Kai en busca de su puesto [Reto NPC]

Era la hora. Con un suspiro, Kai se ajustó su capa de oficial y se preparó para salir al patio. Iba como acostumbraba a vestir en los combates: un pantalón cómodo y holgado blanco, sandalias de madera y el torso al descubierto. Su musculatura había vuelto a aumentar en los últimos meses, como consecuencia del duro entrenamiento y de las arriesgadas misiones en las que había tomado parte. En menos de un año había ascendido a Comodoro, un auténtico récord. Karl había tardado años en ascender, aunque también era cierto que la Marina no estaba tan desesperadamente necesitada de oficiales en aquella época. En cambio ahora estaba a punto de convertirse, si todo iba bien, en uno de los Vicealmirantes más jóvenes de la historia.

Su plan consistía en retar a un auténtico veterano de la Marina: Miles Santoro Vongola. En condiciones normales, sus posibilidades de vencer a alguien de su nivel de poder eran más bien escasas. Sin embargo, había escuchado mucho acerca de aquel marine. Y más concretamente sobre su akuma. No sabía suficiente de él como para anticiparse a su estilo de combate, pero sí sabía que gracias a sus nuevos poderes tenía la posibilidad de vencerle. El Vicealmirante poseía la paramecia de ventosidades. Y Kai se había estado informando sobre el tema, y sabía que los gases expulsados por el cuerpo eran inflamables. Era una suerte que hubiese encontrado ese dato, o habría tenido que buscar otro modo de garantizarse su ascenso.

El hecho de que poseyese la Mera Mera no era aun conocido. La había consumido recientemente, y aun no la había empleado. Esto le daría una ventaja en batalla. Pero la ventaja le duraría poco: si no lograba encajar un golpe letal con la explosión de llamas, Vongola lo haría papilla. Si el Vicealmirante no era idiota, dejaría de emplear su akuma tras ver que Kai manejaba su debilidad natural. Como último recurso poseía la Red Sword, la poderosa técnica de asesinato en la que lo habían adiestrado en el CP, pero prefería reservarse esa técnica como un secreto. De hecho era reticente a usarla en público, más aun porque los combates por el título de Vicealmirante solían tener un gran público, y era posible que en un futuro se le diese una orden de asesinato contra alguno de los presentes. Tal vez hubiese incluso algún Almirante presente.

Finalmente salió al escenario improvisado, con actitud seria. Aquel no iba a ser un combate cualquiera, y debería darlo todo (guardándose su as en la manga para el momento clave) desde el principio. Con gesto adusto, comenzó a estirar, sin activar aun sus técnicas. En cuanto Vongola apareciese lo activaría todo, pero de momento se contentó con preparar su mantra por si las moscas. También estuvo atento a cualquier clase de olor extraño que pudiese alertarle de la llegada del Vicealmirante o de un posible ataque a traición. Mientras se preparaba, observó al público para ver si reconocía a alguien, fijándose en los galardones y chaquetas de los asistentes para reconocer sus rangos.

Los ojos del marine brillaron al escuchar las palabras del veterano. Emocionado, por un momento se arrepintió de la jugada sucia que iba a hacer. Sin embargo, se quitó el pensamiento de la cabeza: tener buenas estrategias y jugadas en mente era parte de lo que significaba ser Vicealmirante. No sabía mucho sobre el carácter de aquel hombre, a parte de que era un lobo solitario que trabajaba solo. Sin embargo, sus palabras le habían llegado dentro: él mismo le entregaría su capa si demostraba potencial. Dirigió nuevamente una mirada rápida a la grada para ver si reconocía a alguien, y volvió a centrarse en su rival. Juntó ambas palmas y se inclinó respetuosamente frente a Miles.

- Os agradezco vuestras palabras, Santoro-senpai, y os prometo que no os haré perder el tiempo. Daré todo lo que tengo.

Tras eso, se puso firme y se concentró. Iba a ir todo desde el primer momento. Debía ganar ese combate, y por ello pondría todo su empeño y voluntad en sus golpes. La misma voluntad que había sido elogiada en su momento tanto por su maestro como por Karl. Cerró los ojos, y de repente algo cambió en su actitud. Se mostró más sereno y calmado, y al abrirlos de nuevo sus pupilas se habían vuelto doradas. Al instante un aura rojiza comenzó a rodear a Kai, al tiempo que sus músculos se contraían y tensaban, haciéndose su cuerpo más esbelto y definido. Eran su Segundo y Sexto Camino y el Flaming Mode. Gracias a todas esas técnicas, su velocidad y agilidad habían aumentado en gran medida. Su fuerza había disminuido un poco, pero lo compensaba en buena medida con su Flaming Mode.

- Sokudan Mode...

A una velocidad cercana al soru, de 56 km/h, se abalanzó contra el Vicealmirante mientras envolvía sus puños en haki armadura y vigilaba con mantra los posibles contraataques y movimientos del otro. En un instante estuvo junto a él, lanzando un puñetazo al mentón del tipo, seguido por otro a la boca de su estómago, continuado por un intento de agarre en el hombro para mantenerlo en el sitio, y rematado por una poderosa palmada en el pecho al tiempo que lo soltaba (de haber logrado agarrarlo). Todos los golpes eran vibratorios gracias al Advanced Sokudan, y el combo duró apenas un segundo. Como golpe final, retrocedió de un salto, y dio un puñetazo al aire en dirección a Miles que generó una poderosa onda de choque roja.

