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- Deberes antes de comenzar:
- Bueno, una vez decidáis postear, antes de poneros abrid un Spoiler explicando qué pretendéis conseguir en este moderado (como banda, así como individualmente). Una vez hagáis eso pensad en la manera idónea de conseguirlo y, obviamente, asumid riesgos que veáis aceptables.
Postearé cada vez que me aviséis (MP o Skype), así que tened claro el orden, o al menos controlad cuándo posteáis. Si alguien atasca el moderado en una situación de riesgo no garantizo su seguridad.
Finalmente, recordad que aquí los NPC serán de nivel entre 10 y 25, y no podéis hacer acciones cerradas a NPC que yo ponga en vuestro camino mientras no diga yo lo contrario. Podéis inventaros NPC si no tienen relevancia en la trama.
GL&HF
Hace un día precioso en Rainbase. El aullido de los chacales del desierto se escucha lejano, anunciando un nuevo día, y un águila ronda toda la ciudad. Es extraño, parece tener una envergadura bastante más grande de lo que comúnmente se entiende como águila Dorada. Nagato podría reconocer que, efectivamente, no es un águila común, pero no está en las calles. De hecho, estáis todos en una inmensa sala circular, sin ventanas y llena de humo. Pero tal vez sea mejor que vaya uno por uno:
- Ryan:
- Estás tirado en el suelo, sin pantalones y con un condón bajo el mentón. Parece que has perdido jugando a la ruleta rusa, aunque sólo pensarlo te hace reír. También te importa tirando a poco estar desnudo de cintura para abajo. Efectivamente, llevas un colocón interesante. Divino cannabis...
- Rito:
- Estás sobre un sofá, dando la mano a algo frío y pegajoso con textura carnosa. Efectivamente, es el brazo de un cadáver, ensangrentado. ¿Dónde estará el cadáver? No recuerdas mucho de anoche, y descubrir al dueño del brazo tal vez sea interesante. Pero... ¿De quién son esos pantalones tan horteras que llevas? ¿Por qué no llevas tus medias? Ah, que sí las llevas. Están bajo el pantalón. En fin, haz lo que veas.
- Nagato:
- Tienes a alguien encima. No lo reconoces, y no tiene brazo. Parece una mujer bastante atractiva, o lo sería cuando estaba viva. Ahora está hinchada y tiene un saludable color azulado, y tú tienes la pistola de Ryan en la mano, que está tirado en el suelo con un condón en la garganta. Qué gente más rara hay por aquí...
- Suoh Akagami:
- Estás boca abajo sobre una mesa de cristal, con un cenicero a tu lado. Está completamente lleno, y humea. Parece que entre eso, los porros de Ryan y el alcohol cuyo olor se impregna en el aire os corristeis anoche una buena juerga. Tirado en un sillón cerca de ti está LAAAAAAAAAAAAAAAAANXE, con una pequeña bandeja de plata sobre uno de los brazos del mueble y un billete en la mano derecha. Tiene la nariz algo hinchada.
- Naram:
- Estás rodeado de bellas damas, fumando y bañándoos en alcohol. Y de repente regresas a la cruda realidad. Has pasado la noche cuidando de esa panda de juerguistas. ¡Un rey como tú! No tienen ningún respeto por tu sangre, y lo acabarán pagando. Pero tal vez una buena venganza sea hacer ruido, parecen resacosos.
- Lanxerot:
- Te despiertas y ves la situación:
Un pony rosa sobre una mesa, una marmota defecando sobre Nagato en el suelo y Ryan sin pantalones haciendo flexiones iroquesas. En un sofá Rito se acaricia el cuerpo con una especie de zarigüella amarilla, y de pie, observando la escena, un cono de helado con cucurucho dorado. Hasta en ese estado sabes que estás alucinando. Tal vez mezclar coca y setas no fuera una buena opción, tal vez te pases el día viendo cosas extrañas. Aunque el cono de helado se ha transformado repentinamente en Naram, que observa todo. Parece mosqueado.
- Situación dibujada con tó mi amor:
La habitación tiene una única puerta. ¿Salís o seguís de fiesta?
Naram
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- Meta personal:
- Kamikaze:
Naram tiene más control sobre su fruta y es capaz de mover los objetos creados a una mayor velocidad.- Tabla de nivel.:
Lvl 1: Es capaz de moverlos a 10 m/s
Lvl 10: 11 m/s
Lvl 20: 12 m/s
Lvl 30: 13 m/s
Lvl 40: 14 m/s
Lvl 50: 15 m/s
Lvl 60: 16 m/s
Lvl 70: 17 m/s
Lvl 80: 18 m/s
Lvl 90: 19 m/s
Lvl 100: 20 m/s
Ahí estaba yo, un rey de reyes despertándose de una larga noche evitando que los incompetentes de sus camaradas crearan más problemas de los necesarios... Aun que he de admitirlo, fue algo magnífico de contemplar, a parte, como si de verdad les hubiera cuidado, básicamente hacían lo que querían, no me hacían caso, A MI, NARAM GLOD. Pagaran la ofensa de no hacerme caso y acabar durmiendo fuera de mis aposentos en un lugar que... ¿Como he llegado aquí?
Miro a mi alrededor y veo que de verdad se les fue de las manos. La habitación era circular y solo había una única salida, me acerqué a mi capitán que estaba tirado encima de una mesita de cristal y inclinándome un poco negué con la cabeza. ¿Cómo pude aceptarlo como capitán? Volví a mi posición inicial y cabreado creé un gran gong dorado que colgaba de un cable, y sujetándolo con mi mano izquierda extendí el brazo y comencé a golpearlo con mi puño derecho, el cual provocaba un gran ruido al llevar mi armadura dorada puesta.
- LEVANTAR MIS CAMARADAS, ¿¡ACASO ESTA ES FORMA DE COMPORTARSE!?
Sin parar de golpearlo seguía gritando.
- MOSTRAD QUE SABÉIS COMPORTAROS, NO COMO UNOS VULGARES PLEBEYOS.
Terminado de hacer tanto ruido me relaje un poco ya desahogado y deshice el gong, solo me quedaba esperar que se levantaran, manteniéndome fijo en mismo lugar observando a todos sus reacciones con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa de satisfacción, a la mayoría no le sentaría bien este despertar JAJAJA.
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- - Objetivo de los Demons: Conseguir un barco para la banda.
- Objetivos personales: Ganar unos cuantos berries y aprender la técnica "Dragon Born: Inferno "- Dragon born: Inferno:
- Akagami canaliza sus poderes de dragón a través de su brazo durante unos instantes. Acto seguido golpea con fuerza el suelo, haciendo que se agriete y que en cuestión de pocos segundos un área a su alrededor explote, asemejándose a una erupción volcánica, lanzando el terreno por los aires en un festival de llamas.
- Alcance:
- El área inicial que se ve afectada es de 1 metro a su alrededor. Con cada nivel, el área aumenta 1 metro su radio, hasta llegar a los 100 metros al nivel 100.
El pelirrojo comenzó a abandonar su letargo poco a poco algo a disgusto, como si su mente tratara de aferrarse al mundo de los sueños con todas sus fuerzas. Al principio no era capaz de distinguir nada: formas de diversos colores, difuminadas y que se confundían entre sí abarcaban su vista. El ambiente estaba bastante cargado, con multitud de olores mezclándose unos con otros entre los cuales pudo distinguir el alcohol, el tabaco y aquellas sustancias a las que sus compañeros estaban tan acostumbrados.
Poco a poco su visión fue aclarándose, diferenciando entonces un cenicero y encontrándose sobre una mesa de cristal. Tenía un ligero dolor de cabeza, debido seguramente a la falta de sueño o algo por el estilo, aunque era probable que algunas de las copas de la noche anterior hubiesen tenido algo que ver. Aún seguía bastante adormilado y la verdad es que no tenía ganas de levantarse, ni siquiera de tratar de recordar qué había pasado. Solo quería dormir un poco más y poco a poco se iba acercando a su objetivo... Aunque no llegaría a él.
De repente, a su "queridísimo" contramaestre se le ocurrió la genial idea de despertarlos a todos a golpe de gong, lo cual tuvo gran éxito. El joven dragón sintió una fuerte punzada de dolor en la sien y se incorporó, alarmado, llevándose ambas manos a la cabeza y recorriendo rápidamente la sala con la mirada. En cuanto vio a Naram alzó el puño con la intención de arrearle un buen puñetazo.
- ¿¡Acaso eres idio...!? -comenzó a gritar, aunque se detuvo en seco pues algo había llamado su atención.
Observó el cadáver de la mujer que se encontraba sobre Nagato, confuso y sin comprender lo que pasaba. "¿Qué narices pasó anoche?" pensaba el pelirrojo mientras trataba de recordar lo que hicieron el día anterior, sin mucho éxito. Echó un vistazo a los demás, que parecía que pronto despertarían también gracias a la contribución del colaborador ex-rey. Estaban hechos polvo, en especial Lanxerot.
- Joder... Vamos, levantaos... -dijo llevándose la mano a la cabeza, aún algo dolorido, mientras volvía su mirada a Naram- ¿Qué mierda pasó anoche...? -le preguntó antes de volver a echar un vistazo a la sala, dándose cuenta de que no tenía ventanas y que la única entrada era una puerta.
Joder, ni siquiera sabía si era de día...
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- Objetivos personales:
- Conseguir una katana de kairoseki
Abro los ojos lentamente. Me duele todo el cuerpo, como si hubiera peleado a muerte. Además el imbécil de Naram no se le ocurre nada mejor que despertarnos a la fuerza. El sonido todavía recorre mi cabeza y hace aumentar el dolor. Como le odio. Me pienso vengar de esta, no tiene respeto por nada.
Intento incorporarme pero parece que hay algo sobre mi. Una chica, genial si no fuera por que no parece encontrarse muy bien. Como me vomite la mato. La sujeto y empiezo a incorporarme, esta fria como si estuviera... muerta.
-Mierda... ¿Quien ha sido el...?- Me doy cuenta de que no tiene un brazo, justo el que mantiene en la mano rito. -¡ESTUPIDA CONEJO! Para una chica guapa que hay la matas.
Me incorporé de un salto cabreado como si todas las dolencias hubieran desaparecido y señalé a Rito bastante enfadado. Acto seguido miré a los otros dos despiertos y sobre todo a Naram. -¿No había nada mejor que un gong?
Rhapsodia
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- Objetivos personales: Ganar algo de dinero y aprender la técnica Pressure: a la espera de ser aceptada.
- Pressure:
- Nivel 10: la presión aplicada ligeramente que la fuerza de la gravedad normal
Nivel 20: la presión ejercida es dos veces la de la gravedad normal
Nivel 30: la presión ejercida es 4 veces la de la gravedad normal
Nivel 40: la presión ejercida es 6 veces la de la gravedad normal
Nivel 50: la presión ejercida es 10 veces la de la gravedad normal
Nivel 60: la presión ejercida es 12 veces la de la gravedad normal
Nivel 70: la presión ejercida es 14 veces la de la gravedad normal
Nivel 80: la presión ejercida es 16 veces la de la gravedad normal
Nivel 90: la presión eercida es 18 veces la de la gravedad normal
Nivel 100:la presión ejercida es 20 veces la de la gravedad normal
Y ahí estaba yo, ante miles de personas apludiéndome por haber logrado una proeza magnífica, increíble, sorprendente.
Me encontaba en un magnífico balcón de lo que parecía ser una hermosa mansión y un jardín espectacular con varias fuentes. Ante mi se encontraba una multitud de personas vitoreándome y llorando de la emoción. Acaso había..... No, no podía ser, lo había hecho, había conseguido uno de mis más profundos y dulces deseos, había ganado la apuesta más importante del mundo, pero espera. Me miré de arriba a abajo, iba vestido con un smoking blanco y llevaba en mi bolsillo una baraja de póker con ilustraciones bañadas en oro. La verdad era que no ansiaba el oro, ni la fama que en aquel maravilloso día las gentes de aquella isla me estaban ofreciendo, simplemente era la apuesta de lo único de lo que estaba orgulloso.
