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Akuma no mi
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-No hay muertes ni amputaciones
-Es un reto amistoso
- Sin saltos de turno
-Experiencia normal
-El terreno no beneficia a nadie
: La isla posee una gran variedad de vegetación rodeando al centro de la ciudad, dónde se ubica la única ciudad de la isla en la cima de una gran montaña que sirve de protección a la ciudad. La vegetación más destacable de la isla es la medicinal.
Esta isla pertenece al Gobierno Mundial
Empieza el retador
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Joan D. Lluquer
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Desde siempre me ha gustado la naturaleza. Me relaja y me hace sentir pleno. Aquella isla era perfecta para mi: poca gente y muchas plantas. Particularmente, había ido a aquella isla porque había alguien con una akuma no mi, y pensé que retarle a un duelo amistoso sería una forma perfecta de hacerme más fuerte.
Yo iba vestido con unos pantalones largos para que la vegetación no me destrozara las piernas mientras caminaba por la densa vegetación. Llevaba una camiseta negra de manga larga y una chaqueta de color gris. A mi espalda, llevaba una mochila en la cual guardaba mi armadura. La katana iba al lado de mi mochila sujeta con unas tiras de cuero.
Estuve caminado un buen rato por la densa vegetación, haciendo algunos cortes pequeños en los árboles para saber por donde había pasado para no dar vueltas en círculo. La verdad es que la naturaleza de aquel lugar era preciosa y a la vez infundía respeto. Pude distinguir algunas plantas medicinales que a lo mejor me vendrían bien en mi reto. Después de caminar durante un buen rato decidí adentrarme un poco más en la vegetación hasta encontrar un buen claro para meditar. Encontré un lugar ideal para la meditación. Era un claro de unos 15 metros de radio, al lado de un riachuelo. Solté mi mochila en el suelo y me senté en posición de loto para empezar a meditar. El tiempo se me pasó volando. No me quise dar cuanta y habían pasado dos horas desde que empecé a meditar. Así que me colgué la mochila a la espalda y seguí caminando.
Yo iba vestido con unos pantalones largos para que la vegetación no me destrozara las piernas mientras caminaba por la densa vegetación. Llevaba una camiseta negra de manga larga y una chaqueta de color gris. A mi espalda, llevaba una mochila en la cual guardaba mi armadura. La katana iba al lado de mi mochila sujeta con unas tiras de cuero.
Estuve caminado un buen rato por la densa vegetación, haciendo algunos cortes pequeños en los árboles para saber por donde había pasado para no dar vueltas en círculo. La verdad es que la naturaleza de aquel lugar era preciosa y a la vez infundía respeto. Pude distinguir algunas plantas medicinales que a lo mejor me vendrían bien en mi reto. Después de caminar durante un buen rato decidí adentrarme un poco más en la vegetación hasta encontrar un buen claro para meditar. Encontré un lugar ideal para la meditación. Era un claro de unos 15 metros de radio, al lado de un riachuelo. Solté mi mochila en el suelo y me senté en posición de loto para empezar a meditar. El tiempo se me pasó volando. No me quise dar cuanta y habían pasado dos horas desde que empecé a meditar. Así que me colgué la mochila a la espalda y seguí caminando.
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La situación era cuanto menos extraña. Akashi de la nada había recibido un reto, en una isla donde no habitaba ni Dios, por decirlo de algún modo. Este no dudó en aceptar aquel reto, así que con su pequeño barco de una madera común y a punto de quebrarse llegó en un par de días a aquella isla tan extraña. No podía negar su belleza, y su gran respeto que infundía. Pensar que dentro de nada podría generar un gran destrozo y destruirla, le daba algo de pena, pero no era su culpa sino del idiota que lo había retado. Hayate estaba en su cabeza, durmiendo como siempre… Akashi suspiró mientras separaba la densa vegetación con sus manos.
– Le daré una buena paliza a ese idiota. Ya verá… – decía mientras recibía el impacto de lleno de una hoja, le dejó la nariz roja por unos segundos.
Akashi vestía para la ocasión, un short pequeño y una polera de mangas cortas con rallas. Suerte para él, no tuvo que caminar mucho para llegar a un claro, de unos quince centímetros de radio junto al lado de un riachuelo. Y en este estaba seguramente, su retador. Dio un paso con fuerza para hacerse notar, incluso Hayate se despertó y empezó a andar por ahí, caminando como si fuera su terreno ¿Acaso vendría de esta isla? Honestamente, no le sorprendería. Miró a su oponente, era un hombre alto y por lo que veía, era un espadachín. ”Interesante, me va a servir para entrenar mi fruta” pensó mientras ahora se cruzaba de brazos y elevaba su voz.
