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Se ve que me despistaba mucho ya que quería encontrar una taberna y acabe en un parque, no debería haber estado pensando en mis cosas, tendría que dar otra vuelta, seguro que ahora la encontraba intentaría no distraerme.
Llegué, bueno no exactamente a la taberna...si no que llegué al puerto, había andado ya 10 minutos para llegar al puerto, al cual no quería ir. No tenía más remedio , tenía que preguntar, me acerqué a un ciudadano y con una sonrisa le dije:
-Por favor ¿podría indicarme el camino a la taberna?Jajaja
El hombre amablemente me dijo que dos calles hacia la derecha, encontraría una posada, por lo que me alegre mucho, le di las gracias y me dirigía al lugar.
Derecha, derecha y ¡Si! por fin no me volví a perder.
Entre a la taberna, me acerqué a la barra con una sonrisa y le dije al tabernero:
-Jajaja podría darme un plato de carne y un refresco de naranja, por favor jajaja
El tabernero asintió, y fue a la cocina, y parece ser que pidió mi plato.
Al cabo de unos minutos el tabernero volvió con mi plato de comida y mi refresco de naranja, yo comencé a comer la carne, bueno más bien engullir a comer, parando solo para dar unos sorbos a mi refresco y seguir comiendo.
Llegué, bueno no exactamente a la taberna...si no que llegué al puerto, había andado ya 10 minutos para llegar al puerto, al cual no quería ir. No tenía más remedio , tenía que preguntar, me acerqué a un ciudadano y con una sonrisa le dije:
-Por favor ¿podría indicarme el camino a la taberna?Jajaja
El hombre amablemente me dijo que dos calles hacia la derecha, encontraría una posada, por lo que me alegre mucho, le di las gracias y me dirigía al lugar.
Derecha, derecha y ¡Si! por fin no me volví a perder.
Entre a la taberna, me acerqué a la barra con una sonrisa y le dije al tabernero:
-Jajaja podría darme un plato de carne y un refresco de naranja, por favor jajaja
El tabernero asintió, y fue a la cocina, y parece ser que pidió mi plato.
Al cabo de unos minutos el tabernero volvió con mi plato de comida y mi refresco de naranja, yo comencé a comer la carne, bueno más bien engullir a comer, parando solo para dar unos sorbos a mi refresco y seguir comiendo.
Yumiko Mei
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Otro día más en Villa Orange y el maldito barco que había pedido días antes no había llegado. Me sentía realmente frustrada por no poder irme aún de ahí, pero pensé que sería un buen momento para pasar otro día entre las calles de la hermosa ciudad que poblaba la isla. Caminé y caminé mientras observaba como las personas hacían su vida normal alrededor, no había nada de extraño ni en sus caras ni en sus formas de vestir o andar, eran demasiado normales y sencillos en mi opinión, aunque eso me hacía sentirles más respeto porque yo sabía que no sería capaz de ser tan poco curiosa e innovadora. Ese día me había cambiado mi forma de vestir, poniéndome un top de color blanco, una pequeña chaquetita que solo cubría los hombros y una falda de color blanco.
Después de unos minutos en el abrasante sol era ya momento de entrar y beber algo, quizás uno de esos zumos de naranja que hacían a esta isla tan famosa o mejor aún, un cocktail con extra de naranjada. Eso sonaba delicioso y lo primero que hice fue correr hacia la taberna y pararme delante de la puerta de la misma. Entré como una persona normal, activando mi haki de observación por si llegara a ser necesario y caminé hasta el mostrador. Ahí una chica estaba bebiendo un zumo y comiendo como si no hubiera un mañana. Una pequeña risita se mostró en mi cara pero hice lo posible para ocultarla, me recordaba a mí cuando tenía mucha hambre. Me senté a su lado y me dispuse a hablar con el tabernero.
-Un cocktail tropical con extra de naranja y si tiene algo dulce para comer como acompañante sería perfecto.-Dije sonriendo mientras miraba al camarero. De vez en cuanto echaba una pequeña ojeadita a la chica de mi lado, una melena de color marrón oscuro descendía por sus hombros y llevaba una pequeña gorra.
