Mini Karl vs. Mini Borsalino

Un hombre iba silbando una vieja canción marine por la calle. Era un hombre joven, alto y de pelo oscuro y revuelto, vestido con una chaqueta de oficial marine en la que ponía a la espalda "Teniente Comandante". A la frente llevaba una cinta azul con el símbolo de la Marina, y por debajo de la chaqueta, un chaleco corto blanco abierto, mostrando su torso desnudo. Era bastante musculoso, aunque no de manera exagerada. Tenía una expresión plácida y tranquila. La verdad es que era un buen día y se sentía feliz; se había pegado un buen atracón de carne en un restaurante cercano y tras eso se había bebido una cerveza con otros oficiales en un local que solían frecuentar los marines del cuartel de la ciudad. La verdad es que empezaba a sentirse más cómodo en la Marina. Lejos de la mezquindad de muchos reclutas, los oficiales con los que se había cruzado de momento se habían sentido más que aliviados de tener a su lado a un fiero monje guerrero. "Supongo que la experiencia marca mucho la diferencia. Muchos de los reclutas nunca han entrado en combate; no saben lo que es una batalla real, o que tu vida dependa del hombre que tienes a tu lado. Por eso los oficiales, con más experiencia a sus espaldas, son más propicios a aceptarme a pesar de pertenecer a la misma Orden que el "traidor" de mi senpai."

Mientras hacía la ronda, vio a un par de jóvenes que habían bebido de más peleándose, y fue a separarlos. Al principio intentaron resistirse, pero al ver la titánica talla del marine, que medía dos metros, decidieron hacer caso a sus recomendaciones y volver a sus casas. Era posible que el hecho de que luciese los galones de oficial también les hubiese hecho darse cuenta de que no era buena idea intentar golpearlo. La verdad es que no llevaba más que unas semanas en la Marina, pero una vez demostró que no era ningún novato, y enseñó sus aptitudes de combate y su dominio del haki, lo ascendieron a Teniente Comandante directamente. Tuvo que pasar por un cursillo de un par de semanas sobre cómo desempeñarse en el puesto y las diferentes normas y formalismos jerárquicos, y otras cosas igual de aburridas. El caso es que al fin lo había acabado, y ya era libre parar desempeñar su labor de restaurar el equilibrio en el mundo. Estaba bastante emocionado ante la idea de llevar a cabo las misma hazañas que Karl y su legendaria Brigada Disciplinaria. Había pensado en alistarse en ella, pero había visitado sus instalaciones y cambiado de opinión al instante. Sin el Almirante, había decaído mucho. El nuevo líder era un robot sin corazón, un Pacifista, y la mayoría de sus hombres eran rufianes que no habían encontrado un destino mejor.

No, lo más probable era que se alistase en la Kiritsu Ryodan, la Brigada Indisciplinada que dirigía el capitán Al Naion, el usuario de la Hie Hie. Era un hombre muy interesante, y un gran marine. Por no hablar de que tenía el Haki del Conquistador, y tenía ideales similares a los del propio Kai. Seguiría a Al y a sus hombres. Había estado informándose sobre la flota, y tenía buena pinta. La mayoría de oficiales eran novatos, pero se contaban buenas historias sobre ellos. Parece que incluso contaban con un logia más a mayores del propio capitán. Kai asintió para sí, y unió sus manos por detrás de la nuca. Bostezó, aburrido. ¿Es que no iba a pasar nada interesante? De repente se fijó en alguien que pasaba por la calle... ¿él no conocía a ese tipo de algo?

