Hyuuga Z. Kurotabo "Demon Arm Yokai"

Braccio Destro Di Titano(BDDT)

Braccio Sinistro Di Diavolo(BSDD)

Occhio Destro Di Eroe(ODDE)

Datos de profundización

■ Habilidades: Hábil con las palabras y las estrategias, es un estratega nato debido a su gran capacidad de observación y a su memoria eidética. Tiene donde palabras, suele resolverlo todo antes con la palabra que los puños. Es habilidoso en labores cotidianas, pero sobre todo en el manejo de metales, su fuerza es tal que puede manejar una gran cantidad de metales sin muchos problemas. Es un nato luchador, por lo que combatir no es problema para él. Analiza el terreno y es capaz de adaptarse rápidamente a la hora de combatir. Es muy hábil en cuanto a análisis musical se trata, puede analizar cualquier composición con suma precisión, pero no es capaz de interpretarla ni componer nada. Tiene un don magnífico, es muy empático, lo que le ayuda a averiguar cómo actúa cada persona, esto se incrementa a más cercanía de relación tienen con Hyuuga.

■ Torpezas: Cocinar o construir barcos son dos cosas que no se relacionan a su persona, el primer barco que intentó construir se hundió nada más ponerlo en el agua, y sus comidas son tan malas que casi se consideran venenos. Es muy torpe a la hora de entrar en lugares estrechos, pues su tamaño le hace romperlo todo. Tocar un instrumento es un intento vano, es tomarlo y la sordera se apodera del que se encuentre escuchando, un día dio un concierto, no le permiten volver a entrar al local. Los dueños de tiendas de música cierran nada más saber que se encuentra en la ciudad, son miles las vitrinas rotas por sus intentos de tocar una flauta.

■ Gustos: Adora la vida, a la naturaleza y al mar, pero sobre todo lo demás ama con locura a su hermana, a quien protegerá con su vida si es necesario. Ama a los animales, así como la buena música y la buena comida, nunca come de lo que cocina pues se enrabieta. Ama los platos que le prepara su hermana, es una espléndida cocinera. Adora la paz, pero es un amante de los combates, por lo que siempre entrena o busca peleas de entrenamiento con otros. Heredó de su pasado el gusto por la ciencia, buscando siempre la forma de innovar en la misma.

■ Disgustos: Odia que coarten la libertad de alguien o atenten contra su vida, pero su mayor desagrado es que molesten, dañen o tripudien a su hermana, eso le provoca una ira fuera de lo común, convirtiéndolo en un auténtico demonio. Así mismo detesta a los que dañan a los animales o a la naturaleza, y al mar, le parecen acciones detestables.

■ Sueños: Encontrar un lugar tranquilo en el que vivir con su hermana y poder dedicarse a lo que quiera. Vengarse del desgraciado de su padre por usarlo como a una mera cobaya para los experimentos.

■ Pertenencias: Su medallón

■ Mar de Origen: Nuevo Mundo

■ Botín de Partidas: Nada

Historia

Yermo, un páramo seco similar a un desierto. Una noche tosca y oscura envuelve una pequeña cabaña en mitad de aquella triste y desesperante escena típica de las novelas de terror más famosas. En la cabaña, que parece ser la última que resta en pie de aquella zona de la isla, se ve una tenue luz, un tintineo tímido de una lámpara de aceite, que emite un olor fuerte a animal muerto. En su interior se ve un hombre viejo lamentando las pérdidas de la vida, tratando de arrebatarse la vida. Es un hombre delgado, consumido por la hambruna que lo rodea, asechado por la muerte y la locura, sus ojos negros perdidos en una mirada carente de toda cordura que tuvo antaño.

En otra parte de la isla al mismo tiempo, un jardín verde que es la envidia de toda la isla, fuentes y grandes lagos y piscinas. Una enorme mansión con escalinatas de mármol, adornos de marfil en los pasamanos y vigas de ébano. Los tiradores de la puerta principal, que es tan grande como una casa habitual de la isla, son de oro macizo. La casa es tan grande como un palacio, llega a tener un total de 100 habitaciones, 3 cocinas y 75 baños. Y es en una de las habitaciones donde nos centramos, la mujer del Jefe de investigación de la marina, el conocido científico Verde, conocido así por el característico color verde de sus orbes. Él vivía para sus investigaciones, y con todo lujo, al igual que su mujer, que vivía solo para comprar y chismorrear de los problemas de la alta clase de la isla. Esa noche es cuando el joven Hyuuga, el que sería el hijo del gran científico. Su madre, en la desesperación de darle un nombre que le evite sufrir mucho al recién nacido, le llama Hyuuga Z. Kurotabo, en honor a su clan. El científico se queda cabreado, muy cabreado con su mujer por eso y como el niño se libra del yugo del nombre del padre, el hombre por la noche se lleva al niño a su laboratorio. A partir de entonces el muchacho vivió en el laboratorio de su padre.

En la zona más alejada de la isla, entre un sinfín de montañas se encontraba el laboratorio de Verde, donde hace ya siete años el mozo fue llevado por su padre para volverlo una nueva arma del gobierno, pero algo fallaba, los intentos por controlar al pequeño no daban fruto, pese a ofrecerle la comodidad de una vida rica, todos los caprichos a cambio de que sigan sus órdenes son fallidos. En ese tiempo la madre vuelve a dar a luz, ante todos, incluido el adolescente Hyuga, quien se queda prendado por su hermana, la niña embriaga los sentidos de su hermano mayor que decide cuidarla desde aquél momento, pero su madre al ver los brazos del chico lo manda sacar de la habitación, siendo este tirado al patio de mala manera, no rompiéndose algo de milagro. Hasta que cuando el garzón estaba sentado en la puerta de la habitación de su hermana, en el interior de la misma escucha la voz de su padre decir que la niña sería su siguiente experimento, pero el joven no estaba dispuesto, se marchó por la ventana con su hermana huyendo de su padre, un hombre ya de mucha edad, con una pequeña barba canosa y unos profundos ojos verdes fríos, una larga cabellera que le caía hasta la cintura por encima de la bata científica que siempre viste. Y desde entonces vaga como un vagabundo con su hermana, Mei Z. Kurotabo, así la llamó, y actualmente se encuentran vagando los dos, lado a lado, sin separarse, lejos de la familia que los trató tan mal.