-Aquí tiene señorita, el dulce es un pastel con diferentes frutas, entre ellas tiene fresas, macedonia y naranja. Que lo disfrute.-Dijo el camarero mientras se disponía a servir al resto de clientes.
-Muchas gracias-Dije poco antes de ponerme a comer ese pastel. El sabor que las diferentes frutas combinaban con la propia crema del pastel era algo delicioso, no tenía una descripción de ese sabor, era como encontrarse en el séptimo cielo, simplemente delicioso.
-Buenos días, soy Yumiko Mei, sería interesante saber que te trae por aquí, no parece que seas de esta isla. Sin duda esta comida es fabulosa.-Dije con una sonrisa, a veces parecía mucho más infantil e inocente de lo que en realidad era.
- Vestimenta de Yumiko:
- http://e-shuushuu.net/images/2013-04-28-575434.jpeg
Después de unos minutos en el abrasante sol era ya momento de entrar y beber algo, quizás uno de esos zumos de naranja que hacían a esta isla tan famosa o mejor aún, un cocktail con extra de naranjada. Eso sonaba delicioso y lo primero que hice fue correr hacia la taberna y pararme delante de la puerta de la misma. Entré como una persona normal, activando mi haki de observación por si llegara a ser necesario y caminé hasta el mostrador. Ahí una chica estaba bebiendo un zumo y comiendo como si no hubiera un mañana. Una pequeña risita se mostró en mi cara pero hice lo posible para ocultarla, me recordaba a mí cuando tenía mucha hambre. Me senté a su lado y me dispuse a hablar con el tabernero.
-Un cocktail tropical con extra de naranja y si tiene algo dulce para comer como acompañante sería perfecto.-Dije sonriendo mientras miraba al camarero. De vez en cuanto echaba una pequeña ojeadita a la chica de mi lado, una melena de color marrón oscuro descendía por sus hombros y llevaba una pequeña gorra.
-Aquí tiene señorita, el dulce es un pastel con diferentes frutas, entre ellas tiene fresas, macedonia y naranja. Que lo disfrute.-Dijo el camarero mientras se disponía a servir al resto de clientes.
-Muchas gracias-Dije poco antes de ponerme a comer ese pastel. El sabor que las diferentes frutas combinaban con la propia crema del pastel era algo delicioso, no tenía una descripción de ese sabor, era como encontrarse en el séptimo cielo, simplemente delicioso.
-Buenos días, soy Yumiko Mei, sería interesante saber que te trae por aquí, no parece que seas de esta isla. Sin duda esta comida es fabulosa.-Dije con una sonrisa, a veces parecía mucho más infantil e inocente de lo que en realidad era.
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Yo seguía engullendo mi comida hasta que de repente una voz llamó mi atención y me hizo por un momento dejar la comida y observarla, sonreí y volví a mi comida, que al cabo de unos segundos ya no estaba en el plato, sino en mi estomago.
Miré a la chica que llamó mi atención, le sonreí , me relamí los labios que aún tenían el sabor a la carne que me acababa de comer, ponía una cara de satisfacción al relamerme los labios, pero luego recordé que me miraban y zarandeé un poco la cabeza, observe, una chica rubia, ropa blanca y verde, tampoco me fijaba demasiado en eso así que omito las prendas que usa , sonreí y le dije:
-Jajaja soy Mercedes jajaja Bueno tu tampoco pareces de aquí jajaja ¿o me equivoco?jaja ahora me dices que si y me da algo jajaja vale no...pero casi jajaja
Reí ante mi intento de chiste, era malo , pero bueno no siempre se gana, y con una sonrisa le dije:
-Nada jajaja pasaba por aquí me entró hambre y vine a comer jajaja lo normal ¿no? aunque omito el detalle de que me perdí dos veces jajaja pero asi esta mejor jajaja
Seguí sonriendo.
