Combate de machotes

Y

No hacía falta ser un genio, podía captarse en el aire. Aquella hermosa fragancia diga de los mayores banquetes de la historia solo podía significar una cosa. ¡Comida! Alex inició una carrera hacia la cocina arrasando con todo lo que encontró en su camino. En cuanto llegó pudo ver a la Darkah limándose las uñas. No preguntó, dio por su puesto que la comida sería para él y empezó a ingerirla como un condenado. Tenía un gusto raro, peor seguía estando deliciosa.

-Con lo bien que cocinas tendríamos que llamarte Señor de la Casa- Le dijo a modo de broma haciendo un guiño sobre su posición como cazador.

Era una sopa muy jugosa y, aunque quemaba un poco, no pasaba nada si se soplaba para enfriarla. Así ingirió toda la comida cucharada a cucharada sin dejarse una sola gota en el plato. En cuanto terminó miró a la Darkah casi rogando para que le ofreciera algo más de ese delicioso néctar de dioses. El olor permanecía en el ambiente dejando un aroma que afinaba su olfato.

-El Rey de los Cazadores quiere un poquito más de esa sopa tan buena- Le suplicó con una sonrisa.

Dark hizo algo que Alexn o esperaba, hablar en un idioma ajeno. Por su condición de historiados y su amor por las lenguas el rey de los cazadores conocía muchos idiomas y el que Dark había empleado no le resultaba indiferente. No se hablaba mucho actualmente, era una lengua casi extinta, pero la conocía lo suficiente como para entender lo que había dicho y responderle. La pregunta era ¿cómo había aprendido Dark a decir aquello?

-あなたは馬鹿- Respondió el Rey de los cazadores al señor de la casa.

Después de mirar la expresión y los gestos del cocinero, Alex empezó a pensar que le ocurría algo extraño. Quizás estaba enfermo o se había vuelto loco. Todo era posible en aquel hombre/mujer tan díscolo y extraño.

-Я хочу больше этого чертовски суп- Le aclaró.

Ya que Dark había hablado en esas lenguas de forma más o menos correcta esperaba que también lo entendiera y atendiera a su petición. Pero... ¿y si no le entendía? Quizás se quedaría con las ganas y tendría que atenderse solo. Si ocurría aquello... ¿para qué tenían a un señor de la casa en la tortuga? Que puesto tan inútil si no podía hacer lo que debía.

Dark dijo algo en uno de esos idiomas antiguos, aunque ahora confirmaba que no tenía idea de lo que estaba diciendo pues aquella frase carecía totalmente de sentido. Aquello solo significaba una cosa, ¡lo había envenenado con la sopa! No iba a caer en algo tan estúpido. El Rey de los cazadores utilizó su Corpus Deus haciendo que su técnica limpiara complétamente su organismo. No estaba seguro de lo que le había hecho, pero sabía que no era nada bueno. Ahora le había salido el tiro pro la culata. Aunque seguía teniendo una duda, ¿por qué lo había hecho? Dark era un idiota y, seguramente, no respondería.

-No entiendo por qué me has intentado envenenar, pero prepárate para sufrir. Mi Haki del Rey tiene ganas de saludarte- Le dijo con una sonrisa pícara.

Sin embargo no tenía ningún interés en luchar y si pretendía hacer una batalla, la Darkah ya había ganado pues Alex se retiraba. Y, así, el rey de los cazadores se levantó y se marchó del lugar. Que la Darkah se quedara con sus venenos y sus tonterías, él se marchaba.