El mensaje exótico[Moderado Lv2_Sawn]

Ambientación~~

El aire esta limpio, el cielo despejado, ni una nube, hace un poco de bochorno pero la temperatura a la sombra es agradable, el sonido del agua al chocar con los juncos hacen un sonido relajante. Tal vez por ello te encuentras tumbado a la bartola mientras apoyas tu espalda en una de las raíces de aquel enorme Mangroove nº 37, tal vez tratando de autoconvencerte de que eras de clase baja, aunque por mucho que te engañaras aún te faltaban unos harapientos ropajes para aparentarlo al completo, bueno siempre te queda tu moralidad de persona humilde ¿No?

El caso es que el archipiélago Shabondy era enorme, con tantos islotes construidos a partir de aquellas enormes Mangrooves, rodeadas de aquellas miles y miles burbujas de jabón que flotaban en el aire, brillando y reflectando la luz de sol, provocando un precioso juego de luces y sombras bajo las enormes copas de los arboles milenarios, la verdad es que la estampa dejaría embobado a cualquiera que no fuera de allí.

Si la memoria no te fallaba creías recordar que con aquellas pompas se hacían los recubrimientos de los barcos que permitían a estos viajar por debajo del mar, seguramente eso fuera una experiencia mágica. Aunque ahora que lo pensabas tenías que encontrar algún medio de transporte para llegar a Blanc Leumont ha llevar esa carta que te habían encargado, unos amables pescadores te había traído desde el nuevo mundo y te habías recorrido a pata todo el archipiélago, aunque esa decisión podría haber acortado la distancia entre tú y aquellos cazarecompensas que te perseguían desde Water 7, si no te fallaba la memoria eran un grupo de tres personas, aunque no sabrías ponerles cara a no ser que les volvieras a ver esta gente suele ir con gafas sombreros y esas cosas no te culpes.

Bueno no todo eran malas noticias, aun te quedaban 100.000 berries que te había proporcionado la armada para tu misión. Si llegabas a alguno de los Mangrooves del nº 1 al 15  y partieras desde allí, seguramente les hubieras dado esquinazo. Tocaba la parte difícil, pero tenías un buen bote, la voluntad del pueblo en una mano y lo más importante un garrote en la otra.

Alrededor tuya hay tiendas de todo tipo: La primera es una tienda de ropa de marcas asequibles; la siguiente parece ser una tienda de antiguallas con una pinta algo polvorienta, aunque con cierto toque exótico; la siguiente tienda parece una tienda de miscelánea, puede que vendan algún artículo de navegación; a su lado una taberna “El pescador feliz”  del cual sale bastante barullo y canciones de eso, de gente contenta. También hay un pequeño embarcadero donde tal vez puedas alquilar alguna embarcación para moverte por la isla, o tal vez prefieras continuar moviéndote a pie, al este esta el Mangroove nº 36, al Sur el nº 34 y al Noreste el nº 43.

El tiempo apremia, aunque ciertamente las burbujas hipnotizan ¿Tal vez desees seguir mirando las burbujas?, Tu decides.

Notas:

Había podido dar esquinazo a aquel grupo de tres cazas que me  perseguían desde Water 7, el lugar donde había quedado con algunos compañeros de la revolución. Ellos me encomendaron una misión de entrega de una carta. Para no llamar mucho la atención, pedía amablemente a un grupo de pescadores si me podían llevar, justamente iban al mismo sitio que yo y aceptaron, por supuesto les ayudé en su faena, aprendiendo algo sobre la pesca. Me encontraba ahora mismo tumbado en uno de los grandes árboles que abundaban en el  Archipiélago Shabaody descansado en la sombra.

Estaba exhausto, nada más llegar al archipiélago he tenido que deshacerme de ese grupo de cazas, menudos pesados, por culpa de esos tipo no me había fijado en casi nada en este lugar, solo de los miles de árboles que habían y de las burbujas que flotaban por el aire. Me quedé empanado mirando una, donde los rayos de sol atravesaban esa burbuja creando un efecto muy bonito. Me levanté, necesitaba quitarme de en medio esta misión y sobre todo al grupo de cazadores. Tras levantarme pude ver a todas las personas con bolsas comprando.

Maldecía el calor que hacía allí, si no me hubiese cambiado de ropa no me pasaría eso. Miré a mi alrededor, podía ver un montón de tiendas de todo tipo. Me llamó la atención una de las tiendas donde vendía ropa, me podría venir bien algo más fresco. Pero aún más me llamó la atención un edificio de donde se escuchaban gritos y canciones. En mi opinión era el mejor sitio para preguntar, así me quitaría el problema del calor por un tiempo. Esquivé a toda persona que se cruzaba en mi camino y finalmente entré en la taberna.