Me sentí un poco perplejo porque no recordaba cómo ni qué apuesta había ganado para ser catalogada con aquel título honorífico, por lo que decidí preguntarle a una de las mujeres que estaban dentro de la mansión.
- ¿De verdad no sabe qué ha ganado?, me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
En el momento en el que la bella mujer me iba a responder su cara se tornó en un gong gigantesco y comenzó a retumbar en mis oídos. Comprendí al instante que aquello había sido simplemente un plácido y agradable sueño.
Comencé a incorporarme y miré a mi alrededor, nos encontrábamos en una habitación sin ninguna ventana y con una única puerta, 3 de mis amigos ya estaban despiertos, busqué con la mirada a los dos que aún no se habían levantado y al hacerlo mi mirada se topó con el cuerpo de una mujer desconocida tirada en el suelo y sin un brazo. Me empezé a levantar y note como algo suave cayéndome desde la mandíbula hasta el pecho. Lo mire unos segundos...... Era un condón, comencé a reírme y noté un regusto a limón lo cual me hizo pensar en varias cosas, la primera y la más trivial era que aquel condón que ahora se encontraba sobre mi pecho era de sabor limón, lo segundo y lo más importante era que había perdido en mi propio juego de la ruleta al estilo Ryan. Me paré a pensarlo unos instantes
- Imposible, seguro que me han disparado aprovechando mi colocón de ayer.
Lo bueno de haber fumado cannabis la noche anterior es que a diferencia del alcohol en exceso, yo no sufría ningun efecto secundario, ni dolor de cabeza ni nada, es más, me sentía descansado.
- Que mal debe estar pasándolo aquel que ayer bebió unas copas de mas, dije puntualizando.
Me levanté y noté en ese momento que tenía algo de frío en la zona genital, baje la mirada y me dí cuenta de que no llevaba pantalones. Los que estaban ya despiertos no parecían haberse percatado de ello o no le dieron muchaa importancia.
- Madre mía, ya se han acostumbrado a mi personalidad, dije algo entristecido.
Comencé a buscar mis pantalones y los hallé en posesión de la última persona que quería que los tuviera. Tenía miedo de que me pasase como le pasó a los subordinados de nuestro gran Rey Naram por lo que debía ser mas o menos sutil. Me acerqué a Rito que aún estaba dormida y que tenía un brazo sobre su regazo y comencé a llamarla.
- Oye guapa, dije susurrándola para no causarle un mal despertar, creo que necesito que me hagas un favor, dije mirándola con una sonrisa amplia.
La situación era cuanto menos pintoresca porque al formular estas palabras mis gentales se encontraban a la altura de su cabeza, no estaban próximos a su cara por precaución, pero para mí, lo de menos era que yo iba en pelotas.
Tototoki
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- Objetivos personales: Conseguir una espada de acero reforzado, mucho dinero y técnica double bunny ( que la pedí pero no pendré velocidad).
- De que narices me esta hablando pedazo de mierdas, quitarme eso de la cara que antes quiero despertarme.
Me empece a levantar y me coloque el pelo algo desmoronado con algo que sostenía mientras que, sin darme tiempo a reaccionar, el imbécil de Nagato me empezó a gritar.
-Como que la única chica guapa que hay-Empece a señalarle con la mano de la mujer muerta-Yo no he matado a nadie maldito desgraciado.
Una vez dicho esto me fije que lo que tenía en la mano parecía ser un brazo. Mire a mi alrededor y después de la juerga no me acordaba de quien era, mire a mi alrededor y no pude visualizar bien a todos mis compañeros.
-¿De quien es esto?
Una vez lo dije me di cuenta de que podía ser de la muerta, que, al fijarme bien me di cuenta de que si era suyo. Le lance el brazo Nagato, el cual, lo dejo caer al suelo, Ryan seguía mirándome fijamente sin pantalones y seguía sin saber por que me los pedía a mi, a este hombre las drogas no le sientan nada bien.
Como conejo que soy me gusta sentir el aire fresco y el sol de la mañana, aunque al no haber ventanas no estaba muy segura de si era de día, así que empece a andar lo cual me costaba bastante y al mirar abajo observe que tenía unos pantalones super Horteras que solo podían ser de una persona, y mientras le miraba me sorprendí bastante.
-!RYAN¡ QUE NARICES HAGO YO CON TUS PANTALONES
Le gritaba mientras me los quitaba a toda prisa y se los lanzaba dejándose ver las bragas, me sonroje y salí corriendo hacia la puerta e intente abrirla.
Adam
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- me:
- Lo que deseo obtener: Justificación de dos estilos culinarios para la futura especialización de gastrónomo(supongo que eso irá en el apartado de técnicas, así que lo pediré):
- Picante: El picor de la comida más ardiente de todo el desierto permite al usuario evocar "fuego", la temperatura (aumenta por nivel, así como el tamaño de envolver el cuerpo en fuego siendo inmune a este).
- Seca: La gastronomía del desierto, se ha adaptado a la comida cocinada casi sin agua, este tipo de cocina da un sabor seco a la comida, el cual permite endurecer el cuerpo del usuario(la dureza aumenta por nivel así como la zona del cuerpo a la que afecta)
- Picante: El picor de la comida más ardiente de todo el desierto permite al usuario evocar "fuego", la temperatura (aumenta por nivel, así como el tamaño de envolver el cuerpo en fuego siendo inmune a este).
- Banda:
- Banda: víveres(escénico)junto lo pedido por Akagami.
Las drogas son malas...
Todo ocurría muy despacio, todo era color neón sobre un telón negro, la noche era joven e infinita. Parecía estar andando con unos seres muy extraños, un cono dorado en llamas; un conejo vestido de uniforme con monóculo; un pony rosa que echaba fuego por la boca; un pimiento picante extremo con pinta de intelectual moderno; un payaso de tres caras...Entre seres de mayor o menor rareza que pasaban desapercibidos, primero íbamos andando por la calles de lo que parecía Rainbase. Primero entramos en un local, donde todo el mundo brillaba y bailaba con luz propia. Los acontecimientos ocurrían sin un orden lógico, una sucesión de acontecimientos y personajes aleatorios, era extraño.
De repente se hizo la luz. Me encontraba cegado, con un dolor de cabeza endemoniado. Lo primero que vi era una habitación de aspecto normal de no ser por los personajes que lo habitaban, primero reconocí al pony de la noche anterior y a Nagato el cual parecía tener una marmota defecando sobre él. -"Si a él no le importaba ¿Quién era yo para meterme con él?"-pensé algo confuso sin poder evitar reírme un poco. Lo siguiente que vi era Ryan el cual parecía estar calentando para hacer ejercicio, aunque eso de hacer flexiones iroquesas sin pantalones era un poco raro:
-"Un, dos ah, hi ,ah...Tres, cuatro, ah, hi, ah..." -parecía estar cantando, o me la estaría jugando la cabeza.
El siguiente personaje, era la “putilla” de la banda Rito, a la cual le tenía un asco muy peculiar, ¿En fin se me podía culpar de haber recibido una educación machista?, andaba acariciando una zarigüella de color amarillento poco natural y saludable, pobre animal. Pero lo más gracioso estaba por venir, un cucurucho de helado dorado observaba la escena, lentamente este fue transformando en Naram el cual nos despertó de una manera “sutil y elegante” sonando un gong.
La cabeza me iba a reventar, la combinación entre él sonido y la risa que me provocaba la escena era mortal para cualquier persona, hasta el punto que no pude más y soltando todo lo que tenía en las manos dije entre susurros:
-Reborn, Light my fire -susurre levemente.
Mi cuerpo comenzó a transmutarse levemente sin alejarse de mi forma humana entrando en llamas que no quemaban, y permanecían eternas, mientras mi cuerpo ardía mi cabeza y mi cuerpo parecía despejarse por momentos y volverse todo más claro y normal, tanto hasta él punto que el pony parecía transformarse en Akagami, aunque seguía sin estar seguro.
Continué en ese estado tratando de recuperarme de los excesos de la noche anterior pensando lo mismo de siempre:
-"Última vez que pruebo la cocaína local"-pensé para mis adentros.
Escuchando las conversaciones de mis compañeros, al parecer había un cadáver. Meh, en mi trabajo los había todos los días, tampoco era para extrañase. Aunque la situación podría torcerse, bastaba con decir que era de la Cipher Pol, con suerte bastaría para evitar preguntas indiscretas.
-Chicos- dije con la voz algo jodida -Que alguien mire la documentación del cadáver, haber que se puede hacer, les dije algo más consciente de mis actos- les dije en un tono normal, para que no se enterase algún personaje indiscreto -Y que otro examine la habitación, con suerte evitaremos unos cuántos problemas y recordaremos lo que paso anoche- ordene a alguno de los tripulantes, aunque estaba mirando a Naram, tal vez dándole a entender que era su superior en todos los aspectos.
Continué ardiendo hasta encontrarme perfectamente.
- Flashback para Akagami:
- Al decir "Qué coño pasó anoche", ves secuencias cortadas y a blanco y negro, y en lugar de recordar el sonido escuchas esto:
Las escenas son:
Tú ligando con una señorita (muy parecida a la muerta), que te rechaza y se va con Rito.
Nagato intentando lo mismo que tú, a saber por qué. El caso es que, cuando le corta el brazo, ella parece acceder.
Lanxerot comprando cocaína.
Tú bebiendo de una botella algo sospechosa.
Nadie hace caso a Lanxerot, que seguramente deberá hacerlo él mismo, y Rito logra abrir la puerta, que da a un armarito de las escobas. ¿Cómo demonios habréis llegado a un lugar como ése? No parece haber salida ahora que descubrís el secreto de la habitación. Entonces... ¿Cómo coño habéis entrado? Ahora os fijáis en el techo, y veis vuestro reflejo. Bueno, Lanxerot ve cosas muy turbias, ya que aún le queda un ligero trastorno, aunque sólo es ante superficies reflectantes (seguramente).
Sin embargo, uno de los espejos está un poco movido, o eso parece. ¿Intentaréis salir ahora? ¿Resolveréis el misterio de qué hace una chica muerta con vosotros? Hay muchas opciones, todas tan divertidas, todas tan peligrosas...
Naram
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Comencé a observar la situación pintoresca de cada uno después de levantarles, Rito gritando, Ryan andando en bolas, y Lanxe... Bueno, se le veía feliz eso no se le podía negar, también nos ordenó algo a todos, pero con ver su estado, nadie le prestó mucha atención, y yo no seria menos. Los únicos que actuaban más decentemente eran mi capitán y Nagato, aun que no les agradó mi precioso gong.
- La próxima vez te tendré en cuenta Nagato. -Le respondí sin interés.
No entendía porque le daban importancia a la muerta, que más daba, lo principal era buscar la salida, ojala pudiera recordar algo de anoche... Como yo, un genio estratega he llegado a olvidar algo y encima de la anterior noche...
Cuando rito dejo de gritar vi como se disponía a abrir la puerta rápidamente y ruborizada a saber porque, por lo que me acerqué un poco para ver claramente lo que habría detrás, y para sorpresa de todos daba a un misero armario de escobas. Me acerque a Rito y la apoye la mano en el hombro mientras la comenzaba a decir algo en el oído tratando de calmarla un poco.
- Tranquilízate, ya hablamos sobre tus "ataques", mantén la calma.
Aparte a Rito de la puerta y comencé a buscar en el armario por si había una salida y ya un poco cabreado por tal situación comencé a gritar.