Miré a la chica que llamó mi atención, le sonreí , me relamí los labios que aún tenían el sabor a la carne que me acababa de comer, ponía una cara de satisfacción al relamerme los labios, pero luego recordé que me miraban y zarandeé un poco la cabeza, observe, una chica rubia, ropa blanca y verde, tampoco me fijaba demasiado en eso así que omito las prendas que usa , sonreí y le dije:
-Jajaja soy Mercedes jajaja Bueno tu tampoco pareces de aquí jajaja ¿o me equivoco?jaja ahora me dices que si y me da algo jajaja vale no...pero casi jajaja
Reí ante mi intento de chiste, era malo , pero bueno no siempre se gana, y con una sonrisa le dije:
-Nada jajaja pasaba por aquí me entró hambre y vine a comer jajaja lo normal ¿no? aunque omito el detalle de que me perdí dos veces jajaja pero asi esta mejor jajaja
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Definitivamente, el pastel y el cocktail eran deliciosos, un placer de la vida que pocas veces se disfruta y ahí lo había encontrado, en esa misma aldea por la que me había movido tantas veces. La chica había resultado muy divertida, al menos eso es lo que parecía, se estaba riendo cada dos por tres cuando hablaba y no había señal de maldad alguna en su aura, por alguna razón parecía totalmente blanca a efecto de mi haki de observación, sería divertido conocerla más a fondo. Pensé en que lo mejor sería irse de ahí, a algún lugar más lejos y quizás pescar o cazar mariposas o quién sabe, investigar algún lugar de esa pequeña isla que estaba aún sin ver, no estaba del todo segura si había ese tipo de sitios divertidos por aquí, pero lo averiguaría.
-Interesante, Mercedes, pues yo tampoco soy de por aquí, pero creo que ya es la cuarta vez que me paseo por esta isla, así que si te apetece podemos salir y dar una vuelta, quizás encontremos algo divertido que hacer fuera siempre que quieras claro.-Dije sonriendo y mientras observaba mi osito de peluche, que no brillaba, eso quería decir que no era una usuaria, mejor, así me ahorraría problemas y podríamos si queríamos bañarnos un rato.
Dejé una bolsa con unos 500 berries y salí por la puerta haciéndole una señal al camarero de que se quedara con el resto como propina, pues la verdad es que la comida me había sabido de lujo y que decir del cocktail, el néctar de los dioses. Una vez fuera tomé camino hacia el puerto, ahí podríamos pasar un rato pescando, decían que habían peces divertidos y si además el agua estaba buena podría pegarme un chapuzón, ahora que por fin podía nadar era todo en lo que pensaba. Tardaría poco en alcanzar el puerto, pues la isla era pequeña y la villa se encontraba casi conectada con el puerto. Lo único que la separaba era un pequeño camino entre árboles por donde la luz del sol penetraba a través de las hojas de los mismos y creando formas sombreadas sobre mi cara a medida que atravesaba el bosque.
Una vez alcanzado el puerto miré si había gente alrededor y no había señal de vida alguna, excepto un hombre que estaba a unos cuantos metros de distancia pescando, era algo anciano pero probablemente sabría más sobre eso de pescar que yo. Me acerqué a él como una chica normal y al pisar cerca de el choqué contra una caja y caí de espaldas, así es, mi torpeza volvió a jugármela. Comí algo de arena y seguidamente me levanté limpiándome a toda prisa pues estaba totalmente avergonzada de lo que había hecho.
-Jajaja, no te preocupes jovencita, todo nos caemos de vez en cuando. Veo que venías a preguntarme algo, adelante.-Dijo el hombre cambiando de una risa a una sonrisa anciana.
-Lo siento por lo de antes, a veces soy más torpe de lo que deseo. Me gustaría saber donde podríamos encontrar cañas de pescar y si conoce algún sitio donde podríamos pescar sin que nos molesten, a mi compañera y a mí.-Decía mientras señalaba a Mercedes(si es que se encontraba conmigo) y sonreía inocentemente.