Desembarcaba a paso lento, todos le miraban con impresión y respeto. Tez pálida, cabello azabache con mechas azuladas que ondeaban al unísono de la brisa. Tomó su tiempo para cerrar la americana, de un color zafiro oscuro. Conjuntaba a su vez con unos blanquecinos vaqueros de pitillo, que estaban metidos por dentro de unas botas negras altas. Bien atadas, con los cordones por dentro. Pasó la mano de forma lenta por la frente para echar hacia atrás el desgreñado flequillo y tomó aire. Puro y libre de malos olores, por lo menos la parte donde se encontraban, ya que el olor a vertedero no llegaba hasta la zona en la que se encontraba. Aprovechó para, tras abrir los ojos y acabar de inspirar, proseguir su paso. Se encontraba realmente contento en aquel momento; tenía dinero y estaba saciado. Un gran banquete en el velero le había eliminado su apetito por varias horas. Lo único que tenía que hacer, era encontrar algún lugar donde pasar el día, y sobretodo, bajar la comida. Le dificultaba ligeramente el movimiento, andaba de forma algo torpe y cansada. A la altura de su cadera, yacía una funda con su espada legendaria y tres Ö wazamono dentro que hacían echar hacia atrás a los criminales de la zona. No había venido para cazar ni para presumir de su título; lo único que necesitaba, eran un par de días de paz y descanso en el East Blue. El mar tranquilo y esperanzador haría que su fatiga acumulada en los últimos acontecimientos quedase atrás y pudiera dedicarse aun más a sus entrenamientos.

Pasó la mano por el cuello de la prenda superior, de forma lenta. Palpó de forma lenta el botón y deslizó sus dedos entre la abertura. La gran hendidura que albergaba su pecho era el símbolo de que él era vencible. Algo que lograba que su conducta no se volviera monótona, ni mucho menos aburrida. Retiró la mano de ahí tras notar una sensación molesta y esperó. Esperó demasiado, parado ahí de pie. Bajó la cabeza y pensó qué hacer en aquel momento. Y entonces, tuvo una gran idea. Agilizó el paso con largas zancadas hasta postrarse delante de una casa. Cerró los ojos momentáneamente mientras colocaba su mano derecha encima de la estructura. Se concentró y comenzó a identificar presencias de su alrededor. Donde estuviera la presencia más fuerte, iría allí sin dudarlo. Tal vez un buen combate le serviría para bajar la comida. "No, espera. No puedo entrenar más. Mi cuerpo está fatal aun. Aunque bueno, si me atacan, no contará como un entrenamiento." se dijo hacia sí mismo, intentando convencerse sobre lo que estaba mal o bien sobre su propio cuerpo. El impacto que destrozó la octava isla, su fuerza y velocidad en su máximo esplendor, todavía le mantenía fatigado de aquel momento.

Pero entre debates interiores y recuerdos que se difuminaban más allá, logró notar la presencia. Era mucho más fuerte que la de las demás personas del alrededor, pero eso no le extrañaba casi nada. En el East Blue solo se mantenía gente con un estándar muy bajo de fuerza. Suspiró algo decepcionado y colocó bien a Extorquendo mundi. Cerró el último botón de la americana; tapando su cicatriz, anillo de boda y esmeralda. Después prosiguió su marcha hacia la presencia, que parecía venir hacia él de la misma forma. Las miradas se cruzaron, de forma codiciosa. Los dos se miraban como si se conocieran de antes. Dark se fijó aun más y, a pesar de su mala memoria con según qué personas, logró reconocer al chaval. El que le había salvado de una noche de hambre hacía ya cuatro años y había mantenido una destrucción parcial de la isla la noche anterior. Se acercó hacia este y elevó la mano con una sonrisa de comisura a comisura. "Hey. Soy Dark, ¿qué tal?" le pregunté de forma gentil y sin intención de ser brusco. Portaba una gran capa de la marine, así que debía haber avanzado lejos. "Nada que no me impresione de un chico con potencial." murmuró en silencio mientras observaba el blanco atuendo de Kai.

