Drako Hyrule
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- DDM:
El Den Den Mushi comenzó a sonar, emitiendo su particular sonido. El caracol se encontraba sobre una estantería con los ojos cerrados. Me levanté de la silla en la que estaba sentado, y me dirigí a paso lento hacía el aparato. Elevé con calma la mano, hasta que al final, lo cogí. Descolgué la llamada, y dije con una voz tranquila:
-¿Diga? Al habla el Vice-Almirante Drako.
-Jefe, recuerde que debe estar en Villa Orange a primera hora, debe ayudar a entrenar a los nuevos reclutas.- Dijo una voz.
No sabía de quién se trataba, pero fuera quien fuere, no debía haber llamado. Ya me encontraba en Villa Orange desde hacía ya horas, no era necesario todo aquello, la verdad, me frustaba que aún pensasen que era nuevo, aunque al fin y al cabo, yo tampoco me fiaría demasiado de mí mismo...
-Sí... Ya me encuentro en la villa...- Respondí algo desganado e intentando disimular mi decepción.
Colgué a la persona del otro lado, no eran necesarias más explicaciones. Cogí al Den Den Mushi, y la guardé en mi mochila. Seguidamente, cogí de mi escritorio la llave de mi camarote y me dirigí hacia la puerta. La abrí y salí. Una vez ya estuve fuera, la cerré, no quería que nadie entrase.
Comencé a caminar por el pasillo hasta llegar a unas escaleras, por cuales subí para llegar a cubierta. El cielo estaba despejado, el viento era casi inexistente y el sol brillaba, era un buen día. Había varios nuevos que parecían muy ilusionados por estar en aquel lugar, no sabía con exactitud que se esperaban.
-¡Formen filas!- Grité para llamar la atención de todos.- El entrenamiento comenzará en poco.- Dije ahora con menos énfasis y con un tono más suave.- Esperaremos a qué estemos todos presentes y empezaremos... Mientras tanto, haced algo de provecho.- Dije intentando no aterrar.
Como no estaba del todo seguro de si estaban todos, me senté en una silla junto a la puerta por la que acababa de entrar. Mientras tanto, saqué de mi mochila una piedra de afilar para darle un poco más de brillo a Anubis...
Sasuke Uchiha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Por que tenía que venir hasta aquí? - Pensaba mientras daba un rodeo por el lugar
El lugar estaba lleno de casas, habitaba mucha gente por el lugar. Aunque todos parecían meros civiles, había algunos rostros de gente solitaria que intimidaban a los demás, tenían cara de pocos amigos.
Seguí observando a aquellas escenas cotidianas de este nuevo lugar, mientras poco a poco me iba acercando al punto de encuentro, dónde me esperaba aquel tipo que iba a ser mi maestro y mentor durante la ausencia de mi tio.
Así que esos tipos son mis compañeros de entrenamiento - Pensaba mientras me acerqué a un par de jovenes con uniforme de reclutas que parecían perdidos.
- ¿Os habeis perdido, reclutas? -
Al principio se asustaron al observar mis ojos, y mi mirada les intimidó, al menos a la chica. El chico saltó rápidamente y me respondió de forma borde. En cierta forma me recordaba a aquel idiota, Naruto..
- ¿Quién te crees que eres? ¡Claro que no nos hemos perdido! Sólo estamos... haciendo tiempo, ¡eso es! -
- Disculpa, ¿Has dicho algo? No te he escuchado. Sea como sea, será mejor que nos demos prisa, parece que ya va a comenzar el entrenamiento. -
Los tres nos dirigimos rápidamente hacía la cubierta, dónde se encontraban otros reclutas junto a un hombre extraño. Era medianamente alto, probablemente entorno al metro ochenta. Su cuerpo se hacía ver corpulento, y sus ojos... Eran diferentes entre sí, y en aquel misterioso ojo rojo habíia una cicatriz.
