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Consiguieron abrir el buzo y entre Naram y Lanxerot este fue alejado del grupo para explotar en la sala donde se encontraban anteriormente, junto a la sandía y al cadáver que estallaron en pedazos, dejando el lugar con un bonito tinte rosado y carmesí. Tras volver a su forma humana el dragón suspiró, aliviado de que hubiesen podido salir de esa a tiempo. Todos parecían estar bien a excepción, tal vez, de Ryan, que se había llevado un planchazo directo a la cara. No era tan malo teniendo en cuenta que bien podría haberle perforado algo de metralla. Hasta aquella misteriosa mujer parecía estar bien. Sin embargo, había algo que el pelirrojo no llegaba a comprender.
- ¿Cómo narices has acabado ahí metida? -preguntó, dirigiéndose a Mura y alzando una ceja. La verdad era que no recordaba demasiado bien en qué momento se habían separado de ella, pero seguramente se hubiese pasado el día con un humor de perros... ¿O de gatos? En fin, poco importa.
Justo entonces volvió a darle uno de aquellos pinchazos. "¿Otro flashback?" se preguntaba al tiempo que la visión de Naram bebiendo una jarra tras otra se presentaba frente a sus ojos, siguiendo este el ritmo de una canción un tanto cargante, como si la voz de la cantante fuese la de una psicópata enamorada. Había perdido la cuenta de cuántas copas se había tomado... Normal que tampoco recordara absolutamente nada. Además, parecía que lo que supuestamente era un armario debía de contener algún tipo de entrada. Qué extraño. De vuelta a la realidad, se llevó una mano al rostro mientras trataba de despejarse. Habían solventado el problema del buzo, ahora debían averiguar cómo salir de allí. Las escaleras de caracol parecían ser la única opción, aunque la pregunta ahora era... ¿Hacia arriba o hacia abajo?
- Parece que nos tocará dividirnos -susurró para sí mismo a medida que se acercaba hasta estas. Eran de una calidad bastante notable, tal vez el lugar fuese alguna especie de hotel de alta calidad o algo así. Los pasamanos parecían estar hechos de oro y tenían gemas recorriéndolos. Tal vez pudiera quitarlas si hacía algo de fuerza, seguro que valdrían algo- Bien, formaremos dos grupos. Lanxerot, Nagato y Ryan vendrán conmigo, junto a ella -decidió, señalando a la extraña mujer sobre la cuál aún ni siquiera conocían su nombre- Rito, Naram y Mura, vosotros iréis hacia abajo. Si este sitio tiene alguna salida nos reuniremos en esta, y si tiene más de una buscaremos la calle principal más cercana.
Tras decidir esto se acercó a Ryan, el cual parecía algo desorientado por el golpe que había recibido. Tan solo esperaba que no hubiese sido demasiado grave. Se acercó hasta él y, posando una mano en su hombro, susurró:
- Trata de sacarle información. Seguramente ella sepa qué sitio es este, y también conocerá alguna salida. Sé diplomático.
Confiaba en que lograría aquella tarea sin demasiadas complicaciones. Dicho esto se dispuso a subir por las escaleras de caracol, suponiendo que todos cumplirían sus indicaciones y se dividirían en los grupos pertinentes. Mientras ascendía iba tratando de arrancar las gemas del pasamanos. "Tal vez nos sirva para conseguir alguna embarcación una vez salgamos de aquí. O siempre podemos robarla..."
- ¿Cómo narices has acabado ahí metida? -preguntó, dirigiéndose a Mura y alzando una ceja. La verdad era que no recordaba demasiado bien en qué momento se habían separado de ella, pero seguramente se hubiese pasado el día con un humor de perros... ¿O de gatos? En fin, poco importa.