-En la caseta de arriba podéis tomar un par de cañas y el cebo se encuentra en unas pequeñas cajas en el estante de arriba a la derecha. Tener cuidado con el suelo que cruje y está muy antiguo, podría romperse en cualquier momento. En cuanto a la puerta, está abierta, después de llevaros las cañas cerrarla con ese trozo de bambú. Ah, y sobre el sitio de pesca, hay una pequeña playa atravesando este bosquecillo donde no suele ir mucha gente aunque hay buenas presas en ese sitio. Por último muchísima suerte y pasarlo bien pescando. No se ve mucha gente hoy en día que quiera hacerlo, ahora todos se creen piratas o marines y ninguno en su vida ha tomado en sus manos una caña.-Decía el hombre mientras nos señalaba las diferentes localizaciones y terminando con una risa sobre su última frase. La verdad es que veías pocas personas que supieran de verdad pescar en estas fechas.
-Perfecto, muchísimas gracias por todo, devolveremos todo lo que nos llevamos después de terminar nuestra jornada de pesca, gracias de antemano.-Dije sonriendo mientras tomaba el camino hacia la pequeña caseta y me disponía a abrir la puerta.
-Interesante, Mercedes, pues yo tampoco soy de por aquí, pero creo que ya es la cuarta vez que me paseo por esta isla, así que si te apetece podemos salir y dar una vuelta, quizás encontremos algo divertido que hacer fuera siempre que quieras claro.-Dije sonriendo y mientras observaba mi osito de peluche, que no brillaba, eso quería decir que no era una usuaria, mejor, así me ahorraría problemas y podríamos si queríamos bañarnos un rato.
Dejé una bolsa con unos 500 berries y salí por la puerta haciéndole una señal al camarero de que se quedara con el resto como propina, pues la verdad es que la comida me había sabido de lujo y que decir del cocktail, el néctar de los dioses. Una vez fuera tomé camino hacia el puerto, ahí podríamos pasar un rato pescando, decían que habían peces divertidos y si además el agua estaba buena podría pegarme un chapuzón, ahora que por fin podía nadar era todo en lo que pensaba. Tardaría poco en alcanzar el puerto, pues la isla era pequeña y la villa se encontraba casi conectada con el puerto. Lo único que la separaba era un pequeño camino entre árboles por donde la luz del sol penetraba a través de las hojas de los mismos y creando formas sombreadas sobre mi cara a medida que atravesaba el bosque.
Una vez alcanzado el puerto miré si había gente alrededor y no había señal de vida alguna, excepto un hombre que estaba a unos cuantos metros de distancia pescando, era algo anciano pero probablemente sabría más sobre eso de pescar que yo. Me acerqué a él como una chica normal y al pisar cerca de el choqué contra una caja y caí de espaldas, así es, mi torpeza volvió a jugármela. Comí algo de arena y seguidamente me levanté limpiándome a toda prisa pues estaba totalmente avergonzada de lo que había hecho.
-Jajaja, no te preocupes jovencita, todo nos caemos de vez en cuando. Veo que venías a preguntarme algo, adelante.-Dijo el hombre cambiando de una risa a una sonrisa anciana.
-Lo siento por lo de antes, a veces soy más torpe de lo que deseo. Me gustaría saber donde podríamos encontrar cañas de pescar y si conoce algún sitio donde podríamos pescar sin que nos molesten, a mi compañera y a mí.-Decía mientras señalaba a Mercedes(si es que se encontraba conmigo) y sonreía inocentemente.
