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Su Larga cabellera, en aquel momento atada en dos trenzas de color violeta, ondeaba con la suave brisa del puerto. Acaba de llegar a la base de la marina aquella misma mañana, poco después de haberse unido al sistema por sus propios intereses.
Se coloco bien el pañuelo azul del uniforme, el cual llevaba atado al brazo, sobre su sudadera ya que no pensaba cambiar sus vestimentas. No solo no le gustaba la idea de llevar uniforme, el cual había notado era más difícil de quitar que su ropa de siempre así como más incomodo, sino que de por sí el uniforme dañaba a la vista (y eso que no siente dolor). Solo hubiera faltado que fuera de color rosa para que se lo tirara a la cara al hombre que se lo trajo.
Llevaba un buen rato mirando al océano desde que desembarcaron, seguramente esperando que alguien le echara la bronca para que se pusiera en marcha. Sin Kuro, al que habían encargado alguna misión, no le apetecía hacer nada, después de todo no sentía como los otros sus obligaciones como recluta. "A mí solo me interesa el trato que hicimos."
A pesar de no querer avanzar, el sol poniéndose le indicaba que no tenía más opción, por lo que se levanto de su cómodo asiento de madera, el cual le causaría dolorosas agujetas si pudiera sentir el dolor, y se encamino hacía el cuartel. Quizá pudiera examinarlo y ver algo interesante "perdiéndose" por este.
Comenzó a pasear por los enrevesados pasillos del cuartel, tratando de aparentar seguridad, como si no fuera la primera vez que recorría ese lugar. De hecho, el color de las paredes y el olor era similar al del laboratorio en el que paso su infancia, aunque este se mezclaba con otros aromas. Así siguió su divertido paseo, hasta encontrarse con una mujer de cabellos escarlatas, la cual lamo su atención. "Me pregunto si nos podremos divertir."
Se coloco bien el pañuelo azul del uniforme, el cual llevaba atado al brazo, sobre su sudadera ya que no pensaba cambiar sus vestimentas. No solo no le gustaba la idea de llevar uniforme, el cual había notado era más difícil de quitar que su ropa de siempre así como más incomodo, sino que de por sí el uniforme dañaba a la vista (y eso que no siente dolor). Solo hubiera faltado que fuera de color rosa para que se lo tirara a la cara al hombre que se lo trajo.
Llevaba un buen rato mirando al océano desde que desembarcaron, seguramente esperando que alguien le echara la bronca para que se pusiera en marcha. Sin Kuro, al que habían encargado alguna misión, no le apetecía hacer nada, después de todo no sentía como los otros sus obligaciones como recluta. "A mí solo me interesa el trato que hicimos."
A pesar de no querer avanzar, el sol poniéndose le indicaba que no tenía más opción, por lo que se levanto de su cómodo asiento de madera, el cual le causaría dolorosas agujetas si pudiera sentir el dolor, y se encamino hacía el cuartel. Quizá pudiera examinarlo y ver algo interesante "perdiéndose" por este.
Comenzó a pasear por los enrevesados pasillos del cuartel, tratando de aparentar seguridad, como si no fuera la primera vez que recorría ese lugar. De hecho, el color de las paredes y el olor era similar al del laboratorio en el que paso su infancia, aunque este se mezclaba con otros aromas. Así siguió su divertido paseo, hasta encontrarse con una mujer de cabellos escarlatas, la cual lamo su atención. "Me pregunto si nos podremos divertir."
Kathy Misery
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El día no aprecia estar pintando nada mal, la realidad era que para la peli roja que caminaba por el cuartel de la marina situado en el North Blue no había nada en especial, hacía tiempo que se había enlistado, su entrenamiento había finalizado y finalmente era una recluta de la marina. Si bien había carecido en algunas áreas, había sobresalido en otras. Kathy jugaba con una daga entre sus manos mientras caminaba por el cuartel, se preguntaba si tomar la oferta de infiltraba… no sonaba nada mal el infiltrarse en bandas piratas para poder capturarles de un modo mucho más fácil posteriormente.
