¡10 años en activo! Hace ya 10 años que esta comunidad, todavía más antigua, encontró su lugar en OPD. Los tiempos han cambiado y los usuarios más antiguos han dado paso a las nuevas generaciones que hoy rolean, pero siempre con el mismo espíritu que nos vio nacer: Construir juntos la historia más grande jamás contada. Da igual si acabas de llegar o llevas una vida; si te quedas o te vas: Gracias por hacer de este foro un lugar mejor.
27/02La actualización ha terminado con éxito casi completo. Quedan cosas por pulir, pero en breves se solventarán.
27/02Hemos tenido un pequeño problema con las afiliaciones al cambiar de skin. Rogamos comprensión y un poco de paciencia.
27/02La lotería ha terminado. Ya no se pueden intercambiar más premios por este evento; gracias a todos por participar.
Búsquedas
Últimos Temas
Últimos temas
Alekséi Sokolov Miér 28 Ago 2024 - 2:12Joseec293
Whisky 'The Risky'Vie 21 Jun 2024 - 10:13Whisky the Risky
Derramando sangreJue 13 Jun 2024 - 23:53Raulgamerlol11
Petición de experiencia y premiosJue 13 Jun 2024 - 18:54Lumin Maj
La luna, la sombra y el bufónJue 13 Jun 2024 - 17:19Mako
¡Me prometió que no le contaría a nadie! [Ely - Prometio]Miér 5 Jun 2024 - 23:13Charlotte Prometio
Petición de moderación de técnicasVie 31 Mayo 2024 - 18:35El Gremio OPD
Rhea Jue 30 Mayo 2024 - 22:19El Gremio OPD
Berry [ID]Jue 30 Mayo 2024 - 19:45El Gremio OPD
Salem NizarJue 30 Mayo 2024 - 19:41El Gremio OPD
Prometeo, El Fénix [ID]Jue 30 Mayo 2024 - 19:34El Gremio OPD
Siguiente ronda


Ir abajo
Rocket Raccoon
Azote del paraíso
Rocket Raccoon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Jue 9 Jul 2015 - 12:39}

- Derecha. -Le dije a Onox desde su hombro, mientras miraba un mapa.

Si bien el mapa no era un mapa en toda su gloria, tan sólo un dibujo de símbolos que debíamos seguir para llegar al lugar indicado.

Spoiler:

Lo ganamos jugando, de forma bastante ilegal, a las cartas en un bareto de Dawn. Según su antiguo propietario, este mapa llevaba a un lugar conocido como La Ciudad de Oro. En esta isla. En un principio, y creo que todavía, Onox no se creía tal estupidez, pues el mapa ni siquiera revelaba nada. Pero yo seguía mi instinto y ganas de ser asquerosamente rico.

- Cuando nademos en oro me lo agradecerás... -Llegamos a una enorme pared de piedra que no nos dejaba continuar. - Izquierda.

El camino se hizo tortuoso, entre plantas selváticas y animales que no nos suponían ningún problema debido al tamaño de Onox. Al cabo de un rato de tan solo caminar esquivando ramas y hojas, llegamos a un pequeño claro. Frente a nosotros había una enorme roca rodeada de plantas y musgo. La forma de la roca era como la cabeza de un águila. Golpeé el mapa con una mano, señalando el primer símbolo de este, que era la cabeza de un águila.

- ¡Te lo dije! ¡Vamos bien!
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Jue 9 Jul 2015 - 13:45}

Gruñí malhumorado como toda respuesta a la indicación del mapache, que a mis oídos ahora mismo se asemejaba más a una orden. A menudo había sentido ganas de darle una paliza al animal, tanto antes como después de que lo mutaran, pero esta era sin duda alguna la segunda vez en toda nuestra vida que realmente me planteaba calmar mi ira matándolo a golpes. Su insistencia a la hora de seguir el pedazo de papel dibujado al que llamaba "mapa" no ayudaba en absoluto a sosegar mis violentas ansias asesinas.

Inicialmente creí que no pondría más interés en aquello que en cualquier pedazo de chatarra de los que se encontraba tirados por los basureros, pero cuando se las ingenió para conseguirnos un medio de transporte hasta la isla selvática comencé a darme cuenta de que su obsesión era real y difícil de combatir.


"Como cualquier cosa que se le meta en la cabeza a este bichejo..."

- De acuerdo, y cuando no encontremos nada más que jungla e insectos te usaré como reemplazo de mi maza. -Respondí con brusquedad a su comentario girando a la izquierda en la pared de roca.

La armadura me hacía sudar sensiblemente en la humedad reinante, y me había visto obligado a quitarme el casco y colgarlo de una correa a la espalda para no morirme deshidratado. A medida que la selva se fue espesando, me vi obligado a apartar más de una rama y algún tronco de mi camino. El suelo blando amortiguaba mis pesados pasos, pero hundía mis pies y me dificultaba el avance poco a poco. Fui a abrir la boca para recriminarle a Rocket que era yo quien estaba sufriendo las consecuencias de su impulsividad cuando llegamos a un claro pequeño con una roca, esculpida con la forma de la cabeza de un águila. Si aquello era obra natural o humana, se me escapaba por el tosco acabado del trabajo.

- Oh, claro. -Respondí sarcástico a la efusividad del mapache- No hay rocas con formas curiosas en ningún lado, menos aún en islas con posibles poblaciones indígenas. -Mi menudo compañero, asentado en mi armadura del hombro, me reprochó brevemente mi falta de optimismo y mi escepticismo mientras me instó a seguir adelante.- Ya, ya, pero esto no acabará bien y yo terminaré golpeando a nuestros enemigos con tu jeto.

Reanudamos la marcha siguiendo las direcciones de Rocket, preguntándome yo con cada una de ellas cómo diablos se suponía que podía inventarse lo que ponía en aquel mal llamado mapa. La maleza hacía que me planteara blandir mi enorme hacha y hacer un camino por las malas, algo que igual disgustaba al mapache por el movimiento que iba a generar, mas antes de que pudiera hacerlo nos topamos de frente con otra pared de piedra gigante, quién sabe si acaso la misma que antes.