- ¿Has sido tu el que me ha retado? – tomó una leve pausa mientras sonreía con arrogancia. – Ven y veamos si me sirves de calentamiento. Veamos de que estás hecho, insecto. – finalizó mientras su ojo dorado brillaba con fuerza.
– Le daré una buena paliza a ese idiota. Ya verá… – decía mientras recibía el impacto de lleno de una hoja, le dejó la nariz roja por unos segundos.
Akashi vestía para la ocasión, un short pequeño y una polera de mangas cortas con rallas. Suerte para él, no tuvo que caminar mucho para llegar a un claro, de unos quince centímetros de radio junto al lado de un riachuelo. Y en este estaba seguramente, su retador. Dio un paso con fuerza para hacerse notar, incluso Hayate se despertó y empezó a andar por ahí, caminando como si fuera su terreno ¿Acaso vendría de esta isla? Honestamente, no le sorprendería. Miró a su oponente, era un hombre alto y por lo que veía, era un espadachín. ”Interesante, me va a servir para entrenar mi fruta” pensó mientras ahora se cruzaba de brazos y elevaba su voz.
- ¿Has sido tu el que me ha retado? – tomó una leve pausa mientras sonreía con arrogancia. – Ven y veamos si me sirves de calentamiento. Veamos de que estás hecho, insecto. – finalizó mientras su ojo dorado brillaba con fuerza.
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Una voz perturbó mi descanso.Has sido tu el que me ha retado? – tomó una leve pausa mientras sonreía con arrogancia. – Ven y veamos si me sirves de calentamiento. Veamos de que estás hecho, insecto.
Odiaba a las persona que me molestaban mientras meditaba, y más si eran arrogantes cómo aquel chico.
Sí he sido yo el que te ha retado. Espera a que me ponga la armadura y empezamos.
Abrí mi mochila y me puse la armadura azul eléctrico. Me coloqué a unos 8 metros de distancia de él y como tenía akuma, decidí lanzar un ataque de prueba. Desenfundé dos trabucos y disparé dos balas de unos 15 cm de diámetro, una a su brazo derecho y otra a su pierna izquierda. Disparé con un intervalo de un segundo cada trabuco, más o menos.
Odio a la gente arrogante.
Dos diparos (AIF)
Odiaba a las persona que me molestaban mientras meditaba, y más si eran arrogantes cómo aquel chico.
Sí he sido yo el que te ha retado. Espera a que me ponga la armadura y empezamos.
Abrí mi mochila y me puse la armadura azul eléctrico. Me coloqué a unos 8 metros de distancia de él y como tenía akuma, decidí lanzar un ataque de prueba. Desenfundé dos trabucos y disparé dos balas de unos 15 cm de diámetro, una a su brazo derecho y otra a su pierna izquierda. Disparé con un intervalo de un segundo cada trabuco, más o menos.
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Akashi vio a su rival levantarse. Se puso una extraña armadura, lo que lo hizo sonreír de lado, no le iba a servir de nada… No contra su fruta que podía atravesar esa armadura como una espina atravesaba un globo. Lo observó sacar sus armas, y entonces, escuchó los disparos, podía bloquear esos ataques simplemente poniendo sus manos, pero no iba a revelar sus trucos tan rápido, así que se movió a su izquierda y rodó por el suelo para evitar las balas. Se levantó rápidamente para luego mirar a su rival. Aunque, su reacción había sido lenta, y se había llevado leves quemaduras en su brazo derecho y en su pierna. No era molesto, pero tampoco era la gran cosa. "Vaya desilusión de ese tipo. Si es todo lo que puede hacer... Solo vine a perder el tiempo" pensó.
– ¿Eso es todo lo que puedes hacer? – era claro que no, pero lo quería provocar de alguna manera. Y no se frenó ahí, sino que empezó a caminar a paso lento mientras su mirada se volvía más y más fría. Dejando ver que no tenía sentimientos, y que si quería, lo podía matar en el acto… – Me decepcionas. Pensé que al retarme serías más interesante… Bueno, es mi turno ¿no? – Frenó su caminata tranquila y se cruzó de brazos… La verdad, es que estaba perdiendo las ganas de luchar contra ese sujeto ¿Cómo iba a luchar contra alguien que no mostraba muchas energías? Pegó un suspiro mientras clavaba sus ojos en los de él, buscando algo en su mirada que lo hiciera seguir combatiendo pero… No encontraba nada interesante, aunque, se podía estar equivocando de una manera enorme, y solo podía saber si atacaba.