Ese debe ser el Vicealmirante del que mi tío me habló. - Pensé observando su rostro
Avancé junto con la pareja de reclutas que encontré hasta juntarnos con el resto. Nos teníamos que presentar. Cerré los ojos y esperé que hubiese cierta tensión y silencio. Entonces, con un tono frío y asertivo:
- Mi nombre es... Uchiha, Sasuke Uchiha -
El lugar estaba lleno de casas, habitaba mucha gente por el lugar. Aunque todos parecían meros civiles, había algunos rostros de gente solitaria que intimidaban a los demás, tenían cara de pocos amigos.
Seguí observando a aquellas escenas cotidianas de este nuevo lugar, mientras poco a poco me iba acercando al punto de encuentro, dónde me esperaba aquel tipo que iba a ser mi maestro y mentor durante la ausencia de mi tio.
Así que esos tipos son mis compañeros de entrenamiento - Pensaba mientras me acerqué a un par de jovenes con uniforme de reclutas que parecían perdidos.
- ¿Os habeis perdido, reclutas? -
Al principio se asustaron al observar mis ojos, y mi mirada les intimidó, al menos a la chica. El chico saltó rápidamente y me respondió de forma borde. En cierta forma me recordaba a aquel idiota, Naruto..
- ¿Quién te crees que eres? ¡Claro que no nos hemos perdido! Sólo estamos... haciendo tiempo, ¡eso es! -
- Disculpa, ¿Has dicho algo? No te he escuchado. Sea como sea, será mejor que nos demos prisa, parece que ya va a comenzar el entrenamiento. -
Los tres nos dirigimos rápidamente hacía la cubierta, dónde se encontraban otros reclutas junto a un hombre extraño. Era medianamente alto, probablemente entorno al metro ochenta. Su cuerpo se hacía ver corpulento, y sus ojos... Eran diferentes entre sí, y en aquel misterioso ojo rojo habíia una cicatriz.
Ese debe ser el Vicealmirante del que mi tío me habló. - Pensé observando su rostro
Avancé junto con la pareja de reclutas que encontré hasta juntarnos con el resto. Nos teníamos que presentar. Cerré los ojos y esperé que hubiese cierta tensión y silencio. Entonces, con un tono frío y asertivo:
- Mi nombre es... Uchiha, Sasuke Uchiha -
Drako Hyrule
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A cada momento llegaban más reclutas, y cada vez más. Al cabo de un buen rato, parecían estar todos. Guardé la piedra de afilar en mi mochila, me colgué a Anubis del cinturón y seguidamente me puse en pie.
-Chavales, ¿no vais a decirme vuestros nombres?- Les pregunté con la intención de motivarlos.
Uno a uno comenzaron a decir sus nombres. Algunos tenían más ganas, otros menos, pero lo importante es que con aquello ya se empezaba a crear un vínculo de amistad entre todos ellos. Pero, hubo alguien quien me llamo la atención. Todos estaban presentados menos él, parecía una persona fría. Estaba con los ojos cerrados simplemente. Parecía querer crear suspense y algo de tensión, aquel joven tenía carisma. De repente, dijo con un tono asertivo:
-Mi nombre es... Uchiha, Sasuke Uchiha.
Había algo en él que me llamaba la atención, algo que me gustaba. Me acerqué a él, y lo miré a la cara. Seguía con los ojos totalmente cerrados, pero a pesar de aquello había algo que me llamaba la atención, pero no conseguía saber que era.
En cierto momento, algo salpicó toda la cubierta, haciendo que los allí presentes nos mojáramos. Me giré rápidamente y, en el horizonte, no muy alejado, se podía ver con claridad un barco. Tenía las velas de color negro, y al parecer, por el humo que salía por uno de sus cañones nos habían disparado, aunque aquel intento había fracasado.
-¡Tomen los cañones!- Grité.
