Un perro y un pez [Privado Freya y Low] [Pasado]

¿Qué hacía hoy? Trabajar. ¿Y luego? Trabajar. Hasta la noche, no podía parar. Tenía que aguantarme manteniendo triviales conversaciones con gente al azar. Unos me caían bien y seguía hablando y a otros optaba por ignorarles. Era un poco cruel, pero también debía trabajar y no me gustaba perder el tiempo.
Hoy era el día del espectáculo. Una vez al mes se celebraba uno de ellos y normalmente consistía en simples mujeres en ropas menores que posaban delante de los salidos hombres (me gusta ganarme el espectáculo) o trucos de magia baratos.

Yo mientras, me entretenía jugando a las cartas con otros camareros que tampoco trabajaban ya que todos estaban demasiado obsesionados con el espectáculo. Faltaba media hora para que comenzara y el bar estaba bastante lleno. Solamente sobraba un taburete al lado de la barra y nada más.

Baraja en mano y muy aburrido, esperé a que diera comienzo el espectáculo.

Freya se encontraban paseando tranquilamente por esa pequeña isla, mirando todo alrededor con curiosidad, ignorando las miradas que la gente le dirigía algunas de lujuria y otras de extrañeza por el aspecto de su forma hibrida, pero eso no le importaba, solamente caminaba por la calle chupando una rica paleta de un tipo que no vendían en el nuevo mundo, el east blue y los otros 3 mares no estaban tan mal, eran mucho más tranquilos que Desrosa, quizás no estaría mal mandarle una carta a Mikai para que se fuera a vivir ahí en una isla mucho más tranquila que su antiguo hogar.
Unos hombres pasaron a su lado, noto que la veían y alcanzo a oír algo

-Mira a esa chica…
-Seguramente va al espectáculo en el bar
-Espectáculo?...

Los chicos se alejaron, Freya pensó un poco… la verdad estaba aburrida y los espectáculos solían ser muy divertidos, sonrió un poco y se acercó a uno de los chicos


-Oigan en que bar es ese espectáculo?
-He… a 3 cuadras y a la derecha… pero aún no ha empezado aun alcanzas a llegar…
-Gracias

Freya se despidió de ambos y se fue corriendo un rato después llegaba a un bar, donde había muchos hombres entrando, se acercó y varios se le quedaban viendo o se apartaban para dejarle pasar, Freya entro sin problemas ni hacer cola al lugar… la verdad es que nunca tenía problemas en entrar a esos lugares, al entrar vio una banca al lado de la barra era todo lo que había, camino un poco a empujones hasta llegar y sentarse

-Hola? Hay alguien que atienda aquí?

Pregunto con curiosidad, quería bebida y ver que era el famoso espectáculo

Tumbado en un sillón, aburrido totalmente y viendo como solamente entraban hombres con caras de lujuria. Bonita noche iba a pasar, sí señor. Mi único resguardo eran las vistas que veía por la ventana y la baraja.

A escasos minutos del inicio del espectáculo, el cual resultaba otra de esas mujeres en paños menores, entró una mujer. La única en todo el establecimiento. Sin contar a la del espectáculo, claro. Me acerqué a ella, sentada en una silla al lado de la barra y haciendo preguntas.

-Hola, señorita... ¿Qué quiere? - Dije sacando una libreta - Y le aconsejo que se vaya. Si viene por el espectáculo, ya se lo digo yo, una mujer mostrando sus partes íntimas.

Me fui a la cocina y traje un vaso de agua para mí y bebí un trago.

-Parece nueva en el pueblo. Al menos, esa apariencia no la tiene nadie que haya visto por ahora. ¿Es una pirata o una cazarrecompensas? Si quiere, gustoso, le enseño el pueblo. - Me paré a pensar que le estaba haciendo bastantes preguntas y pensé en la única que faltaba y la más importante - Ah, perdón por olvidarme. ¿Cuál es su nombre? El mío, Lowell.