-¡Buscar por la habitación, debe haber una salida!, ¿¡acaso se están burlando de nosotros, de los Red Demons!?
Todos comenzamos a mirar por toda la habitación buscando la salida, hasta que alzamos la vista al techo, donde vimos un espejo movido ligeramente, yo ya cabreado por la situación, me situé a unos pasos del espejo y creé en la palma de mi mano una bola de acero del mismo tamaño del gong, la moví flotando hasta debajo del espejo y con el brazo extendido la elevé fuertemente hacia arriba acompañando el movimiento con el brazo, haciendo que la bola saliera disparada hacia el cristal con intención de romperlo.
- ¡¿OSA ALGUIEN ENCERRARME Y BURLARSE DE MI?!
- La próxima vez te tendré en cuenta Nagato. -Le respondí sin interés.
No entendía porque le daban importancia a la muerta, que más daba, lo principal era buscar la salida, ojala pudiera recordar algo de anoche... Como yo, un genio estratega he llegado a olvidar algo y encima de la anterior noche...
Cuando rito dejo de gritar vi como se disponía a abrir la puerta rápidamente y ruborizada a saber porque, por lo que me acerqué un poco para ver claramente lo que habría detrás, y para sorpresa de todos daba a un misero armario de escobas. Me acerque a Rito y la apoye la mano en el hombro mientras la comenzaba a decir algo en el oído tratando de calmarla un poco.
- Tranquilízate, ya hablamos sobre tus "ataques", mantén la calma.
Aparte a Rito de la puerta y comencé a buscar en el armario por si había una salida y ya un poco cabreado por tal situación comencé a gritar.
-¡Buscar por la habitación, debe haber una salida!, ¿¡acaso se están burlando de nosotros, de los Red Demons!?
Todos comenzamos a mirar por toda la habitación buscando la salida, hasta que alzamos la vista al techo, donde vimos un espejo movido ligeramente, yo ya cabreado por la situación, me situé a unos pasos del espejo y creé en la palma de mi mano una bola de acero del mismo tamaño del gong, la moví flotando hasta debajo del espejo y con el brazo extendido la elevé fuertemente hacia arriba acompañando el movimiento con el brazo, haciendo que la bola saliera disparada hacia el cristal con intención de romperlo.
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El pelirrojo volvió en sí a los pocos segundos tras ver pasar ante sus ojos aquella ristra de imágenes a toda velocidad, recordando parte de lo ocurrido antes de llegar a aquella sala, escuchando una extraña y "relajante" musiquita de fondo. Negó con la cabeza, despejándose y volviendo a la realidad para echar otro vistazo a la sala. Lanxerot comenzó a decirles algo, pero sabiendo el estado en el que se encontraba no le dio mayor importancia. Vio como Rito abría la puerta y Naram la seguía para ver qué había al otro lado, después de que Nagato se quejase un poco. Ryan seguía sin sus pantalones, pero con algo de suerte pondría remedio a aquella grotesca visión.
El pelirrojo, al igual que el resto, pudo observar aquella especie de apertura en el cristal del techo. Naram se acercó a esta, notablemente cabreado por encontrarse en una situación tan tremendamente absurda y dispuesto a destrozar aquel espejo. Con suerte se toparían con la entrada (o salida) de aquella sala tan estúpidamente diseñada. ¿A quién narices se le ocurriría una habitación así? En cualquier caso, debían de encontrar la salida y aquella parecía la opción más viable. Comenzó a caminar hacia el rubio con la intención de ayudarle a romper, o al menos intentarlo, el cristal.
Pasó al lado de Nagato antes de llegar hasta él, sobre cuyo hombro posó su mano un momento.
- Tranquilízate. Tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos ahora mismo -le dijo en un tono serio y algo autoritario. No era el momento de peleas absurdas.
Una vez llegó al lado de Naram, este creó una enorme bola de acero y se dispuso a estrellarla contra el cristal. Tal vez era algo demasiado excesivo para ver qué cubría el cristal del techo, pero al fin y al cabo su grupo no se caracterizaba por ser demasiado meticuloso.
- Deja que te ayude -comentó sujetando la bola junto a él, suspendida en el aire gracias a su poder.
Al mismo tiempo hicieron fuerza con los brazos para lanzar la bola de acero hacia el techo con la mayor fuerza posible. Su fuerza incrementada junto a la de Naram y su poder debería ser suficiente para destrozar aquella sección del techo. En caso de que se rompiese, el pelirrojo se dispondría a asomar la cabeza por el hueco, dando un salto para llegar hasta él y así poder ver si aquella era la salida.
El pelirrojo, al igual que el resto, pudo observar aquella especie de apertura en el cristal del techo. Naram se acercó a esta, notablemente cabreado por encontrarse en una situación tan tremendamente absurda y dispuesto a destrozar aquel espejo. Con suerte se toparían con la entrada (o salida) de aquella sala tan estúpidamente diseñada. ¿A quién narices se le ocurriría una habitación así? En cualquier caso, debían de encontrar la salida y aquella parecía la opción más viable. Comenzó a caminar hacia el rubio con la intención de ayudarle a romper, o al menos intentarlo, el cristal.
Pasó al lado de Nagato antes de llegar hasta él, sobre cuyo hombro posó su mano un momento.
- Tranquilízate. Tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos ahora mismo -le dijo en un tono serio y algo autoritario. No era el momento de peleas absurdas.
Una vez llegó al lado de Naram, este creó una enorme bola de acero y se dispuso a estrellarla contra el cristal. Tal vez era algo demasiado excesivo para ver qué cubría el cristal del techo, pero al fin y al cabo su grupo no se caracterizaba por ser demasiado meticuloso.
- Deja que te ayude -comentó sujetando la bola junto a él, suspendida en el aire gracias a su poder.
Al mismo tiempo hicieron fuerza con los brazos para lanzar la bola de acero hacia el techo con la mayor fuerza posible. Su fuerza incrementada junto a la de Naram y su poder debería ser suficiente para destrozar aquella sección del techo. En caso de que se rompiese, el pelirrojo se dispondría a asomar la cabeza por el hueco, dando un salto para llegar hasta él y así poder ver si aquella era la salida.
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El lanzamiento del brazo de la muchacha hacia Nagato no le agrada demasiado. Mira a Rito con furia y rabia mientras se mueve como una loca. -Parece un pollo sin cabeza.- Toma el brazo frío rígido y lo lanza al lado del cuerpo con cuidado de no dañar nada. No serán esas las maneras pero al menos tiene un poco de precaución y respeta a los muertos.
Mira a Akagami cuando este se dirige a él. El capitán, el único que de verdad siente que está por encima de él. No es que le desagraden Naram, el rey loco, ni Lanxelot, la antorcha humana. Simplemente no los había visto en acción y aunque acatara sus ordenes por que sabía cual era su lugar no era muy dado a seguirlos.
El pelirrojo le dio un toque de seguridad con ese toque en el hombro. Tenian una muerta, un "conejo" sin cabeza y un tío sin pantalones, pero primero habría que ver como salir de allí. -Esta bien.- Tomó la pistola de Ryan que se encontraba en el suelo y se la lanzó. -Creo que es tuyo, por favor vístete y parezcamos un grupo serio.- Sin más se giró para darle un toque de intimidad aunque en esa sala no la hubiese. Invocó un pequeño hollow que se encargaría de la inspección de la sala, con suerte encontraría algo útil en esta.
Mira a Akagami cuando este se dirige a él. El capitán, el único que de verdad siente que está por encima de él. No es que le desagraden Naram, el rey loco, ni Lanxelot, la antorcha humana. Simplemente no los había visto en acción y aunque acatara sus ordenes por que sabía cual era su lugar no era muy dado a seguirlos.
El pelirrojo le dio un toque de seguridad con ese toque en el hombro. Tenian una muerta, un "conejo" sin cabeza y un tío sin pantalones, pero primero habría que ver como salir de allí. -Esta bien.- Tomó la pistola de Ryan que se encontraba en el suelo y se la lanzó. -Creo que es tuyo, por favor vístete y parezcamos un grupo serio.- Sin más se giró para darle un toque de intimidad aunque en esa sala no la hubiese. Invocó un pequeño hollow que se encargaría de la inspección de la sala, con suerte encontraría algo útil en esta.
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Rito se despertó delante de mi y comenzo a gritar avergonzada por lo que estaba viendo.
-Ni que nunca hubiera visto el pene de un hombre, pensé
Corrió hacia lo que parecía la única puerta que había en aquella habitación y me tiró los pantalones. Me acerqué a ellos y los recogí cuidadosamente. Los sacudí un par de veces y me los puse, ahora todo el mundo estaría tranquilo por que no iban a pasar vergüenza ajena a causa de mis genitales. Ví a Rito abrir la puerta y a Naram acercarse a ella. Al abrir aquella puerta descubrimos que contenía unas simples escobas, lo cual me llamó mucho la atención.
- ¿Como demonios habíamos llegado a este lugar?, comencé a pensar.
Naram y Akagami descubrieron un cristal en el techo y comenzaron a intentar salir de aquel lugar.
Nagato por su parte me pasó la pistola que utilizaba para mi fabuloso juego excéntrico, pero al pasárme aquella pistola las palabras que pronunció a continuación denotaron la fama que habia adquirido dentro de la banda. Asentí a Nagato y esbocé una sonrisa de aprobación.
- Si tu supieras..... Dije murmurando entre dientes mientras mantenía aquella sonrisa un tanto macabra.
La verdad era que era el payaso de la banda, mis compañeros no conocían mi verdadera personalidad, quizás Lanxerot sabía algo que los demás desconocían de mi, pero en cuestión de tiempo, llevaba bastante poco con ellos por lo que me parecía normal. En verdad pensaba que aquella "máscara" de apariencia externa tan infantil, tan desvergonzada, tan.... de arlequín, me ayudaba a mantenerme a salvo de las personas que querían causarme problemas, por ello no estaba disgustado con que mi imagen pública fuera de ese modo, es más me reía bastante de mi mismo y de las cosas que me pasaban por tener aquella personalidad tan extrovertida.
- Tranquilo Nagato, si tienes algún problema con tus genitales puedes contármelo, soy médico. Dije aún con aquella sonrisa en la cara.
Mi mirada se detuvo por un momento en la mujer que yacía en el suelo. Me acerqué a ella y me agaché para verla más de cerca, le toqué el cuello y grité en alto que estaba muerta. Mis compañeros me miraron con una cara bastante seria como con un gesto que denotaba que era de lo primero de lo que se habían dado cuenta y de que no podía estar hablando en serio.
Comencé a reirme ante tan cómica situación ya que resultaba bastante irónico que el médico de la banda dijera eso ante una situación en la que cualquier persona normal se habría dado cuenta de que aquella mujer estaba muerta. El cadáver estaba empezando a oler, y podía hacerme una idea del tiempo que llevaba muerta, pero lo que más me intrigaba de aquella chica era su identidad y el por qué de su muerte. Resultaba obvio que el brazo cortado era un factor mas que de sobra para influir sobre la muerte de aquella chica, pero no estaba convencido del todo de que esa fuera la causa de su muerte.
Me dispuse a examinar el cuerpo a fondo para intentar comprobar si la causa de la muerte había sido la amputación del brazo, además de para encontrar o intentar encontrar algo en su ropa que me dijese quién era aquella mujer.
-Ni que nunca hubiera visto el pene de un hombre, pensé
Corrió hacia lo que parecía la única puerta que había en aquella habitación y me tiró los pantalones. Me acerqué a ellos y los recogí cuidadosamente. Los sacudí un par de veces y me los puse, ahora todo el mundo estaría tranquilo por que no iban a pasar vergüenza ajena a causa de mis genitales. Ví a Rito abrir la puerta y a Naram acercarse a ella. Al abrir aquella puerta descubrimos que contenía unas simples escobas, lo cual me llamó mucho la atención.
