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Shellstown... había pasado mucho tiempo. Su última visita había sido hacía ya más de tres años, el día que conoció a Alex, el educado médico de la tripulación del Shichibukai Derian Markov. Curiosamente también había sido el día que había matado por primera vez, al adoptar la forma completa de su zoan y perder el control. "Pero esos cerdos marines se lo merecían..." pensó con vehemencia el pirata. Recordó con ironía el dolor y el miedo que había sentido por haber asesinado a sangre fría. En aquel momento aun era un joven inexperto que no entendía las verdades de la vida, pero ahora sabía bien que lo que había hecho no estaba mal. Se habían metido en su camino, con lo que se merecían morir. La fuerza era la auténtica ley del mundo. Cuando los débiles molestan al fuerte, este los aplasta con su bota.
El pirata descendió la pasarela hasta el puerto desde el barco de pasajeros. Era arriesgado viajar mediante esos métodos, pero carecía de barcos. Se había asegurado de evitar que le reconocieran. En aquel momento iba vestido con un sombrero marrón de ala ancha, un chaleco de cuero, una camiseta negra, pantalones vaqueros y unas voluminosas botas de trabajo. Con su mano derecha sujetaba una pesada maleta de viaje, en la que llevaba su ropa y sus pistolas. Llevarlas al descubierto hubiese sido como gritar que era el famoso Lion D. Émile, pues Hades y Averno eran armas muy reconocibles. A cambio por precaución llevaba su cuchillo de caza escondido en la bota izquierda. Para parecerse menos a sus carteles de wanted, se había dejado crecer un poco el pelo y la barba. "Una vez haya reunido a mi tripulación y tenga barco, me volveré a afeitar." Pensó. No le gustaba ir con barba y prefería ir bien arreglado y elegante a esas ropas. Sin embargo, de aquella manera no le reconocerían con facilidad.
Entró en una taberna al azar, asegurándose de que fuese una diferente a la que había visitado la otra vez. Habían pasado tres años, pero los taberneros solían tener una memoria endiabladamente buena, especialmente si has armado jaleo en su bar. No quería arriesgarse a ser reconocido y tener a toda la Marina de Shellstown detrás, además de a todos los cazadores de la isla. Debido a su participación en la Guerra de Loguetown y en el asalto al cuartel marine del North Blue, le habían puesto una recompensa de 167 millones de berries. Además, era considerado una amenaza por ser el hijo de Lion D. Karl, el Almirante marine que había traicionado al Gobierno y asesinado a tres miembros del Gorosei. Por no hablar de que hasta hace poco había sido el subcapitán de Sharp D. Drake, el Supernova que había liberado a la Yonkou Katrina Belatona cuando fue capturada por el Gobierno. Tenía todo un historial suficiente detrás para pasarse el resto de su vida pudriéndose en New Impel Down, y dado que no le convenía, prefería ser cuidadoso. Se sentó en una mesa cualquiera, y cuando una camarera rubia e imponente se acercó, le dedicó una seductora mirada y dijo:
- Buenos días, señorita. Y mejores son ahora que la he visto a usted. ¿Me podría traer un café con leche? Y luego, si no es demasiada la osadía - sonrió pícaramente - ¿Podría recomendarme un buen lugar para pasar la tarde? Soy nuevo en esta ciudad, y no se dónde podría divertirme un rato... o con quién.
Acompañó la clara indirecta con una sugerente mirada a la chica. Esta lo observó mientras hablaba, algo cansada. Debía estar acostumbrada a recibir aquella clase de indirectas. Sin embargo, la seguridad que transmitía el joven y su sonrisa al final hicieron mella en ella, que sonrió y dijo.
- En seguida le traigo su café
Como Émile esperaba, este vino acompañado por una sorpresita. Una nota con una calle anotada y el número de un portal. Con una sonrisa de triunfo, dobló el papel y se lo guardó en el bolsillo. "El día empieza bien" pensó, bebiendo un sorbo del café.
El pirata descendió la pasarela hasta el puerto desde el barco de pasajeros. Era arriesgado viajar mediante esos métodos, pero carecía de barcos. Se había asegurado de evitar que le reconocieran. En aquel momento iba vestido con un sombrero marrón de ala ancha, un chaleco de cuero, una camiseta negra, pantalones vaqueros y unas voluminosas botas de trabajo. Con su mano derecha sujetaba una pesada maleta de viaje, en la que llevaba su ropa y sus pistolas. Llevarlas al descubierto hubiese sido como gritar que era el famoso Lion D. Émile, pues Hades y Averno eran armas muy reconocibles. A cambio por precaución llevaba su cuchillo de caza escondido en la bota izquierda. Para parecerse menos a sus carteles de wanted, se había dejado crecer un poco el pelo y la barba. "Una vez haya reunido a mi tripulación y tenga barco, me volveré a afeitar." Pensó. No le gustaba ir con barba y prefería ir bien arreglado y elegante a esas ropas. Sin embargo, de aquella manera no le reconocerían con facilidad.
Entró en una taberna al azar, asegurándose de que fuese una diferente a la que había visitado la otra vez. Habían pasado tres años, pero los taberneros solían tener una memoria endiabladamente buena, especialmente si has armado jaleo en su bar. No quería arriesgarse a ser reconocido y tener a toda la Marina de Shellstown detrás, además de a todos los cazadores de la isla. Debido a su participación en la Guerra de Loguetown y en el asalto al cuartel marine del North Blue, le habían puesto una recompensa de 167 millones de berries. Además, era considerado una amenaza por ser el hijo de Lion D. Karl, el Almirante marine que había traicionado al Gobierno y asesinado a tres miembros del Gorosei. Por no hablar de que hasta hace poco había sido el subcapitán de Sharp D. Drake, el Supernova que había liberado a la Yonkou Katrina Belatona cuando fue capturada por el Gobierno. Tenía todo un historial suficiente detrás para pasarse el resto de su vida pudriéndose en New Impel Down, y dado que no le convenía, prefería ser cuidadoso. Se sentó en una mesa cualquiera, y cuando una camarera rubia e imponente se acercó, le dedicó una seductora mirada y dijo:
- Buenos días, señorita. Y mejores son ahora que la he visto a usted. ¿Me podría traer un café con leche? Y luego, si no es demasiada la osadía - sonrió pícaramente - ¿Podría recomendarme un buen lugar para pasar la tarde? Soy nuevo en esta ciudad, y no se dónde podría divertirme un rato... o con quién.
Acompañó la clara indirecta con una sugerente mirada a la chica. Esta lo observó mientras hablaba, algo cansada. Debía estar acostumbrada a recibir aquella clase de indirectas. Sin embargo, la seguridad que transmitía el joven y su sonrisa al final hicieron mella en ella, que sonrió y dijo.
- En seguida le traigo su café
Como Émile esperaba, este vino acompañado por una sorpresita. Una nota con una calle anotada y el número de un portal. Con una sonrisa de triunfo, dobló el papel y se lo guardó en el bolsillo. "El día empieza bien" pensó, bebiendo un sorbo del café.
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Después de haber ido a Heiwa to hikari había me habían dicho que el mejor lugar que podía ir a recolectar información era Shellstown, llegue en un barco de pasajeros era una suerte que no sea un tio famoso entre los marines. Entre todos los pasajeros uno me intrigo mas, llevaba un sombrero marrón de ala ancha, un chaleco de cuero, una camiseta negra, pantalones de vaqueros los podía reconocer fácilmente y unas voluminosas botas de trabajo pero lo que mas me intrigo fue esa maleta. "Siempre he sospechado de las personas con maletas desde hace ya mucho tiempo" y su presencia me daba algo de inquietud.