-En la caseta de arriba podéis tomar un par de cañas y el cebo se encuentra en unas pequeñas cajas en el estante de arriba a la derecha. Tener cuidado con el suelo que cruje y está muy antiguo, podría romperse en cualquier momento. En cuanto a la puerta, está abierta, después de llevaros las cañas cerrarla con ese trozo de bambú. Ah, y sobre el sitio de pesca, hay una pequeña playa atravesando este bosquecillo donde no suele ir mucha gente aunque hay buenas presas en ese sitio. Por último muchísima suerte y pasarlo bien pescando. No se ve mucha gente hoy en día que quiera hacerlo, ahora todos se creen piratas o marines y ninguno en su vida ha tomado en sus manos una caña.-Decía el hombre mientras nos señalaba las diferentes localizaciones y terminando con una risa sobre su última frase. La verdad es que veías pocas personas que supieran de verdad pescar en estas fechas.
-Perfecto, muchísimas gracias por todo, devolveremos todo lo que nos llevamos después de terminar nuestra jornada de pesca, gracias de antemano.-Dije sonriendo mientras tomaba el camino hacia la pequeña caseta y me disponía a abrir la puerta.
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La chica me invitó a dar una vuelta a lo que sonreí y le dije con una sonrisa :
-Claro, no hay problema jajaja
Saqué el dinero para pagar mi comida, se lo entregué al tabernero y seguí a Yumi, al parecer ella se metió por un camino entre árboles, la seguí pero ella me llevaba ventaja , así que decidí correr para alcanzarla, pero en un momento ella se cayó para atrás, para no pisarla ni dañarla salté pero no hubo manera de encontrar una posición para aterrizar, caí al suelo, me quedé unos momentos tumbada, esperando que nadie lo notara, pero el anciano que andaba por allí se estaba riendo, y creo que por ambas ya que Yumi también se cayó.
Reí, en parte aquella escena era graciosa. Terminé por levantarme mientras me sacudía la ropa, y escuchaba al anciano hablar con Yumi.
Dijo el anciano algo sobre la caseta, un lugar atravesando el bosque, no había entendido muy bien , pero seguí a Yumi.
-Claro, no hay problema jajaja
Saqué el dinero para pagar mi comida, se lo entregué al tabernero y seguí a Yumi, al parecer ella se metió por un camino entre árboles, la seguí pero ella me llevaba ventaja , así que decidí correr para alcanzarla, pero en un momento ella se cayó para atrás, para no pisarla ni dañarla salté pero no hubo manera de encontrar una posición para aterrizar, caí al suelo, me quedé unos momentos tumbada, esperando que nadie lo notara, pero el anciano que andaba por allí se estaba riendo, y creo que por ambas ya que Yumi también se cayó.
Reí, en parte aquella escena era graciosa. Terminé por levantarme mientras me sacudía la ropa, y escuchaba al anciano hablar con Yumi.
Dijo el anciano algo sobre la caseta, un lugar atravesando el bosque, no había entendido muy bien , pero seguí a Yumi.
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Una vez dentro de la caseta cojí un par de cañas de pescar, las que en mejor estado parecían estar y una caja de madera que parecía tener tierra y gusanos. Eso sería el cebo, además parecían estar recién cogidos, mejor para pescar, pensé yo. Una vez tenía todo encima me encaminé hacia el pequeño bosquecillo por donde el viejo me había dicho que estaría la playa. No tardé mucho en alcanzarla y entonces miré alrededor por si había algún otro alma humana, ninguno, excepto el de Mercedes, al menos eso creía si seguía conmigo. Metí mi mano en el agua del mar y resultaba tener una temperatura agradable, seguidamente me senté y me dispuse a preparar la caña para lanzarla, no sin antes dejar mis cosas a un lado, es decir, el arco, las flechas y mi pequeño bolso lleno de cosas.
-Parece que hace buen tiempo para pescar, quizás encontremos algo grande, y si no cae nada en los próximos 20 minutos podríamos ir a visitar alguna de las laderas de la isla, se supone que había un par de cuevas si no me equivoco, quizás podríamos explorarlas más tarde. ¿No crees Mercedes? Ah y por cierto, ¿cómo es posible que te rías tanto?-Dije sonriendo, estaba algo extrañada por la forma de hablar de la chica, pues cada cinco palabras se reía sola, quizás fuese alguna enfermedad o simplemente esa fuera su personalidad, no me inspiraba ninguna sospecha, más bien estaba empezando a confiar en ella, quizás demasiado ciegamente, quién sabe que era o quién era, aún no sabía casi nada de ella ni de su vida.
