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El Yonkou Mihasy Hayato, La máscara y la infiltrada Antei Kyushu.
Límite de tiempo : Sin fecha límite.
Escenario : El País de Wano, cuyo significado es "El País de la Armonía", es un país situado en el Nuevo Mundo de donde provienen los samuráis: Ryuma, Kin'emon, su hijo Momonosuke y Kanjuro. El país de Wano tiene sus propios guerreros, los Samurái, que son espadachines tan fuertes que ni siquiera los Marines osan acercarse a ellos.
Turnos : Krauser - Dark - Asder - Moderador
Condiciones :
- Combate con posibilidad de muerte (como todos pero sin ejecución).
- La pasta se la llevará Dark E. Satou, al entregarlos él como señor de la caza, luego se repartirá a partes iguales entre los tres.
- El reto se abrirá la semana que viene a esta hora.
- La isla a elección del moderador, pero que no perjudique a ningún bando.
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- Game over hijos de puta.
Dijo de repente el demonio de la niebla, el cual iba sobre la borda de un extraño navío de velas moradas, por el lugar había varios hombres fieles a él. Se estaban acercando al Pais de los espadachines, un lugar dónde el ahora criminal iba a poner fin a la vida de el Yonkou Mihasy y todo el que se pusiera por el medio, había escuchado en se iban a reunir algunos tipos peligrosos. El viento ondeaba los cabellos del gran espada, el cual mantenía una mirada seria y se hallaba cruzado de brazos, iba a hacer lo que la marina no tenía cojones, a exterminar a los peores criminales de la historia. Empezaría por todos los emperadores de la piratería y seguiría con los revolucionarios con recompensas altas, tampoco se le iban a escapar los criminales peligrosos. Estaba listo y perfectamente equipado para desarrollar una pelea y reventarse ante todo el que valiera un jodido berrie.
- ¡Avisad a Kiseki! ¡Es la hora del juicio final!
Gritó con energía al mismo tiempo que saltaba sobre el puerto y empezaba a correr rumbo al centro de la isla, iba a llevarse consigo a su nuevo amigo Dark, un chico que le caía genial y tenía unos poderes increíbles. Sabía que le alcanzaría enseguida y no habría problema alguno por qué saliera antes que él. El equipo del antiguo marine era muy poco defensivo, no llevaba la camiseta y tan solo disponía de un pantalón largo y unas sandalias. En su espalda su funda negra con el enorme espadón que tenía, algunas fundas dónde guardaba sus machetes y mucha sangre fría en ese momento.
Dijo de repente el demonio de la niebla, el cual iba sobre la borda de un extraño navío de velas moradas, por el lugar había varios hombres fieles a él. Se estaban acercando al Pais de los espadachines, un lugar dónde el ahora criminal iba a poner fin a la vida de el Yonkou Mihasy y todo el que se pusiera por el medio, había escuchado en se iban a reunir algunos tipos peligrosos. El viento ondeaba los cabellos del gran espada, el cual mantenía una mirada seria y se hallaba cruzado de brazos, iba a hacer lo que la marina no tenía cojones, a exterminar a los peores criminales de la historia. Empezaría por todos los emperadores de la piratería y seguiría con los revolucionarios con recompensas altas, tampoco se le iban a escapar los criminales peligrosos. Estaba listo y perfectamente equipado para desarrollar una pelea y reventarse ante todo el que valiera un jodido berrie.
- ¡Avisad a Kiseki! ¡Es la hora del juicio final!
Gritó con energía al mismo tiempo que saltaba sobre el puerto y empezaba a correr rumbo al centro de la isla, iba a llevarse consigo a su nuevo amigo Dark, un chico que le caía genial y tenía unos poderes increíbles. Sabía que le alcanzaría enseguida y no habría problema alguno por qué saliera antes que él. El equipo del antiguo marine era muy poco defensivo, no llevaba la camiseta y tan solo disponía de un pantalón largo y unas sandalias. En su espalda su funda negra con el enorme espadón que tenía, algunas fundas dónde guardaba sus machetes y mucha sangre fría en ese momento.
Dark Satou
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Me movía a base de Geppou detrás del barco de Krauser. Era todo un honor para mí acompañarle en su cacería, y más si iba a ser contra un señor de la piratería. Íbamos a ganar una barbaridad de dinero gracias a que los entregaría a mi nombre, y eso era lo que realmente importaba. Ilusionado, activé mi armadura y me sellé totalmente tras el aviso del castaño. Me coloqué a su lado y divisé nuestro destino con él, desactivando la capucha y mirándole con una sonrisa. "Tenemos que hacerlo de puta madre. Vamos a financiar tu grupo con esto" pronuncié mientras llevaba las espadas a mi funda automatizada. [AHORA EDITO EL POST]
Zombienrelleno
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Hacía un glorioso día, con unas nubes totalmente blancas en el cielo, siendo atravesadas por un ser alado extraño. Era Lion D. Asderdeker, el Shichibukai. Estaba en su forma híbrida de humano - pegaso, ya que se había fusionado con su unicornio. A parte de eso, llevaba una armadura extraña, con vida propia y que parecía la piel de un león prehistórico. Volaba feliz, surcando el cielo cuando de repente empezó a notar un olor familiar. Miró hacia bajo y un gran barco con velas moradas navegaba por aquel mar. Decidió descender, en busca de aquella fragancia conocida.
Aterrizó sobre la cubierta y se fijó en algo. El olor provenía de una mujer, pero el físico no le sonaba de nada, era extraño. Se acercó a ella mientras ladeaba la cabeza, sorprendido. Le miró a los ojos, se acercó todo lo que pudo, empezó a olfatearla de arriba a abajo, observando cada rincón de su cuerpo, pero no era capaz de adivinar quien era. Posó sus manos en los hombros de aquella chica y frunció el ceño, extrañado.
- Oye. ¿Te conozco de algo? Tu olor me resulta familiar... Tal vez nos hayamos visto antes... Soy Lion D. Asderdeker, el Shichibukai. - Dijo, esperando que le dijese quien era.
Aterrizó sobre la cubierta y se fijó en algo. El olor provenía de una mujer, pero el físico no le sonaba de nada, era extraño. Se acercó a ella mientras ladeaba la cabeza, sorprendido. Le miró a los ojos, se acercó todo lo que pudo, empezó a olfatearla de arriba a abajo, observando cada rincón de su cuerpo, pero no era capaz de adivinar quien era. Posó sus manos en los hombros de aquella chica y frunció el ceño, extrañado.
- Oye. ¿Te conozco de algo? Tu olor me resulta familiar... Tal vez nos hayamos visto antes... Soy Lion D. Asderdeker, el Shichibukai. - Dijo, esperando que le dijese quien era.
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La máscara:
Saboreé la bebida que reposaba en el vaso de cristal, que rodeaba los trozos de hielo que estaban depositados, mientras oía las conversaciones que habían a mi alrededor en aquel bar de mala muerte. Todas iban sobre mí, por desgracia, y no sobre mi objetivo. Había llegado a Wano porque mis fuentes me habían informado sobre la presencia de uno de los piratas más poderosos de la época, uno de los cuatro que ostentaban el titulo de Yonkou, Mihasy Hayato.
No estaba nada segura de que este estuviera en aquel lugar, pero si lo hacía no perdía nada por pedir su ayuda para la causa de la revolución, quizás unas pocas palabras sobre ayudarle a conseguir sus objetivos fueran suficiente. O puede que no. Lo que era cierto es que no lo encontraría quieta, por lo que apuré el líquido y me acerqué a uno de los hombres que seguía hablando sobre mi presencia en aquel lugar, para tocarle la cara mientras le dedicaba una sonrisa y salía de ahí. Mi expresión cambio desde el segundo exacto en el que me di la vuelta, no me gustaba hacer eso, pero el poder de mi fruta solía ser bastante útil y la gente solía tomarse más en serio a un hombre que a una mujer. Ahora tenía el pelo corto, negro y los ojos marrones, una barba que no me había recortado en varios días y había perdido mis dotes femeninas. La ropa no era un problema, pues no había entrado en aquel lugar con una ropa muy femenina, llevaba una enorme túnica de color marrón, y debajo de esta una camisa simple y unos pantalones vaqueros. Como calzado llevaba unas botas militares negras, lo cual hacía que no pareciera para nada una mujer. Me guarde las gafas y emprendí mi rumbo.