Ya dentro pude visualizar un grupo de personas al fondo de la habitación, en la barra no había nadie, las demás personas estaban sentadas en las mesas, no había ninguna vacía. Me acerqué a la barra y llamé al camarero, quería que me ayudase.

Henry: Buenas, ¿me puedes ayudar? Quería saber todo lo que hay en aquella dirección. -Señalé con la mano la dirección que había cogido anteriormente.-

Quería saber muy bien que había exactamente por todo el camino que había recorrido. Saber todo lo que hay a mi alrededor podía ser un punto a favor.

Datos:

El ambiente de la taberna era bastante deprimente, como era posible que estuviera vacía si había un ruido del averno. Al parecer la taberna tenía dos plantas y la fiesta estaba situada en la planta de arriba. En la barra había unas tres personas, dos tenían pintas de marineros veteranos rondarían los cuarenta años, tenían las típicas ropas marineras y esas barbas largas castañas tan descuidadas. El tercer hombre tenía pinta de truhán arruinado, con un sobre de pico y la piel morena y completamente tatuada, a lo mejor era un Skypean.

En el fondo había un grupo de unos 5 hombres, tapados con lo que parecían unos ponchos y sobreros de aviador o de vaquero. Sus pintas eran un poco raras y horteras, se podría decir que trataban de ocultarse al estar en la penumbra de la taberna.

Justo cuando ibas a preguntar al hombre de la planta de abajo bajo toda una tripulación con sus mujeres de compañía a pedir una o dos rondas para continuar la fiesta, en ese mismo instante el camarero comienza a atender a los acompañantes mirándote con un poco de mala cara, tal vez sea por que no has pedido ni una misera pinta o ¿Será por el garrote?.

El caso es que en la taberna empieza ha hacer un calor sofocante, y el truhán el cual había escuchado tu pregunta te dice:

-Yo se lo que hay por esa zona, aunque tengo la garganta demasiado seca como para hablar- te dice con una sonrisa maliciosa.

Tras el comentario uno de los del fondo se acerca a ti y te susurra al oído:

-Vente al fondo con nosotros, podrás jugar una partida de cartas y te invitaremos a una pinta- te dice el hombre.

El hombre tiene el cabello rubio, unas gafas de sol oscuras y un sombrero vaquero desgastado, junto con un poco de colores veis caqui. Simultáneamente un par de hombres entran en la taberna, aunque hay tanta actividad dentro que posiblemente sean imaginaciones tuyas. El camarero continua sirviendo ignorándote aunque tal vez si pides algo te haga algo de caso. ¿Demasiadas opciones tal vez?

Spoiler:

El ruido que estaba escuchando dentro de la taberna me había hecho imaginarme que había mucha gente, pero eso no fue así, estaba casi vacía, habiendo solo tres personas tomando algo. Podía suponer que dos de ellos eran marineros veteranos de bastante edad, con sus ropas y por la barba que tenían tan poblada. El tercero con las pintas que tenía parecía un Skypean, la verdad si era uno verdadero iba a ser el primero que viese en toda mi vida. Tras analizar a los hombres de la barra miré al fondo para ver como era el local por completo, una de mis manías era conocer por completo los lugares que visitaba. Allí al fondo pude ver a un grupo de 5 personas en una mesa con ropas un poco viejas.

Pasé de ellos y me acerqué a la barra, quería preguntarle al camarero si me podía ayudar en lo que quería hacer allí. Antes de poder decir nada un grupo de personas bajaron por unas escaleras posicionadas a la izquierda de la barra, bajaron pidiendo más rondas. Pregunté al camarero si sabía lo que había en la ciudad por la parte por donde había ido. No me hizo ni caso, solo conseguí una mala mirada suya, nada más. En ese momento el tipo Skypean escuchó la pregunta que le había realizado al camarero.

-Yo se lo que hay por esa zona, aunque tengo la garganta demasiado seca como para hablar.

Maldita gente, le podía haber dicho que si, si no me hubiese mirado con esa cara tan pícara, pero bueno, necesitaba conseguir esa información cuanto antes, así el peligro no llegaría a ser tan fuerte. De repente uno de los tipos de atrás de la taberna se me había acercado, comentándome que me podían regalar una pinta si jugaba con ellos a las cartas. Me quedé mirando un poco al tipo, rubio y con pintas de ser un vaquero.

