Wang Xue
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Akuma no mi
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Nivel: 1
Nombre: Wang Xue
Apodo: 流浪醉 ; Liúlàng zuì (El Borracho Errante)
Edad: 22 años
Sexo: Hombre
Raza: Humano
Rango/Empleo: Pirata/Desconocido
Rango social: Pobre
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: 醉劍 (Zuì Jiàn) - Espada Borracha
-Ejecución: Uno no nace sabiendo, y en el caso de Wang Xue esto no es la excepción al dicho; nunca tuvo la oportunidad de tener un maestro que le enseñara el arte de blandir una espada por su cuenta de una manera que fuese efectiva en combate, o al menos eso llegaría a pensar alguien que no tiene conocimientos sobre pelear en sí. Blandir una espada no es solamente agitarla y esperar que haciendo esto se va a dañar al oponente con diversos cortes... No, hacerlo es casi que un arte, un baile en el cual se intercambian movimientos con el contrincante, y el primero que dé un paso en falso será el culpable de su propia perdición; Wang Xue no es todo un experto en pelear de manera convencional, pero ha inventado su propia manera de rendir respeto a lo que porta con el debido honor.
Zuì Jiàn, como le ha puesto a su estilo, lo ejecuta de una manera bastante particular, dividiendo este en cuatro diferentes ramas o caminos en los cuales se basarán los movimientos de cada uno. Sí, se podría decir que es curioso pero a la vez muy similar al Zuì quán (Puño Borracho) en cuanto a inspiración se trata, con la diferencia de que Wang Xue utiliza su Katana -sable japonés de filo curvado- como arma, y no el cuerpo en sí como un luchador lo haría normalmente. Cada uno de estos caminos representa un momento en su vida, haciendo de este estilo uno muy personal.
1er Camino • 孤单 (Gūdān) - Soledad: Movimientos suaves. Expresiones entristecidas; en este camino el usuario parece un borracho deprimido, el cual se mueve de una manera melancólica, arrastrando la vida bajo sus pies, sintiendo que esta es una enorme roca sujeta con grilletes en sus tobillos. Su blandir será gentil a primera vista, pero en realidad acarreará sobre cada tajo una desesperación en acercarse cada vez más al enemigo, como si quisiera apegarse y no dejarle ir. Más que un arma, su Katana hará de extensión del brazo que la porte. Dicho camino no estará ligado a movimientos fijos realmente, sino que aparentará que el usuario quiere abrazar o acercarse amablemente al contrincante, haciendo cortes no muy profundos pero en gran cantidad, expresando la infinita soledad que Wang Xue sintió de pequeño.
2do Camino • 滥用 (Lànyòng) - Abuso: Todo lo opuesto a "Soledad"; he aquí el mayor sufrimiento de Wang Xue en su infancia: El maltrato de su padre; siendo ya de por sí una imitación de lo que su progenitor le hacía a su madre y a él cuando llegaba con una borrachera galopante de la taberna. ¿Por qué razón? Quién sabe. Sus movimientos son irregulares e impredecibles en un punto de vista que no sabes por dónde te va a venir el próximo tajo. Violencia es lo que caracteriza a "Abuso", el camino del sufrimiento para Wang Xue. Imitando los movimientos de su padre borracho, proyecta su Katana en la forma imaginaria de un cinto de cuero con hebilla de hierro, blandiendo en sentidos irregulares. Wang Xue se enfoca con este camino en la zona inferior del cuerpo, especialmente la espalda y cadera por la parte posterior.
3er Camino • 同情 (Tóngqíng) - Empatía: Uno de los pocos caminos del Zuì Jiàn que Wang Xue ha adaptado de su infancia y no son sucesos dolorosos como todos los demás; es una clara representación de lo que era su madre. Una persona alegre, servicial pero que a su vez no daba su brazo a torcer. ¿De qué se basa este camino? Empezando por movimientos duros pero que no demuestran violencia sino decisión y rectitud, poniéndose siempre en el lugar del contrincante que posiblemente a estas alturas estará sufriendo con los otros caminos de los que fue víctima. Sin embargo, sus ataques no buscarán matar, sino más bien desarmar y debilitar al enemigo sin llegar a tener la intención de dejarle moribundo, solo imposibilitado de seguir peleando. Cada tajada va dirigida a puntos del cuerpo que no son vitales, por lo antes mencionado.
4to Camino • 法官 (Fǎguān) - Juzgar: Camino que marcó la infancia de Wang Xue inclusive más que el abuso que recibió de su alcohólico padre; Fǎguān imita a aquellas personas borrachas o no que miraban al albino con una expresión despectiva, creyéndose superiores que él por tener el dinero suficiente para comer y tener ropa limpia todos los días del año mientras que el joven albino tenía que andar mendigando como un muerto de hambre o inclusive robando solamente para poder llevarle algo de comida a su familia; Wang Xue presentará siempre una expresión seria, aunque también algo burlona como si estuviera subestimando al contrincante, atacando siempre con la punta de su Katana imitando un dedo índice señalando y juzgando a dicho enemigo. Acompaña estos ataques con comentarios soeces e hirientes.
Descripción física: Wang Xue es un joven hombre que mide 1,83m y pesa 79kg aproximadamente; empezando por su cabeza, posee una melena larga y lacia de color albino, con algunos mechones desordenados en la cima de su cabeza. En especial tiene dos mechones que asemejan dos orejas de zorro, aunque en realidad es una particularidad de su cabellera y nada más. Cae de una manera uniforme por los lados de su cabeza, con largas hebras que llegan hasta la mitad de su espalda fácilmente. Un par de mechones caen sobre su rostro, aunque no lo tapan en totalidad.
Siguiendo por la parte superior de su cuerpo, este albino es alguien de facciones delicadas que inclusive para algunos podrían rozar lo afeminado, aunque él opine lo contrario. Rostro delgado y algo alargado, sus cejas son pequeñas pero gruesas que se centran más al medio que en las puntas. De color negro a comparación del resto de su melena, algo curioso a decir verdad; debajo de este par de cejas se encuentran unos ojos que rozan lo felino inclusive, expresivos y con una apariencia cansada, presentando ojeras no demasiado marcadas pero sí visibles en sus párpados inferiores. Posee iris de color carmesí y pupilas pequeñas, poco dilatadas en apariencia. Nariz respingada y delgada, para nada prominente. Labios finos y boca amplia, la cual tiene dos filas de dientes completamente inmaculados y blancos como el más hermoso marfil. Sus dos colmillos de la mandíbula superior son unos milímetros más largos de lo normal, y aunque no presentan una ventaja para él, es un crecimiento poco común de sus caninos superiores.
Cuerpo atlético, así se puede definir la complexión física de Wang Xue. A fin de cuentas es un espadachín por más alcohólico empedernido que sea. Brazos delgados y dedos alargados marcan una extraña distribución muscular a lo largo del cuerpo. Con su cuello delgado y torso marcado, claramente se nota que el chico se ejercita, aunque no tan bien como debería, tal vez a eso se debe su no tan buena habilidad para pelear con su espada, por la disminuida masa muscular en sus brazos y hombros; aunque sí, tiene los pectorales y abdominales marcados, eso no significa que tenga una complexión adecuada para su profesión ofensiva. Tiene piernas largas, de pantorrillas definidas por lo que podría decirse que es un buen corredor, encima de la media. Sus pies son de apariencia desgastada, con piel reseca y cicatrices por doquier indicando lo mucho que tuvo que andar descalzo a lo largo de su vida. Su horma de calzado es 41, por lo que podría decirse que tiene pies grandes.
