Reto - Alex vs Kiseki

Nos encontrábamos rumbo a otra isla más en la gran tortuga. Había decidido hacer un juego algo estúpido con Álex, una carrera hasta la isla. Él no sabía aun de mi nuevo poder, y sería una risa para los dos ver cómo perdía. Bailé en el mismo sitio celebrando la victoria anticipada y después me coloqué encima del timón. "Venga, te dejo varios segundos de ventaja. No, mejor, te dejo diez segundos de ventaja. No vale haki del rey, eh, o paso." le advertí con mirada codiciosa. Aun no había entrenado el haki del Rey, y a pesar de haberlo despertado no serviría de demasiado contra el suyo si no podía hacerlo a la par. Una vez Álex se lanzara hacia la meta, estaría ahí en milésimas de segundo. Así de fácil era. Quería demostrarle mi velocidad de forma un tanto cómica, por así decirlo. ¿La cuestión es, aceptaría? Le estaba dejando diez segundos de ventaja, por ende, sabría que algo tramaba, no era tonto. Esperaba que colase.

Allí estaba Dark, sobre un timón como si fuera lo más normal del mundo. Y, de hecho, no era nada extraño de no ser... porque estaban en tierra firme. Un barco había encallado hacía años en aquella playa y el timón estaba clavado en la arena. Pero lo importante eraque el Señor de la Caza le estaba retando a una carrera. ¿Una simple carrera? Aquellos enfrentamientos estaban volviéndose de los más estrambóticos. Pronto acabarían luchando montados en tigres con pistolas de agua y trajes de payaso... lo propondría para la siguiente semana.

-Acepto, sin Haki del Rey- Le dijo.

Dark le estaba dando ventaja, demasiada ventaja. Tan confiado estaba en sus posibilidades que infravaloraba a Alex de una forma exagerada. Aquella sería su perdición. Alex se preparó para correr. Chispitas morderái el polvo, literalmente, que el Rey de los Cazadores dejara a su paso. Aquella carrera sería una victoria más en la lista de Alex, no había duda alguna.

El joven comenzó a contar mientras se encontraba cruzado de brazos. "Huh, a este paso llega" se dijo a sí mismo mientras veía cómo el rey de los cazadores dirigía su carrera hacia la meta. Había caído, ¿en serio había caído? El moreno volvió a bailar en el mismo sitio y una vez contó diez se preparó para hacer su técnica definitiva. A varios centímetros de la meta, seguramente Alex creía que ganaría... O no. Dark se encontraba aterrizando con la cara en la meta, a un tiempo muy escaso de que el gran cazador y amigo suyo ganase. Se levantó con la cara sangrando y regenerándose a la vez y un ojo medio abierto. "¡Ja! ¡Jódete! ¡Adivina quién se mueve a la velocidad de la luz! Aun no demasiado bien, ¡pero adivínalo!" dijo mientras se llevaba la mano a la cara.

La tensión era terrible, la emoción aun peor. Esto no era una simple carrera, no se jugaban nada y se lo estaban jugando todo. El honor, el nombre, la capacidad... todo estaba en juego. Una victoria o una derrota en este juego suponían lo mismo para la vida real. No podía ser derrotado, no podía caer, resultaría vencedor y Dark debería aceptar que su líder era invencible. Alex activó el mantra, acababa de averiguar lo que se proponía su amigo .Iba a atacarle por la espalda para derrotarlo. Sí, estaba claro. Pero no lo conseguiría. Cargó sus puños con el poder de la gura gura. En cuanto estuviera cerca le daría un golpe y lo dejaría fuera de combate. Pero no podía dejar de correr, si era una carrera de verdad perdería si se detenía un solo momento. Y entonces ocurrió algo que no esperaba. Miró hacia la meta y allí estaba Dark. Miró hacia atrás y ya no estaba. Había llegado y, según él, se debía a que podía moverse a la velocidad del a luz.

-No, no puede ser...- Dijo sorprendido.

El mismo rey no creía que había sido superado a pesar de tanta ventaja. Comenzó a dramatizar de forma un tanto exagerada y me acerqué hacia este entre interrogantes. "Solo quería enseñarte mi nueva capacidad. Esto es para ayudar al gremio." le dijo el moreno de forma tranquilizante. No quería que Álex cargase con todo y era la mejor forma de enseñarle que él también podía continuar hacia delante cargando con las espaldas de todos. La velocidad de la que poseía era perfecta para salvar a la gente, o más bien, intentarlo. Si salvaba a la gente agarrándolos a esa velocidad los mataría y yo me iría a otro rumbo. Debía controlar esta técnica a toda cosa, y la única forma en la que se podía manifestar su felicidad era dando saltitos en el mismo sitio mientras decía. "Tiririri". Suspiró y le tendió la mano para una amistosa reconciliación. Le había ganado aquella carrera y, a partir de ahora, ganaría todas, pero poco le importaba. Estaba ahí para apoyarle.

-Para ayudar al gremio... no, no es cierto... Lo has hecho solo para ganarme- Dijo decepcionado.

Entonces elevó los puños hacia el cielo.

-¡No!- Gritó con furia.

Se había decepcionado a sí mismo, había sido derrotado sin honor y con trampas, pero había sido derrotado. Aunque... después de todo no habían sido trampas. Dark había usado algo que había conseguido, su habilidad no era algo fuera de las reglas. Le había vencido justamente. No podía hacer nada .Se levantó y le dio la mano en señal de aceptar la derrota.

-Tengo algo que proponerte sobre tigres, pistolas de agua y trajes de payaso, pero antes vamos a tomar algo- Le explicó.

Acto seguido le puso la mano sobre el hombro y comenzó a andar. Tenía que plantear muy bien la idea pues parecía demasiado loca pero podría salir algo muy bueno de ello. Salvo que lo hicieran mal y quedara ridículo. De la épica a la ridiculez hay un solo paso. ¿Qué opinaría Dark sobre ello? Seguro que le gustaba, sí, pero igual tenía otra idea. Con una copa y algo de comer lo verían muchísimo mejor.