Freya estaba esperando el espectáculo pero mientras más tiempo pasaba más se decepcionaba y fastidiaba, parecía que era solamente un pequeño evento para modelar o más bien una excusa para sacar chicas sin ropa mostrando su cuerpo y así atraer gente, al menos eso había pensado debido a como le habían hablado algunos de los hombres de ese lugar, cuando el que parecía el camarero se acercó, confirmándole lo que estaba pensando, sería un espectáculo como ese así que gruño un poco fastidiada.
 
-mmm…. Si eso parece… ha…
 
Antes de poder hablar el cantinero se había ido y había vuelto con un vaso de agua para él, Freya se extrañó parecía que su mente estaba en otra parte, empezó a interrogarla haciendo que la joven riera un poco, quizás pensaba que era alguna miembro de la marina o algo por el estilo y habría algún problema con el local, aunque jamás nadie la había confundido con alguien de esa organización, espero tranquilamente a que el hombre terminara y finalmente lo hizo
 
-Me llamo Freya y solo soy una viajera, me dijeron que habría algo interesante aquí pero no lo parece… un gusto señor Lowell…
 
Pensó unos momentos en la respuesta de ese hombre, se veía raro y suponía que era un gyojin, ya había visto algunos en el coliseo de Desrosa aunque eran raros… finalmente se decidió
 
-Me encantaría que me enseñara el pueblo pero no está trabajando?
 
Se levantó antes de que el chico le contestara cegándose de su brazo
 
-Bueno a donde me va a llevar?
 
Sinceramente si estaba trabando no le importaba, ya se lo había ofrecido así que se aguantaba

El espectáculo había empezado, una mujer entró al bar, con un ropa muy atrevida (sin compararla con la otra mujer, Freya). Los hombres la aclamaban, aplaudían e intentaban tocarla. Como siempre, hombres pervertidos que me daban asco. A una mujer se le trataba con amor, siendo un caballero y un galán, no aprovechándose y tocando todo lo que se podía.

-¿Trabajar? Lo siento, me ha descolocado tu pregunta. No me pagan, aunque deberían, así que estoy por gusto.

Di una vuelta, salí fuera de la barra y me acerqué a la mujer. Me arreglé la ropa, me puse el pelo bien y le hice proposiciones:

-¿Te llevo a otros bares? Aunque no te pega por tu aspecto... ¿Te llevo a dar un paseo por la playa? A estas horas y con la luna que hay, se verá muy hermosa.

El espectáculo comenzó y Freya resoplo un poco, había aguantado escenitas como esa toda su vida y mucha veces había sido ella el blanco de esas reacciones, ser una chica joven y bonita en un lugar como un coliseo lleno de gladiadores hacían que la notaran… un poquito, pero para su sorpresa el chico parecía algo molesto por eso, Freya se extraño de que el chico no trabajara ahí ya que parecía ser el único que hacia algo mas que perder el tiempo.
 
-Ha… entonces por qué lo haces? Te robas la bebida o qué?
 
Comento riendo un poco, el chico se acercó a su lado, Freya por un momento pensó: Otros bares?... pero después de eso el chico cambio el plan a uno que le gustaba mas, ella había ido a conocer el mundo y cosas como bares y situaciones como esa eran muy conocidas para ella en cambio playas de otras islas… bueno al menos parecía ser más entretenido que ese concurso
 
-Mmm preferiría que me llevaras a ver la playa
 
Se acerco tomándose el brazo del chico y sujetándose a este después de todo era una cita y una de las primeras que tenia en un muy buen rato le sonrió al chico
 
-Entonces por donde es?
 
Pregunto mientras salían del bar, abriéndose camino como podía entre gente que quería meterse al bar

-Me has entendido mal, yo sí traba... - La extraña chica le cortó con otra pregunta - Pues bueno, a la playa que te llevo.

Me cogió del brazo, como si fuera una cita. Pero yo estaba encantado de que sucediera. Me regaló una sonrisa y me preguntó la dirección:

-Ah, estaremos un rato caminando. Está yendo cuesta abajo desde aquí, así que es difícil perderse. Simplemente, no te sueltes.

Salimos del bar y algunos hombres incluso me miraron mal.

-Estúpidos pervertidos... - Susurré.

Estuvimos hablando sobre ella: Su nombre, su trabajo, que le gustaba... Y terminamos por llegar a la playa, que, iluminada por el azul oscuro manto estrellado, lucía resplandeciente y muy azulado.