- ¿Como demonios habíamos llegado a este lugar?, comencé a pensar.
Naram y Akagami descubrieron un cristal en el techo y comenzaron a intentar salir de aquel lugar.
Nagato por su parte me pasó la pistola que utilizaba para mi fabuloso juego excéntrico, pero al pasárme aquella pistola las palabras que pronunció a continuación denotaron la fama que habia adquirido dentro de la banda. Asentí a Nagato y esbocé una sonrisa de aprobación.
- Si tu supieras..... Dije murmurando entre dientes mientras mantenía aquella sonrisa un tanto macabra.
La verdad era que era el payaso de la banda, mis compañeros no conocían mi verdadera personalidad, quizás Lanxerot sabía algo que los demás desconocían de mi, pero en cuestión de tiempo, llevaba bastante poco con ellos por lo que me parecía normal. En verdad pensaba que aquella "máscara" de apariencia externa tan infantil, tan desvergonzada, tan.... de arlequín, me ayudaba a mantenerme a salvo de las personas que querían causarme problemas, por ello no estaba disgustado con que mi imagen pública fuera de ese modo, es más me reía bastante de mi mismo y de las cosas que me pasaban por tener aquella personalidad tan extrovertida.
- Tranquilo Nagato, si tienes algún problema con tus genitales puedes contármelo, soy médico. Dije aún con aquella sonrisa en la cara.
Mi mirada se detuvo por un momento en la mujer que yacía en el suelo. Me acerqué a ella y me agaché para verla más de cerca, le toqué el cuello y grité en alto que estaba muerta. Mis compañeros me miraron con una cara bastante seria como con un gesto que denotaba que era de lo primero de lo que se habían dado cuenta y de que no podía estar hablando en serio.
Comencé a reirme ante tan cómica situación ya que resultaba bastante irónico que el médico de la banda dijera eso ante una situación en la que cualquier persona normal se habría dado cuenta de que aquella mujer estaba muerta. El cadáver estaba empezando a oler, y podía hacerme una idea del tiempo que llevaba muerta, pero lo que más me intrigaba de aquella chica era su identidad y el por qué de su muerte. Resultaba obvio que el brazo cortado era un factor mas que de sobra para influir sobre la muerte de aquella chica, pero no estaba convencido del todo de que esa fuera la causa de su muerte.
Me dispuse a examinar el cuerpo a fondo para intentar comprobar si la causa de la muerte había sido la amputación del brazo, además de para encontrar o intentar encontrar algo en su ropa que me dijese quién era aquella mujer.
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Estaba ruborizada al ver que llevaba los pantalones de Ryan, si al menos hubieran sido del capitán no me importaría, pero, ¿De Ryan?.
Al abrir la puerta resulto que era un armario con unas cuantas escobas, esto parecía una broma macabra. ¡¿Que pasa?! ¡¿Como soy mujer ya me toca barrer la maldita habitación?!, estos pensamientos me empezaron a rondar la cabeza sin parar y empece a ponerme muy nerviosa, incluso más de lo normal cuando Naram se acerco y me susurro que me tranquilizara, solo había dos hombres capaces de tranquilizarme en este barco y uno de ellos casi ni me hacía caso.
Me diriji a mi sofá mientras miraba al capitán, su culo de verdad me gustaba, no estaba segura si era por la erótica del poder, o simplemente por que estaba bueno. Me senté en el sofá para descansar mientras que los demás se ponían a trabajar y a buscar lo cual me dejaba algo excluida y eso no lo iba a permitir, así que, empece a registrar el sofá de arriba a abajo.
Mientras registraba el sofá vi como Naram se le ocurría un plan bastante estúpido, es decir, digno de él, sino fuera la salida esos cristales estarían en el suelo de la habitación, para colmo, el capitán se ofreció a ayudar, la verdad es que me excitaba bastante ver a esos dos haciendo cosas juntos, y al pensarlo detenidamente solo se me ocurrió una cosa.
-Me da igual que sea la única mujer, yo eso no lo limpio.
Al abrir la puerta resulto que era un armario con unas cuantas escobas, esto parecía una broma macabra. ¡¿Que pasa?! ¡¿Como soy mujer ya me toca barrer la maldita habitación?!, estos pensamientos me empezaron a rondar la cabeza sin parar y empece a ponerme muy nerviosa, incluso más de lo normal cuando Naram se acerco y me susurro que me tranquilizara, solo había dos hombres capaces de tranquilizarme en este barco y uno de ellos casi ni me hacía caso.
Me diriji a mi sofá mientras miraba al capitán, su culo de verdad me gustaba, no estaba segura si era por la erótica del poder, o simplemente por que estaba bueno. Me senté en el sofá para descansar mientras que los demás se ponían a trabajar y a buscar lo cual me dejaba algo excluida y eso no lo iba a permitir, así que, empece a registrar el sofá de arriba a abajo.
Mientras registraba el sofá vi como Naram se le ocurría un plan bastante estúpido, es decir, digno de él, sino fuera la salida esos cristales estarían en el suelo de la habitación, para colmo, el capitán se ofreció a ayudar, la verdad es que me excitaba bastante ver a esos dos haciendo cosas juntos, y al pensarlo detenidamente solo se me ocurrió una cosa.
-Me da igual que sea la única mujer, yo eso no lo limpio.
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La situación se ponía intensa, yo seguí recostado en el sillón algo cansado. Mi capacidad regenerativa tenía un coste y a fin de cuentas continuaba siendo un humano. Estaba muy lejos de encontrar mi forma perfecta.
-“Esto no me gusta nada” -pensé para mis adentros mordiéndome un poco el labio.
Mientras a mi alrededor la gente parecía perder los estribos. Yo, mientras, me limite a sacar un pitillo de mi petaca metálica plateada como en el primer uso y guardándola en el interior de la americana encendiéndolo finalmente con mi flameante mechero, el cual guarde inmediatamente en el mismo lugar que la petaca, tras encender aquel delicioso y perjudicial tabaco rubio.
-“Calma” -pensaba yo tratando de autoconvencerme.
La banda parecía ignorar mis solicitudes, no estaba en condiciones de pedir ni exigir nada, pero a pesar de estar en estado de alucinación, mi personalidad, mi voluntad continuaban siendo férreas. En vez de reír o llorar o hacer lo que más me placiera en ese instante era consciente de la situación y de la gravedad que ello conllevaba, era consiente de que mis actos tenían consecuencias.
Naram continuaba actuando de la misma manera egocéntrica de siempre, esa manera de actuar era la misma manera que la de un niño: Quiero y no puedo. Esa actitud no era, sin duda, la mejor para el momento, no era la actitud que se espera de un rey, un rey es el primero que no debe perder la calma para así infundir tranquilidad a su pueblo. Tenía madera de rey...Y un gran poder, pero ser consciente de tus capacidades no te hace ser grande, es solo una de las infinitas cualidades que se necesitan.
Mientras tanto Nagato y Ryan parecían tener una discusión de lo más encendida, Nagato aún parecía valorar el autentico potencial de el resto de tripulantes, algo mal hecho por su parte, fiarse de las primeras apariencias era un craso error, si solamente me analizará por ser un simple subcapitan, ¿Qué pasaría en el supuesto caso de que fuera un fiel infiltrado del gobierno? Por otro lado Ryan, actuaba al más puro estilo socratico. Un tonto no podía actuar como una persona inteligente, pero él era justamente el caso contrario: Ryan parecía tener un dominio de la Mayeutica bastante perfeccionado. Actuar como un tonto era mera fachada, un tonto no habría jugado tan bien sus cartas en aquel casino. La verdad es cada segundo que le observaba más convencido de mi elección estaba.
Mientras estaba la señorita Rito, la cual me ponía sinceramente de los nervios, actuando de una manera tan superficial, la veía como un recipiente vació sin sentimientos, ni moral ni ética. Me daba la típica impresión de que eran de las que se dejaba fluir por la masa. La cual se puso histérica al ver
Poco a poco toda la estancia iba tomando forma, era redonda con las paredes con ese típico color amarillento vivo que daba un toque selecto a la sala. La habitación además de la estancia que más o menos ocupábamos cada uno tenía una línea elegante, daba la impresión de no ser una sala cualquiera o por lo menos no daba la impresión de ser una cárcel. ¿Por qué entonces no tenía salida?
Algo no cuadraba, ese espejo descolocado de aquel hipnótico y mareante mar de espejos que tenía la sala por techo. Mis compañeros Naram y Akagami tenían la intención de abrir aquello golpeando una bola de metal, tratando de averiguar lo que había al otro lado del cristal, justo antes de que dijera:
-¡PARAD!-grite yo- Que eso sea una salida no significa que sea la más sencilla. Normalmente un buen cazador sigue el primer rastro que se encuentra, la primera vista y la más evidente sin pararse a analizar si esta es un señuelo. Los buenos cazadores son aquellos que antes de dejarse cegados por la primera pista, buscan alternativas. El camino más evidente no siempre es el más fácil -dije yo reincorporándome con alguna dificultad.
Tras levantarme reajustarme la corbata la cual me asfixiaba y agobiaba un poco proseguí con mi discurso:
-Lo primero sería registrar el perímetro, tratando de buscar una salida más normal,, tratar de recordar lo que paso anoche, cada uno sabemos como somos y como actuamos normalmente, establecer una hipótesis, actuar de una manera sistemática -dije antes de dar una leve calada al tabaco rubio.
Camine lentamente hacia la pared golpeando sutilmente los muros , tratando de tantear todo el perímetro, una pared falsa, una zona con la pintura más fresca una salida más a ras de suelo...
-Hay tres posibilidades, una trampilla en el suelo que permitiera salir de esa sala. Una falsa pared de escayola o algún mecanismos de los que solía tener en mi mansión del North Blue, o una salida por el techo, de cual tendría que bajar una escalera, como sino podría subir una persona normal ahí. El caso es que si queréis investigar esa zona hacerlo de una manera más normal y ha ser posible más ortodoxa, sin hacer tanto ruido y sin llamar la atención de nuestros hipotéticos "captores" o mejor dicho, anfitriones- finalice yo con una sonrisa antes de ponerme el pitillo en la boca y centrarme en inspeccionar el perímetro de la sala buscando cualquier cosa, micrófonos, interruptores y sobre todo una posible salida de aquella particular jaula.
¿Cómo actuarían mis compañeros?
-“Esto no me gusta nada” -pensé para mis adentros mordiéndome un poco el labio.
Mientras a mi alrededor la gente parecía perder los estribos. Yo, mientras, me limite a sacar un pitillo de mi petaca metálica plateada como en el primer uso y guardándola en el interior de la americana encendiéndolo finalmente con mi flameante mechero, el cual guarde inmediatamente en el mismo lugar que la petaca, tras encender aquel delicioso y perjudicial tabaco rubio.
-“Calma” -pensaba yo tratando de autoconvencerme.
La banda parecía ignorar mis solicitudes, no estaba en condiciones de pedir ni exigir nada, pero a pesar de estar en estado de alucinación, mi personalidad, mi voluntad continuaban siendo férreas. En vez de reír o llorar o hacer lo que más me placiera en ese instante era consciente de la situación y de la gravedad que ello conllevaba, era consiente de que mis actos tenían consecuencias.
Naram continuaba actuando de la misma manera egocéntrica de siempre, esa manera de actuar era la misma manera que la de un niño: Quiero y no puedo. Esa actitud no era, sin duda, la mejor para el momento, no era la actitud que se espera de un rey, un rey es el primero que no debe perder la calma para así infundir tranquilidad a su pueblo. Tenía madera de rey...Y un gran poder, pero ser consciente de tus capacidades no te hace ser grande, es solo una de las infinitas cualidades que se necesitan.
