Llegada a una isla extraordinaria [Maximilian - Koro] [Privado] [Pasado]

La arena blanca rodeaba todo a mi alrededor y la playa a la que habia llegado en ese momento parecia estar tranquila. No vi nada más que solo arena y mar pero cuando desembarque, una curiosidad inmensa me lleno la cabeza. No conocia esa isla e investigarla podria resultar al peligroso pero emocionante al mismo tiempo. Cogi mis cosas y emprendi la marcha para adentrarme en la isla. No sabia muy bien si habian personas pero si existia una civilización allí pediria ayuda e incluso podria conseguir suministros para mis viajes. Caminé hasta salir de la playa y me adentré en un bosque que estaba justo enfrente de la costa. La vegetación era exuberante pero el bosque rapidamente dio paso a una extensa planicie verdosa. A lo lejos se podia ver lo que parecia ser una ciudad y más al sur un puerto. Lo que no entendi en ese momento era como habia ido a parar a una playa casi desierta.

"Bueno ya que más dá" – pensé mientras me apresuraba a ponerme en marcha a esa ciudad

Justo cuando di mis primeros pasos una risas llegaron hasta mi. Un grupo de personas se acercaban riendo hasta donde estaba yo con lo que parecian vestimentas veraniegas y parecia reir entre ellos. Cuando me vieron las expresiones en sus rostros cambiaron al instante. Todos pasaron corriendo a mi lado y yo solo me quede quieto sin decir palabra alguna.

"Vaya que extraño ha sido eso" – dije mientras caminaba en dirección a la ciudad que se encontraba a la vista.

Cuando llegue pregunté a uno hombre que estaba en la calle por la ubicación del lugar y me dijeron que era la ciudad de Arete de la isla de Mianna. Aquello me sobresalto bastante ya que habia oido historias de ese lugar pero jamás me hubiera atrevido a pensar que llegaria allí.

Me sentía raro desde hace un tiempo, frió por abajo pero caliente por arriba, con mis tentáculos moviéndose agitadamente y sintiendo unos pinchazos en mi cabeza. Me desperté abriendo los ojos lentamente para darme cuenta de que aquella sensación no era parte de un sueño, estaba tumbado en la orilla de una playa con los tentáculos en contacto con las olas, la arena sobre la que me encontraba tumbado estaba húmeda y fresca en contraste con los rayos del sol que me daban en la cara. Era de día, eso y el agua del mar explicaban la mitad de aquellas sensaciones pero, ¿Que eran los pinchazos? Mire ligeramente hacia atrás y vi a un grupo de personas pinchándome con un palo con cara de duda y sin atreverse a acercarse demasiado.

-"¿Que esta pasando? Juraría que cuando me fui a dormir me encontraba en un barco de la marina, ¿Entonces como llegue hasta aquí?"- Pensaba aun medio dormido. De repente me di cuenta de lo que había pasado al mirar mi pecho y ver en el una nota pegada en la que ponía "disfruta de tu estancia en esta isla". -¡QUE HIJOS DE PUTA, ME HAN DEJADO TIRADO!- Dije gritando enfadado por la maldita broma que se les había ocurrido gastarme poniéndome en pie de un salto y asustando a todas las personas allí presentes al hacerlo.

-Coño que no esta muerto, corred que parece enfadado sea lo que sea esta cosa.- Decían aquellos individuos corriendo con miedo como si de un monstruo se tratase y estuvieran huyendo de el. -Que groseros, no soy una cosa, y la próxima vez que os pille pinchándome con un palo os lo pienso meter por donde yo me sé.- Les dije mientras se alejaban aun furioso por mi mal despertar de aquel día.

Una vez me hube calmado un poco mire hacia el mar y como no veía el barco supuse que ya debían de estar muy lejos esos capullines a los que ya vería yo si les iba a dejar vivir la próxima vez que los encontrase. No quedaba de otra por ahora que adentrarse en la isla a ver que encontraba en ella, como antes había personas en esa playa lo mas probable es que no estuviese deshabitada. Me puse en marcha hacia el interior de un bosque que se encontraba junto a la playa siguiendo el camino que habían tomado aquellos individuos de antes al huir, era el único lugar en el que sabía que de seguro que había gente en ese lugar y podría preguntarles en que isla me encontraba, esperaba al menos no haber abandonado el North Blue.