Me dirigí a la plaza, esperando oír algo que me interesara o simplemente, esperar que un milagro apareciera. Estaba apartado, sentado en un pequeño banco junto a varias personas más, que estarían descansando de su día a día o simplemente no tenían nada que hacer, tampoco me importaba. Solo quería oír algo entre tantas conversaciones absurdas, de gente que transitaba el lugar.
Antei Kyushu:
Había llegado a aquella divertida tierra, en la que cualquiera podía ser amigo mío. Aunque todo esto necesitaba un poco de color, todo era muy gris. Quizás necesitaba unas pocas pinturas, las echaría sobre el martillo y lo iría extendiendo por todo el lugar, a martillazo limpio. Pero no iba a hacerlo por ahora, solo si me aburría lo suficiente, por ahora el simple hecho de darle la mano a tantas personas de aspecto tan pintoresco era suficiente. Todas eran bastante amables, ninguno se negaba y cuando decía que éramos amigos, solían no replicar o soltar una ligera carcajada, por lo que no me lo tomaba como una negativa.
Tras un rato de saltitos, risillas, llegué hasta la plaza del pueblo, moviendo mi enorme mazo, viendo como la gente se apartaba, esperando encontrar un grandioso amigo. Delante de mí habían varias personas, a las que me acerque a saludar, esperando que fueran amistosas.
Saboreé la bebida que reposaba en el vaso de cristal, que rodeaba los trozos de hielo que estaban depositados, mientras oía las conversaciones que habían a mi alrededor en aquel bar de mala muerte. Todas iban sobre mí, por desgracia, y no sobre mi objetivo. Había llegado a Wano porque mis fuentes me habían informado sobre la presencia de uno de los piratas más poderosos de la época, uno de los cuatro que ostentaban el titulo de Yonkou, Mihasy Hayato.
No estaba nada segura de que este estuviera en aquel lugar, pero si lo hacía no perdía nada por pedir su ayuda para la causa de la revolución, quizás unas pocas palabras sobre ayudarle a conseguir sus objetivos fueran suficiente. O puede que no. Lo que era cierto es que no lo encontraría quieta, por lo que apuré el líquido y me acerqué a uno de los hombres que seguía hablando sobre mi presencia en aquel lugar, para tocarle la cara mientras le dedicaba una sonrisa y salía de ahí. Mi expresión cambio desde el segundo exacto en el que me di la vuelta, no me gustaba hacer eso, pero el poder de mi fruta solía ser bastante útil y la gente solía tomarse más en serio a un hombre que a una mujer. Ahora tenía el pelo corto, negro y los ojos marrones, una barba que no me había recortado en varios días y había perdido mis dotes femeninas. La ropa no era un problema, pues no había entrado en aquel lugar con una ropa muy femenina, llevaba una enorme túnica de color marrón, y debajo de esta una camisa simple y unos pantalones vaqueros. Como calzado llevaba unas botas militares negras, lo cual hacía que no pareciera para nada una mujer. Me guarde las gafas y emprendí mi rumbo.
Me dirigí a la plaza, esperando oír algo que me interesara o simplemente, esperar que un milagro apareciera. Estaba apartado, sentado en un pequeño banco junto a varias personas más, que estarían descansando de su día a día o simplemente no tenían nada que hacer, tampoco me importaba. Solo quería oír algo entre tantas conversaciones absurdas, de gente que transitaba el lugar.
Antei Kyushu:
Había llegado a aquella divertida tierra, en la que cualquiera podía ser amigo mío. Aunque todo esto necesitaba un poco de color, todo era muy gris. Quizás necesitaba unas pocas pinturas, las echaría sobre el martillo y lo iría extendiendo por todo el lugar, a martillazo limpio. Pero no iba a hacerlo por ahora, solo si me aburría lo suficiente, por ahora el simple hecho de darle la mano a tantas personas de aspecto tan pintoresco era suficiente. Todas eran bastante amables, ninguno se negaba y cuando decía que éramos amigos, solían no replicar o soltar una ligera carcajada, por lo que no me lo tomaba como una negativa.
Tras un rato de saltitos, risillas, llegué hasta la plaza del pueblo, moviendo mi enorme mazo, viendo como la gente se apartaba, esperando encontrar un grandioso amigo. Delante de mí habían varias personas, a las que me acerque a saludar, esperando que fueran amistosas.
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-WAAJAJAJAJAJ ¿Esto es todo lo que los samurais de Wano podéis hacer? Me decepciona haber venido aquí.
Frente a mí un hombre con una larga cabellera, recogida en una enorme trenza, yacía envuelto en sangre, algo mutilado, pero todavía consciente. Ese tipo había venido a mí para intentar matarme, y ahora sin embargo estaba en el suelo muriendo. Nadie se atrevía a acercarse. Ni siquiera había traído a mis hombres, estaban todos en el barco a la otra punta de la isla. Quería divertirme un rato, pero esto más que diversión era decepción.
Me acerqué despacio a ese hombre y cuando llegué a su posición le cogí del cuello y lo alcé apretándole con fuerza. Mis manos se llenaron de sangre, en cambio las suyas, simplemente ya no eran más que dos muñones sangrantes. Tosió y me salpicó sangre, yo sonreía, ni siquiera me había dado guerra, no merecía otra cosa más que la muerte ese maldito inútil que no sabe ni cómo empuñar bien su arma. Tan solo esperaba que no hubiera sido uno de los más fuertes.
El renio cubrió la cabeza de ese tipo, haciendo un busto de su cabeza. Le mostré una sonrisa que solo mostraba dientes, sonrisa que él ya no vería, al momento el busto fue aplastado, comprimiendo su cabeza hasta dejarla hecha pedazos. Mi mano izquierda parecía teñida en estos instantes, como si su color natural fuese el rojo sangre. Ni siquiera había tenido que utilizar mi katana, ninguna de ellas, ese tipo no me duró ni dos minutos.
-Espero que haya alguien de más valor por aquí.
Me di la vuelta y comencé a caminar. Por el fondo podía observar alguien acercarse. Esperaba que ese alguien fuese un digno oponente.
Frente a mí un hombre con una larga cabellera, recogida en una enorme trenza, yacía envuelto en sangre, algo mutilado, pero todavía consciente. Ese tipo había venido a mí para intentar matarme, y ahora sin embargo estaba en el suelo muriendo. Nadie se atrevía a acercarse. Ni siquiera había traído a mis hombres, estaban todos en el barco a la otra punta de la isla. Quería divertirme un rato, pero esto más que diversión era decepción.
Me acerqué despacio a ese hombre y cuando llegué a su posición le cogí del cuello y lo alcé apretándole con fuerza. Mis manos se llenaron de sangre, en cambio las suyas, simplemente ya no eran más que dos muñones sangrantes. Tosió y me salpicó sangre, yo sonreía, ni siquiera me había dado guerra, no merecía otra cosa más que la muerte ese maldito inútil que no sabe ni cómo empuñar bien su arma. Tan solo esperaba que no hubiera sido uno de los más fuertes.
El renio cubrió la cabeza de ese tipo, haciendo un busto de su cabeza. Le mostré una sonrisa que solo mostraba dientes, sonrisa que él ya no vería, al momento el busto fue aplastado, comprimiendo su cabeza hasta dejarla hecha pedazos. Mi mano izquierda parecía teñida en estos instantes, como si su color natural fuese el rojo sangre. Ni siquiera había tenido que utilizar mi katana, ninguna de ellas, ese tipo no me duró ni dos minutos.
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Me di la vuelta y comencé a caminar. Por el fondo podía observar alguien acercarse. Esperaba que ese alguien fuese un digno oponente.