Alineamiento: Caótico Neutral
Descripción psicológica: Probablemente si existe una palabra que le pueda definir, sería la complicación. No es por él mismo, sino que por el sentimiento que provoca en los demás. Ese desconcierto que aumenta cuando separa sus labios para comentar algo, sí es que realmente tiene ánimos de hablar. Observar a Wang Xue de buenas y primeras es llevarse una impresión ambigua de él, una impresión que no mejora ni empeora cuando se le va conociendo, aunque sí, una impresión que suele ser algo errada. Es un muchacho que siempre se mueve de la misma manera errante, es un ser capaz de traspasar la fría indiferencia y cruzar hacia la calidez de la hermandad en menos de un minuto con una facilidad que impresiona. Tratado por muchos como bipolar, él prefiere catalogarse como un ser volátil. Es un joven que primero siente, luego reacciona y, por último, piensa. En ese rudimentario orden. Está acostumbrado a seguir la tendencia de su pulso, a dejarse llevar por los impulsos sanguíneos que su corazón canaliza y a moverse en la misma dirección del viento, es por ello que le resulta tan fácil el removerse de un sentimiento a otro, el de sonreír en un segundo para luego lanzar una mirada tozuda a la misma persona que le estaba hablando con tamaña cordialidad. Y es de allí que devienen muchos de sus defectos, como la impulsividad. Si hay algo en lo que deba remediarse, es en saber cuándo parar. No sabe controlarse, no porque sea verdaderamente arrogante sino porque tiene un concepto de si mismo bastante alto. Se considera una persona que ha pasado por suficiente como para poder considerarse bueno y, por tanto, no teme que el mundo se dé cuenta de ello. Aunque con un rostro que deslumbra y una sonrisa que a muchos puede convencer, a veces Xue puede resultar ser algo agresivo, no tanto psicológica pero sí físicamente, y es que, en su impulsividad hay una mezcla de brusquedad y sinceridad que muy pocos han podido canalizar. Por ello es que muchos prefieren pasarle por alto. Pero aquellos que no pueden, se han topado con su rudimentaria manera de reaccionar.
Sin embargo, detrás de todo aquello, detrás de la ambigüedad que deslucen las facciones de su rostro, no es una mala persona, es un hombre que se ha levantado de manera incansable cada vez que ha tropezado, un hombre al que aún cuando las puertas se le han cerrado, vuelve de manera insistente a intentar abrirlas. Es por ello, por sus luchas internas, por las infinitas disputas que ha tenido con el destino que tiene un alto concepto de sí mismo, sabe que es bueno en lo que hace porque pone cada partícula de su cuerpo, pone cada latido de su corazón, cada latido impulsivo que se cuela por sus dedos para lograrlo. Da todo de sí sin siquiera pensarlo, sin evocar las consecuencias que una caída podría provocar, es un muchacho que no mide la consecuencia como una causa para dejar de hacer algo, no es una excusa para darse por vencido. Quizás tildado de arrogante o egocéntrico. Pero también sabe observar al resto, sabe que sus compañeros van navegando en el mismo barco, sabe que van hacia el mismo lado y que, por lo tanto, buscan hacer las cosas de la mejor manera posible, tanto como él lo desea. Tal vez y por ello sea un hombre diferente con aquellos que ganen su confianza, aún cuando a ellos mismos les cuesta demasiado llegar a comprender lo que pasa por su mente, cuando se queden desencajados con algunas de sus actitudes, son unas de las pocas personas que le aceptan y que le han ayudado bastante en su camino.
Es un animal de costumbres y sentidos arraigados, tiene un concepto de felicidad que se basa en la estabilidad, aunque él está muy lejos de conseguirla. Nacido en un hogar disfuncional, tiene una marcada referencia de lo que no debería ser una vida en familia, aunque actualmente él no esté para nada interesado en ello. Es, ciertamente, algo burdo en aquél aspecto. Su corazón late fuerte por varias cosas; por la música, por un trago, por derrotar a un contrincante complicado o por situaciones similares, pero la ínfima cantidad de veces que lo ha hecho por una mujer es hasta... ¿Preocupante? No para él al menos, no está interesado en ello porque su mente se mueve de manera rápida, enfocada en lo que está sucediendo con él y su entorno, pero no en el amor. No es primordial ni una de sus necesidades básicas así que por el momento, prefiere pasar de esos temas completamente.
A pesar de las contradicciones que puedan surgir al conocerle, es un hombre de palabra, cuando confía en alguien lo hace de manera ciega y sin reparos, no ve más allá de nadie ni busca una amistad en la que pueda salir beneficiado. Para él la frase "los amigos son las familia que se escoge" no podría venir de mejor manera, es por ello que no considera a muchos como tales, al menos no los más cercanos. Con ellos se entrega de lleno, es un hombre que los protege, de confianza que, aun cuando pueda responder de manera terca o brusca, siempre lo hará con la franqueza y sinceridad de un hermano, nunca con una mala intención de por medio. A su vez, es un hombre que no teme en defenderlos, y, por supuesto, en defenderse a sí mismo. Es consciente de que nadie es mejor que uno como para darles el lujo de pasarlos a llevar, y es por ello que ha tenido muchas rivalidades desde joven, pero no es un hombre que sea de odiar con todo su ser, aunque cuando su ego se resiente, la molestia puede evocar otras emociones diferentes en él.
Violento y poco persuasivo, dejarse llevar por aquella primera impresión puede ser el peor error a la hora de toparse con Wang Xue. Y es que en el fondo, no se debería juzgar a un libro simplemente por su portada.
Gustos: El alcohol, ¿cómo no? No solamente es un gusto sino también casi que una adicción ya que siempre que tiene la oportunidad, bebe lo más que pueda... sea su fiel Sake o lo que venga que quieran servirle en una taberna, él se lo empinará como si fuera el más dulce néctar que la humanidad puede ofrecerle; no le hace asco a nada a la hora de comer, pero es amante de los sabores picantes o bien sazonados. Él obviamente es un cero a la izquierda a la hora de cocinar, pero tiene buen paladar a la hora de degustar preparaciones hechas por los demás, principalmente si poseen estos sabores que ya anteriormente se ha dejado claro que son sus favoritos. Podría decirse que le gusta "sufrir" a la hora de papear; dormir siestas, admite que descansa más en esos intervalos cortos que en largas horas de sueño en la noche. Sí, es algo raro, pero así funciona él; viajar en barco y conocer variados lugares del mundo. Es un gusto curioso personal, pero recorrer islas y surcar los mares en búsqueda de nuevos sitios que descubrir realmente le apasiona, por más que no quede nada más que aprender; las mujeres que no le juzgan por su manera de ser o por ser considerado un simple pirata por necesidad. Está claro que él las ve como salvadoras, como ángeles caídos del cielo gracias a su madre.
Desagrados: Parecerá sorprendente, pero en realidad detesta beber tanto como lo ama. Sí, no quiere parecerse a su padre y es por eso que se odia a sí mismo por tener esa maldita adicción de consumir alcohol siempre que tiene el dinero y oportunidad. No sabe cuándo parar, una vez se moja el pico... no hay vuelta atrás, a no ser que se quede sin dinero a mitad de camino; aquellas personas que juzgan a los demás por si nivel de adquisición monetaria o su estatuto social en las comunidades. Aborrece a los individuos que se burlan de los demás solamente por ellos no tener la necesidad de salir a pedir dinero, o inclusive algo para comer. Principalmente si se tratan de ebrios sentados a la entrada de una taberna, esos especialmente son a los que más detesta; las mentiras tienen patas cortas dice un dicho, y él es fiel a su palabra. Detesta a aquellas personas que mienten por más que lo hagan para no dañar a nadie, a su humilde parecer es mejor decir una verdad que duela a una mentira que destruya; cuando le insisten demasiado en algo específico cuando él obviamente se niega a ello. Es una persona con una paciencia muy grande, sí... pero todo tiene sus límites, y cuando ya es muy evidente que le insisten rozando el punto de la molestia, hará muy evidente su incomodidad con caras serias y comentarios tajantes.
Habilidades:
• Paciencia China: La paciencia es una virtud, o eso dicen. Wang Xue es una persona que se toma todo con mucha calma, tal vez por el hecho de que ya se ha estresado demasiado en su infancia y adolescencia como ahora andar preocupándose por pequeñeces. Su capacidad innata de tomarse todo con calma es hasta envidiable, debido a que tiene nervios de acero y siempre mostrará un temple inamovible ante cualquier situación. Esto, usualmente, le trae problemas ya que no parece darse cuenta de muchos problemas que le rodean por esto mismo. ¿Si puede sentir miedo? Claro que sí, por muchas cosas, pero de ahí a que lo demuestre en vivo y en directo es un mundo totalmente diferente.