No lo pense mucho y me baje del barco a hacer lo que tenia planeado desde un principio, "recolectar información". Había pasado por muchos bares y en la mayoría de ellos estaban ocupados por piratas así que no pude recolectar información, cuando llegue a otro de los incontables bares pero no entre solo me apoye en una esquina de el y empece a comer lo poco que tenia, no obstante cuando estaba ya por acabar de comer vi al mismo hombre del barco de pasajeros ese que me resulto sospechoso y lo vi entrar al mismo bar el cual estaba apoyado, ese hombre daba mucha intriga pero no fue después que cuando cruzo al lado de el sintió esa presencia inquietante, esa era la señal tenia que saber quien era y muy al fondo sabia que no era un tipo cualquiera.
Al entrar al bar lo vi sentado en una mesa cuando la camarera le dio su pedido se veía feliz como si hubiera conseguido algo, el bar estaba bien cuidado y no había ninguna pelea de los típicos piratas, me acerque a el y me senté en su misma mesa, una ves vino la camarera pedí lo mismo que el.
- Pediré lo mismo que el caballero de aquí
Cuando la camarera me trajo la taza de café con leche tome un poco del mismo y mire al hombre que tenia frente de mi. "Tu no eres un ciudadano común verdad?, algo me lo dice," le dije con seguridad esperando una respuesta del hombre. "A y por cierto... esa barba te queda horrible."
No lo pense mucho y me baje del barco a hacer lo que tenia planeado desde un principio, "recolectar información". Había pasado por muchos bares y en la mayoría de ellos estaban ocupados por piratas así que no pude recolectar información, cuando llegue a otro de los incontables bares pero no entre solo me apoye en una esquina de el y empece a comer lo poco que tenia, no obstante cuando estaba ya por acabar de comer vi al mismo hombre del barco de pasajeros ese que me resulto sospechoso y lo vi entrar al mismo bar el cual estaba apoyado, ese hombre daba mucha intriga pero no fue después que cuando cruzo al lado de el sintió esa presencia inquietante, esa era la señal tenia que saber quien era y muy al fondo sabia que no era un tipo cualquiera.
Al entrar al bar lo vi sentado en una mesa cuando la camarera le dio su pedido se veía feliz como si hubiera conseguido algo, el bar estaba bien cuidado y no había ninguna pelea de los típicos piratas, me acerque a el y me senté en su misma mesa, una ves vino la camarera pedí lo mismo que el.
- Pediré lo mismo que el caballero de aquí
Cuando la camarera me trajo la taza de café con leche tome un poco del mismo y mire al hombre que tenia frente de mi. "Tu no eres un ciudadano común verdad?, algo me lo dice," le dije con seguridad esperando una respuesta del hombre. "A y por cierto... esa barba te queda horrible."
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Profesiones: Espadachín, guardabosques, cocinero, historiador.
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De repente un chico se le acercó y se sentó a su mesa, pidiéndole a la camarera lo mismo que estuviese tomando él. Émile le dirigió una mirada inquisitiva, y llevó disimuladamente su mano izquierda a su pierna. Si la cosa se ponía fea, sacaría su cuchillo de caza. Esperaba no tener que hacerlo... dudaba que la camarera quisiese salir con él si destripaba a un hombre en su bar. Sin embargo no iba a dejarse cazar por una promesa vaga de sexo. Mientras la chica traía el café de su compañero, el pirata lo vigiló con cuidado, sin ser demasiado cantoso. Empleando su habilidad como espía, fingió estar pendiente de la camarera mientras lo vigilaba a él.
Al cabo de un rato, el chico decidió comenzar a hablar. Bebiendo de su café le insinuó que sabía que no era un civil sin más, y mencionó lo mal que le quedaba la barba. Era cierto... la barba no le quedaba particularmente bien, pero que se lo mencionara un perfecto desconocido no era precisamente algo agradable. Era muy posible que lo hubiese reconocido. "Piensa, Émile" se dijo a sí mismo, forzándose a actuar como si no pasara nada y tratando de calmar los nervios que sentía por dentro. Por suerte, nuevamente sus aptitudes de espía le permitieron aparentar total normalidad. "Si fuese un marine, ya habría intentado arrestarme. Si es un cazador... puede que esté intentando tenderme una trampa y cazarme cuando tenga la guardia baja. Por otro lado igual es un simple curioso... o alguien contrario al Gobierno. O puede que un pobre infeliz que ha elegido un mal día y un mal criminal al que amenazar con denunciar."
- Ser común es... aburrido, por decirlo de alguna manera. Y en mi trabajo, aparentar mayor edad es adecuado, de ahí la barba - dijo, con una sonrisa - Sin embargo, es de mala educación sentarse a la mesa de alguien sin presentarse.
Le dirigió una mirada suspicaz, y le tendió una mano para estrecharle la suya.
- Steve Redhand, navegante. Ahora mismo no estoy trabajando para nadie en particular, pero me gano la vida impidiendo que capitanes novatos de barcos mercantes hundan sus navíos - mintió, con una risa. Su tono era bastante convincente - Si yo te contara cada inepto que hay dirigiendo barcos... en fin, ¿quién eres tú, mi buen amigo? ¿Y qué te ha traído a mi mesa hoy? ¿Me conoces de algo?
Al cabo de un rato, el chico decidió comenzar a hablar. Bebiendo de su café le insinuó que sabía que no era un civil sin más, y mencionó lo mal que le quedaba la barba. Era cierto... la barba no le quedaba particularmente bien, pero que se lo mencionara un perfecto desconocido no era precisamente algo agradable. Era muy posible que lo hubiese reconocido. "Piensa, Émile" se dijo a sí mismo, forzándose a actuar como si no pasara nada y tratando de calmar los nervios que sentía por dentro. Por suerte, nuevamente sus aptitudes de espía le permitieron aparentar total normalidad. "Si fuese un marine, ya habría intentado arrestarme. Si es un cazador... puede que esté intentando tenderme una trampa y cazarme cuando tenga la guardia baja. Por otro lado igual es un simple curioso... o alguien contrario al Gobierno. O puede que un pobre infeliz que ha elegido un mal día y un mal criminal al que amenazar con denunciar."
- Ser común es... aburrido, por decirlo de alguna manera. Y en mi trabajo, aparentar mayor edad es adecuado, de ahí la barba - dijo, con una sonrisa - Sin embargo, es de mala educación sentarse a la mesa de alguien sin presentarse.
Le dirigió una mirada suspicaz, y le tendió una mano para estrecharle la suya.
- Steve Redhand, navegante. Ahora mismo no estoy trabajando para nadie en particular, pero me gano la vida impidiendo que capitanes novatos de barcos mercantes hundan sus navíos - mintió, con una risa. Su tono era bastante convincente - Si yo te contara cada inepto que hay dirigiendo barcos... en fin, ¿quién eres tú, mi buen amigo? ¿Y qué te ha traído a mi mesa hoy? ¿Me conoces de algo?
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Después de haberle dicho esas palabras hubo un momento de silencio, "creí haberlo visto antes aunque puede que este equivocado". Pasaron varios minutos y el hombre estaba muy calmado o eso aparentaba, no sabia con quien estaba lidiando y eso me inquietaba, sea quien sea este sujeto no es alguien a quien pueda lidiar en un combate yo no era muy bueno. "En estos momentos debería estar pensando quien rayos soy es lógico, pero no lo conosco no se como actuara en una situación como esta yo estaría nervioso pero mantener la calma es muy importante tal ves eso es lo que estaba haciendo el hombre mantener la calma, si era eso entonces lo hacia muy bien era casi imposible ver si estaba actuando," hasta que por fin después de un largo silencio me dirijio las palabras.