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Krauser continuaba corriendo con la mirada seria y notando tras de sí otra extraña presencia de poder considerable, giró el rostro y se fijó en una especie de león enorme que se puso a hablar con la cazadora. Eso le parecía algo ridículo, no sabía de dónde había salido pero si se conocían allá ellos, el demonio tenía su objetivo e iba a continuar. De repente sintió una presencia impresionante, sus ojos se abrieron como platos y eso hizo que apretara los puños con fuerza mientras pensaba en qué sería el hombre que buscaba. “Mihasy…” Pensó mientras avanzaba lo más rápido posible. No tardó mucho en seguir aquella presencia y llegar hasta un extraño hombre que enseguida reconoció debido a los carteles antiguos de la marine, detrás de él había un cadáver, ese cabrón ya había estado haciendo de las suyas. El castaño se frenó a unos cuantos metros de aquel emperador pirata y le clavó una mirada seria y que expresaba un odio increíble.
Empezó a notar más presencias debido a la cantidad de gente que había a unos metros de allí, detectaba muchas, de modo que debía haber mucha gente cerca, pero él se iba a centrar en aquel Yonkou, apretó el puño con furia y ahora se quedó mirándole de forma seria. Tenía delante de sus ojos a uno de los pocos emperadores de la piratería que quedaban con vida, no era tonto y sabía que no se iba a entregar así por las buenas, de modo que ahora se mantuvo alerta. Si los rumores eran ciertos, estaba ante quizás el enemigo más poderoso que había tenido en su vida, la muerte de la persona que había tras él le indicaba que tenía sangre fría para aquellas cosas. Krauser iba a tener que usar su mentalidad de asesino de la niebla y ponerse también al nivel de esa frialdad, llevó su mano derecha a la funda de su machete de Kairouseki y lo sacó despacio mientras ahora soltaba un pequeño suspiro. Acto seguido elevó su voz para que aquel hombre pudiera escucharle alto y claro.
- Ha llegado la hora de acabar con tu reinado Mihasy. Ex Almirante de la marina y Almirante de la flota de la New Marina se presenta. En nombre de la verdadera justicia, te ordeno que te rindas por las buenas capullo.
Su tono era bastante serio y no parecía estar bromeando en absoluto, de repente sin mero aviso se lanzó a por su oponente, iba a una velocidad calmada y tranquila, era uno de sus defectos, no era muy rápido. Sin embargo compensaba eso con reflejos, fuerza, resistencia y agilidad. Activó ambos hakis a su máxima potencia y se acercó lo más rápido que pudo hacia él, una vez estuvo lo suficiente cerca, lanzó un rápido tajo con su machete hacia el pecho de su oponente. Sabía que era un gran espadachín, por lo que con su otra mano mientras lanzaba ese corte, formaba un extraño shuriken de energía cortante y del tamaño de un plato, tenía tres puntas, al mismo tiempo que lanzaba el primer tajo, con esa mano lanzaba la estrella de energía contra su rodilla derecha. Consiguiera darle o no, trataría de permanecer atentos a los movimientos de su oponente.
Killed Demon: Its Over
Empezó a notar más presencias debido a la cantidad de gente que había a unos metros de allí, detectaba muchas, de modo que debía haber mucha gente cerca, pero él se iba a centrar en aquel Yonkou, apretó el puño con furia y ahora se quedó mirándole de forma seria. Tenía delante de sus ojos a uno de los pocos emperadores de la piratería que quedaban con vida, no era tonto y sabía que no se iba a entregar así por las buenas, de modo que ahora se mantuvo alerta. Si los rumores eran ciertos, estaba ante quizás el enemigo más poderoso que había tenido en su vida, la muerte de la persona que había tras él le indicaba que tenía sangre fría para aquellas cosas. Krauser iba a tener que usar su mentalidad de asesino de la niebla y ponerse también al nivel de esa frialdad, llevó su mano derecha a la funda de su machete de Kairouseki y lo sacó despacio mientras ahora soltaba un pequeño suspiro. Acto seguido elevó su voz para que aquel hombre pudiera escucharle alto y claro.
- Ha llegado la hora de acabar con tu reinado Mihasy. Ex Almirante de la marina y Almirante de la flota de la New Marina se presenta. En nombre de la verdadera justicia, te ordeno que te rindas por las buenas capullo.
Su tono era bastante serio y no parecía estar bromeando en absoluto, de repente sin mero aviso se lanzó a por su oponente, iba a una velocidad calmada y tranquila, era uno de sus defectos, no era muy rápido. Sin embargo compensaba eso con reflejos, fuerza, resistencia y agilidad. Activó ambos hakis a su máxima potencia y se acercó lo más rápido que pudo hacia él, una vez estuvo lo suficiente cerca, lanzó un rápido tajo con su machete hacia el pecho de su oponente. Sabía que era un gran espadachín, por lo que con su otra mano mientras lanzaba ese corte, formaba un extraño shuriken de energía cortante y del tamaño de un plato, tenía tres puntas, al mismo tiempo que lanzaba el primer tajo, con esa mano lanzaba la estrella de energía contra su rodilla derecha. Consiguiera darle o no, trataría de permanecer atentos a los movimientos de su oponente.
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-Venga ya, Asderdeker. Soy yo, Dark Evans Satou. El señor de la caza, aliado de Álex y todo eso. Estoy así por culpa de Dexter, el Shichibukai. Largo de contar... -Exclamó mientras bajaba la cabeza algo avergonzado- Ahora, si me permites.
Había logrado divisar a la peliverde. No tenía ningún tipo de dificultad, simplemente agarró su Saijo y comenzó a caminar hacia ella. Esquivaba a la multitud con agilidad y la ira se reflejaba en mi rostro, mostrando mi enfado hacia esta. Era una pirata y no podía tolerar que tuviera recompensa. Krauser no aceptaba a criminales, así que no podría ser fichaje para la New Marina. Suspiré mientras alzaba la saijo con las dos manos y la iluminaba creando un haz de luz encima de esta. Claro y preciso. La rodeé, esperando llamar su atención hacia el pilar de luz que se generaba en mi mano y corrí lo más rápido que pude para partirla por la mitad en un solo turno. "No me importa tu nombre. Tienes recompensa, y por ende, has perdido tu honor." le dije mientras intentaba cortarla por la mitad, desde la cabeza hasta su pelvis. Si mi ataque impactaba, como era una onda que todo lo cortaba, la cortaría por la mitad. Todo añadido a mis grandes dotes de espadachín y la Saijo, junto con toda la fuerza incrementada que tenía gracias a la armadura, mi brazo dragónico y mis propias dotes. El combate estaba ganado antes de empezarlo. Había imbuido todo en haki de armadura, también, y usado el mantra para prever mejor el próximo ataque si fallaba el mío.
Así mismo, tuve cuidado de no impactar contra ninguna otra persona. El corte era en vertical y las personas que habían cerca no serían impactadas por este, así que no había peligro de impactar contra gente normal. Tampoco me temblaría el pulso si se intentaba defender con los inocentes, ya que mi filo lo cortaba todo y tenía ocho metros de longitud. Como si tenía ganas de hacer una barrera de gente, eso me daba totalmente igual. Gracias a aquella actitud, sin intentar atacar a gente inocente pero no titubeando si cogía rehenes, me daba un aura de superioridad ante los demás, sobredestacando entre la gente. Una vez más, la armadura me había aumentado mis dotes. Estaba hecha de grafeno, con brazales de Kairoseki y cubierta en el mismo material del mar. Tenía el ataque y la defensa perfecta. Iba a ganar muchos millones con esa mujer, claro. El plan cada vez se sentía mejor, ya que el dinero que ganase se invertiría en una base en Jaya que tenía pensado capturar más adelante. Lo último que hizo fue agarrar un tronco con mi brazo dragónico y tirarlo hacia Mihasy. {Manual prisa} "¡Asder, busca!" grité mientras me cruzaba de brazos y reía, esperando el espectáculo que iba a aparecer en breves instantes.