• Hígado de Hierro: Su aguante al alcohol. Tal vez para muchos no sea una habilidad, pero ha desarrollado a lo largo de los años una resistencia a emborracharse que a muchos les causaría envidia, porque puede seguir disfrutando del hermoso sabor de cualquier bebida alcohólica sin temor a perder el conocimiento y recobrar la consciencia en pelotas y sin dinero encima -aunque rara ocasión es en la que Wang Xue lleva mucho dinero encima-; posiblemente esto se deba a que desde joven bebe alcohol, una adicción que le "contagió" su padre.
HABILIDAD ESPECIAL: Cada vez que Wang Xue se encuentre en una situación donde esté bebiendo muchísimo alcohol (cantidades que para una persona normal serían insalubres), deberá hacer una lanzada de código "Rand" 1d6, debiendo sacar un resultado de 2+ para no emborracharse; en caso de fallar la tirada, Wang Xue estará "levemente borracho", disminuyéndose sus atributos y reflejos un 10%, aunque su capacidad del habla seguirá igual.
— De seguir bebiendo, se deberá hacer la misma tirada aunque ahora el resultado satisfactorio será un 3+; en caso de fallar la tirada, Wang Xue estará "borracho", disminuyéndose sus atributos y reflejos un 30%, su capacidad de habla estará en un 75% de su potencial total. Su caminar será errático, ya no podrá correr.
— En el hipotético caso de que quiera seguir bebiendo, el resultado de la tirada Rand del 1d6 ahora subirá a 5+; en caso de fallar, Wang Xue estará "completamente borracho", disminuyéndose sus atributos y reflejos un 80%, su capacidad de habla estará en un 25% de su potencial total, casi nadie entenderá su balbuceo de boca dormida. Se tropezará mucho e inclusive podrá caerse; en caso de caerse, deberá lanzar 1d6-1, si saca 3+ no sucederá nada, volverá a levantarse. Pero si no logra alcanzar el resultado positivo, quedará inconsciente en el lugar donde cayó por su borrachera por los próximos 4 turnos.
• Elemental, mi Querido Watson: Tiene una habilidad cognitiva muy buena, usualmente demostrándolo con los acertijos más complejos que puedan presentársele, resolviéndolos raudo y calmo. Podría decirse que se siente un "Sherlock Holmes" de la era, aunque en realidad solo lo hace por ser un pasatiempo más. No acepta que le llamen genio ni mucho menos innato en dicho rubro, pero se siente lo suficientemente orgulloso de ello como para no bufarse de ello. También aplica esta habilidad a su vida diaria, resolviendo los pormenores de la manera más simple y lo más rápido que le sea posible.
• ¡Terco es decir poco!: No se rinde por nada en el mundo. La insistencia, el coraje y valor de nunca dejar caer los brazos. Tal vez el hecho de que su vida desde la infancia le trató tan mal que se ve obligado a no rendirse o la vida le pasará de nuevo por encima, sintiéndose en la necesidad de siempre estar un paso más adelante de la adversidad, para que esta no le alcance y vuelva a caer en un pozo oscuro sin fondo en el que ya tantos años estuvo metido.
• Te entiendo... cuéntame más: Empatía es lo que caracteriza a este muchacho. Es alguien que puede ponerse en el lugar de los demás y por ende se le facilita mucho más socializar con aquellos que se le pongan en frente. Es decir que, usualmente, no le cuesta entender por lo que está pasando la otra persona y, por ende, intentará ayudarle en lo que pueda siempre y cuando no signifique que vayan a abusar de su confianza a buenas nuevas.
Torpezas:
• Filántropo Universal: Tal vez no sea que adore a todas las razas por igual, pero opina que no todos tienen culpa en sus actos, y siente cierta admiración por la mentalidad de dichos seres, ya que algunos pueden ser sumamente interesantes a decir verdad; es imposible para él matar a otra persona, inclusive cuando el contrario le haya maltratado de tal manera que puso su propia vida en peligro. Si bien no es partidario de la violencia per se, no negará que hay gente que se merece una buena paliza que los deje idiotas, a ver si así aprenden a ser un poco más humildes, mejores personas.
• Sin Sazón: Ya se harán una idea de qué trata esta torpeza, pero por si no se lo imaginaban... No sabe cocinar; es alguien que se considera un cero a la izquierda en esos ámbitos e inclusive cuando lo intenta lo único que logra es prender fuego todo y arruinar alimentos que pudieron bien haber sido utilizados para preparar deliciosos platillos. Es tan bueno cocinando como un espadachín manejando armas de fuego... sí, básicamente es pésimo en esto.
• Visiones del Pasado: Suele tener "flashbacks", visiones del pasado si está en situaciones de mucha tensión o similares al acontecimiento que causó la visión. No tiene porqué estar orientada al combate, y puede ser provocado tanto por estímulos positivos como negativos. La ansiedad emocional y el estrés son las causas habituales de las visiones de Wang Xue, aunque las puede producir casi cualquier trauma del pasado. Durante la visión, puede que no se dé cuenta de lo que hay a su alrededor. Incluso las personas que le hablen serán percibidas como gente u objetos de la visión. Dichas visiones le dejarán indefenso y tendrán que ver con su pasado más negativo.
Posee varios "triggers" como se les suele conocer, entre estos: Maltrato hacia un niño por parte de su padre, borrachos burlándose de alguien solitario y de bajos recursos que está pidiendo para comer, y ese tipo de sucesos que marcaron su juventud.
TORPEZA ESPECIAL: Cada vez que se encuentre en presencia de un "trigger", Wang Xue deberá hacer una tirada de código "Rand" 1d6, debiendo sacar 4+ para no caer sumido en dicha visión. De lo contrario, todos sus atributos caerán un 50% y entrará en un estado de "Terror", por lo que se verá incapacitado de atacar por los próximos 2 turnos, solamente huir o esquivar.
• Adalid de la Verdad: Wang Xue no será capaz de mentir. Siempre será sincero ante cualquier adversidad y ante las situaciones menos irrelevantes. Si piensa que algo no es de su agrado lo dirá, sin embargo frente a otras razones podrá limitarse a no decir nada si no se lo preguntan, no obstante una vez lo hagan se verá obligado a decir lo que piensa y decir lo que sabe, no pudiendo alterar su mente de ninguna forma para llegar a mentir sobre algo que sabe.
TORPEZA ESPECIAL: En caso de interrogatorio y torturas, Wang Xue será capaz de omitir información o directamente verse en la posibilidad de no contar nada; por si no quiere contar nada en dichos casos especiales, Wang Xue deberá hacer una tirar 1d6 y sacar un resultado de 4+, en caso de fallar deberá contestar lo que le dicen, pero si obtiene en la tirada un resultado igual o mayor a 4, podrá efectivamente no decir nada; ciertos efectos especiales como profesiones y poderes ignorarán este efecto.
• Simpatía por Pagafantas: Wang Xue será incapaz de dañar a una mujer por más que le ofrecieran un billón de Berries en toda la cara; tal vez por el hecho de que agradece que todas las mujeres con las que se ha cruzado siempre han sido lo suficientemente amables con él como para no sentirse rechazado, y no solamente a esta edad sino también desde pequeño que sucedía esto, empezando por su madre.
Usualmente se negará a luchar contra personas del sexo femenino independientemente de la raza a la que pertenezcan, y si ellas quieren luchar contra él no podrá hacer otra cosa que esquivar e intentar huir, ya que se niega rotundamente a ponerle una mano encima a una mujer.
Profesiones:
- Espadachín
- Bufón
- Espía
- Guardabosques
Banda: -
Armas: Una katana común y corriente que posee desde que se la robó a un herrero en su isla natal antes de partir a su "aventura". Dicha Katana posee una guarda plana y lateral dorada, y en la punta de la empuñadura blanca, cuelgan dos cuerdas de seda azules, sujetas al medio por una esfera blanca y con dos cascabeles en las puntas.
Historia: Ya han de inquirir que mi infancia no fue fácil; mi vida empezó siendo un desastre. Siendo hijo de un padre alcohólico y una madre que no podía defenderse a sí misma, fu maltratado tanto física como psicológicamente de las peores maneras. Denigrado simplemente por no querer meterme en problemas o intentar resolverlos de la manera menos violenta posible. O tratado como basura por el mero hecho de que odiaba el aroma rancio y ácido del aliento de mi padre cada vez que bebía alcohol y volvía a la casa con la ropa manchada de comida y vómito; nunca era un "buenos días", con suerte y recibía algún gruñido por su parte si tenía suerte... ya que el 98% de las ocasiones era un amague a pegarme, o directamente a cintazo limpio me sacaba de la casa para que fuera a pedir dinero. ¿Pero para comida? No... claro que no, nunca fue que me hacían salir para eso, sino más bien para que él tuviera el dinero suficiente y así ser capaz de ir a beber más y disfrutar con sus amigos.