Justo entonces volvió a darle uno de aquellos pinchazos. "¿Otro flashback?" se preguntaba al tiempo que la visión de Naram bebiendo una jarra tras otra se presentaba frente a sus ojos, siguiendo este el ritmo de una canción un tanto cargante, como si la voz de la cantante fuese la de una psicópata enamorada. Había perdido la cuenta de cuántas copas se había tomado... Normal que tampoco recordara absolutamente nada. Además, parecía que lo que supuestamente era un armario debía de contener algún tipo de entrada. Qué extraño. De vuelta a la realidad, se llevó una mano al rostro mientras trataba de despejarse. Habían solventado el problema del buzo, ahora debían averiguar cómo salir de allí. Las escaleras de caracol parecían ser la única opción, aunque la pregunta ahora era... ¿Hacia arriba o hacia abajo?
- Parece que nos tocará dividirnos -susurró para sí mismo a medida que se acercaba hasta estas. Eran de una calidad bastante notable, tal vez el lugar fuese alguna especie de hotel de alta calidad o algo así. Los pasamanos parecían estar hechos de oro y tenían gemas recorriéndolos. Tal vez pudiera quitarlas si hacía algo de fuerza, seguro que valdrían algo- Bien, formaremos dos grupos. Lanxerot, Nagato y Ryan vendrán conmigo, junto a ella -decidió, señalando a la extraña mujer sobre la cuál aún ni siquiera conocían su nombre- Rito, Naram y Mura, vosotros iréis hacia abajo. Si este sitio tiene alguna salida nos reuniremos en esta, y si tiene más de una buscaremos la calle principal más cercana.
Tras decidir esto se acercó a Ryan, el cual parecía algo desorientado por el golpe que había recibido. Tan solo esperaba que no hubiese sido demasiado grave. Se acercó hasta él y, posando una mano en su hombro, susurró:
- Trata de sacarle información. Seguramente ella sepa qué sitio es este, y también conocerá alguna salida. Sé diplomático.
Confiaba en que lograría aquella tarea sin demasiadas complicaciones. Dicho esto se dispuso a subir por las escaleras de caracol, suponiendo que todos cumplirían sus indicaciones y se dividirían en los grupos pertinentes. Mientras ascendía iba tratando de arrancar las gemas del pasamanos. "Tal vez nos sirva para conseguir alguna embarcación una vez salgamos de aquí. O siempre podemos robarla..."
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Akuma no mi
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Se sentó un momento en el suelo, mirando los restos de aquella lata en la que había sido enjaulada. "Eso ha estado demasiado cerca." Pensó mientras se ponía en pie quitándose el polvo de la ropa. -No es mí culpa que me dejarais por ahí.- Se quejo mirándole, primero con el ceño fruncido con gesto enfadado, aunque no pudo mantener su enfado por mucho tiempo al verle tan...patético. Parecía tener una importante resaca ya que se estaba quejando apretando los dientes y agachando la cabeza, la cual sostenía con una de sus manos. "Eso pasa por los excesos." Pensó la chica. Lo que no entendía era porque ella no recordaba nada si, en teoría no había bebido ni fumado nada. "El humo de sus cigarros y demás me debe esta afectando a mí también." -Lo último que recuerdo es haberme marchado del bar en el que os estabais poniendo finos.- Respondió, aunque parecía que el chico la ignorase por completo.
Nada más se recuperó, comenzó a dividirles en grupos para buscar una salida. "¿No sabían cómo habían entrado?" Bueno, no era de extrañar viendo como estaban las cosas. Seguramente no sabían ni en que parte de la ciudad se encontraban. -Esperemos que no nos encuentre la persona que nos metió aquí- Comentó la chica antes de dirigirse a las escaleras, con intención de bajar como les había ordenado Aka. Ella iría con Naram y Rito que parecían llevarse bien entre ellos. En cierto modo les tenía algo de envidia por conocerse desde hace tanto tiempo. Pero no era algo que se pudiese cambiar.
"Supongo que estaremos bien." Se dijo a sí misma, procurando no ir muy acelerada. No le apetecía caer rodando por estas o llamar la atención de extraños. No había forma de saber si alguien les estaba vigilando o no. ¿Cómo acababan metidos siempre en esos líos? Ni que estuviesen gafados. Vale, eran piratas, pero su récord de meterse en problemas no era ni medio normal.