Por suerte nos encontrábamos en un buque de la Marine, uno de los mayores barcos de guerra de todo el Grand Line. Varios soldados se fueron hacia los cañones delanteros, otros tantos a los laterales, pero sin embargo, gente sin demasiado conocimiento sobre aquello se quedaron apartados, preparados para abordar al barco enemigo.
Rápidamente pusimos rumbo hacia su dirección, puesto que en una batalla naval podíamos ganar, pero no íbamos a dejar aquella batalla en manos del destino y la suerte. Ellos, hicieron la misma acción que nosotros.
Me acerqué junto al chico que decía llamarse Sasuke, y le dije unas palabras:
-Chaval, veo potencial en tí, ven conmigo...-
Seguidamente activé el mantra, no quería que nadie nos pillara de imprevisto. Mi ojo sano fue cambiando lentamente de color. Al principio cambió a un tono negro, para posteriormente volverse de un color carmesí. Ahora, ambos ojos eran de color rojo, sin embargo, mi ojo derecho tenía espirales negras.
-Chavales, ¿no vais a decirme vuestros nombres?- Les pregunté con la intención de motivarlos.
Uno a uno comenzaron a decir sus nombres. Algunos tenían más ganas, otros menos, pero lo importante es que con aquello ya se empezaba a crear un vínculo de amistad entre todos ellos. Pero, hubo alguien quien me llamo la atención. Todos estaban presentados menos él, parecía una persona fría. Estaba con los ojos cerrados simplemente. Parecía querer crear suspense y algo de tensión, aquel joven tenía carisma. De repente, dijo con un tono asertivo:
-Mi nombre es... Uchiha, Sasuke Uchiha.
Había algo en él que me llamaba la atención, algo que me gustaba. Me acerqué a él, y lo miré a la cara. Seguía con los ojos totalmente cerrados, pero a pesar de aquello había algo que me llamaba la atención, pero no conseguía saber que era.
En cierto momento, algo salpicó toda la cubierta, haciendo que los allí presentes nos mojáramos. Me giré rápidamente y, en el horizonte, no muy alejado, se podía ver con claridad un barco. Tenía las velas de color negro, y al parecer, por el humo que salía por uno de sus cañones nos habían disparado, aunque aquel intento había fracasado.
-¡Tomen los cañones!- Grité.
Por suerte nos encontrábamos en un buque de la Marine, uno de los mayores barcos de guerra de todo el Grand Line. Varios soldados se fueron hacia los cañones delanteros, otros tantos a los laterales, pero sin embargo, gente sin demasiado conocimiento sobre aquello se quedaron apartados, preparados para abordar al barco enemigo.
Rápidamente pusimos rumbo hacia su dirección, puesto que en una batalla naval podíamos ganar, pero no íbamos a dejar aquella batalla en manos del destino y la suerte. Ellos, hicieron la misma acción que nosotros.
Me acerqué junto al chico que decía llamarse Sasuke, y le dije unas palabras:
-Chaval, veo potencial en tí, ven conmigo...-
Seguidamente activé el mantra, no quería que nadie nos pillara de imprevisto. Mi ojo sano fue cambiando lentamente de color. Al principio cambió a un tono negro, para posteriormente volverse de un color carmesí. Ahora, ambos ojos eran de color rojo, sin embargo, mi ojo derecho tenía espirales negras.
- Ojo:
Sasuke Uchiha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El Vicealmirante se acercó a mí, y me estuvo mirando. A pesar de tener los ojos cerrados, era capaz de darme cuenta de ello. De pronto algo nos salpicó a todos, era agua. El enemigo había aparecido y nos estaba atacando.
El Vicealmirante puso orden y nos dio las instrucciones para contraatacar, íbamos a ir a por ellos. Seguidamente se me volvió a acercar y me dijo que veía potencial en mí, yo no respondí, pero me salió una sonrisilla. Aquel Vicealmirante se había fijado en mí.