Estaba claro que no era tarea para cualquier niño, nunca tuve la oportunidad de ir a la escuela aunque afortunadamente fue mi madre... mi dulce y hermosa progenitora la que me enseñó todas esas cosas. Lo mejor que podía al menos, ya que si no estaba cuidándome a mí, bañándome o dándome de comer -si es que llegaba a tener ese regalo de Jebús plantado en la mesa sin que mi padre se lo hubiera devorado, viéndome a mi poco merecedor de tales ventajas-, estaba recibiendo una paliza de mi padre, o simplemente discutiendo con él... bueno, "discutiendo". Él no daba oportunidad a defenderse, si mi madre le llevaba la contraria, él le callaba con una bofetada usando el dorso de su mano, llegando a sacarle sangre de inmediato. ¿Y si yo intentaba intervenir para proteger a mi madre? ... ¡Uff!~ La que se me armaba, madre del amor hermoso. Lo mínimo es que terminaba una semana POR LO MENOS sin poder sentarme de cómo me quedaba la retaguardia, el culo de un mono babuino terminaba siendo una minucia comparado con lo mío.
Y si no era mi padre el que me hacía la vida imposible, era la gente de la isla la que se encargaba de quitarme por completo las ganas de seguir respirando o saliendo siquiera a intentar jugar afuera. Nunca fuimos una familia de grandes recursos, debíamos mantenernos con lo poco que teníamos, o mejor dicho con lo poco que dejaba nuestro padre ya que el resto que no alcanzábamos a almacenar secretamente, él se lo lapidaba en alcohol y posiblemente cortesanas de alto vuelo; estaban los borrachos que se sentaban en el pórtico de la taberna, despotricando contra la sociedad, creyéndose reyes del universo. Inmaculados dentro de su pequeña cueva, medio sentados en sus sillas gastadas de madera, hediendo igual o peor que mi padre. Insultando a todo el mundo que se les cruzaba... incluyéndome a mi o a mi madre obviamente. Siempre denigrando por la pobreza, llamando a mi madre por apodos insultantes como cortesana, Madre Teresa de Calcuta porque recibe a todos depiernasbrazos abiertos. Entre tamaña cantidad de insultos, era imposible salir a la calle prácticamente; luego estaban los clásicos imbéciles que se creían la burguesía del pueblo y no eran nada más que personas con casas mejor mantenidas por el exterior que los demás. Que se daban las de adinerados cuando no llegaban ni a la media. Estaba claro que mi vida estuvo plagada de mierda por donde quisiera que fuera, inclusive cuando intenté tener amigos, siempre terminaba siendo traicionado vilmente por estos, siendo retos más que intenciones de ser mis amistades.
Hubieron excepciones, sí... una en especial, una chica la cual me gustaba del pueblo. Solíamos jugar cuando ninguno de sus otros compañeros estaban alrededor, ululando e intentando joderme la vida a mí. Esa chica daba vueltas en mi cabeza siempre que nos juntábamos, no podía hacer otra cosa que mirarle, era imposible para mi despegar la mirada de ella. Estaba claro que era amor... bueno, algo así. A los doce años a fin de cuentas empieza a descubrir uno lo que se conoce como pubertad, le empiezan a salir vellos en partes del cuerpo que uno a esa edad nunca pensaría que saldrían. Experimentar, claro que sí... pero a esas alturas yo creía que todo en la vida eran juegos y nada más, a fin de cuentas no conocía otra cosa. Pero tarde o temprano todo tiene que joderse, y es así como perdí una amistad más, y no por culpa de ella, sino más bien... por mi propio orgullo.
Era una tarde fría de Invierno, estaban empezando los primeros vestigios de que nevaría pronto. Estaba listo para confesarme, luego de un año de conocerla -sin decir nombres para proteger integridad de la persona damnificada-, sabía que lo que sentía era algo más allá de una simple 'atracción', me agradaba, y mucho... pero era obvio que algo saldría mal. Quedamos en juntarnos en la plaza de siempre, a la misma hora. Pero cuando yo llegué, ya había alguien más con ella, besando sus dulces y gentiles labios tan posesivo, que daba miedo. Era uno de sus compañeros, más específicamente el "líder" de la pequeña pandilla de Bullies que solían joderme cada vez que intentaba estar con ella; era un simple niño, pero en ese momento algo dentro de mí se resquebrajó lentamente. Mis ojos no se llenaron de lágrimas, pero mi pecho se sintió oprimido por una fuerza aplastante, como si un rinoceronte... no, un elefante me estuviera pisando sin preocuparse por mi presencia bajo su ser.
Me quedó claro en ese instante, que debía hacer algo con mi vida. Ya no quería estar en esa isla. No quería aguantar el maltrato de nadie más, pero... no podía. Siendo menor de edad, no tenía oportunidad alguna de hacer algo por mí mismo. Tuve que aguantar todo lo que pude, caí preso de las tentaciones, siendo obligado por mi padre a beber junto a él, con la mera excusa de que debía "hacerme hombre" y "ahogar mis penas con el alcohol". Un joven de trece años, embriagándose junto con su padre contra su voluntad. ¿Qué más podía un niño pedir que salir de aquel infierno en el que se había metido desde el día en que nació? Pero... mi única salvación, la única razón por la que seguía levantándome luego de caer de cara contra el pavimento repetidas veces, era mi madre. Múltiples ocasiones llegaba en un estado de ebriedad en oportunidades peor que mi padre, pero mi madre siempre llegaba a socorrerme. Me bañaba, cambiaba la ropa, e inclusive se preocupaba por mi cuando al otro día despertaba con lo que en aquel entonces pensaba que era solamente un simple dolor de cabeza, y ahora considero "Resaca"; sus palabras gentiles al abrir mis ojos después de una borrachera atroz siempre me sacaban del suplicio, y sus abrazos llenos de amor eran la calidez que necesitaba para levantarme de la cama.
Los años iban pasando, y cuanto más lo intentaba, más caía en el alcohol, inclusive mi madre cayó enferma cuando cumplí los 16 años. Una enfermedad que la dejaría postrada, de por vida en una cama. Cama que debía compartir desafortunadamente con el déspota de mi padre. No tuvo mucho tiempo en el que ella... falleció, lamentablemente, dejándome solo junto con un hombre mayor, el cual no hacía otra cosa que seguir creyéndose rey de la casa y dios del universo. No me tomó mucho tiempo en conseguir todo lo que necesitaba para salir de aquella isla maldita, y alejarme de una vez y por todas de mi padre... ¿pero cómo podía hacerlo sin que mi padre, aquel viejo de mierda... terminara matándome por intentar alejarme de su poderío? Soberano hijo de fruta. Pero pude, sí... tuve que hacerme un renombre maldito en la isla para salir echando leches en un barco pesquero, escondido entre carnada de pescado maloliente. No fue tarea fácil, claro que no... siendo visto como un criminal en mi lugar de nacimiento, dejando atrás muchos recuerdos. Gracias por tan poco, y perdón por haberte dado tanto.
Y la vida continúa... viajando de un mar a otro, quedándome cuanto podía en las islas a las que iba a parar, lavando la ropa, duchándome, comiendo... robando si era necesario para un bien mayor. Sobrevivía con lo poco que la vida me llegaba a dar, deseando que algún día el futuro me trajera algo mejor. ¿Y si caía? Me volvía a levantar, porque mi madre, desde algún lado allá en el cielo si no más allá de Skypiea, me está vigilando y cuidando... como hizo tantos años. Inclusive, recordando sus fieles palabras cada vez que me sentía desfallecer y no quería hacer nada más que quedarme durmiendo... para siempre.
"— Cuando tropieces en tu vida o tengas alguna caída, solo párate y sigue adelante. Siempre atento de que si vuelve a suceder, no sea con el mismo objeto... —"
Mar de origen: North Blue
Pertenencias: -
Botín de partidas: -
Sueños: ¿Por el momento? No morir de cirrosis; no es una persona que posea sueños o metas fijas ahora mismo.
