[Ficha] Kazumi

Este estilo de lucha cuenta con dos ramas: La primera se basa en golpear rápidamente al oponente para debilitarlo y así poder asestar golpes en sus puntos vitales, en este estilo Kazumi no se agota, pues se recupera rápidamente. Es la rama que más suele usar y también sirve de distracción o como defensa. La segunda es la rama que menos utiliza, aunque no quiso aprenderla tuvo que practicarla por obligación. Se trata de atacar a espaldas del enemigo en silencio absoluto para dejarlo caer en la inconsciencia durante un largo rato.

Shizuka es una muchacha un tanto llamativa. Su piel es muy morena y su cabello es de color castaño, siempre lo lleva colocado con una coleta alta y deja caer unos mechones más el flequillo hacia delante. Sus ojos son de un color azul como el fondo del cielo. Su nariz es pequeña y los labios son finitos con un tono rosado. Tiene unas mejillas grandes que dan ganas de estrujarlas y a veces están rojizas cuando se sonroja. La altura de la muchacha no es muy baja, llega a medir 1,70. Tiene un cuerpo voluminoso y que muchas mujeres llegarían a desear. Su forma de vestir es muy sencilla. Lleva un top blanco adornado con un chaleco granate. Sus pantalones son unos shorts desmembrados azules y por detrás lleva como una especie de capa rota rosada, no se sabe de donde proviene, pero debía pertenecer a su padre; en cuanto al calzado lleva unas sandalias marrones. Por último, en los brazos y piernas lleva unas tiras de vendas siempre con ellas y en su cuello un colgante con un ala dorada, representando su libertad.

Describir a Shizuka es algo muy complejo. Es una chica alegre, extrovertida y exuberante, siempre sonriendo. Sin embargo consta de un gran carácter temperamental. No es capaz de controlar sus emociones fácilmente y se deja llevar por cualquier cosa. Su temperamento es algo que la refleja, a veces cuando se estresa o pierde la paciencia tiene una vena un tanto agresiva. Shizuka es una chica con iniciativa, si algo quiere lo consigue a pesar de lo que tenga que hacer, no le gusta rendirse ante nada y siempre se está proponiendo retos para superarlo todo. Kazumi es una muchacha de recursos, cuando se mete en algún problema suele buscar una solución pacífica a no ser que la situación requiera luchar obligatoriamente. A pesar de ser todo eso Shizuka tiene un problema, se deja influenciar fácilmente por los demás y cuando se siente débil el miedo inunda su corazón, siendo incapaz de hacer algo.

En especial adora a los animales, nunca ha visto muchos y que cree que son realmente interesantes, sobretodo porque pueden tener antídotos y venenos. El rojo es su color favorito, todo lo que sea rojo le pierde, no se sabe porque le encanta tanto ese color, pero hay una idea y es por las noches en las que la luna llena era roja; se dice que cuando ocurría ese fenómeno ella se subía al tejado de su casa para observarla hasta que amanecía. El fuego es algo que le encanta, ver como las llamas fluyen la relaja, en cierto modo ella cree que es su elemento, algo que la define. Tumbarse en la hierba y ver pasar las nubes es su afición, desea ser como ellas. Dibujar es algo que le gusta, simplemente cuando se aburre o quiere recordar algo lo plasma en un papel. Por último, leer, investigar y resolver acertijos es uno de sus trabajos preferidos.

En cuanto a sus desagrados, detesta la gente que se pone a fumar delante de ella como si nada, causándole tos y respirando ese humo que tanto odia. Le desagradan todo tipo de comidas amargas, ella se considera a sí misma dulce. No es muy fan de la oscuridad, Shizuka no es una chica perfecta que no tiene miedo a nada; el propio desagrado es que no le gusta tener miedo y algún día aspira a perderlo, aunque no tiene muchas esperanzas pues cree que eso está incrustado en el alma. Tiene pánico a sentir dolor, no sabe lo que le espera si algún día probase esa sensación, pero tan solo quiere evitarla lo máximo posible. No le gustan los insectos, le dan mucho repelús y asco. Por último, lo más importante es que tiene miedo a estar sola. No quiere perder a nadie ni quedarse sola en el mundo, pues puede sentirse indefensa.

Su olfato está bastante desarrollado y sabe distinguir todo tipo de olores, incluso algunos que no son percibidos por los humanos. El dibujo es algo que se le da excepcional, le encanta entretenerse dibujando cosas que nunca pasarán. Es muy buena cocinera, sus platos siempre tienen un sabor especial y le gusta que todos los prueben. El sigilo es una virtud para ella. Cuando tiene alguna de sus misiones debe usarlo a menudo. Preparar estrategias es divertido para Shizuka, siempre es ella quien se encarga de hacerlas. Por último, cazar animales y preparar trampas para ellos se le suele dar bien, debido a que cuando estaba con sus tías necesitaba buscar comida.

