Steve
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Límite de tiempo : Sin fecha límite.
Escenario : Baristán, cubierta de grandes picos esta isla cuenta únicamente con un muelle como método de acceso, rodeado de "Montañas" o como las suelen llamar los habitantes "Bartoñas" de hasta unos 50 metros de altura prácticamente indestructibles. Por si no quedo claro en la isla no hay tierra en ninguna parte solo son restos de barcos y demás objetos que el mar arrastró hasta ahí.
Turnos :
- Número aleatorio (1,2) : 2
2 - Empieza Byakuro.
Condiciones :
- Isla que no beneficie a nadie.
- Experiencia estándar.
- Sin saltos de turno
- Sin nomeclaturas (me apetece probar)
- Riesgo de muerte siempre hay, al igual que amputaciones y demases... pero no vamos a matar
- Al principio del rol, Mido no sabe que Byakuro está vivo
Byakuro Kyoya
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Byakuro no hacía nada en especial en aquel lugar. Había llegado a última hora de la tarde, cuando el sol empezaba a ponerse, y no sabía ni siquiera por qué. Habían abandonado el Paraíso, él y Yoko, para acabar llegando a aquel intento de isla. Estaba ahora mismo en la zona más próxima al pueblo central, pero sentía curiosidad por moverse a las zonas más alejadas y verlas con sus propios ojos. Enormes acumulaciones inestables de barcos suponían una especie de reto para él. Indicó a Yoko que se detuviese. La joven lo miró:
- Bien, Yoko-chan... voy a ir a las zonas alejadas de la isla. tú si quieres quédate por aquí. Parece que hay sitios donde puedes pasar el rato. Nos veremos aquí en un par de horas.
El cazador empezó a caminar con un paso calmado a la zona exterior de la isla, hasta que el terreno bajo sus pies dejó de estar bien asentado para volverse un mar de madera y acero que se movía levemente a cada paso que el chico daba. Éste sostuvo su bastón con la mano derecha mientras cruzaba el asa de su bolsa por delante del pecho, para evitar que se le cayera. Aprovechó para acercarse a lo que antaño fue una cabina de mando de un buque, y se apoyó en el tejado inclinado. Al oeste, el sol comenzaba a ponerse.
- Bien, Yoko-chan... voy a ir a las zonas alejadas de la isla. tú si quieres quédate por aquí. Parece que hay sitios donde puedes pasar el rato. Nos veremos aquí en un par de horas.
El cazador empezó a caminar con un paso calmado a la zona exterior de la isla, hasta que el terreno bajo sus pies dejó de estar bien asentado para volverse un mar de madera y acero que se movía levemente a cada paso que el chico daba. Éste sostuvo su bastón con la mano derecha mientras cruzaba el asa de su bolsa por delante del pecho, para evitar que se le cayera. Aprovechó para acercarse a lo que antaño fue una cabina de mando de un buque, y se apoyó en el tejado inclinado. Al oeste, el sol comenzaba a ponerse.
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Midorima estaba confundido, demasiado a decir verdad. Nunca se había sentido así. De la noche a la mañana la Vivre Card de Byakuro se había quemado, sabía que esas cosas estaban ligadas a la vida de las personas ¿Estaba muerto? Imposible, un tipo así no podía morir. Lo había enfrentado dos veces y era imposible que estuviera a metros bajo tierra. Era algo que no se podía creer, aun cuando la misma persona que lo hubiera “matado” se lo dijera. ”Y si lo está ¿Qué?” pensó mientras apretaba su puño derecho con fuerza. No le debía nada, solo habían luchado, aparte de eso, no le debía gran cosa. No tanto como para que se preocupara de esa forma por él.