El otro se le acercó y le saludó. ¡Pues claro que lo conocía! Era Dark D. Satou, uno de los Señores de la Casa y el mismo tipo que la noche anterior le había ayudado a capturar a dos peligrosos criminales. Lo saludó con una sonrisa y le tendió la mano para estrechársela con firmeza. Aquello sí que era una suerte, comenzaba a aburrirse. Sin embargo, aquello era una excusa perfecta para distraerse hablando un rato, o incluso para entrenar. No pudo evitar fijarse en que parecía algo machacado, como si llevase despierto más tiempo del que debería o como si acabase de salir de un entrenamiento intensivo.

- ¡Hey Dark! Es una alegría verte. Me estaba aburriendo bastante con mi ronda. A pesar de que hemos capturado a esos dos elementos, eso no les ha impedido ponernos a patrullar la ciudad. La verdad es que es un coñazo... me gustaría estar tomándome una cerveza fresca o entrenando.

La mención de la cerveza hizo que su mente echase a volar y le hiciera pensar en escaquearse a beberse una bien fresquita, o a descansar en general. Al fin y al cabo, ahora era un héroe en aquella ciudad. No iban a echarle por tomarse un descanso de unas horas. Además, ya no había motivos para seguir patrullando. Pero claro, los altos rangos querían saber quién había agujereado cuatro casas en la cuarta avenida, y causado destrozos por toda la ciudad. Si ellos supieran... suspiró, y miró a Dark.

- En fin, voy a pasar de esta mierda. Me voy a las afueras, a entrenar un poco. ¿Te vienes? Aun me debes una revancha - dijo, con una sonrisa fiera.

En un rápido movimiento, se giró y se encaminó a la puerta de salida de la ciudad más cercana. Si quería irse a entrenar, debía hacerlo rápido antes de toparse con otra patrulla. No le apetecía tener que dar explicaciones a nadie de qué hacía saliendo de la ciudad cuando se suponía que estaba de servicio. Los guardias de la puerta, que no eran marines, no le dijeron nada y le dejaron salir. En el exterior de la ciudad podía ver un gran vertedero en un lado. No le interesaba ir en esa dirección. Estaba lleno de gente peligrosa de toda clase, desde bandidos y rateros a drogadictos. No es que supusieran una gran amenaza para un luchador entrenado y usuario de haki, pero aunque peleón no era ningún temerario. En cuanto llegó a una zona alejada, se puso a estirar y calentar los músculos, preparándose para la posible lucha.

El chico se mostraba tan gentil, energético y carismático como en la noche anterior. Le agradaba su conducta y su energía para ser tan joven; al fin y al cabo, el moreno le doblaba la edad. No, no había vivido toda su vida, había estado en coma doce años y medio. Pero eso no era excusa para no quedar atrás ante un crío de su edad. "Rayne sería una buena oponente de este chico. Es fuerte cuerpo a cuerpo, ¿pero más que ella? Debería de probarlo bien" pensó mientras observaba al chaval. Le interesaban los usuarios de artes marciales, sin duda. Y más aun si no era poseedor de fruta del diablo o aun no lo había notificado. Lo escuchó atentamente hasta que mencionó cerveza. Llevó la mano a su estómago y suspiró, ansioso de beberse una buena clara fresca en aquel mismo momento. Hacía algo de calor, pero no le extrañaba. Era el clima habitual del East Blue; un cielo siempre azulado acompañado de grandes rayos de sol y buen tiempo.

-Ya ves tú que si me apetece una buena cerveza. Con un buen chorreón de limón y unos cubitos de hielo. -Le contestó con una sonrisa.- Los dos elementos no dieron mucho trabajo, claro. -Alegó recordando los sucesos anteriores.- No debe de ser muy agradable lo de ser marine y estar destinado a islas en específico. ¿Qué divertido, no? -Preguntó, esta vez de forma sarcástica.