A esta muchacha le gusta cantar, sin embargo… su voz no es precisamente buena para escuchar. Provoca tales desafinamientos que hacen daño a los oídos. La paciencia para ella no es una virtud, pierde fácilmente los estribos. Tiene un problemilla con los nudos, no sabe atar ningún tipo de cordón, lo cual a veces le hace quedar en ridículo. Su principal debilidad es que se enferma a menudo, al pertenecer a la sangre real toda la familia hereda una enfermedad que va debilitando poco a poco el organismo hasta causarle la muerte, sin embargo Shizuka no sabe que la padece por lo tanto siempre piensa que es normal. Finalmente, se emborracha muy rápido, el alcohol no es su punto fuerte y basta solo un poco para que pierda el control de sus acciones.

Nació para convertirse en la reina que todos aclamarían. Sin embargo, todo se vio truncado por el alzamiento de la nueva secta de los Shudo-Shi. Los Shudo-Shi veneraban los 7 pecados capitales y las consideraban como las diosas, dueñas y señoras del universo. La secta solo hacía acto de presencia cada 50 años y cada vez que aparecía debían hacer un sacrificio a ellos en un altar. El altar se encontraba bajo las ruinas del antiguo castillo caído por la guerra hacía 200 años. Mientras tanto nadie sabía que la secta seguía existiendo. Antiguamente en el reino estalló una guerra, los reyes y sus soldados lucharon contra los Shudo-shi ya que cada vez eran más y pretendían hacerse poco a poco con el control de las islas. Los reyes lograron vencer a la secta y devolvieron la paz al reino el cual olvidó en poco tiempo lo ocurrido. Pero una simple guerra no sirvió de nada para detener la secta, esta renació como el fénix de sus cenizas y volvió a recuperar su poder en las sombras, siendo más poderosa que la última vez. Una vez que el castillo quedó en ruinas, bajo ellas las estatuas se mantuvieron intactas durante siglos. Los Shudo-Shi las reestablecieron completamente y las pusieron en fila. Lujuria, Ira, Avaricia, Envidia, Pereza, Soberbia y Gula eran las diosas veneradas por el culto de los monjes.

Volviendo al tema del sacrificio… los Shudo-Shi necesitaban a un varón de sangre real para poder realizarlo, pero la tradición de tener descendencia masculina se vio truncada por el nacimiento de una niña. Kazumi era la heredera al trono del reino. Su nacimiento trajo alegría a todo el reinado salvo la noche después de nacer. Varios monjes intentaron entrar al palacio del rey por la noche. Con su talento lograron adentrarse sin que los descubrieran. Llegaron al cuarto de la princesa y la recogieron. Lo que no contaban es que fuese una niña. Los monjes regresaron a las ruinas y pusieron a Kazumi sobre el altar. Le quitaron la ropa y la dejaron desnuda. Cuando la vieron se quedaron boquiabiertos hasta que uno de ellos estalló con furia. No podían sacrificar a una niña en nombre de las diosas o recibirían un castigo divino.

-Hay que devolverla. Pondremos en marcha el plan de invasión. El reino pasará a ser nuestro.- Dijo un monje mientras la vestía e intentaba que dejase de llorar.

Tras esto la niña volvió al palacio sin que nadie se enterase y así fue. Pasaron cinco años tras aquel incidente y nunca nadie supo nada. La infancia de Kazumi fue feliz. Creció con lujos y los pueblerinos la querían. La paz se extendía por el reino y sus alrededores. A la muchacha le inculcaron todos los temas de educación y cultura para que pudiese ser una buena reina. Ella misma ansiaba poder reinar y disfrutar del poder, pero un día los Shudo-Shi aparecieron de nuevo en las calles proclamando su culto a las diosas. Este hecho causó furor en el rey y mandó a los soldados a que los detuviesen. Los Shudo-Shi eran demasiados en comparación del ejército. La guerra volvió a recaer en el reino por segunda vez. La paz que existía desapareció poco a poco. Kazumi observaba la gente de su pueblo como el hambre y el dolor se hacía con todo. Pasaron años hasta que por fin terminó todo. La princesa ya tenía 13 años, sin embargo la victoria no resultó buena. Los Shudo-Shi irrumpieron en el castillo para declararse los nuevos dueños del reino. El rey ante esta evasiva mandó huir a Kazumi con sus tías Mekare y Akasha. Ellas eran unas revolucionarias que se encontraban en un asentamiento al norte de la isla, en una montaña. Kazumi no quería huir pero no tuvo más remedio que hacerlo si no quería que la matasen. Mientras tanto la reina fue asesinada por las espaldas y el rey luchó hasta el último momento en el que su corazón dejó de latir. Los Shudo-Shi buscaron a la princesa por todos los rincones, pero no la encontraron. Esto les causó temor. Que todavía siguiese una miembro de la familia real suelta era un peligro para su secta. Tras semanas decidieron darla por muerta. Los monjes eligieron a un hombre como el nuevo rey y erigieron estatuas inmensas a favor de las diosas.

La princesa ahora vagaba sola por los bosques hasta que encontró el asentamiento revolucionario. Allí les contó todo lo ocurrido a sus tías y estas decidieron prepararse. Kazumi tuvo que aprender lo que era trabajar y luchar si quería recuperar su reino. Allí estuvo hasta los 20 años, oculta para que nadie pudiese atentar contra su vida. Se convirtió en la princesa guerrera. Todos creyeron que estaba muerta, pero poco tardaría en salir a la luz para recuperar lo que perdió. Nació para ser reina y en reina se convertiría.