El ex-hombre del tiempo contra el pirata fumador ¡Kasan vs Kabil!

    VS    

Condiciones:
-Experiencia según normas, sin muerte, amputaciones o robos.
-Sin nomenclaturas.

Escenario: Okyu mazushi: La isla es parcialmente redonda, recubierta por sus bordes u orillas por sistemas montañosos, teniendo solamente una playa en el lado este, y un gran canal lo suficientemente ancho como para que entre un navío, en el lado oeste. La playa se pierde en la vegetación, una selva tropical, y no hay caminos establecidos para llegar a ninguna parte. Tiene zonas pantanosas y fangosas por doquier, así como nidos de alimañas y depredadores varios. En el centro de la isla, brotando de su base un manantial de agua pura que crea el canal del lado oeste, que desemboca en el mar, se alza una elevación de terreno rocoso, y sobre ella, unas ruinas de contrucciones maya, derruida en un 30%.

Empieza Kabil por ser el retado.

"¿Y esta isla perdida de la mano del señor? ¿Que no hay nada mas cerca de casa que en el otro costado del mundo?" Pensaba mientras poco a poco me acercaba a Okyu Mazushi, el viaje hasta la isla llegaba a su fin y por el horizonte se divisaba ya la característica montaña, a medida que nos acercábamos al lugar el calor aumentaba de manera considerable hasta el punto en que tuve que cambiarme antes de poner un pie sobre la isla, me quité el traje típico del CP para ponerme unos pantalones pirata y una camiseta blanca de tirantes, así estaba mucho mas cómodo sin que aquel bochorno me afectase tanto. Poco tiempo después el barco llegó a puerto donde los trabajadores comenzaron a descargar las mercancías que portaban para hacer negocios con los habitantes de la isla, yo por mi parte bajé tranquilamente del navío y me puse a buscar a mi rival con el que había quedado hacía algún tiempo para entablar un combate en aquella isla.

Mientras le buscaba pasé primero por un pequeño puesto de fruta donde compré un par de manzanas, aún no había desayunado y ya empezaba a hacerse algo tarde, a este paso se me juntarían las comidas y tendría que juntar varías para mantener el ritmo, luego de la compra proseguí hasta el lugar acordado, la playa. Si bien estaba al lado desde el principio me apetecía tomar un tentempié antes de comenzar la fiesta, al poco de llegar a la playa y empezar a caminar, pude ver a un hombre posado sobre una roca, había encontrado a mi rival. -Kabil ¿No? ¿Que te parece si comenzamos?-. Dije mientras me colocaba en posición esperando que se moviese.

En efecto, una vez hecho el intento de cegar al rival, corté con mi espada hacia delante. El mero movimiento, al tener almacenada tanta fuerza, cortó el aire y generó una onda de viento comprimida que avanzaría hasta la posición del rival para intentar hacerle daño. Tenía unos tres metros de alto por uno de ancho, más o menos. La onda avanzaba a una velocidad impresionante hacia donde se hallaba el rival… ¿le daría? Quien sabe. Dependía, más que nada, del rival y de cómo reaccionaría. Me mantuve estático, pensando en mi próxima ofensiva mientras colocaba la espada por delante de mi cuerpo para protegerme de un posible ataque. Era bien sabido por todos que una vez hayas atacado al oponente no hay vuelta atrás y debes enfrentarte a este. – Debo mantenerme atento, desconozco los trucos que tiene bajo el manga.

Sin presentaciones de ningún tipo, Kabil trató de cegarme con el filo de su espada utilizándolo a modo de espejo, acertó a darme en los ojos pero no era una molestia que implicase que no pudiera verle o algo similar, simplemente quería ver su primer movimiento aunque el estaba empeñado en no dejarme ver nada, luego del intento de cegarme, agitó con gran fuerza su espada para lanzar con ella una fuerte tajo de viento comprimido, nada mal, quería ver cual era su potencial así que vi innecesario moverme, simplemente interpuse el brazo entre la onda y mi cuerpo. Para mi sorpresa logró hacerme una herida bastante grande aunque no demasiado profunda, aquel hombre podía resultar ser una gran amenaza a fin de cuentas.