Mientras tanto Nagato y Ryan parecían tener una discusión de lo más encendida, Nagato aún parecía valorar el autentico potencial de el resto de tripulantes, algo mal hecho por su parte, fiarse de las primeras apariencias era un craso error, si solamente me analizará por ser un simple subcapitan, ¿Qué pasaría en el supuesto caso de que fuera un fiel infiltrado del gobierno? Por otro lado Ryan, actuaba al más puro estilo socratico. Un tonto no podía actuar como una persona inteligente, pero él era justamente el caso contrario: Ryan parecía tener un dominio de la Mayeutica bastante perfeccionado. Actuar como un tonto era mera fachada, un tonto no habría jugado tan bien sus cartas en aquel casino. La verdad es cada segundo que le observaba más convencido de mi elección estaba.
Mientras estaba la señorita Rito, la cual me ponía sinceramente de los nervios, actuando de una manera tan superficial, la veía como un recipiente vació sin sentimientos, ni moral ni ética. Me daba la típica impresión de que eran de las que se dejaba fluir por la masa. La cual se puso histérica al ver
Poco a poco toda la estancia iba tomando forma, era redonda con las paredes con ese típico color amarillento vivo que daba un toque selecto a la sala. La habitación además de la estancia que más o menos ocupábamos cada uno tenía una línea elegante, daba la impresión de no ser una sala cualquiera o por lo menos no daba la impresión de ser una cárcel. ¿Por qué entonces no tenía salida?
Algo no cuadraba, ese espejo descolocado de aquel hipnótico y mareante mar de espejos que tenía la sala por techo. Mis compañeros Naram y Akagami tenían la intención de abrir aquello golpeando una bola de metal, tratando de averiguar lo que había al otro lado del cristal, justo antes de que dijera:
-¡PARAD!-grite yo- Que eso sea una salida no significa que sea la más sencilla. Normalmente un buen cazador sigue el primer rastro que se encuentra, la primera vista y la más evidente sin pararse a analizar si esta es un señuelo. Los buenos cazadores son aquellos que antes de dejarse cegados por la primera pista, buscan alternativas. El camino más evidente no siempre es el más fácil -dije yo reincorporándome con alguna dificultad.
Tras levantarme reajustarme la corbata la cual me asfixiaba y agobiaba un poco proseguí con mi discurso:
-Lo primero sería registrar el perímetro, tratando de buscar una salida más normal,, tratar de recordar lo que paso anoche, cada uno sabemos como somos y como actuamos normalmente, establecer una hipótesis, actuar de una manera sistemática -dije antes de dar una leve calada al tabaco rubio.
Camine lentamente hacia la pared golpeando sutilmente los muros , tratando de tantear todo el perímetro, una pared falsa, una zona con la pintura más fresca una salida más a ras de suelo...
-Hay tres posibilidades, una trampilla en el suelo que permitiera salir de esa sala. Una falsa pared de escayola o algún mecanismos de los que solía tener en mi mansión del North Blue, o una salida por el techo, de cual tendría que bajar una escalera, como sino podría subir una persona normal ahí. El caso es que si queréis investigar esa zona hacerlo de una manera más normal y ha ser posible más ortodoxa, sin hacer tanto ruido y sin llamar la atención de nuestros hipotéticos "captores" o mejor dicho, anfitriones- finalice yo con una sonrisa antes de ponerme el pitillo en la boca y centrarme en inspeccionar el perímetro de la sala buscando cualquier cosa, micrófonos, interruptores y sobre todo una posible salida de aquella particular jaula.
¿Cómo actuarían mis compañeros?
El techo decho de espejo revienta, y una poderosa lluvia de cristales rotos cae sobre vosotros. Antes de que lleguen a tocaros, Akagami tiene otro Flashback.
Akagami no ve nada porque en ese momento un cristal de trece centímetros se clava en su nariz. Por suerte, parece que doce de ellos está fuera. Por la contra, parece doloroso. Mirando otro lado positivo, parece un hermoso rinoceronte.
Naram, por la contra, no tiene tanta suerte. Desconcertado por la lluvia de cristales, la bola cae sobre su pie derecho. Pero, al mismo tiempo, esto es bueno. La pierna de Naram, hundida por el peso de la esfera, cede sobre el suelo con un crujido de madera. ¡Parece que Naram ha encontrado la salida! Y Lanxerot tenía razón, lo cual es más importante (En verdad no, pero hacedle la pelota, que le gusta).
Ryan... Por suerte estás perfectamente. Bueno, estás como una puta cabra y drogado, pero tú ya me entiendes.
Rito... ¿Qué has tocado? A los pies de Naram se abre una trampilla y queda colgando por la pierna de ella, atascado. La bola cae antes, tal vez desee recogerla o permitir que llegue al suelo. Si eso sucede, se oirá un sonido como de cráneo machacado contra acero ¿De qué podría ser?
Lanxerot... Puedes ver un hermoso peluche bola pirata cayendo sobre el señor cono de helado, que queda colgado de algo. Tal vez quieras ayudarlo o bajar a investigar. Pero eso es decisión tuya.
- Flashback:
Todo está en blanco y negro, salvo la botella, que tiene un saludable color arco iris. De repente, todo comienza a ir más deprisa.
Puedes ver que...
Akagami no ve nada porque en ese momento un cristal de trece centímetros se clava en su nariz. Por suerte, parece que doce de ellos está fuera. Por la contra, parece doloroso. Mirando otro lado positivo, parece un hermoso rinoceronte.
Naram, por la contra, no tiene tanta suerte. Desconcertado por la lluvia de cristales, la bola cae sobre su pie derecho. Pero, al mismo tiempo, esto es bueno. La pierna de Naram, hundida por el peso de la esfera, cede sobre el suelo con un crujido de madera. ¡Parece que Naram ha encontrado la salida! Y Lanxerot tenía razón, lo cual es más importante (En verdad no, pero hacedle la pelota, que le gusta).
Ryan... Por suerte estás perfectamente. Bueno, estás como una puta cabra y drogado, pero tú ya me entiendes.
Rito... ¿Qué has tocado? A los pies de Naram se abre una trampilla y queda colgando por la pierna de ella, atascado. La bola cae antes, tal vez desee recogerla o permitir que llegue al suelo. Si eso sucede, se oirá un sonido como de cráneo machacado contra acero ¿De qué podría ser?
Lanxerot... Puedes ver un hermoso peluche bola pirata cayendo sobre el señor cono de helado, que queda colgado de algo. Tal vez quieras ayudarlo o bajar a investigar. Pero eso es decisión tuya.
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Aaaaaaag, un gran espectáculo ver los cristales cayendo hacia mi, podía verme reflejado en algunos de ellos, mi dorado cabello, mi gran porte... Mi plan habría salido a la perfección si no se hubiera caído mi MALDITA bola sobre mi pie derecho, he de reconocerlo, que te caiga una bola de acero desde una gran altura directa al pie duele bastante, menos mal que mi reluciente armadura dorada amortiguo un poco el golpe, aun que cojearía un poco lo más probable hasta que se me pasara el hinchazón, solo debía mantener la compostura.
Mire a mi alrededor para ver si alguien más había resultado herido, he de reconocer que no fue un plan pensado meticulosamente, pero sabia que a mi capitán le gustaba romper cosas. Por suerte o por desgracia solo yo había salido perjudicado y el resto solo decían tonterías, síntoma de que se encontraban perfectamente.
Al caer la bola en el suelo y chocar con mi pie se abrió una trampilla dejándome el pie atascado en el agujero, al contrario que la bola, que siguió su camino y al chocar con el fondo pareció como si hubiera aplastado en cachos muy pequeños un cráneo olvidado ahí o que pasó por el mismo destino que nosotros.
Saque mi pie encajonado de la parte rota del suelo y me posicione delante de la trampilla de pie, para intentar divisar algo en el interior. Supongo que le tocaba a alguien bajar a investigar, yo ya había hecho suficiente y me había calmado por el golpe en el pie, supongo que todo tiene su parte buena, la supuesta salida y una bajada de humos.
-Caballeros, salgamos de aquí.
Dije invitando a que se tirara alguno abajo a investigar, no creo que quisiéramos seguir perdiendo tiempo ahí habiendo encontrado una ruta de escape, aun que bueno, quien dijo que fuera de escape. Hice desaparecer la bola de al fondo y estaría encantado de crear algo para mis compañeros coherente y que nos ayudara.
Mire a mi alrededor para ver si alguien más había resultado herido, he de reconocer que no fue un plan pensado meticulosamente, pero sabia que a mi capitán le gustaba romper cosas. Por suerte o por desgracia solo yo había salido perjudicado y el resto solo decían tonterías, síntoma de que se encontraban perfectamente.
Al caer la bola en el suelo y chocar con mi pie se abrió una trampilla dejándome el pie atascado en el agujero, al contrario que la bola, que siguió su camino y al chocar con el fondo pareció como si hubiera aplastado en cachos muy pequeños un cráneo olvidado ahí o que pasó por el mismo destino que nosotros.
Saque mi pie encajonado de la parte rota del suelo y me posicione delante de la trampilla de pie, para intentar divisar algo en el interior. Supongo que le tocaba a alguien bajar a investigar, yo ya había hecho suficiente y me había calmado por el golpe en el pie, supongo que todo tiene su parte buena, la supuesta salida y una bajada de humos.
-Caballeros, salgamos de aquí.
Dije invitando a que se tirara alguno abajo a investigar, no creo que quisiéramos seguir perdiendo tiempo ahí habiendo encontrado una ruta de escape, aun que bueno, quien dijo que fuera de escape. Hice desaparecer la bola de al fondo y estaría encantado de crear algo para mis compañeros coherente y que nos ayudara.
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Toda una lluvia de cristales rotos comenzó a caer sobre los Demons. Habían logrado el objetivo, que era averiguar qué narices había tras aquel techo-espejo... Nada. No había absolutamente nada, mas que los innumerables fragmentos que se precipitaban sobre el pelirrojo y el resto. Pudo ver con claridad cómo uno de los más grandes se dirigía directo hacia él cuando todo desapareció y una escena en blanco y negro, acompañada de una extraña y alocada musiquita, pasaba a toda velocidad frente a sus ojos.
- ¿Qué mierda estoy bebien...? -comenzó a decir mientras visualizaba la botella con aquel líquido tan particular, cuando todo empezó a ir a una mayor velocidad.
El "flashback" se detuvo y un gran trozo de cristal se clavó en su nariz, atravesándola un centímetro. Aquello podría definirse como algo, siendo suave, muy doloroso. Soltó un fuerte gruñido, inclinándose hacia abajo y llevándose rápidamente las manos a la nariz. Se deshizo del cristal, extraiéndolo y lanzándolo al suelo mientras la sangre empezaba a brotar de la herida. No parecía grave, pero desde luego era molesto como pocas cosas en el mundo.
Presionó la herida con una mano, tratando de evitar que saliese mucha más sangre mientras comprobaba que el resto de sus compañeros estaban bien. Sin duda el que parecía haber salido peor era Naram, cuya bola de acero le había aplastado el pie. Si lo suyo era doloroso, lo de él no tenía nombre. Por suerte, parecía que aquella locura les había llevado a descubrir la salida de aquel lugar. Se dirigió a Ryan, con la intención de que hiciese algo con aquella herida sangrante.
- Haz lo que puedas -dijo el pelirrojo mostrándole la nariz- Y después revisa el pie de Naram. Esa cosa ha tenido que destrozárselo.
Tras esperar a que Ryan le tratase, si es que podía hacer algo con aquello, se dispuso a situarse sobre el hueco del suelo donde se encontraba la trampilla, tapándose la nariz en caso de que el doctor de la banda no hubiese podido hacer nada.
