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¡Oh! Bonito día hace por el Nuevo Mundo, ¿no crees? El Sol pega con fuerza, revotando los rayos de luz en el mar. Se pueden ver peces enormes nadando por aquel mar que por ahora, está pacífico. Ahora mismo te encuentras en un pequeño barco, no muy grande, solo. El problema es el dinero que has perdido, por culpa de querer mantenerlo en secreto, has tenido que alquilar un barcucho que casi no puede mantenerse a flote y, para colmo, el mercader que te lo ofreció te cobró un ojo de la cara, 1.000.000 de Berries. Encima de todo, has firmado un contrato, si rompes el barco... Tendrás que pagar nueve millones más y eso te duele.
Por suerte hay provisiones, agua y comida, por si te quedas a la deriva sobrevivir unos días. Espera... ¿Qué es eso que ven tus ojos? ¿Un espejismo? Es una maldita isla, pero... ¡¡Se mueve!! Es como si tuviese vida propia, está muy lejos y da mala espina. Parece una gran montaña enorme y, si te fijas bien en el agua, ves que hay cuatro sombras gigantescas debajo de ese lugar... ¿Qué puede ser? Mmm... Tienes algo de información sobre una isla que navega sin rumbo en el nuevo mundo, pero que pocos han sido capaz de encontrarla. Al parecer, tienes suerte y tú, querido Alex, has encontrado la isla. Nadie sabe que hay dentro, ya que los que han entrado, no han salido...
¿Serás capaz de adentrarte en ese lugar?
Por suerte hay provisiones, agua y comida, por si te quedas a la deriva sobrevivir unos días. Espera... ¿Qué es eso que ven tus ojos? ¿Un espejismo? Es una maldita isla, pero... ¡¡Se mueve!! Es como si tuviese vida propia, está muy lejos y da mala espina. Parece una gran montaña enorme y, si te fijas bien en el agua, ves que hay cuatro sombras gigantescas debajo de ese lugar... ¿Qué puede ser? Mmm... Tienes algo de información sobre una isla que navega sin rumbo en el nuevo mundo, pero que pocos han sido capaz de encontrarla. Al parecer, tienes suerte y tú, querido Alex, has encontrado la isla. Nadie sabe que hay dentro, ya que los que han entrado, no han salido...
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¿Un millón de berries? Aquello era un precio desorbitado, pero no había ni una sola persona más que se atreviera a llevarlo hasta aquel lugar, la isla del tirano. Aquel criminal tenía una recompensa jugosa pero no era eso lo que interesaba a Alex. No había traído a nadie de su Gremio porque, si esto era lo que pensaba, les daría una gran sorpresa. Aquella isla se movía sola, según decían, y podía ir a donde su dueño decidiera. Eso era algo muy útil, en demasía, y le vendría muy bien al cazador. Pero el precio había sido demasiado alto y esperaba que aquel "tirano" tuviera una recompensa lo suficientemente grande como para pagar lo que ya había gastado. Además debía poner otros nueve millones en manos de aquel capitán si destrozaba su barco.
¿De verdad? Y cómo iban a volver si lo destrozaba? Aquello era una estupidez, pero se calló y esperó a llegar a su nuevo destino. Una vez allí solo vio una increíble y gigantesca roca de altura y proporciones desorbitadas. ¿Cómo iban a desembarcar allí? Era imposible llegar con el barco. Al menos desde aquel punto de vista. Debía tener alguna entrada o un modo de llegar hasta ella. Pero sería peligroso para la enclenque embarcación acercarse demasiado y resultaría una pérdida de tiempo que no estaba dispuesto a tener. Llamó a Farkas y el lobo acudió presto a él. Se montó en su lomo cuando el animal pasó a su forma completa y elevaron el vuelo a unos centímetros de la cubierta. Antes de marcharse decidió decirle algo al capitán.
-Espéreme aquí unas horas, no se acerque más. Si no vuelvo en tres o cuatro horas pueden marcharse- Aclaró.
Entonces el animal se elevó más y se dirigió hacia la roca flotante. Parecía que avanzaba lentamente por el agua como si tuviera vida propia. Alex nunca había escuchado nada igual y no pudo hacer más que sorprenderse. Si las historias que se contaban sobre ella eran ciertas... aquella isla era como un barco titánico. Pero parecía realmente fea e inservible. ¿Cómo sería por arriba. La mejor opción que tenían ahora era ascender hasta la parte más alta para poder tener una vista aérea y averiguar algo sobre ella. Después de todo lo único que conocían sobre aquel lugar eran rumores de taberna y cuentos de viejas.
¿De verdad? Y cómo iban a volver si lo destrozaba? Aquello era una estupidez, pero se calló y esperó a llegar a su nuevo destino. Una vez allí solo vio una increíble y gigantesca roca de altura y proporciones desorbitadas. ¿Cómo iban a desembarcar allí? Era imposible llegar con el barco. Al menos desde aquel punto de vista. Debía tener alguna entrada o un modo de llegar hasta ella. Pero sería peligroso para la enclenque embarcación acercarse demasiado y resultaría una pérdida de tiempo que no estaba dispuesto a tener. Llamó a Farkas y el lobo acudió presto a él. Se montó en su lomo cuando el animal pasó a su forma completa y elevaron el vuelo a unos centímetros de la cubierta. Antes de marcharse decidió decirle algo al capitán.
-Espéreme aquí unas horas, no se acerque más. Si no vuelvo en tres o cuatro horas pueden marcharse- Aclaró.
Entonces el animal se elevó más y se dirigió hacia la roca flotante. Parecía que avanzaba lentamente por el agua como si tuviera vida propia. Alex nunca había escuchado nada igual y no pudo hacer más que sorprenderse. Si las historias que se contaban sobre ella eran ciertas... aquella isla era como un barco titánico. Pero parecía realmente fea e inservible. ¿Cómo sería por arriba. La mejor opción que tenían ahora era ascender hasta la parte más alta para poder tener una vista aérea y averiguar algo sobre ella. Después de todo lo único que conocían sobre aquel lugar eran rumores de taberna y cuentos de viejas.
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Sobrevuelas la isla y desde arriba puedes ver con claridad lo que hay.
Vaya... Parece que hay "hormigas", miles de ellas por toda la isla. Si te fijas bien, puedes ver que no son hormigas, sino soldados humanos con armaduras oscuras. Puedes ver con claridad una especie de castillo, edificios, un bosque, un lago, varias torres... Parece que todo está vigilado y descender podrá provocar que te vean y avisen a todos los soldados.
Puedes entrar por varias zonas, aunque será difícil si avisan a la caballería. Debes encontrar el modo de adentrarte y que no te descubran...
¿Por donde entrarás? ¿Lago, bosque, torres, muro, castillo, edificios..? Debes encontrar la zona adecuada donde aterrizar, si quieres.
Vaya... Parece que hay "hormigas", miles de ellas por toda la isla. Si te fijas bien, puedes ver que no son hormigas, sino soldados humanos con armaduras oscuras. Puedes ver con claridad una especie de castillo, edificios, un bosque, un lago, varias torres... Parece que todo está vigilado y descender podrá provocar que te vean y avisen a todos los soldados.
Puedes entrar por varias zonas, aunque será difícil si avisan a la caballería. Debes encontrar el modo de adentrarte y que no te descubran...
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Al sobrepasar la inmensa isla la imagen que se vislumbraba sorprendió en demasía al cazador. No solo era algo más que pedrusco flotante, si no que era un lugar habitable. La propia roca hacía de muralla natural y, en su interior, había bosques, edificios, un lago y una fortaleza central. Ahí debía estar el hombre al que apodaban "el Tirano". Desde la altura a la que estaban no podía distinguir muy bien, pero había pequeñas "cosas" por toda la isla. Personas, a su parecer, atraviadas de negro. No sabía si eran hostiles, por lo que era mejor evitarlos por el momento. No quería llamar la atención antes de tiempo o darle una oportunidad a aquel hombre de preparar alguna trampa.
Sin embargo no había posible forma de llegar al castillo, lugar donde lógicamente estaría el líder de la isla, sin ser vistos. Estaba situado en el centro y rodeado de campo abierto. Había un bosque cerca y hasta algo similar a un pueblo, pero no lo demasiado como para llegar sin ser visto. La única forma era descender y llegar a pie tan rápido como pudiera o, a lo sumo, llegar desde el aire y descender en el tejado. la segunda opción era la más viable aunque cuanto más tiempo estuvieran volando más posibilidades había de que los descubrieran. ¿Qué remedio? Los verían tarde o temprano y hacerlo de otro modo sería prolongar lo inevitable como un pobre idiota.
-Ve hacia aquel castillo, descenderemos en el techo- Le dijo al lobo.
El animal obedeció y se dirigió hacia la fortaleza tan raudo como pudo para, una vez sobre ella, comenzar el descenso. La idea era encontrar alguna puerta y adentrarse en la enorme edificación tan rápido como fuera posible. Cabía la probabilidad de que supieran que estaban allí y no podían tardar. Era lago fácil, entrar, acabar con el tirano, quedarse la isla y entregar al criminal. Como siempre... aunque siempre había problemas. Estaba seguro de que esta vez no sería una excepción. Por el motivo que fuera algo ocurriría y estaría rodeado, caería en una trampa o el Tirano poseería onmisapiencia y sabría que iba a por él. Pero eso no iba a desanimar a Alex que avanzó decidido.