Tomé el anzuelo de la caña de pescar y uno de esos gusanos, este se escapaba entre mis dedos pero con algo de fuerza conseguí sujetarlo. Lo introduje dentro del anzuelo, me limpié la mano en la arena y lancé el anzuelo lejos en el mar, tras ello esperaría un rato a ver si picaría algo y si no, tiraría de la caña y miraría si el gusano seguía ahí. Hacía bastante calor y me entraban ganas por momentos de tirarme al agua, pero esperaría un rato, no tenía ganas de asustar a todos los peces antes de pillar algo.
-Cuánto calor, tengo unas ganas de darme un baño increíbles.-Dije sonriendo hacia Mercedes mientras miraba atentamente al flotador de la caña, la cosita que si bajaba significaba que había algo picando el anzuelo.
-Parece que hace buen tiempo para pescar, quizás encontremos algo grande, y si no cae nada en los próximos 20 minutos podríamos ir a visitar alguna de las laderas de la isla, se supone que había un par de cuevas si no me equivoco, quizás podríamos explorarlas más tarde. ¿No crees Mercedes? Ah y por cierto, ¿cómo es posible que te rías tanto?-Dije sonriendo, estaba algo extrañada por la forma de hablar de la chica, pues cada cinco palabras se reía sola, quizás fuese alguna enfermedad o simplemente esa fuera su personalidad, no me inspiraba ninguna sospecha, más bien estaba empezando a confiar en ella, quizás demasiado ciegamente, quién sabe que era o quién era, aún no sabía casi nada de ella ni de su vida.
Tomé el anzuelo de la caña de pescar y uno de esos gusanos, este se escapaba entre mis dedos pero con algo de fuerza conseguí sujetarlo. Lo introduje dentro del anzuelo, me limpié la mano en la arena y lancé el anzuelo lejos en el mar, tras ello esperaría un rato a ver si picaría algo y si no, tiraría de la caña y miraría si el gusano seguía ahí. Hacía bastante calor y me entraban ganas por momentos de tirarme al agua, pero esperaría un rato, no tenía ganas de asustar a todos los peces antes de pillar algo.
-Cuánto calor, tengo unas ganas de darme un baño increíbles.-Dije sonriendo hacia Mercedes mientras miraba atentamente al flotador de la caña, la cosita que si bajaba significaba que había algo picando el anzuelo.
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Seguí en todo momento a Yumi, vi como cogió las cañas de pescar, los anzuelos y los cebos. Fuimos hacia un pequeño bosquecillo, seguramente el que mencionó el anciano, una vez llegamos a la playa, sonreí y me acerqué a la orilla y metí la mano, una temperatura de lo más agradable y tentadora, me daban unas ganas tremendas de meterme, pero se supone que íbamos a pescar ahora, así que me tocaría aguantarme.
Yumi dijo que si no caía nada podíamos ir a visitar algunas laderas de las islas, no quería decirle que no, pero prefería nadar, sería divertido nadar para así no pasar tanto bochorno por culpa de aquel calor.
Me pregunto el porque me reía tanto, a lo que con una sonrisa mientras cogía la caña de pescar restante, colocaba el cebo sin mucha complicación y la lanzaba al mar, le dije:
-La pregunta es ¿por que no debería reirme tanto? Jajajaja
Sí, me reí bastante, y quizás casi siempre me verías riendo, pero era normal después de todo era una promesa que me quería cumplir.
Ella dijo que tenía unas ganas muy grandes de darse un baño, a lo que sonreí aliviada y le dije:
-La verdad es que yo también jajaja….así que tonta la última jajaja
Si, era muy infantil ahora estaba haciendo de la nada una carrera por quien se metía antes al agua. Me quité el chaleco, las botas, los calcetines, las muñequeras y mi gorra, las deje en un montoncito en la arena, y me metí corriendo al agua, la sensación de bochorno desaparecía poco a poco, de tal manera que me comenzaba a relajar, además podíamos dejar las cañas ahí y si picaba alguno lo cogeríamos y ya.