No puede ser, esos ojos... son iguales que los de mi padre, y los de mi tío. ¿Quién es este Vicealmirante? Yo también poseo unos ojos parecidos, pero el parece controlar el poder de los mismos. - Pienso mientras observo con detenimiento la transformación de sus ojos -
- Vicealmirante, esos ojos... ¿Qué poder tienen? No es el momento para hacer estas preguntas, pero me ha impresionado ver unos ojos tan parecidos a los míos. -
Los dos barcos estaban ya casi a la par, e iba a llegar el momento de abordar a nuestros contendientes. A simple vista parecían unos piratas normales, para mi ninguno era distinto, todos eran meros y simples piratas destinados a ser derrotados por la justicia, y por mi espada. Desenvaino mi espada negra y me preparo para ejecutar las órdenes del Vicealmirante.
El Vicealmirante puso orden y nos dio las instrucciones para contraatacar, íbamos a ir a por ellos. Seguidamente se me volvió a acercar y me dijo que veía potencial en mí, yo no respondí, pero me salió una sonrisilla. Aquel Vicealmirante se había fijado en mí.
No puede ser, esos ojos... son iguales que los de mi padre, y los de mi tío. ¿Quién es este Vicealmirante? Yo también poseo unos ojos parecidos, pero el parece controlar el poder de los mismos. - Pienso mientras observo con detenimiento la transformación de sus ojos -
- Vicealmirante, esos ojos... ¿Qué poder tienen? No es el momento para hacer estas preguntas, pero me ha impresionado ver unos ojos tan parecidos a los míos. -
Los dos barcos estaban ya casi a la par, e iba a llegar el momento de abordar a nuestros contendientes. A simple vista parecían unos piratas normales, para mi ninguno era distinto, todos eran meros y simples piratas destinados a ser derrotados por la justicia, y por mi espada. Desenvaino mi espada negra y me preparo para ejecutar las órdenes del Vicealmirante.
Drako Hyrule
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El joven quedó asombrado con el inminente cambio de mi ojo. A la gente le solía sorprender aquello, pero a él, con aquel muchacho fue distinto. Al chaval le llamaba la atención que mi ojo fuera así, pero no sabía el por qué...
De repente, lo miré a los ojos, y mi punto de vista cambió completamente. Sus ojos eran muy parecidos al mío... Eran rojos, con líneas negras, pero la forma de las líneas no eran las mismas que las mías, si no que eran de un tamaño menor. Probablemente por aquella razón le llamase tanto la atención mi ojo derecho.
-Este ojo...- Dije.- Este ojo es la manifestación de mi Kenbunshoku Haki... Se podría decir que gracias a él puedo detectar auras de personas, prever movimientos de riv...-
Antes de poder si quiera acabar de hablar, vi como una bola de cañón, no demasiado grande se dirigía hacia el barco, más concretamente hacía la posición de Sasuke. Rápidamente mi cuerpo comenzó a mutar. Mis brazos ganaron alrededor de los 3 metros de grosor, al igual que mis piernas. Mi espalda se ensanchó, ganando varias metros, y mi tamaño ascendió hasta los seis. Ahora era un verdadero demonio.
Flexione las rodillas, y di un potente salto, elevándome varios metros sobre la cubierta del barco. Coloqué mis antebrazos en cruz y los imbuí en haki armadura. Llevaban bastante potencia, pero no era nada para todo el poder que en aquel instante tenía. En la parte trasera de mi cuello comenzó a brillar el tatuaje de Dagal.
La bola de cañón impactó contra mis antebrazos, pero noté como esta se comenzó a fracturar. Seguidamente, en cuestión de milésimas de segundos, desplegué una barrera de voluntad. La bola de cañón fue repelida por mí, saliendo aún con mayor fuerza de la original hacia el barco enemigo, el cual ya se encontraba a una escasa distancia a mí.