Sin embargo no había posible forma de llegar al castillo, lugar donde lógicamente estaría el líder de la isla, sin ser vistos. Estaba situado en el centro y rodeado de campo abierto. Había un bosque cerca y hasta algo similar a un pueblo, pero no lo demasiado como para llegar sin ser visto. La única forma era descender y llegar a pie tan rápido como pudiera o, a lo sumo, llegar desde el aire y descender en el tejado. la segunda opción era la más viable aunque cuanto más tiempo estuvieran volando más posibilidades había de que los descubrieran. ¿Qué remedio? Los verían tarde o temprano y hacerlo de otro modo sería prolongar lo inevitable como un pobre idiota.
-Ve hacia aquel castillo, descenderemos en el techo- Le dijo al lobo.
El animal obedeció y se dirigió hacia la fortaleza tan raudo como pudo para, una vez sobre ella, comenzar el descenso. La idea era encontrar alguna puerta y adentrarse en la enorme edificación tan rápido como fuera posible. Cabía la probabilidad de que supieran que estaban allí y no podían tardar. Era lago fácil, entrar, acabar con el tirano, quedarse la isla y entregar al criminal. Como siempre... aunque siempre había problemas. Estaba seguro de que esta vez no sería una excepción. Por el motivo que fuera algo ocurriría y estaría rodeado, caería en una trampa o el Tirano poseería onmisapiencia y sabría que iba a por él. Pero eso no iba a desanimar a Alex que avanzó decidido.
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Vaya, has aterrizado encima del tejado, pero parece que la vigilancia de las torres... Se han dado cuenta. Puedes notar con tu mantra como miles de personas tienen sus ojos en ti. De pronto, de entre varias direcciones del muro, a muchísima distancia, expertos francotiradores empiezan a lanzar una lluvia de flechas hacia ti.
¿Cuantas son? ¿1.000? ¿2.000? Parece que incluso 10.000 flechas... Te han descubierto y debes hacer algo, tal vez ir dentro del castillo después de acabar con esas flechas y así prevenir que te lluevan más proyectiles... Aunque bueno, hay muchos lugares en esa isla.
¿Que harás?
Lluvia de Flechas = [AF] Lv 50 con haki armadura lv 1
¿Cuantas son? ¿1.000? ¿2.000? Parece que incluso 10.000 flechas... Te han descubierto y debes hacer algo, tal vez ir dentro del castillo después de acabar con esas flechas y así prevenir que te lluevan más proyectiles... Aunque bueno, hay muchos lugares en esa isla.
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El lobo descendió del todo y montura y jinete aterrizaron. El tejado de piedra los recibió sin problemas, pero no todo era tan hospitalario. Había una única puerta cercana para entrar y estaba cerrada con llave. No sería nada difícil echarla abajo y adentrarse en el castillo, pero sería demasiado ruidoso y llamaría la atención de todo el mundo. No era algo que preocupara demasiado a Alex, pero prefería evitar problemas innecesarios. Aunque, en una primera instancia, no podría esquivarlos todos. Escuchó un silbido y vio como miles de flechas surcaban el aire en su dirección. Solo podía significar una cosa, los habían descubierto. Y no solo eso, tenían intención de acabar con ellos. Aunque no sería algo que pudieran logras con simples flechas. El cazador exteriorizó su haki de armadura e hizo una cúpula con este.
-¡Rompe la puerta!- Le gritó a Farkas.
El animal se abalanzó contra la madera mientras la cúpula de haki de su dueño hacía de barrera para ambos. En cuanto el primer proyectil chocó contra el improvisado escudo, Alex pudo percatarse de que no eran flechas normales, eran más poderosas que cualquier otro proyectil homólogo y corriente. ¿El poder de alguna fruta? ¿Haki? ¿Kairoseki? había demasiadas posibilidades y no tenía tiempo para estar pensando en todas ellas. Lo que sí tenía seguro es que, tarde o temprano, atravesarían la cúpula y los matarían. Por suerte el animal destrozó la puerta y ambos pudieron cruzarla antes de ser asaetados. Aunque les había faltado muy poco para tener una muerte muy tonta. Lo peor es que ahora todos sabrían que estaban allí. O quizás no. Todo dependía de quién hubiera dentro.
El castillo poseía una arquitectura preciosa y bien trabajada, se notaba que era resistente. Y, a parte de hermoso, estaba bien iluminado y ubicado. Alex se preguntaba cuánta fuerza necesitaría para echarlo abajo. Aunque sería la última opción, si quería conquistar la isla necesitaba un sitio para gobernarla y aquella fortaleza era el lugar indicado. Además sería un malgasto destrozarla y podría poner el peligro vidas inocentes. Comenzó a avanzar junto a su lobo por los pasillos de piedra. A pesar de parecer imperecedero y de su belleza natural se notaba que no lo cuidaban ni lo limpiaban mucho. Eso cambiaría en cuanto él se autoproclamara dueño. Pero primero debía encontrar al criminal que lo dirigía y acabar con él. ¿Dónde se escondería aquel "Tirano"?
-¡Rompe la puerta!- Le gritó a Farkas.
El animal se abalanzó contra la madera mientras la cúpula de haki de su dueño hacía de barrera para ambos. En cuanto el primer proyectil chocó contra el improvisado escudo, Alex pudo percatarse de que no eran flechas normales, eran más poderosas que cualquier otro proyectil homólogo y corriente. ¿El poder de alguna fruta? ¿Haki? ¿Kairoseki? había demasiadas posibilidades y no tenía tiempo para estar pensando en todas ellas. Lo que sí tenía seguro es que, tarde o temprano, atravesarían la cúpula y los matarían. Por suerte el animal destrozó la puerta y ambos pudieron cruzarla antes de ser asaetados. Aunque les había faltado muy poco para tener una muerte muy tonta. Lo peor es que ahora todos sabrían que estaban allí. O quizás no. Todo dependía de quién hubiera dentro.
El castillo poseía una arquitectura preciosa y bien trabajada, se notaba que era resistente. Y, a parte de hermoso, estaba bien iluminado y ubicado. Alex se preguntaba cuánta fuerza necesitaría para echarlo abajo. Aunque sería la última opción, si quería conquistar la isla necesitaba un sitio para gobernarla y aquella fortaleza era el lugar indicado. Además sería un malgasto destrozarla y podría poner el peligro vidas inocentes. Comenzó a avanzar junto a su lobo por los pasillos de piedra. A pesar de parecer imperecedero y de su belleza natural se notaba que no lo cuidaban ni lo limpiaban mucho. Eso cambiaría en cuanto él se autoproclamara dueño. Pero primero debía encontrar al criminal que lo dirigía y acabar con él. ¿Dónde se escondería aquel "Tirano"?
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Parece que todo va bien, has conseguido despistar a los arqueros, o eso parece... La luz del pasillo cada vez es más suave, tanto que mientras avanzas, se apaga de golpe. En el suelo una luz roja ilumina de abajo a arriba, dando un aspecto un tanto tétrico. Notas algo con tu haki mantra, algo extraño... Unas sensaciones empiezan a revolotear tu cabeza y puedes sentir unas presencias en una habitación. Son débiles, no puedes saber quienes son ni como son, pero te resultan familiar. Hay dos caminos frente a ti, uno es largo y da a aquella habitación, la otra simplemente no sabes donde puede llegar, ya que no notas ninguna presencia...
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Al parecer habían despistado a sus perseguidores pues, por ahora, no había nadie cerca. Se habían salvado por muy poco, el recibimiento había sido terrible. Vaya hospitalidad ofrecían en aquella isla. Farkas se detuvo de golpe y olfateó el aire extrañado. Antes de que Alex pudiera preguntarle qué pasaba, toda luz desapareció. ¿Qué estaba ocurriendo? No se veía nada, pero casi al instante una luz roja iluminó el suelo. ¿Qué era esa luz? Estaba ocurriendo algo extraño. Quizás fuera un castillo embrujado como los de los cuentos. Sería gracioso, el cazador nunca se había enfrentado a un fantasma y sería divertido hacerlo ahora. Lástima que no creyera en ellos. Avanzó con precaución hasta la luz. No parecía peligrosa a simple vista, pero era mejor no arriesgarse.
Alex activó su mantra, no quería que unas trampas lo hicieran trizas o que hubiera enemigos ocultas que pudieran "sorprenderlo". Sin embargo no había nada similar en las cercanías. O, al menos, nada peligroso que pudiera notar. Pero sí que sintió algo, unas presencias débiles, ligeras, que estaban cerca. ¿Quienes eran? Resultaban familiares al cazador, pero tenían algo especial, no terminaba de reconocerlas. Estaban al final del pasillo, aunque era una bifurcación. Hacia el otro lado no se notaba nada, las presencias estaban únicamente allí, tras una puerta. ¿Qué era? ¿Por qué se sentía así de atraído? No estaba seguro, ahora mismo no sabía nada, pero debía comprobarlo. Era casi como si su cuerpo lo estuviera controlando y el fuese incapaz de hacer nada.
Cedió ante los caprichos de su corazón y avanzó, lentamente, hacia la puerta. Farkas lo miraba extrañado, sin embargo lo seguía como siempre había hecho. Más de una vez trató de interponerse, pero el cazador lo apartaba amablemente con la mano y seguía su camino. Necesitaba saber qué se ocultaba tras esa puerta, qué era lo que sentía. Alcanzó el lugar deseado y acarició la madera con la mano. Ahora había perdido las fuerzas, no se atrevía a abrir, como si algo malo se avecinara y él lo supiera. Pero las presencias no parecían peligrosas, no le harían daño. ¿Por qué, entonces, no se atrevía? Tragó saliva, suspiró y se decidió. Empujó la puerta con algo de fuerza hasta abrirla y se introdujo lentamente en la sala. Ahora sabría qué es lo que le esperaba.