-No me apetece nada vivir entre piratas – se dijo a si misma planteando los puntos negativos de aquello. Suficiente había tenido en su isla natal como para plantearse volver a rodearse de idiotas que pensaban estar por encima de los demás. Trabajar como marine común y corriente podía ser buena idea. En esos pensamientos se encontraba cuando había escuchado un par de comentarios subidos de tono de un par de reclutas, su mirada paso periféricamente al par de muchachos que le veían de reojo, no estaba ataviada con el uniforme marine, si no con su vestimenta negra y ajustada, sonrió de lado mirándole lo que aparentemente saco una risa tonta en aquellos dos.
La daga en sus manos giro un par de veces en la misma antes de salir dispara en contra de aquel par incrustándose en el muro justo a la altura de las cabezas de dichos mirones en medio de ambos, dejándoles un momento estáticos – La próxima vez… métanse con una chica menos peligrosa – soltó dándose la vuelta y alejándose de ahí con un suspiro. Le gustaría que le tomasen más enserio, sus instructores habían aprendido a hacerlo… salvo el que había tratado de enseñarle a disparar, no entendía como alguien podía matar con tales y patéticas armas... bueno, a cada quien lo suyo seguramente.
Continuo su camino cavilando nuevamente hasta toparse con una chica de cabellos morados, que curioso color de cabello, si bien el suyo no estaba en el rango de lo común, esta parecía ser n personaje bastante curioso. – Y pensé que sería yo la recluta más extraña – dijo con aquella voz que dejaba una ligera nota de sarcasmo en cada frase, fuera que Kathy deseara emplearlo o no. De cualquier modo le dirigía una media sonrisa aquella chica, dando pro supuesto por sentado, que era una marine, o de otro modo no estaría en aquel cuartel, aprecia curiosamente cantarina y alegre para ser un marine, pero ¿Quién era ella para juzgar a las personas?
-No me apetece nada vivir entre piratas – se dijo a si misma planteando los puntos negativos de aquello. Suficiente había tenido en su isla natal como para plantearse volver a rodearse de idiotas que pensaban estar por encima de los demás. Trabajar como marine común y corriente podía ser buena idea. En esos pensamientos se encontraba cuando había escuchado un par de comentarios subidos de tono de un par de reclutas, su mirada paso periféricamente al par de muchachos que le veían de reojo, no estaba ataviada con el uniforme marine, si no con su vestimenta negra y ajustada, sonrió de lado mirándole lo que aparentemente saco una risa tonta en aquellos dos.
La daga en sus manos giro un par de veces en la misma antes de salir dispara en contra de aquel par incrustándose en el muro justo a la altura de las cabezas de dichos mirones en medio de ambos, dejándoles un momento estáticos – La próxima vez… métanse con una chica menos peligrosa – soltó dándose la vuelta y alejándose de ahí con un suspiro. Le gustaría que le tomasen más enserio, sus instructores habían aprendido a hacerlo… salvo el que había tratado de enseñarle a disparar, no entendía como alguien podía matar con tales y patéticas armas... bueno, a cada quien lo suyo seguramente.
Continuo su camino cavilando nuevamente hasta toparse con una chica de cabellos morados, que curioso color de cabello, si bien el suyo no estaba en el rango de lo común, esta parecía ser n personaje bastante curioso. – Y pensé que sería yo la recluta más extraña – dijo con aquella voz que dejaba una ligera nota de sarcasmo en cada frase, fuera que Kathy deseara emplearlo o no. De cualquier modo le dirigía una media sonrisa aquella chica, dando pro supuesto por sentado, que era una marine, o de otro modo no estaría en aquel cuartel, aprecia curiosamente cantarina y alegre para ser un marine, pero ¿Quién era ella para juzgar a las personas?
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Le devolvió la sonrisa, algo molesta por el comentario. ¿Extraña? ¿Qué tenía de extraño? Vale que mis ropas tendían a ser según su superior algo...llamativas, pero en esa ocasión apenas si llevaba abierta la cremallera de la sudadera lo suficiente para considerarlo un escote un poco más provocativo que él de la chica.