Multicuenta de: Mark Kjellberg
Nivel: 1
Nombre: Wang Xue
Apodo: 流浪醉 ; Liúlàng zuì (El Borracho Errante)
Edad: 22 años
Sexo: Hombre
Raza: Humano
Rango/Empleo: Pirata/Desconocido
Rango social: Pobre
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: 醉劍 (Zuì Jiàn) - Espada Borracha
-Ejecución: Uno no nace sabiendo, y en el caso de Wang Xue esto no es la excepción al dicho; nunca tuvo la oportunidad de tener un maestro que le enseñara el arte de blandir una espada por su cuenta de una manera que fuese efectiva en combate, o al menos eso llegaría a pensar alguien que no tiene conocimientos sobre pelear en sí. Blandir una espada no es solamente agitarla y esperar que haciendo esto se va a dañar al oponente con diversos cortes... No, hacerlo es casi que un arte, un baile en el cual se intercambian movimientos con el contrincante, y el primero que dé un paso en falso será el culpable de su propia perdición; Wang Xue no es todo un experto en pelear de manera convencional, pero ha inventado su propia manera de rendir respeto a lo que porta con el debido honor.
Zuì Jiàn, como le ha puesto a su estilo, lo ejecuta de una manera bastante particular, dividiendo este en cuatro diferentes ramas o caminos en los cuales se basarán los movimientos de cada uno. Sí, se podría decir que es curioso pero a la vez muy similar al Zuì quán (Puño Borracho) en cuanto a inspiración se trata, con la diferencia de que Wang Xue utiliza su Katana -sable japonés de filo curvado- como arma, y no el cuerpo en sí como un luchador lo haría normalmente. Cada uno de estos caminos representa un momento en su vida, haciendo de este estilo uno muy personal.
1er Camino • 孤单 (Gūdān) - Soledad: Movimientos suaves. Expresiones entristecidas; en este camino el usuario parece un borracho deprimido, el cual se mueve de una manera melancólica, arrastrando la vida bajo sus pies, sintiendo que esta es una enorme roca sujeta con grilletes en sus tobillos. Su blandir será gentil a primera vista, pero en realidad acarreará sobre cada tajo una desesperación en acercarse cada vez más al enemigo, como si quisiera apegarse y no dejarle ir. Más que un arma, su Katana hará de extensión del brazo que la porte. Dicho camino no estará ligado a movimientos fijos realmente, sino que aparentará que el usuario quiere abrazar o acercarse amablemente al contrincante, haciendo cortes no muy profundos pero en gran cantidad, expresando la infinita soledad que Wang Xue sintió de pequeño.
2do Camino • 滥用 (Lànyòng) - Abuso: Todo lo opuesto a "Soledad"; he aquí el mayor sufrimiento de Wang Xue en su infancia: El maltrato de su padre; siendo ya de por sí una imitación de lo que su progenitor le hacía a su madre y a él cuando llegaba con una borrachera galopante de la taberna. ¿Por qué razón? Quién sabe. Sus movimientos son irregulares e impredecibles en un punto de vista que no sabes por dónde te va a venir el próximo tajo. Violencia es lo que caracteriza a "Abuso", el camino del sufrimiento para Wang Xue. Imitando los movimientos de su padre borracho, proyecta su Katana en la forma imaginaria de un cinto de cuero con hebilla de hierro, blandiendo en sentidos irregulares. Wang Xue se enfoca con este camino en la zona inferior del cuerpo, especialmente la espalda y cadera por la parte posterior.
3er Camino • 同情 (Tóngqíng) - Empatía: Uno de los pocos caminos del Zuì Jiàn que Wang Xue ha adaptado de su infancia y no son sucesos dolorosos como todos los demás; es una clara representación de lo que era su madre. Una persona alegre, servicial pero que a su vez no daba su brazo a torcer. ¿De qué se basa este camino? Empezando por movimientos duros pero que no demuestran violencia sino decisión y rectitud, poniéndose siempre en el lugar del contrincante que posiblemente a estas alturas estará sufriendo con los otros caminos de los que fue víctima. Sin embargo, sus ataques no buscarán matar, sino más bien desarmar y debilitar al enemigo sin llegar a tener la intención de dejarle moribundo, solo imposibilitado de seguir peleando. Cada tajada va dirigida a puntos del cuerpo que no son vitales, por lo antes mencionado.
4to Camino • 法官 (Fǎguān) - Juzgar: Camino que marcó la infancia de Wang Xue inclusive más que el abuso que recibió de su alcohólico padre; Fǎguān imita a aquellas personas borrachas o no que miraban al albino con una expresión despectiva, creyéndose superiores que él por tener el dinero suficiente para comer y tener ropa limpia todos los días del año mientras que el joven albino tenía que andar mendigando como un muerto de hambre o inclusive robando solamente para poder llevarle algo de comida a su familia; Wang Xue presentará siempre una expresión seria, aunque también algo burlona como si estuviera subestimando al contrincante, atacando siempre con la punta de su Katana imitando un dedo índice señalando y juzgando a dicho enemigo. Acompaña estos ataques con comentarios soeces e hirientes.
Descripción física: Wang Xue es un joven hombre que mide 1,83m y pesa 79kg aproximadamente; empezando por su cabeza, posee una melena larga y lacia de color albino, con algunos mechones desordenados en la cima de su cabeza. En especial tiene dos mechones que asemejan dos orejas de zorro, aunque en realidad es una particularidad de su cabellera y nada más. Cae de una manera uniforme por los lados de su cabeza, con largas hebras que llegan hasta la mitad de su espalda fácilmente. Un par de mechones caen sobre su rostro, aunque no lo tapan en totalidad.
Siguiendo por la parte superior de su cuerpo, este albino es alguien de facciones delicadas que inclusive para algunos podrían rozar lo afeminado, aunque él opine lo contrario. Rostro delgado y algo alargado, sus cejas son pequeñas pero gruesas que se centran más al medio que en las puntas. De color negro a comparación del resto de su melena, algo curioso a decir verdad; debajo de este par de cejas se encuentran unos ojos que rozan lo felino inclusive, expresivos y con una apariencia cansada, presentando ojeras no demasiado marcadas pero sí visibles en sus párpados inferiores. Posee iris de color carmesí y pupilas pequeñas, poco dilatadas en apariencia. Nariz respingada y delgada, para nada prominente. Labios finos y boca amplia, la cual tiene dos filas de dientes completamente inmaculados y blancos como el más hermoso marfil. Sus dos colmillos de la mandíbula superior son unos milímetros más largos de lo normal, y aunque no presentan una ventaja para él, es un crecimiento poco común de sus caninos superiores.
Cuerpo atlético, así se puede definir la complexión física de Wang Xue. A fin de cuentas es un espadachín por más alcohólico empedernido que sea. Brazos delgados y dedos alargados marcan una extraña distribución muscular a lo largo del cuerpo. Con su cuello delgado y torso marcado, claramente se nota que el chico se ejercita, aunque no tan bien como debería, tal vez a eso se debe su no tan buena habilidad para pelear con su espada, por la disminuida masa muscular en sus brazos y hombros; aunque sí, tiene los pectorales y abdominales marcados, eso no significa que tenga una complexión adecuada para su profesión ofensiva. Tiene piernas largas, de pantorrillas definidas por lo que podría decirse que es un buen corredor, encima de la media. Sus pies son de apariencia desgastada, con piel reseca y cicatrices por doquier indicando lo mucho que tuvo que andar descalzo a lo largo de su vida. Su horma de calzado es 41, por lo que podría decirse que tiene pies grandes.