Alex activó su mantra, no quería que unas trampas lo hicieran trizas o que hubiera enemigos ocultas que pudieran "sorprenderlo". Sin embargo no había nada similar en las cercanías. O, al menos, nada peligroso que pudiera notar. Pero sí que sintió algo, unas presencias débiles, ligeras, que estaban cerca. ¿Quienes eran? Resultaban familiares al cazador, pero tenían algo especial, no terminaba de reconocerlas. Estaban al final del pasillo, aunque era una bifurcación. Hacia el otro lado no se notaba nada, las presencias estaban únicamente allí, tras una puerta. ¿Qué era? ¿Por qué se sentía así de atraído? No estaba seguro, ahora mismo no sabía nada, pero debía comprobarlo. Era casi como si su cuerpo lo estuviera controlando y el fuese incapaz de hacer nada.
Cedió ante los caprichos de su corazón y avanzó, lentamente, hacia la puerta. Farkas lo miraba extrañado, sin embargo lo seguía como siempre había hecho. Más de una vez trató de interponerse, pero el cazador lo apartaba amablemente con la mano y seguía su camino. Necesitaba saber qué se ocultaba tras esa puerta, qué era lo que sentía. Alcanzó el lugar deseado y acarició la madera con la mano. Ahora había perdido las fuerzas, no se atrevía a abrir, como si algo malo se avecinara y él lo supiera. Pero las presencias no parecían peligrosas, no le harían daño. ¿Por qué, entonces, no se atrevía? Tragó saliva, suspiró y se decidió. Empujó la puerta con algo de fuerza hasta abrirla y se introdujo lentamente en la sala. Ahora sabría qué es lo que le esperaba.
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Entras a la habitación y ves algo increíble. Es amplia y las paredes están llenas de sangre. Dentro de ella hay 4 personas... exactamente iguales. Son pelirrojas, con un cuerpo de escándalo y bastante bonitas, aunque lo más importante es que son ella... Anne...
Aquello es realmente extraño, van vestidas con un vestido blanco que poco a poco se va tiñendo de sangre. De sus bocas empieza a chorrear sangre al igual que de sus ojos, lágrimas rojas y viscosas. Empiezan a caminar hacia ti, de lado a lado y lentamente, mientras no paran de repetir unas frases.
- Tú lo hicieste... Tú me mataste... Por eso estoy muerta... No me salvaste... - Dicen cada vez más cerca de ti. Las cuatro Anne se fusionan en una y siguen avanzando, mientras saca un puñal de entre sus pechos. Es una daga curva, llena de sangre al igual que sus manos... Se acerca cada vez más sujetando el arma. - Mereces morir... Tú me mataste... -
Anne se acerca a ti, el aura es parecida al de ella, pero no exactamente. ¿Estás delirando? ¿Será la realidad? Entonces te intenta apuñalar en el corazón con la daga, para así matarte.
- ¡¡Muere!! [AM]
Aquello es realmente extraño, van vestidas con un vestido blanco que poco a poco se va tiñendo de sangre. De sus bocas empieza a chorrear sangre al igual que de sus ojos, lágrimas rojas y viscosas. Empiezan a caminar hacia ti, de lado a lado y lentamente, mientras no paran de repetir unas frases.
- Tú lo hicieste... Tú me mataste... Por eso estoy muerta... No me salvaste... - Dicen cada vez más cerca de ti. Las cuatro Anne se fusionan en una y siguen avanzando, mientras saca un puñal de entre sus pechos. Es una daga curva, llena de sangre al igual que sus manos... Se acerca cada vez más sujetando el arma. - Mereces morir... Tú me mataste... -
Anne se acerca a ti, el aura es parecida al de ella, pero no exactamente. ¿Estás delirando? ¿Será la realidad? Entonces te intenta apuñalar en el corazón con la daga, para así matarte.
- ¡¡Muere!! [AM]
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No... no podía ser. Aquello era imposible. La sala era totalmente grotesca. Había paredes ensangrentadas y cadáveres en el suelo. Todo estaba teñido de carmesí como las ropas de las mujeres tendidas e inertes que se enrojecían más a cada instante. Pero no era aquello lo que sorprendía a Alex, era la presencia y la identidad de aquellas mujeres. Se trataba de Anne. Todas ellas eran Anne, pero ella estaba muerta, y volvía a estarlo. Se había vuelto loco, aquello no podía estar ocurriendo. Sintió un calor en su pecho. Un calor que, lejos de ser agradable, le abrasaba el corazón y lo destruía por dentro. Clavó las rodillas en el suelo y se sintió tan abatido que no pudo hacer nada. Incluso Farkas desapareció de su lado. ¿Por qué estaba allí?
-Anne... perdóname, no pude protegerte. No pude combatir la enfermedad y te alejó de mí. Yo...- Dijo acongojado.
Sus ojos dolían por la presión y las lágrimas luchaban por salir pero el hombre conseguía mantener secas sus mejillas. Pero el dolor era indescriptible. Aquella inefable mujer era etérea, tan bella como lo fue siempre pero también era efímera. No podía estar ahí, ella se marchó dejando solo a Alex y ahora volvía a aparecer. No solo eso, si no que se trataba de cuatro mujeres. Perdió a una y ahora la perdía cuatro veces más. Pero contrario a su sufrimiento, algo levantó los cadáveres mostrándolos con cierta vida. Avanzaron en pos del marido desconsolado como si quisieran volver a él. No podía ser real, ya lo había superado, se había liberado de las cadenas de su pasado y retornaban destrozándolo como tantas veces lo habían hecho años atrás.
Las mujeres se unieron formando un solo ente. Era tan hermosa, tan perfecta... Y aun así estaba muerta. Alex lo sabía, pero no quería creerlo. Volvía a tener la oportunidad de estar con ella, la tenía a su lado. Podía dejarlo todo, la había amado más que a nada en el mundo y la seguía amando con la misma intensidad. Pero no era real, por mucho que lo deseara. La mujer sacó una daga de entre sus turgentes pechos y señaló al cazador. Lo amenazaba de muerte. Aquella a la que había entregado su vida ahora quería arrebatársela pero, después de todo, le pertenecía. Lo justo es que la tuviera. Pero no era Anne, nadie más que su difunta esposa era dueño de su alma y de su vida. Dijo unas palabras que hirieron lo más profundo de su ser, pero sabía que eran falacias como la misma mujer.
-Ojalá fuera verdad. Ojalá pudiera tenerte de nuevo y abrazarte, aunque solo fuera un breve instante. Pero nunca podré hacerlo- Explicó entristecido.
Era cierto, jamás la recuperaría y aquel ente que ensuciaba su recuerdo se había atrevido a dañar lo más hermoso que había tenido Alex alguna vez, a su esposa. No iba a permitir que la destrozaran así, que profanaran al ángel que tanto lo había alumbrado. Enfurecido, se levantó y clavó los ojos en aquella cosa. Sus manos y sus piernas temblaban, pero no iba a ceder, no flaquearía. Extendió si brazo y golpeó el aire con fuerza. Frente a él se extendió una inmensa vibración que sacudió toda la sala frente a él cubriendo suelo, paredes, tejado y a la mujer. Todavía no había llegado hasta él por lo que no había logrado apuñalarlo y, ahora, no llegaría nunca. O eso esperaba.
Gran Vibración [AB]
-Anne... perdóname, no pude protegerte. No pude combatir la enfermedad y te alejó de mí. Yo...- Dijo acongojado.
Sus ojos dolían por la presión y las lágrimas luchaban por salir pero el hombre conseguía mantener secas sus mejillas. Pero el dolor era indescriptible. Aquella inefable mujer era etérea, tan bella como lo fue siempre pero también era efímera. No podía estar ahí, ella se marchó dejando solo a Alex y ahora volvía a aparecer. No solo eso, si no que se trataba de cuatro mujeres. Perdió a una y ahora la perdía cuatro veces más. Pero contrario a su sufrimiento, algo levantó los cadáveres mostrándolos con cierta vida. Avanzaron en pos del marido desconsolado como si quisieran volver a él. No podía ser real, ya lo había superado, se había liberado de las cadenas de su pasado y retornaban destrozándolo como tantas veces lo habían hecho años atrás.
Las mujeres se unieron formando un solo ente. Era tan hermosa, tan perfecta... Y aun así estaba muerta. Alex lo sabía, pero no quería creerlo. Volvía a tener la oportunidad de estar con ella, la tenía a su lado. Podía dejarlo todo, la había amado más que a nada en el mundo y la seguía amando con la misma intensidad. Pero no era real, por mucho que lo deseara. La mujer sacó una daga de entre sus turgentes pechos y señaló al cazador. Lo amenazaba de muerte. Aquella a la que había entregado su vida ahora quería arrebatársela pero, después de todo, le pertenecía. Lo justo es que la tuviera. Pero no era Anne, nadie más que su difunta esposa era dueño de su alma y de su vida. Dijo unas palabras que hirieron lo más profundo de su ser, pero sabía que eran falacias como la misma mujer.