Estaba caminando por inercia, sin un rumbo fijo. La isla en la que estaba era interesante, tranquila y sin mucho ruido. Algo perfecto luego de todas las cosas que había tenido que hacer, luchas y luchas sin parar. Necesitaba un respiro, olvidarse de todo, desligarse un poco de su banda y descansar. ”No tengo que preocuparme, mientras Dexter sea Shichibukai son intocables.” pensaba mientras miraba a todos lados buscando algo que hacer. Incluso, tenía su Kenbunshoku Haki activado por si algún idiota lo quería pillar con la guardia baja. Se frenó en seco al llegar a lo que sería un ¿Buque de guerra? ¿A dónde demonios había llegado? Había llegado por la parte de atrás, por la popa. De un salto subió al techo y empezó a caminar por este, a sus espaldas, el sol se escondía. Al llegar al final, lo vio ahí acostado. Sus ojos se abrieron de par en par. Se tranquilizó y sonrió de lado.
– Ya sabía que no podías estar muerto, idiota. – tomó una pausa mientras se cruzaba de brazos de forma tranquila. – Hasta que nos volvemos a encontrar, Byakuro.
Estaba caminando por inercia, sin un rumbo fijo. La isla en la que estaba era interesante, tranquila y sin mucho ruido. Algo perfecto luego de todas las cosas que había tenido que hacer, luchas y luchas sin parar. Necesitaba un respiro, olvidarse de todo, desligarse un poco de su banda y descansar. ”No tengo que preocuparme, mientras Dexter sea Shichibukai son intocables.” pensaba mientras miraba a todos lados buscando algo que hacer. Incluso, tenía su Kenbunshoku Haki activado por si algún idiota lo quería pillar con la guardia baja. Se frenó en seco al llegar a lo que sería un ¿Buque de guerra? ¿A dónde demonios había llegado? Había llegado por la parte de atrás, por la popa. De un salto subió al techo y empezó a caminar por este, a sus espaldas, el sol se escondía. Al llegar al final, lo vio ahí acostado. Sus ojos se abrieron de par en par. Se tranquilizó y sonrió de lado.
– Ya sabía que no podías estar muerto, idiota. – tomó una pausa mientras se cruzaba de brazos de forma tranquila. – Hasta que nos volvemos a encontrar, Byakuro.
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Byakuro abrió los ojos, y observó la figura de pelo verde que estaba en pie y que tapaba el sol. Su aspecto le sonaba. Y su pelo verde lo hacía prácticamente inconfundible: Midorima Shintaro, también conocido como "Nuevededos". Ah, la amada juventud, divino tesoro. Había pasado bastante tiempo desde que habían tenido su primer encuentro, marcado por las amputaciones. Y un tiempo después se habían encontrado en una isla perdida en los mares.
El cazador se incorporó y miró al hombre de pelo verde a la cara. ¿Había algo diferente en él? Posiblemente, pero no lograba determinar el qué. Se puso al lado del chico de pelo verde y le extendió la mano, para estrechársela.
- No esperaba encontrarte aquí -le dijo el cazador, ciertamente estaba sorprendido. Y entonces se dio cuenta de que la Vivre Card que le había dado a Midorima tenía que haberse consumido-. Es una larga historia. Si quieres puedo contártela, pero no quiero aburrirte con detalles insulsos. -tras eso, agarró su bastón y su bolsa.
El cazador se incorporó y miró al hombre de pelo verde a la cara. ¿Había algo diferente en él? Posiblemente, pero no lograba determinar el qué. Se puso al lado del chico de pelo verde y le extendió la mano, para estrechársela.
- No esperaba encontrarte aquí -le dijo el cazador, ciertamente estaba sorprendido. Y entonces se dio cuenta de que la Vivre Card que le había dado a Midorima tenía que haberse consumido-. Es una larga historia. Si quieres puedo contártela, pero no quiero aburrirte con detalles insulsos. -tras eso, agarró su bastón y su bolsa.
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Era un idiota. Byakuro era un maldito idiota. Solo sabía ocasionarle problemas ¿Qué acaso no podía tener amigos normales? Le estrechó la mano mientras escuchaba sus palabras, al parecer, la historia era larga y el peli morado no quería aburrirlo con ese tipo de detalles. Le soltó la mano para agarrar su bastón y su bolsa, pero para él no iba a ser tan fácil dejarlo ir (aunque no tenía idea si planeaba o no largarse de ese lugar) Necesitaba comprobar si era el mismo de antes, y también por mero orgullo, quería probar si la diferencia entre ellos se había acortado. Aunque si había “muerto” debió haber perdido su fruta ¿No? De ser así ¿No sería un humano promedio? Eso solo lo iba a averiguar si luchaba con él. Era la única manera.