Había logrado divisar a la peliverde. No tenía ningún tipo de dificultad, simplemente agarró su Saijo y comenzó a caminar hacia ella. Esquivaba a la multitud con agilidad y la ira se reflejaba en mi rostro, mostrando mi enfado hacia esta. Era una pirata y no podía tolerar que tuviera recompensa. Krauser no aceptaba a criminales, así que no podría ser fichaje para la New Marina. Suspiré mientras alzaba la saijo con las dos manos y la iluminaba creando un haz de luz encima de esta. Claro y preciso. La rodeé, esperando llamar su atención hacia el pilar de luz que se generaba en mi mano y corrí lo más rápido que pude para partirla por la mitad en un solo turno. "No me importa tu nombre. Tienes recompensa, y por ende, has perdido tu honor." le dije mientras intentaba cortarla por la mitad, desde la cabeza hasta su pelvis. Si mi ataque impactaba, como era una onda que todo lo cortaba, la cortaría por la mitad. Todo añadido a mis grandes dotes de espadachín y la Saijo, junto con toda la fuerza incrementada que tenía gracias a la armadura, mi brazo dragónico y mis propias dotes. El combate estaba ganado antes de empezarlo. Había imbuido todo en haki de armadura, también, y usado el mantra para prever mejor el próximo ataque si fallaba el mío.
Así mismo, tuve cuidado de no impactar contra ninguna otra persona. El corte era en vertical y las personas que habían cerca no serían impactadas por este, así que no había peligro de impactar contra gente normal. Tampoco me temblaría el pulso si se intentaba defender con los inocentes, ya que mi filo lo cortaba todo y tenía ocho metros de longitud. Como si tenía ganas de hacer una barrera de gente, eso me daba totalmente igual. Gracias a aquella actitud, sin intentar atacar a gente inocente pero no titubeando si cogía rehenes, me daba un aura de superioridad ante los demás, sobredestacando entre la gente. Una vez más, la armadura me había aumentado mis dotes. Estaba hecha de grafeno, con brazales de Kairoseki y cubierta en el mismo material del mar. Tenía el ataque y la defensa perfecta. Iba a ganar muchos millones con esa mujer, claro. El plan cada vez se sentía mejor, ya que el dinero que ganase se invertiría en una base en Jaya que tenía pensado capturar más adelante. Lo último que hizo fue agarrar un tronco con mi brazo dragónico y tirarlo hacia Mihasy. {Manual prisa} "¡Asder, busca!" grité mientras me cruzaba de brazos y reía, esperando el espectáculo que iba a aparecer en breves instantes.
- HAMETSU NO CHIKAKU:
- Hikari no Kami: Hametsu no Chikaku (Dios de la luz: Zona de ruina) - Una habilidad muy simple, Dark carga Perseverantia (O wazamono que le permite manipular mucho mejor la luz en el filo) de tal forma que crea un espadón gigante de luz (ocho metros de alto, la luz está concentrada en forma de láser). Después, con toda su fuerza (gracias a los PUs de fuerza y el brazo de dragón), carga con la espada partiendo por la mitad cualquier cosa que haya delante. (Excepto lo indestructible, el rango de la técnica es el que quiera Dark, ya que él maneja la onda con las manos) (Corta todo gracias a su profesión de espadachín + cirujano, tiene mucha precisión) (Puede ser combinado con otras técnicas de ataque a la vez, es decir, Bakuhatsu + Hametsu no Chikaku). La técnica tiene un CD de 3 post.
- Aclaraciones:
- Dark, sumándolo todo, tiene x2 a ataques con espadas. Es duelista. x17 de fuerza a la de un humano. x9 de velocidad y reflejos. Ojos a 300 fps. Samurai a nivel 29 (vamos, que corto mejor y todo eso) Hakis al 2.
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Al parecer aquella mujer era Dark, un cazador con el cual se había encontrado tiempo atrás. Era raro, sin duda. Asderdeker estaba extrañado y no sabía si creerle o no, por lo que olfateándola con aún más ganas y activando su haki mantra AL MÁXIMO pudo reconocerle.
- Sí. Sin duda eres tú.
Entonces Dark empezó a caminar entre la multitud con la mano en su arma. Después de atravesar la multitud, alzó su arma amenazante. Asder no entendía nada, pero nada de nada. Tan solo pudo ver el gran hasta de luz que creó para atacar y tras eso, un palo tronco empezó a volar por el cielo, llamando la atención del Shichibukai, que tras las palabras del cazador se alegró bastante.
Al fin alguien jugaba con el a buscar el palo. Hacía tantísimo tiempo que ni recordaba ese juego, desde la última vez que estuvo en una isla hecha por plástico, defendida por un Rey Marino. Los ojos rojos de la bestia se iluminaron y casi inconscientemente, empezó a correr debajo del palo. Estaba imbuido en haki armadura lv 3 y tenía el haki mantra concentrado en aquel tronco, para así saber con exactitud donde caería. Empezó a correr mientras nombraba unas palabras para coger más potencia. Y justo cuando podría cogerlo, saltaría con todas sus fuerzas para intentar agarrarlo con la boca.
- *¡¡Chu - Chu~!! ¡Chucu-Chucu-Chucu! ¡¡Chu - Chu~!!*
Era la onomatopeya de tren. El problema era que el tronco iba hacia donde Krauser y Mihasy estaban peleando, entonces lo que pasaría sería que Asder arrollaría sin querer a la Yonkou con la fuerza de un tren imbuido en haki armadura, dando tal vez también a Krauser. O al menos eso es lo que debería pasar, por la potencia que el Shichibukai llevaba.
- Sí. Sin duda eres tú.
Entonces Dark empezó a caminar entre la multitud con la mano en su arma. Después de atravesar la multitud, alzó su arma amenazante. Asder no entendía nada, pero nada de nada. Tan solo pudo ver el gran hasta de luz que creó para atacar y tras eso, un palo tronco empezó a volar por el cielo, llamando la atención del Shichibukai, que tras las palabras del cazador se alegró bastante.
Al fin alguien jugaba con el a buscar el palo. Hacía tantísimo tiempo que ni recordaba ese juego, desde la última vez que estuvo en una isla hecha por plástico, defendida por un Rey Marino. Los ojos rojos de la bestia se iluminaron y casi inconscientemente, empezó a correr debajo del palo. Estaba imbuido en haki armadura lv 3 y tenía el haki mantra concentrado en aquel tronco, para así saber con exactitud donde caería. Empezó a correr mientras nombraba unas palabras para coger más potencia. Y justo cuando podría cogerlo, saltaría con todas sus fuerzas para intentar agarrarlo con la boca.
- *¡¡Chu - Chu~!! ¡Chucu-Chucu-Chucu! ¡¡Chu - Chu~!!*
Era la onomatopeya de tren. El problema era que el tronco iba hacia donde Krauser y Mihasy estaban peleando, entonces lo que pasaría sería que Asder arrollaría sin querer a la Yonkou con la fuerza de un tren imbuido en haki armadura, dando tal vez también a Krauser. O al menos eso es lo que debería pasar, por la potencia que el Shichibukai llevaba.
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El hombre no quería ser mi amigo. Es lo último que pensé antes de que su espada me atravesara, cortándome en dos como quien corta mantequilla. Al menos había tenido una vida llena de amigos.
NPC Muerto.
La máscara:
Vi como una persona cercenaba a otra con suma facilidad, lo que hizo que la mayoría de los civiles entraran en pánico y salieran corriendo ¡Mierda! No podría quedarme ahí, así que seguí al grupo de gente que huía pegando gritos por la salida más cercana de la plaza en la que nos encontrábamos, ya intentaría lo que me proponía en otra ocasión.
El hombre no quería ser mi amigo. Es lo último que pensé antes de que su espada me atravesara, cortándome en dos como quien corta mantequilla. Al menos había tenido una vida llena de amigos.
NPC Muerto.
La máscara:
Vi como una persona cercenaba a otra con suma facilidad, lo que hizo que la mayoría de los civiles entraran en pánico y salieran corriendo ¡Mierda! No podría quedarme ahí, así que seguí al grupo de gente que huía pegando gritos por la salida más cercana de la plaza en la que nos encontrábamos, ya intentaría lo que me proponía en otra ocasión.
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Akuma no mi
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Aquél tipo se iba acercando poco a poco. Se le veía mirándome fijamente, tenía una mirada asesina que me encantaba, no sabía quién mierdas era, pero algo me decía que eso iba a prometer ser algo gracioso como mínimo. Ese mastodonte era bastante más alto que yo, pero eso solo lo hacía todo más divertido, esperaba que su poder estuviese a la altura de su estatura, si no no iba a merecer la pena lo que iba a hacer a continuación. Ahora mismo no sabía quien era, pero su cara y esa cinta en la frente me resultaban algo conocidas, sabía que le conocía pero no tenía ni idea. Y si le conocía no creo que fuese un don nadie.