Yumi dijo que si no caía nada podíamos ir a visitar algunas laderas de las islas, no quería decirle que no, pero prefería nadar, sería divertido nadar para así no pasar tanto bochorno por culpa de aquel calor.
Me pregunto el porque me reía tanto, a lo que con una sonrisa mientras cogía la caña de pescar restante, colocaba el cebo sin mucha complicación y la lanzaba al mar, le dije:
-La pregunta es ¿por que no debería reirme tanto? Jajajaja
Sí, me reí bastante, y quizás casi siempre me verías riendo, pero era normal después de todo era una promesa que me quería cumplir.
Ella dijo que tenía unas ganas muy grandes de darse un baño, a lo que sonreí aliviada y le dije:
-La verdad es que yo también jajaja….así que tonta la última jajaja
Si, era muy infantil ahora estaba haciendo de la nada una carrera por quien se metía antes al agua. Me quité el chaleco, las botas, los calcetines, las muñequeras y mi gorra, las deje en un montoncito en la arena, y me metí corriendo al agua, la sensación de bochorno desaparecía poco a poco, de tal manera que me comenzaba a relajar, además podíamos dejar las cañas ahí y si picaba alguno lo cogeríamos y ya.
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La joven pelimorena aceptó venirse a pescar, aunque más bien no pescamos, porque la chica dijo "tonta la última" y se tiró al agua. Hice lo conveniente, quitarme la falda y la pequeña chaquetita y saltar al agua. Estaba algo turbia, pero también estaba muy caliente y hacia mucho tiempo que no probaba algo tan normal como nadar, desde que perdí la fruta en Mariejoa para ser exactos. Empecé a ir de un lado a otro y después de acostumbrarme tomé mis dos manos y lancé agua hacia la chica, parecíamos dos niñas en el agua, pero eso era lo que me divertía de verdad.
-¡Wiiii, te ahogaré!-Dije mientras saltaba para tirarla al agua, una sonrisa maléfica se podía ver en mi cara, aunque seguía siendo igual de inocente.
Intenté tirarla y acabé yo en el agua, no se como acabó ella pero yo estaba llena de arena de playa y me había entrado agua por la nariz. Empecé a escupir y después de unos segundos volví a recuperarme y seguí yendo de un lado a otro, me sentía libre y no perdía mis fuerzas en el agua, era perfecto. Quizás hubiera sido mejor si hubiera algo más de sombra pero no me quejaba, estaba muy bien nadar en ese sitio y la compañía era fabulosa. Miré hacia la caña de pescar y se estaba moviendo, habría que pillarla y ver si ha picado.
-¡Algo ha picado, corre, parece grande!-Decía mientras iba lo más rápido posible hacia la playa, en dirección a nuestras cañas.
Una vez llegué, la cogí con ambas manos y tiré lo más fuerte que pude, el pez era bastante grande, si es que se podría considerar pez. Como no venía decidí mover la caña de lado a lado mientras hacia que el hilo fuera cada vez más corto. Una vez lo tuve a unos 40 metros me dí cuenta de que se trataba de un monstruo. El pez tenía el tamaño de un león adulto. Tiré con fuerza y lo saqué mientras yo me caía hacia atrás. El pez cayó sobre un árbol que le amortiguó la caída hasta el suelo. Una vez en el suelo intentaba escaparse y volver al agua, pero tomé unas cuantas flechas y se las clavé en la aleta, estaría bien sujeto hasta que dejase de respirar.
-Bien, ahora tenemos comida, perfecto. Sigamos bañándonos. No pensaba que hubiera criaturas tan grandes aquí.-Dije mientras dejaba de lado la caña y saltaba de nuevo al agua, buceando un poco y una vez salía riéndome otro tanto. Era divertida esa sensación de no sentirse débil al tocar el mar.