- ¿Y ahora, genio peludo? -Pregunté, con creciente impaciencia y malhumor. Rocket dedicó una mirada concentrada de las suyas al mapa y me indica la derecha.- No tienes ni puta idea, ¿verdad? -Espeté a mi compañero girando a mi diestra, apartando la maleza y las lianas mientras seguimos el muro rocoso.- Porque si fuéramos en círculos, serías el primero en saberlo antes que yo. -No reprimí para nada el tono acusatorio de la pregunta.
Rocket Raccoon
Azote del paraíso
Rocket Raccoon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Jue 9 Jul 2015 - 14:51}

Volvimos a tocar con otra pared de roca. Aunque era probable que fuese la misma que antes.

- Agh... demonios...

Onox empezó a caminar a ras de la pared, conmigo en su hombro mirando el mapa. Al final encontramos la entrada a una cueva y le pedí que parara frente a esta.

- ¡Dentro! Lo que buscamos esta por aquí, entra.

La típica queja de Onox a la que ya me había acostumbrado la siguió un camino a paso lento al interior de la prueba. El camino de la cueva se extendía y era lo bastante grande para que Onox pasase por ella sin problemas, como una caverna mas que nada. Conforme avanzabamos el techo era cada vez mas alto y Rocket miraba a todos lados, pues era el único que podía ver en aquella oscuridad. Llegamos a una enorme sala en la que parecía no haber nada, pero la luz del cielo nocturno, pues ya había anochecido, entraba por el techo en un enorme tragaluz. Rocket alzó la mirada y vio un enorme agujero con forma de ave con las alas abiertas.

- ¿Sigues pensando que es una coincidencia?
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Jue 9 Jul 2015 - 20:36}

El improperio de Rocket dejó bien claro que aquella pared no estaba en los planes de mi compañero, de manera que en esta ocasión no reprimí una retahíla de palabras malsonantes murmuradas entre dientes. No pasaron muchos minutos hasta que por fin dimos con la boca de una cueva natural abierta en la piedra. La apertura podría ser grande para los humanos corrientes, pero yo tenía que entrar agachado para evitar quedarme sin cabeza.

- Pues como no sea un nuevo artilugio para torturar mapaches, creo que me sentiré muy decepcionado. -Respondí a la animada indicación de Rocket mascullando mis palabras más alto de lo que el propio verbo "mascullar" solía dar a entender al mundo.

Afortunadamente, la cueva se ensanchó y me dejó sitio para caminar más a gusto, si bien tenía que evitar las estalactitas para no ir comiéndomelas casi literalmente. La oscuridad rápidamente se volvió más evidente y menos permisiva con nuestra vista, llegando al punto de guiarnos a ciegas gracias a mi corpulencia y, por fortuna, sin tener que cuidar más mi frente de golpes inesperados gracias a la mayor distancia con el techo.

Por fin alcanzamos una amplia caverna natural amplia y espaciosa, con algo de luz entrando por algún punto en el centro del techo. Lejos, en algún lugar, el agua goteaba y por el suelo se arrastraban los pequeños animales e insectos de la oscuridad, buscando cobijo ante los intrusos. Sin pensarlo dos veces, nos acercamos a la leve luz y miramos a su origen: un tragaluz con la forma de un pájaro abriendo las alas, dejando ver el levemente iluminado cielo nocturno.

- Ah, dos de dos. -Contesté sin mucho entusiasmo al confiado y triunfal reproche del mapache.- Dos de... ¿cuántos? Siete, según este papel. Creo que todavía nos falta un poco para dar esta idea por buena, y todavía tenemos que buscar la salida de aquí. Por no mencionar que, aunque existan todos esos símbolos, la única prueba que tenemos de que semejante ciudad existe es sólo la palabra de unos perdedores.
Rocket Raccoon
Azote del paraíso
Rocket Raccoon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Jue 9 Jul 2015 - 21:04}

Refunfuñé cuando dijo que seguía sin ser algo de confianza el que coincidan dos símbolos de siete. Volví a mirar al cielo que atravesaba aquel tragaluz y, de nuevo, a pesar de que yo podía ver perfectamente en la oscuridad, no creía que Onox pudiese, empecé a guiar al semi-gigante desde su hombro, indicándole el camino hasta que sus ojos se acostumbrasen lo suficiente a la negrura.

Salimos de la cueva por el lado contrario, hacía una parte nueva de la selva. Seguimos avanzando hasta llegar a un pequeño río con rocas para cruzarlo. Aunque Onox quizá no las necesitase. Miré el mapa, pensando en que zona de este podría ser el río.

Me lancé del hombro de Onox al suelo, utilizando el viento para mecerme suavemente y caer al suelo sin sufrir daños, aunque me hubiese ido mejor si hubiese abierto las alas. Me acerqué al agua y metí la mano, moviendola ligeramente.

- Esta fría, pero creo que no pasará nada si... -Sentí un pequeño dolor en el brazo sumergido.

Saqué el brazo del agua para ver a un pez envolviéndolo, con afilados colmillos. Empecé a gritar y golpear el pez contra el suelo hasta que me soltó, mientras Onox se reía de mí siendo victima de una piraña. Desenfundé una de mis pistolas y maté al pez, enfadado, mientras el viento se levantaba a mi alrededor producto de aquello. Entonces caí en la cuenta. ¡El mapa! ¡Había un río con pirañas!

- Tres de siete, gigante. -Dije, confiado.

Volví a subir al hombro de Onox, el cual cruzó el río gracias a su tamaño sin dificultad alguna, como quien cruza la calle. Cuando lo cruzamos, no tuvimos que caminar mucho hasta el siguiente símbolo, de hecho aún podía verse el río desde allí.