Si la pelirroja supiese más sobre ella si que hubiera dejado pasar ese comentario como algo normal. Después de todo el no sentir dolor era una cualidad curiosa. A pesar de aquello pensó que sería conveniente hacerse amiga suya. Después de todo aparentaba ser una "veterana" en comparación con ella que apenas había desembarcado en el cuartel. Podría hacerle una pequeña visita guiada por el cuartel y de paso darle algo de diversión.
-Disculpa, soy nueva y me he perdido. ¿Podrías enseñarme las instalaciones del cuartel...Esto...?- Dijo con un tono algo serio, cosa que nadie esperaría al ver su apariencia de "niña". -Por cierto, mi nombre es Heaten.- Dijo con otra sonrisa amable. ¿Qué ocultaría tras esta?
Si la pelirroja supiese más sobre ella si que hubiera dejado pasar ese comentario como algo normal. Después de todo el no sentir dolor era una cualidad curiosa. A pesar de aquello pensó que sería conveniente hacerse amiga suya. Después de todo aparentaba ser una "veterana" en comparación con ella que apenas había desembarcado en el cuartel. Podría hacerle una pequeña visita guiada por el cuartel y de paso darle algo de diversión.
-Disculpa, soy nueva y me he perdido. ¿Podrías enseñarme las instalaciones del cuartel...Esto...?- Dijo con un tono algo serio, cosa que nadie esperaría al ver su apariencia de "niña". -Por cierto, mi nombre es Heaten.- Dijo con otra sonrisa amable. ¿Qué ocultaría tras esta?
Kathy Misery
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Quizá la pelirroja no era la mejor para darle el adjetivo de extraña a otra persona, después de todo, ella misma podía decirse estar fuera de lo común. Pero aun así, no tenía control sobre el sarcasmo que denotaba siempre en ligera nota su voz. Como fuera, sonrió cuando la chica le hablo. Al menos no era la única nueva en el cuartel, ser la novata siempre era molesto, los de más experiencia tendían a creer que te podían hacer la vid difícil sin represalia alguna.
-Me temo que al igual que tu soy nueva…, aunque quizá podamos ubicarnos mejor si vamos juntas – espeto finalmente encogiéndose de hombros y haciendo un movimiento con el cuello para echar atrás su cabello, aunque el flequillo seguía cayéndole de forma continua sobre el orbe que no estaba adornado con aquella cicatriz. – Y mi nombre es Kathy – dijo con una pequeña risa mientras asentía con la cabeza.
Con un gesto de la mano le invito a caminar a su lado. El cuartel en si no era demasiado grande, pero era válido decir que una podía perderse si no conocía de antemano los pasillos. Hasta donde sabia y el pequeño plano que había visto, en un extremo estaban los dormitorios, la plaza central y explanada para entrenamientos y en el edificio principal estaba el comedor, las cocinas y las oficinas.
-No pensé que me encontraría a alguien como tu aquí – sincero mientras caminaban – esperaba encontrarme con un montón de neandertales y la primera que veo es una chica linda – dijo sin reparo. No tenía ese concepto de pena o se frenaba en decir lo que pensaba en realidad.
-Me temo que al igual que tu soy nueva…, aunque quizá podamos ubicarnos mejor si vamos juntas – espeto finalmente encogiéndose de hombros y haciendo un movimiento con el cuello para echar atrás su cabello, aunque el flequillo seguía cayéndole de forma continua sobre el orbe que no estaba adornado con aquella cicatriz. – Y mi nombre es Kathy – dijo con una pequeña risa mientras asentía con la cabeza.
Con un gesto de la mano le invito a caminar a su lado. El cuartel en si no era demasiado grande, pero era válido decir que una podía perderse si no conocía de antemano los pasillos. Hasta donde sabia y el pequeño plano que había visto, en un extremo estaban los dormitorios, la plaza central y explanada para entrenamientos y en el edificio principal estaba el comedor, las cocinas y las oficinas.