- Me adelantaré un poco para ver qué hay. Rito, Nagato, manteneos en guardia. En cuanto Ryan termine con el pie de Naram bajad todos. Y... -miró a Lanxerot- Bueno, si te ves en condiciones de ir en cabeza ven, pero si no quédate con ellos -le dijo señalando a los demás, los cuales esperaba que le siguieran una vez hubieran revisado el pie del rey.
Miró por el hueco del suelo, sin ver absolutamente nada. Adoptó su forma híbrida y saltó por el hueco de la trampilla, desplegando sus alas para planear hasta llegar abajo. Una vez llegase al suelo buscaría el origen de aquél sonido producido tras el impacto de la bola. "¿A quién nos habremos cargado esta vez?". Suspiraría y revisaría el lugar, volviendo a su forma humana.
- ¿Qué mierda estoy bebien...? -comenzó a decir mientras visualizaba la botella con aquel líquido tan particular, cuando todo empezó a ir a una mayor velocidad.
El "flashback" se detuvo y un gran trozo de cristal se clavó en su nariz, atravesándola un centímetro. Aquello podría definirse como algo, siendo suave, muy doloroso. Soltó un fuerte gruñido, inclinándose hacia abajo y llevándose rápidamente las manos a la nariz. Se deshizo del cristal, extraiéndolo y lanzándolo al suelo mientras la sangre empezaba a brotar de la herida. No parecía grave, pero desde luego era molesto como pocas cosas en el mundo.
Presionó la herida con una mano, tratando de evitar que saliese mucha más sangre mientras comprobaba que el resto de sus compañeros estaban bien. Sin duda el que parecía haber salido peor era Naram, cuya bola de acero le había aplastado el pie. Si lo suyo era doloroso, lo de él no tenía nombre. Por suerte, parecía que aquella locura les había llevado a descubrir la salida de aquel lugar. Se dirigió a Ryan, con la intención de que hiciese algo con aquella herida sangrante.
- Haz lo que puedas -dijo el pelirrojo mostrándole la nariz- Y después revisa el pie de Naram. Esa cosa ha tenido que destrozárselo.
Tras esperar a que Ryan le tratase, si es que podía hacer algo con aquello, se dispuso a situarse sobre el hueco del suelo donde se encontraba la trampilla, tapándose la nariz en caso de que el doctor de la banda no hubiese podido hacer nada.
- Me adelantaré un poco para ver qué hay. Rito, Nagato, manteneos en guardia. En cuanto Ryan termine con el pie de Naram bajad todos. Y... -miró a Lanxerot- Bueno, si te ves en condiciones de ir en cabeza ven, pero si no quédate con ellos -le dijo señalando a los demás, los cuales esperaba que le siguieran una vez hubieran revisado el pie del rey.
Miró por el hueco del suelo, sin ver absolutamente nada. Adoptó su forma híbrida y saltó por el hueco de la trampilla, desplegando sus alas para planear hasta llegar abajo. Una vez llegase al suelo buscaría el origen de aquél sonido producido tras el impacto de la bola. "¿A quién nos habremos cargado esta vez?". Suspiraría y revisaría el lugar, volviendo a su forma humana.
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Lluvia de cristales, una bola de acero, trampillas, rinocerontes, drogas y, como no, gente muerta. Eso llevaba la marca de los demon's a más no poder. Estoy seguro de que nuestra intención no era mala pero parecía que nos hubiera mirado un tuerto. Una simple sala casi nos mata. ¿A quién no le motiva eso? Me quedé en el lado de la pared riendo de la escena. No podía moverme por el ataque de risa que me estaba dando, por suerte para mi ningún cristal me cayó encima. El dragón ahora era medio rinoceronte. ¿Cuántas zoan podía tomar ese tipo? ¿Y Naram? Aplastarse el pie con su propia creación. Parecíamos un circo, no es que me disgustara pero me hacía demasiada gracia.
Tardé un rato en calmarme y dejar de reírme. En mi vida había reído tanto. -Que genios somos a veces. Bueno al lío. Tendremos que salir de aquí.- Dije poniendome serio como si nunca me hubiera reído. Haciendo que no pasaba nada. Me acerqué al agujero y me arrodillé mirando por él. Akagami iba a saltar, no sabemos que había ahí. Cree un fantasma y lo mandé junto con el capitán. No era nada útil pero así yo sabría que pasaba abajo también. Me senté al lado del agujero esperando a ver que pasaba ahora. Por favor nada malo, esto es ya cansado.
Tardé un rato en calmarme y dejar de reírme. En mi vida había reído tanto. -Que genios somos a veces. Bueno al lío. Tendremos que salir de aquí.- Dije poniendome serio como si nunca me hubiera reído. Haciendo que no pasaba nada. Me acerqué al agujero y me arrodillé mirando por él. Akagami iba a saltar, no sabemos que había ahí. Cree un fantasma y lo mandé junto con el capitán. No era nada útil pero así yo sabría que pasaba abajo también. Me senté al lado del agujero esperando a ver que pasaba ahora. Por favor nada malo, esto es ya cansado.
Rhapsodia
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Estaba revisando el cadáver de aquella mujer cuando de pronto un gran estruendo me sobresaltó.
El cristal del techo se derrumbó a causa de las "maniobras" que estaban realizando mis queridos compañeros, el gran Rey Naram y mi capitán Akagami. La verdad era que viendo aquella escena, mientras los cristales se cernían hacia el suelo no pude evitar pensar las mágnificas ideas tenían mis superiores. Por suerte el cadáver de aquella mujer paró los pocos cristales que podían haberme dado.
Mi destino, por suerte, fue mas agraciado que los de mi capitán y el contramaestre. Tras aquél magnífico espectáculo de cristales sólo ellos dos habían sufrido daños.
Akagami vino corriendo hacia mí con la nariz ensangrentada y tapándosela para que la sangre no brotara a borbotones. Le examiné aquella herida detenidamente y era bastante profunda. Con tanta sangre brotando era complicado determinar si el cristal que le había perforado la nariz había dañado el cartílago o peor, había dañado uno de los nervios que surcaban aquella zona.
- Madre mía capitán, ¿desde cuando tienes dos bocas? Exclamé riéndome a carcajadas.
Era obvio que aquél comentario no tenía la mas mínima gracia, pero eso era lo de menos. El capitán me conocía lo suficiente como para saber que no tenía ninguna mala intención con aquel comentario.
- No puedo cosértelo, no tengo una aguja y un hilo. Necesitamos ambas para suturar esta espléndida herida. Dije con una sonrisa.
- De momento tendras que hacer tapón con esto, dije mientras arrancaba un trozo de su capa y se lo ofrecía para que hiciese tapón. Tienes que presionar o si no vas a perder mucha sangre.
Se alejó presionando la herida y yo me centré en Naram.
La personalidad de Naram me impedía hacer ningún comentario gracioso con respecto a su pie. No podía decir cosas como "Anda, un pie tortilla" o "Tu nueva talla de zapatos va a ser dos números mas grande en el pie derecho que en el izquierdo". La situación me pedía que lo hiciese, pero era una persona que pese a su modo de ser, me caía bastante bien. Era un hombre de principios y eso me gustaba asi que si él me respetaba yo no iba a ser menos. Pese a ser algo prepotente, algo que en ocasiones hacía que me hirviese la sangre, era mi compañero y dentro de mi había un sentimiento de admiración. Si, muy dentro de mi.
Le quité la bota con cuidado y le examiné el pie, le toqué un poco y comenzó a quejarse de dolor.
- Naram, creo que tienes uno de los metatarsos fracturados, es decir, que tienes el pie jodido. Gracias a dios estos escarpes de oro han amortiguado el golpe de la bola, dije mientras intentaba no reírme al mirarle a los ojos. Pese a todo tras varios segundos mirándole, no pude evitar expresar una ligera carcajada.
Naram dijo que si necesitaba algo, bueno, para ser exactos dijo que le pidiésemos "algo coherente". La verdad es que para tratar con él, había que tomárselo todo con bastante humor, de lo contrario acabaría abalanzándome sobre él para rebanarle el cuello.
- Creo que me vendría bien una aguja. Dije mirándole con seriedad.
Naram creó para mí de la nada una aguja. Todavía me seguía sorprendiendo aquel poder tan interesante, pero no iba a divagar en aquél momento pues las circunstancias no me lo permitían.
Akagami estaba a punto de saltar hacia el piso que se había quedado al descubierto despues de que la "encantadora" Rito accionase una misteriosa palanca.
Me acerqué al capitán con la aguja en mano y una vez más arranqué parte de su capa. Con uno de los hilos que me proporcionó aquella prenda comencé a coserle.
- Bueno capitán, creo que por ahora bastará, cuando salgamos de este lugar le trendré que mirar esa herida con mas detenimiento. Y por favor no vuelva a lastimarse de esta manera o nos quedaremos sin capa, dije mientras me sentaba en el suelo un poco mareado y casi riéndome.
- Maldita maría, era mala de cojones.
El cristal del techo se derrumbó a causa de las "maniobras" que estaban realizando mis queridos compañeros, el gran Rey Naram y mi capitán Akagami. La verdad era que viendo aquella escena, mientras los cristales se cernían hacia el suelo no pude evitar pensar las mágnificas ideas tenían mis superiores. Por suerte el cadáver de aquella mujer paró los pocos cristales que podían haberme dado.
Mi destino, por suerte, fue mas agraciado que los de mi capitán y el contramaestre. Tras aquél magnífico espectáculo de cristales sólo ellos dos habían sufrido daños.
Akagami vino corriendo hacia mí con la nariz ensangrentada y tapándosela para que la sangre no brotara a borbotones. Le examiné aquella herida detenidamente y era bastante profunda. Con tanta sangre brotando era complicado determinar si el cristal que le había perforado la nariz había dañado el cartílago o peor, había dañado uno de los nervios que surcaban aquella zona.
- Madre mía capitán, ¿desde cuando tienes dos bocas? Exclamé riéndome a carcajadas.
Era obvio que aquél comentario no tenía la mas mínima gracia, pero eso era lo de menos. El capitán me conocía lo suficiente como para saber que no tenía ninguna mala intención con aquel comentario.
- No puedo cosértelo, no tengo una aguja y un hilo. Necesitamos ambas para suturar esta espléndida herida. Dije con una sonrisa.
- De momento tendras que hacer tapón con esto, dije mientras arrancaba un trozo de su capa y se lo ofrecía para que hiciese tapón. Tienes que presionar o si no vas a perder mucha sangre.
Se alejó presionando la herida y yo me centré en Naram.
La personalidad de Naram me impedía hacer ningún comentario gracioso con respecto a su pie. No podía decir cosas como "Anda, un pie tortilla" o "Tu nueva talla de zapatos va a ser dos números mas grande en el pie derecho que en el izquierdo". La situación me pedía que lo hiciese, pero era una persona que pese a su modo de ser, me caía bastante bien. Era un hombre de principios y eso me gustaba asi que si él me respetaba yo no iba a ser menos. Pese a ser algo prepotente, algo que en ocasiones hacía que me hirviese la sangre, era mi compañero y dentro de mi había un sentimiento de admiración. Si, muy dentro de mi.
Le quité la bota con cuidado y le examiné el pie, le toqué un poco y comenzó a quejarse de dolor.
- Naram, creo que tienes uno de los metatarsos fracturados, es decir, que tienes el pie jodido. Gracias a dios estos escarpes de oro han amortiguado el golpe de la bola, dije mientras intentaba no reírme al mirarle a los ojos. Pese a todo tras varios segundos mirándole, no pude evitar expresar una ligera carcajada.
Naram dijo que si necesitaba algo, bueno, para ser exactos dijo que le pidiésemos "algo coherente". La verdad es que para tratar con él, había que tomárselo todo con bastante humor, de lo contrario acabaría abalanzándome sobre él para rebanarle el cuello.