Abrí la palma de mi mano izquierda, comenzó a aparecer una nube de renio que poco a poco tomó la forma de una katana de un metro de longitud. Venía directo hacia mí, sería descortés no saludarle. ¿Cierto? En cuanto estuvo a suficiente distancia me lanzó una amenaza, se presentó como un ex-almirante y almirante de una flota. De eso le debería de conocer, ha llegado incluso a ser un rango almirante en la marina, eso era interesante, esperaba que por lo menos me sirviese para desoxidarme, hacía tiempo que nadie me daba una buena pelea, hacía más de dos años que no me veía obligado a desenfundar ninguna de mis katanas, bastaba con un poco de renio para acabar con todos. ¿Sería este el primero en tanto tiempo que me hiciera disfrutar de un auténtico y verdadero combate interesante? Sinceramente, esperaba que si.
Ante su amenaza no pude evitar esbozar una sonrisa maquiavélica en mi rostro, eso solo hacía que sintiese emoción por la situación que parecía que se iba a desencadenar, realmente estaba emocionado por que alguien al nivel de un almirante estuviese enfrente de mí, buscando mi cabeza. Esto prometía ser interesante.
Como una onda noté el poder de su haki ser liberado, se sentía que era poderoso, lo cual me hizo sonreír todavía más. Con una de sus armas, parecía un simple machete, comenzó a correr hacia mí a gran velocidad, directo, de frente hacia mí. Hay que reconocer que ese tipo es increíblemente veloz, pero no tanto como para perderse de mi vista, sabía que venía a por mí directamente, sentía su instinto asesino.
Mi mano derecha se recubrió de renio hasta asemejarse a un mazo, se había incrementado su tamaño notablemente. La hoja de la katana de renio destelló levemente un instante y con un movimiento liberó una onda cortante que fue a chocarse justamente con una que estaba saliendo del machete del ex-almirante, cuyo nombre no recordaba ahora mismo, pero que estaba seguro que conocía.
Me fui a lanzar directamente contra él, pero vi como una onda más venir hacia mí, una onda con forma de estrella, hacia mi rodilla. ¿Tan tonto me cree? Creo que me subestima. Con el haki armadura recorriendo el renio de mi puño derecho golpeé de lado aquella onda, esparciendo la energía al destrozar la forma que tenía.
-Je. ¿Enserio pensabas que iba a caer en algo como eso? Veamos si realmente eres alguien al nivel de un almirante.
Entonces noté algo con mi aura extendida, una gran forma venía directa hacia mí, desde mi izquierda. Sin siquiera mirar, desde mi hombro izquierdo apareció una barra de renio de medio metro de radio que fue a encontrarse directamente contra aquél objeto, que no resultó ser más que un tronco de madera que quedó destrozado en parte por el golpe, el resto del tronco cayó al suelo mientras el renio extraído se deshacía en el ambiente a modo de polvo.
-Eso también fue inesperado. ¿Te gusta jugar en compañía?
Ahora fuí yo quien me lancé a por él, a distancia apunté el puño derecho que se deshizo en cientos de astillas de renio que fueron lanzadas al momento hacia el supuesto almirante, detrás estaba yo con la espada, pensando en comenzar a hacerle pequeños cortes por todas partes. Esperaba que esto no acabase así de rápidamente, deseaba un buen combate real.
Abrí la palma de mi mano izquierda, comenzó a aparecer una nube de renio que poco a poco tomó la forma de una katana de un metro de longitud. Venía directo hacia mí, sería descortés no saludarle. ¿Cierto? En cuanto estuvo a suficiente distancia me lanzó una amenaza, se presentó como un ex-almirante y almirante de una flota. De eso le debería de conocer, ha llegado incluso a ser un rango almirante en la marina, eso era interesante, esperaba que por lo menos me sirviese para desoxidarme, hacía tiempo que nadie me daba una buena pelea, hacía más de dos años que no me veía obligado a desenfundar ninguna de mis katanas, bastaba con un poco de renio para acabar con todos. ¿Sería este el primero en tanto tiempo que me hiciera disfrutar de un auténtico y verdadero combate interesante? Sinceramente, esperaba que si.
Ante su amenaza no pude evitar esbozar una sonrisa maquiavélica en mi rostro, eso solo hacía que sintiese emoción por la situación que parecía que se iba a desencadenar, realmente estaba emocionado por que alguien al nivel de un almirante estuviese enfrente de mí, buscando mi cabeza. Esto prometía ser interesante.
Como una onda noté el poder de su haki ser liberado, se sentía que era poderoso, lo cual me hizo sonreír todavía más. Con una de sus armas, parecía un simple machete, comenzó a correr hacia mí a gran velocidad, directo, de frente hacia mí. Hay que reconocer que ese tipo es increíblemente veloz, pero no tanto como para perderse de mi vista, sabía que venía a por mí directamente, sentía su instinto asesino.
Mi mano derecha se recubrió de renio hasta asemejarse a un mazo, se había incrementado su tamaño notablemente. La hoja de la katana de renio destelló levemente un instante y con un movimiento liberó una onda cortante que fue a chocarse justamente con una que estaba saliendo del machete del ex-almirante, cuyo nombre no recordaba ahora mismo, pero que estaba seguro que conocía.
Me fui a lanzar directamente contra él, pero vi como una onda más venir hacia mí, una onda con forma de estrella, hacia mi rodilla. ¿Tan tonto me cree? Creo que me subestima. Con el haki armadura recorriendo el renio de mi puño derecho golpeé de lado aquella onda, esparciendo la energía al destrozar la forma que tenía.
-Je. ¿Enserio pensabas que iba a caer en algo como eso? Veamos si realmente eres alguien al nivel de un almirante.
Entonces noté algo con mi aura extendida, una gran forma venía directa hacia mí, desde mi izquierda. Sin siquiera mirar, desde mi hombro izquierdo apareció una barra de renio de medio metro de radio que fue a encontrarse directamente contra aquél objeto, que no resultó ser más que un tronco de madera que quedó destrozado en parte por el golpe, el resto del tronco cayó al suelo mientras el renio extraído se deshacía en el ambiente a modo de polvo.
-Eso también fue inesperado. ¿Te gusta jugar en compañía?
Ahora fuí yo quien me lancé a por él, a distancia apunté el puño derecho que se deshizo en cientos de astillas de renio que fueron lanzadas al momento hacia el supuesto almirante, detrás estaba yo con la espada, pensando en comenzar a hacerle pequeños cortes por todas partes. Esperaba que esto no acabase así de rápidamente, deseaba un buen combate real.
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La batalla contra el Yonkou había comenzado, la estrella de energía del castaño fue dispersada por aquel tipo, el cual rodeó su brazo de una extraña sustancia, al parecer era una técnica especial o algún tipo de poder de la fruta del diablo. Estaba claro que tenía una akuma en su poder debido a que el mantra del demonio de la niebla así lo indicaba, ahora entrecerró sus ojos tranquilamente y se dio cuenta de que sus ataques eran parados sin mucha dificultad. De modo que por fin iba a tener una batalla interesante, a lo mejor incluso moría y se iba a pasear con Karl a los infiernos, todo podía ocurrir y lo mejor de todo es que al antiguo marine le daba igual todo. Guardó su machete en su funda y se quedó mirando a su oponente, este le dijo una frase que provocó una leve sonrisa ladeada en la cara del castaño. Se preparó para el ataque de su rival y llevó su mano derecha al mango de su enorme espadón, sacándolo de forma violenta y manteniéndolo en su mano derecha.