Me giré para ver la esplendorosa ciudad a la que habia llegado y pude observar que cada edificio tenia caracteristicas peculiares. Me sorprendiendo bastante aquella primera impresión que tuve de Areta y rapidamente la curiosidad se apodero de mi mente y justo cuando iba a ponerme en camino hacia las calles para mirar las tiendas cuando un sonido extraño hizo que mirara a un lado. La musica suave y alegre de un pequeño carrito de helados acercandose por un lado de la calle donde me encontraba atraia la atención de las personas. Pasó por mi lado y rapidamente vi que un robot pequeño empujaba el carrito de helados.

-Esperá – dije mientras me colocaba a un lado de carrito

-Ingrese una moneda y escoja su helado favorito – dijo mientras se detenia

Cogi una moneda de la bolsa de cuero donde siempre llevaba mi dinero y la introduje en una ranura que estaba en parte superior del carrito. La lista de los sabores de helados se encendio con luces de todos los colores y miré los titulos. Todos tenian el nombre de alguna fruta conocida así que escogé el de fresa.

"Me preguntó que tan bueno sera" – pensé mientras miraba como una paleta de helado color rojo salia de una apertura al lado de la ranura de donde introduje la moneda.

Cogi el helado y el carrito siguio avanzando con la misma musica. Le di una mordida a la paleta y senti el sabor refrescante del helado frio con sabor a fresa. Era demasiado genial y algo emocionado por ello, empezé a caminar por las calles para descubrir alguna que otra cosa interesante.

Siguiendo en linea recta atravesé el pequeño bosque que se encontraba junto a la playa y al salir de el me encontré en una gran planicie verdosa. A lo lejos podía verse una ciudad con puerto por lo que también podría haber llegado desde el mar, pero ya que estaba ahí iría andando o como sea que se llame a moverse sobre ocho tentáculos. Tras un rato de camino entre en la ciudad, era bonita y bastante grande por lo que se podía ver a simple vista, aunque sabia sin saber donde me encontraba no me disgustaba demasiado. Desde ahí seguramente podría encontrar algo divertido que hacer para entretenerme o una forma de salir de aquella isla lo antes posible para vengarme de los que me dejaron tirado en la playa.

Al igual que en el resto de lo lugares a los que iba la gente me miraba raro por culpa de mi extraño aspecto y huía de mi. -"Ni que diese mas miedo que risa creo yo."- Paso junto a mi un alegre carrito de helados con una suave música que iba empujado por un pequeño robot, era curioso y a la vez fascinante. -"Tal vez mas adelante yo podría intentar hacer alguno como este pero de combate como en su tiempo fueron los pacifistas."- Pensaba dándole vueltas en mi cabeza sobre todo a su posible uso bélico cuando vi a un hombre comiendo un helado y decidí acercarme a preguntar. A lo mejor la causa de que no hubiera salido corriendo aún era que no me había visto por estar centrado en comerse su helado pero como el resto de la gente ya se había ido no me quedaba nadie mas a quien preguntar así que me acerque a él hasta situarme a su lado.

-Disculpe señor, ¿Podría usted decirme en que mar, isla y ciudad me encuentro?- Supongo que esta vez a parte del aspecto consideraría extraña mi pregunta, pero tenia que averiguarlo antes de hacer cualquier otra cosa si quería al menos situarme para salir de allí.

Me detuve a observar una tienda de ropa típica de ese lugar y mientras lo hacia una voz llegó hasta donde estaba. Me iré a ver quién me hablaba y me llevé una gran sorpresa. Un ser totalmente amarillo con 8 patas me estaba mirando con una cara extraña. No quise pensar en nada malo pero por su aspecto me pareció reconocer una cierta estructura marina.
 
“Un Gyojin pulpo pero que hace uno aquí en Mianna”
 
Lo miré detenidamente de arriba a abajo, luego de eso le sonreí porque su figura me parecía divertida. Si era un Gyojin era demasiado gracioso y no inspiraba demasiado peligro aunque para cualquier persona si le parecía extraño e incluso horripilante.
 
-Estas en la ciudad de Areta en la isla de Mianna, en la north blue – dije sonriendo – y perdona que pregunté pero ¿Eres un Gyojin?
 