– Deberás explicarme muchas cosas, Byakuro. – dijo con franqueza mientras se separaba un par de metros de él. Era hora de la verdad. – Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos encontramos. – pegó un suspiro mientras pensaba que hacer perfectamente. Si era el mismo de hace un par de meses atrás desde que se encontraron en una isla alejada de la mano de Dios, entonces no debía dudar. Iría a un ritmo elevado desde el principio. Puso su mano derecha en el suelo, mientras que flectaba sus piernas, la mano izquierda reposaba suavemente en su muslo izquierdo. – Veamos que tan fuerte eres ahora, renacido-kun. – al finalizar sus palabras su cuerpo empezó a cambiar. Ahora mucho vapor lo rodeaba y estaba rojo tal tomate. Se puso en vertical y de sus ojos unos fulgurantes rayos verdes salían. El primer nivel estaba activado.
Activó su Kenbunshoku por si las moscas e imbuyó su brazo derecho en su Busoushoku. Iba a ser un ataque recto, sin fintas ni nada. No es que se estuviera conteniendo, solo quería probar la habilidad del no muerto de Byakuro. De un momento a otro, desapareció para aparecer justo al frente del peli morado y desde ahí trató de conectar un puñetazo al rostro. En la isla anterior su amigo había sido capaz de seguirle el ritmo en el nivel dos ¿Sería capaz de hacerlo ahora? ¿O con solo el nivel uno bastaba para acabar con él? Mientras iba dirigiendo su puñetazo giraba su torso para imprimirle más poder. Diera o no, iba a retroceder un par de metros, preparado para todo.
– Deberás explicarme muchas cosas, Byakuro. – dijo con franqueza mientras se separaba un par de metros de él. Era hora de la verdad. – Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos encontramos. – pegó un suspiro mientras pensaba que hacer perfectamente. Si era el mismo de hace un par de meses atrás desde que se encontraron en una isla alejada de la mano de Dios, entonces no debía dudar. Iría a un ritmo elevado desde el principio. Puso su mano derecha en el suelo, mientras que flectaba sus piernas, la mano izquierda reposaba suavemente en su muslo izquierdo. – Veamos que tan fuerte eres ahora, renacido-kun. – al finalizar sus palabras su cuerpo empezó a cambiar. Ahora mucho vapor lo rodeaba y estaba rojo tal tomate. Se puso en vertical y de sus ojos unos fulgurantes rayos verdes salían. El primer nivel estaba activado.
Activó su Kenbunshoku por si las moscas e imbuyó su brazo derecho en su Busoushoku. Iba a ser un ataque recto, sin fintas ni nada. No es que se estuviera conteniendo, solo quería probar la habilidad del no muerto de Byakuro. De un momento a otro, desapareció para aparecer justo al frente del peli morado y desde ahí trató de conectar un puñetazo al rostro. En la isla anterior su amigo había sido capaz de seguirle el ritmo en el nivel dos ¿Sería capaz de hacerlo ahora? ¿O con solo el nivel uno bastaba para acabar con él? Mientras iba dirigiendo su puñetazo giraba su torso para imprimirle más poder. Diera o no, iba a retroceder un par de metros, preparado para todo.
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Byakuro sonrió con afabilidad al joven de pelo verde. No se esperaba lo que iba a ocurrir a continuación. El hombre de pelo verde apareció justo a su lado y de pronto el cazador sintió un golpe brutal en la cara, a la altura de la nariz. El ataque hizo que cayera de espaldas al suelo metálico del barco. Cerró los ojos, sintiendo chiribitas de colores en su campo de visión.
Sin decir una sola palabra, se incorporó con lentitud, llevó las manos a la nariz y de un movimiento seco se colocó la nariz en su sitio. El golpe la había dislocado levemente. Su mirada era seria, y sus ojos blancos se clavaron en los de Midorima de una forma tan fría como la nieve de la isla de Drum.