Y este símbolo era el más literal de todos. Lo que parecía una enorme roca blanca se erguía frente a nosotros, pero ciertos agujeros en la pétrea superficie nos desvelaron que era exactamente.

- Un cráneo de gigante... Eh, a lo mejor es tu padre. Por cierto, cuatro de siete.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Vie 31 Jul 2015 - 19:32}

Por fortuna, Rocket parecía guiarse mucho mejor que yo en la oscuridad y no tardó en encontrar la salida en la negra penumbra de la caverna. En un par de minutos salimos al fresco y reconfortante exterior nocturno donde, según  mi ingenuo compañero, nos aguarda la siguiente pista.

- Rocket, voy a disfrutar enormemente cuando te demuestre lo estúpidos que parecemos ahora y el dolor que puedo llegar a infligirte sin matarte.

El mapache no hizo caso alguno a mis amenazas: ya estaba demasiado acostumbrado a ellas. Con unas órdenes que quise seguir haciendo pasar por indicaciones demasiado entusiastas avanzamos entre la maleza siguiendo el vago camino que la febril y avariciosa mente de mi amigo se había dibujado con aquel pedazo de papel. O más propiamente dicho, avancé yo, mientras mi pequeño compañero se limitaba a permanecer agarrado a mi hombro.

Gruñí levemente, volviendo a demostrar mi disconformidad con todo este plan, mas muy pronto llegamos hasta un río, no muy profundo ni ancho, por lo que parecía a simple vista. Rocket bajó raudo de un salto, meciéndose en el aire gracias a su control del mismo que no dejaba de impresionarme en secreto, y probó la temperatura del agua con la mano para probar su temperatura. Casi de inmediato, su aullido de dolor interrumpió sus argumentaciones para cruzar, sacando el brazo sumergido con lo que sin duda era la fuente de su mal: una pequeña piraña mordiéndole el brazo con fuerza.

Mis instantáneas carcajadas asustaron a las aves cercanas que habitaban los árboles, y posiblemente también al pez que mi compañero se afanaba en arrancarse y que finalmente consiguió con una serie de histéricos disparos. Sensiblemente más huraño, el mapache parlante tiroteó un poco más la piraña en el suelo, calmando al fin el aire que se había vuelto a levantar fruto de su histeria y se encaramó de vuelta a mi hombro.

- Bueno, por lo menos venir ya habrá merecido la pena. -Me jacté aún riendo.

No obstante, Rocket pareció darse cuenta de algo y miró de vuelta su mapa, sólo para presentarme la prueba de que nos estábamos acercando a la ciudad de oro: un río con pirañas, dibujado en el papel.

- Venga ya, y es desde luego rarísimo encontrarse ríos con putas pirañas en islas selváticas, ¿verdad?

Nuevamente los ánimos parecieron invertirse, regresando mi mal gesto habitual ante la alegría y el entusiasmo de mi amigo. Afortunadamente, la imagen del mapache sacudiéndose el brazo con el pez mordiéndole se negó a abandonar mi mente, ayudándome a olvidar levemente mis penurias y esbozar mi sonrisa socarrona.

El río era lo bastante profundo como para cubrir a Rocket por completo o a una persona bajita, pero a mí a duras penas me llegaba hasta las rodillas, una altura a la que todavía me protegía mi armadura de las mordeduras y ataques de las pirañas. Alguna consiguió colarse entre las placas, causándome pequeños pero punzantes mordiscos. Cuando salí del agua, dediqué unos minutos a quitarme los molestos peces y aplastarlos con mis manos enguantadas.

Proseguimos nuestro camino, uno con mucho más interés y emoción que el otro, e intercambiando poco más que breves gruñidos y palabras. Finalmente, y tras un rato de internarnos en la espesa jungla, los ojos de mi amigo brillaron ante lo que sin duda para él significaba una nueva pista hacia nuestro destino: una roca blanquecina y enorme con la forma de una calavera.

- Te tengo dicho que los cráneos de gigantes no existen, animal. -Repliqué, aplacando mi mal genio gracias a la broma del mapache y sin terminar de insultarle- Sólo existen los ladrillos blancos, redondos y hechos de huesos que usaré para construir un trono que casualmente llamaré "Trono de cráneos". Para que sepas que, cuando veas un supuesto cráneo de gigante, no es de verdad, porque todos los reales los habré usado para mi trono.

Tras nuestro pequeño momento de diversión absurda, volví a insistir en que nada en este viaje me daba buena espina y de que no dejaba de creer que habíamos sido estafados de mala manera o incluso peor: atraídos a una trampa. No obstante, y como bien hizo Rocket en apuntar, la opción de caminar directos a una trampa era, por mucho, la que menos me podía molestar.

- Ja, hasta cierto punto es cierto. Maldición, llevo más de veinticuatro horas sin romper ningún hueso. -Me detuve un instante en mi camino a través de la selva para mirar a mi compañero, que también había dejado de ojear el mapa para dedicarme una mirada peculiar con algo que podría interpretar como una ceja alzada.- Sí, cuento las horas, ¿pasa algo?

Nuestra caminata se detuvo con cierta brusquedad ante lo accidentado del terreno y un creciente ruido de fondo de agua cayendo desde una distancia. Más animado, Rocket me instó que avanzáramos hacia allí, de manera que, sin dejar de refunfuñar acerca de formas de despellejar un mapache, hice caso a mi amigo y me aproximé zancada a zancada al origen del sonido.

Apartando los últimos retazos de maleza pudimos ver una alta pared de piedra desde la cual salían dos cascadas de agua por unos salientes bastante curiosos hasta formar un riachuelo, quién sabe si el mismo que albergaba las pirañas, que apartaba la selva a su paso. Sin darme tiempo a hablar, mi amigo miró el mapa y luego al saliente repetidas veces hasta que finalmente saltó entre algunas ramas del espeso follaje para finalmente aullar de júbilo, jactándose de haber encontrado una nueva pista. Alzando una ceja mostré mi clara diferencia de opinión ante algo que, en realidad no era más que una puñetera protuberancia en la roca con unas cascadas de agua. Rocket, no obstante, no tiró la toalla y me insistió para ir a su posición y verlo desde una mejor perspectiva.