Freya sonrió un poco, sobre todo por las miradas que le dirigieron al salir del bar, era divertido y muy bueno para su moral que habiendo tantas chicas vestidas de esa manera en el bar se enojaran por que se iba ella, que a todas luces ni siquiera estaba ahí para divertirlos, rio un poco al escuchar lo que el chico le decía abrasándose un poco mas
 
-Ok ok no me suelto pero no vayamos corriendo
 
Rio un poco por lo que él decía, la verdad el viaje no fue nada rápido pero fue entretenido, al menos ya conocía mejor al Gyojin… su nombre pero algo era algo, justo lo que sus maestros le decían que si iba a bares no saliera de ahí con hombres de quienes no conocía ni siquiera el nombre… que buena opinión tenían de ella… y acertada ya que era justo lo que acababa de hacer.
El cielo estaba hermoso y las olas de la playa llegaban hasta la orilla, Freya silbo impresionada por el espectáculo pero sin acercarse a las olas, no tenía ganas de quedar paralizada por el agua salada
 
-Es precioso… y supongo que es justo tu elemento no es así?...
 
Le sonrió picara
 
-Más te vale que no me hayas traído aquí para aprovecharte

¿Elemento? Se podría decir, sí. Aunque siempre he vivido y viviré en la Tierra.

Me alejé un poco, cogí 2 sillas que estaban libres en un bar cercano y volví, mientras Freya me preguntaba algo.

-¿Aprovecharme? - Esbocé una sonrisa como la suya, pícara - ¿De qué manera? No soy como tú crees...

Me senté en la silla que había puesto e invité a mi compañera a sentarse en la otra, para hablar.

-No se puede ir por la ciudad de esta manera... Toma esto, anda. - Me quité la bandolera y se la puse en el cuello, dejando al descubierto la cicatriz y el tatuaje. - Supongo que no podemos hablar de ti solamente, ¿no? Soy Lowell Jakall, un novato de cazarrecompensas, el cual trabaja en un bar de poca monta para conseguir dinero y salir de este infierno al cual llaman isla. Estoy enamorado de las mujeres como tú, además.

No me podía quedar quieto en una silla, me era imposible ver el agua correr y quedarme allí sentado. Me levanté, tendí la mano a la chica y le dije con una sonrisa gigante:

-¿Querrías venir a nadar? Yo te llevo si quieres, incluso. Soy muy buen nadador dentro de mi raza.

El chico se alejó y después volvió con 2 sillas, Freya se sentó aunque no le molestaba sentarse en la arena pero reusó la bandolera del chico, tomándola y poniéndola en el respaldo


-Lo siento pero no así soy… y si alguien me dice algo para eso está ella

Señalo con un gesto despectivo a su espada, después de una vida entera de estar encerrada como un animal, de tener que guardar siempre las apariencias y las formas y de tener que someterse a lo que otros consideraban normal o moral aunque no tuvieran de que enorgullecerse en ese ramo Freya odiaba cualquier cosa que le quisieran imponer, simplemente si la soportaban bien si no… bien tan bien para ella.
Sonrió un poco escuchando lo que el chico le decía, pensó un poco… asintiendo


-Yo soy Freya, estoy am… de vacaciones un tiempo

Saco la lengua de forma traviesa, al menos hasta que su pequeño problema con el hijo de papi que golpeo pasara da estaba de vacaciones forzadas pensó un poco


-No te gusta? Si quieres podemos irnos en el siguiente barco, yo saldré mañana y puedes venir conmigo pagare tu pasaje… no es un regalo puedes pagarme después pero si sigues en este infierno de isla no reunirás jamás dinero y si la isla a la que llegas después es peor solo perderás todo lo que trabajaste, que te parece?

Le pregunto cuando escucho lo que el Gyojin le decía


-A nadar… bueno es que tengo una akuma sabes… no puedo meterme al mar…

Miro el océano y pensó un poco… negó con la cabeza

-Lo siento no es buena idea mesclar a las personas que tenemos akuma y el agua nos acabaríamos ahogando los 2

-¿Irme de aquí? Estoy esperando al momento adecuado para irme con amigos, tranquila. Además, solo no tengo la fuerza suficiente.