- Imágenes y Vestimenta:
Alineamiento: Caótico Neutral
Descripción psicológica: Probablemente si existe una palabra que le pueda definir, sería la complicación. No es por él mismo, sino que por el sentimiento que provoca en los demás. Ese desconcierto que aumenta cuando separa sus labios para comentar algo, sí es que realmente tiene ánimos de hablar. Observar a Wang Xue de buenas y primeras es llevarse una impresión ambigua de él, una impresión que no mejora ni empeora cuando se le va conociendo, aunque sí, una impresión que suele ser algo errada. Es un muchacho que siempre se mueve de la misma manera errante, es un ser capaz de traspasar la fría indiferencia y cruzar hacia la calidez de la hermandad en menos de un minuto con una facilidad que impresiona. Tratado por muchos como bipolar, él prefiere catalogarse como un ser volátil. Es un joven que primero siente, luego reacciona y, por último, piensa. En ese rudimentario orden. Está acostumbrado a seguir la tendencia de su pulso, a dejarse llevar por los impulsos sanguíneos que su corazón canaliza y a moverse en la misma dirección del viento, es por ello que le resulta tan fácil el removerse de un sentimiento a otro, el de sonreír en un segundo para luego lanzar una mirada tozuda a la misma persona que le estaba hablando con tamaña cordialidad. Y es de allí que devienen muchos de sus defectos, como la impulsividad. Si hay algo en lo que deba remediarse, es en saber cuándo parar. No sabe controlarse, no porque sea verdaderamente arrogante sino porque tiene un concepto de si mismo bastante alto. Se considera una persona que ha pasado por suficiente como para poder considerarse bueno y, por tanto, no teme que el mundo se dé cuenta de ello. Aunque con un rostro que deslumbra y una sonrisa que a muchos puede convencer, a veces Xue puede resultar ser algo agresivo, no tanto psicológica pero sí físicamente, y es que, en su impulsividad hay una mezcla de brusquedad y sinceridad que muy pocos han podido canalizar. Por ello es que muchos prefieren pasarle por alto. Pero aquellos que no pueden, se han topado con su rudimentaria manera de reaccionar.
Sin embargo, detrás de todo aquello, detrás de la ambigüedad que deslucen las facciones de su rostro, no es una mala persona, es un hombre que se ha levantado de manera incansable cada vez que ha tropezado, un hombre al que aún cuando las puertas se le han cerrado, vuelve de manera insistente a intentar abrirlas. Es por ello, por sus luchas internas, por las infinitas disputas que ha tenido con el destino que tiene un alto concepto de sí mismo, sabe que es bueno en lo que hace porque pone cada partícula de su cuerpo, pone cada latido de su corazón, cada latido impulsivo que se cuela por sus dedos para lograrlo. Da todo de sí sin siquiera pensarlo, sin evocar las consecuencias que una caída podría provocar, es un muchacho que no mide la consecuencia como una causa para dejar de hacer algo, no es una excusa para darse por vencido. Quizás tildado de arrogante o egocéntrico. Pero también sabe observar al resto, sabe que sus compañeros van navegando en el mismo barco, sabe que van hacia el mismo lado y que, por lo tanto, buscan hacer las cosas de la mejor manera posible, tanto como él lo desea. Tal vez y por ello sea un hombre diferente con aquellos que ganen su confianza, aún cuando a ellos mismos les cuesta demasiado llegar a comprender lo que pasa por su mente, cuando se queden desencajados con algunas de sus actitudes, son unas de las pocas personas que le aceptan y que le han ayudado bastante en su camino.
Es un animal de costumbres y sentidos arraigados, tiene un concepto de felicidad que se basa en la estabilidad, aunque él está muy lejos de conseguirla. Nacido en un hogar disfuncional, tiene una marcada referencia de lo que no debería ser una vida en familia, aunque actualmente él no esté para nada interesado en ello. Es, ciertamente, algo burdo en aquél aspecto. Su corazón late fuerte por varias cosas; por la música, por un trago, por derrotar a un contrincante complicado o por situaciones similares, pero la ínfima cantidad de veces que lo ha hecho por una mujer es hasta... ¿Preocupante? No para él al menos, no está interesado en ello porque su mente se mueve de manera rápida, enfocada en lo que está sucediendo con él y su entorno, pero no en el amor. No es primordial ni una de sus necesidades básicas así que por el momento, prefiere pasar de esos temas completamente.
A pesar de las contradicciones que puedan surgir al conocerle, es un hombre de palabra, cuando confía en alguien lo hace de manera ciega y sin reparos, no ve más allá de nadie ni busca una amistad en la que pueda salir beneficiado. Para él la frase "los amigos son las familia que se escoge" no podría venir de mejor manera, es por ello que no considera a muchos como tales, al menos no los más cercanos. Con ellos se entrega de lleno, es un hombre que los protege, de confianza que, aun cuando pueda responder de manera terca o brusca, siempre lo hará con la franqueza y sinceridad de un hermano, nunca con una mala intención de por medio. A su vez, es un hombre que no teme en defenderlos, y, por supuesto, en defenderse a sí mismo. Es consciente de que nadie es mejor que uno como para darles el lujo de pasarlos a llevar, y es por ello que ha tenido muchas rivalidades desde joven, pero no es un hombre que sea de odiar con todo su ser, aunque cuando su ego se resiente, la molestia puede evocar otras emociones diferentes en él.
Violento y poco persuasivo, dejarse llevar por aquella primera impresión puede ser el peor error a la hora de toparse con Wang Xue. Y es que en el fondo, no se debería juzgar a un libro simplemente por su portada.
Gustos: El alcohol, ¿cómo no? No solamente es un gusto sino también casi que una adicción ya que siempre que tiene la oportunidad, bebe lo más que pueda... sea su fiel Sake o lo que venga que quieran servirle en una taberna, él se lo empinará como si fuera el más dulce néctar que la humanidad puede ofrecerle; no le hace asco a nada a la hora de comer, pero es amante de los sabores picantes o bien sazonados. Él obviamente es un cero a la izquierda a la hora de cocinar, pero tiene buen paladar a la hora de degustar preparaciones hechas por los demás, principalmente si poseen estos sabores que ya anteriormente se ha dejado claro que son sus favoritos. Podría decirse que le gusta "sufrir" a la hora de papear; dormir siestas, admite que descansa más en esos intervalos cortos que en largas horas de sueño en la noche. Sí, es algo raro, pero así funciona él; viajar en barco y conocer variados lugares del mundo. Es un gusto curioso personal, pero recorrer islas y surcar los mares en búsqueda de nuevos sitios que descubrir realmente le apasiona, por más que no quede nada más que aprender; las mujeres que no le juzgan por su manera de ser o por ser considerado un simple pirata por necesidad. Está claro que él las ve como salvadoras, como ángeles caídos del cielo gracias a su madre.
Desagrados: Parecerá sorprendente, pero en realidad detesta beber tanto como lo ama. Sí, no quiere parecerse a su padre y es por eso que se odia a sí mismo por tener esa maldita adicción de consumir alcohol siempre que tiene el dinero y oportunidad. No sabe cuándo parar, una vez se moja el pico... no hay vuelta atrás, a no ser que se quede sin dinero a mitad de camino; aquellas personas que juzgan a los demás por si nivel de adquisición monetaria o su estatuto social en las comunidades. Aborrece a los individuos que se burlan de los demás solamente por ellos no tener la necesidad de salir a pedir dinero, o inclusive algo para comer. Principalmente si se tratan de ebrios sentados a la entrada de una taberna, esos especialmente son a los que más detesta; las mentiras tienen patas cortas dice un dicho, y él es fiel a su palabra. Detesta a aquellas personas que mienten por más que lo hagan para no dañar a nadie, a su humilde parecer es mejor decir una verdad que duela a una mentira que destruya; cuando le insisten demasiado en algo específico cuando él obviamente se niega a ello. Es una persona con una paciencia muy grande, sí... pero todo tiene sus límites, y cuando ya es muy evidente que le insisten rozando el punto de la molestia, hará muy evidente su incomodidad con caras serias y comentarios tajantes.
Habilidades:
• Paciencia China: La paciencia es una virtud, o eso dicen. Wang Xue es una persona que se toma todo con mucha calma, tal vez por el hecho de que ya se ha estresado demasiado en su infancia y adolescencia como ahora andar preocupándose por pequeñeces. Su capacidad innata de tomarse todo con calma es hasta envidiable, debido a que tiene nervios de acero y siempre mostrará un temple inamovible ante cualquier situación. Esto, usualmente, le trae problemas ya que no parece darse cuenta de muchos problemas que le rodean por esto mismo. ¿Si puede sentir miedo? Claro que sí, por muchas cosas, pero de ahí a que lo demuestre en vivo y en directo es un mundo totalmente diferente.