Aquella arma era increíble, se trataba del mayor orgullo de Krauser, llevaba más de cinco años entrenando duramente con ella y le había cogido una manejo muy bueno pese a lo que pesaba y su tamaño, el cual se acercaba a los dos metros. Aquella obra maestra estaba hecha de un material totalmente indestructible y el filo de la hoja además era de Kairouseki, era un arma que el propio ex marine consideraba mejor que una Saijo, además su habilidad especial era lo mejor de ella. Si algún día moría estaba claro que esa espada sería enterrada con él, ahora pudo ver como el emperador apuntaba con su brazo hacia él y notó las intenciones hostiles, de un rápido movimiento clavó su arma en el suelo. El mangó quedó hacia arriba y la hoja hundida unos centímetros, a continuación el demonio imbuyó todo su cuerpo en energía cortante, la cual era tan intensa que podía cortar el metal con ella. Activó su haki a la máxima potencia y pudo notar como ahora sentía pinchazos por el cuerpo. “¿Qué coño?” Pensó mientras se ocultaba detrás de la hoja, guardando su cabeza y pecho pero debido a su musculatura dejando a fuera sus hombros. Los fragmentos de renio chocaban y eran destrozados por la energía cortante del demonio, además los que daban en el espadón rebotaban como si nada ante aquella bestia. Cuando el ataque cesó, el espadachín de la niebla frunció el ceño y notó ciertos cortes leves en sus brazos.
Sangraba un poco por ellos en algunas zonas pero nada grave, dejó de usar su energía cortante y clavó su mirada en su oponente, llevó la mano al mango de la espada sacándola de la tierra y ahora dio dos pasos hacia aquel hombre, llegaba el momento de otro ataque. Justo cuando iba a atacar notó una presencia acercarse a él a una velocidad impresionante, miró hacia su izquierda y pudo ver al puto león de antes lanzándose con un palo en la boca. Había dos opciones y una era partirlo en dos en pleno vuelo, sin embargo no iba a atacar a un inocente, con un buen movimiento militar se lanzó hacia atrás, cosa que le costó al cargar con su arma. Cayó al suelo notando como se había librado por los pelos ¿Lo habría esquivado Mihasy? Al fin y al cabo estaban luchando al lado, Krauser se levantó jadeando un poco por el repentino movimiento y frunció el ceño al mismo tiempo que agarraba con fuerza su espadón. El causante de aquello se iba a llevar una colleja después de todo, esperó a que aquel animal pasara de largo y después volvió la vista al emperador pirara. Sin embargo se quedó pensando en el enorme monstruo que había pasado a punto de atropellarle, el ex marine había sentido esa presencia en la guerra en algunos momentos pero ahora no estaba seguro y tampoco tenía tiempo. Soltó un suspiro y dio dos pasos hacia delante, mirando al corsario a los ojos y manteniéndose frío e inexpresivo, como si pasara de todo.
- Te recomiendo parar esto de una vez y que te entregues por las buenas. Estás frente a un hombre que no tiene nada que perder y le da igual morir, este es mi último aviso. Si no te rindes me dará igual entregarte vivo o muerto.
Aclaró de repente el demonio de la niebla mientras alzaba la ceja derecha y suspiraba, llegaba la hora de ejecutar un ataque que sirvió para derrotar al yonkou Kirito. De repente un aura roja alrededor del castaño empezó a formarse y a mecer sus cabellos como si de una brisa se tratase, acto seguido ejecutó un tajo en pleno aire, formando una nueva aura azulada que se empezó a mezclar con la roja ¿Qué estaría pasando? Una línea blanca se formó ante el castaño, la cual solo él podía ver normalmente (Se puede percibir con mantra). Pasó su espada por dicha línea y frunció el ceño apretando sus puños, ambas auras empezaron a ser tragadas por esa línea extraña y a continuación todo quedó en silencio.
- ¡Jigoku No Ki!
Una terrible y monstruosa onda cortante salió disparada ahora hacia el yonkou, salió de la nada, como si se hubiese formado de aquel extraño ritual que hizo el ex marine. Era uno de sus ataques más potentes hasta le fecha y con el que había dejado fuera de juego a mucho y había matado a otros, tanto poder en un solo ataque era difícil de efectuar pero Krauser había mejorado eso en los tres años de entrenamiento que pasó cuando era Vice-Almirante. Entrecerró los ojos observando la situación y esperando a ver qué era lo que ocurría.
Jigoku No Ki [Haki armadura y observación Nvl3]
Aquella arma era increíble, se trataba del mayor orgullo de Krauser, llevaba más de cinco años entrenando duramente con ella y le había cogido una manejo muy bueno pese a lo que pesaba y su tamaño, el cual se acercaba a los dos metros. Aquella obra maestra estaba hecha de un material totalmente indestructible y el filo de la hoja además era de Kairouseki, era un arma que el propio ex marine consideraba mejor que una Saijo, además su habilidad especial era lo mejor de ella. Si algún día moría estaba claro que esa espada sería enterrada con él, ahora pudo ver como el emperador apuntaba con su brazo hacia él y notó las intenciones hostiles, de un rápido movimiento clavó su arma en el suelo. El mangó quedó hacia arriba y la hoja hundida unos centímetros, a continuación el demonio imbuyó todo su cuerpo en energía cortante, la cual era tan intensa que podía cortar el metal con ella. Activó su haki a la máxima potencia y pudo notar como ahora sentía pinchazos por el cuerpo. “¿Qué coño?” Pensó mientras se ocultaba detrás de la hoja, guardando su cabeza y pecho pero debido a su musculatura dejando a fuera sus hombros. Los fragmentos de renio chocaban y eran destrozados por la energía cortante del demonio, además los que daban en el espadón rebotaban como si nada ante aquella bestia. Cuando el ataque cesó, el espadachín de la niebla frunció el ceño y notó ciertos cortes leves en sus brazos.
Sangraba un poco por ellos en algunas zonas pero nada grave, dejó de usar su energía cortante y clavó su mirada en su oponente, llevó la mano al mango de la espada sacándola de la tierra y ahora dio dos pasos hacia aquel hombre, llegaba el momento de otro ataque. Justo cuando iba a atacar notó una presencia acercarse a él a una velocidad impresionante, miró hacia su izquierda y pudo ver al puto león de antes lanzándose con un palo en la boca. Había dos opciones y una era partirlo en dos en pleno vuelo, sin embargo no iba a atacar a un inocente, con un buen movimiento militar se lanzó hacia atrás, cosa que le costó al cargar con su arma. Cayó al suelo notando como se había librado por los pelos ¿Lo habría esquivado Mihasy? Al fin y al cabo estaban luchando al lado, Krauser se levantó jadeando un poco por el repentino movimiento y frunció el ceño al mismo tiempo que agarraba con fuerza su espadón. El causante de aquello se iba a llevar una colleja después de todo, esperó a que aquel animal pasara de largo y después volvió la vista al emperador pirara. Sin embargo se quedó pensando en el enorme monstruo que había pasado a punto de atropellarle, el ex marine había sentido esa presencia en la guerra en algunos momentos pero ahora no estaba seguro y tampoco tenía tiempo. Soltó un suspiro y dio dos pasos hacia delante, mirando al corsario a los ojos y manteniéndose frío e inexpresivo, como si pasara de todo.
- Te recomiendo parar esto de una vez y que te entregues por las buenas. Estás frente a un hombre que no tiene nada que perder y le da igual morir, este es mi último aviso. Si no te rindes me dará igual entregarte vivo o muerto.
Aclaró de repente el demonio de la niebla mientras alzaba la ceja derecha y suspiraba, llegaba la hora de ejecutar un ataque que sirvió para derrotar al yonkou Kirito. De repente un aura roja alrededor del castaño empezó a formarse y a mecer sus cabellos como si de una brisa se tratase, acto seguido ejecutó un tajo en pleno aire, formando una nueva aura azulada que se empezó a mezclar con la roja ¿Qué estaría pasando? Una línea blanca se formó ante el castaño, la cual solo él podía ver normalmente (Se puede percibir con mantra). Pasó su espada por dicha línea y frunció el ceño apretando sus puños, ambas auras empezaron a ser tragadas por esa línea extraña y a continuación todo quedó en silencio.
- ¡Jigoku No Ki!
Una terrible y monstruosa onda cortante salió disparada ahora hacia el yonkou, salió de la nada, como si se hubiese formado de aquel extraño ritual que hizo el ex marine. Era uno de sus ataques más potentes hasta le fecha y con el que había dejado fuera de juego a mucho y había matado a otros, tanto poder en un solo ataque era difícil de efectuar pero Krauser había mejorado eso en los tres años de entrenamiento que pasó cuando era Vice-Almirante. Entrecerró los ojos observando la situación y esperando a ver qué era lo que ocurría.