Si su respuesta era afirmativa no tendría problemas en ayudarlo y si su respuesta era negativa tampoco, al final de cuentas parecía ser alguien que no conocía la ciudad al igual que yo.
 
-Soy Maximilian por cierto, esta mañana llegue a la isla así que soy nuevo

Aquel hombre me miró de arriaba abajo y sonriendo me dijo que me encontraba en la ciudad de Areta, en la isla de Mianna y en el North Blue. Tras esto me preguntó que si era un Gyojin y se presento sin darme tiempo a responder haciéndome saber que se llamaba Maximilian. No mucha gente solía presentarse, y aun menos a mi ya que solían huir por lo que aquella respuesta y sobre todo su comportamiento llamó mi atención.

-"Una sonrisa, extraña e interesante reacción al mismo tiempo."-

Era raro que la gente no se asustase o al menos se sorprendiese al verme por primera vez con una forma tan peculiar como la mía, aunque era mas raro aun que ademas sonrieran así que aquella situación me parecía muy graciosa. Aquel hombre tenia el aspecto de ser una buena persona con la que seguramente podría divertirme sin problemas y decidí abreviar su nombre para darle un tono informal a la conversación de buenas a primeras porque me pareció bien.

-Encantado de conocerte Maxi, yo me llamo Koro y en efecto soy un gyojin, de la raza de los pulpos mas exactamente.-

No tenia claro si le agradaría que le tratara tan cordialmente acabándonos de conocer o si tan siquiera le agradaría que le abreviasen el nombre, pero simplemente quería hacerlo porque creí que seria mas divertido de ese modo y no iba a contenerme por ese preciso motivo. En el caso de que le ofendiese e iniciase una pelea tendría algo con lo que distraerme también así que no iba a aburrirme de todas formas pasase lo que pasase, aunque sinceramente preferiría la opción amistosa ya que no había muchas personas a las que les agradase mi apariencia de pulpo que hasta yo sabia que era muy extravagante incluso entre los demás gyojin cuyo aspecto era mas humanoide.

-Y dime Maxi, si no te importa que te llame Maxi, ¿Que haces tu por aquí? ¿Vives en esta isla? En caso afirmativo, ¿Podrías enseñármela con una visita turística o algo por el estilo?-

Desde niño nunca creí que extraños seres pudiera habitar la tierra, solo era parte de mis sueños parte de mis fantasías y solo tenían lugar en los cuentos que mi padre me relataba antes de dormir. Fue extraño la primera vez que vi a Gyojin, fue algo bastante extraordinario. Eran peculiares pero no solo eso. Había comprobado su gran fuerza y lo peligrosos que podían ser en la Guerra de las tierras sagradas de los nobles. Su poder había sido arrasador y en parte causante de muchas muertes tanto de civiles como soldados de los marines. Cuando terminó la guerra, Mellanie y yo abandonamos aquella ciudad para adentrarnos en un aparente nuevo mundo. Las cosas no parecían haber cambiado en nada pero eso no significaba que siguiera como siempre. Era obvio que la repercusión de que el Gobierno Mundial perdiera esa guerra se sentiría no al instante sino a largo plazo. Los tritones podían reclamar cualquier lugar debido a la fuerza mostrada y a que los marines ya no tenían el respaldo de las ciudades por lo que sucedió aquel día. Miré a Koro con una sonrisa y a pesar de que en mi mente reflexionaba rápidamente y recordaba la ferocidad de su raza, sabía muy bien que no podía juzgarlos a todos de la misma manera.

-Pues Siqueiros llámame así, aunque debo decirte que solo mi madre lo hacía pero no me causa problemas, no creo que ella se molesté está muy lejos de aquí – dije levantando la mano y agitándola en un gesto de despreocupación – pero creo que no me has escuchado, soy nuevo también aquí – agregué aun sonriendo – tal vez podamos hacer algo en la ciudad, ver que tiene, vayamos por ahí

Lancé una pequeña carcajada para mostrar mi falta de preocupación respecto al conocimiento de la ciudad de Arete. Empecé a caminar por una calle amplia que vi bastante transitada a mi derecha, no sabía muy bien si Koro me seguiría pero si lo hacía al menos tendría con quien pasar el rato.