- Lo siento, no tengo tiempo.... espera, ¿se puede apuntar este tipo de aquí?

Había pensado que los tipos de la mesa del fondo podían invitarme a la pinta que habían dicho. Mi idea era de dar esa pinta regalada al tipo que supuesta mente sabía todo sobre el lugar. Si lo que había dicho era verdad, todo había salido bien. Aceptaría la petición del tipo del sombrero si dejara que el otro jugase.

Parece que todo ha salido como querías, ya que tanto el rufián como tu sois acogidos, los hombres te piden que les acompañes hasta la mesa donde os sentáis el resto de vaqueros os saluda aunque no con gran entusiasmo y el rufián entra a jugar en tu nombre. Mientras tanto la fiesta parece el resto de hombres os volver al piso superior. Tras terminar de atender el camarero trae dos pintas a cuenta de los vaqueros, mientras parece que el rufián se le afloja la lengua.

-Los puertos del 1 al 30 están para el sureste, puedes ir rápido desde aquel embarcadero por unos 5000 berries, mi primo trabaja allí, si le dices que Ringo Bufalo te lo ha recomendado puede que te haga un precio especial- dice el hombres tras lo cual vuelve a beber con su jarra de ansia.

Mientras tanto un hombre nuevo parece acercarse a vuestra posición el hombre te suena, espera es uno de los cazadores y te ha visto, se dirige corriendo hacia a ti mientras desenfunda lo que parece un sable. Te ha pillado por sorpresa pero al parecer a tus acompañantes no, uno de los cuales los detiene. Mientras otro retiene al cazador por la espalda.

-Es difícil de explicar, después de todo la partida es una escusa- dice mientras te da una carta.

Todo lo ocurrido es muy extraño aún así has tenido mucha suerte, pero deberás salir a prisa de allí.

Te recuerdo:

Todo había pasado muy rápido para que mi mente hubiese analizado todo aquello.  Mientras que un hombre me decía que podía decirme lo que quería saber, otro tipo que venía del fondo de la taberna me dijo que me invitaba a una pinta mientras jugaba con ellos a un juego de cartas que no había jugado nunca. En ese momento se me ocurrió una idee muy buena que si salía a flote me podía quitar un muerto de encima. Al tipo que me invitó al jugar a las cartas le preguntarle si el otro tipo podía jugar, aceptó. Con todo solucionado, el tipo de la información jugaba a las cartas por mi mientras bebía una jarra de no se que. Lo que decía, me había quitado dos problemas de un tiro.

Empezaron a jugar, cuando mi "amigo" informativo bebió unos tragos a su bebida empezó a decirme lo que quería escuchar, la localización de todo lo que había en la dirección que le había indicado.

-Los puertos del 1 al 30 están para el sureste, puedes ir rápido desde aquel embarcadero por unos 5000 berries, mi primo trabaja allí, si le dices que Ringo Bufalo te lo ha recomendado puede que te haga un precio especial.

Era ideal para mi misión irme con ese transporte, pero me parecía muy caro. Aunque la armada me había dado mucho dinero, no quería gastármelo todo, tenía que ser consciente. Los tipos de la fiesta volvieron al piso de arriba donde disfrutaban de un buen momento. Todo quedó vacío, solo quedábamos los que estábamos jugando a las cartas, estaba todo tranquilo cuando de repente entró un hombre que se acercaba a nuestra posición. Cuando quise darme cuenta, los jugadores detuvieron a ese tipo, se trataba de uno de los cazadores de antes. Quería atacarme por las espaldas con ese arma.

-Es difícil de explicar, después de todo la partida es una escusa.- Me dijo uno de los compañeros de juego mientras me daba una carta.

No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, pero utilicé esa oportunidad para salir de la taberna y poner rumbo al embarcadero, allí hablaría con ese tal Ringo para que me llevase a donde quería ir, aunque costase bastante. Cuando había cogido distancia con la taberna encontré un lugar apartado, allí abrí la carta y la leí. Cuando lo hice volví a guardar la carta y seguí corriendo hasta el embarcadero. Cuando llegase preguntaría por Ringo, si tenía suerte, todo podía salir bien.

