco con la brisa del mar golpeándome el cabello y las gotas de agua que salían despedidas con los golpes de las olas en el barco rociandome la cara, vi una isla a lo lejos que me parecía conocida, aunque, no estaba muy segura. Me puse de frente a la isla y con todas mis fuerzas grite.
-!Por fin lo he conseguido¡
-Tu poder es bastante interesante, te voy a observar. ¿Eso es lo que te gusta? ¿No?
Le mire mientras se empezaba a levantar y no hizo ningún gesto extraño y mientras me abría la puerta me dijo que me marchara, me levante de la mesa con mucho cuidado dejando verse un poquito mi ropa interior y según me acercaba a la puerta con Naram sosteniéndola me fije en que este hombre podía conseguir que me divirtiera con él.
-Naram !Espero que me diviertas¡-Dije mientras le daba un azote a la par que salía por la puerta.
Una vez fuera escuche la puerta cerrarse tras de mí, no estaba muy segura de lo que hacer así que me acerque a la proa para descansar un poco con la brisa del mar golpeándome el cabello y las gotas de agua que salían despedidas con los golpes de las olas en el barco rociandome la cara, vi una isla a lo lejos que me parecía conocida, aunque, no estaba muy segura. Me puse de frente a la isla y con todas mis fuerzas grite.
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Vi que la interesó mi poder bastante y que estaba encantada con formar parte de la banda, solo faltaba que le cayera bien al resto, aun que bueno, conociendo al resto les dará exactamente igual, encajaba a la perfección.
Al salir del cuarto me dio un azote del culo, una clara ofensa hacia mi persona, pero se la pasaría por esta vez, por su día especial, hoy conocería al resto de la banda, una banda peculiar.
No tardamos mucho en llegar a tierra, ya me había colocado mi armadura y estaba esperando en proa junto a Rito a que atracáramos para pisar tierra. Hacia un muy buen día y el sol estaba en los más alto, algo que me agradó he hizo que pusiera la cara hacia él con los ojos cerrados para notar el calor emanante. Ya atracados le hice una señal a Rito para que me siguiera y bajamos del barco, nos dirigimos a una taberna mientras la daba conversación a Rito.
- Por ahora no tenemos un lugar propio donde reunirnos, por lo que estamos en una taberna no muy frecuentada por la gente hasta que encontremos algún lugar digno de nosotros. No armes mucho escándalo en esta isla, por ahora no queremos que sepan que estamos aquí y viajamos bastante, tienes suerte si estamos todos.
Por fin llegamos a la puerta de la taberna, estaba escondida en un callejón y la puerta de madera estaba agrietada y mohosa, he de reconocer que odia estar es esa taberna, no era digna de un rey, pero hasta que no recuperara mi reino debía aguantarme, me volvería a alzar, solo debía ser paciente. Abrí la puerta y la zona estaba bastante oscura, apenas se podían diferenciar las caras de la gente, entré yo primero y le sujeté la puerta a Rito para que entrara, el capitán siempre estaba sentado en el mismo sitio.
En una mesa de al fondo, sentado en una silla roñosa estaba él, sabia para que estaba la chica ahí, no hacia falta que dijera nada, me acerque a la mesa acompañando a Rito y nos pusimos delante de él, coloque el brazo en el hombro de Rito y procedí a presentarla.
- Capitán, esta es Rito, creo que la sorprenderá verla en acción... Sera una valiosa compañera.
Al salir del cuarto me dio un azote del culo, una clara ofensa hacia mi persona, pero se la pasaría por esta vez, por su día especial, hoy conocería al resto de la banda, una banda peculiar.
No tardamos mucho en llegar a tierra, ya me había colocado mi armadura y estaba esperando en proa junto a Rito a que atracáramos para pisar tierra. Hacia un muy buen día y el sol estaba en los más alto, algo que me agradó he hizo que pusiera la cara hacia él con los ojos cerrados para notar el calor emanante. Ya atracados le hice una señal a Rito para que me siguiera y bajamos del barco, nos dirigimos a una taberna mientras la daba conversación a Rito.
- Por ahora no tenemos un lugar propio donde reunirnos, por lo que estamos en una taberna no muy frecuentada por la gente hasta que encontremos algún lugar digno de nosotros. No armes mucho escándalo en esta isla, por ahora no queremos que sepan que estamos aquí y viajamos bastante, tienes suerte si estamos todos.
Por fin llegamos a la puerta de la taberna, estaba escondida en un callejón y la puerta de madera estaba agrietada y mohosa, he de reconocer que odia estar es esa taberna, no era digna de un rey, pero hasta que no recuperara mi reino debía aguantarme, me volvería a alzar, solo debía ser paciente. Abrí la puerta y la zona estaba bastante oscura, apenas se podían diferenciar las caras de la gente, entré yo primero y le sujeté la puerta a Rito para que entrara, el capitán siempre estaba sentado en el mismo sitio.
En una mesa de al fondo, sentado en una silla roñosa estaba él, sabia para que estaba la chica ahí, no hacia falta que dijera nada, me acerque a la mesa acompañando a Rito y nos pusimos delante de él, coloque el brazo en el hombro de Rito y procedí a presentarla.
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