• Hígado de Hierro: Su aguante al alcohol. Tal vez para muchos no sea una habilidad, pero ha desarrollado a lo largo de los años una resistencia a emborracharse que a muchos les causaría envidia, porque puede seguir disfrutando del hermoso sabor de cualquier bebida alcohólica sin temor a perder el conocimiento y recobrar la consciencia en pelotas y sin dinero encima -aunque rara ocasión es en la que Wang Xue lleva mucho dinero encima-; posiblemente esto se deba a que desde joven bebe alcohol, una adicción que le "contagió" su padre.
HABILIDAD ESPECIAL: Cada vez que Wang Xue se encuentre en una situación donde esté bebiendo muchísimo alcohol (cantidades que para una persona normal serían insalubres), deberá hacer una lanzada de código "Rand" 1d6, debiendo sacar un resultado de 2+ para no emborracharse; en caso de fallar la tirada, Wang Xue estará "levemente borracho", disminuyéndose sus atributos y reflejos un 10%, aunque su capacidad del habla seguirá igual.
— De seguir bebiendo, se deberá hacer la misma tirada aunque ahora el resultado satisfactorio será un 3+; en caso de fallar la tirada, Wang Xue estará "borracho", disminuyéndose sus atributos y reflejos un 30%, su capacidad de habla estará en un 75% de su potencial total. Su caminar será errático, ya no podrá correr.
— En el hipotético caso de que quiera seguir bebiendo, el resultado de la tirada Rand del 1d6 ahora subirá a 5+; en caso de fallar, Wang Xue estará "completamente borracho", disminuyéndose sus atributos y reflejos un 80%, su capacidad de habla estará en un 25% de su potencial total, casi nadie entenderá su balbuceo de boca dormida. Se tropezará mucho e inclusive podrá caerse; en caso de caerse, deberá lanzar 1d6-1, si saca 3+ no sucederá nada, volverá a levantarse. Pero si no logra alcanzar el resultado positivo, quedará inconsciente en el lugar donde cayó por su borrachera por los próximos 4 turnos.
• Elemental, mi Querido Watson: Tiene una habilidad cognitiva muy buena, usualmente demostrándolo con los acertijos más complejos que puedan presentársele, resolviéndolos raudo y calmo. Podría decirse que se siente un "Sherlock Holmes" de la era, aunque en realidad solo lo hace por ser un pasatiempo más. No acepta que le llamen genio ni mucho menos innato en dicho rubro, pero se siente lo suficientemente orgulloso de ello como para no bufarse de ello. También aplica esta habilidad a su vida diaria, resolviendo los pormenores de la manera más simple y lo más rápido que le sea posible.
• ¡Terco es decir poco!: No se rinde por nada en el mundo. La insistencia, el coraje y valor de nunca dejar caer los brazos. Tal vez el hecho de que su vida desde la infancia le trató tan mal que se ve obligado a no rendirse o la vida le pasará de nuevo por encima, sintiéndose en la necesidad de siempre estar un paso más adelante de la adversidad, para que esta no le alcance y vuelva a caer en un pozo oscuro sin fondo en el que ya tantos años estuvo metido.
• Te entiendo... cuéntame más: Empatía es lo que caracteriza a este muchacho. Es alguien que puede ponerse en el lugar de los demás y por ende se le facilita mucho más socializar con aquellos que se le pongan en frente. Es decir que, usualmente, no le cuesta entender por lo que está pasando la otra persona y, por ende, intentará ayudarle en lo que pueda siempre y cuando no signifique que vayan a abusar de su confianza a buenas nuevas.
Torpezas:
• Filántropo Universal: Tal vez no sea que adore a todas las razas por igual, pero opina que no todos tienen culpa en sus actos, y siente cierta admiración por la mentalidad de dichos seres, ya que algunos pueden ser sumamente interesantes a decir verdad; es imposible para él matar a otra persona, inclusive cuando el contrario le haya maltratado de tal manera que puso su propia vida en peligro. Si bien no es partidario de la violencia per se, no negará que hay gente que se merece una buena paliza que los deje idiotas, a ver si así aprenden a ser un poco más humildes, mejores personas.
• Sin Sazón: Ya se harán una idea de qué trata esta torpeza, pero por si no se lo imaginaban... No sabe cocinar; es alguien que se considera un cero a la izquierda en esos ámbitos e inclusive cuando lo intenta lo único que logra es prender fuego todo y arruinar alimentos que pudieron bien haber sido utilizados para preparar deliciosos platillos. Es tan bueno cocinando como un espadachín manejando armas de fuego... sí, básicamente es pésimo en esto.
• Visiones del Pasado: Suele tener "flashbacks", visiones del pasado si está en situaciones de mucha tensión o similares al acontecimiento que causó la visión. No tiene porqué estar orientada al combate, y puede ser provocado tanto por estímulos positivos como negativos. La ansiedad emocional y el estrés son las causas habituales de las visiones de Wang Xue, aunque las puede producir casi cualquier trauma del pasado. Durante la visión, puede que no se dé cuenta de lo que hay a su alrededor. Incluso las personas que le hablen serán percibidas como gente u objetos de la visión. Dichas visiones le dejarán indefenso y tendrán que ver con su pasado más negativo.
Posee varios "triggers" como se les suele conocer, entre estos: Maltrato hacia un niño por parte de su padre, borrachos burlándose de alguien solitario y de bajos recursos que está pidiendo para comer, y ese tipo de sucesos que marcaron su juventud.
TORPEZA ESPECIAL: Cada vez que se encuentre en presencia de un "trigger", Wang Xue deberá hacer una tirada de código "Rand" 1d6, debiendo sacar 4+ para no caer sumido en dicha visión. De lo contrario, todos sus atributos caerán un 50% y entrará en un estado de "Terror", por lo que se verá incapacitado de atacar por los próximos 2 turnos, solamente huir o esquivar.
• Adalid de la Verdad: Wang Xue no será capaz de mentir. Siempre será sincero ante cualquier adversidad y ante las situaciones menos irrelevantes. Si piensa que algo no es de su agrado lo dirá, sin embargo frente a otras razones podrá limitarse a no decir nada si no se lo preguntan, no obstante una vez lo hagan se verá obligado a decir lo que piensa y decir lo que sabe, no pudiendo alterar su mente de ninguna forma para llegar a mentir sobre algo que sabe.
TORPEZA ESPECIAL: En caso de interrogatorio y torturas, Wang Xue será capaz de omitir información o directamente verse en la posibilidad de no contar nada; por si no quiere contar nada en dichos casos especiales, Wang Xue deberá hacer una tirar 1d6 y sacar un resultado de 4+, en caso de fallar deberá contestar lo que le dicen, pero si obtiene en la tirada un resultado igual o mayor a 4, podrá efectivamente no decir nada; ciertos efectos especiales como profesiones y poderes ignorarán este efecto.
• Simpatía por Pagafantas: Wang Xue será incapaz de dañar a una mujer por más que le ofrecieran un billón de Berries en toda la cara; tal vez por el hecho de que agradece que todas las mujeres con las que se ha cruzado siempre han sido lo suficientemente amables con él como para no sentirse rechazado, y no solamente a esta edad sino también desde pequeño que sucedía esto, empezando por su madre.
Usualmente se negará a luchar contra personas del sexo femenino independientemente de la raza a la que pertenezcan, y si ellas quieren luchar contra él no podrá hacer otra cosa que esquivar e intentar huir, ya que se niega rotundamente a ponerle una mano encima a una mujer.
Profesiones:
- Espadachín
- Bufón
- Espía
- Guardabosques
Banda: -
Armas: Una katana común y corriente que posee desde que se la robó a un herrero en su isla natal antes de partir a su "aventura". Dicha Katana posee una guarda plana y lateral dorada, y en la punta de la empuñadura blanca, cuelgan dos cuerdas de seda azules, sujetas al medio por una esfera blanca y con dos cascabeles en las puntas.