Lo que me dijo me dejo impresionado su papel de ciudadano normal era muy bueno, no importa lo mucho que lo piense sentía que no era una persona normal, después me dijo que no era de buena educación sentarse en la mesa de alguien sin presentarse, cuando me dijo eso lance una carcajada. "Tienes razón perdón por mi falta de educación soy Max D Dexer tal ves no me conozcas encantado," estreche su mano con firmeza presentándome, en el momento de haber estrechado su mano sentí algo extraño como si fueran dos entidades y no una pero sentía que nada bueno surgiría de una pregunta directa.
Después el joven hombre me dijo su nombre "Steve Redhand" y que era navegante, si mentía entonces lo hacia muy bien sonaba muy convincente. "Pirata, soltero y sin tripulación navegando como pasajero o como ayudante en barcos pesqueros lo normal, si te soy sincero ni siquiera yo se mucho porque estoy aquí, lo llamaría tal ves destino pero no se quien eres solamente se que la energía que emana de ti no es de un barbudo normal, pero tranquilo no busco pelea sinceramente me pareció interesante conocerte un poco, después con una sonrisa sincera le dije.
-Ahora que somos "amigos" podrías decirme tu nombre "Steve Redhand" no le diré a nadie créeme al igual que tu no confió en cualquiera pero se que puedes confiar en mi, y si lo haces no te molestare en tu "pequeña cita de amor" con esa linda camarera amigo mio.
Finalizando mi propuesta con una sonrisa y terminando la tasa de café con leche.
Lo que me dijo me dejo impresionado su papel de ciudadano normal era muy bueno, no importa lo mucho que lo piense sentía que no era una persona normal, después me dijo que no era de buena educación sentarse en la mesa de alguien sin presentarse, cuando me dijo eso lance una carcajada. "Tienes razón perdón por mi falta de educación soy Max D Dexer tal ves no me conozcas encantado," estreche su mano con firmeza presentándome, en el momento de haber estrechado su mano sentí algo extraño como si fueran dos entidades y no una pero sentía que nada bueno surgiría de una pregunta directa.
Después el joven hombre me dijo su nombre "Steve Redhand" y que era navegante, si mentía entonces lo hacia muy bien sonaba muy convincente. "Pirata, soltero y sin tripulación navegando como pasajero o como ayudante en barcos pesqueros lo normal, si te soy sincero ni siquiera yo se mucho porque estoy aquí, lo llamaría tal ves destino pero no se quien eres solamente se que la energía que emana de ti no es de un barbudo normal, pero tranquilo no busco pelea sinceramente me pareció interesante conocerte un poco, después con una sonrisa sincera le dije.
-Ahora que somos "amigos" podrías decirme tu nombre "Steve Redhand" no le diré a nadie créeme al igual que tu no confió en cualquiera pero se que puedes confiar en mi, y si lo haces no te molestare en tu "pequeña cita de amor" con esa linda camarera amigo mio.
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Una sonrisa extraña se dibujó en el rostro de Steve, o más bien de Émile. No era la misma sonrisa amistosa de antes. Vaya, vaya, así que no había colado que fuese una persona normal. Por sus palabras, adivinó que no fue que la mentira no hubiese sido convincente. "Tal vez este chico sea usuario de haki y domine el mantra, con lo cual ha percibido a Lucifer... o tal vez simplemente tenga una predisposición natural al mismo y aun no lo sepa." En todo caso, estaba bastante seguro de que había percibido de alguna manera la malévola aura de su akuma. "Desde que me he fusionado con Lucifer debe ser más fácil de percibir. Debería trabajar en ocultarla." Oh, y además aquel chico era pirata.
- Me parece que tú y yo tenemos cosas de qué hablar. ¿Quieres saber quién soy? - dijo, bajando el tono de voz - Entonces sígueme. No es algo que vaya a decir aquí.
Se levantó y se acercó a la barra, dejando un puñado de berries sobre esta. Dejaría pagada la cuenta de ambos, sería más rápido. Émile no era ningún buen samaritano; simplemente no le daba valor al dinero. Pronto tendría suficiente como para comprarse un trono. Se acarició la barba, y volvió a la mesa para recoger su maleta, tras lo cual hizo una señal a Max para que le siguiera. Le parecía gracioso que lo "amenazase" con lo de la cita. Si el chico supiera con quién estaba hablando, seguramente mostraría más respeto. Se lo perdonaba porque no lo sabía, y porque tampoco sacaba ningún beneficio de asustar a un novato. Más aun, tal vez ese chico tuviera futuro, en cuyo caso lo reclamaría para su banda en cuanto hubiera mejorado y se hubiera labrado una reputación. "Cuando James acabe el reclutamiento tendré tripulantes de sobra. Necesito encontrar oficiales poderosos, no grumetes. Y si tienen ya fama, mejor." Salió fuera de la taberna, se dirigió por la calle hacia un callejón alejado, asegurándose de que no hubiese nadie cerca, y esperó al chico.
- Me parece que tú y yo tenemos cosas de qué hablar. ¿Quieres saber quién soy? - dijo, bajando el tono de voz - Entonces sígueme. No es algo que vaya a decir aquí.
Se levantó y se acercó a la barra, dejando un puñado de berries sobre esta. Dejaría pagada la cuenta de ambos, sería más rápido. Émile no era ningún buen samaritano; simplemente no le daba valor al dinero. Pronto tendría suficiente como para comprarse un trono. Se acarició la barba, y volvió a la mesa para recoger su maleta, tras lo cual hizo una señal a Max para que le siguiera. Le parecía gracioso que lo "amenazase" con lo de la cita. Si el chico supiera con quién estaba hablando, seguramente mostraría más respeto. Se lo perdonaba porque no lo sabía, y porque tampoco sacaba ningún beneficio de asustar a un novato. Más aun, tal vez ese chico tuviera futuro, en cuyo caso lo reclamaría para su banda en cuanto hubiera mejorado y se hubiera labrado una reputación. "Cuando James acabe el reclutamiento tendré tripulantes de sobra. Necesito encontrar oficiales poderosos, no grumetes. Y si tienen ya fama, mejor." Salió fuera de la taberna, se dirigió por la calle hacia un callejón alejado, asegurándose de que no hubiese nadie cerca, y esperó al chico.
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Una sonrisa se le marco en la cara una ves escuchó todo lo que dije era imposible saber en que diablos estaba pensando, no muchas veces me pongo nervioso pero esa ves tenia en frente a alguien que de seguro no me gustaría molestar, aunque lo que me ponía mas nervioso era ese sentimiento de que junto a el había otra presencia. "Sea lo que sea posiblemente podría ser una akuma no mi, ¿pero cual?," con tan poca información o mas bien casi nada no sabría que decir pero de algo si sabia que esta persona como dije anteriormente no era una persona normal, mas me vale tener mucho cuidado. "¿Qué pasaría si metiera la pata?, seguro me mataría."
Después de esa sonrisa y el silencio mutuo, por fin se decidió a hablar. "Dijo que teníamos cosas de que hablar pero no en un lugar con tanta gente, me parecía bastante lógico," levantándose de la mesa fue a la barra y pago por lo que vi a los dos, después de acariciar su barba volvió y agarro su maleta dándome una señal para seguirlo. "¿Adonde me llevaría? no lo sabría decir pero sentía que debía hacerlo," con un poco de duda empezar a seguirlo donde pueda decirme información sin que nadie escuche, había tantos marines por doquier que asta molesta solo con oír sus pasos. Antes de haber ido a este bar me tope con unos 5 mas y solo en 2 intervinieron la marina en los otros siguieron rompiendo todo, después había visto unos marines abusando de su poder con mujeres cuando en frente de ellos se están cometiendo robos, asesinatos y demás crímenes. "¿Ellos no son la justicia?, maldición como pueden ser tan sinvergüenza."