- Buen golpe. Atacar por sorpresa es una buena estrategia para vencer a un oponente superior a ti, ¿verdad? -su tono no era para nada amigable. Pensaba haber encontrado a un amigo, y su recibimiento había sido un puñetazo en la cara. Empuñó su bastón con fuerza y lo alzó sobre su cabeza para golpear en el suelo a continuación. Las chispas saltaron cuando las ondas de energía cortante recorrieron el casco del barco varado. Una figura apareció, una figura que Midorima reconocería con bastante claridad. El mismo tatuaje que le había hecho Byakuro en su momento. La efigie de Klaus-. Si me disculpas, me están esperando en el pueblo. Oh... bonita pierna, muy acorde. -sin más, el cazador se giró, dándole la espalda al hombre de pelo verde. Abrió su bolsa y empezó a juguetear con los objetos que llevaba en su interior, con tranquilidad. Aquel saludo por parte de Midorima lo había enfadado bastante, pero el sentir aquellas cosas entre sus dedos lo relajó.
Sin decir una sola palabra, se incorporó con lentitud, llevó las manos a la nariz y de un movimiento seco se colocó la nariz en su sitio. El golpe la había dislocado levemente. Su mirada era seria, y sus ojos blancos se clavaron en los de Midorima de una forma tan fría como la nieve de la isla de Drum.
- Buen golpe. Atacar por sorpresa es una buena estrategia para vencer a un oponente superior a ti, ¿verdad? -su tono no era para nada amigable. Pensaba haber encontrado a un amigo, y su recibimiento había sido un puñetazo en la cara. Empuñó su bastón con fuerza y lo alzó sobre su cabeza para golpear en el suelo a continuación. Las chispas saltaron cuando las ondas de energía cortante recorrieron el casco del barco varado. Una figura apareció, una figura que Midorima reconocería con bastante claridad. El mismo tatuaje que le había hecho Byakuro en su momento. La efigie de Klaus-. Si me disculpas, me están esperando en el pueblo. Oh... bonita pierna, muy acorde. -sin más, el cazador se giró, dándole la espalda al hombre de pelo verde. Abrió su bolsa y empezó a juguetear con los objetos que llevaba en su interior, con tranquilidad. Aquel saludo por parte de Midorima lo había enfadado bastante, pero el sentir aquellas cosas entre sus dedos lo relajó.
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Su ataque había dado. Fue demasiado fácil, quizás de verdad lo había pillado de sorpresa, ”¿Acaso nunca te enseñaron a no bajar la guardia?” se decía mientras escuchaba las palabras de Byakuro, su mirada era bastante fría, y le recordaba a los fríos inviernos de Drum. Aunque ¿Qué importaba? Era una pelea uno contra uno, de nada servía tratar provocarlo, una pérdida de tiempo eso era. Hace meses atrás hubiera reaccionado de manera distinta, atacando de forma directa y sin pensar, pero ahora era diferente, había madurado y entendido que nada servía atacar de una forma desenfrenada. Pegó un suspiro mientras que su Haki le advertía de las intenciones de Byakuro, por precaución saltó donde estaba (ya que por la propia inercia se había caído) y vio la forma que se formaba en el aire. Era Klaus, que recuerdos.
Observó al pelimorado que ya se estaba yendo. ¿No iba a luchar contra él? No, no iba a dejar que se fuera de ese modo, no tan fácilmente. ”Es una buena manera de utilizar el invento de Dexter… Veamos que tan útil es.” pensaba mientras se tocaba su pierna cyborg. Le hizo cierta gracia recordar como la había perdido, había sido un idiota y lo pagó caro… Bastante. Pero al final todo había resultado bien, todos sus nakamas habían sobrevivido de una u otra forma. Inclusive sentía que las relaciones entre ellos se habían incrementado. ¿Todo eso por la guerra? Seguramente, incluso recordó a Hinori con quien estuvo la mayor parte de esa masacre en Mariejoa. Recordó también a Dexter y así fue recordando a cada uno de sus nakamas, elevó la mirada para luego ver a Byakuro. Y finalmente, le respondió.