Una vez más a regañadientes accedí a la petición de mi compañero, consolándome con la certeza de que luego podría golpearle en el morro hasta la saciedad. Desgraciadamente, no pude sino darle la razón cuando llegué hasta donde me indicaba, pues desde allí las extrañas protuberancias y salientes adquirían la forma de una cara un tanto deforme y caricaturesca con dos cascadas cayendo desde sus "ojos"  a modo de lágrimas, como indicaba aquel mal llamado mapa.

- Bah. Está bien, vas ganando por ahora. -Gruñí, accediendo a reconocer su éxito temporal.- Pero me niego a reconocer que exista alguna ciudad de oro y, llegado el caso de que existiera, no haya sido saqueada hace tiempo ya por, por ejemplo, nuestros "amigos" los perdedores. Ah, antes de irnos, ¿crees que pasará algo si le rompo el jeto a ese tipo llorón de ahí arriba con la maza?

Rocket me instó a no perder más tiempo y continuar, pues según él nos quedaban dos señales más por encontrar. Suspiré, exasperado y frustrado por no poder partir una cara aunque fuera de roca. Una vez más, ambos seguimos las improvisadas instrucciones que repartía mi compañero, ahora y por fin sin dar vueltas ni perdernos porque nuestro objetivo parecía claro: la propia pared de piedra. Seguimos dejando a nuestro lado las rocas hasta que llegamos a un callejón sin salida, exceptuando una abertura con la tosca forma de una criatura bastante fea.

- ¿De verdad vas a hacer entrar en una cueva por segunda vez a un tipo tan grandote como yo? No tienes corazón. [/color]
Rocket Raccoon
Azote del paraíso
Rocket Raccoon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Dom 2 Ago 2015 - 18:41}

Simplemente reí ante la respuesta del semi-gigante al ver aquel cráneo. Su deseo de arrasar Elbaf no era algo que yo desconocía, y de hecho pretendía permanecer en su hombro mientras efectuaba tan ardua tarea. De hecho, comenté algo relacionado con el tema.

- ¿Sabes? Estoy desarrollando algo de armamento anti-gigantes. Por si lo necesitamos, ya sabes. Lo primero que voy a intentar es rebajarlos a nuestra altura. Literalmente, quiero desarrollar un rayo que sea capaz de modificar la distancia entre las moléculas del objetivo sin comprimir su densidad. -Callé un rato al ver el rostro de desconcierto de mi amigo el semi-gigante. - Algo para reducir su tamaño.

Llegamos hasta un precipicio cuyo fondo era imposible de ver por una densa niebla que se alzaba sólo bajo el nivel de la roca. Miré a un lado, observando una entrada a una cueva con la forma de la cabeza de un enorme dragón. Aquello estaba en el mapa, así que reí y bajé de Onox, intentando no llegar a caer por el precipicio. Caminé hasta la entrada de la cueva, la boca del dragón, la cual sobresalía del precipicio. Entré por uno de los lados, entre dos colmillos, para ver entre la oscuridad y ver si el semi-gigante podría entrar por aquí.

La cueva estaba vacía. A pesar de mi capacidad de ver en la oscuridad, no podía ver en lo mas hondo. Aún así, no creía que Onox pudiese entrar en esta cueva. Resoplé. El camino debía estar por otro lado.

Escuché un pequeño quejido en el interior de la cueva. Un ruido de animal que, debido a mi condición como animal, entendí. Era un: "Fuera de aquí".

Miré al techo de la cueva y vi, colgados bocabajo, a cientos y miles de murciélagos de pelo rojizo, cuya longitud de manada se perdía en lo más hondo de la cueva. Me preparé, pero mis armas las tenía Onox, guardadas en una bolsa que colgaba de su espalda. Todos los murciélagos se descolgaron y empezaron a pasar sobre mí, haciendo que usase mis brazos para cubrirme la cara. Pero no fue lo único, ellos también podían usar el viento como yo. Y todos juntos, su viento era más fuerte. La enorme ráfaga me empujó al exterior de la cueva, saliendo de la boca del dragón. Los rojizos murciélagos que salían sin parar parecían una llamarada. Me vi en el aire, empujado por su viento y miré abajo.

Iba a caer por el precipicio. Rapidamente, tiré de una anilla de mi costado y abrí mis Rat Wings, desplegando unas alas de tela.

Empecé a caer y a llamar al viento sobre mis alas artificiales, planeando en círculos y atravesando la niebla del precipicio hasta llegar al suelo sin hacerme daño.

Suspiré y cerré las Rat Wings. Miré a mi alrededor hasta que vi una enorme roca grabada.

- ¡Eh! ¡Onox! -Grité. El eco amplificó mi voz. - ¡Deberías bajar a ver esto!

La enorme roca, del tamaño de Onox, tenía talladas dos criaturas toscas y de aspecto nativo. Una enorme figura humana con una maza en la mano y una pequeña figura animal descansando sobre su cabeza.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Vie 14 Ago 2015 - 12:31}

Con cuidado y precaución, aunque también con la impulsividad que le caracterizaba, Rocket se desentendió de mi hombro y bajó por la piedra hasta el agujero en la pared tan toscamente tallado. Aunque a puno estuve de advertirle de lo irresponsable de su acción, decidí callarme en el último momento.

“Sabe manejar el viento y tiene un puto paracaídas… o algo así, yo que sé. No será precisamente un problema que se caiga, y yo me reiré bastante.”

Mi compañero llegó sin tropiezos hasta su objetivo, por cuya boca no dudó en asomarse a pesar del peligro que ello podía conllevar dada su precaria posición y que igualmente no sabía lo que habitaba aquel agujero. Casi de inmediato tuve que intentar reprimir, sin demasiado éxito, una mueca de profundo desagrado al taladrar mis oídos el estridente chillido proveniente de la caverna ante la intrusión del mapache, seguido por una inmensa bandada de murciélagos rojos que echaron a volar hacia el cielo nocturno, ya en sus últimas horas de oscuridad.