Seguí al hombre a un callejón donde nadie podía vernos ni oír si alguien gritaba de agonía, me ponía los pelos de punta pero demostrar que estaba nervioso e inquieto era como mostrar lo débil que soy. Caminaba de una forma tranquila pero sumamente discreto yo lo seguí de forma que nadie pueda sospechar, era mejor tener este asuntito en secreto antes de tener a toda una brigada de marines a nuestras espaldas, cuando llegue al callejón lo vi parado hay esperándome aunque por la falta de luz no notaba si tenia una cara tranquila o tenia esa sonrisa del bar, me era difícil diferenciarlo pero sin dudarlo entre en el callejón. "No sabia que esperar hasta que el hombre empiece a hablar el silencio era tal que hasta se escuchaba a la propia oscuridad susurrando, esto ya me había pasado antes es como si la oscuridad no me dejara solo pero en ese callejón se sentía algo extraño, era como si esa misma oscuridad se estuviera familiarizando con el hombre eso sin duda tiene que ver con esa segunda presencia que note en el," que diablos habrá sido eso.
-"Aquí los marines no nos encontraran."
Dije con todos esos sentimientos y pensamientos en mi cabeza, esperaba que cuando aquel hombre empezase a hablar mis dudas se resolvieran tan pronto como que canta un gallo o eso esperaba.
Después de esa sonrisa y el silencio mutuo, por fin se decidió a hablar. "Dijo que teníamos cosas de que hablar pero no en un lugar con tanta gente, me parecía bastante lógico," levantándose de la mesa fue a la barra y pago por lo que vi a los dos, después de acariciar su barba volvió y agarro su maleta dándome una señal para seguirlo. "¿Adonde me llevaría? no lo sabría decir pero sentía que debía hacerlo," con un poco de duda empezar a seguirlo donde pueda decirme información sin que nadie escuche, había tantos marines por doquier que asta molesta solo con oír sus pasos. Antes de haber ido a este bar me tope con unos 5 mas y solo en 2 intervinieron la marina en los otros siguieron rompiendo todo, después había visto unos marines abusando de su poder con mujeres cuando en frente de ellos se están cometiendo robos, asesinatos y demás crímenes. "¿Ellos no son la justicia?, maldición como pueden ser tan sinvergüenza."
Seguí al hombre a un callejón donde nadie podía vernos ni oír si alguien gritaba de agonía, me ponía los pelos de punta pero demostrar que estaba nervioso e inquieto era como mostrar lo débil que soy. Caminaba de una forma tranquila pero sumamente discreto yo lo seguí de forma que nadie pueda sospechar, era mejor tener este asuntito en secreto antes de tener a toda una brigada de marines a nuestras espaldas, cuando llegue al callejón lo vi parado hay esperándome aunque por la falta de luz no notaba si tenia una cara tranquila o tenia esa sonrisa del bar, me era difícil diferenciarlo pero sin dudarlo entre en el callejón. "No sabia que esperar hasta que el hombre empiece a hablar el silencio era tal que hasta se escuchaba a la propia oscuridad susurrando, esto ya me había pasado antes es como si la oscuridad no me dejara solo pero en ese callejón se sentía algo extraño, era como si esa misma oscuridad se estuviera familiarizando con el hombre eso sin duda tiene que ver con esa segunda presencia que note en el," que diablos habrá sido eso.
-"Aquí los marines no nos encontraran."
Dije con todos esos sentimientos y pensamientos en mi cabeza, esperaba que cuando aquel hombre empezase a hablar mis dudas se resolvieran tan pronto como que canta un gallo o eso esperaba.
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Los ojos de Émile relucieron cuando se volvió hacia Max. Era hora de revelarle su auténtica identidad... y en función de su reacción, decidiría lo que hacer con él. ¿Por qué arriesgarse tanto? Porque era divertido. Asustaría a aquel novato y si resultaba poder serle útil lo pondría a prueba. Así decidiría si debía mantener un ojo sobre él para reclutarlo en un futuro. Lo miró, decidiendo cuál sería la mejora manera y más sorprendente de mostrarle su identidad.
- Es posible que si te muestro mis poderes, me reconozcas.
Dejó caer la maleta, y se concentró. Comenzó a emitir un débil brillo, una especie de luz dorada que pronto se corrompió y volvió rojiza. Cerró sus ojos, y apretó sus puños. Dos enormes alas negras surgieron de su espalda, y cuando volvió a abrir sus ojos estos se había vuelto totalmente negros excepto por el iris, que era rojo. Una aureola apareció encima de su cabeza, similar a la de los ángeles y santos, pero esta estaba hecha de llamas. El diablo se alzó un metros en el aire, y bajó la cabeza para ver al chico.
- ¿Sabes quién soy ya? - dijo, con una voz terrible y potente.
Estaba deseando ver su reacción. Contuvo la risa, manteniendo una pose terrorífica y grandiosa. Seguramente se asustaría como poco al verlo convertirse en semejante ser. Por otro lado, tal vez hubiese escuchado historias del Kuro no Tenshi, el Ángel Negro, y lo reconociese.
- Es posible que si te muestro mis poderes, me reconozcas.
Dejó caer la maleta, y se concentró. Comenzó a emitir un débil brillo, una especie de luz dorada que pronto se corrompió y volvió rojiza. Cerró sus ojos, y apretó sus puños. Dos enormes alas negras surgieron de su espalda, y cuando volvió a abrir sus ojos estos se había vuelto totalmente negros excepto por el iris, que era rojo. Una aureola apareció encima de su cabeza, similar a la de los ángeles y santos, pero esta estaba hecha de llamas. El diablo se alzó un metros en el aire, y bajó la cabeza para ver al chico.
- ¿Sabes quién soy ya? - dijo, con una voz terrible y potente.
Estaba deseando ver su reacción. Contuvo la risa, manteniendo una pose terrorífica y grandiosa. Seguramente se asustaría como poco al verlo convertirse en semejante ser. Por otro lado, tal vez hubiese escuchado historias del Kuro no Tenshi, el Ángel Negro, y lo reconociese.
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Ese silencio era perturbador no sabría lo que iba a ser aquel hombre, sus ojos tan relucientes como la de un dragón en frenesí o algo así había escuchado, cada ves que el tiempo pasaba y compartíamos el silencio todo se ponía mas tenso pero de repente esa energía negativa empezó a fluir mas que nunca en el hombre era como si fuese uno con la oscuridad tal ves eso haya sido el echo de que sentía algo anormal en el sin mencionar que la oscuridad que estaba en ese momento lo estaba rodeando, lo sabia podía verlo. "Desde pequeño e podido ver la oscuridad con claridad pero parecía que no era el único familiarizado con la oscuridad, este hombre no será..."
Interrumpiendo mis pensamientos el hombre empezó a hablar. "¿Sus poderes?, a que se refiere con que lo sabré una ves me los haya mostrado?," haga lo que haga esa sensación de energía maligna estaba creciendo muy rápido. Dejo caer la maleta y un brillo dorado salió de el que después se convirtió en un rojizo maligno, me sorprendí al ver que de repente después de haber cerrado los ojos y apretado los puños le salieron unas grandes alas negras, al abrir los ojos percate que ya no eran los de antes eran completamente negros y rojo en e iris aunque era atemorizante era realmente genial no podía decir ni una palabra ver algo así era sorprendente, después de que apareciese una aureola echa de llamas en su cabeza y que ascendiera unos metros para después verme a la cara diciéndome si ya sabia quien era.
