La crisis del hierro

Llegué hasta donde estaba Bleyd con el otro minero y me fijé que éste estaba armado con un cuchillo. Me puse rápidamente en guardia y me alejé un poco de él, tenía una cara descompuesta, parecía que había visto algún monstruo. Miré a Bleyd extrañado y volví a fijar la vista a aquel hombre mientas empezaba a hablar acercad de que nuestras almas tenían que librarse del tormento eterno. ¿Qué se habría fumado aquel tipo? Bleyd me miró y yo le puse cara de extraño mientas me preguntaba mi opinión acercad de lo escuchado.

-Descartar no esta descartado, podría tratarse de algún usuario de akuma no mi relacionado con cierto poder de conseguir crear ilusiones en las personas, pero sinceramente, no creo en los fantasmas ni espíritus. Hemos llegado ya suficientemente lejos, tendríamos que seguir avanzando para observar lo que se nos esconde allí adelante-alcé mi mano para señalar la continuidad del camino.

La verdad que se me había encendido la chispa de la curiosidad, tal vez habría algo interesante en el interior y con valor. Tal vez se tratara de algún extraño ser y podría ser examinado por los médicos del submarino para ver qué es lo que tramaba. Me estaba empezando a animar, me veía algo extraño, sabía que esta no era mi actitud normal, pero en estas situaciones me gusta seguir ya que es algo que uno no sabe, como cuando lees el principio de un libro en el cual ya te está diciendo de que hay algunos sucesos extraños cuando avances...

- Bueno Dick parece que tendremos que seguir adelante a ver que podemos encontrar.
Camine por el túnel de la derecha mientras Dick permanecía cerca mio, por desgracia no tenia espacio suficiente para empuñar a carnifex, así que me decidí a ir con la ballesta de repetición pesada en la mano cargada y dispuesta para disparar, los túneles eran cada vez mas estrechos, oscuros y húmedos.
poco a poco comencé a escuchar golpes. unos golpes acompasados, como si un tambor de galeras se tratase. 
-Dick ¿oyes eso?, no puede ser de verdad que sean los golpes de los que hablaba el minero, vienen de esta pared. ¿crees que podrías ir solo y investigar si hay algún pasadizo que conecte con la galería de al lado? , yo me quedare aqui esperando tu voz al otro lado, si tienes problemas vuelve inmediatamente, si no puedes grita y estaré allí en un momento. No sabemos a lo que te puedes enfrentar así que ten cuidado y no te hagas el herue.  Por el contrario si prefieres esperar aquí y que vaya yo solo tienes que decirlo la decisión es tuya.

Nos adentramos en aquel tenebroso y apestoso túnel el cual se estrechaba cada vez más mientras más avanzábamos, hasta tal punto que uno tenía que hacer un poco de esfuerzo al respirar. Nos detuvimos y Bleyd me miró. Me propuso que me adentrara yo ya que era más pequeño que él y mi estilo de lucha era más útil en aquel lugar.

-Vale, acepto.-seguí adelante mientras dejé a Bleyd atrás.

La oscuridad cada vez era más densa. Mis ojos estaban realmente dilatados, hasta tal punto que apenas podía observar nada y el túnel se había estrechado bastante más, pero llevaba caminando unos minutos con los brazos apoyados en ambos lados para percibir si se estrechaba o no y la verdad, no se había estrechado por lo que parecía que estaba llegando al final. Escuchaba a Bleyd preguntarme como iba y yo le gritaba que bien. A continuación, me di un golpe en la cabeza con lo que pareció el fin del túnel. Los ruidos extraños que se escuchaban habían cesado. ¿Qué estaba ocurriendo? Golpeé la pared con mis manos y no se movía. Me miré mis botas y había dos dedos de barro. La verdad que daba asco ya que era barro que parecía seco pero en verdad te hundías un poco pareciendo ser excremento. Me di la vuelta cuidadosamente de no darme un golpe y empecé mi regreso. A la mitad del camino, justo cuando el barro cesó, mi brazo derecho se hundió en la pared del túnel. Automáticamente lo saqué y me lo miré. Me había resaltado. El brazo no podía parecer que le ocurriera nada. Miré que en el muro se formó un agujero por el cual se escuchaba aquel extraño ruido que escuchábamos Bleyd y yo antes.

-¡¡¡VEN!!!-grité.

Me mantuve a su espera mientras puse mi mirada en aquel agujero. No podía divisar nada, solamente un olor apestoso y oscuridad. No sabía lo que estaba ocurriendo allí, pero cada vez me creí más que hubiera alguna clase de monstruo como bien decía el minero que nos encontramos antes el cual creíamos que estaba loco.

Dick acepto ir a explorar el túnel, sus habilidades de sigilo y exploración eran mucho mejores que las mías, Siempre seria mas fácil para el no ser descubierto por cualquier enemigo u observador que si fuera yo , con mi armadura completa era como enviar un elefante a una chatarreria todo el mundo en 20 metros a la redonda se percataría de mi presencia y no sutilmente precisamente, mientras me encontraba sumido en mis pensamientos de si en verdad esta maldita mina estaría encantada por demonios duendes o seres cósmicos la voz de mi compañero Dick sonó entre los túneles, por fortuna sabia por donde había ido pues si no el eco de los túneles de la mina me hubiese hecho pasar un mal rato pues su voz sonaba por todas partes a la vez , me desplace por el túnel lo mas rápido que pude empuñando mi ballesta de repetición pesada, aparecí en el túnel de Dick apuntando velozmente a todas partes. -Aquí estoy Dick ¿que ocurre, donde esta el problema?, en un primer momento no me di cuenta pero en ese lugar se escuchaban los golpes mucho mas fuerte que en tros no se que diablos seria pero estaba muy intrigado.