- ¡Shadow Strike! [Haki armadura nvl. 2]

Su combo había logrado impactar en el Vicealmirante. Con una ligera sonrisa, alzó los puños para ponerse en guardia. "Si algo así ha funcionado, tal vez tenga oportunidades. Además, ahora debe creer que me baso en la velocidad... si activo mi Primer Camino lo pillaré por sorpresa con mi aumento de fuerza y robusteza." Su rival volvió a levantarse, y repentinamente se lanzó a por él a una velocidad increíble. Medio pillado por sorpresa, Kai mantuvo la guardia y activó su Primer Camino. Sus músculos volvieron a su tamaño inicial, y comenzaron a expandirse brutalmente, volviéndose muchísimo más corpulento. Sin embargo, antes de que pudiera contraatacar, el otro ya estaba sobre él. El primer golpe fue hacia el mentón, pero como el luchador tenía los brazos en posición de guardia, tan sólo tuvo que recubrirlos con haki. Aun así el golpe fue brutal, y una especie de gas dorado brotó del puño. El marine contuvo la respiración y trató de retroceder, algo que en parte consiguió impulsado por el impacto. Acto seguido notó un fuerte impacto en el estómago cuando el Vicealmirante se desplazó velozmente hacia él, y se dobló sobre sí mismo, sin respiración.

Algo fallaba allí. ¿Los mismos golpes que él? Boqueando y sin fuerzas, se le ocurrió un plan loco. Se incorporó al tiempo que se preparaba para agarrar el puño del otro cuando le impactase en el pecho. Pero entonces vio una pierna a la altura de su cara. "Me ha pillado... mierda." Pero la extremidad nunca llegó ni a rozarle, y en su lugar sintió algo pasando entre sus manos y golpeando su pecho. Recubrió este en haki armadura, y trató de aferrarse con fuerza a la pierna del marine. El devastador ataque le hizo dar un grito de dolor seguido por una tos que expulsó sangre. Sin embargo, el poder de su Sexto Camino le permitía seguir moviéndose por pura voluntad aun cuando sus heridas eran demasiado graves. Con un gruñido de rabia, trataría de hacer girar en el aire por la pierna a Miles si había logrado agarrarlo, para acto seguido estamparlo contra el suelo. Si no, le lanzaría un doble puñetazo al pecho, descendente en caso de pillarlo aun en el aire. El golpe iría imbuido en haki armadura.

Kai intentó echarse para atrás para evitar la patada, pero tenía al Vicealmirante encima. Al tiempo que la patada le daba, giro la cara en la dirección en la que el pie se la empujaba para reducir los daños. Sin embargo, entonces hubo una potente explosión precedida por un sospechoso ruido, y el marine se vio propulsado hacia atrás envuelto en un apestoso gas. "¡Mierda!" Contuvo rápidamente la respiración, y se cubrió la nuca con las manos para evitar un golpe en la caída. Rodó por el suelo, notando cómo el dolor de sus brazos y pecho aumentaban por momentos. Lo peor, sin embargo, era el miedo a darse un golpe en alguna zona peligrosa como la cabeza. Finalmente se detuvo, y el marine se levantó, algo mareado. Notó un pinchazo en el pecho y comenzó a toser sangre.

- Tú tampoco eres malo - dijo, secándose la sangre de la boca con la mano - Pero aun no te lo he enseñado todo. ¡Prepárate!

Se concentró y comenzó a centrar de nuevo sus energía en su cuerpo. Entonces su dolor se alivió parcialmente [Manual Micaiah]. Pero entonces notó su visión fallar levemente, y el mareo que había atribuido a los giros persistió. "Mierda... creo que he respirado un poco del gas." Maldijo por lo bajo. Por suerte, los efectos no parecían muy fuertes. Había respirado poco. Se colocó en guardia, e intentó serenarse. El aura rojiza de su Flaming Mode se reavivó, y su poder comenzó a incrementarse de nuevo.

- Prepárate, Santoro. Se acabó el calentamiento.

Era hora de que lo forzara a emplear todo su poder. Trataría de forzarlo a emplear su akuma en serio, y entonces, él emplearía la suya. Y tenía la técnica perfecta para mostrarle que iba en serio. Se quitó la capa Comodoro y le dio la vuelta, limpiando con la mano el polvo de esta. Tras eso, la echó a un lado, mostrando totalmente su musculoso torso y la cicatrices de este. Era hora de emplear aquella técnica. La misma que tantas veces había empleado su senpai, la que había llegado a ser su técnica arquetípica y su gran as en la manga. "Esto va por ti, Karl. Obsérvame bien." Sus músculos se tensaron, mientras el chico comenzaba a correr. Dejó los brazos sueltos hacia atrás, cogiendo carrerilla. Y entonces se detuvo de golpe, a dos metros del Vicealmirante, dando un puñetazo con todas sus fuerzas con el brazo derecho. Mientras lo hacía, su brazo adoptó el característico tono negruzco del haki.

- ¡Advanced Sokudan: Supreme Cannon!

El aire se onduló en torno al puño de Kai, y entonces una gigantesca onda de choque de color rojizo avanzó hacia su rival, dejando un surco por el suelo. Aquella técnica tenía poder devastador, pero también grandes contrapartes. Notó un intenso dolor en el brazo derecho, y cayó de rodillas agarrándolo con la otra mano. Dio un grito de dolor. "¿Cómo narices aguantaba Karl esto? Siento como si me hubiesen agarrado los tendones, y los hubiesen estirado y empleado como cuerdas de piano." Debería evitar forzar más ese brazo el resto del combate... si duraba mucho más. Había subestimado el poder de su propio Supreme Cannon, consumiendo más de sus energías de lo que se había esperado.