Eithan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- OFF:
- Perdón por haber tardado tanto XD
Sin previo aviso, un temblor sacudió mi barco. ¿Acaso la Marina o algún cazarrecompensas me estaba atacando? Sin duda eso no sería nada bueno. Me iba a levantar para localizar la fuente del temblor cuando un trozo de tela me cubrió la cara, privándome de visión y haciéndome caer de bruces al suelo. En ese momento el temblor paró, viéndose remplazado por el suave balanceo de las olas. Me levanté rápidamente y me fui hacía mi dormitorio, donde yacían mis espadas. Me puse mi vieja túnica de marinero y coloqué los sables en mi cintura. Seguidamente, salí a cubierta a hacer frente a os atacantes.
Pero no había rastro de nadie. Ni una barca ni una vela. Nada. Encogiendo los hombros, me di la vuelta, dispuesto a continuar con la limpieza y así no posponerla más. Justo iba a entrar dentro cuando una sombra en el agua me llamó la atención. Era algo solido y sin duda se acercaba a mi. ¿Sería un monstruo del mar? Sonreí. Por fin el día parecía volverse más interesante. Desenvainé las espadas y esperé que eso emergiera.
Eithan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La sombra emergió de golpe, rompiendo el mar. El fuerte oleaje zarandeó mi embarcación, obligándome a sujetarme con fuerza al barco. ¿Eso era un submarino? Me recuperé rápidamente del balanceó y me fijé que alguien salía a la cubierta. Era un hombre de aspecto tosco y basto, de aquellos que te dicen las cosas sin tapujos y a lo bestia. Detrás de él, un joven de aspecto cómodo, acentuado por sus anchas y ligeras ropas. El primero me lanzó una especie de oferta-amenaza, que el segundo suavizó rápidamente.
Se trataba de ir al fondo del mar, donde habían encontrado una ciudad sumergida. Mi mente fue llevada a otro mundo, donde miré las diferentes posibilidades, las probabilidades de encontrar algo brillante y valioso y las opciones de salir con vida de aquella aventura. Pero, ¿desde cuando me importaba todo eso? La idea de explorar algo nuevo nunca se debía aplacar. Así que envainé los sables y sonreí.
- ¡Claro que voy!¡Como podría negarme a tan suculenta propuesta!¡Hacedme sitio que voy!
Sin previó aviso, solté el ancla y me lancé a la cubierta del submarino. Por desgracia, vi que donde iba a aterrizar estaba ocupado por una maravilla de la naturaleza; un poni rosa con muuucho pelo. No quería herir a tan bello ser, por lo que giré en el aire y me di de bruces en la barandilla. Tuve tan mala suerte, que el rebote me envió fuera del submarino y caí al agua.
Con la mano en la cabeza lamentándome por el golpe, subí de una vez por todas a cubierta. El tipo basto tenía algo que denotaba importancia, pero el que de verdad tenía el control de todo aquello era el chaval de ropas anchas y ligeras. Así que me dirigí a él.
- Encantado, soy Liam Waterson. Perdón por mi entrada bizarra, es que habría apostado a que no me pasaría nada. Bueno, dejo de desvariar. ¿Como te llamas?
Se trataba de ir al fondo del mar, donde habían encontrado una ciudad sumergida. Mi mente fue llevada a otro mundo, donde miré las diferentes posibilidades, las probabilidades de encontrar algo brillante y valioso y las opciones de salir con vida de aquella aventura. Pero, ¿desde cuando me importaba todo eso? La idea de explorar algo nuevo nunca se debía aplacar. Así que envainé los sables y sonreí.
- ¡Claro que voy!¡Como podría negarme a tan suculenta propuesta!¡Hacedme sitio que voy!
Sin previó aviso, solté el ancla y me lancé a la cubierta del submarino. Por desgracia, vi que donde iba a aterrizar estaba ocupado por una maravilla de la naturaleza; un poni rosa con muuucho pelo. No quería herir a tan bello ser, por lo que giré en el aire y me di de bruces en la barandilla. Tuve tan mala suerte, que el rebote me envió fuera del submarino y caí al agua.
Con la mano en la cabeza lamentándome por el golpe, subí de una vez por todas a cubierta. El tipo basto tenía algo que denotaba importancia, pero el que de verdad tenía el control de todo aquello era el chaval de ropas anchas y ligeras. Así que me dirigí a él.
- Encantado, soy Liam Waterson. Perdón por mi entrada bizarra, es que habría apostado a que no me pasaría nada. Bueno, dejo de desvariar. ¿Como te llamas?
Eithan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Oh.. no te preocupes Liam es un placer- Me estrechó la mano con una bonita sonrisa- bienvenido a bordo permite que te acojamos como es debido lo primero será que te seques no sea que te constipes.
El poni rosa me ofreció una toalla con su boca, que cogí con una mano mientras que con la otra le rascaba debajo la barbilla. Me sorprendió que su pelaje fuera tan sumamente suave, y no dejé de rascarle durante un rato.
- Bueno yo soy Bleyd, Bleyd Master. Este pequeño esponjoso y rosa es Fluffle mi amigo y compañero, y nuestro capitán gruñón es Extremo; has de disculparle, es un poco paranoico. Pues veras, parece ser que un maremoto ha desenterrado una ciudad en el fondo del mar, así que vamos a descender con un batiscafo a explorarla y buscar joyas arqueológicas y demás. Por supuesto que todo lo que tú descubras no te lo vas a poder quedar, pero la resistencia te recompensara por el hallazgo. Y no te preocupes por tu barco nadie se acercara aquí sin que nos enteremos, y la mar está tranquila. Ahora, ¿que tal si pasamos dentro te enseño las instalaciones y charlamos los términos mientras comemos algo?