Empujado por los habitantes de la cueva y desestabilizado por la corriente de aire que produjeron, Rocket se encontró al instante suspendido en el aire sin asidero alguno, disfrutando de los segundos que quedaban antes de que la gravedad hiciera presa de él. No obstante, y tal y como había imaginado, el mapache usó su propio control del aire y desplegó esas… alas tan raras suyas para controlar su descenso, ya más en círculos lentos y amplios que en un picado mortal.

Tan pronto como mi compañero se hubo estabilizado en el aire, dejé que una vez más mis potentes carcajadas llenasen el aire y resonaran en las paredes de piedra del despeñadero, a medida que el animal parlante se perdía en las nieblas más abajo. Cuando por fin me llegó su voz instándome a bajar para ver algo no parecía venir de muy lejos, de manera que la caída no debía ser tan grande, al menos no para un tipo de mi altura. Con todo, decidí no arriesgarme e investigar el desfiladero unos momentos hasta encontrar una zona algo menos vertical y más apta para descender sin romperme huesos.

Sacando mi maza de cadena me dejé deslizar por la pared rocosa, usando mi armadura para amortiguar los salientes, los pies para controlar la caída y la maza, clavada en la pared que se iba llevando por delante, para ayudarme a mantener la velocidad. Con un pesado golpe seguido por mi pesada arma cayendo al suelo, llegué al pie del acantilado más allá de las nieblas con poco más que la armadura algo más mellada y gastada y varias articulaciones doloridas, especialmente las piernas.

Recogí mi maza y escupí el polvo de la boca antes de acercarme a un triunfante Rocket, que señalaba su hallazgo como la última pista del rompecabezas al que llamaba mapa: una especie de pedrusco de importante altura, aparentemente clavado en el mismo suelo y tallado con figuras más bien poco detalladas, pero que parecían ser un tipo muy grande con una maza y un animal sobre su cabeza. El mapache no pudo evitar hacer una broma acerca de nuestro parecido con aquellas figuras y sobre su posición preeminente en el esquema.


- Si alguna vez estás ahí, Rocket, será despellejado. Y será tu piel la que lleve ese honor.

Mi compañero no obstante no quería renunciar a su diversión y su momento triunfal, alegando que yo estaba malhumorado porque había encontrado los siete signos que aparecían en el mapa y que por tanto pronto encontraríamos la ciudad dorada y yo me tendría que tragar mis palabras y amenazas. Toda su jactanciosa retahíla no consiguió más que recordarme una cosa:

- Entonces sabrás qué hay que hacer o hacia dónde hay que ir ahora, ¿verdad? –Mi pregunta pareció pillar desprevenido a Rocket, que al momento me pidió un segundo y comenzó a ojear el mapa con interés. No tuve que esperar demasiado hasta para hacerme claramente a la idea de que se acababa de quedar sin ocurrencias ingeniosas- No. No tenemos ni idea. –El mapache volvió a pedirme un momento, insistiendo en que necesitaba tranquilidad para estas cosas, lo cual comenzó a aumentar sensiblemente mi ira- Nada. Ni una puta pizca de oro. Sólo una roca tallada en mitad de la nada. ¡NADA! –Mi grito y el sonoro golpe de la maza golpeando el suelo sobresaltaron a Rocket, que finalmente alzó la vista de su papel- ¡Tú y tus estúpidos planes! ¡Tú y tu estúpida codicia ingenua y absurda! ¡Créeme que disfrutaré moliéndote a palos cuando regresemos, pero antes pienso convertir ESTA PUTA ROCA DE MIERDA EN POLVO APTO PARA PÁJAROS!

Apartando a Rocket de mi camino con la mano sin golpearle comencé a girar la maza con la diestra en el aire, dándole velocidad. La piedra tallada estaba frente a mí, indefensa e inerte, pero para mí era igual. Sólo deseaba romper algo en muchos pedazos.

Sin embargo algo me hizo detenerme, aunque sin dejar de girar el arma sobre mi cabeza: no muy lejos, entre las rocas y la maleza, distinguí varios rostros humanos, e incluso torsos y cuerpos enteros, todos vivos. Indígenas. La palabra en mi mente tuvo un peso particular, y me hizo sonreír con crueldad y malicia. Si había algo que merecía más la pena que romper que una roca inerte, era una presa que podía correr y defenderse.
Rocket Raccoon
Azote del paraíso
Rocket Raccoon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Lun 17 Ago 2015 - 18:02}

El semi-gigante ya había entrado en cólera. Su maza giraba en el aire mientras gritaba y amenazaba con reducir a polvo aquella roca. Me limité a dar un paso hacia atrás mientras la rabia también me invadía.

"Creía que..."

Sentí un murmullo. Un pequeño ruido del caminar entre hojas tras nosotros. Me di la vuelta y, entre la maleza, habían escondidos unos cuantos hombres de rostro moreno, pintados. Empecé a correr a cuatro patas y escalé por la espalda de Onox hasta llegar a su hombro, no sin antes coger mi APHADD de su bolsa por el camino y apuntar a los nativos. Gruñí mientras el semi-gigante seguía girando su maza en el aire.

El grupo de nativos, que eran cuatro, salieron de entre la hierba. Nos miraban, con lanzas en las manos y rostro enfadado. Sus primitivo ceños estaban fruncidos y sus ojos llenos de ira por proteger su hogar. Sin embargo, en un momento dado, Onox dio un enorme paso a la izquierda, saliendo de delante de la enorme roca. Uno de los nativos vio la roca y después a nosotros y, como si comparara, sus ojos fueron alternando entre ambos objetos, mientras poco a poco sus facciones se iban relajando y cambiando de ira a sorpresa. Soltó su lanza y se arrodilló, posando su torso entero en el suelo. Bajé la APHADD y los demás nativos le imitaron.