Era casi imposible no saberlo, en el bar no creí que fuese verdad pero ya no tengo dudas de ello, era el ese hombre "mitad humano mitad demonio" del que escuche rumores pero ahora que lo veo frente a mi es mas que sorprendente. "Sentía tanta energía negativa que hasta respirar era difícil, mi rostro estaba tan sorprendido que no podría explicarlo pero en mi interior era diferente, sentía como cada partícula de mi cuerpo explotaran de energía, aunque era imposible no tener miedo a esa cosa en frente de mi, no importaba lo "hombre" que fuera uno al final el resultado seria el mismo."
-...No cabe duda, eres tu el antiguo Supernova el Kuro no Tenshi "Lion D Émile"¡¡¡¡
Con una cara decidida y a la ves perturbada y nerviosa grite su nombre con seguridad, estaba seguro que era el. "Quien mas podría convertirse en demonio?," mi corazón latiendo a cien sabiendo que lo que estaba viendo era la otra presencia que había sentido, podía verla estaba fusionada a Émile como uno solo. "¿Una unión de un humano y demonio?, creo haber escuchado eso en mi isa donde crecí hay eran muy creyentes de los demonios y el potencial que tendrían si se fusionaran con ellos en todo caso lo que estaba viendo era una raza superior por así decirlo."
- Ahora que me has mostrado esto no se que es lo que aras o que estas pensando pero quisiera preguntarte algo. ¿Que fue lo que ocurrió en la guerra que se llevo a cabo en Loguetown?¡¡
Interrumpiendo mis pensamientos el hombre empezó a hablar. "¿Sus poderes?, a que se refiere con que lo sabré una ves me los haya mostrado?," haga lo que haga esa sensación de energía maligna estaba creciendo muy rápido. Dejo caer la maleta y un brillo dorado salió de el que después se convirtió en un rojizo maligno, me sorprendí al ver que de repente después de haber cerrado los ojos y apretado los puños le salieron unas grandes alas negras, al abrir los ojos percate que ya no eran los de antes eran completamente negros y rojo en e iris aunque era atemorizante era realmente genial no podía decir ni una palabra ver algo así era sorprendente, después de que apareciese una aureola echa de llamas en su cabeza y que ascendiera unos metros para después verme a la cara diciéndome si ya sabia quien era.
Era casi imposible no saberlo, en el bar no creí que fuese verdad pero ya no tengo dudas de ello, era el ese hombre "mitad humano mitad demonio" del que escuche rumores pero ahora que lo veo frente a mi es mas que sorprendente. "Sentía tanta energía negativa que hasta respirar era difícil, mi rostro estaba tan sorprendido que no podría explicarlo pero en mi interior era diferente, sentía como cada partícula de mi cuerpo explotaran de energía, aunque era imposible no tener miedo a esa cosa en frente de mi, no importaba lo "hombre" que fuera uno al final el resultado seria el mismo."
-...No cabe duda, eres tu el antiguo Supernova el Kuro no Tenshi "Lion D Émile"¡¡¡¡
Con una cara decidida y a la ves perturbada y nerviosa grite su nombre con seguridad, estaba seguro que era el. "Quien mas podría convertirse en demonio?," mi corazón latiendo a cien sabiendo que lo que estaba viendo era la otra presencia que había sentido, podía verla estaba fusionada a Émile como uno solo. "¿Una unión de un humano y demonio?, creo haber escuchado eso en mi isa donde crecí hay eran muy creyentes de los demonios y el potencial que tendrían si se fusionaran con ellos en todo caso lo que estaba viendo era una raza superior por así decirlo."
- Ahora que me has mostrado esto no se que es lo que aras o que estas pensando pero quisiera preguntarte algo. ¿Que fue lo que ocurrió en la guerra que se llevo a cabo en Loguetown?¡¡
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Se regodeó viendo el miedo y la admiración en los ojos del chico. Sí... aquello era justo lo que quería inspirar en la gente. Respeto reverencial por su majestuosidad y poder, y miedo por su naturaleza demoníaca. Quería que todo el mundo supiese que estaban en sus manos, y que él era el nuevo amo y señor de todo. Esbozó una sonrisa malévola. Hace un tiempo se hubiese horrorizado si se hubiese visto a sí mismo convertido en aquel diabólico ser. Sin embargo, su yo de hacía apenas unos meses era un ser débil que temía a los increíbles poderes que su fruta podría otorgarle. ¿Único motivo? Miedo a perder su bondad y herir a la gente. "El poder es lo único que cuenta. Todo lo demás es... desechable. Era estúpido al no comprender que aceptando los incomparables dones que me ofrecía Lucifer me convertiría en uno de los piratas más temibles del mundo."
- Observa bien, chico. Dudo que pocas veces tengas la ocasión de ver a alguien como yo así de cerca.
Su sonrisa se hizo incluso más amplia al escuchar sus palabras. Así que le reconocía, y sabía tanto su nombre como su apodo. No cabía duda, aunque llevase unos meses sin hacer ninguna aparición pública su nombre aun era recordado y temido. Lentamente descendió al suelo, mientras escuchaba en su interior a Lucifer riéndose. Evidentemente el Diablo encontraba aquel espectáculo divertido. "Aprendes rápido, chico. Me sorprendes, antes no demostrabas tanto potencial" le dijo el Diablo. Notando el orgullo creciendo en su interior y una alegría siniestra, contestó en su mente "Gracias, Maestro."
- Ese soy yo, efectivamente. Asegúrate de no olvidar mi nombre, porque pronto será temido en todos los mares.
Entonces el chico le preguntó por Loguetown. Émile dejó de sonreír y bajó al suelo. Sus ojos volvieron a ser humanos, y el halo de llamas se desvaneció. Su lado más malévolo se calmó y se durmió, mientras los recuerdos invadían su mente. Olor a pólvora, explosiones, caos... Recordó haber visto a su padre, y no haberse decidido a atacarle. ¿Hubiesen sido las cosas diferentes si lo hubiese hecho? ¿Le habría explicado todo lo referente a su madre? ¿Lo hubiese arrestado por traición al Gobierno? Quién sabe... era inútil hacerse preguntas sobre "cómo hubiese sido si". Sólo el presente importaba. Frunció el ceño, y miró a Max.
- Como sabrás, la Guerra de Loguetown de hace casi cuatro años ha sido una de las dos grandes guerras de nuestra era junto a la Guerra de Mariejoa de hace dos meses. Comenzó cuando la ex-Yonkou Katrina Belatona fue arrestada por el Gobierno Mundial, y se decidió que sería ejecutada en la misma ciudad que el Primer Rey de los Piratas. En ese momento yo era uno de los cuatro Yonkaikyos, aunque nunca guardé lealtad al Gobierno. En realidad era ya en secreto el subcapitán de los Kuzaku Funnen. El caso fue que para rescatar a Katrina los tres Yonkous restantes se aliaron con el segundo al mando de la banda de ella y fueron a rescatarla - los ojos de Émile se oscurecieron - Decenas de islas del East Blue fueron arrasadas en las batallas que tuvieron lugar, antes de que los ejércitos de los cuatro Yonkous llegaran a Loguetown. Fue una sangrienta batalla, en la que murió uno el Yonkou Aksuby Namzug en un ataque combinado de los Vicealmirantes Lion D. Karl y Krauser Redfield (los que más adelante serían los Almirantes Kurotora y Samegure) con ayuda de los Shichibukais Alex Drachen y Takeshi Yamamoto. Takeshi moriría más tarde durante esa misma batalla. Pero la Marina también tendría sus pérdidas. Dos Almirantes murieron en la batalla, y el propio Almirante de Flota fue asesinado por el difunto Supernova Abyss. Mi antiguo capitán, Sharp D. Drake, logró aprovechar el asesinato del Almirante de Flota para liberar a la Yonkou, pero el Vicealmirante Karl se le adelantó y la eliminó - no mencionó que Karl era su padre. Era un dato poco conocido, y tampoco le interesaba dar más motivos al mundo para odiar a su padre. Pues Karl no sólo había sido un poderoso marine que había llegado a Almirante, si no que en la Guerra de Mariejoa había traicionado al Gobierno y se había aliado con los revolucionarios atacando al Gorosei, los líderes del Gobierno. Murió en el proceso, pero se los llevó consigo a la tumba - Fue una guerra sangrienta, y es el motivo por el cuál hoy Loguetown es un puñado de ruinas y cenizas en lugar de la próspera ciudad que fue en su momento.