Jigoku No Ki [Haki armadura y observación Nvl3]
Dark Satou
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Y ahí me encontraba, observando el combate. El Yonkou parecía haber evadido el ataque de Asder sin ni siquiera intentarlo. ¿Cómo era eso posible? No lo sabía de ninguna forma pero la realidad era así. Tal vez tendría alguna akuma rara... O no. Dark elevó a Haruno Ro, la saijo de agua, y comenzó a cargarla con luz mientras observaba cómo sus aliados luchaban. Estaba a la distancia suficiente como para atacarle por la espalda y acabaría todo en una única explosión concentrada en su lugar. Y eso hizo, concentró una explosión de diez metros cúbicos en un tajo de la espada legendaria, que liberaría al impactar contra Mihasy y abarcaría un metro cúbico. Es decir, una explosión con diez veces más potencia. Estaba muerto antes de empezar. Después de intentar asestar la explosión aprovechó para correr hacia atrás unos diez metros. Era muy rápido y lo hizo en un segundo. (Esto equivale a un AB en viejas nomenclaturas)
Hikari no Kami: Bakuhatsu {hakis al 2}
Hikari no Kami: Bakuhatsu {hakis al 2}
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La grandiosa mole seguía avanzando como si de un tren se tratase y, por si fuera poco algo ocurrió. El troncó chocó contra algo y se hizo pedazos, mientras el Shichibukai fue ignorado. Una persona estaba parada ahí, delante suyo, pero... ¿Lo había atravesado? ¿Cómo era posible que el tronco lo tocase y él no? Era extraño, demasiado. La felicidad de Asder jugando con un palo duró tan solo unos segundos, ahora su juguete estaba destrozado, en el suelo y tenía al culpable delante.
La rabia empezó a consumirle, las venas de su frente empezaron a hincharse mientras sus brazos y piernas empezaban a arder en un aura roja y a su vez, un viento extraño se fusionaba con el fuego. De pronto el tatuaje en su pecho empezaba a cambiar, tomando la forma de lo que parecía ser la cabeza de un acionyx. Eso haría que su velocidad y sus sentidos aumentasen considerablemente.
Entonces, en ese momento sintió algo. Su mantra le avisó que a su espalda alguien estaba preparando un ataque, por lo que decidió moverse hacia un lado. La chica/chico Dark había lanzado una increíble explosión concentrada. Parecía que él también estaba enfadado de que interrumpiesen el juego de ambos. Asder, tras aquel ataque, utilizaría sus ojos mejorados para ver cada movimiento de su enemigo y imbuiría cuerpo entero en haki armadura. Se lanzaría con velocidad al ataque, iría hacia su enemigo mientras preparaba sus puños con una onomatopeya.
- *¡Tzz~!*
De sus nudillos empezaron a surgir unas pequeñas chispas eléctricas, como si de un taser se tratase. Ahora no solo tenía fuego y viento gracias a sus dos técnicas, sino que también poseía electricidad, lo suficiente como para soltar pequeñas descargas eléctricas. A tan solo medio metro de su enemigo, empezaría a lanzar una enorme ráfaga de puñetazos hacia su enemigo, como si de una metralleta se tratase. Aunque eso no era todo, gracias al poder de su akuma, por cada puñetazo que lanzase, una pequeña explosión de un metro de radio se crearía. La velocidad de sus brazos sería la suficiente como para lanzar varios puñetazos por segundo, una velocidad sobrehumana gracias a su tatuaje de Acionyx.
- *¡Boom~! ¡Boom~! ¡Boom~!*
Los puñetazos se dirigirían a las zonas más importantes del cuerpo y a las más peligrosas. El Fire Soul haría que sus puñetazos ardiesen a su enemigo, el Wind Soul le daría poder para atravesar la carne, la electricidad haría que soltase pequeñas descargas eléctricas sobre su enemigo y para colmo, las explosiones intentarían destrozar el cuerpo de su enemigo. Por si fuera poco, el estar fusionado con Sion y tener la armadura de León, le daría una poderosa fuerza, sin contar la potencia de sus hombros y su fuerza básica. Estaba dispuesto a destrozar al Yonkou, por romper su juguete. Las zonas principalmente afectadas por sus puñetazos serían el pecho, cabeza y estómago, ya que intentaría provocar el mayor daño posible.
Tras aquel ataque trataría de alejarse del enemigo con velocidad con un salto hacia atrás. Debía estar atento por si Mihasy salía vivo.
La rabia empezó a consumirle, las venas de su frente empezaron a hincharse mientras sus brazos y piernas empezaban a arder en un aura roja y a su vez, un viento extraño se fusionaba con el fuego. De pronto el tatuaje en su pecho empezaba a cambiar, tomando la forma de lo que parecía ser la cabeza de un acionyx. Eso haría que su velocidad y sus sentidos aumentasen considerablemente.
Entonces, en ese momento sintió algo. Su mantra le avisó que a su espalda alguien estaba preparando un ataque, por lo que decidió moverse hacia un lado. La chica/chico Dark había lanzado una increíble explosión concentrada. Parecía que él también estaba enfadado de que interrumpiesen el juego de ambos. Asder, tras aquel ataque, utilizaría sus ojos mejorados para ver cada movimiento de su enemigo y imbuiría cuerpo entero en haki armadura. Se lanzaría con velocidad al ataque, iría hacia su enemigo mientras preparaba sus puños con una onomatopeya.
- *¡Tzz~!*
De sus nudillos empezaron a surgir unas pequeñas chispas eléctricas, como si de un taser se tratase. Ahora no solo tenía fuego y viento gracias a sus dos técnicas, sino que también poseía electricidad, lo suficiente como para soltar pequeñas descargas eléctricas. A tan solo medio metro de su enemigo, empezaría a lanzar una enorme ráfaga de puñetazos hacia su enemigo, como si de una metralleta se tratase. Aunque eso no era todo, gracias al poder de su akuma, por cada puñetazo que lanzase, una pequeña explosión de un metro de radio se crearía. La velocidad de sus brazos sería la suficiente como para lanzar varios puñetazos por segundo, una velocidad sobrehumana gracias a su tatuaje de Acionyx.
- *¡Boom~! ¡Boom~! ¡Boom~!*
Los puñetazos se dirigirían a las zonas más importantes del cuerpo y a las más peligrosas. El Fire Soul haría que sus puñetazos ardiesen a su enemigo, el Wind Soul le daría poder para atravesar la carne, la electricidad haría que soltase pequeñas descargas eléctricas sobre su enemigo y para colmo, las explosiones intentarían destrozar el cuerpo de su enemigo. Por si fuera poco, el estar fusionado con Sion y tener la armadura de León, le daría una poderosa fuerza, sin contar la potencia de sus hombros y su fuerza básica. Estaba dispuesto a destrozar al Yonkou, por romper su juguete. Las zonas principalmente afectadas por sus puñetazos serían el pecho, cabeza y estómago, ya que intentaría provocar el mayor daño posible.
Tras aquel ataque trataría de alejarse del enemigo con velocidad con un salto hacia atrás. Debía estar atento por si Mihasy salía vivo.
Nocturne93
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Mi ataque de espinas consiguió dañar a ese tipo, ese tal ex-almirante, pero al parecer no se percató de que estaba avanzando hacia él. Miró hacia mi izquierda, desde donde había venido aquél gran tronco que detuve con el bloque de renio. No obstante sentía otra presencia allí, y otra bastante más lejana, algo más del doble de la primera, que parecía que estaba aproximándose a mí oculto en aquél gran objeto volador que paré en mitad del aire.
Pobre idiota, tal vez demasiada arrogancia acumulada junta. ¿Acaso pensó que por haber sido almirante en el pasado podría confiarse contra mí. Miraba hacia aquél lado, ahora volvió a mirar al frente, justamente cuando llegaba a su posición. Como un estallido, mis extremidades se impregnaron del haki armadura, liberado como quien dispara un cañón, liberando toda la potencia instantáneamente en todo el cuerpo. El puño iba directo hacia el ex-almirante inmerso en la arrogancia, y justo cuando pretendía juntar mi puño con su pecho, golpe que le dejaría el pecho bastante dolorido, y si no se defendía posiblemente partiría el esternón, noté una gran presencia peligrosa.