– Lo siento, no sabía que te habías vuelto tan cobarde. – tomó una leve pausa mientras sonreía con arrogancia. No iba a atacar, sino que iba a esperar la respuesta de aquel tipo, si era como antes, seguramente, se terminaría por ir. Después de todo, solo reaccionaba cuando alguien insultaba a su mascota, después de todo, así perdió su dedo. – Adelante Gadgeto Propulsor. – al finalizar aquellas palabras su cuerpo se elevó por los aires, quedando aun más arriba que Byakuro, obligándolo (si se giraba) a verlo hacia arriba. – Creo que esto demuestra la diferencia entre nosotros. Tú desde ahora en adelante siempre me miraras para arriba. – se cruzó de brazos con arrogancia. – Al final, nunca podré a tolerar a las personas débiles y cobardes como tú. Eres escoria. – no era lo que pensaba en realidad, pero las ganas de probar que tanta diferencia existía entre ellos eran demasiadas.
Observó al pelimorado que ya se estaba yendo. ¿No iba a luchar contra él? No, no iba a dejar que se fuera de ese modo, no tan fácilmente. ”Es una buena manera de utilizar el invento de Dexter… Veamos que tan útil es.” pensaba mientras se tocaba su pierna cyborg. Le hizo cierta gracia recordar como la había perdido, había sido un idiota y lo pagó caro… Bastante. Pero al final todo había resultado bien, todos sus nakamas habían sobrevivido de una u otra forma. Inclusive sentía que las relaciones entre ellos se habían incrementado. ¿Todo eso por la guerra? Seguramente, incluso recordó a Hinori con quien estuvo la mayor parte de esa masacre en Mariejoa. Recordó también a Dexter y así fue recordando a cada uno de sus nakamas, elevó la mirada para luego ver a Byakuro. Y finalmente, le respondió.
– Lo siento, no sabía que te habías vuelto tan cobarde. – tomó una leve pausa mientras sonreía con arrogancia. No iba a atacar, sino que iba a esperar la respuesta de aquel tipo, si era como antes, seguramente, se terminaría por ir. Después de todo, solo reaccionaba cuando alguien insultaba a su mascota, después de todo, así perdió su dedo. – Adelante Gadgeto Propulsor. – al finalizar aquellas palabras su cuerpo se elevó por los aires, quedando aun más arriba que Byakuro, obligándolo (si se giraba) a verlo hacia arriba. – Creo que esto demuestra la diferencia entre nosotros. Tú desde ahora en adelante siempre me miraras para arriba. – se cruzó de brazos con arrogancia. – Al final, nunca podré a tolerar a las personas débiles y cobardes como tú. Eres escoria. – no era lo que pensaba en realidad, pero las ganas de probar que tanta diferencia existía entre ellos eran demasiadas.
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Byakuro ignoró las burlas de Midorima. No estaba de humor para pelear con él, y el hecho de responder a ellas solo le daría la razón al tipo de pelo verde. Además, no tenía motivos para pelear con él.
- Me das lástima, ¿sabes? -dijo el cazador sin dignarse a dar media vuelta para hablar con él-. ¿Acaso te estás escuchando? ¿Sabes siquiera el porqué de mi desaparición? ¿Sabes por qué mi Vivre Card se consumió entre las llamas? ¿SABES ACASO, POBRE IGNORANTE, POR QUÉ KLAUS NO ESTÁ AQUÍ CONMIGO? -su enfado estaba adquiriendo carices cada vez más exagerados. Pero no pensaba pelear contra el tipo de pelo verde. Por la proveniencia de su voz, supuso que se había elevado en el aire empleando alguna técnica de vuelo-. No soy un cobarde, pero no pienso pelear contigo si no tengo un motivo que lo justifique. Y no creo que sea necesario explicarle a una persona arrogante como tú el por qué tomo una u otra decisión. Sin duda, esto ha demostrado la diferencia entre nosotros. Pensé que eras un hombre, pero solo eres un niño pequeño que cree que ha crecido -el cazador alzó la mirada al cielo, y cerró los ojos-. Vuelve cuando hayas sufrido la mitad de lo que he sufrido yo, chico.