-Ojalá fuera verdad. Ojalá pudiera tenerte de nuevo y abrazarte, aunque solo fuera un breve instante. Pero nunca podré hacerlo- Explicó entristecido.
Era cierto, jamás la recuperaría y aquel ente que ensuciaba su recuerdo se había atrevido a dañar lo más hermoso que había tenido Alex alguna vez, a su esposa. No iba a permitir que la destrozaran así, que profanaran al ángel que tanto lo había alumbrado. Enfurecido, se levantó y clavó los ojos en aquella cosa. Sus manos y sus piernas temblaban, pero no iba a ceder, no flaquearía. Extendió si brazo y golpeó el aire con fuerza. Frente a él se extendió una inmensa vibración que sacudió toda la sala frente a él cubriendo suelo, paredes, tejado y a la mujer. Todavía no había llegado hasta él por lo que no había logrado apuñalarlo y, ahora, no llegaría nunca. O eso esperaba.
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Parece que has evitado aquello. La vibración empieza a destruir todo, pero te sumerges en la profunda oscuridad. Todo es de color negro y no ves nada, absolutamente nada, ni siquiera puedes ver tu cuerpo. Entonces te despiertas.
Estás en una cama, paralizado. Tu visión es borrosa y tan solo puedes girar un poco la cabeza. A tu lado está ella, Anne. No puedes verla claramente, casi no te salen las palabras, pero ella se acerca a ti.
- No te preocupes, todo era una pesadilla. - Dice mientras te abraza, pudiendo sentir su cálido cuerpo tocándote. - Siempre estaré a tu lado.
Se acerca aún más a ti, no puedes hablar, no puedes moverte. Ves como su cara se acerca a la tuya, como cierra lentamente los ojos mientras acerca sus labios a los tuyos y justo cuando estás a punto de notar su beso, vuelves a abrir los ojos.
Estás en el mismo lugar, pero esta vez has despertado del todo. ¿Todo era un sueño? Miras hacia todos los lados, pareces estar en una habitación de paredes azules como el cielo y a tu lado, una mujer. Es pelirroja, de ojos verdes y un gran cuerpo, preciosa. Se parece bastante a Anne, ¿no crees? Aunque, no es ella.
Se sorprende, notas tu cuerpo algo adolorido, como si te hubieses caído de una altura considerable. A tus pies está Farkas, descansando y con una venda que rodea su estómago. ¿Que ha ocurrido? No lo sabes. La mujer te habla, parece feliz de que hayas despertado.
- Al fin despiertas. - Te dice. - Soy Annbie. Caíste del cielo sobre ese animal sagrado. ¿Has venido a salvarnos? - Notas la preocupación en sus ojos y entonces te explica todo.
Al parecer es una aldeana de aquella isla, donde todos son esclavos de un malvado hombre. Te cuenta que lo pasan mal, que viven con miedo, no pueden enfrentarse a él. ¿Tal vez por eso estás aquí? ¿Debes salvarlos a todos? Es extraño, ¿no crees?
La mujer suelta unas lágrimas mientras te coge de las manos. Su piel es suave, algo pálida pero la verdad, reconfortantes. Puedes sentir el calor de sus palmas rozando tus manos.
- Sálvanos, por favor...
Notas que ya te recuperas, tus pilas están cargadas al igual que las de tu compañero.
Estás en una cama, paralizado. Tu visión es borrosa y tan solo puedes girar un poco la cabeza. A tu lado está ella, Anne. No puedes verla claramente, casi no te salen las palabras, pero ella se acerca a ti.
- No te preocupes, todo era una pesadilla. - Dice mientras te abraza, pudiendo sentir su cálido cuerpo tocándote. - Siempre estaré a tu lado.
Se acerca aún más a ti, no puedes hablar, no puedes moverte. Ves como su cara se acerca a la tuya, como cierra lentamente los ojos mientras acerca sus labios a los tuyos y justo cuando estás a punto de notar su beso, vuelves a abrir los ojos.
Estás en el mismo lugar, pero esta vez has despertado del todo. ¿Todo era un sueño? Miras hacia todos los lados, pareces estar en una habitación de paredes azules como el cielo y a tu lado, una mujer. Es pelirroja, de ojos verdes y un gran cuerpo, preciosa. Se parece bastante a Anne, ¿no crees? Aunque, no es ella.
Se sorprende, notas tu cuerpo algo adolorido, como si te hubieses caído de una altura considerable. A tus pies está Farkas, descansando y con una venda que rodea su estómago. ¿Que ha ocurrido? No lo sabes. La mujer te habla, parece feliz de que hayas despertado.
- Al fin despiertas. - Te dice. - Soy Annbie. Caíste del cielo sobre ese animal sagrado. ¿Has venido a salvarnos? - Notas la preocupación en sus ojos y entonces te explica todo.
Al parecer es una aldeana de aquella isla, donde todos son esclavos de un malvado hombre. Te cuenta que lo pasan mal, que viven con miedo, no pueden enfrentarse a él. ¿Tal vez por eso estás aquí? ¿Debes salvarlos a todos? Es extraño, ¿no crees?
La mujer suelta unas lágrimas mientras te coge de las manos. Su piel es suave, algo pálida pero la verdad, reconfortantes. Puedes sentir el calor de sus palmas rozando tus manos.
- Sálvanos, por favor...
Notas que ya te recuperas, tus pilas están cargadas al igual que las de tu compañero.
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Los ojos se abrieron lentamente y doloridos, pero la escena que observaron fue merecedor de cualquier espera y dolor. Allí estaba él, en una cama, y cerca se encontraba Anne. Por lo que ella decía y lo que podía ver había sido todo un sueño. Anne nunca murió. Pero más que un sueño fue una pesadilla, perder al amor de su vida fue peor que morir. Quiso abrazarla, besarla, sentirla cerca y decirle que la amaba, pero era incapaz de decir o hacer cualquier cosa. ¿Qué le pasaba? No recordaba nada. Estaba tumbado en una cama y ella se acercaba. Su voz era tan dulce como siemrpe y su cuerpo tan cálido como la primera vez. No importaba nada, la pesadilla había terminado aunque... no era una pesadilla del todo pues había encontrado nuevos motivos por los que vivir y gente que le importaba.
¿Qué había pasado con todos ellos? Solo habían sido parte de su imaginación, pero... el mundo que quería forjar, el mundo que Anne siempre había querido y los sueños que le había legado... No, este era el verdadero sueño. Ella murió y nada se la devolvería. Quería disfrutar lo máximo posible de este mundo onírico, pero solo acrecentaría el dolor de la pérdida al despertar. "No te vayas, te amo" quiso decir, pero calló aun cuando no podía hablar. Se dejó abrazar y sentir el calor de su esposa una vez más. Fue reconfortante y mereció hasta la última penalidad. De hecho, si hubiera muerto, ahora mismo sería feliz. pero no había llegado su momento, no hasta que pudiera cumplir todas sus promesas y crear el mundo que tantas veces habían imaginado juntos.
-Anne... te amo- Dijo antes de despertarse.
Junto a él había una mujer que, a primera vista, era igual a ella. Pero con los segundos que pasaban se hicieron claras las diferencias. Sin embargo hasta el nombre era similar. ¿Cómo podía haber dos personas tan parecidas? Sintió el irrefrenable impulso de abrazarla y besarla, pero se contuvo con mucho esfuerzo. No podía hacer eso, no era Anne después de todo. Se reincorporó con algo de dificultad y observó la zona. Debía haber destrozado la estancia con su vibración y habrían caído. La muchacha le explicó que estaban en peligro y que necesitaban ayuda. Incluso preguntó a Alex si los ayudaría. No sabía que hubiera gente en peligro, pensaba que solo el Tirano y sus hombres vivían aquí. Pero esto le daba nuevas fuerzas para luchar y derrocar al terrible gobernante.
-No te preocupes por nada, refúgiate y yo me encargaré de todo- Le dijo con una sonrisa.
Era su deber ayudar a esta gente y protegerlos. Iría directamente hacia el castillo y acabaría con ese hombre sin miramientos. No permitiría que torturara más a los pobres habitantes y había llegado el momento de saldar sus deudas con la justicia. Le ordenó a Farkas que permaneciera con la mujer y que la protegiera tanto a ella como a los demás. De esto debía encargarse solo y no podía dejarlos desprotegidos. Podría ser que atacaran a todos los aldeanos por la llegada de Alex y eso era imperdonable. Dispuesto a todo comenzó a andar de nuevo en dirección al castillo. Esta vez no se andaría con tonterías, entraría por la puerta principal directo a la sala del trono. Que se interpusiera quien quisiera, no habría nadie capaz de detenerlo pues esto era mucho más grande e importante que él mismo.
¿Qué había pasado con todos ellos? Solo habían sido parte de su imaginación, pero... el mundo que quería forjar, el mundo que Anne siempre había querido y los sueños que le había legado... No, este era el verdadero sueño. Ella murió y nada se la devolvería. Quería disfrutar lo máximo posible de este mundo onírico, pero solo acrecentaría el dolor de la pérdida al despertar. "No te vayas, te amo" quiso decir, pero calló aun cuando no podía hablar. Se dejó abrazar y sentir el calor de su esposa una vez más. Fue reconfortante y mereció hasta la última penalidad. De hecho, si hubiera muerto, ahora mismo sería feliz. pero no había llegado su momento, no hasta que pudiera cumplir todas sus promesas y crear el mundo que tantas veces habían imaginado juntos.