Una vez estuve otra vez sobre la cubierta, hice que aquella ''mutación'' cesase, volviendo así a mi aspecto original. Me giré, y en el aire, en el espacio entre los dos barcos, podía ver una gran humareda, era el momento idóneo para contraatacar. Ellos no tenían visibilidad, por lo que no dispararían.
Al parecer, la bola de cañón con la que había ''atacado'' había colisionado con otro ataque enemigo, y ambas habían explotado en el aire dando lugar a aquella humareda entre ambos navíos.
-¡Es la hora del contraataque!- Grité a todos los marines del barco.
Seguidamente, me acerqué de nuevo a Sasuke, y le dije intentando terminar la explicación del poder de mi ojo:
-Cosas como esta se pueden prever con esto.- Le dije.- Ahora, debemos demostrarles a esos piratuchos quien manda...- Le dije a la vez que ofrecía la mano.
Ambos barcos estaban separados por un espacio menor, por lo que ya casi había llegado el momento del abordaje. Confiaba en aquel muchacho, con mi mantra podía notar que su poderío era superior al de los otros reclutas...
De repente, lo miré a los ojos, y mi punto de vista cambió completamente. Sus ojos eran muy parecidos al mío... Eran rojos, con líneas negras, pero la forma de las líneas no eran las mismas que las mías, si no que eran de un tamaño menor. Probablemente por aquella razón le llamase tanto la atención mi ojo derecho.
-Este ojo...- Dije.- Este ojo es la manifestación de mi Kenbunshoku Haki... Se podría decir que gracias a él puedo detectar auras de personas, prever movimientos de riv...-
Antes de poder si quiera acabar de hablar, vi como una bola de cañón, no demasiado grande se dirigía hacia el barco, más concretamente hacía la posición de Sasuke. Rápidamente mi cuerpo comenzó a mutar. Mis brazos ganaron alrededor de los 3 metros de grosor, al igual que mis piernas. Mi espalda se ensanchó, ganando varias metros, y mi tamaño ascendió hasta los seis. Ahora era un verdadero demonio.
Flexione las rodillas, y di un potente salto, elevándome varios metros sobre la cubierta del barco. Coloqué mis antebrazos en cruz y los imbuí en haki armadura. Llevaban bastante potencia, pero no era nada para todo el poder que en aquel instante tenía. En la parte trasera de mi cuello comenzó a brillar el tatuaje de Dagal.
La bola de cañón impactó contra mis antebrazos, pero noté como esta se comenzó a fracturar. Seguidamente, en cuestión de milésimas de segundos, desplegué una barrera de voluntad. La bola de cañón fue repelida por mí, saliendo aún con mayor fuerza de la original hacia el barco enemigo, el cual ya se encontraba a una escasa distancia a mí.
Una vez estuve otra vez sobre la cubierta, hice que aquella ''mutación'' cesase, volviendo así a mi aspecto original. Me giré, y en el aire, en el espacio entre los dos barcos, podía ver una gran humareda, era el momento idóneo para contraatacar. Ellos no tenían visibilidad, por lo que no dispararían.
Al parecer, la bola de cañón con la que había ''atacado'' había colisionado con otro ataque enemigo, y ambas habían explotado en el aire dando lugar a aquella humareda entre ambos navíos.
-¡Es la hora del contraataque!- Grité a todos los marines del barco.
Seguidamente, me acerqué de nuevo a Sasuke, y le dije intentando terminar la explicación del poder de mi ojo:
-Cosas como esta se pueden prever con esto.- Le dije.- Ahora, debemos demostrarles a esos piratuchos quien manda...- Le dije a la vez que ofrecía la mano.
Ambos barcos estaban separados por un espacio menor, por lo que ya casi había llegado el momento del abordaje. Confiaba en aquel muchacho, con mi mantra podía notar que su poderío era superior al de los otros reclutas...