- Observa bien, chico. Dudo que pocas veces tengas la ocasión de ver a alguien como yo así de cerca.
Su sonrisa se hizo incluso más amplia al escuchar sus palabras. Así que le reconocía, y sabía tanto su nombre como su apodo. No cabía duda, aunque llevase unos meses sin hacer ninguna aparición pública su nombre aun era recordado y temido. Lentamente descendió al suelo, mientras escuchaba en su interior a Lucifer riéndose. Evidentemente el Diablo encontraba aquel espectáculo divertido. "Aprendes rápido, chico. Me sorprendes, antes no demostrabas tanto potencial" le dijo el Diablo. Notando el orgullo creciendo en su interior y una alegría siniestra, contestó en su mente "Gracias, Maestro."
- Ese soy yo, efectivamente. Asegúrate de no olvidar mi nombre, porque pronto será temido en todos los mares.
Entonces el chico le preguntó por Loguetown. Émile dejó de sonreír y bajó al suelo. Sus ojos volvieron a ser humanos, y el halo de llamas se desvaneció. Su lado más malévolo se calmó y se durmió, mientras los recuerdos invadían su mente. Olor a pólvora, explosiones, caos... Recordó haber visto a su padre, y no haberse decidido a atacarle. ¿Hubiesen sido las cosas diferentes si lo hubiese hecho? ¿Le habría explicado todo lo referente a su madre? ¿Lo hubiese arrestado por traición al Gobierno? Quién sabe... era inútil hacerse preguntas sobre "cómo hubiese sido si". Sólo el presente importaba. Frunció el ceño, y miró a Max.
- Como sabrás, la Guerra de Loguetown de hace casi cuatro años ha sido una de las dos grandes guerras de nuestra era junto a la Guerra de Mariejoa de hace dos meses. Comenzó cuando la ex-Yonkou Katrina Belatona fue arrestada por el Gobierno Mundial, y se decidió que sería ejecutada en la misma ciudad que el Primer Rey de los Piratas. En ese momento yo era uno de los cuatro Yonkaikyos, aunque nunca guardé lealtad al Gobierno. En realidad era ya en secreto el subcapitán de los Kuzaku Funnen. El caso fue que para rescatar a Katrina los tres Yonkous restantes se aliaron con el segundo al mando de la banda de ella y fueron a rescatarla - los ojos de Émile se oscurecieron - Decenas de islas del East Blue fueron arrasadas en las batallas que tuvieron lugar, antes de que los ejércitos de los cuatro Yonkous llegaran a Loguetown. Fue una sangrienta batalla, en la que murió uno el Yonkou Aksuby Namzug en un ataque combinado de los Vicealmirantes Lion D. Karl y Krauser Redfield (los que más adelante serían los Almirantes Kurotora y Samegure) con ayuda de los Shichibukais Alex Drachen y Takeshi Yamamoto. Takeshi moriría más tarde durante esa misma batalla. Pero la Marina también tendría sus pérdidas. Dos Almirantes murieron en la batalla, y el propio Almirante de Flota fue asesinado por el difunto Supernova Abyss. Mi antiguo capitán, Sharp D. Drake, logró aprovechar el asesinato del Almirante de Flota para liberar a la Yonkou, pero el Vicealmirante Karl se le adelantó y la eliminó - no mencionó que Karl era su padre. Era un dato poco conocido, y tampoco le interesaba dar más motivos al mundo para odiar a su padre. Pues Karl no sólo había sido un poderoso marine que había llegado a Almirante, si no que en la Guerra de Mariejoa había traicionado al Gobierno y se había aliado con los revolucionarios atacando al Gorosei, los líderes del Gobierno. Murió en el proceso, pero se los llevó consigo a la tumba - Fue una guerra sangrienta, y es el motivo por el cuál hoy Loguetown es un puñado de ruinas y cenizas en lugar de la próspera ciudad que fue en su momento.
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Era increíble ver tan magnifico demonio y solo estar a metros de distancia pero el tiempo que podíamos estar hay era poco, con todo el ruido que hicimos es imposible que no nos hayan escuchado, debíamos ser precavidos. Después de verle en esa demoniaca forma la sonrisa que se le puso en la cara era tal que me irisaba la piel, era sin duda un monstruo real no es alguien a quien quiera como enemigo al antiguo supernova Lion D Émile. "La segunda presencia que había sentido estaba sin duda en su interior sabia su nombre era lucifer pues lo había leído en un libro el legendario demonio en la akuma no mi pero en persona era totalmente superior a lo que imagine," segundos después que se había transformado sentí algo en mi katana una sensación rara como si algo fuera a salir de ella pero de repente Emile me dirigió algunas palabras.
Era verdad no era algo común ver a alguien como el y estando tan cerca sin haber muerto ya, al haber dicho su nombre su sonrisa se izo mas macabra aun y se notaba feliz y me dijo que no me olvidase su nombre porque seria escuchado en todos los mares y seria el mas grande, no había dudas que tenia una oportunidad de serlo. Pero cuando pregunte sobre loguetown esa sonrisa de su cara se borro por completo dejando una cara completamente seria, sus ojos se volvieron normales y su aureola desapareció volviendo al suelo parecía estar recordando algo y en efecto era la guerra de loguetown lo estaba recordando asta que me miro fijo y me dijo toda la historia.
Era increíble había escuchado rumores pero, dos almirantes murieron junto con la yonkuo condenada, el yonkuo Aksuby Namzug una total carnicería, y de repente los ojos de Emile se oscurecieron de nuevo y siguió contando pero no me lo podía creer el almirante en flota también callo en batalla, con cada palabra me quedaba perplejo sin duda una guerra con muchas perdidas en ambos bandos así es como termino loguetown y otras islas mas en su total destrucción.
Sin palabras me quede al escuchar la historia, era sorprendente lo que habían escuchado mis oídos pero sabia que esa era la verdad no sonaba como si estuviera mintiendo. Después de meditarlo me calme un poco pero aun así había tantas cosas en mi cabeza pero no era el lugar ni el momento de pensar en esas cosas se empezaba a hacer tarde ya.
-Si tienes tiempo podríamos hablar mas tarde o en otro lugar o hasta incluso tengas algo que decirme o preguntarme o talves no pero el echo es que si tienes los poderes de un demonio tan poderoso posiblemente puedas ver la presencia del demonio que toda persona posee, pero claro esos demonios son jodidamente mas débiles que el tuyo o el mío así que solo pueden ser vistos pero no hacen ningún daño físico alguno... Si lo piensas bien talves siempre tuviste al demonio en tu interior pero la akuma lo despertó, (empezó a reírse a carcajadas) pero bueno también esta la posibilidad que no sea así solo te di mi opinión.
Solamente tenia que esperar que me decía Emile pues yo ya no tenia ninguna pregunta en su momento pero seguro que se me vendría alguna en la cabeza a medida que pase el tiempo.