Además, negaba la posibilidad de ir al mar por una razón la cual desconocía.

-¿Una akuma? ¿Y eso qué es? Anda, no me pongas excusas, ¡vamos! ¿No te gustaría sentir el abrazo del mar?

Le tendí la mano de nuevo, con más decisión. Era de noche y no quería irme a nadar dejando sola a la chica. Me era imposible de todas las maneras.

-Si no te fías de mi nado, te digo que soy de los gyojins más veloces, 120 km/h.

Freya sonrió un poco pero se encogió de hombros cuando su oferta fue rechazada, entonces no quería irse pero bueno no era algo que a ella le incumbiera aunque hubiera sido divertido tener un compañero de viaje por algún tiempo, ahora lo que más le preocupaba era lo de meterse a nadar… pero para su desesperación parecía que el chico ni siquiera parecía saber que rayos era esa excusa… pensó un poco y trago saliva
 
-Ha… bue… es que… bueno pero…
 
Trago saliva y vio el mar, la verdad antes de tener una akuma le había gustado mucho nadar, pensó un poco, sabía que los Gyojin eran famosos en el agua… gruño un poco y finalmente dejo caer su espada al suelo para no pesar de mas
 
-De acuerdo… PERO SI ME SUELTAS TE MUERES!!!
 
Dijo con una expresión furiosa
 
-Vamos

Ahora tenía un poco de miedo... Me estaba amenazando de muerte si la soltaba en el agua. Solté mis espadas donde estaba la suya y miré las tiendas próximas a la costas. Estaban totalmente a solas, las tiendas se hallaban cerradas, los peatones habían decidido irse a dormir y no había ninguna parejita paseando por allí.

-Anda, por propia seguridad, cógete bien. Tranquila, no te va a pasar nada.

El mar estaba muy tranquilo ese día, solamente habían dos o tres olas. Era el día perfecto para ir a nadar, además de que llevaba algo de ''carga'' a la espalda. Me agaché un momento, metí la cabeza en el agua y miré a ver si había algo que temer. Siempre me podría encontrar con un tiburón agresivo o hasta un rey marino, era cuestión de suerte.

-Agárrate fuerte, venga. ¡Qué empezamos!

En cuanto se hubiera agarrado fuerte, cogí sus manos por precaución y me metí al agua. Iba a enseñarle una pequeña parte del fondo marino, con sus peces y sus algas, pero no demasiado bajo que ella no estaba acostumbrada a tal presión.

-¿Te está gustando? El mar es precioso cuando lo conoces. Ahora subo para que pilles aire de nuevo.

Freya se sujetó al chico un poco temblorosa, paso su mano por detrás de su cuello y otra por su pecho para aferrarse bien cuando el chico se tiro al agua, Freya se vio totalmente debajo del océano e instantáneamente todo su cuerpo le peso, su fuerza desapareció de sus brazos y piernas al instante y no podía moverse, aunque seguía con los ojos bien abiertos y podía aun aguantar la respiración no tenía fuerza, se movía un poco por la corriente que la golpeaba cando el gyojin nadaba y sus brazos cayeron flácidos sin sujetarla por más tiempo, aunque podía ver todo el espectáculo y era hermoso no sabía cuánto podía aguantar, finalmente salió su cabeza del agua y pudo coger aire pero sin estar sujeta al chico, como un peso muerto solamente cogió todo el aire que podía
 
-No… no puedo… estar aquí…
 
Alcanzo a decir cogiendo aire, totalmente débil y ya solamente estaba sujeta por los brazos del gyojin habiendo perdido todas sus fuerzas

Se notaba que sí que tenía algún problema a la hora de nadar, pues siquiera podía hacer el amago de nadar.

-Lo siento mucho... Ya te saco del agua.

Cogí fuerte sus brazos, bajé de nuevo para observar por última vez el precioso fondo marino iluminado bajo la tenue luz de la luna y salí del agua. Me tiré al agua de nuevo, pues antes de tirarme me había quitado la bandolera para dejar respirar a las branquias. La cogí, totalmente mojada, la estrujé y me la puse de nuevo.