¿Qué diablos podría ser aquello? realmente no me importó mucho, mi kenbunshoku haki estaba suficientemente agudizado como para saber que iba a tener lugar una gran explosión casi a siete metros a mi espalda. Tras soltar el puñetazo al cuerpo de aquél tipo concentré el haki en mi espalda para reducir los daños, aunque no parecía ser un tipo de ataque del que tuviera que preocuparme.
Así fue, el impacto generó una buena onda, sentí el impacto en mi espalda y la onda de choque casi mi hizo avanzar un par de metros por el impacto. No caí, pero si que noté una cálida sensación en mi espalda, ya hacía tiempo que no sentía algo como eso, había olvidado lo satisfactorio que resultaba. Ese ataque lo había lanzado quien más lejos estaba. No pude evitar esbozar una macabra mueca de júbilo y alegría por cómo se estaban desencadenando los acontecimientos.
-Tres contra uno. Espero poder divertirme un poco -dije sin preocuparme en el tono de voz.
Nuevamente otra presencia con sed de sangre, una presencia asesina venía desde mi espalda, no estaba muy lejos. Sentía un poderoso bushoushoku y una sensación que me sentía sería realmente problemática. No sabía quien era, pero estaba claro que no pensaba dar todo, ese instinto asesino era sublime, lo sentía y me enardecía. Me giré, no me moví lo más mínimo. No se pudo observar pero desde mis pies aparecían ramificaciones que se filtraban por el suelo y extendían por el campo de batalla en finas ramificaciones que iban creciendo por todas partes y en todas direcciones.
Aquél tipo venía de frente, a una gran velocidad, pero nada que mi haki y mi propia experiencia no fuese capaz de averiguar. Era como una bestia salvaje lanzándose contra su presa, poseía una extraña armadura dorada con bastantes recovecos por ella. Parecía un tipo interesante, creo que sería satisfactorio probar el nivel de su poder antes de acabarlo. Sentía su fuerza, era rápido y bastante más fuerte, pero eso no sería ningún tipo de problema.
Desenfundé Kikuichimonji y la katana de acero. Venía directo hacia mí, como un descerebrado, sentía su poder, y estaba deseando rivalizar contra él. Su puño vendría hacia mi, lo sabía. No pretendía esquivarlo, quería sentirlo, quería sentir la potencia de su puñetazo a la vez que mi contraataque se ejecutaba simultáneamente. Ambas katanas irían directas a su cuerpo, la izquierda directa a atravesar su pecho, la derecha segaba horizontalmente a la altura de su cadera. Una cosa estaba clara, si mi cuerpo recibía el primer puñetazo, el suyo recibiría los dos golpes de espada.
¿La armadura? Eso era lo que hacía divertido ese movimiento. Si era una armadura resistente sería yo el perjudicado, ese golpe realmente resultaría doloroso y tal vez algo problemático, especialmente por la sucesión de ataques que haría. Pero había jugado mis cartas, oro parecía, si oro fuese realmente mis katanas no tendrían problema alguno para atravesarlo y llegar a su piel. En este momento recordé al mítico Ryota, el legendario almirante de la marina Corleone D. Ryota, más conocido como el chico dorado por su akuma no mi de logia de oro. Que divertida fue su frustración y mi asombro al comprobar que una simple katana de acero sega el oro sin dificultades.
Para el impacto había flexionado las piernas para mantener la pose firme, necesitaba seguir abarcando el terreno por el subsuelo, y para ello debía permanecer anclado por lo menos unos segundos más, por lo menos para abarcar un área de 50 metros cuadrados. Ese golpe sería bastante potente, la posición solo fue para no salir despedido.
Pobre idiota, tal vez demasiada arrogancia acumulada junta. ¿Acaso pensó que por haber sido almirante en el pasado podría confiarse contra mí. Miraba hacia aquél lado, ahora volvió a mirar al frente, justamente cuando llegaba a su posición. Como un estallido, mis extremidades se impregnaron del haki armadura, liberado como quien dispara un cañón, liberando toda la potencia instantáneamente en todo el cuerpo. El puño iba directo hacia el ex-almirante inmerso en la arrogancia, y justo cuando pretendía juntar mi puño con su pecho, golpe que le dejaría el pecho bastante dolorido, y si no se defendía posiblemente partiría el esternón, noté una gran presencia peligrosa.
¿Qué diablos podría ser aquello? realmente no me importó mucho, mi kenbunshoku haki estaba suficientemente agudizado como para saber que iba a tener lugar una gran explosión casi a siete metros a mi espalda. Tras soltar el puñetazo al cuerpo de aquél tipo concentré el haki en mi espalda para reducir los daños, aunque no parecía ser un tipo de ataque del que tuviera que preocuparme.
Así fue, el impacto generó una buena onda, sentí el impacto en mi espalda y la onda de choque casi mi hizo avanzar un par de metros por el impacto. No caí, pero si que noté una cálida sensación en mi espalda, ya hacía tiempo que no sentía algo como eso, había olvidado lo satisfactorio que resultaba. Ese ataque lo había lanzado quien más lejos estaba. No pude evitar esbozar una macabra mueca de júbilo y alegría por cómo se estaban desencadenando los acontecimientos.
-Tres contra uno. Espero poder divertirme un poco -dije sin preocuparme en el tono de voz.
Nuevamente otra presencia con sed de sangre, una presencia asesina venía desde mi espalda, no estaba muy lejos. Sentía un poderoso bushoushoku y una sensación que me sentía sería realmente problemática. No sabía quien era, pero estaba claro que no pensaba dar todo, ese instinto asesino era sublime, lo sentía y me enardecía. Me giré, no me moví lo más mínimo. No se pudo observar pero desde mis pies aparecían ramificaciones que se filtraban por el suelo y extendían por el campo de batalla en finas ramificaciones que iban creciendo por todas partes y en todas direcciones.
Aquél tipo venía de frente, a una gran velocidad, pero nada que mi haki y mi propia experiencia no fuese capaz de averiguar. Era como una bestia salvaje lanzándose contra su presa, poseía una extraña armadura dorada con bastantes recovecos por ella. Parecía un tipo interesante, creo que sería satisfactorio probar el nivel de su poder antes de acabarlo. Sentía su fuerza, era rápido y bastante más fuerte, pero eso no sería ningún tipo de problema.
Desenfundé Kikuichimonji y la katana de acero. Venía directo hacia mí, como un descerebrado, sentía su poder, y estaba deseando rivalizar contra él. Su puño vendría hacia mi, lo sabía. No pretendía esquivarlo, quería sentirlo, quería sentir la potencia de su puñetazo a la vez que mi contraataque se ejecutaba simultáneamente. Ambas katanas irían directas a su cuerpo, la izquierda directa a atravesar su pecho, la derecha segaba horizontalmente a la altura de su cadera. Una cosa estaba clara, si mi cuerpo recibía el primer puñetazo, el suyo recibiría los dos golpes de espada.
RINKU-SA HOKAI [Bushoushoku haki/kenbunshoku haki]
¿La armadura? Eso era lo que hacía divertido ese movimiento. Si era una armadura resistente sería yo el perjudicado, ese golpe realmente resultaría doloroso y tal vez algo problemático, especialmente por la sucesión de ataques que haría. Pero había jugado mis cartas, oro parecía, si oro fuese realmente mis katanas no tendrían problema alguno para atravesarlo y llegar a su piel. En este momento recordé al mítico Ryota, el legendario almirante de la marina Corleone D. Ryota, más conocido como el chico dorado por su akuma no mi de logia de oro. Que divertida fue su frustración y mi asombro al comprobar que una simple katana de acero sega el oro sin dificultades.
Para el impacto había flexionado las piernas para mantener la pose firme, necesitaba seguir abarcando el terreno por el subsuelo, y para ello debía permanecer anclado por lo menos unos segundos más, por lo menos para abarcar un área de 50 metros cuadrados. Ese golpe sería bastante potente, la posición solo fue para no salir despedido.
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Abandono el reto ya que Krauser no está y esto parece alargarse más de la cuenta. Si Dark quiere seguirlo, es libre.
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