-Anne... te amo- Dijo antes de despertarse.
Junto a él había una mujer que, a primera vista, era igual a ella. Pero con los segundos que pasaban se hicieron claras las diferencias. Sin embargo hasta el nombre era similar. ¿Cómo podía haber dos personas tan parecidas? Sintió el irrefrenable impulso de abrazarla y besarla, pero se contuvo con mucho esfuerzo. No podía hacer eso, no era Anne después de todo. Se reincorporó con algo de dificultad y observó la zona. Debía haber destrozado la estancia con su vibración y habrían caído. La muchacha le explicó que estaban en peligro y que necesitaban ayuda. Incluso preguntó a Alex si los ayudaría. No sabía que hubiera gente en peligro, pensaba que solo el Tirano y sus hombres vivían aquí. Pero esto le daba nuevas fuerzas para luchar y derrocar al terrible gobernante.
-No te preocupes por nada, refúgiate y yo me encargaré de todo- Le dijo con una sonrisa.
Era su deber ayudar a esta gente y protegerlos. Iría directamente hacia el castillo y acabaría con ese hombre sin miramientos. No permitiría que torturara más a los pobres habitantes y había llegado el momento de saldar sus deudas con la justicia. Le ordenó a Farkas que permaneciera con la mujer y que la protegiera tanto a ella como a los demás. De esto debía encargarse solo y no podía dejarlos desprotegidos. Podría ser que atacaran a todos los aldeanos por la llegada de Alex y eso era imperdonable. Dispuesto a todo comenzó a andar de nuevo en dirección al castillo. Esta vez no se andaría con tonterías, entraría por la puerta principal directo a la sala del trono. Que se interpusiera quien quisiera, no habría nadie capaz de detenerlo pues esto era mucho más grande e importante que él mismo.
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Llegas al castillo y te encuentras frente a la puerta principal.Un montón de guardias están delante tuyo, unos veinte pero al verte, se apartan. Parece que te esperaban y te están invitando a pasar. Es todo muy extraño, tal vez sea una trampa o... Quién sabe.
Una persona sale del castillo. Tiene un aspecto extraño, una gran armadura y sientes un grandioso poder en él... ¿Será él? Empiezas a escuchar una carcajada proveniente de aquel oscuro yelmo, mientras posa su mano derecha en la espada que tiene a su cintura. Parece peligroso, demasiado peligroso.
Tras flexionar las rodillas sientes un poder abrumador chocando contra el tuyo, tal vez demasiado. Parece que vuestras almas, vuestra voluntad pelea por ver quien la tiene más larga. Los hombres de alrededor caen inconscientes y tan solo estáis vosotros dos en pie, en medio del jardín.
- Vaya... Parece que al final aparece alguien interesante. Espero poder divertirme antes de matarte.
Tras esas palabras con una voz oscura y tenebrosa, te hace una señal con su mano izquierda, dándote la oportunidad de empezar la pelea.
Una persona sale del castillo. Tiene un aspecto extraño, una gran armadura y sientes un grandioso poder en él... ¿Será él? Empiezas a escuchar una carcajada proveniente de aquel oscuro yelmo, mientras posa su mano derecha en la espada que tiene a su cintura. Parece peligroso, demasiado peligroso.
Tras flexionar las rodillas sientes un poder abrumador chocando contra el tuyo, tal vez demasiado. Parece que vuestras almas, vuestra voluntad pelea por ver quien la tiene más larga. Los hombres de alrededor caen inconscientes y tan solo estáis vosotros dos en pie, en medio del jardín.
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Por fin llegó el momento, ante las puertas del castillo esperaba un grupo de guardias. Alex hizo crujir sus puños, preparado para combatir. Pero ellos no eran sus rivales, se hicieron a un lado y dejaron que alguien saliera a través de las puertas. Portaba una armadura realmente inmensa y tenía un poder enorme. Desplegó su voluntad haciendo que chocara con la del cazador. Lo había subestimado, no sabía que tenía tal nivel, pero no se iba a amedrentar. Vio como todos los hombres, menos ellos dos, caían inconscientes. Dijo unas palabras e hizo una señal para que Alex se lanzara a por él. ¿Le iba a ceder el primer golpe? Al parecer no era Alex el único que subestimaba a su enemigo. Pero no iba a andarse con tonterías, se esforzaría al máximo desde el primer golpe.
-Espero que hayas disfrutado tu tiempo, porque se ha terminado- Dijo antes de despertarse.
Desde su posición se lanzó al ataque. No sabía nada de aquel enemigo, no conocía su poder ni sus capacidades, pero si esperaba hasta averiguarlo podría ser demasiado tarde. Extendió una vibración ante él con la suficiente potencia como para romper armaduras. Así atacaría antes de que ambos chocaran y obligaría a su enemigo a resistir un ataque antes de contraatacar. Si era capaz de resistirlo. Mientras se movía y el sismo se extendía por el aire preparaba su siguiente golpe. Iba a emplearse al máximo, no daría ni una sola oportunidad a su contrincante y, cuanto antes terminara, antes tendrían paz todos los habitantes de la isla.
-Espero que hayas disfrutado tu tiempo, porque se ha terminado- Dijo antes de despertarse.
Desde su posición se lanzó al ataque. No sabía nada de aquel enemigo, no conocía su poder ni sus capacidades, pero si esperaba hasta averiguarlo podría ser demasiado tarde. Extendió una vibración ante él con la suficiente potencia como para romper armaduras. Así atacaría antes de que ambos chocaran y obligaría a su enemigo a resistir un ataque antes de contraatacar. Si era capaz de resistirlo. Mientras se movía y el sismo se extendía por el aire preparaba su siguiente golpe. Iba a emplearse al máximo, no daría ni una sola oportunidad a su contrincante y, cuanto antes terminara, antes tendrían paz todos los habitantes de la isla.
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La poderosa vibración avanza por el aire, pero de repente la tierra empieza a levantarse, interponiéndose entre el hombre de la armadura y la vibración. Es un gran muro de tierra y roca, como si la mismísima madre naturaleza estuviese protegiendo a aquel hombre, pero no era suficiente. La tierra y rocas voló en pedazos y la vibración avanzó poco más, agrietando la armadura de aquel extraño ser.
De pronto, se puede escuchar otra carcajada proveniente del yelmo. Desenvaina su espada y empiezas a sentir algo en tus pies. La hierba ahora es negra y ha crecido, tanto que se intenta enrollar en tus piernas para dejarte inmóvil y lo peor, está imbuida en haki. El hombre avanza a una velocidad endiablada, a unos 30 m/s y lanza un tajo directo a tu estómago. Parece que ese arma es especial, es más dura de lo normal, como si fuese de diamante pero aún más tenaz.
- Ahora, duerme.
De pronto, se puede escuchar otra carcajada proveniente del yelmo. Desenvaina su espada y empiezas a sentir algo en tus pies. La hierba ahora es negra y ha crecido, tanto que se intenta enrollar en tus piernas para dejarte inmóvil y lo peor, está imbuida en haki. El hombre avanza a una velocidad endiablada, a unos 30 m/s y lanza un tajo directo a tu estómago. Parece que ese arma es especial, es más dura de lo normal, como si fuese de diamante pero aún más tenaz.
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El ataque de Alex fue efectivo pues, aunque de algún modo se levantó roca intentando proteger al "caballero de negra armadura", la vibración rompió todo lo que halló a su alcance hasta llegar a quebrar la protección del enemigo. El primer golpe había sido muy efectivo, quizás podía ganar en un solo movimiento más. Aunque había algo que intentaba impedírselo. Alex pudo sentir algo que tocaba sus piernas. ¿De verdad pensaba pillarlo con algo así? Vaya estupidez. Cargó su energía ne los pies para flotar y esquivar como si nada aquello pero... era demasiado tarde. Unas negruzcas plantas se aferraron a sus extremidades inferiores impidiendo el avance. ¡No! había caído en una trampa. Una risa metálica llegó hasta él mientra su enemigo de movía a una velocidad endiablada.
Casi no tuvo tiempo ni de pensar, pero reaccionó tan rápido como pudo. Cubrió su cuerpo de Haki de Armadura "AL MÁXIMO" y esperó que eso y su Magna Coat lo protegieran. Mientras tanto dirigió su puño derecho, cargándolo de energía con la gura gura y de Haki, hacia el costado de su rival que, en menos de un segundo, estaría al alcance. Estaba realizando su ataque más potente, su Finalis Ictus, aprovechando además la potencia de su Deus Fissum. Si aquella armadura se había quebrado con una vibración ahora se destrozaría como si de cristal se tratara. ¿Quién caería antes? No tenía ninguna duda, su enemigo. Aunque... la espada chocó contra el haki y contra la Magna coat. Las defensas eran muy potentes, pero no suficientes.
Alex sintió un dolor tremendo en el pecho. Había logrado ralentizar el golpe y disminuir el daño, pero tenía el toso sangrando y con una herida bastante grande. Si no la trataba pronto moriría desangrado. Pero no era momento de preocuparse ni de ceder ante el dolor. Ahogó el grito y mordió el aire con fuerza como si aquello le permitiera aguantar. Mientras tanto siguió la trayectoria de su puño con la intención de terminar el combate. ¿Lo conseguiría? Su rival se había acercado lo suficiente a él como para ser alcanzado y a una velocidad que impediría su reacción. O eso esperaba el cazador.