Tras contestarle y acabar con el breve diálogo pudo fijarse en que Kai suspiraba. ¿Qué estaría pensando? Tras acabar el largo soplo le invitó a entrenar con él. Entrenar. Elevó las manos un poco y miró hacia estas, cerrándolas y notando el entumecimiento en ellas. "A la mierda, amo entrenar." se dijo a sí mismo encaminándose hacia Kai. Este había dado media vuelta y había avanzado a paso rápido hacia la salida más cercana. ¿Estaba evitando patrullar? Dark soltó una carcajada sonora y le siguió, pasando entre las personas que resguardaban la puerta. Estas miraban a Dark atónitas, como si de un fantasma se tratase. "Que reacción más peculiar, oye." pensó mientras recordaba su puesto en la jerarquía de los cazadores y en el gremio en el que se encontraba. Le molestaba algo que siempre le mirasen y le tratasen como a un ser superior a los demás. Ignoró la tan tópica situación y prosiguió en su marcha detrás del marine. Observó dos caminos, uno hacia lo que parecía una zona desolada y desértica, por lo menos para la vista del moreno. Activó su mantra y notó muchas presencias por la zona que estaba evitando Kai. Ignoró el hecho de que no quisiera seguir por aquel lugar y dio varios pasos hacia delante. "¿Usará bien el mantra?" se preguntó a la vez que los pasos se tornaban en carrera.

Imbuyó su puño derecho, el humano, en busoshoku haki y lanzó un golpe hacia el lateral izquierdo de la cadera del carismático Kai. A su vez utilizó el mantra para prever por dónde esquivaría, si es que lo hacía, para soltar una patada alta a la altura del cuello hacia donde esquivase. Esta no estaba imbuida en busoshoku, no quería abusar de él. "¡Que empiece el entrenamiento!" gritó, desafiando con una sonrisa al joven marine.

Puñetazo + Patada {Hakis al 2}

De repente, un aura roja comenzó a brotar del marine. Este se puso en guardia, observando a su rival y estudiándolo con cuidado. Dark le había vencido de un golpe la última vez que habían peleado, aunque cierto era que en aquel momento el luchador era un principiante y se había confiado. Sin embargo, aunque había mejorado muchísimo desde entonces, el otro parecía seguir estando por delante de él. Más aun, parecía como si la distancia se hubiera incrementado. El cazador era aclamado como uno de los seis Kari no Ryoshu, mientras que él apenas comenzaba sus andanzas como marine.

- Cuando quieras, Dark-kun - dijo, con una feroz sonrisa.

El cazador respondió con una sonrisa y una exclamación entusiasta, y fue directo a por él. De repente el brazo derecho de su rival se volvió de color negro metálico. "¡Haki! Y de mayor poder que el mío. Pero, ¿es que no va a usar su katana? Se preguntó, extrañado. Bueno, en cierto modo aquello le hería en su orgullo, pero de todos modos comprendía que si Dark se ponía en serio desde el comienzo, lo dejaría totalmente humillado sin ninguna duda. Se fijó en sus movimientos, con su mantra activo. Se echó a un lado, orgulloso de haberle esquivado un golpe a un Kari no Ryoshu. "Casi hasta parecía el golpe de un novato, fue demasiado fácil de esquivar." Demasiado fácil... y su rival no era ningún principiante. Para cuando Kai se dio cuenta de que era una trampa, ya tenía la pierna a punto de darle.

- ¡Mierda!

Trató de echarse hacia atrás al tiempo que se agachaba, pero sólo logró que el golpe le impactase en la cara. Aun protegiéndose con haki, el golpe le saltó lágrimas de dolor, y notó algo cálido en su nariz. Seguro que estaba sangrando. Se dobló hacia atrás por el impacto, pero logró mantener el equilibrio. Y ahora tenía a su rival con una pierna en el aire. Adelantó su pierna derecha con el mismo movimiento con que recuperó el equilibrio, y trató de enganchar su talón con el de Dark. El de la única pierna que aun mantenía en el suelo, vaya. Y entonces, tiró con fuerza para hacerle perder el equilibrio. De lograrlo, lo estamparía contra el suelo lanzándole una potente palmada al estómago imbuida en haki.