Sales de la taberna con dejando atrás un gran revuelo, la gente te mira con cierta intriga ya que es evidente que huyes de alguien o de algo. Tras ocultarte lees la carta, se trata de un documento oficial de la revolución, solicitan el ayuda de todo aquel hombre libre y en condiciones de ir al Mangroove nº 1, donde se encuentra la Casa de Subastas, un lugar donde trafican con seres humanos. El objetivo de la escuadra es liberar a aquellos hombres y acometer una fuga huyendo en uno de los buques de la revolución de incógnito. ¿Pero hasta qué punto merece la pena? Tu carta podría ser un paso importante para la victoria de numerosas guerras, tal vez a la larga supondrían muchas menos vidas perdidas que la de una veintena de hombres. ¿Pero qué es lo correcto?


Por fortuna al reanudar tu marcha hacia los muelles no pareces reconocer a ninguno de los cazarecompensas entre los viandantes, el calor parece acentuarse, tal vez sería buena idea desprenderse de alguna ropa tuya o comprarse una ropa nueva en una de las tiendas. Pero en cambio tu decides seguir para el embarcadero, según te acercas al lugar te vas dando cuenta de que el lugar esta infectado de mosquitos entre otros insectos, además ese calor parece que va en aumento. Finalmente llegas a quien parece ser el maleante y tras pedirle un viaje este te responde:


-Cinco de los grandes y te llevaré hasta el Mangroove nº 26- te dice el hombre con voz de pícaro.


¿Regateas? ¿Das media vuelta? ¿Aceptas? Eligué.

Las cosas se estaban poniendo difíciles, nadie me dijo que todo esto iba a ser tan complicado. No me quejaba por el tema de los cazadores o por el tema de la misión. Solo me quejaba de hacer la misión por el día, no me gustaba nada trabajar por el día o realizar tareas de todo tipo cuando el sol estaba en el cielo. Desde siempre me ha gustado trabajar por la noche, cuando la gente está durmiendo y cuando la calle esta tranquila. Si hubiese cogido el trabajo por la noche, aquellos cazadores no estarían dando la lata.

Me escondía entre dos edificios donde daba la sombra, por lo menos mientras leía la carta estaba en un lugar "fresco". Saqué la carta del sobre, lo desplegué y empecé a leer. Se trataba de liberar unos esclavos de la sala de subastas. Era tentador ir para allá, pero mi misión era otra y debía realizar aquello correctamente. Pensé en ir para allá, a lo mejor tenía la posibilidad de realizar la misión mientras liberaba a los esclavos.

Plegué otra vez la carta y la metí dentro del sobe roto. Lo guardé en uno de los bolsillos de la chaqueta. Seguí mi camino hacia el puerto. El calor se acentuaba más aún cada vez que daba un paso. Me quité la chaqueta, con eso bastaba para dejar de tener calor, o eso pensaba.

Llegué al puerto, miré a mi alrededor disimuladamente. Aún así la gente me miraba largo y tendido. Ninguno de toda esa gente era ninguno de los cazadores que me estaban siguiendo. Suspiré fuertemente y camine hasta dar con el hombre indicado. Estaba todo claro, le iba a decir que si me podía llevar al lugar que indicaba la carta, al Mangroove nº 1.

Aunque no hubiesen los cazadores por allí, el camino era complicado. Una manada de mosquitos volaban a mi alrededor, seguramente por el calor que hacía. Finalmente llegué al hombre indicado, le pedí si me podía llevar. Éste inmediatamente me contestó que por 5.000 me llevaba al Mangroove nº 26.  Hubo un silencio que me vino muy bien para pensar.

Henry: Te doy 6.000 si me puedes llevar al Mangroove nº 1. ¿Te parece bien?

-Ni loco me acerco yo a ese sitio- te dice el rufián, el cual parece que no es del todo trigo limpio -Aunque tal vez por 1 millón tal vez te llevaría- te dice el rufián.

A lo lejos se oyen disparos, espera, aquellos no son los revolucionarios huyendo en estampida de una brigada de una treintena de marines uniformados, tal vez puedas hacer hueco en la barca, o tal vez desees marcharte a toda prisa.

-Corred insensatos-grita el jefe de la cuadrilla, tal vez si les haces un gesto te vean, ellos y los marines claro y solo tal vez aquel cazarecompensa que te perseguía. Aunque tal vez seas capaz de enfrentarte a todos ellos con tus camaradas ¿Quién sabe? Todo es tan complicado...

El rufián por lo contrario te hace un gesto de que pagues y un ademán de tener prisa, se ve que tampoco es amigo de los marines pero tampoco es tonto, si no te das prisa tal vez te lancé por la borda, después de todo parece un hombre capaz de todo.