Casi no tuvo tiempo ni de pensar, pero reaccionó tan rápido como pudo. Cubrió su cuerpo de Haki de Armadura "AL MÁXIMO" y esperó que eso y su Magna Coat lo protegieran. Mientras tanto dirigió su puño derecho, cargándolo de energía con la gura gura y de Haki, hacia el costado de su rival que, en menos de un segundo, estaría al alcance. Estaba realizando su ataque más potente, su Finalis Ictus, aprovechando además la potencia de su Deus Fissum. Si aquella armadura se había quebrado con una vibración ahora se destrozaría como si de cristal se tratara. ¿Quién caería antes? No tenía ninguna duda, su enemigo. Aunque... la espada chocó contra el haki y contra la Magna coat. Las defensas eran muy potentes, pero no suficientes.
Alex sintió un dolor tremendo en el pecho. Había logrado ralentizar el golpe y disminuir el daño, pero tenía el toso sangrando y con una herida bastante grande. Si no la trataba pronto moriría desangrado. Pero no era momento de preocuparse ni de ceder ante el dolor. Ahogó el grito y mordió el aire con fuerza como si aquello le permitiera aguantar. Mientras tanto siguió la trayectoria de su puño con la intención de terminar el combate. ¿Lo conseguiría? Su rival se había acercado lo suficiente a él como para ser alcanzado y a una velocidad que impediría su reacción. O eso esperaba el cazador.
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Tu puño golpea a tu rival, enviándolo varios metros volando. Su Armadura se ha hecho pedazos, no queda nada de ella. Intentó protegerse con su haki armadura, pero aún así no pudo evitar aquel poderoso golpe. Su cuerpo es... es... ¿¡ES UNA MUJER!? No puede ser. Lo que había bajo la armadura era una bella dama de cabello oscuro y ojos rojos, con una piel lisa y pálida, curvas despampanantes, con unos pantalones y camiseta ajustada de colores rojos. Increíble. ¿Quién lo iba a decir?
La mujer empieza a levantarse del suelo, el haki armadura pudo proteger su cuerpo pero el dolor es insoportable. Está tambaleando pero tan pronto como es posible, saca una pastilla del bolsillo y se la lleva a la boca. Entonces deja de tambalear. No sabes que puede ser eso, pero sientes como los huesos rotos que tenía en su cuerpo, empiezan a regenerarse. Tu herida sangra, el espadón sigue intacto y ella te mira dulcemente.
- Lo siento, pero es hora de que me ponga seria. Has visto mi cara. - Dice una voz dulce, no cómo antes.
Las venas de la mujer empiezan a notarse y el suelo empieza a vibrar. Parece que no eres el único que puede crear vibraciones... El cuerpo de la mujer crece hasta los cinco metros, se ha vuelto más fuerte y resistente, más ágil y veloz. Parece que antes no estaba usando su máximo poder y ahora, está usando su potencia al 100%. Encima la pastilla rara que se ha tomado... Parece estar curándola poco a poco. Un aura verde empieza a rodearla, las plantas empiezan a crecer en un radio de 100 metros, llegando a la altura de un metro, el grosor de la hierba aumenta considerablemente. La vibración es cada vez más potente hasta que entonces, se levanta un grandioso muro de roca a tu espalda, de varios metros de grosor. Los ojos de la mujer parecen prender en llamas mientras un muro os acaba por rodear totalmente, incluso al castillo.
Ahora si que es su máximo poder. Acabas de ser testigo de lo que creó aquella isla flotante, es increíble. Un grito ensordecedor es lo que suelta aquella titan y moviendo los brazos hacia ti, empieza a levantar una enorme ola de 6 metros de alto que avanza hacia ti. Está hecha de rocas y tierra, tiene un grosor increíble y parece tener un aura extraña. Esa ola o la intentas destruir o la esquivas, pero parece querer enterrarte vivo.
La mujer empieza a levantarse del suelo, el haki armadura pudo proteger su cuerpo pero el dolor es insoportable. Está tambaleando pero tan pronto como es posible, saca una pastilla del bolsillo y se la lleva a la boca. Entonces deja de tambalear. No sabes que puede ser eso, pero sientes como los huesos rotos que tenía en su cuerpo, empiezan a regenerarse. Tu herida sangra, el espadón sigue intacto y ella te mira dulcemente.
- Lo siento, pero es hora de que me ponga seria. Has visto mi cara. - Dice una voz dulce, no cómo antes.
Las venas de la mujer empiezan a notarse y el suelo empieza a vibrar. Parece que no eres el único que puede crear vibraciones... El cuerpo de la mujer crece hasta los cinco metros, se ha vuelto más fuerte y resistente, más ágil y veloz. Parece que antes no estaba usando su máximo poder y ahora, está usando su potencia al 100%. Encima la pastilla rara que se ha tomado... Parece estar curándola poco a poco. Un aura verde empieza a rodearla, las plantas empiezan a crecer en un radio de 100 metros, llegando a la altura de un metro, el grosor de la hierba aumenta considerablemente. La vibración es cada vez más potente hasta que entonces, se levanta un grandioso muro de roca a tu espalda, de varios metros de grosor. Los ojos de la mujer parecen prender en llamas mientras un muro os acaba por rodear totalmente, incluso al castillo.
Ahora si que es su máximo poder. Acabas de ser testigo de lo que creó aquella isla flotante, es increíble. Un grito ensordecedor es lo que suelta aquella titan y moviendo los brazos hacia ti, empieza a levantar una enorme ola de 6 metros de alto que avanza hacia ti. Está hecha de rocas y tierra, tiene un grosor increíble y parece tener un aura extraña. Esa ola o la intentas destruir o la esquivas, pero parece querer enterrarte vivo.
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Había terminado. Aquel golpe destrozó la armadura por completo y envió a su rival varios metros hacia atrás. Sintió como la tenaza de sus piernas aflojaba y se liberó sin dificultad. Pero había hecho mal pensando que había terminado ya. Una mujer apareció en lo que debía ser un cuerpo destrozado. Era realmente bella, casi como en la mitología, pero seguía siendo una mujer cruel y despiadada. Tomó algo y su cuerpo, posiblemente, "roto" empezó a cambiar. Su tamaño aumentaba y parecía que le ataque de Alex no le hubiera hecho nada. No, aquello no podía ser cierto. ¿De verdad había alguien así en el mundo? Aunque no sería el primer rival tan fuerte y estaba claro que tampoco el último. Su forma empezó a parecer la de un monstruo. La bella mujer había desaparecido.
Por si no fuera suficiente, mostró de nuevo su control sobre la isla haciendo que una inmensa muralla se levantara alrededor de ellos cubriendo incluso el castillo. Aquello... era muy similar a las paredes de roca natural que había en toda la isla. ¿Acaso las había hecho... eso? ¿Qué clase de poder tenía? o podía controlar esa isla a plena voluntad o poseía alguna fruta del diablo. Fuera cual fuera la respuesta era un poder demasiado peligroso y, si el combate se alargaba. las posibilidades del cazador disminuirían. Solo tenía que volver a atacar. Empezó a correr hacia su rival, pero algo se interpuso entre ellos. Del suelo se levantó una ola enorme que debía medir más de cinco metros. No sería tan malo de no se porque estaba hecha de tierra y rocas y se dirigía hacia él.
¿Cómo se suponía que debía esquivar eso? Había un modo. Activó su Deus Gradus y se elevó a cinco metros del suelo, pero no era suficiente. La ola era, por lo menos, un metro más alta que la altura a la que Alex había quedado. Sin embargo contaba con la ventaja de que la parte más alta era la más delgada y solo se trataba de roca y tierra, no de metal o algo tan resistente. Extendió una vibración en la ola y la golpeó con el puño Sintió como se rompía y la evitaba, pero las rocas golpearon su cuerpo. Su Magna Coat consiguió detener la mayoría, aunque al centrar su poder en la vibración la protección se hizo algo más débil y recibió algunos daños. Pero nada grave. Era el momento de pasar a la acción. Comenzó a correr por el aire, descendiendo, en dirección a la mujer.
Una vez cerca se lanzó a por ella, con el puño por delante. Le propinaría un potente golpe con todas sus fuerzas, pero ese no era el ataque principal. Tras ella se estaba creando una vibración enorme que la golpearía desde atrás mientras encajaba o esquivaba el puñetazo de Alex. El cazador utilizó ambos hakis para controlar la situación y mejorar su golpe. Era una bestia terrible y ya había aguantado una vez, pero quizás no pudiera seguir luchando mucho más y se resintiera por el cambio. Aunque también había muchas posibilidades en contra. Posibilidades que Alex prefería ignorar por el momento para centrarse en la lucha.
Por si no fuera suficiente, mostró de nuevo su control sobre la isla haciendo que una inmensa muralla se levantara alrededor de ellos cubriendo incluso el castillo. Aquello... era muy similar a las paredes de roca natural que había en toda la isla. ¿Acaso las había hecho... eso? ¿Qué clase de poder tenía? o podía controlar esa isla a plena voluntad o poseía alguna fruta del diablo. Fuera cual fuera la respuesta era un poder demasiado peligroso y, si el combate se alargaba. las posibilidades del cazador disminuirían. Solo tenía que volver a atacar. Empezó a correr hacia su rival, pero algo se interpuso entre ellos. Del suelo se levantó una ola enorme que debía medir más de cinco metros. No sería tan malo de no se porque estaba hecha de tierra y rocas y se dirigía hacia él.