Bleyd acudió a mi encuentro. Una vez allí, los ruidos empezaron a hacerse cada vez más fuertes. Volví a rozar aquella pared y se desvaneció ante nosotros. Era una continuidad de la mina. No se veía completamente nada. El techo era enormemente alto, como si en el techo se encontrara el pico de una gran montaña. Parecía que era una antigua mina la cual estaba en desuso debido a que se veían algunos raíles por donde las vagonetas llenas del mineral corren muy dañadas y oxidadas. Nos miramos mientras nos decíamos sin necesidad de palabras lo que debíamos de hacer. Un crujido se escuchó. Nos sobresaltamos nos sumergimos y un aire frío nos invadió. El olor a polvo me ocasionó que estornudara un par de veces ya que no estaba acostumbrado a él. Una vez que terminé, eché un vistazo a mi alrededor y se veían numerosos túneles los cuales serían continuación de la mina por la cual antiguamente se extrajera el material. El ruido venía del que estaba completamente enfrente de nosotros, tras cruzas dos raíles y dos casetillas de madera, de la cual el hierro sujetaba el tejado. Tal vez servirían como comedores para los mineros cansados e incluso como recuento del producto sacado.

Nos acercamos al túnel y la verdad que el techo estaba a tres cabezas mías, yo no llegaría ni de puntillas con un pico para el techo por lo que lo deberían de haber hecho personas verdaderamente grandes. Nos detuvimos justo antes de entrar y miré a Bleyd.

Bleyd...¿seguimos los dos por el mismo sitio, no? Me parece peligroso que nos dispersemos.-la verdad que ya estaba empezando a tener más confianza con él que antaño...

Increíble delante nuestro se abría un camino de acceso totalmente camuflado, parecía que el túnel era de épocas pasadas el túnel verdaderamente alto para los estándares normales estaba sostenido con vigas de madera reforzada con metal, los raíles de las vagonetas se encontraban viejos y oxidados al igual que las susodichas, penetramos en ese viejo túnel con cautela, mi compañero Dick comenzó a estornudar por el polvo por fortuna para mi, la armadura se sello en ese ambiente otorgándome aire limpio, el túnel se abría en diferentes ramales,
pero el ruido parecía provenir del que teníamos justo delante, caminamos en su direccion pasando por puestos de guardia, finalmente Dick pidió que mejor ir juntos, yo estaba totalmente de acuerdo con esa idea.-Si, yo iré delante si hay algún problema estoy mas capacitado para entablar un combate directo mientras tu hostigas por los flancos.Con esa idea en la cabeza comenzamos a andar en direccion hacia el sonido que cada vez se hacia mas y mas potente. En los lados del camino empezaron a aparecer varias cajas, me tome un momento para mirarlas detenidamente eran relativamente nuevas comparadas con aquel sitio. En su interior encontré frascos de cristal con un extraño liquido verde, no sabia que podría ser así que me guarde uno para analizarlo en el submarino mas tarde. Continuamos caminando hasta que me di cuenta de delante nuestro un gigante se encontraba picando el túnel, de unos tres metros de altura el hombre no llegaba a ser un gigante propiamente dicho pero estaba claro que muy normal no era su estatura, le hice señas a Dick para que se acercara. - ¿Que crees que hemos de hacer no se si serán mineros de la propia mina o unos intrusos que se están aprovechando de esta sección de la mina olvidada, que opinas entramos a preguntar amablemente o primero disparamos, después disparamos un poco mas y cuando estén todos muertos hacemos alguna pregunta?

Aun después de esperar un buen rato no obtuve respuesta así que camine como quien no quiere la caso hacia ellos, al principio me miraban incrédulos, pero cuando le estampe la cabeza a uno contra la pared dejándolo grogui, comenzaron a huir aterrorizados, deje que se fueran ya se ocuparía de ellos mi compañero, yo tenia cosas mas importantes como interrogar al jefe, y sabia que lo encontraría en la pequeña caseta que tenia un letrero que así decía “Capataz” entre derribando la puerta de una patada y con la ballesta en mano, el tío nada mas verde se quedo blanco y amablemente se rindió pues no quería un virote en su cabeza, con calma comenzamos el camino de vuelta a la superficie, por el camino el tipo canto como un jilguero, por lo visto el tío pertenecía a una organización llamada el trono de hierro que quería el monopolio del hierro en la construcción del puente pero primero tenían que sacar al actual proveedor, para ello impregnaban el mineral con un potente ácido que dejaba inservible el hierro extraído.
Dejamos al individuo en manos de las autoridades competentes y contacte con el Octubre rojo para pasar la factura a nuestro contratante, finalmente entre días de trabajo desplazamientos pluses e historias varias nos correspondían 30 millones por cabeza.
Le dije a mi compañero que se lo ingresarían en cuenta y me despedí de el partiendo hacia mi próxima misión.