Era verdad no era algo común ver a alguien como el y estando tan cerca sin haber muerto ya, al haber dicho su nombre su sonrisa se izo mas macabra aun y se notaba feliz y me dijo que no me olvidase su nombre porque seria escuchado en todos los mares y seria el mas grande, no había dudas que tenia una oportunidad de serlo. Pero cuando pregunte sobre loguetown esa sonrisa de su cara se borro por completo dejando una cara completamente seria, sus ojos se volvieron normales y su aureola desapareció volviendo al suelo parecía estar recordando algo y en efecto era la guerra de loguetown lo estaba recordando asta que me miro fijo y me dijo toda la historia.
Era increíble había escuchado rumores pero, dos almirantes murieron junto con la yonkuo condenada, el yonkuo Aksuby Namzug una total carnicería, y de repente los ojos de Emile se oscurecieron de nuevo y siguió contando pero no me lo podía creer el almirante en flota también callo en batalla, con cada palabra me quedaba perplejo sin duda una guerra con muchas perdidas en ambos bandos así es como termino loguetown y otras islas mas en su total destrucción.
Sin palabras me quede al escuchar la historia, era sorprendente lo que habían escuchado mis oídos pero sabia que esa era la verdad no sonaba como si estuviera mintiendo. Después de meditarlo me calme un poco pero aun así había tantas cosas en mi cabeza pero no era el lugar ni el momento de pensar en esas cosas se empezaba a hacer tarde ya.
-Si tienes tiempo podríamos hablar mas tarde o en otro lugar o hasta incluso tengas algo que decirme o preguntarme o talves no pero el echo es que si tienes los poderes de un demonio tan poderoso posiblemente puedas ver la presencia del demonio que toda persona posee, pero claro esos demonios son jodidamente mas débiles que el tuyo o el mío así que solo pueden ser vistos pero no hacen ningún daño físico alguno... Si lo piensas bien talves siempre tuviste al demonio en tu interior pero la akuma lo despertó, (empezó a reírse a carcajadas) pero bueno también esta la posibilidad que no sea así solo te di mi opinión.
Solamente tenia que esperar que me decía Emile pues yo ya no tenia ninguna pregunta en su momento pero seguro que se me vendría alguna en la cabeza a medida que pase el tiempo.
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Max era un oyente silencioso... ¿o simplemente estaba demasiado anonadado con lo que había escuchado? Tras eso, comenzó a hablarle sobre demonios. Supuso que se refería a los demonios de las akumas no mi. Lo observó sin cambiar su expresión ni decir nada mientras el chico hablaba, para luego cruzarse de brazos.
- Puedo ver la oscuridad y maldad en el interior de las personas... pero no puedo distinguir a los usuarios de akuma de los no usuarios, si era eso lo que preguntabas.
Se interpuso entre él y la salida. ¿Hablar más tarde? No sin antes asegurarse de que no iba a traicionarle y venderlo a la Marina. Lo miró directamente a los ojos, activando su Mirada del Diablo. Este poder hacia que mientras mantuviese el contacto visual, la persona sobre quien lo usara no podría mentir. No estaría obligado a hablar, pero es incapaz de dar información falsa. Si se fuerza a hacerlo o intenta engañar a Émile, un terrible dolor recorrerá todo su cuerpo. Sin decirle que había activado este poder, siguió mirando a los ojos del chico y dijo:
- No dejes de mirarme a los ojos. ¿Pretendes entregarme a la Marina cuando salgamos de aquí o jugármela de alguna manera?
Si le prometía sinceramente no hacerlo, tal vez incluso lo invitase a tomarse algo en algún bar. Le convenía tener "amigos" como él por si en un futuro lo reclutaba.
- Puedo ver la oscuridad y maldad en el interior de las personas... pero no puedo distinguir a los usuarios de akuma de los no usuarios, si era eso lo que preguntabas.
Se interpuso entre él y la salida. ¿Hablar más tarde? No sin antes asegurarse de que no iba a traicionarle y venderlo a la Marina. Lo miró directamente a los ojos, activando su Mirada del Diablo. Este poder hacia que mientras mantuviese el contacto visual, la persona sobre quien lo usara no podría mentir. No estaría obligado a hablar, pero es incapaz de dar información falsa. Si se fuerza a hacerlo o intenta engañar a Émile, un terrible dolor recorrerá todo su cuerpo. Sin decirle que había activado este poder, siguió mirando a los ojos del chico y dijo:
- No dejes de mirarme a los ojos. ¿Pretendes entregarme a la Marina cuando salgamos de aquí o jugármela de alguna manera?
Si le prometía sinceramente no hacerlo, tal vez incluso lo invitase a tomarse algo en algún bar. Le convenía tener "amigos" como él por si en un futuro lo reclutaba.
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Emile después de haber escuchado mi sugerencia de los demonios cruzo de brazos y me dijo que carece de la capacidad de poder distinguir a los usuarios de las akumas con los que no son usuarios pero si puede ver su maldad, sinceramente poder ver la maldad en las personas era un don que yo poseía también pero un modelo a escala del suyo por así decirlo. Después de haberme casi despedido de el se me interpuso en el camino. "Ya veía venir eso, no creo que todavía confié en mi lo suficiente."
Después de verme fijamente a los ojos por un eterno minuto me dijo que confesara si le tendía alguna trampa con la marina o tenia pensado traicionarlo y me dijo que no lo dejara de ver a los ojos de seguro planeaba algo pero no le hice mucho caso después de todo decía la verdad absoluta no le mentiría ni un poco dado que eso no me ayudaría en ningún sentido y que lo marines me ayan amenazado tampoco es una opción. "Es bueno no ser conocido aun," aunque eso me impida tener respeto en la mayoría de lugares e aprendido por mi mismo a contener mis emociones al máximo hasta donde lo vea conveniente.
-No, no es ningún tipo de trampa lo que he dicho asta ahora es toda la verdad supongo que ya te habrás dado cuanta que digo la verdad, tampoco soy tan estúpido como para tener de enemigo a "Lion D Emile" no crees.
Terminando con una sonrisa que notaba confianza mire fijamente a sus ojos como me lo había pedido dejando un largo y simple silencio hasta tal punto que todo a nuestro alrededor estaba completamente en silencio total solo la oscuridad hablaba se podía escuchar levemente a la oscuridad murmurando en total silencio como siempre no le di mucha importancia con la mirada fijada en los ojos de Emile sin voltear a ninguna otra dirección. "¿En que estará pensando?," intente imaginarme lo que diría pero nada concreto obviamente era difícil saber lo que piensa un mitad humano mitad demonio y mas con su estado mental yo lo podía sentir el era mucho mas maligno que en los rumores que escuche pero también es inteligente no creo que vaya armando numeritos de esos alarmando a todo marine, ciudadano, pirata y caza recompensas que se encuentre en su camino,
Después de verme fijamente a los ojos por un eterno minuto me dijo que confesara si le tendía alguna trampa con la marina o tenia pensado traicionarlo y me dijo que no lo dejara de ver a los ojos de seguro planeaba algo pero no le hice mucho caso después de todo decía la verdad absoluta no le mentiría ni un poco dado que eso no me ayudaría en ningún sentido y que lo marines me ayan amenazado tampoco es una opción. "Es bueno no ser conocido aun," aunque eso me impida tener respeto en la mayoría de lugares e aprendido por mi mismo a contener mis emociones al máximo hasta donde lo vea conveniente.
-No, no es ningún tipo de trampa lo que he dicho asta ahora es toda la verdad supongo que ya te habrás dado cuanta que digo la verdad, tampoco soy tan estúpido como para tener de enemigo a "Lion D Emile" no crees.