Sasuke Uchiha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Vaya, vaya, este Vicealmirante es bastante fuerte - Pensé cuando observé como Drako nos defendió de aquel ataque enemigo
Con mi espada en mano, y tras el visto bueno del Vicealmirante, tanto yo como los demás reclutas saltamos al barco enemigo. Un montón de piratas había esperándonos. Cuatro de ellos se lanzaron a por mi y me hicieron retroceder. Eran cuatro piratas normales, no parecían poseer ninguna habilidad ni ningún talento significativo. Seguí moviéndome por la cubierta del barco, evadiendo así sus lentos ataques durante un par de minutos, y terminaron bastante agotados, era ahora el momento de atacar.
Con movimientos rápidos pero contundentes, voy cortando uno a uno a los piratas quienes ya estaban algo cansados. - Esta siendo demasiado fácil - Pienso mientras busco a los reclutas que llegaron conmigo antes. Les veo que aun están luchando, y además están en inferioridad numérica, dos contra tres. Me dirijo hacia ellos con sigilo, andando bastante despacio y sin perder de vista los otros combates, no puedo bajar la guardia.
Al llegar, aprovecho que los piratas están centrados en atacar a mis compañeros marines y les ataco con mi espada negra. Provocandoles cortes en las piernas, a la altura de la rodilla, haciendo que cayeran al suelo y siendo rematados por los demás marines.
- Parece ser que entre estos piratas no hay ningún rival para nosotros... - Dije con tono asertivo y arrogante, intentando provocar a los piratas que aún no habían caído.
De pronto, todos los piratas que escucharon mis palabras cambiaron su objetivo. Ahora iban a ir a acabar con mi vida, con la vida de aquel chico que se había reído de ellos, pero alguien lo impidió, era mas grande y mas corpulento que los demás, ¿Quizás era el capitán?
- Te has reído de mis hombres, de mis compañeros... No te perdonaré, niño! -
El hombre que recién había aparecido, tiene pinta de ser un pirata peligroso, ¿tendrá recompensa?. Se dirigió a atacarme. Para mi sorpresa, pese a su tamaño era muy rápido y me pillo por sorpresa, consiguió hacerme un corte en el brazo izquierdo.
- Parece que se acabó el juego, tendré que ponerme serio - Pienso mientras miro detalladamente a mi adversario, ¿Cual sería su nombre? Bueno, no importaba, pero yo no estaba dispuesto a fracasar después de que decidiera atacarnos.
Con mi espada en mano, y tras el visto bueno del Vicealmirante, tanto yo como los demás reclutas saltamos al barco enemigo. Un montón de piratas había esperándonos. Cuatro de ellos se lanzaron a por mi y me hicieron retroceder. Eran cuatro piratas normales, no parecían poseer ninguna habilidad ni ningún talento significativo. Seguí moviéndome por la cubierta del barco, evadiendo así sus lentos ataques durante un par de minutos, y terminaron bastante agotados, era ahora el momento de atacar.
Con movimientos rápidos pero contundentes, voy cortando uno a uno a los piratas quienes ya estaban algo cansados. - Esta siendo demasiado fácil - Pienso mientras busco a los reclutas que llegaron conmigo antes. Les veo que aun están luchando, y además están en inferioridad numérica, dos contra tres. Me dirijo hacia ellos con sigilo, andando bastante despacio y sin perder de vista los otros combates, no puedo bajar la guardia.
Al llegar, aprovecho que los piratas están centrados en atacar a mis compañeros marines y les ataco con mi espada negra. Provocandoles cortes en las piernas, a la altura de la rodilla, haciendo que cayeran al suelo y siendo rematados por los demás marines.
- Parece ser que entre estos piratas no hay ningún rival para nosotros... - Dije con tono asertivo y arrogante, intentando provocar a los piratas que aún no habían caído.
De pronto, todos los piratas que escucharon mis palabras cambiaron su objetivo. Ahora iban a ir a acabar con mi vida, con la vida de aquel chico que se había reído de ellos, pero alguien lo impidió, era mas grande y mas corpulento que los demás, ¿Quizás era el capitán?