Akashi empezó a correr, en zigzag, buscando confundir a su rival. Su velocidad era interesante, al estar a escasos metros de él, fue que frenó. Había quedado más o menos a la distancia de su brazo, es decir, realmente poco ¿Qué podía hacer desde ahí? – Tu armadura me molesta, te la haré trizas – dijo mientras ahora ponía sus dos manos abiertas en palma, y entonces, golpeó con fuerza el aire, haciendo que dos zarpas de aire comprimido saliera disparado hacia el abdomen de su rival. Estas zarpas de oso, habían salido a una velocidad de 10 metros por segundo, y aun cuando impactaran en la armadura de ese sujeto, la fuerza de estas seguiría avanzando hasta su límite, unos diez metros. Aunque eso no fue todo, también, aprovechando la posible abertura que su rival tendría, fue que lanzó una poderosa patada a las costillas de ese sujeto.
Eres patetico [AF]
– ¿Eso es todo lo que puedes hacer? – era claro que no, pero lo quería provocar de alguna manera. Y no se frenó ahí, sino que empezó a caminar a paso lento mientras su mirada se volvía más y más fría. Dejando ver que no tenía sentimientos, y que si quería, lo podía matar en el acto… – Me decepcionas. Pensé que al retarme serías más interesante… Bueno, es mi turno ¿no? – Frenó su caminata tranquila y se cruzó de brazos… La verdad, es que estaba perdiendo las ganas de luchar contra ese sujeto ¿Cómo iba a luchar contra alguien que no mostraba muchas energías? Pegó un suspiro mientras clavaba sus ojos en los de él, buscando algo en su mirada que lo hiciera seguir combatiendo pero… No encontraba nada interesante, aunque, se podía estar equivocando de una manera enorme, y solo podía saber si atacaba.
Akashi empezó a correr, en zigzag, buscando confundir a su rival. Su velocidad era interesante, al estar a escasos metros de él, fue que frenó. Había quedado más o menos a la distancia de su brazo, es decir, realmente poco ¿Qué podía hacer desde ahí? – Tu armadura me molesta, te la haré trizas – dijo mientras ahora ponía sus dos manos abiertas en palma, y entonces, golpeó con fuerza el aire, haciendo que dos zarpas de aire comprimido saliera disparado hacia el abdomen de su rival. Estas zarpas de oso, habían salido a una velocidad de 10 metros por segundo, y aun cuando impactaran en la armadura de ese sujeto, la fuerza de estas seguiría avanzando hasta su límite, unos diez metros. Aunque eso no fue todo, también, aprovechando la posible abertura que su rival tendría, fue que lanzó una poderosa patada a las costillas de ese sujeto.
Eres patetico [AF]
- Aclaración por si no se entiende mi ataque:
- Akashi corre hasta llegar cerca de su rival. Desde ahí, golpea con sus dos manos, utilizando así su habilidad para repeler el aire y generar dos zarpas de oso, estas no superan en tamaño a una palma de mano común y cualquiera, pero su fuerza es de considerar. Una vez hace eso, finaliza dando una patada a las costillas.
Joan D. Lluquer
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Akuma no mi
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Dio una voltereta hacia la izquierda para evitar mis dos disparos. Vi que su estrategia era decir cosas arrogantes y despreciables para cabrearme. Parecía un niño pequeño. Y un niño pequeño no gana a años de entrenamiento. Se acercó en zigzag hacia mi, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, salté hacia la derecha y le intenté lanzar un corte a su pierna izquierda con mi katana. no sabía cual era su akuma no mi, pero prefería no saberlo y derrotarlo enseguida. Era un hombre arrogante, quería que viera que se creía superior. Quería sacarme de quicio para no poder pensar bien. Al fin y al cabo, tampoco está tan mal.
La estrategia del cabreo no funciona
Corte a la pierna (AI)
No quería demostrarle todo mi potencial de momento, ya que si se aprendía mis técnicas estaría en desvetaja. Aquel hombre debía tener una akuma poderosa para verse tan arrogante.
La estrategia del cabreo no funciona
Corte a la pierna (AI)
No quería demostrarle todo mi potencial de momento, ya que si se aprendía mis técnicas estaría en desvetaja. Aquel hombre debía tener una akuma poderosa para verse tan arrogante.
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Energía
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Akuma no mi
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En el momento en el que lo vio correr se tuvo que frenar con fuerza. Cargó sus dos piernas en el suelo, haciendo que su tobillo derecho quedará algo tocado, después de eso al ver la hoja de la espada dirigirse a su pierna, fue que decidió que era el momento de poner en práctica su habilidad, sin dudarlo, fue que interpuso su mano izquierda con la palma abierta en la dirección de la espada. Con el nivel que tenía ahora, la espada de seguro saldría volando, gracias al poder de su fruta. Podía repeler cuanta cosa tocara, inclusive, lo intangible como lo era el aire. De repeler la espada se iba a generar una abertura grande en su rival, podría atacarlo en ese momento pero decidió que iba a jugar un poco con él… Así que retrocedió dando un salto, se generó una distancia de unos 4 metros.