-¡Wiiii, te ahogaré!-Dije mientras saltaba para tirarla al agua, una sonrisa maléfica se podía ver en mi cara, aunque seguía siendo igual de inocente.
Intenté tirarla y acabé yo en el agua, no se como acabó ella pero yo estaba llena de arena de playa y me había entrado agua por la nariz. Empecé a escupir y después de unos segundos volví a recuperarme y seguí yendo de un lado a otro, me sentía libre y no perdía mis fuerzas en el agua, era perfecto. Quizás hubiera sido mejor si hubiera algo más de sombra pero no me quejaba, estaba muy bien nadar en ese sitio y la compañía era fabulosa. Miré hacia la caña de pescar y se estaba moviendo, habría que pillarla y ver si ha picado.
-¡Algo ha picado, corre, parece grande!-Decía mientras iba lo más rápido posible hacia la playa, en dirección a nuestras cañas.
Una vez llegué, la cogí con ambas manos y tiré lo más fuerte que pude, el pez era bastante grande, si es que se podría considerar pez. Como no venía decidí mover la caña de lado a lado mientras hacia que el hilo fuera cada vez más corto. Una vez lo tuve a unos 40 metros me dí cuenta de que se trataba de un monstruo. El pez tenía el tamaño de un león adulto. Tiré con fuerza y lo saqué mientras yo me caía hacia atrás. El pez cayó sobre un árbol que le amortiguó la caída hasta el suelo. Una vez en el suelo intentaba escaparse y volver al agua, pero tomé unas cuantas flechas y se las clavé en la aleta, estaría bien sujeto hasta que dejase de respirar.
-Bien, ahora tenemos comida, perfecto. Sigamos bañándonos. No pensaba que hubiera criaturas tan grandes aquí.-Dije mientras dejaba de lado la caña y saltaba de nuevo al agua, buceando un poco y una vez salía riéndome otro tanto. Era divertida esa sensación de no sentirse débil al tocar el mar.
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Yumi me acompañó en el agua, pero en un momento se abalanzó sobre mí pero yo me lancé hacia atrás viendo como ella caía y se llenaba de arena y al parecer se le metió agua por la nariz de tal forma empezó a escupir, yo de verdad que intente aguantarme la risa pero no pude, comencé a reír a carcajadas, no sabes lo graciosa que puede llegar a ser una cara que se le a metido agua por algún orificio , estuve un buen rato riendome sin parar, tanto que había picado un pez en la caña y de tanto reirme apenas me pude mover, me estaba ahogando de la risa que llevaba encima.
Vi como Yumi logró sacar a un pez, que por cierto era enorme, me hubiera gustado ayudarle pero estaba incapacitada por la risa, ¿Quién lo iba a decir? Me estaba ahogando y no por el agua sino por la risa apenas podía respirar con tanta risa, quería calmarme pero me volvia a acordar de la cara que ha puesto al entrar agua en algún orificio que era imposible que parase al menos hasta un rato.
Yumi volvió a entrar y yo a duras penas y entre risas le dije.
-Genial...jajaja... Yumi...jajaja... tenemos...jajaja... comida...jajaja!
No podía parar la risa y me estaba quedando sin aire, aunque poco a poco iba calmandome, poco a poco..
Vi como Yumi logró sacar a un pez, que por cierto era enorme, me hubiera gustado ayudarle pero estaba incapacitada por la risa, ¿Quién lo iba a decir? Me estaba ahogando y no por el agua sino por la risa apenas podía respirar con tanta risa, quería calmarme pero me volvia a acordar de la cara que ha puesto al entrar agua en algún orificio que era imposible que parase al menos hasta un rato.
Yumi volvió a entrar y yo a duras penas y entre risas le dije.
-Genial...jajaja... Yumi...jajaja... tenemos...jajaja... comida...jajaja!
No podía parar la risa y me estaba quedando sin aire, aunque poco a poco iba calmandome, poco a poco..
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