- Te has reído de mis hombres, de mis compañeros... No te perdonaré, niño! -
El hombre que recién había aparecido, tiene pinta de ser un pirata peligroso, ¿tendrá recompensa?. Se dirigió a atacarme. Para mi sorpresa, pese a su tamaño era muy rápido y me pillo por sorpresa, consiguió hacerme un corte en el brazo izquierdo.
- Parece que se acabó el juego, tendré que ponerme serio - Pienso mientras miro detalladamente a mi adversario, ¿Cual sería su nombre? Bueno, no importaba, pero yo no estaba dispuesto a fracasar después de que decidiera atacarnos.
Drako Hyrule
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Todos los reclutas abordaron el barco enemigo, aquello no me gustaba, posiblemente hubiese bastantes bajas de los nuestros, pero Saske no podía morir, de eso estaba seguro, tenía un gran poder, pero a pesar de eso debía encontrarlo, no quería dejarlo solo, podía haber algún rival demasiado duro, y en ese caso, lo evaluaría en un combate a vida o muerte, pues al fin y al cabo, si alguien quería demostrar su verdadera fuerza debía ser de ese modo, jugándose la vida en todo momento, y teniendo que pensar rápida pero correctamente una acción.
Llegué al barco enemigo, pero me era imposible detectar la presencia del Uchiha, había una plaga de enemigos, aunque bueno, todo se podía acabar con una habilidad. Transformé ambos brazos en paja, hasta los hombros, para que posteriormente se crearan agujeros en la parte delante de estos, donde deberían estar los brazos. Seguidamente, de mis brazos comenzaron a salir clavos a unas velocidades de infarto, acabando con la vida de decenas de enemigos, o simplemente debilitándolos, era similar a una ametralladora Gatling.
Pero, de entre la multitud apareció un hombre que parecía esquivar los clavos que se dirigían a él, a pesar de que estos iban a una elevada velocidad, posiblemente tuviese un mantra perfeccionado. Tras ver eso, decidí dejar de disparar clavos, debía acabar con aquel hombre.
Me troné los dedos y sonreí levemente, era el momento de tener un buen combate. Mis puños se volvieron de un color negro azabache, hasta la mitad de los antebrazos. Posteriormente, toda esa zona comenzó a incendiarse, y las flamas subían hasta lo que eran los codos. Finalmente, imbuí también esa zona en un aura cortante de color amarillento. Pero, antes de terminar, comencé a concentrar energía en los brazos. Un aura amarilla de bastante mayor tamaño se creó alrededor de mis puños y de los antebrazos, parecían cadenas de electricidad girando alrededor de estos.
Para terminar definitivamente mi preparación, apreté con fuerza los puños, notaba como la energía llegaba hasta la última punta de mis dedos, me notaba con un poder mayor, por lo que tantos mis puños como mis antebrazos adoptaron también un color carmesí oscurecido, con líneas negras.
-Tú eres quién me interesa...- Le dije a aquel pirata a la vez que lo señalaba con mi dedo derecho.- Noto una presencia mayor en tí...- Continué.
Seguidamente, comencé a drenar energía en mi sistema circulatorio para aumentar mi velocidad considerablemente, a 18 m/s aproximadamente. Era casi indetectable para el ojo humano, pues yo había pasado por aquellas circunstancias en otras ocasiones. Seguidamente, ''aparecí'' frenté a él para estirar ambos puños muy próximos a la altura de su cabeza, rozándolo simplemente. La alta potencia que llevaba la electricidad de mis brazos hizo que estos se juntasen, puesto que eran de polos distintos, estrujando con una fuerza devastadora la cabeza de aquel hombre.