- No puede ser... -Empecé a decir, sonriendo.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Mar 1 Sep 2015 - 17:59}

Mi aparición repentina desde detrás del pedrusco pareció causar un impacto inmediato en el comportamiento de los nativos, un cambio de actitud de la agresividad y la hostilidad al absoluto asombro y sumisión, por lo que pude deducir de sus rostros y de sus posteriores reverencias, arrodillándose frente a nosotros en el suelo.

"Objetivos que no luchan ni huyen... bueno, al menos siguen sintiendo dolor y pudiendo morir."

Con este pensamiento revitalicé mis ligeramente decaídas ganas de matar y aceleré de nuevo mi maza, cuyos giros circulares se habían vuelto más lentos. Lo cierto es que me alegraba de que por fin alguien entendiese el verdadero poder de quien se erigía frente a ellos con la intención de acabar con sus vidas.

Alcé la maza sobre mi cabeza dándola vueltas a gran velocidad evitando dar a Rocket, preparando un único golpe de pasada que acabaría con los indígenas cuando mi compañero me detuvo, no sin ciertas dificultades. Gruñendo improperios detuve mi arma sin dejarla caer al suelo, sujetando la cadena cerca de la enorme bola de acero.

- Oye Rocket, no estoy de humor para más gilipolleces tuyas, ¿estamos? -Espeté secamente y con rabia mal contenida.- Ya me has jodido bastante con tus mierdas como para que...

El mapache, que en ningún momento dejó de intentar explicarse e interrumpirme optó por la opción más rápida y torció mi cuello con las manos en mi casco para forzarme a mirar la piedra de antes que a punto había estado de reducir a polvo. Alcé una ceja, sin estar seguro de lo que quería enseñarme, mientras me lo explicaba: al parecer, y según las suposiciones de mi amigo, los indígenas creían que éramos sus dioses representados en la piedra.

- Claro, porque hasta el momento no me he dejado llevar por tus suposiciones y nos han llevado muy lejos... -Mi sarcástico comentario fue respondido por algo mucho más jugoso para mis oídos: la promesa de que si no encontrábamos nada de valor en donde vivieran estos mugrientos salvajes tenía la potestad de desquitarme masacrándolos.- Mmmmh... sí, por qué no. Siempre puedo arrancar algunas cabezas como me cabreen demasiado.

La posibilidad de que fuéramos a algún tipo de trampa sumamente bien elaborada no se me pasó siquiera por la mente, o si lo hizo las posibilidades de saciarme de vidas humanas a partir de un pueblo de palurdos la expulsaron rápidamente de mis pensamientos. De esta manera, decidí guardar la maza y acercarme a los indígenas, dejando bajar a Rocket para que hablara con ellos. El intento no llegó muy lejos, pues los locales no parecieron entendernos aunque sí hablaron entre ellos y rápidamente varios abandonaron el lugar, internándose en la espesura. El mapache y yo nos miramos, sin saber muy bien qué estaba pasando, pero decidimos esperar junto a la roca con los indígenas restantes postrados ante nosotros.

Pasó un rato largo, como unos veinte minutos durante los cuales varios de los que se fueron nos trajeron frutas variadas para comer a las que inicialmente miré con cierto recelo, pero a las que accedí rápidamente por su apetecible aspecto. Afortunadamente, o no eran tóxicas o yo no lo sabría hasta pasado un buen rato, y saciaron parte de mi hambre, calmando levemente mi furia. Finalmente, un hombre parecido a los que nos habían encontrado pero portando un bastón y ataviado con extraños ropajes llegó hasta nosotros, hablando desde detrás de la maleza con uno de sus compañeros. Tan pronto como nos vio, su cara se tornó lo que podría ser fácilmente el súmmum de la sorpresa y la incredulidad. Instantáneamente se postró ante nosotros con la ayuda de su cayado.


- ¡Oh, grandes dioses vaticinados! -Nos saludó en el idioma común, perfectamente hablado pero con fuerte acento local- Vuestra venida es inesperada, pero largo tiempo esperada y recibida con infinita alegría por nuestro pueblo. Soy el sacerdote de la tribu, y conozco el idioma de los extranjeros con el que habéis venido a comunicaros con nosotros para probarnos. ¡Por favor, como vuestro humilde servidor os ruego que nos acompañéis a nuestro pueblo y podamos prepararos una bienvenida como vuestros poderes se merecen!

Alcé la ceja de nuevo mirando a Rocket, a lo que él me contestó únicamente alzando un pulgar y sonriendo malévolamente, de manera que le devolví la sonrisa y volví a mirar al sacerdote. El mapache, el cual era el más apropiado para hablar dada su naturaleza animal y el misticismo que el mismo hecho le proporcionaba, accedió por los dos a la petición y pronto nos encontramos siguiéndoles por la maleza y los árboles hasta que, no muy lejos, encontramos con una especie de puerta construida de enormes bloques de piedra tallada con multitud de motivos y dibujos en medio de una muralla baja de la misma piedra.

Mientras nuestros guías nos abrían las puertas, aproveché para intentar adelantarme y echar un vistazo a lo que había más allá del umbral que era casi tan alto como yo. No tuve mucho éxito, lo cual me desconcertó al no ver nada al otro lado, pero al menos eso sí me confirmó una cosa: no había árboles allí, ni uno sólo, pues todos los que habíamos visto eran altos y tremendamente tupidos, más que yo y, por supuesto, que aquella muralla.

Cuando al fin pudimos pasar, Rocket y yo nos quedamos alucinando: lo que allí había era un gigantesco cañón, una hondonada oculta entre las montañas en lo profundo de la selva con puentes cruzándola y altos edificios excavados y construidos sobre las laderas, con largas cascadas precipitándose hacia el fondo, donde un lago cubría lo más profundo, y con infinidad de cavernas y paseos excavados con plantas colgando.