¿Cómo se suponía que debía esquivar eso? Había un modo. Activó su Deus Gradus y se elevó a cinco metros del suelo, pero no era suficiente. La ola era, por lo menos, un metro más alta que la altura a la que Alex había quedado. Sin embargo contaba con la ventaja de que la parte más alta era la más delgada y solo se trataba de roca y tierra, no de metal o algo tan resistente. Extendió una vibración en la ola y la golpeó con el puño Sintió como se rompía y la evitaba, pero las rocas golpearon su cuerpo. Su Magna Coat consiguió detener la mayoría, aunque al centrar su poder en la vibración la protección se hizo algo más débil y recibió algunos daños. Pero nada grave. Era el momento de pasar a la acción. Comenzó a correr por el aire, descendiendo, en dirección a la mujer.
Una vez cerca se lanzó a por ella, con el puño por delante. Le propinaría un potente golpe con todas sus fuerzas, pero ese no era el ataque principal. Tras ella se estaba creando una vibración enorme que la golpearía desde atrás mientras encajaba o esquivaba el puñetazo de Alex. El cazador utilizó ambos hakis para controlar la situación y mejorar su golpe. Era una bestia terrible y ya había aguantado una vez, pero quizás no pudiera seguir luchando mucho más y se resintiera por el cambio. Aunque también había muchas posibilidades en contra. Posibilidades que Alex prefería ignorar por el momento para centrarse en la lucha.
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Parece que la ola ha sido destruida y ha sucumbido ante tu poder, pero algo extraño ves en cuanto avanzas. Las rocas y tierra empiezan a rodear a la mujer, formando una especie de titan colosal. Ahora no hay duda, esa mujer es un monstruo. Su poder hace temblar con demasía la isla, se puede escuchar las olas enfadadas que intentan atravesar la enorme estructura rocosa que forma aquel lugar. Tu puño está a punto de chocar contra el suyo, ya que parece querer detenerte. La roca que ahora forma una armadura parece hacer más fuerte su puño y para colmo, está imbuida en haki armadura. Vuestros puños chocan. La fuerza y resistencia de aquella mujer es colosal, pero no solo eso.
Del suelo empiezan a aparecer árboles enormes que avanzan hacia ti. Parece que quieren enrollarte entre las grandes ramas y troncos para que no puedas moverte.
¡¡BROUM!!
Aquel puñetazo entre ambos provoca un estruendo, parece que ambos podéis resistir. Pero ella no se esperaba la vibración de su espalda, que choca contra ella. La armadura de roca y tierra empieza a estallar en pedazos, mientras que la vibración recorre el cuerpo de la titan. Cae al suelo hincando una rodilla, parece que ha desviado la vibración por la pierna izquierda, pero esta ha quedado destrozada. Los árboles siguen avanzando hacia ti y no solo eso, un par más siguen saliendo del suelo, rodeando la pierna rota de la mujer, para así mantenerla quieta y que no se desestabilice.
De nuevo saca algo de su bolsillo con velocidad, una pequeña esfera que parece un caramelo, al metérselo en la boca y morderlo, cruje. Era una rumble. Sus músculos empiezan a crecer considerablemente al igual que su cuerpo, su fuerza y resistencia se ve severamente incrementada, aunque tiene un punto débil, no puede moverse por su pierna hecha trizas. La tierra y rocas la rodea, imbuyéndose en haki, alcanzando los 10 metros o más de altura.
Mientras los árboles avanzan, ella trata de lanzarte una gran palmada con su enorme mano, pero de la palma se empiezan a formar pinchos de roca imbuidos en haki armadura.
Está en su límite, lo puedes notar por sus gemidos de dolor, pero si muere intentará llevarte con ella.
Del suelo empiezan a aparecer árboles enormes que avanzan hacia ti. Parece que quieren enrollarte entre las grandes ramas y troncos para que no puedas moverte.
¡¡BROUM!!
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De nuevo saca algo de su bolsillo con velocidad, una pequeña esfera que parece un caramelo, al metérselo en la boca y morderlo, cruje. Era una rumble. Sus músculos empiezan a crecer considerablemente al igual que su cuerpo, su fuerza y resistencia se ve severamente incrementada, aunque tiene un punto débil, no puede moverse por su pierna hecha trizas. La tierra y rocas la rodea, imbuyéndose en haki, alcanzando los 10 metros o más de altura.
Mientras los árboles avanzan, ella trata de lanzarte una gran palmada con su enorme mano, pero de la palma se empiezan a formar pinchos de roca imbuidos en haki armadura.
Está en su límite, lo puedes notar por sus gemidos de dolor, pero si muere intentará llevarte con ella.
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La batalla se complicaba cada segundo. El puño de Alex fue interceptado porel de la mujer. La colisión creó una onda de choque inmensa y el cazador sintió que el golpe se transmitía a su cuerpo. De no ser por su aguante natural habría muerto ahí mismo. Clavó una rodilla en el suelo y vio como aquella bestia hacía lo mismo. Su pierna parecía destrozada, pero se aguantaba mediante rocas y árboles. Algunas plantas más se dirigían hacia él y la mujer trataba de ensartarlo con una mano plagada de pinchos. ¿Había terminado el combate para él? Era posible que hubiese sido vencido. Si rival había consumido lo mismo de antes y era ahora mucho más grande. Alex pensó en dejar de luchar, en esperar a recibir el último ataque y morir sin hacer nada.
Pues... después de todo no podía defenderse. ¿No? Cierto, no podía, aunque sí que tenía una posibilidad. Si acababa con ella antes de que consiguiera alcanzarlo habría terminado todo. ¿Pero era posible? Tenía que serlo, él no iba a morir ahí. La terrible rival cubría todo su cuerpo con una armadura de roca y haki. Eso habría sido una defensa impenetrable, si Alex volvía a hacer su Finalis Ictus caería presa de agotamiento y no era seguro que rompiera esa barrera. Pero no era aquella su intención, iba a hacer otra cosa. Cargó sus manos con el poder de su fruta y se abalanzó a por la mujer. Un último ataque, una ultima esperanza y, por desgracia, un último movimiento. Su plan consistía en crear la vibración en el interior del enemigo.
En vez de intentar romper la defensa exterior la destrozaría desde dentro. Si no se equivocaba, la mujer habría procurado una defensa exterior pero habría olvidado el "cuerpo" que quedaba dentro de esa defensa. Esperaba que fuera efectivo, si lo lograba acabaría ahí. Si no lo conseguía, también... pero no como él quería. Cubrió todo su cuerpo con haki esperando que sirviera de algo si fallaba, aunque posiblemente no le ayudaría. Sintió cómo su poder se alejaba de sus manos y se originaba a una distancia de él, justo en el interior de la bestia e intentó que se extendiera por todo el cuerpo hacia afuera, hacia él. La fatiga lo alcanzaba y sentía tensión y dolor en todos los músculos, pero no iba a parar ahora, no cuando la victoria o la derrota, la vida o la muerte, pendían de un hilo tan fino y amenazante como el que lo sostenía ahora.
-¡Esto ha terminado!- Gritó con fuerza.
Pues... después de todo no podía defenderse. ¿No? Cierto, no podía, aunque sí que tenía una posibilidad. Si acababa con ella antes de que consiguiera alcanzarlo habría terminado todo. ¿Pero era posible? Tenía que serlo, él no iba a morir ahí. La terrible rival cubría todo su cuerpo con una armadura de roca y haki. Eso habría sido una defensa impenetrable, si Alex volvía a hacer su Finalis Ictus caería presa de agotamiento y no era seguro que rompiera esa barrera. Pero no era aquella su intención, iba a hacer otra cosa. Cargó sus manos con el poder de su fruta y se abalanzó a por la mujer. Un último ataque, una ultima esperanza y, por desgracia, un último movimiento. Su plan consistía en crear la vibración en el interior del enemigo.
En vez de intentar romper la defensa exterior la destrozaría desde dentro. Si no se equivocaba, la mujer habría procurado una defensa exterior pero habría olvidado el "cuerpo" que quedaba dentro de esa defensa. Esperaba que fuera efectivo, si lo lograba acabaría ahí. Si no lo conseguía, también... pero no como él quería. Cubrió todo su cuerpo con haki esperando que sirviera de algo si fallaba, aunque posiblemente no le ayudaría. Sintió cómo su poder se alejaba de sus manos y se originaba a una distancia de él, justo en el interior de la bestia e intentó que se extendiera por todo el cuerpo hacia afuera, hacia él. La fatiga lo alcanzaba y sentía tensión y dolor en todos los músculos, pero no iba a parar ahora, no cuando la victoria o la derrota, la vida o la muerte, pendían de un hilo tan fino y amenazante como el que lo sostenía ahora.
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La vibración se extendió por dentro de la mujer, rompiendo cada hueso de su cuerpo hasta salir afuera, destrozando la armadura. El cuerpo empezó a encogerse mientras caía como una pluma hacia el suelo, siendo atrapada entre las plantas y amortiguando el golpe. No estaba muerta, ni inconsciente. Sus huesos estaban hechos añicos y soltaba sangre por la boca. Sus ojos poco a poco se cerraban, pero antes de cerrarse del todo, una sonrisa sádica se dibujó en su rostro. La espada estaba justo encima de su cuerpo, tal vez aquel gran arma era cara y poderosa, aunque... Lo mejor no era cogerla.