Nada más se recuperó, comenzó a dividirles en grupos para buscar una salida. "¿No sabían cómo habían entrado?" Bueno, no era de extrañar viendo como estaban las cosas. Seguramente no sabían ni en que parte de la ciudad se encontraban. -Esperemos que no nos encuentre la persona que nos metió aquí- Comentó la chica antes de dirigirse a las escaleras, con intención de bajar como les había ordenado Aka. Ella iría con Naram y Rito que parecían llevarse bien entre ellos. En cierto modo les tenía algo de envidia por conocerse desde hace tanto tiempo. Pero no era algo que se pudiese cambiar.
"Supongo que estaremos bien." Se dijo a sí misma, procurando no ir muy acelerada. No le apetecía caer rodando por estas o llamar la atención de extraños. No había forma de saber si alguien les estaba vigilando o no. ¿Cómo acababan metidos siempre en esos líos? Ni que estuviesen gafados. Vale, eran piratas, pero su récord de meterse en problemas no era ni medio normal.
En veinticuatro horas posteo.
See you soon (si vivís los que seáis saltados, claro)
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Akuma no mi
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Un estruendo y caí al suelo quedando inconsciente durante unos minutos. En mi imaginación había llegado con aquella mujer al piso de arriba y en aquél momento estábamos disfrutando de una cita romántica los dos solos mientras mis compañeros seguían con aquél hombre que parecía haber venido de la Atlántida con semejante traje de buzo. De todas formas aquél sueño acabo pronto y me reincorporé despacio mirando de un lado para otro. A lado de mi se encontraba el causante de mi desmayo, una chapa del material del que estaba hecho el traje del buzo. Me quedé mirando aquélla chapa durante un momento y al final suspiré.....
- Dios mio, ya no se pueden encontrar trajes de buzo en condiciones.....
Me sangraba un poco la nariz, nada que la capa del capitán no pudiese curar. Tras solucionar mis problemas de sangrado nasal, vi que se había incorporado una polizonte al grupo, y no era aquella chica con la que había estado a punto de foll...., mis pensamientos se volvieron perversos para variar mientras miraba al último integrante de la banda, ella, la mujer puma.
- Gracias a tu armadura de buzo tuve un sueño precioso, dije mirándola. Por cierto, ¿Que fetiche más raro tienes no? Metiéndote en una armadura de buzo, que cosa más extraña, no había visto algo así en mi vida, creo que me lo voy a apuntar.....
Busqué en mi ropa aquél libro que había robado al cadáver que en estos momento sería como el tomate que le ponía a la pasta, tomate y carne picada.
Tras ver que a nadie le preocupaba mi estado me levanté y comencé a escuchar las indicaciones del capitán.
- Conque dos grupos...... pensé. Me parece bien, dije.
Aquella extraña mujer seguía sin darme mucha confianza por lo que podrían suceder dos cosas, que me la trabajase pacíficamente o..... que la obligase a ello.
- Dios mio, ya no se pueden encontrar trajes de buzo en condiciones.....
Me sangraba un poco la nariz, nada que la capa del capitán no pudiese curar. Tras solucionar mis problemas de sangrado nasal, vi que se había incorporado una polizonte al grupo, y no era aquella chica con la que había estado a punto de foll...., mis pensamientos se volvieron perversos para variar mientras miraba al último integrante de la banda, ella, la mujer puma.
- Gracias a tu armadura de buzo tuve un sueño precioso, dije mirándola. Por cierto, ¿Que fetiche más raro tienes no? Metiéndote en una armadura de buzo, que cosa más extraña, no había visto algo así en mi vida, creo que me lo voy a apuntar.....
Busqué en mi ropa aquél libro que había robado al cadáver que en estos momento sería como el tomate que le ponía a la pasta, tomate y carne picada.
Tras ver que a nadie le preocupaba mi estado me levanté y comencé a escuchar las indicaciones del capitán.
- Conque dos grupos...... pensé. Me parece bien, dije.
Aquella extraña mujer seguía sin darme mucha confianza por lo que podrían suceder dos cosas, que me la trabajase pacíficamente o..... que la obligase a ello.