Historia: Ya han de inquirir que mi infancia no fue fácil; mi vida empezó siendo un desastre. Siendo hijo de un padre alcohólico y una madre que no podía defenderse a sí misma, fu maltratado tanto física como psicológicamente de las peores maneras. Denigrado simplemente por no querer meterme en problemas o intentar resolverlos de la manera menos violenta posible. O tratado como basura por el mero hecho de que odiaba el aroma rancio y ácido del aliento de mi padre cada vez que bebía alcohol y volvía a la casa con la ropa manchada de comida y vómito; nunca era un "buenos días", con suerte y recibía algún gruñido por su parte si tenía suerte... ya que el 98% de las ocasiones era un amague a pegarme, o directamente a cintazo limpio me sacaba de la casa para que fuera a pedir dinero. ¿Pero para comida? No... claro que no, nunca fue que me hacían salir para eso, sino más bien para que él tuviera el dinero suficiente y así ser capaz de ir a beber más y disfrutar con sus amigos.
Estaba claro que no era tarea para cualquier niño, nunca tuve la oportunidad de ir a la escuela aunque afortunadamente fue mi madre... mi dulce y hermosa progenitora la que me enseñó todas esas cosas. Lo mejor que podía al menos, ya que si no estaba cuidándome a mí, bañándome o dándome de comer -si es que llegaba a tener ese regalo de Jebús plantado en la mesa sin que mi padre se lo hubiera devorado, viéndome a mi poco merecedor de tales ventajas-, estaba recibiendo una paliza de mi padre, o simplemente discutiendo con él... bueno, "discutiendo". Él no daba oportunidad a defenderse, si mi madre le llevaba la contraria, él le callaba con una bofetada usando el dorso de su mano, llegando a sacarle sangre de inmediato. ¿Y si yo intentaba intervenir para proteger a mi madre? ... ¡Uff!~ La que se me armaba, madre del amor hermoso. Lo mínimo es que terminaba una semana POR LO MENOS sin poder sentarme de cómo me quedaba la retaguardia, el culo de un mono babuino terminaba siendo una minucia comparado con lo mío.
Y si no era mi padre el que me hacía la vida imposible, era la gente de la isla la que se encargaba de quitarme por completo las ganas de seguir respirando o saliendo siquiera a intentar jugar afuera. Nunca fuimos una familia de grandes recursos, debíamos mantenernos con lo poco que teníamos, o mejor dicho con lo poco que dejaba nuestro padre ya que el resto que no alcanzábamos a almacenar secretamente, él se lo lapidaba en alcohol y posiblemente cortesanas de alto vuelo; estaban los borrachos que se sentaban en el pórtico de la taberna, despotricando contra la sociedad, creyéndose reyes del universo. Inmaculados dentro de su pequeña cueva, medio sentados en sus sillas gastadas de madera, hediendo igual o peor que mi padre. Insultando a todo el mundo que se les cruzaba... incluyéndome a mi o a mi madre obviamente. Siempre denigrando por la pobreza, llamando a mi madre por apodos insultantes como cortesana, Madre Teresa de Calcuta porque recibe a todos de
Hubieron excepciones, sí... una en especial, una chica la cual me gustaba del pueblo. Solíamos jugar cuando ninguno de sus otros compañeros estaban alrededor, ululando e intentando joderme la vida a mí. Esa chica daba vueltas en mi cabeza siempre que nos juntábamos, no podía hacer otra cosa que mirarle, era imposible para mi despegar la mirada de ella. Estaba claro que era amor... bueno, algo así. A los doce años a fin de cuentas empieza a descubrir uno lo que se conoce como pubertad, le empiezan a salir vellos en partes del cuerpo que uno a esa edad nunca pensaría que saldrían. Experimentar, claro que sí... pero a esas alturas yo creía que todo en la vida eran juegos y nada más, a fin de cuentas no conocía otra cosa. Pero tarde o temprano todo tiene que joderse, y es así como perdí una amistad más, y no por culpa de ella, sino más bien... por mi propio orgullo.
Era una tarde fría de Invierno, estaban empezando los primeros vestigios de que nevaría pronto. Estaba listo para confesarme, luego de un año de conocerla -sin decir nombres para proteger integridad de la persona damnificada-, sabía que lo que sentía era algo más allá de una simple 'atracción', me agradaba, y mucho... pero era obvio que algo saldría mal. Quedamos en juntarnos en la plaza de siempre, a la misma hora. Pero cuando yo llegué, ya había alguien más con ella, besando sus dulces y gentiles labios tan posesivo, que daba miedo. Era uno de sus compañeros, más específicamente el "líder" de la pequeña pandilla de Bullies que solían joderme cada vez que intentaba estar con ella; era un simple niño, pero en ese momento algo dentro de mí se resquebrajó lentamente. Mis ojos no se llenaron de lágrimas, pero mi pecho se sintió oprimido por una fuerza aplastante, como si un rinoceronte... no, un elefante me estuviera pisando sin preocuparse por mi presencia bajo su ser.
Me quedó claro en ese instante, que debía hacer algo con mi vida. Ya no quería estar en esa isla. No quería aguantar el maltrato de nadie más, pero... no podía. Siendo menor de edad, no tenía oportunidad alguna de hacer algo por mí mismo. Tuve que aguantar todo lo que pude, caí preso de las tentaciones, siendo obligado por mi padre a beber junto a él, con la mera excusa de que debía "hacerme hombre" y "ahogar mis penas con el alcohol". Un joven de trece años, embriagándose junto con su padre contra su voluntad. ¿Qué más podía un niño pedir que salir de aquel infierno en el que se había metido desde el día en que nació? Pero... mi única salvación, la única razón por la que seguía levantándome luego de caer de cara contra el pavimento repetidas veces, era mi madre. Múltiples ocasiones llegaba en un estado de ebriedad en oportunidades peor que mi padre, pero mi madre siempre llegaba a socorrerme. Me bañaba, cambiaba la ropa, e inclusive se preocupaba por mi cuando al otro día despertaba con lo que en aquel entonces pensaba que era solamente un simple dolor de cabeza, y ahora considero "Resaca"; sus palabras gentiles al abrir mis ojos después de una borrachera atroz siempre me sacaban del suplicio, y sus abrazos llenos de amor eran la calidez que necesitaba para levantarme de la cama.
Los años iban pasando, y cuanto más lo intentaba, más caía en el alcohol, inclusive mi madre cayó enferma cuando cumplí los 16 años. Una enfermedad que la dejaría postrada, de por vida en una cama. Cama que debía compartir desafortunadamente con el déspota de mi padre. No tuvo mucho tiempo en el que ella... falleció, lamentablemente, dejándome solo junto con un hombre mayor, el cual no hacía otra cosa que seguir creyéndose rey de la casa y dios del universo. No me tomó mucho tiempo en conseguir todo lo que necesitaba para salir de aquella isla maldita, y alejarme de una vez y por todas de mi padre... ¿pero cómo podía hacerlo sin que mi padre, aquel viejo de mierda... terminara matándome por intentar alejarme de su poderío? Soberano hijo de fruta. Pero pude, sí... tuve que hacerme un renombre maldito en la isla para salir echando leches en un barco pesquero, escondido entre carnada de pescado maloliente. No fue tarea fácil, claro que no... siendo visto como un criminal en mi lugar de nacimiento, dejando atrás muchos recuerdos. Gracias por tan poco, y perdón por haberte dado tanto.
Y la vida continúa... viajando de un mar a otro, quedándome cuanto podía en las islas a las que iba a parar, lavando la ropa, duchándome, comiendo... robando si era necesario para un bien mayor. Sobrevivía con lo poco que la vida me llegaba a dar, deseando que algún día el futuro me trajera algo mejor. ¿Y si caía? Me volvía a levantar, porque mi madre, desde algún lado allá en el cielo si no más allá de Skypiea, me está vigilando y cuidando... como hizo tantos años. Inclusive, recordando sus fieles palabras cada vez que me sentía desfallecer y no quería hacer nada más que quedarme durmiendo... para siempre.
"— Cuando tropieces en tu vida o tengas alguna caída, solo párate y sigue adelante. Siempre atento de que si vuelve a suceder, no sea con el mismo objeto... —"
Mar de origen: North Blue
Pertenencias: -
Botín de partidas: -
Sueños: ¿Por el momento? No morir de cirrosis; no es una persona que posea sueños o metas fijas ahora mismo.
Multicuenta de: Mark Kjellberg
Wang Xue
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Tan sólo "Woao". Me hace gracia lo de las tiradas, la verdad.
Bueno, no hay nada que reseñar, la verdad. Pasa por registro de físicos y censo para que te demos color.
Ficha aprobada.
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