-No pensé que me encontraría a alguien como tu aquí – sincero mientras caminaban – esperaba encontrarme con un montón de neandertales y la primera que veo es una chica linda – dijo sin reparo. No tenía ese concepto de pena o se frenaba en decir lo que pensaba en realidad.
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Por lo visto, Heaten no era la única nueva en aquel lugar. Aquella noticia no hizo más que agradarle ya que no le gustaba ser la única que iba por libre. Recordaba el día en que llego al orfanato en el que estuvo, y como nadie se preocupaba por si necesitaba ayuda o se burlaba de ella. Aunque las cosas habían cambiado mucho desde aquello y el estar sola tampoco le suponía problema alguno.
-Lo mismo digo, esperaba que la mayor parte de los marines aquí fueran hombres sin valor ni inteligencia. Aunque tú no pareces ser ni lo uno ni lo otro.- Dijo con un tono de voz que casi parecía inocente como respuesta a lo dicho por ella. "Podría ser útil entablar amistad con ella." Pensó la pelimorada mientras apartaba un mechón de cabello con la mano con un suave movimiento de su mano.-Creo que nos podríamos llevar bien.- Comentó mientras pasaban por la zona en que mantenía a los reclusos que acababan de ser capturados, antes de decidir cual sería su destino. "Me pregunto si podemos mirar un poco. ¿habrá torturas?" Pensó mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro ante la idea de ver el dolor de aquellas personas.
-Oye, Kathy, ¿qué opinas de causar dolor a otras personas?- Preguntó aparentando de nuevo seriedad. Al estar delante de aquel lugar cualquiera pensaría que se refiere a los que van a ser castigados. Al dolor que provocan a los ciudadanos. Sin embargo sus pensamientos son sobre ser ella la que causase el daño a otros.
-Lo mismo digo, esperaba que la mayor parte de los marines aquí fueran hombres sin valor ni inteligencia. Aunque tú no pareces ser ni lo uno ni lo otro.- Dijo con un tono de voz que casi parecía inocente como respuesta a lo dicho por ella. "Podría ser útil entablar amistad con ella." Pensó la pelimorada mientras apartaba un mechón de cabello con la mano con un suave movimiento de su mano.-Creo que nos podríamos llevar bien.- Comentó mientras pasaban por la zona en que mantenía a los reclusos que acababan de ser capturados, antes de decidir cual sería su destino. "Me pregunto si podemos mirar un poco. ¿habrá torturas?" Pensó mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro ante la idea de ver el dolor de aquellas personas.
-Oye, Kathy, ¿qué opinas de causar dolor a otras personas?- Preguntó aparentando de nuevo seriedad. Al estar delante de aquel lugar cualquiera pensaría que se refiere a los que van a ser castigados. Al dolor que provocan a los ciudadanos. Sin embargo sus pensamientos son sobre ser ella la que causase el daño a otros.
Kathy Misery
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Ambas féminas se habían puesto a explorar el cuartel, la joven chica de morados cabellos le llamaba la atención a Kathy, como ella, había esperado que la mayoría de sus compañeros fueran hombres sin cerebro que solo sabrían hablar de la anatomía de las chicas. (Y no era realmente que la peli roja ignorase los dotes que tenía y era consciente de los que tenía Haten). Sin embargo era bastante refrescante encontrar a alguien diferente de lo que se tenía en mente. Así pues parecía que ambas se consideraban… aceptables una a la otra.
-Sí, supongo que podríamos llevarnos bien - afirmo la fémina mientras caminaba e iban tomando nota de la ubicación de cada habitación en el cuartel. Personalmente pensaba que no estaba nada mal. Era espacioso y quizá no fuera mala idea es llegar a una acuerdo con el cocinero para no tener que comer junto con todos los animales que estarían en el cuartel .Sin embargo esa idea se borró de su cabeza cuando le llegase aquella interrogativa le llegase de la chica.
Qué curioso, la verdad es que no pensó que nadie le preguntase algo así. Sabia empezar esa perorata ensayada de la moral de la marina?. Eso de que no eran piratas y la ética... bla bla bla. No, la verdad es que no tenía por qué mentirle, si esta chica pretendía llevarse bien con ella, mejor supiera quien era.