Adam
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Otra vez volví a caer bajo los efectos secundarios de los placeres de la vida, parecía como si me hubiera pasado de la raya, aunque ahora que lo pensaba ciertamente era una expresión que se cumplía en el doble sentido, que jocoso estaba cuando caía bajo los efectos de la magia.
Observe como un peluche salía del buzo de hojalata que había resultado infinitamente menos resistente de lo esperado. El peluche en cuestión parecía ser Murasaki según decía una voz muy familiar, mire al lado de Akagami y en su lugar vi sentado sobre lo que parecía un silla a Mikoto, la silla era elegante, negra con el terciopelo rojo sangre, me recordaba mucho a un cabaret de mi tierra natal. El caso es que Mikoto tenía ese aspecto que solía tener él, bajito con esos ciento ochenta centímetros, continuaba teniendo esa camisa blanca ajustada con esos pantalones vaqueros tan desgastados y su eterna chupa de cuero negro.
-”Podías haber vuelto del reino de Sakura”- susurré hablando con aquella alucinación- “Ahora me he quedado sin lugar, el sentido de permanecer a la banda, tantas preguntas”-proseguía mirando al reflejo-”Y tan pocas respuestas”- me respondía imaginariamente la ilusión antes de desaparecer.
Finalmente volví a ver con normalidad a mis compañeros, el capitán nos había dividido en dos grupos, uno de ellos se dirigiría hacia escaleras a bajo mientras que otro iría en dirección contraria.
A mi me tocaba en el grupo de los de arriba, Akagami y Nagato, este último no me caía muy bien ya que parecía solamente hacer caso al capitán y eso en ocasiones.
-“¿Qué significaba realmente ser subcapitan?”- pensaba yo creyendo que cumplía con todos los requisitos necesarios para hacerlo y ordenar. Al fin al cabo yo era quien daba de comer al dragón y a su polluelos.
Tras la orden acompañe al capitán con suma cautela riéndome un poco al ver que estaba arrancando las gemas, ahora que lo pensaba podría comprar yo mismo el barco, pero tal vez fuera todo mejor así, no quería colaborar hasta tal punto con aquellos piratas.
Observe como un peluche salía del buzo de hojalata que había resultado infinitamente menos resistente de lo esperado. El peluche en cuestión parecía ser Murasaki según decía una voz muy familiar, mire al lado de Akagami y en su lugar vi sentado sobre lo que parecía un silla a Mikoto, la silla era elegante, negra con el terciopelo rojo sangre, me recordaba mucho a un cabaret de mi tierra natal. El caso es que Mikoto tenía ese aspecto que solía tener él, bajito con esos ciento ochenta centímetros, continuaba teniendo esa camisa blanca ajustada con esos pantalones vaqueros tan desgastados y su eterna chupa de cuero negro.
-”Podías haber vuelto del reino de Sakura”- susurré hablando con aquella alucinación- “Ahora me he quedado sin lugar, el sentido de permanecer a la banda, tantas preguntas”-proseguía mirando al reflejo-”Y tan pocas respuestas”- me respondía imaginariamente la ilusión antes de desaparecer.
Finalmente volví a ver con normalidad a mis compañeros, el capitán nos había dividido en dos grupos, uno de ellos se dirigiría hacia escaleras a bajo mientras que otro iría en dirección contraria.
A mi me tocaba en el grupo de los de arriba, Akagami y Nagato, este último no me caía muy bien ya que parecía solamente hacer caso al capitán y eso en ocasiones.
-“¿Qué significaba realmente ser subcapitan?”- pensaba yo creyendo que cumplía con todos los requisitos necesarios para hacerlo y ordenar. Al fin al cabo yo era quien daba de comer al dragón y a su polluelos.
Tras la orden acompañe al capitán con suma cautela riéndome un poco al ver que estaba arrancando las gemas, ahora que lo pensaba podría comprar yo mismo el barco, pero tal vez fuera todo mejor así, no quería colaborar hasta tal punto con aquellos piratas.
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