- Creo que me vendría bien una aguja. Dije mirándole con seriedad.
Naram creó para mí de la nada una aguja. Todavía me seguía sorprendiendo aquel poder tan interesante, pero no iba a divagar en aquél momento pues las circunstancias no me lo permitían.
Akagami estaba a punto de saltar hacia el piso que se había quedado al descubierto despues de que la "encantadora" Rito accionase una misteriosa palanca.
Me acerqué al capitán con la aguja en mano y una vez más arranqué parte de su capa. Con uno de los hilos que me proporcionó aquella prenda comencé a coserle.
- Bueno capitán, creo que por ahora bastará, cuando salgamos de este lugar le trendré que mirar esa herida con mas detenimiento. Y por favor no vuelva a lastimarse de esta manera o nos quedaremos sin capa, dije mientras me sentaba en el suelo un poco mareado y casi riéndome.
- Maldita maría, era mala de cojones.
Tototoki
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Por fin di con la clave para abrir la maldita trampilla, tuve una palanca en el culo todo este tiempo y no me di cuenta, después de la fiesta que tuvimos como para recordar que había una palanca debajo de mi sillón.
Una lluvia de cristales empezó a sacudir la habitación, haciendo que los dos cabecillas tuvieran lo que se merecían por pensar en lo más estúpido posible. La cara del capitán quedo en un estado bastante malo, lo suficiente como para dejar de interesarme por él, o al menos eso podía pensar él.
Naram sufrió la peor parte, había sentido todo el peso de la ley en su pie. No pude evitar reírme al ver que se había lastimado con su propia bola. Me acerque a Naram mientras aun sufría el peso de su propia bola y le susurre al oído.
-Luego si quieres te alivio el dolor-dije muy bajito para que no me pudieran escuchar los demás.
También quería consolar al capitán, pero al ver que tenía un cuerno de rinoceronte me daba miedo el pensar que podía utilizarlo conmigo, lo mas prudente era esperar a que Ryan le curase. Después ya conseguiría que se relajase, dije mientras me frotaba la teta cuidadosamente para que no me viesen, aunque tampoco me importaba que me vieran.
Era muy extraño que hubiese una trampilla debajo de nosotros, por más que lo pensaba no dejaba de darme vueltas a la cabeza porque había un armario con escobas en un cuartucho como este. Deje a Naram mientras hablaba a los demás y me acerque al armario de las escobas.
Antes de registrarlo me rondo a la cabeza una idea algo graciosa e innovadora, una mujer pegando con una escoba. Agarre una de las escobas y la aparte fuera del armario, ya tenía mi nueva arma. Tras esta idea empecé a rebuscar dentro del armario de las escobas.
Una lluvia de cristales empezó a sacudir la habitación, haciendo que los dos cabecillas tuvieran lo que se merecían por pensar en lo más estúpido posible. La cara del capitán quedo en un estado bastante malo, lo suficiente como para dejar de interesarme por él, o al menos eso podía pensar él.
Naram sufrió la peor parte, había sentido todo el peso de la ley en su pie. No pude evitar reírme al ver que se había lastimado con su propia bola. Me acerque a Naram mientras aun sufría el peso de su propia bola y le susurre al oído.
-Luego si quieres te alivio el dolor-dije muy bajito para que no me pudieran escuchar los demás.
También quería consolar al capitán, pero al ver que tenía un cuerno de rinoceronte me daba miedo el pensar que podía utilizarlo conmigo, lo mas prudente era esperar a que Ryan le curase. Después ya conseguiría que se relajase, dije mientras me frotaba la teta cuidadosamente para que no me viesen, aunque tampoco me importaba que me vieran.
Era muy extraño que hubiese una trampilla debajo de nosotros, por más que lo pensaba no dejaba de darme vueltas a la cabeza porque había un armario con escobas en un cuartucho como este. Deje a Naram mientras hablaba a los demás y me acerque al armario de las escobas.
Antes de registrarlo me rondo a la cabeza una idea algo graciosa e innovadora, una mujer pegando con una escoba. Agarre una de las escobas y la aparte fuera del armario, ya tenía mi nueva arma. Tras esta idea empecé a rebuscar dentro del armario de las escobas.
Adam
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Mis compañeros no me habían hecho caso, insensatos: El resultado obvio de su imprudencia no tardo en manifestarte, tras el impacto una lluvia de cristales comenzó a llover sobre los dos altos mandos. Hiriendo a Akagami, al cual se le clavo un cristal de grandes dimensiones, penetrando en la piel del dragón.
Por desgracia, mi queridísimo compañero cono de helado dorado, Naram para lo amigos, no corrió mejor fortuna. Un enorme y pesado peluche bola pirata cayó sobre su pie. Yo me mostré impasible al ver la escena, los accidentes eran parte de la vida y no habían sido pocos lo que había visto. Aún así no estaba seguro lo que pasaba lentamente vi que había pasado exactamente lo que había supuesto.
Era difícil saber lo que pasaba, me costaba suponer lo que ocurría, aunque por fortuna el encontrarme alternando todo el rato la realidad y mi imaginación surrealista, permitía hacer las previsiones o los avisos con cierta certeza.
-¿Estas bien, Akagami?- le pregunte al pelirrojo.
Tras ver un gesto suyo me quede más tranquilo, posteriormente me dirigí al monarca:
-Se encuentra usted bien, contramaestre -le pregunte con un tono agradable y cordial, aunque de cierta informalidad ya que le superaba en heráldica.
Tras ver un gesto suyo y ver que el capitán daba unas ordenes tras lo cual me pregunto sobre mi estado y mi capacidad de acompañarle en la bajada:
-Bajaré contigo, pero mantén distancias aún sufro repentinas alucinaciones -le conteste mientras le miraba todo lo serio que me permitía eso estado. -Recuerda bajarás tú y tras 15s bajaré yo, así evitaremos chocar- le dije antes de verle bajar en su forma híbrida.
Comencé a contar mientras miraba el reloj: 1, 2, 3, 4...Y así hasta 15. Tras lo cual me gire y dije a mis compañeros:
-No nos sigáis hasta una señal o que suba uno de los dos, podrías aplastarnos si bajáis en una plataforma de Naram, mientras buscar una salida alternativa, o algo de interés que nos permita recordar algo o a alguien- dije mientras transformaba mis brazos en alas.
Tras la última orden desplegué mis alas y baje de manera similar a lo que había hecho mi capitán, tratando de no rozar las paredes ni alcanzar una gran velocidad, sino más bien planeando en el aire.
Por desgracia, mi queridísimo compañero cono de helado dorado, Naram para lo amigos, no corrió mejor fortuna. Un enorme y pesado peluche bola pirata cayó sobre su pie. Yo me mostré impasible al ver la escena, los accidentes eran parte de la vida y no habían sido pocos lo que había visto. Aún así no estaba seguro lo que pasaba lentamente vi que había pasado exactamente lo que había supuesto.
Era difícil saber lo que pasaba, me costaba suponer lo que ocurría, aunque por fortuna el encontrarme alternando todo el rato la realidad y mi imaginación surrealista, permitía hacer las previsiones o los avisos con cierta certeza.
-¿Estas bien, Akagami?- le pregunte al pelirrojo.
Tras ver un gesto suyo me quede más tranquilo, posteriormente me dirigí al monarca:
-Se encuentra usted bien, contramaestre -le pregunte con un tono agradable y cordial, aunque de cierta informalidad ya que le superaba en heráldica.
Tras ver un gesto suyo y ver que el capitán daba unas ordenes tras lo cual me pregunto sobre mi estado y mi capacidad de acompañarle en la bajada:
-Bajaré contigo, pero mantén distancias aún sufro repentinas alucinaciones -le conteste mientras le miraba todo lo serio que me permitía eso estado. -Recuerda bajarás tú y tras 15s bajaré yo, así evitaremos chocar- le dije antes de verle bajar en su forma híbrida.
Comencé a contar mientras miraba el reloj: 1, 2, 3, 4...Y así hasta 15. Tras lo cual me gire y dije a mis compañeros:
-No nos sigáis hasta una señal o que suba uno de los dos, podrías aplastarnos si bajáis en una plataforma de Naram, mientras buscar una salida alternativa, o algo de interés que nos permita recordar algo o a alguien- dije mientras transformaba mis brazos en alas.
Tras la última orden desplegué mis alas y baje de manera similar a lo que había hecho mi capitán, tratando de no rozar las paredes ni alcanzar una gran velocidad, sino más bien planeando en el aire.
- Flashback de Akagami:
Según llegas abajo, vuelves a ver el pasado momentáneamente. Todos os divertís, incluso la manca, que para tener un solo brazo se apaña bastante bien con tanta fiesta. Es la primera vez que ves una mujer sujetar un porro, cigarrillo, meterse una raya y beber una cerveza a la vez. Seguramente sea la primera vez que hayas visto eso, y por eso te acuerdas. Aunque, de repente, se le cae la jarra. Normal, menudo pedo lleva. Pero parece feliz, y aunque su cara empieza a ponerse más blanca, os invita a ir a un sitio que empieza por "Ho", y tiene por ahí una "t" y una "l". El caso es que acabáis en la habitación donde empezó todo, y ella no parece muy conforme, pero se queda plácidamente dormida.
En la parte baja, que está como a unos diez metros hacia abajo, veis una sandía aplastada. Efectivamente, ha sido culpa de Naram. Al lado hay una portezuela y un tío muerto con cara de susto. Ryan seguramente sabría que es a causa de un infarto. En fin, atravesáis el umbral y veis una sala mucho más modesta que la que ocupabais vosotros, vacía salvo por una cama deshecha y una mujer viva durmiendo. Al final de la estancia hay unas escaleras de caracol, que tanto suben como bajan, y... A vuestra espalda se oye un ruido.
- Rito:
- La escoba que has cogido es de fibra de carbono con cerdas de acero, perfecto para luchar de forma ágil, aunque una espadachina no sé si le sacará mucho partido. Bueno, siempre puedes limpiar la roña pegada del barco, pero eso.
- Nagato, Ryan, Naram y Rito:
- Naram genera una escalerilla y bajáis, todos sigilosos salvo Naram, que hace un horrible ruido debido a su armadura, y veis lo que los demás unos segundos antes.
- Naram:
- El pie te duele un poco, pero puedes caminar bien. por cierto, en tu mente escuchas el chiste que tenía ganas de decir Ryan. ¿Despertando Haki de observación o tal vez complicidad? Quién sabe.
Naram
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Mientras Ryan se acercaba a mi escuche un vulgar comentario suyo hacia mi persona, una patética broma sobre el estado de mi pie, pero juraría que no le vi abrir la boca mientras se venia hacia mi posición, por eso no comente nada al respecto. Mientras me examina el pie me quede mirándole fijamente pensando si habían sido alucinaciones mías o lo había dicho... Me sonó muy real y con su misma manera de hablar.
Al poder ver el fondo del suelo gracias a Lanxe y el fuego de su forma híbrida decidí bajar junto al resto que no se tiraron creando unas escalerillas, por suerte ya podía andar con normalidad, al final el golpe pude aguantarlo bastante bien, aun que aun me molestaba un poco al andar. Bajamos rápidamente pues la altura no era mucha haciendo el mínimo ruido posible, bueno, al menos por el resto, mi armadura me evita tales incursiones, un rey entra de frente, no necesita esconderse.
Una vez abajo observé que lo que aplastó mi bola fue una insignificante sandia. Al observar a mi alrededor vi a un hombre al lado de una portezuela con síntomas de no respirar lo suficiente... Me acerque al hombre para comprobar si estaba muerto a dos pasos de él mirándolo con desinterés y los brazos cruzados.
- Esa sandia tuvo una "muerte" más digna que tú...