Paso a paso, fuimos descendiendo en unas escaleras que se internaban en la roca y reaparecían de manera intermitente. Tardamos un poco en llegar a tramos lo suficientemente anchos como para que yo pudiera pasar sin problemas y hasta los cuales tuve que descender con sumo cuidado de perfil para no despeñarme.

La noche, aunque ya muriendo, nos evitó que los aldeanos nos vieran, lo cual era mejor según el sacerdote, que logró llevarnos hasta una imponente estancia lujosa al lado del templo. Tan pronto como nos dejó allí, se disculpó insistentemente por no poder atendernos apropiadamente ante la necesidad de preparar al pueblo para nuestra llegada.


- Bueno Rocket, tengo que admitirlo: por una vez das en el clavo. -Le reconocí, comiéndome de un bocado una fruta semejante al mango de las que nos dejaron.- Aunque no puedo evitar pensar en una cosa: ¿por qué los edificios no están hechos de oro si se la llama la ciudad dorada?
Rocket Raccoon
Azote del paraíso
Rocket Raccoon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Miér 9 Sep 2015 - 20:17}

Todo iba mejor de lo esperado. ¡Nos habían confundido con sus dioses! Poco a poco, la ira de Onox se calmó ante aquellos hombres que nos guiaban hasta su hogar, el cual supuestamente nosotros gobernabamos como entidades todopoderosas. Me preguntaba constantemente que clase de dioses seríamos. ¿Buenos? ¿Malos? ¿Creadores? ¿Destructores?

"No eres un dios, sólo te pareces."

Suspiré mientras nos guiaban con cuidado hasta la ciudad que se rumoreaba era de oro. Aunque yo mismo empezaba a dudar de aquello, pues nada nos había indicado que la ciudad fuese dorada. Finalmente, llegamos a la ciudad. Sin duda, no era de oro. Nos llevaron a una lujosa estancia junto a un templo y nos dejaron solos, de noche. Onox me preguntó lo mismo que llevaba yo dudando todo el camino.

-No creo que esta sea la ciudad de oro... No hemos golpeado el premio gordo, pero aún así... Podríamos salir de aquí con ofrendas, tan sólo tenemos que esperar que no nos descubran.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Jue 10 Sep 2015 - 17:01}

Bufé, algo descontento por el resultado de nuestra búsqueda aunque de mucho mejor humor que hace unas horas.

- Bah. Seguro que no tienen más que basura y baratijas por aquí. Pero al menos la fruta es buena.

Comí otro cuantos mangos, o lo que fuera aquello, casi como si de uvas se tratara y me acomodé entre los suaves y mullidos cojines, quitándome el casco para poder apoyar mejor la cabeza. No tardé mucho en dormirme por el cansancio acumulado al vagar toda la noche por la jungla, si bien de la misma manera no tardé mucho en despertarme.

- Sus altezas, el sol ya se alza y el pueblo está listo para contemplar vuestra grandeza.

El sacerdote que nos trajo había vuelto, envuelto en vistosas y claras telas con numerosos adornos tribales, y nos despertó con cuidado y suavidad. Siendo más exactos, quien me despertó fue Rocket clavándome discretamente sus garras en el cuello, ya que el amable hombre no parecía tener ninguna gana de gritar a sus deidades.

Ahogué como pude un bostezo y me puse el casco de vuelta mientras mi peludo compañero respondía al sacerdote y le ordenó dejarnos cierto tiempo antes de conocer a nuestros súbditos y fieles. Agradecí tal gesto de mi amigo intentando dormirme de nuevo, mas el maldito mapache no quiso darme el placer y volvió a levantarme de mala manera: quitándome el casco y pinchándome en la cara.

- ¡Maldita sea, Rocket! -Rugí, aunque falto de ganas por la somnolencia.- Soy un dios, ¿no? Déjame hacer lo que me salga en gana aquí.

Siempre tan irritantemente astuto, el animalejo me replicó que, como dioses que éramos considerados, no necesitaríamos dormir. Gruñí atendiendo a sus razones y, una vez más, me puse el casco de vuelta y salí con mi viejo compañero a la luz del sol.

La ciudad construida en la hondonada tenía un aspecto increíble y resplandeciente a la luz del día, y no sólo por la claridad del sol: largas cuerdas con flores se habían tendido entre las paredes de roca a distintas alturas, y cada edificio lucía sedas y telas colgantes adornadas con hilos brillantes. Las gentes habían salido a calles y balcones, engalanados con sus mejores vestimentas y joyas demostrando su júbilo y alborozo.

El sacerdote nos guió escaleras abajo hacia el lago en el fondo de la ciudad en una procesión con tipos fornidos, equipados con lanzas excepcionalmente bien talladas y trabajadas y con piezas primitivas de armaduras de oro y cuero.


"Cada uno de esos tipos vale un buen puñado de berries. O por lo menos lo que llevan encima."

En el lago, limpio y cristalino, cruzamos por unas grandes piedras juntas formando un camino suficientemente ancho como para que incluso yo pudiera pasar, y llegamos hasta una gran roca centra haciendo las veces de islote con un altar tallado tan alto como yo y un altar en el centro. Allí el sacerdote comenzó un discurso hacia su gente en su idioma, terminando lo que supuse era nuestra presentación al terminar en un animado crescendo en el que todos los habitantes estallaron en vítores y celebración.

- Mis señores, el pueblo les recibe con todo su fervor. Somos sus humildes siervos: lo que quieran ordenar será su voluntad.[/color]
Rocket Raccoon
Azote del paraíso
Rocket Raccoon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Jue 24 Sep 2015 - 22:24}

Los aplausos llenaron el lugar. Yo me encontraba en el hombro de Onox cuando nos llevaron a ese sitio con un extraño altar. Suspiré al verlo y escuché como aquel hombre nos decía que estaban a nuestro servicio. Entonces, de golpe apareció otro nativo, empujando al primero sin respeto alguno. Este segundo nativo tenía un colgante con tres cráneos pequeños colgando. ¿Serían de verdad? No tenía un sólo pelo en la cabeza, con el torso desnudo y enormes pulseras. Tenía el rostro arrugado y le faltaban algunos dientes.

