Birds, Birds, Birds is the key [elkilian-bleyd]

Esto comienza así. Llegan dos barcos muy juntos a la isla. y al atracar en vez de atacarse entre sí deciden explorar la isla. Al final dentro de la isla se encuentran y parece que se van a enfrentarse pero en ese momento aparece esto y esto:


Ambos se dan cuenta que su única salvación es luchar contra esos monstruos en equipo.

Me encontraba en alta mar, mientras viajaba a encontrarme con el Octubre rojo después de la ultima misión realizada, el viaje estaba siendo tranquilo las apacibles aguas y el viento nos eran propicios incluso venia en dirección contraria otro barco, disfrutaba de mi batido de chocolate en una tumbona con mi compañero y amigo fluffle puff el peludo poni dormitaba a mis pies sirviéndome de almohadón para estos. El agua salpico por toda la cubierta mientras esta se zarandeaba, me caí de la tumbona cuando esta irónicamente se tumbo de lado. Fluffle me miro sorprendido mientras se pegaba a mí, su delicado y blandito pelo me hizo cosquillas en la cara y estornude. Volando delante nuestro se encontraban dos horribles monstruos que nos estaban disparando, masculle una maldición mientras me levantaba y huía de la cubierta a las habitaciones con Fluffle en mis brazos, el pequeño poni parecía que le gustaba la marcha y la excitación pues pedorreaba como una ametralladora medio escupiendo saliva medio berreando, me adentre en el barco tambaleándome mientras la gente chillaba y gritaba, aparte a la gente como pude para abrirme paso a mi habitación, allí se encontraba mi equipo de combate que me puse lo más rápido posible con la ayuda de Fluffle, una vez equipado Salí a cubierta nuevamente armado con el lanzamisiles dispuesto para disparar, me coloque en cubierta y lance el misil contra la criatura semejante a una quimera esperando derribarla de los cielos.

Parecía increíble pero esos malditos bichos usaron mi proyectil para intentar hundir el otro barco, la cosa no pintaba muy bien por que encima el capullo del capitán se emperraba en seguir a esos bichos, en que cojones estaría pensando. Seguro que en casinos drogas y furcias porque si no …. De todas formas había que salir de allí lo mejor sería vigilar a los bicharracos y estar en guardia. Prepare mis diales y protegí a mi querido poni de cualquier daño. Tal vez desde el otro barco pudieran ayudar a derribar a esos bichos pesados.-¿ Ah del barco queda alguien con vida allí?-Espera la respuesta sin muchas esperanzas, seguramente se habrían refugiado ya bajo cubierta huyendo de las criaturas al igual que el resto de la tripulación de mi barco. Aunque los bichos parecen contentos de que los siguiéramos estaba casi seguro de que algo iba mal , olía a emboscada que apestaba pero no podía hacer muchos más aparte de estar en guardia.

No sabia por que, pero esos pajarracos nos estaban llevando a tierra firme y mi intuición me decía que no seria para invitarnos a merendar, por fortuna el tripulante del otro barco parecía alguien que podía valerse por si mismo. – Ok, solo intenta que no te maten, no me gustaría tener que enterrarte. Por cierto me llamo Bleyd, Bleyd Master. Pensé que lo mejor seria comenzar a presentarse igual ese sujeto tendría que cubrirme las espaldas si las cosas se ponían feas. Nuestro barco era bastante mas pesado que el suyo y nos movíamos a menos velocidad, pero en frente nuestro poco a poco la tierra firme se fue afianzando, ganando tamaño a medida que la distancia disminuye, cumbres montañosos fueron las primeras cosas reconocibles mientras que las laderas de un verde color aparecieron poco después para dar paso a la arena de la playa con algún que otro acantilado en donde las olas rompían con violencia levantando espuma y arrojando agua en todas las direcciones.
Sin poder acercarnos mas sin embarrancar por las aguas poco profundas se hecho el ancla y flete un bote para descender a tierra firme, conmigo se vino mi preciosa mascota peluda Fluffle, adoraba ese magnifico amigo, su simple presencia animaba mi atormentada alma alejándome de la oscuridad que reinaba en mi interior. Pis la suave arena de la playa, blanca con tonalidades ocres era una basta extensión de arena que terminaba en el comienzo de una selva de palmeras, decidí esperar al navegante del otro barco antes de adentrarme a explorar.