Tras soltar ese pequeño discurso, saltó al barco cercano, alejándose cada vez más del peliverde, mientras con su mano seguía jugueteando dentro de la bolsa.
- Me das lástima, ¿sabes? -dijo el cazador sin dignarse a dar media vuelta para hablar con él-. ¿Acaso te estás escuchando? ¿Sabes siquiera el porqué de mi desaparición? ¿Sabes por qué mi Vivre Card se consumió entre las llamas? ¿SABES ACASO, POBRE IGNORANTE, POR QUÉ KLAUS NO ESTÁ AQUÍ CONMIGO? -su enfado estaba adquiriendo carices cada vez más exagerados. Pero no pensaba pelear contra el tipo de pelo verde. Por la proveniencia de su voz, supuso que se había elevado en el aire empleando alguna técnica de vuelo-. No soy un cobarde, pero no pienso pelear contigo si no tengo un motivo que lo justifique. Y no creo que sea necesario explicarle a una persona arrogante como tú el por qué tomo una u otra decisión. Sin duda, esto ha demostrado la diferencia entre nosotros. Pensé que eras un hombre, pero solo eres un niño pequeño que cree que ha crecido -el cazador alzó la mirada al cielo, y cerró los ojos-. Vuelve cuando hayas sufrido la mitad de lo que he sufrido yo, chico.
Tras soltar ese pequeño discurso, saltó al barco cercano, alejándose cada vez más del peliverde, mientras con su mano seguía jugueteando dentro de la bolsa.
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¿Acaso era idiota? No, no sabía que le había pasado a él. No tenía idea de por qué había desaparecido, ni siquiera había caído en cuenta de que Klaus no estaba. Las palabras de Byakuro lo hicieron despertar y darse cuenta de su error. Las ganas de pelear contra él lo habían cegado y no podía pensar en otras cosas. Desactivó su técnica mientras lo miraba irse al barco de al lado, incluso desactivó el propulsor y cayó al suelo con calma. Pero tampoco podía dejar que se marchara así, Shintaro también había sufrido mucho, la muerte de Sakura por culpa de ser tan débil seguía siendo un gran peso. Incluso, seguía teniendo esas molestas pesadillas que le carcomían el sueño. Había pasado hace tres años, pero al final, la muerte de un ser tan querido como ella lo había quebrado y la vida le había demostrado lo difícil que era. De un solo golpe le demostró que no todo era un color rosa. Dio un salto para alcanzar a Byakuro, se interpuso en su camino.
– Espera un minuto. – dijo con calma mientras ahora hablaba como antes. Dejando esa arrogancia que hace tiempo que lo había abandonado. – Claro que no sé que tanto has sufrido, no soy adivino ni tampoco estuve ahí para ayudarte. – no buscaba excusarse, solo estaba siendo sincero. Hace mucho que no lo veía y lo trataba así, claro que no era justo, pero aun así él también había experimentando la desesperación antes de encontrar su camino. – Yo también he sufrido mucho, incluso sufrí cuando vi que tu Vivre Card se consumía. Pero ¿Qué sabía yo que estabas vivo? – no iba a esperar alguna respuesta lógica por parte de su amigo, tampoco le interesaba. – Si te ataque antes fue porque quería probar si lo que estaba viendo no era una ilusión, un mal sueño, una pesadilla. – en cierta parte, era verdad, para él era normal ver a Sakura en todos lados. La pérdida de aquella mujer (y de cualquier cercano) lo dejaba mal, sin poder dormir. – Es cierto, soy un niño que piensa que ha madurado, pero al parecer aun me falta mucho. – dijo soltando una leve risa mientras trataba de pensar en otras cosas. Odiaba cuando perdía en este sentido, pero al final, solo era doblegado por personas que habían sufrido más que él. – Es todo, me rindo. No podré obligarte a luchar, aunque bueno, ya tampoco importa… Creo. – le dijo con una leve sonrisa. Suspiró con tranquilidad. – Lo siento. – finalizó. No tenía idea si Byakuro lo iba a dejar pasar o simplemente lo iba a ignorar. Aunque claro ¿Qué más se merecía?