Nada mas lanzar el tajo, a mi izquierda se inició un pequeño remolino que comenzó a remover la arena, curiosamente seguía el patrón de ataque de Kabil, una distracción para después un ataque, rápidamente supuse que el remolino de alguna manera lo había creado él, quizás con la ayuda de una Akuma o alguna clase de poder oculto. Había una distancia considerable entre ambos así que fuese cual fuese su siguiente movimiento tendría tiempo de reaccionar o eso pensaba yo, pues nada mas iniciarse aquel extraño remolino, Kabil lanzó un segundo tajo idéntico al primero, gracias al Mantra tuve una premonición un instante antes de como sería el tajo pero esta vez no estaba dispuesto a dejarle acertar, la onda era vertical ya que había alzado su espada para hacer el movimiento así que sería fácil evadirla dando un pequeño salto hacía la derecha, fue así como evadí el ataque sin muchos esfuerzos aunque el brazo izquierdo me dolía horrores tras haberme llevado aquel impacto certero.

Aquellas distracciones eran algo molestas, si bien no me afectaban demasiado pues podía adelantarme un poco al movimiento de mi rival gracias al Mantra, empezaban a ser una molestia que había que eliminar de raíz. Nuevamente observé algo curioso, esta vez el cielo que había amanecido resplandeciente, se había ocultado tras un manto de nubes, "Con que se trataba de eso... Perfecto", pensé, por lo poco que había visto pude deducir que era capaz de manipular el clima aunque no sabía hasta que punto y eso si era un problema pero por ahora lo que me molestaba era el remolino aquel. -Sabes manejar bien la espada, permíteme utilizar la mía-. Dije mientras alzaba la mano derecha, tras aguantar la mano en alto durante un segundo, bajé el brazo de golpe apuntando hacía el remolino lanzando una onda cortante vertical que partió el fenómeno por la mitad haciendo que cesase su movimiento pues el aire comprimido que lancé rompió el flujo del viento deteniendo el remolino y con ello la molestia de la arena.

Ahora que ya no había molestia alguna podía combatir con mayor facilidad, rápidamente utilicé el Soru para cambiar mi posición y sobrepasar a Kabil pues yo quedaba un par de metros mas atrás de su espalda, nada mas llegar a esta nueva posición lancé un Rankyaku horizontal hacía el enemigo, con un poco de suerte le pillaría desprevenido al ser un ataque por la espalda. Por desgracia el brazo izquierdo no lo podría utilizar durante el resto del combate, lo tenía muy dolorido y no quería agravar la herida, suerte que en el CP nos enseñen maneras de no mostrar dolor, pues psicológicamente, ver que tu enemigo recibe un golpe tuyo y sigue como si nada puede afectarte más incluso que un derechazo en plena mandíbula

Off:

El Rankyaku acertó de lleno en mi rival, no sabía que tan malherido podría haber quedado pero aquella era una oportunidad de oro para asestar un golpe más y dejarle herido de gravedad, visto que no evadió mi ataque ni trató de cubrirse supuse que tendría una herida muy fea mas o menos a la altura de la espalda al menos eso parecía por la trayectoria que llevaba. Rápidamente volví a recurrir al Soru para recortar la distancia que nos separaba y así pegarme a su espalda, con una distancia mínima ejecutaría mi siguiente ataque.

Empleando mis conocimientos en medicina y el Shigan le lancé una buena ráfaga de "disparos" en la espalda, justo donde se unen las costillas con la columna vertebral, de este modo la caja torácica no tendría manera de sujetarse presionando los órganos internos, además de esos puntos, también dibujé una hilera de cinco perforaciones a la altura de la nuca, con esto le dejaría tetrapléjico y el combate llegaría a su fin, destrozar su caja torácica fue por pura diversión pues en el caso de sobrevivir no solo pasaría el resto de su vida en una camilla si no que debería someterse a duras operaciones para aguantar con vida lo poco que le quedase.

-¿No me digas que ya se acaba esto? Apenas he calentado, se buen chico y aguanta un poco más.-  Dije aún a sabiendas de la gravedad de las heridas que le podía haber provocado, no era imposible evadir aquel ataque y seguro que al pirata se le ocurriría algo. A fin de cuentas sus estudios de medicina le estaban sirviendo no solo para sanar heridas de manera mas efectiva si no para causar heridas mucho mas graves a sus enemigos, si su maestro viese para que estaba utilizando sus enseñanzas... Pero bueno, un agente del CP debe pensar primero en su deber.