-Lo siento... Como disculpa, te dejo elegir lo que hacemos ahora. No me quejaré, lo juro.

Sabía que toda mujer tenía un pequeño deseo por cumplir. Y normalmente era muy extraño teniendo en cuenta lo que parecía a primera vista.

Además, al parecer eso de la akuma impedía totalmente nadar a la gente. Lo tendría que tener un poco más en cuenta la próxima vez que me encontrara con alguien así.

Freya no podía moverse y finalmente quedo laxa sobre la espalda del Gyojin, sentía todo su cuerpo pesado y no podía ni siquiera mover un dedo muy apenas respirar, cuando finalmente salieron del agua, Freya tan pronto estuvieron fuera se alejó rápidamente del agua del mar agitándose en 4 como lo haría un perro y quedando así seca por completo, jadeando aun, siempre le habían dicho que se quedaría débil si se metía al océano pero jamás pensó que tanto, tosió un poco
 
-Te dije que no podía meterme al mar…
 
Fue todo lo que reclamo suspirando un poco bueno a fin de cuentas había pedido que fueran, no podía reclamarle mucho suspiro un poco sentándose en la arena
 
-Lo siento, no es tu culpa ha… ya me canse…
 
Se dejó caer a la arena
 
-Descansemos aquí unos minutos si…? Por cierto lindas agallas…  he oído de los gyojin y conocí a algunos pero creí que solo vivían en la isla… gyojin…
 
Unos segundos después, levanto sus piernas y se puso de pie de un salto estirándose un poco
 
-Bueno si es cosa mía entonces quiero ir a conocer la isla, si llevas días aquí ya debes saber dónde hay lugares interesantes no? Llévame a alguno

Seguramente me hubiera equivocado al meterla al agua, mas eso ya era cosa del pasado. Ella me había perdonado incluso.

-¿Solamente en la isla gyojin? No, no, no, no. - Me empecé a reír a carcajadas y me caí a la arena de un resbalón - Una cosa es que se nos tenga en cuenta allí, pero también vivimos en ciudades. Vivimos un poco... - Me tiré del cuello de la camiseta - ¿discriminado? Los tenryuubitos nos ven como mascotas, los marines como peligros y los civiles como monstruos... Pero da igual. - Solté otra sonrisa y me levanté.

Me limpié toda la arena de la ropa y intenté secar un poco la ropa. Me acerqué a Freya a paso lento y le acerqué la mano para que la cogiera.

-¿La ciudad en general? Te pediría algo más exacto, mas no te veo con mucho conocimiento de ella. Ya es por la noche, así que pocos establecimientos ''inocentes'' van a haber abiertos. ¿Alguna idea de dónde ir?

La solté de la mano un momento y salí corriendo hacia un árbol para treparlo con cierta dificultad. Arriba, miré hacia la ciudad y vi escasas luces. Bajé de un salto y dije:

-No, no sé a donde podemos ir. Quizás un bar, una zona de ocio... ¡Ya lo tengo! ¡Sígueme! - La cogí de la mano y fui yendo calle arriba dirección a la base Marine.

-Ha… en serio? Qué raro donde soy yo muchos gyojin son vistos como héroes en el coliseo, he conocido a muchos que les pagaban bien para pelear… bueno supongo que es según cada lugar, una vez fui a Wano y tuve muchos problemas me creerás que me dijeron inmoral?
 
Comento Freya con un tono de voz que se notaba que no podía creérselo… aunque bueno no era la primera vez que le pasaba pero sí que un país entero la trataba así, se levantó aceptando la mano del chico y palpo un poco su trasero para quitarle la arena, seguro en su piel tenía un poco pero no le importaba
 
-Mmmm… pues no me molesta un establecimiento nada decente después de todo ese bar donde nos conocimos tan poco era, tú decides… haaa… que haces?...
 
Pregunto curiosa acercándose a ver el árbol donde el chico se había trepado, cundo el salto y empezó a jalarla cogiéndola de la mano
 
-De acuerdo vamos pero si quieres te sigo…
 
Freya se soltó de la mano y empezó a correr al lado del chico rápidamente, aunque no tenía ninguna idea de a dónde iban

Estuvimos recorriendo calles arriba, viendo algunos bares abiertos y el mar resplandeciente.