– Espera un minuto. – dijo con calma mientras ahora hablaba como antes. Dejando esa arrogancia que hace tiempo que lo había abandonado. – Claro que no sé que tanto has sufrido, no soy adivino ni tampoco estuve ahí para ayudarte. – no buscaba excusarse, solo estaba siendo sincero. Hace mucho que no lo veía y lo trataba así, claro que no era justo, pero aun así él también había experimentando la desesperación antes de encontrar su camino. – Yo también he sufrido mucho, incluso sufrí cuando vi que tu Vivre Card se consumía. Pero ¿Qué sabía yo que estabas vivo? – no iba a esperar alguna respuesta lógica por parte de su amigo, tampoco le interesaba. – Si te ataque antes fue porque quería probar si lo que estaba viendo no era una ilusión, un mal sueño, una pesadilla. – en cierta parte, era verdad, para él era normal ver a Sakura en todos lados. La pérdida de aquella mujer (y de cualquier cercano) lo dejaba mal, sin poder dormir. – Es cierto, soy un niño que piensa que ha madurado, pero al parecer aun me falta mucho. – dijo soltando una leve risa mientras trataba de pensar en otras cosas. Odiaba cuando perdía en este sentido, pero al final, solo era doblegado por personas que habían sufrido más que él. – Es todo, me rindo. No podré obligarte a luchar, aunque bueno, ya tampoco importa… Creo. – le dijo con una leve sonrisa. Suspiró con tranquilidad. – Lo siento. – finalizó. No tenía idea si Byakuro lo iba a dejar pasar o simplemente lo iba a ignorar. Aunque claro ¿Qué más se merecía?
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Byakuro se detuvo, aún sin ver a Midorima. Mantenía la vista fija en el pueblo, a un par de kilómetros de allí. En su interior sentía como la rabia se iba apagando lentamente. Apretó con fuerza uno de los diales y lo dejó caer dentro de la bolsa. Estaba algo más calmado.
Con lentitud, se fue girando, hasta encararse con Midorima. El chico del pelo verde había descendido del cielo, y ahora estaba a su altura. Byakuro lo miró, aún con el ceño fruncido. Dio un par de pasos hacia Midorima y alzó el puño, como si fuese a devolverle el puñetazo. Sin embargo, no lo hizo, y bajó la mano con lentitud.
- Klaus murió el mismo día que mis cartas ardieron -sus ojos se clavaron en el subordinado de Dexter-. Después de un tiempo aislado del mundo salí al mar a buscar a todos aquellos que tenían una de mis Vivre Card. Me alegro de haberte encontrado, pero ahora debo ir a buscar al resto de ellos... -tras eso, volvió a girarse-. Dile a Dexter que me has visto. Y acompáñame al pueblo si quieres... -el cazador empezó a caminar lentamente hacia el lugar.
Con lentitud, se fue girando, hasta encararse con Midorima. El chico del pelo verde había descendido del cielo, y ahora estaba a su altura. Byakuro lo miró, aún con el ceño fruncido. Dio un par de pasos hacia Midorima y alzó el puño, como si fuese a devolverle el puñetazo. Sin embargo, no lo hizo, y bajó la mano con lentitud.
- Klaus murió el mismo día que mis cartas ardieron -sus ojos se clavaron en el subordinado de Dexter-. Después de un tiempo aislado del mundo salí al mar a buscar a todos aquellos que tenían una de mis Vivre Card. Me alegro de haberte encontrado, pero ahora debo ir a buscar al resto de ellos... -tras eso, volvió a girarse-. Dile a Dexter que me has visto. Y acompáñame al pueblo si quieres... -el cazador empezó a caminar lentamente hacia el lugar.
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Gana Byakuro de manera moral. Sacandole 42 niveles.
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