Saludé al capitán Extremo con un golpe de cabeza. Ese tipo no me gustaba. Tenía la típica pinta que tendría algún asesino a sueldo o soldado encubierto. Y con 60 millones por mi cabeza, no me sorprendería que me esto fuera una trampa. Pero el sonido de la aventura era muy superior. Joyas y reliquias me estaban esperando allí abajo. Y estaba claro que lo que yo descubriera, yo me lo quedaría. Al fin y al cabo era un pirata.
- ¡Claro que si! Compartir es una de mis aficiones...
Seguí a la tropa por los angostos pasadizos. Los dos hombres ya se habían acostumbrado a aquello, pero se les veía un poco "apretados", no como el poni esponjoso Fluffle, que se lo pasaba la mar de bien. Por mi parte, no encontraba la manera cómoda de pasar por ahí, y los sables me chocaban con las juntas de las paredes. Después de varios intentos, desistí y me los quité de la cintura para llevarlos uno en cada mano.
Al fin salimos de aquel laberinto claustrofóbico y entramos en una sala con varias salidas al exterior, ademas de multitud de torpedos y misiles. Me volví a colocar los sables en la cintura, pensativo. Ante tal arsenal, me sería difícil escapar con algo robado, aunque si armaba jaleo inutilizando las lanzadoras, quizás tendría alguna oportunidad. Pero primero necesitaba su ayuda para conseguir los tesoros.
- Bien aquí esta ¿qué te parece? a mi me encanta este juguetito.
Su voz me sacó de mis pensamientos. Lo miré a él y luego miré donde él miraba. Delante de nosotros, una nave de cuatro plazas con multitud de facilidades y, lo más increible de todo, garras prensiles. Eso era alucinante.
- ¡Woooooooooooooaaaaaaaaaaa!¡Como mola!¿Bajaremos con esto?¡Me pido copiloto!
Con un vehículo así, seguro que me lo pasaría genial. Y los tesoros los encontraríamos como churros. Estaba, literalmente, dando saltos de alegría alrededor del batiscafo. Con tanta emoción me olvidé de mi plan y de como los traicionaría.
El poni rosa me ofreció una toalla con su boca, que cogí con una mano mientras que con la otra le rascaba debajo la barbilla. Me sorprendió que su pelaje fuera tan sumamente suave, y no dejé de rascarle durante un rato.
- Bueno yo soy Bleyd, Bleyd Master. Este pequeño esponjoso y rosa es Fluffle mi amigo y compañero, y nuestro capitán gruñón es Extremo; has de disculparle, es un poco paranoico. Pues veras, parece ser que un maremoto ha desenterrado una ciudad en el fondo del mar, así que vamos a descender con un batiscafo a explorarla y buscar joyas arqueológicas y demás. Por supuesto que todo lo que tú descubras no te lo vas a poder quedar, pero la resistencia te recompensara por el hallazgo. Y no te preocupes por tu barco nadie se acercara aquí sin que nos enteremos, y la mar está tranquila. Ahora, ¿que tal si pasamos dentro te enseño las instalaciones y charlamos los términos mientras comemos algo?
Saludé al capitán Extremo con un golpe de cabeza. Ese tipo no me gustaba. Tenía la típica pinta que tendría algún asesino a sueldo o soldado encubierto. Y con 60 millones por mi cabeza, no me sorprendería que me esto fuera una trampa. Pero el sonido de la aventura era muy superior. Joyas y reliquias me estaban esperando allí abajo. Y estaba claro que lo que yo descubriera, yo me lo quedaría. Al fin y al cabo era un pirata.
- ¡Claro que si! Compartir es una de mis aficiones...
Seguí a la tropa por los angostos pasadizos. Los dos hombres ya se habían acostumbrado a aquello, pero se les veía un poco "apretados", no como el poni esponjoso Fluffle, que se lo pasaba la mar de bien. Por mi parte, no encontraba la manera cómoda de pasar por ahí, y los sables me chocaban con las juntas de las paredes. Después de varios intentos, desistí y me los quité de la cintura para llevarlos uno en cada mano.
Al fin salimos de aquel laberinto claustrofóbico y entramos en una sala con varias salidas al exterior, ademas de multitud de torpedos y misiles. Me volví a colocar los sables en la cintura, pensativo. Ante tal arsenal, me sería difícil escapar con algo robado, aunque si armaba jaleo inutilizando las lanzadoras, quizás tendría alguna oportunidad. Pero primero necesitaba su ayuda para conseguir los tesoros.
- Bien aquí esta ¿qué te parece? a mi me encanta este juguetito.
Su voz me sacó de mis pensamientos. Lo miré a él y luego miré donde él miraba. Delante de nosotros, una nave de cuatro plazas con multitud de facilidades y, lo más increible de todo, garras prensiles. Eso era alucinante.
- CARA DE ALUCINE:
- ¡Woooooooooooooaaaaaaaaaaa!¡Como mola!¿Bajaremos con esto?¡Me pido copiloto!
Con un vehículo así, seguro que me lo pasaría genial. Y los tesoros los encontraríamos como churros. Estaba, literalmente, dando saltos de alegría alrededor del batiscafo. Con tanta emoción me olvidé de mi plan y de como los traicionaría.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.