-Te va a encantar... - Le dije mientras seguía corriendo - O eso espero. - Susurré.

Al final llegamos a donde quería, el acantilado que se encontraba al lado de la base marine. En sí el lugar no me gustaba, sino sus hermosas vistas hacia el mar abierto que se perdía en el horizonte, mostrando rojizos colores acompañados de unos amarillos que componían un perfecto paisaje. Me senté al borde del precipicio señalando a mi compañera que podía sentarse sin miedo alguno.

-¿Te gusta? Es de lo más bonito que verás en toda esta isla.

Siempre me ponía muy filósofo mientras miraba ese mar, quizás por el hecho de saber que en un principio debería estar viviendo ahí y que no debería estar en la tierra. En principio, claro.

Freya seguía persiguiendo al chico, este se portaba como un niño camino al parque de diversiones… era algo tierno tenía que admitirlo, mientras los 2 corrían por todo el lugar, mucha gente se volteaba a verlos ver a una perrita humanoide sema desnuda y a un gyojin corriendo por su pueblo no es algo de todos los días, pero eso no le importaba estaba acostumbrado, finalmente supo a donde iba, un inmenso acantilado justo al lado de la base de los marines, sonrió acercándose al chico y se sento a su lado agitando las piernas en el vacío sin sentir el menor vértigo, rio un poco viendo el paisaje apoyando sus brazos en sus piernas
 
-Cielos si… realmente es precioso…
 
Volteo a verle y le sonrió
 
-Muchas gracias entonces por esta salida eso compensa que casi me hacen bailar desnuda en el bar
 
Bromeo un poco cuando escucho
 
-HEY USTEDES QUE HACEN AQUÍ???
 
Freya volteo, había 5 marines detrás de ellos.

El bonito paisaje parecía gustarle a la chica, para ella era precioso. Además, me lo agradecía, a lo que yo dije:

-Tranquila, no hay que...

Mis palabras fueron cortadas por un grito grave, proveniente de un hombre que se encontraba a nuestras espaldas. ¿No sabía que era de mala educación espiar? Miré a mis espaldas y me encontré con un grupo de cinco marines, que por su aspecto no eran muy fuertes. Suspiré profundamente y me tumbé en el suelo, mirando a sus caras y señalé a la chica que se levantara.

-Levanta, por favor.

Esperé a que la chica se levantara y pronuncié unas palabras cortas y directas.

-Apreciar el paisaje. ¿Y qué os importa?

Al parecer los marines se tomaron a mal mis palabras, desenvainando las espadas y alguna que otra pistola. No quería que ocurriera esto al lado de la base marine, pero por algo teníamos un precioso barranco para deshacernos de las pruebas. Siempre podíamos huir. Así, estiré mis -largos- brazos hacia, ellos, cogiendo a dos personas de sus piernas. Me levanté del suelo y los puse a pie de barranco, amenazando con que nos dejaran o iban a caer.

-Tss... ¿Os rendís?

Entre los marines les importaba más bien poco lo que les pasara a sus compañeros o esa impresión me dieron cuando se lanzaron a atacar a la chica. En un movimiento rápido, solté a los marines que cayeron sin remedio por el barranco, mientras desenfundaba mi espada larga y me ponía delante de Freya, parando dos de los tres filos. Uno me hizo un corte alrededor del costado y este no tardó en soltar sangre. Enfadado, lancé un tajo horizontal que terminaba en dirección al barranco, tirando así a un marine desprevenido. Por la pérdida de sangre, me dolía bastante cualquier movimiento. Intenté levantarme -estaba de rodillas por parar los cortes-, mas un gran chorro de sangre brotó de la herida. No podía levantarme sin dolor, pero lo tenía que hacer. No iba a dejar que hicieran daño a aquella dama. Me levanté a duras penas y guardé la espada en su funda. A continuación y con todas mis fuerzas, me lancé contra ellos, dándole una palmada en el pecho y lanzandolos hacia el vacío.

Hecho esto, me senté en el suelo y tapé la herida con la bandolera, haciendo que la hemorragia no fuera tan grave y pudiera moverme sin tanto dolor.