El fuego corría por su rostro, y la energía penetraba su piel, buscando otra salida externa por la que poder escapar, dejando severas heridas por todo su cuerpo. Seguidamente, como tampoco era mi intención matarlo, desactivé ambas energías, cayendo aquel hombre inconsciente al suelo. En caso de que no hubiese desactivado aquello, su cabeza podría haber llegado a los límites y haber reventado, puesto que se habría creado un arco electromagnético que atravesaría su cráneo horizontalmente hasta tal punto que explotaría, pero aquella no era mi intención, solamente quería dejarlo inconsciente.
Seguidamente, comencé a andar, dejando a aquel individuo a mis espaldas, era el momento de buscar a Saske, y ver como se las apañaba en un combate a muerte, que interrumpiría en caso de que estuviera a punto de morir, cosa que no permitiría.
Llegué al barco enemigo, pero me era imposible detectar la presencia del Uchiha, había una plaga de enemigos, aunque bueno, todo se podía acabar con una habilidad. Transformé ambos brazos en paja, hasta los hombros, para que posteriormente se crearan agujeros en la parte delante de estos, donde deberían estar los brazos. Seguidamente, de mis brazos comenzaron a salir clavos a unas velocidades de infarto, acabando con la vida de decenas de enemigos, o simplemente debilitándolos, era similar a una ametralladora Gatling.
Pero, de entre la multitud apareció un hombre que parecía esquivar los clavos que se dirigían a él, a pesar de que estos iban a una elevada velocidad, posiblemente tuviese un mantra perfeccionado. Tras ver eso, decidí dejar de disparar clavos, debía acabar con aquel hombre.
Me troné los dedos y sonreí levemente, era el momento de tener un buen combate. Mis puños se volvieron de un color negro azabache, hasta la mitad de los antebrazos. Posteriormente, toda esa zona comenzó a incendiarse, y las flamas subían hasta lo que eran los codos. Finalmente, imbuí también esa zona en un aura cortante de color amarillento. Pero, antes de terminar, comencé a concentrar energía en los brazos. Un aura amarilla de bastante mayor tamaño se creó alrededor de mis puños y de los antebrazos, parecían cadenas de electricidad girando alrededor de estos.
Para terminar definitivamente mi preparación, apreté con fuerza los puños, notaba como la energía llegaba hasta la última punta de mis dedos, me notaba con un poder mayor, por lo que tantos mis puños como mis antebrazos adoptaron también un color carmesí oscurecido, con líneas negras.
-Tú eres quién me interesa...- Le dije a aquel pirata a la vez que lo señalaba con mi dedo derecho.- Noto una presencia mayor en tí...- Continué.
Seguidamente, comencé a drenar energía en mi sistema circulatorio para aumentar mi velocidad considerablemente, a 18 m/s aproximadamente. Era casi indetectable para el ojo humano, pues yo había pasado por aquellas circunstancias en otras ocasiones. Seguidamente, ''aparecí'' frenté a él para estirar ambos puños muy próximos a la altura de su cabeza, rozándolo simplemente. La alta potencia que llevaba la electricidad de mis brazos hizo que estos se juntasen, puesto que eran de polos distintos, estrujando con una fuerza devastadora la cabeza de aquel hombre.
El fuego corría por su rostro, y la energía penetraba su piel, buscando otra salida externa por la que poder escapar, dejando severas heridas por todo su cuerpo. Seguidamente, como tampoco era mi intención matarlo, desactivé ambas energías, cayendo aquel hombre inconsciente al suelo. En caso de que no hubiese desactivado aquello, su cabeza podría haber llegado a los límites y haber reventado, puesto que se habría creado un arco electromagnético que atravesaría su cráneo horizontalmente hasta tal punto que explotaría, pero aquella no era mi intención, solamente quería dejarlo inconsciente.
Seguidamente, comencé a andar, dejando a aquel individuo a mis espaldas, era el momento de buscar a Saske, y ver como se las apañaba en un combate a muerte, que interrumpiría en caso de que estuviera a punto de morir, cosa que no permitiría.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.