Hizo una reverencia tan pronunciada que su nariz tocó el suelo.

-¡Buenos días, mis señores! -Dijo también en el idioma común. -Soy el sumo sacerdote de la ciudad y el promotor de nuestra... pequeña práctica. -Sabía perfectamente a que se refería. Aquella isla era famosa por capturar y devorar a los viajeros perdidos. Practicaban el canibalismo. -Dejadme que les ilustre... por favor.

Chasqueó los dedos. Un hombre se acercó a él con una fuente de frutas en las manos y el sacerdote las cogió. Olió y fingió una arcada. No dejé de mirarlo con una ceja alzada. Colocó la fruta sobre el altar y cogió una manzana, manteniendola en el aire por el rabillo.

-Llevo esperando mucho tiempo a que mis señores se apareciesen para mostrarles mi causa... nuestros... motivos para alimentarnos de la carne del prójimo. Escúchenme, por favor, para que puedan llevar esa práctica al mundo entero... -Tragué saliva. Aquello se estaba volviendo demasiado tétrico, incluso para mi gusto. Entonces, el tipo agitó la manzana y esta se convirtió en una rata, agarrándola por la cola. Un truco de magia, sin duda. -Los humanos son seres despreciables, roban y engañan... como las ratas. -Tiró la rata al aire y esta volvió a convertirse en una manzana, agarrándola con la mano al vuelo y dándole un bocado. Sus asquerosas babas dejaron un hilillo conectado entre su boca y la fruta. -Tejen telas de mentiras y se enredan ellos solos en ellas... ¡Como las arañas! -La manzana se convirtió esta vez en una araña, posada en la palma de su mano, la cual cerró aplastándola en un asqueroso crujido.

-¡Lo pillamos! Los humanos son malvados... Ve al grano.

La macabra sonrisa del sacerdote se borró. Hizo una reverencia y pidió disculpas. Volvió a erguirse y empezó a caminar de un lado a otro, terminando su tesis.

-Alimentándonos de la escoria les damos una finalidad, hacemos que su efímera existencia sirva para la supervivencia de otros, de aquellos que su corazón sirven... el bien... Y también hacemos que la presencia de la maldad... mengüe. ¡Esta práctica debería extenderse por el mundo entero, mis señores! ¡Usad vuestra gracia y poder y haced que se cumpla el destino del hombre!

Se dio la vuelta y repitió a la multitud aquello último en el idioma de los nativos, haciendo que se pusieran a gritar, aplaudir y vitorear como locos. Tragué saliva y miré a Onox, algo preocupado.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {Miér 30 Sep 2015 - 10:39}

La llegada de un nuevo indígena, que por su aspecto, edad y comportamiento parecía tener un rango muy superior al del sacerdote que nos había guiado hasta aquí, irrumpió en mi confianza y seguridad, obligándome a alzar una ceja ante tan inesperado encuentro. Un pequeño discurso más tarde, una serie de juegos de manos mágicos con unas frutas y animales y una afirmación que no me pillaba del todo por sorpresa lograron sacarme una cruel sonrisa, aunque no suavizar mi mirada dura y desconfiada.

El fervor que la población local profesó por las palabras del sádico anciano preocupó a Rocket, y desde luego no sin razón, pues cruzando nuestras miradas supimos que podíamos estar en un lío importante.


- Eh, no me vengas con remilgos. –Le susurré aprovechando la algarabía general.- Incluso yo me comería a más de uno que hay por ahí. La carne humana no está tan…

El mapache me interrumpió de golpe, preocupado, para desviarme de esos derroteros pues lo que le preocupaba era que se enterasen de que no éramos dioses y, por ello, pasáramos a ser tu próxima comida.

- Relájate, pelusa con patas. Si nos intentan comer, les rompemos la espalda. Y además, tampoco somos humanos, igual no nos…

La velada conversación se detuvo cuando ambos nos dimos cuenta de que el anciano se acababa de volver para mirarnos con su tétrica sonrisa, antes de hacer otra pronunciada reverencia.

- ¿Y bien, mis señores? ¿Ocurre algo?

Mi sonrisa se ensanchó y, antes de que mi compañero pudiera responder, aproveché para acercarme con un plan ciertamente artero en mente.

- Fieles nuestros, –comencé, alzando la voz y dando un tono poderoso y algo teatral. Rocket me miró, inseguro de mis intenciones o de cómo iba a liarla.- su entrega a los principios y a nuestra llegada es una gran prueba de su lealtad y fervor. –El anciano y el sacerdote comenzaron a traducir para el resto de la gente reunida.- Mas requerimos una prueba más de vuestra fe y pasión: los objetos terrenales, aquellos que los odiosos extranjeros más valoran y mejor guardan, deben desaparecer con nosotros cuando ya no estemos aquí, pues servirán como un castigo a todos aquellos que caigan por un futuro mayor. Oro, plata, gemas… tales tesoros de valor no tienen cabida en este paraíso donde sólo nuestra tradición puede salvar este mundo.

Cuando los dos traductores terminaron de transcribir mi discurso nos miraron con sus fieles sonrisas y se inclinaron, asegurando que la voluntad sería hecha. Miré de medio lado a Rocket, ensanchando mi sonrisa por el lado que ocupaba en mi hombro para que la notase perfectamente. A nuestros alrededores, las gentes habían entrado en un frenesí de activid nos prestaron odo lo que podían y empezando a concentrarlo en las cercanías del lago.

- ¿Y bien? ¿Soy un genio o no? –Pregunté al mapache por lo bajo cuando los sacerdotes nos retiraron su atención.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] Empty Re: Es duro ser un dios [Onox y Rocket] [Privado-Presente] {}

Volver arriba
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.