(pasado/privado) Conociendo a un cazador (Sinclair y Julia)

Se encontraba en un bar de la enorme ciudad-isla que era Water Seven. Era ya bastante tarde, de hecho el sol se había comenzado a poner hace rato, y los escasos rayos de luz anaranjado se reflejaban en los canales de agua de toda la ciudad, siendo un verdadero espectáculo de luces.

Había llegado a aquella ciudad en su camino para convertirse en miembro de la Cipher Pol, y debía reconocer lo maravillada que había llegado a su llegada a esta al ver como las gentes de la ciudad se desplazaban en unos curiosos botes tirados por algo similar a caballos maridos,que ella no había visto nunca antes.

Aunque por grande que hubiera sido su asombro, todo eso pareció ser olvidado tras encontrar el local en el que se encontraba. Era una edificación bastante grand, teniendo dos plantas de bar-restaurante y otras dos de hospedamiento, lo que dejaba entrever que era un local de bastante prestigió y según la chica eso llevaba a que mucha gente y diversión lo debían visitar por las noches con frecuencia y, de hecho así fue en esa noche.

El bar estaba a rebosar de alegría y de ron, hombres y mujeres armados, los cuales bien podían ser cazadores o piratas, de los cuales la chica se quedo con la segunda opción ya que más de uno se vanagloriaba de sus recientes cazas. Los que no hablaban se limitaban a gastar todo lo que llevaban encima en bebida y comida, cosa que ella también comenzaría a hacer cuando encontrase a alguien que platicará con ella. En esa  noche no tenía demasiado interés en formas de diversión más "picantes" con solo tener una conversación agradable le bastaría.

Y mi siguiente parada, durante el tiempo en el que mis compañeros de gremio estaban entrenando individualmente, fue water seven una ciudad enorme en la que era muy fácil perderse, una ciudad rodeada de canales por lo que la gente iba en una especie de barcas tiradas por unos enormes caballitos de mar.

En esos mismos momentos, me encontraba entrando en un gran bar en aquella gran ciudad, aquel lugar estaba lleno de colegas de profesión, es decir, de cazarrecompensas. Pero estos eran del tipo de cazarrecompensas de los que le quemaba el dinero en el bolsillo, porque algunos de ellos lo estaba gastando a bastante velocidad. Aunque para ser sinceros, todo el mundo gastaba, a distinto ritmo, pero todo el mundo gastaba. Aunque, de repente ví a una chica rubia muy hermosa que no gastaba y que estaba sola por lo que me acerqué a ella y comencé a hablarle:

- Buenas tardes/noches señorita.