Dije en un tono prepotente y despectivo hacia el cadáver, no sabia porque había muerto, no tenia marcas de agresión ni nada parecido, aun que tampoco me importaba saberlo, que se ocupara Ryan si quería, pero un buen susto debió llevarse por la cara que tenia.
Atravesé la portezuela para ver la sala contigua, para mi sorpresa era una sala bastante parecida a la que nos despertamos, solo que más vacía salvo por una cama que albergaba una persona y unas escaleras de caracol al fondo, me acerque a la cama para ver quien era el que se hallaba ahí y ver si estaba vivo. Al acercarme lo suficiente pude ver que era una mujer, "espero que esta no este muerta, todos con los que nos hemos encontrado están muertos...".
Al menos se notaba que respiraba y estaba durmiendo plácidamente, por lo que prefería investigar un poco más antes de levantarla y preguntarla por este lugar.
Me acerque a las escaleras para ver a donde conducían y cuando estaba asomándome oí un ruido procedente del lado opuesto de la sala, ¿Que habría sido eso?
- Que alguien compruebe ese lado, no quiero sorpresas. Y capitán... Levante a la chica a ver que te dice, ya que se te dan mejor las mujeres jajajaja.
No podía aguantar la risa, le gustaba ver a Akagami tratando de mantener una conversación con las mujeres, le resultaba divertido y gratificante, no podía esperar para ver como levantaría a una extraña en esas circunstancias.
Al poder ver el fondo del suelo gracias a Lanxe y el fuego de su forma híbrida decidí bajar junto al resto que no se tiraron creando unas escalerillas, por suerte ya podía andar con normalidad, al final el golpe pude aguantarlo bastante bien, aun que aun me molestaba un poco al andar. Bajamos rápidamente pues la altura no era mucha haciendo el mínimo ruido posible, bueno, al menos por el resto, mi armadura me evita tales incursiones, un rey entra de frente, no necesita esconderse.
Una vez abajo observé que lo que aplastó mi bola fue una insignificante sandia. Al observar a mi alrededor vi a un hombre al lado de una portezuela con síntomas de no respirar lo suficiente... Me acerque al hombre para comprobar si estaba muerto a dos pasos de él mirándolo con desinterés y los brazos cruzados.
- Esa sandia tuvo una "muerte" más digna que tú...
Dije en un tono prepotente y despectivo hacia el cadáver, no sabia porque había muerto, no tenia marcas de agresión ni nada parecido, aun que tampoco me importaba saberlo, que se ocupara Ryan si quería, pero un buen susto debió llevarse por la cara que tenia.
Atravesé la portezuela para ver la sala contigua, para mi sorpresa era una sala bastante parecida a la que nos despertamos, solo que más vacía salvo por una cama que albergaba una persona y unas escaleras de caracol al fondo, me acerque a la cama para ver quien era el que se hallaba ahí y ver si estaba vivo. Al acercarme lo suficiente pude ver que era una mujer, "espero que esta no este muerta, todos con los que nos hemos encontrado están muertos...".
Al menos se notaba que respiraba y estaba durmiendo plácidamente, por lo que prefería investigar un poco más antes de levantarla y preguntarla por este lugar.
Me acerque a las escaleras para ver a donde conducían y cuando estaba asomándome oí un ruido procedente del lado opuesto de la sala, ¿Que habría sido eso?
- Que alguien compruebe ese lado, no quiero sorpresas. Y capitán... Levante a la chica a ver que te dice, ya que se te dan mejor las mujeres jajajaja.
No podía aguantar la risa, le gustaba ver a Akagami tratando de mantener una conversación con las mujeres, le resultaba divertido y gratificante, no podía esperar para ver como levantaría a una extraña en esas circunstancias.
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El pelirrojo observó la sala una vez se halló abajo. Había caído con suavidad, amortiguando el contacto flexionando levemente las piernas al tocar el suelo, volviendo inmediatamente a su aspecto normal. Un hombre muerto y una sandía aplastada. ¿Por qué estaba muerto si la bola de Naram no le había alcanzado? Tenía la típica expresión que pone alguien cuando se sorprende... Tal vez algo deformada y con los ojos en blanco. Debió de llevarse un buen susto. Suspiró y vio la puerta contigua pero, antes de que le diese tiempo a dirigirse hasta ella de nuevo su mente fue ocupada por una rápida sucesión de imágenes, así como de una extraña y pegadiza música.
- ¿Pero qué...? -susurró mientras se sorprendía visualizando a la mujer manca- ¿Cómo puede hacer todo eso...?
Sin duda alguna se habían montado un buen jolgorio, aunque tenía claro que no volvería a dejarse llevar la próxima vez. No entendía cómo le habían convencido para beber, pero no permitiría que se repitiese. A saber en qué líos se habían estado metiendo. La mujer les había invitado a... ¿A qué? Un... ¿Hostal?¿Hotel? No era capaz de recordar bien sus palabras. De nuevo volvió a la realidad. Meneó la cabeza de un lado a otro lentamente, cerrando los ojos y llevándose una mano a la cabeza. Aquellos "flashbacks" le producían cierto dolor de cabeza. "Nunca más..." pensaba el pelirrojo mientras sus compañeros llegaban hasta él. Avanzó junto a Naram hacia la puerta, pasando a la siguiente habitación. Era similar a la suya, aunque menos amueblada y... Oh, unas escaleras. ¿Qué les habría costado construir unas para la otra habitación?
Vio entonces a la mujer que dormía. Al menos parecía que esta estaba viva, todo un alivio. "Ya empezaba a pensar que nos habíamos librado de todo el edificio" pensaba mientras se acercaba hasta ella. Naram le dijo que se ocupase de ella, haciendo un comentario burlesco sobre su habilidad a la hora de tratar con mujeres. Le miró de reojo, alzando la ceja. "Si hubieses tenido mi vida se te daría igual de bien que a mí" pensó. La próxima vez que fumase lo haría a su lado, sabiendo que detestaba que hiciesen eso. Soltando un pequeño suspiro volvió su atención a la "bella durmiente". ¿Cómo no se había despertado con todo el ruido?
- Está bien -le contestó.
Se quedó de pie al lado de la cama, en el más cercano a la mujer, observándola con detenimiento mientras se preguntaba quién sería. Ladeó la cabeza. ¿Cómo se despertaba a una mujer? ¿Se haría de forma distinta que a un hombre? Esas eran las preguntas que rondaban por la mente del pelirrojo. Cuando tenía que despertar a alguno de sus compañeros por lo general les hacía caer de su cama. Ellos se quejaban, pero eso era porque nunca les habían despertado de una patada. Aquello si que era molesto, y no esas tonterías. Había escuchado que a las mujeres había que tratarlas con algo más de tacto, así que descartó la opción de lanzar por los aires el colchón.
- Supongo que así valdrá.
Y acto seguido hizo alarde de toda su "delicadeza", sujetando a la mujer de la prenda que llevaba, por la parte del cuello y alzándola con una mano, zarandeándola en el aire para hacer que volviese en sí. Sin duda aquella debía de ser la forma correcta... O eso creía.
- Eh, despierta -le dijo en un tono tranquilo y con total naturalidad- ¿Dónde estamos? -le preguntó seguidamente, queriendo resolver aquella incógnita cuanto antes.
Escuchó el ruido detrás de ellos, proveniente de la sala a la que habían bajado. No parecía nada bueno, pero supuso que sus compañeros sabrían ocuparse de aquello. No eran bebés, al fin y al cabo.
- ¿Pero qué...? -susurró mientras se sorprendía visualizando a la mujer manca- ¿Cómo puede hacer todo eso...?
Sin duda alguna se habían montado un buen jolgorio, aunque tenía claro que no volvería a dejarse llevar la próxima vez. No entendía cómo le habían convencido para beber, pero no permitiría que se repitiese. A saber en qué líos se habían estado metiendo. La mujer les había invitado a... ¿A qué? Un... ¿Hostal?¿Hotel? No era capaz de recordar bien sus palabras. De nuevo volvió a la realidad. Meneó la cabeza de un lado a otro lentamente, cerrando los ojos y llevándose una mano a la cabeza. Aquellos "flashbacks" le producían cierto dolor de cabeza. "Nunca más..." pensaba el pelirrojo mientras sus compañeros llegaban hasta él. Avanzó junto a Naram hacia la puerta, pasando a la siguiente habitación. Era similar a la suya, aunque menos amueblada y... Oh, unas escaleras. ¿Qué les habría costado construir unas para la otra habitación?
Vio entonces a la mujer que dormía. Al menos parecía que esta estaba viva, todo un alivio. "Ya empezaba a pensar que nos habíamos librado de todo el edificio" pensaba mientras se acercaba hasta ella. Naram le dijo que se ocupase de ella, haciendo un comentario burlesco sobre su habilidad a la hora de tratar con mujeres. Le miró de reojo, alzando la ceja. "Si hubieses tenido mi vida se te daría igual de bien que a mí" pensó. La próxima vez que fumase lo haría a su lado, sabiendo que detestaba que hiciesen eso. Soltando un pequeño suspiro volvió su atención a la "bella durmiente". ¿Cómo no se había despertado con todo el ruido?
- Está bien -le contestó.
Se quedó de pie al lado de la cama, en el más cercano a la mujer, observándola con detenimiento mientras se preguntaba quién sería. Ladeó la cabeza. ¿Cómo se despertaba a una mujer? ¿Se haría de forma distinta que a un hombre? Esas eran las preguntas que rondaban por la mente del pelirrojo. Cuando tenía que despertar a alguno de sus compañeros por lo general les hacía caer de su cama. Ellos se quejaban, pero eso era porque nunca les habían despertado de una patada. Aquello si que era molesto, y no esas tonterías. Había escuchado que a las mujeres había que tratarlas con algo más de tacto, así que descartó la opción de lanzar por los aires el colchón.
- Supongo que así valdrá.
Y acto seguido hizo alarde de toda su "delicadeza", sujetando a la mujer de la prenda que llevaba, por la parte del cuello y alzándola con una mano, zarandeándola en el aire para hacer que volviese en sí. Sin duda aquella debía de ser la forma correcta... O eso creía.
- Eh, despierta -le dijo en un tono tranquilo y con total naturalidad- ¿Dónde estamos? -le preguntó seguidamente, queriendo resolver aquella incógnita cuanto antes.
Escuchó el ruido detrás de ellos, proveniente de la sala a la que habían bajado. No parecía nada bueno, pero supuso que sus compañeros sabrían ocuparse de aquello. No eran bebés, al fin y al cabo.
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¿Una sandia? ¿Estábamos completamente seguros? Me agache y con el dedo mojé el líquido que salía y lo chupé. Era algo asqueroso pero quería asegurarme. Fuera lo que fuera eso sabía mucho mejor que algunas comidas de Lanxe. Espero que no fuese una sandia por que sería un gran desperdicio. Seguro que por eso el hombre había muerto, perder una sandia tan sabrosa... Volví a levantarme y miré a la habitación donde habían entrado, Akagami ya estaba zarandeando a la mujer como si fuera un saco. Que alguien le parara o iríamos por 3 muertos más una sandia. Oh pobre sandia...
Un ruido me sacó de mi pena sandinil para volver a la realidad, no estábamos solos y eso me gustaba bastante. Desenfundé la espada sonriendo y avancé unos pasos hacia el lugar de donde provenía el sonido. Miré a mis compañeros e hice una leve seña para indicar que alguien viniera conmigo. Acto seguido continué avanzando con sumo cuidado.
Un ruido me sacó de mi pena sandinil para volver a la realidad, no estábamos solos y eso me gustaba bastante. Desenfundé la espada sonriendo y avancé unos pasos hacia el lugar de donde provenía el sonido. Miré a mis compañeros e hice una leve seña para indicar que alguien viniera conmigo. Acto seguido continué avanzando con sumo cuidado.
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