Aoi Sasaki
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Akuma no mi
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-Buenas, os informamos que en breves instantes podremos pisar tierra en esta preciosa isla, Shellstown, una isla la cual está controlada por la base marine que guardan la seguridad del pueblo- una chica rubia era la que hablaba, era la guía de este tur que decidisteis hacer después de la última isla en la que estuvisteis, os a salido gratis ya que os colasteis, ¿qué hay mejor que hacer eso? Nada… absolutamente nada. Hace un precioso día, el sol deslumbra y se pueden ver algunas nubes negras que llegaran aquí, tiene pinta de llover, el mar esta tranquilo, con algunos peces nadando a sus anchas.
Tras terminar la charla os dirigís a la pista de baile que se encuentra en la cubierta, allí podréis conocer mujeres o tomar una copa del mejor ron, vosotros decidís que hacer
Tras terminar la charla os dirigís a la pista de baile que se encuentra en la cubierta, allí podréis conocer mujeres o tomar una copa del mejor ron, vosotros decidís que hacer
Astarod
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Akuma no mi
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Asique habíamos llegado a Shellstown. No era la mejor parada para un pirata, pero ya que, después de todo hemos tenido un muy buen viaje. Ahora, Aaron y yo, estábamos en cubierta, en la pista de baile. Aaron miraba a las mujeres que allí habían, mientras yo me servía un vaso de ron, y de paso me guardaba una botella en el abrigo sin que nadie lo notase. Me fijé que mi compañero se quedó embobado viendo a una chica.
-¿te gusta?- le pregunto en tono burlón -la verdad no se que le ven a las mujeres- le miro de reojo, no parece estarme prestando atención, o simplemente me ignora o no me escuchó; de vez en cuando lo molesto de esa forma -vamos, toma valor y acércatele... si tanto te cuesta te puedo dar el primer enganche- le dije con una leve sonrisa, para que se diera cuenta que no era joda. En este viaje me percaté cuanto le gustaban las mujeres, siempre se las quedaba mirando, pero no tiene la iniciativa, por no decir que no tiene el valor, de acercárseles -pero hay que tener cuidado, no vaya a ser y nos descubran-
-¿te gusta?- le pregunto en tono burlón -la verdad no se que le ven a las mujeres- le miro de reojo, no parece estarme prestando atención, o simplemente me ignora o no me escuchó; de vez en cuando lo molesto de esa forma -vamos, toma valor y acércatele... si tanto te cuesta te puedo dar el primer enganche- le dije con una leve sonrisa, para que se diera cuenta que no era joda. En este viaje me percaté cuanto le gustaban las mujeres, siempre se las quedaba mirando, pero no tiene la iniciativa, por no decir que no tiene el valor, de acercárseles -pero hay que tener cuidado, no vaya a ser y nos descubran-
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