-Bueno… no es que podamos dañar a cualquiera – dijo con una sonrisa y jugando con una daga en su mano y girándola un poco en su mano - ¿pero no es genial cuando alguien te obliga a hacerle daño? – dijo poniéndose la cortante arma entre los dientes como si saboreara la misma después de haber cortado a alguien. Para ella no había nada más placentero que usar sus habilidades sobre un pirata. Y sus habilidades habían sido llamadas las ideales para una asesina.
-Sí, supongo que podríamos llevarnos bien - afirmo la fémina mientras caminaba e iban tomando nota de la ubicación de cada habitación en el cuartel. Personalmente pensaba que no estaba nada mal. Era espacioso y quizá no fuera mala idea es llegar a una acuerdo con el cocinero para no tener que comer junto con todos los animales que estarían en el cuartel .Sin embargo esa idea se borró de su cabeza cuando le llegase aquella interrogativa le llegase de la chica.
Qué curioso, la verdad es que no pensó que nadie le preguntase algo así. Sabia empezar esa perorata ensayada de la moral de la marina?. Eso de que no eran piratas y la ética... bla bla bla. No, la verdad es que no tenía por qué mentirle, si esta chica pretendía llevarse bien con ella, mejor supiera quien era.
-Bueno… no es que podamos dañar a cualquiera – dijo con una sonrisa y jugando con una daga en su mano y girándola un poco en su mano - ¿pero no es genial cuando alguien te obliga a hacerle daño? – dijo poniéndose la cortante arma entre los dientes como si saboreara la misma después de haber cortado a alguien. Para ella no había nada más placentero que usar sus habilidades sobre un pirata. Y sus habilidades habían sido llamadas las ideales para una asesina.
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Se mantuvo atenta a los movimientos que la chica realizaba con su arma, la cal pasaba con gracia por sus dedos, como solía hacer cierto hombre de cabello azabache que había conocido escasos meses atrás, antes de entrar a la marina.
La respuesta de aquella mujer de cabello escarlata le agrado gratamente, aunque fue toda una sorpresa. Heaten no había imaginado que se encontraría con alguien que al igual que ella disfrutara de causar dolor a otras personas. Aún así, por la forma de expresarlo de la pelirroja, quedaba claro que ella solo lastimaría a alguien que fuera contra sus ideales. "Puede que Kuro no sea el único marine interesante." Pensó observando los gestos y movimientos de Kathy.
¿No es genial cuando alguien te obliga a hacerle daño? – Esas palabras le dieron a entender que ambas sentían cierto aprecio por el dolor.
-Lo es, no hay nada más divertido que el ver sus muecas de sufrimiento. Más aún sí se lo merecen por lo que han hecho.- Respondió con un tono que haría estremecer a cualquiera que la viera. Era un tono de voz demasiado...infantil y alegre para el tema que estaban tratando. Y sin duda la sonrisa en su rostro y su apariencia inocente chocaban aún más con sus palabras y personalidad.
La respuesta de aquella mujer de cabello escarlata le agrado gratamente, aunque fue toda una sorpresa. Heaten no había imaginado que se encontraría con alguien que al igual que ella disfrutara de causar dolor a otras personas. Aún así, por la forma de expresarlo de la pelirroja, quedaba claro que ella solo lastimaría a alguien que fuera contra sus ideales. "Puede que Kuro no sea el único marine interesante." Pensó observando los gestos y movimientos de Kathy.
¿No es genial cuando alguien te obliga a hacerle daño? – Esas palabras le dieron a entender que ambas sentían cierto aprecio por el dolor.
-Lo es, no hay nada más divertido que el ver sus muecas de sufrimiento. Más aún sí se lo merecen por lo que han hecho.- Respondió con un tono que haría estremecer a cualquiera que la viera. Era un tono de voz demasiado...infantil y alegre para el tema que estaban tratando. Y sin duda la sonrisa en su rostro y su apariencia inocente chocaban aún más con sus palabras y personalidad.
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