Terminando con una sonrisa que notaba confianza mire fijamente a sus ojos como me lo había pedido dejando un largo y simple silencio hasta tal punto que todo a nuestro alrededor estaba completamente en silencio total solo la oscuridad hablaba se podía escuchar levemente a la oscuridad murmurando en total silencio como siempre no le di mucha importancia con la mirada fijada en los ojos de Emile sin voltear a ninguna otra dirección. "¿En que estará pensando?," intente imaginarme lo que diría pero nada concreto obviamente era difícil saber lo que piensa un mitad humano mitad demonio y mas con su estado mental yo lo podía sentir el era mucho mas maligno que en los rumores que escuche pero también es inteligente no creo que vaya armando numeritos de esos alarmando a todo marine, ciudadano, pirata y caza recompensas que se encuentre en su camino,
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Tras unos tensos instante, los ojos de Émile se volvieron normales, y retornó a su forma humana. Se ajustó el cuello de la camisa como si no hubiese pasado nada, y se giró hacia la salida del callejón, caminando hacia esta tranquilamente. Volvía a parecer un simple hombre joven, aparentemente normal. Irónico teniendo en cuenta que unos segundos antes había estado transformado en un demonio. Cuando estaba cerca de la salida, se paró, y miró hacia atrás.
- Se que has dicho la verdad, pero no está de más avisarlo. Si cambias de opinión y hablas de mi a la Marina, te mataré - sus ojos se clavaron en los del joven - Por otro lado... permíteme darte dos consejos. Si tienes sospechas de que un desconocido no es lo que aparenta, no seas tan directo. Yo hoy prefiero no llamar la atención. Pero si hubiese venido con intenciones de matar a alguien, no hubiese tenido reparos en asesinar a todo el que se hubiese metido en mis asuntos. Lo que te incluiría a ti. Mi consejo es que te andes con ojo en un futuro, en definitiva. Oh... y si vas a navegar, procura entrenar. Puedo notar perfectamente con mi mantra tu poder, y ahora mismo eres demasiado débil para sobrevivir como pirata si vas a ir en solitario.
Dicho esto, se alejó y salió del callejón. Tenía que hacer tiempo antes de encontrarse con la mujer del bar. Contactó mentalmente mediante el vínculo de su pacto con uno de los oficiales de su tripulación. "Acercad el barco a Shellstown, y esta noche venid a buscarme al puerto. Andaos con ojo por si los marines andan cerca. No icéis la bandera."
- Se que has dicho la verdad, pero no está de más avisarlo. Si cambias de opinión y hablas de mi a la Marina, te mataré - sus ojos se clavaron en los del joven - Por otro lado... permíteme darte dos consejos. Si tienes sospechas de que un desconocido no es lo que aparenta, no seas tan directo. Yo hoy prefiero no llamar la atención. Pero si hubiese venido con intenciones de matar a alguien, no hubiese tenido reparos en asesinar a todo el que se hubiese metido en mis asuntos. Lo que te incluiría a ti. Mi consejo es que te andes con ojo en un futuro, en definitiva. Oh... y si vas a navegar, procura entrenar. Puedo notar perfectamente con mi mantra tu poder, y ahora mismo eres demasiado débil para sobrevivir como pirata si vas a ir en solitario.
Dicho esto, se alejó y salió del callejón. Tenía que hacer tiempo antes de encontrarse con la mujer del bar. Contactó mentalmente mediante el vínculo de su pacto con uno de los oficiales de su tripulación. "Acercad el barco a Shellstown, y esta noche venid a buscarme al puerto. Andaos con ojo por si los marines andan cerca. No icéis la bandera."
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El día parecía mas largo de lo habitual un minuto parecía una hora la mirada de Emile me asechaba mas y mas como si quisiera entrar en mi cabeza o tal ves era la otra presencia la que querría eso. En un momento sus ojos dejaron de ser demoniacos y pasaron a ser los de una persona común, dándose la vuelta sacándose sus alas y demás características que lo hacían un demonio fueron desapareciendo mientras se alejaba mas y mas hasta la salida del callejón, no tardo mucho en detenerse y voltear la cabeza dándome dos consejos los cuales tomaría la próxima ves que haga una estupidez no todos los días Lion D Emile te da un par de consejos y te da una amenaza de paso, pero tenia razón y esa verdad me molestaba era muy débil sin ninguna fuerza en especial tenia que entrenar y yo tenia la mejor forma de hacerlo.
-Por su puesto, hare caso a tus consejos y andaré con ojo la próxima ves, me asegurare de entrenar lo mas duro posible y claro que agradezco el echo de que no me mataras.
No podría explicar todo lo que había pasado ese día y ni siquiera habría alguien quien me crea esos acontecimientos, conozco a Lion D Emile mostrándome su forma demoniaca y alcance a sobrevivir, conseguí información que andaba buscando obviamente tenia miles de preguntas mas pero ninguna realmente relevante sin mencionar que he conseguido a un...bueno... yo no lo llamaría amigo pero no somos enemigos y eso ya es algo suficiente para mi en un día.
Cansado y con hasta un poco de dolor de cabeza necesitaba descansar eso pensaba mientras veía a Emile alejarse fuera del callejón y no mucho después salí del callejón con cuidado para no llamar mucho la atención tal ves me quede en esa isla un día mas para descansar y recapacitar lo que me había dicho Emile sobre mi patética fuerza y a decir verdad no conozco ninguna isla lo bastante buena como para entrenar a mi antojo sin dañar a nadie en pocas palabras una isla desierta con un clima lo bastante equilibrado, y sin dejar rastro Emile se esfumo con la multitud sin rastro alguno. Tal ves lo encuentre hoy a la noche pero no creo que quiera que lo siga molestando además que le diría al encontrármelo lo único que se es que lo primero es ir a la cama y dormir una buena siesta que estoy echo un trapo sucio que recién usaron para limpiar las necesidades del perro, bueno tal ves no tan así pero estoy echo mierda en pocas palabras.
Llegue al hotel sin problema tome alquilada la habitación mas barata y sin pensarlo dos veces directo a sacarme mi capucha y zapatos tirándome de palomita a la cama. "Hora de dormir, (Bostezando) tendré que volverme mas fuerte a partir de ahora mucho mas fuerte."
-Por su puesto, hare caso a tus consejos y andaré con ojo la próxima ves, me asegurare de entrenar lo mas duro posible y claro que agradezco el echo de que no me mataras.
No podría explicar todo lo que había pasado ese día y ni siquiera habría alguien quien me crea esos acontecimientos, conozco a Lion D Emile mostrándome su forma demoniaca y alcance a sobrevivir, conseguí información que andaba buscando obviamente tenia miles de preguntas mas pero ninguna realmente relevante sin mencionar que he conseguido a un...bueno... yo no lo llamaría amigo pero no somos enemigos y eso ya es algo suficiente para mi en un día.
Cansado y con hasta un poco de dolor de cabeza necesitaba descansar eso pensaba mientras veía a Emile alejarse fuera del callejón y no mucho después salí del callejón con cuidado para no llamar mucho la atención tal ves me quede en esa isla un día mas para descansar y recapacitar lo que me había dicho Emile sobre mi patética fuerza y a decir verdad no conozco ninguna isla lo bastante buena como para entrenar a mi antojo sin dañar a nadie en pocas palabras una isla desierta con un clima lo bastante equilibrado, y sin dejar rastro Emile se esfumo con la multitud sin rastro alguno. Tal ves lo encuentre hoy a la noche pero no creo que quiera que lo siga molestando además que le diría al encontrármelo lo único que se es que lo primero es ir a la cama y dormir una buena siesta que estoy echo un trapo sucio que recién usaron para limpiar las necesidades del perro, bueno tal ves no tan así pero estoy echo mierda en pocas palabras.
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