El grandioso muro que os rodeaba empezaba a encoger mientras se derrumbaba, arrasando con todo el lugar. Podías quedarte ahí y ser sepultado, tal vez tratar de agarrar la espada y salir de aquel lugar o simplemente volar y escapar. El muro avanzaba con gran velocidad, la última voluntad de aquella mujer era enterrarse junto a ti y al castillo, si no sales de ahí... Puede ser peligroso.
El grandioso muro que os rodeaba empezaba a encoger mientras se derrumbaba, arrasando con todo el lugar. Podías quedarte ahí y ser sepultado, tal vez tratar de agarrar la espada y salir de aquel lugar o simplemente volar y escapar. El muro avanzaba con gran velocidad, la última voluntad de aquella mujer era enterrarse junto a ti y al castillo, si no sales de ahí... Puede ser peligroso.
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Efectivamente, todo había terminado. Su vibración se extendió pro la mujer destrozándola desde dentro hasta dejar su cuerpo degradado al "original". Sobre ella estaba la espada con la que había cortado a Alex en un principio. Aunque la derrota no parecía contrariarla pues sonrió como si aún pudiera hacer algo. ¿Qué? Ya no podría ni moverse y... ahí estaba. Las paredes comenzaron a retraerse hacia ellos. ¿Lo iba a sepultar? No podía escapar, no podría hacer nada pues no tenía alas ni podía elevarse tanto. Se acercó a ella y empuñó la espada. Sin duda era de una calidad inigualable. ¿Serviría para cortar el muro? Posiblemente, pero no con la dureza que tenía el cazador ahora mismo. Casi no podía sostenerla y, mucho menos, utilizarla de ese modo tan potente.
Suspiró, había ganado, pero no le serviría de nada. Su fruta no le ayudaría ahora, no le quedaba energía para librarse. Cayó de rodillas y volvió a suspirar. Sonrió pues, después de todo, había ayudado a los aldeanos. ¿Estaría Anne esperándolo al otro lado? ¿Existiría ese Más Allá? Pronto lo averiguaría pues ya no quedaba nada más. Mientras se debatía en sus pensamientos un aullido quebró el cielo en su búsqueda. Farkas... el lobo lo había sentido, había notado el peligro de su dueño y venía en su búsqueda. Alex sintió como algo tiraba de su ropa. No podía girar la cara para ver qué era, aunque no hacía falta. El lobo estaba ahí, era él. Unos segundos después pufo ver el suelo alejándose o, mejor dicho, como él se alejaba. Estaban volando, la criatura lo sacaba del peligro una vez más.
-Gracias, viejo amigo- le dijo cariñosamente al animal.
Suspiró, había ganado, pero no le serviría de nada. Su fruta no le ayudaría ahora, no le quedaba energía para librarse. Cayó de rodillas y volvió a suspirar. Sonrió pues, después de todo, había ayudado a los aldeanos. ¿Estaría Anne esperándolo al otro lado? ¿Existiría ese Más Allá? Pronto lo averiguaría pues ya no quedaba nada más. Mientras se debatía en sus pensamientos un aullido quebró el cielo en su búsqueda. Farkas... el lobo lo había sentido, había notado el peligro de su dueño y venía en su búsqueda. Alex sintió como algo tiraba de su ropa. No podía girar la cara para ver qué era, aunque no hacía falta. El lobo estaba ahí, era él. Unos segundos después pufo ver el suelo alejándose o, mejor dicho, como él se alejaba. Estaban volando, la criatura lo sacaba del peligro una vez más.
-Gracias, viejo amigo- le dijo cariñosamente al animal.
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Te has salvado gracias a tu fiel amigo. Ahora miras la espada con detenimiento, es bonita y tiene un filo brillante, aunque entonces te das cuenta de una inscripción que hay en el filo.
"Para mi hija Annbie."
¿Annbie? ¿Esa no era la mujer que había cuando despertaste? Extraño... Tal vez debas hablar con ella y saber sobre eso y, porqué no, decirles que el peligro ha cesado.
- Spoiler:
"Para mi hija Annbie."
¿Annbie? ¿Esa no era la mujer que había cuando despertaste? Extraño... Tal vez debas hablar con ella y saber sobre eso y, porqué no, decirles que el peligro ha cesado.
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-Farkas, llévame con Annbie y los demás- Ordenó.
El animal obedeció y se dirigió hacia la mujer y los aldeanos. La espada debía pertenecerle. Alex podría quedársela, era un arma espléndida, pero él no era así. Descansó lo que pudo mientras el lobo volaba. La brisa era agradable, aunque la herida del pecho y todos los golpes lo debilitaban poco a poco. Una vez llegó ante los aldeanos descendió lentamente y con mucho cuidado y se acercó a Annbie. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le mostró la espada.
-Todo ha terminado, ya no os hará más daño. y mientras yo esté aquí nadie volverá a hacerlo. Creo que esto te pertenece- Le explicó con una sonrisa cediéndole el arma.
Después buscó un médico con la mirada, aunque con las vestimentas de campesino que portaban la mayoría era imposible averiguar si había alguno ahí. Se sentó casi sin querer al flaquear sus piernas. había perdido demasiada sangre y se sentía muy débil. Trató de levantarse, pero no podía hacerlo, por lo que permaneció sentado. El lobo se tumbó a su lado para servirle como apoyo y lamió su cara y sus manos. Todo había terminado, aquella isla le pertenecía. Y, ahora, podría proteger a nos aldeanos que ni si quiera sabía que vivían allí. Por lo menos sería mejor gobernante que el anterior. Pero, antes de declararse líder de aquel lugar o de pensar en proteger a nadie debía hacer algo.
-Si alguien es tan amable, necesito un médico- Dijo antes de desmayarse.
El animal obedeció y se dirigió hacia la mujer y los aldeanos. La espada debía pertenecerle. Alex podría quedársela, era un arma espléndida, pero él no era así. Descansó lo que pudo mientras el lobo volaba. La brisa era agradable, aunque la herida del pecho y todos los golpes lo debilitaban poco a poco. Una vez llegó ante los aldeanos descendió lentamente y con mucho cuidado y se acercó a Annbie. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le mostró la espada.
-Todo ha terminado, ya no os hará más daño. y mientras yo esté aquí nadie volverá a hacerlo. Creo que esto te pertenece- Le explicó con una sonrisa cediéndole el arma.
Después buscó un médico con la mirada, aunque con las vestimentas de campesino que portaban la mayoría era imposible averiguar si había alguno ahí. Se sentó casi sin querer al flaquear sus piernas. había perdido demasiada sangre y se sentía muy débil. Trató de levantarse, pero no podía hacerlo, por lo que permaneció sentado. El lobo se tumbó a su lado para servirle como apoyo y lamió su cara y sus manos. Todo había terminado, aquella isla le pertenecía. Y, ahora, podría proteger a nos aldeanos que ni si quiera sabía que vivían allí. Por lo menos sería mejor gobernante que el anterior. Pero, antes de declararse líder de aquel lugar o de pensar en proteger a nadie debía hacer algo.
-Si alguien es tan amable, necesito un médico- Dijo antes de desmayarse.
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Annbie se acerca a ti con lágrimas en los ojos que evitan salir y, tras tus palabras y ofrecerle la espada, se echa a llorar. Parece feliz, realmente agradecida por todo. Te explica que aquella era la última voluntad de su padre, el herrero del pueblo. Era el único recuerdo que tenía sobre él...
Cuando caes, ella se acerca a ti y se pone a tu altura, posando tu brazo sobre su hombro. Te sonríe, sus ojos brillan y parece que las lágrimas han cesado. Casi puedes respirar la felicidad que emana el pueblo, eres su salvador, su héroe...
- Gracias... Muchas gracias... - Te repite una y otra vez la mujer. - Deja que cure tus heridas, es lo mínimo que puedo hacer.
Te lleva hasta su casa, donde allí te venda y cura todas tus heridas. La noche acaba cayendo sobre aquella isla y puedes sentir como empieza la celebración en aquel lugar. Ya has descansado, has dormido un rato y estás con fuerzas, parece que Annbie no se ha separado de ti.
Estás en la cama, con la mirada de la muchacha sobre ti, sonriente. Tal vez sea la hora de irte, o tal vez de quedarte a celebrar con los demás el triunfo. Todo depende de ti.
Aquí ha acabado tu aventura en aquella isla, todos te tratan como el héroe y deciden hacer un monumento de cinco metros con tu cuerpo y cara, y una inscripción.
"Por el salvador."
Cuando caes, ella se acerca a ti y se pone a tu altura, posando tu brazo sobre su hombro. Te sonríe, sus ojos brillan y parece que las lágrimas han cesado. Casi puedes respirar la felicidad que emana el pueblo, eres su salvador, su héroe...
- Gracias... Muchas gracias... - Te repite una y otra vez la mujer. - Deja que cure tus heridas, es lo mínimo que puedo hacer.
Te lleva hasta su casa, donde allí te venda y cura todas tus heridas. La noche acaba cayendo sobre aquella isla y puedes sentir como empieza la celebración en aquel lugar. Ya has descansado, has dormido un rato y estás con fuerzas, parece que Annbie no se ha separado de ti.
Estás en la cama, con la mirada de la muchacha sobre ti, sonriente. Tal vez sea la hora de irte, o tal vez de quedarte a celebrar con los demás el triunfo. Todo depende de ti.
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