– Bueno, serías un idiota si te enojas por ese comentario. – pegó un leve suspiro mientras ahora se cruzaba de brazos. Luego de pensar en su siguiente movimiento volvió a su posición original, le iba a demostrar la diferencia de niveles que había entre ellos. – Hagamos un juego, no me moveré de aquí y tendrás derecho de atacarme con toda tu fuerza, si consigues hacerme retroceder ganas el combate, si yo consigo detenerte ganaré yo. – sabía muy bien que iba a ganar. Akashi nunca perdía la razón, nunca hablaba de cosas que no estaba seguro que iba a pasar, estaba seguro de que podría acabar con esto. – Vamos, pedazo de basura, trata de conseguir algo sencillo. O sino… fracasarás como hombre. – finalizó mientras sonreía con prepotencia. Sus ojos miraban al espadachín de la armadura. ¿Por qué estaba jugando con él? Simple y llanamente, porque no le veía algo de utilidad, de ser fuerte o de tener un mínimo de talento, quizás lo invitaría a su banda pero era alguien más del montón y no relucía. Solo sería un estorbo. Aparte, mientras tuviera su fruta en su poder, nadie le podría hacer frente.
– Bueno, serías un idiota si te enojas por ese comentario. – pegó un leve suspiro mientras ahora se cruzaba de brazos. Luego de pensar en su siguiente movimiento volvió a su posición original, le iba a demostrar la diferencia de niveles que había entre ellos. – Hagamos un juego, no me moveré de aquí y tendrás derecho de atacarme con toda tu fuerza, si consigues hacerme retroceder ganas el combate, si yo consigo detenerte ganaré yo. – sabía muy bien que iba a ganar. Akashi nunca perdía la razón, nunca hablaba de cosas que no estaba seguro que iba a pasar, estaba seguro de que podría acabar con esto. – Vamos, pedazo de basura, trata de conseguir algo sencillo. O sino… fracasarás como hombre. – finalizó mientras sonreía con prepotencia. Sus ojos miraban al espadachín de la armadura. ¿Por qué estaba jugando con él? Simple y llanamente, porque no le veía algo de utilidad, de ser fuerte o de tener un mínimo de talento, quizás lo invitaría a su banda pero era alguien más del montón y no relucía. Solo sería un estorbo. Aparte, mientras tuviera su fruta en su poder, nadie le podría hacer frente.
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El hombre paró su ataque de la manera que menos esperaba: interpuso su mano y mi espada salió volando hacia atrás, cayendo a unos 2 metros detrás mía. Mi rival saltó hacia atrás, creando un espacio de unos cuatro metros mal contados. Estaba bastante desconcertado con aquel rival, poseía un poder que era sobrehumano. Nunca había visto nada igual. Al cabo de unos instantes, mi rival me hizo una extraña propuesta: el combate se decidiría con un único ataque. Si conseguía hacerlo retroceder, automáticamente ganaría el combate. Si no... perdería. El hombre pronunció aquellas palabras con desprecio hacia mi, pero no perdí las maneras. Su contrincante parecía bastante seguro de si mismo, cosa que me hizo sospechar.
-Si así lo quieres... no seré yo quien te lo niegue.-dije
Preparé el que iba a ser mi último ataque de aquel combate. Me eché dos metros hacia atrás y inspiré profundamente. Me mentalicé y visualicé el ataque en mi cabeza. Expiré y comencé a correr hacia mi rival. Mi corazón latía cada vez con más fuerza y cuando estuve a dos metros de él salté, encogiendo una pierna en el aire e intentando golpearle en el pecho con la planta del pie de la otra. Aquel fue mi último ataque, así que lo realicé con todas la fuerzas y ganas que tenía.
-Patada final (AB)
-Si así lo quieres... no seré yo quien te lo niegue.-dije
Preparé el que iba a ser mi último ataque de aquel combate. Me eché dos metros hacia atrás y inspiré profundamente. Me mentalicé y visualicé el ataque en mi cabeza. Expiré y comencé a correr hacia mi rival. Mi corazón latía cada vez con más fuerza y cuando estuve a dos metros de él salté, encogiendo una pierna en el aire e intentando golpearle en el pecho con la planta del pie de la otra. Aquel fue mi último ataque, así que lo realicé con todas la fuerzas y ganas que tenía.
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