Sokudan Move, Direct Palm [Haki Armadura nvl. 1]

"¿Por qué cae en trampas como esta?" Pensó mientras dejaba golpearse en el talón y comenzaba a caer hacia atrás. Podía predecir todo lo lo que hacía el joven con el mantra. Aun así, le había hecho daño en la cara. Le daba algo de pena hacerle daño, pero era de la única forma que mejoraría rápido. Hizo una buena jugada por su parte, logrando impactar contra el estómago con una palmada bastante potente para un muchacho como él. Dark era lo suficientemente rápido como para esquivar aquello con facilidad, pero su cuerpo se encontraba totalmente destrozado de la lucha en la octava isla aérea. Una vez rebotó contra el suelo, recibiendo daño nulo gracias a su gran resistencia, busoushoku automatizado y escamas, apoyó la mano derecha para recuperar el equilibrio.

"Encaja bien la mandíbula, Kai. ¡Esta te va a doler!" Gritó mientras daba medio giro en el aire y comenzaba a girar en este a mucha velocidad. Aprovechaba la fricción y la agilidad para soltar una patada aérea hacia la cara de su contrincante. O eso intentó, puesto que paró a escasos centímetros de su cara y se recompuso, poniéndose de pie y dedicándole una sonrisa. "Esa patada te rompería el cuello." Exclamó mientras miraba a otro lado indignado y se encogía de hombros. Odiaba limitarse. No sabía demasiado sobre aquel muchacho, pero su actitud como marine, lo rápido que ascendía y su estilo de lucha... ¿Conocería al famoso Karl? "La estrella fugaz." Pensó mientras dedicaba una vaga carcajada aun manteniendo la mirada en el lateral. Era una persona digna de admirar, al fin y al cabo, le había ahorrado el trabajo de matar al Gorosei.

"Basta de cháchara. Tienes que crecer mucho más rápido, y te voy a ayudar." Pronunció mientras levantaba los puños y ponía una pose un tanto extraña. Un brazo ligeramente más elevado que el otro y una pierna echada muy hacia atrás. Iba a hacer, después de tantos años, el summum del One by one. Su estilo estaba especializado en el uno contra uno, e iba a demostrárselo. No era una persona que dependía de las armas. Al fin y al cabo, hasta los catorce años no las usó, y Akane le entrenó también en combate físico. Intentó no nublarse entre memorias y lanzó un puñetazo hacia el inicio de las costillas izquierdo de Kai, bastante más lento de lo normal. Paró justamente a tiempo para golpear con la pierna que tenía más atrás a la altura del estómago de Kai, aprovechándose de la tenacidad del fémur para darle un buen golpe. Si había intentado defenderse del primer golpe, lo tendría muy crudo para el segundo. Su estilo se basaba en la distracción y la velocidad, combinado de duros golpes.

Una vez intentó dar el golpe, volvió a adoptar la misma pose, sin siquiera moverse. Esperaba ayudarle a perfeccionar su estilo de esa misma forma. "Una pose inquebrantable. No puedes moverte jamás del mismo sitio." Le explicó mientras acumulaba energía. Gracias a que estaba parado, podía canalizarla mejor y concentrarse en los movimientos del joven. Lograba alcanzar un estado de concentración superior al de la media, y eso le ayudaría para ver bien los fallos de Kai y explicárselos más adelante. "Tu turno. ¿O no puedes moverte?" Preguntó, mezclando un tono irónico con uno preocupado. Quería picarle para que luchara totalmente en serio y así, comprobar el límite de aquel muchacho con tantísimo potencial. "Me recuerda a cuando tenía quince años, cuando Akane me entrenaba. Un espíritu inquebrantable y unas ganas de avanzar enormes." Acabó diciendose a sí mismo, cerrando los ojos y esperando el ataque de Kai, si es que podía moverse.